Incordiando a una semejante [Christinne]

por **Dacian Bassarides** Mar Abr 26, 2011 4:28 am

Después de dejar mis posesiones en mi recien adquirida residencia me vestí con ropajes sencillos pero lo suficientemente elegantes para no sentirme incomodo con ellos. Me deleité dando un extendido paseo durante el crepusculo de la jornada. Observé un monton de chusma amontonada a los lados de la calle pidiendo limosna para poder continuar con sus patéticas y despreciables vidas...cuanto me asqueaban.

Finalmente...después de hacer que uno se volviera loco tras ver repetidas veces al espectro de su difunta esposa, me encontré en un barrio de major clase. ¿Como lo supe? sencillo...no había inmudicia cuasihumana tirada por los rincones. Observé un imponente edificio que se alzaba ante mi, alto y majestuoso...la biblioteca. Paso a paso, lentamente subí los escalones de aquel templo del conocimiento...Era posible que encontrara algun libro con el que pudiere aumentar mis conocimientos y hechizos.

La puerta se cerró tras de mi y observé todas aquellas estanterias y a un par de personas sentadas a unas mesas con multiples volúmenes polvorientos sobre ellas. Me serví de mi intuición para llegar a la sección que buscaba.

por **Ørn Fridrikson** Dom Mayo 01, 2011 6:07 am

Tomé mi cuaderno y una pluma que siempre llevaba conmigo cada vez que decidía inmiscuirme de nuevo en mi historia. Rebuscando información de otros lugares, en los que quizá mi familia se hubiese asentado y en los que quizá encontraría el orígen de la maldad que se cernía sobre las mujeres de mi familia.

Pensé que si me quedaba unos minutos mas encerrada en aquel cubículo que era mi consulta de psiquiatría me volvería loca, cosa que estaba completamente segura de que no quería. No quería ser una mas de las defunciones malogradas, quería ser distinta.

Caminé a pie hacia la biblioteca mas grande del lugar, lo cierto era que parecía mas bien un palacio y no una catedral de libros. A la entrada, la bibliotecaria me dio indicaciones de donde podría buscar los libros que buscaba, aun así no lo encontraba. Tomé una gran escalera de ébano y la coloqué frente a uno de los grandes estantes de libros, los libros menos "interesantes" solían estar arriba. Tomé los bajos de mi vestido para no tropezarme con los peldaños de la escalera y comencé a buscar allá arriba, entre polvorientos libros sin tocar desde hacía... yo diría que mucho.

por **Dacian Bassarides** Dom Mayo 01, 2011 6:27 am

Alguien acababa de llegar a la sección en la que yo me encontraba. Una joven, muy guapa por cierto...si fuese un vulgar hombre de clase media probablemente me hubiese puesto a babear, pero ese no sería el caso, yo tenía clase. Encontré el volumen polvoriento más polvoriento de entre los polvorientos que, dio la casualidad que era lo que buscaba. Observé la ya muy desgastada encuadernación de piel y con un soplido quité gran parte del polvo acumulado.

Observé a la chica con detenimiento, había algo en ella que me resultaba familiar, al igual que algo sobrenatural la rodeaba. Me puse en silencio en contacto con los espíritus para averiguar quienes eran las almas de sus antepasados para jugar con ella y su mente a mi antojo.

Mientras los espectros trabajaban me acerqué a ella un poco.

- Buenas señorita...¿Puedo ayudarla ha buscar el tomo que necesita?

por **Ørn Fridrikson** Dom Mayo 01, 2011 6:47 am

- Aaa..tchíss..!! - Estornudé frente al monton de libros sin clasificar que tenía frente a mi rostro, dandome un golpetazo con uno que era bastante rudo.

Dirigí mi mirada hacia el jóven que me había hablado. Un metro mas abajo de donde yo me encontraba. Su sonrisa encantadora podía verse desde allí. Solo alguien distinguido y culto podría haber entrado en aquel lugar no solo para echar la siesta oportuna, ni para buscar cobijo en la noche. Muchos jóvenes estudiaban, otros buscaban, y otros como yo, buscaban sus raíces.

- No, ya puedo yo sola, gracias monsieur. - Distraida por encontrar los libros que necesitaba, solo alcancé a coger uno que no necesitaba, allí no había nada, tendría que buscar en otro estante. Pero tomé aquel volúmen que hablaba sobre la mente humana y descendí por los escalones, con tan mala pata que pisé mi vestido haciendome perder el equilibrio antes de caer.

por **Dacian Bassarides** Dom Mayo 01, 2011 6:58 am

Vale, si antes me parecía una chica preciosa, ahora tambien me parecía inteligente e interesante...era una lastima que ya hubiese decidido divertirme con ella un rato hasta que me cansara de ella. La seguí muy de cerca y cuando tropezó con su vestido con una trayectoria tan desafortunada que caería por las escaleras...Algo dentro de mi se movió y me impulsó ha cogerla antes de que callese.

- Ha faltado muy poco...¿se encuentra bien? Señorita....¿como debo llamarla?

En aquel preciso momento los espíritus me comunicaron quienes eran los familiares ya muertos de aquella preciosidad y estaba listo para manifestarlos de forma que atormentaran a aquella pobre criaturta. Sonreí e hice aparecer al que pereció con más proximidad a nuestra fecha.

por **Ørn Fridrikson** Jue Mayo 12, 2011 2:43 pm

Me sorprendí al encontrarme en los brazos robustos de aquel hombre que acababa de dirigirme una palabra después de tanto tiempo aislada. Me sonrojé hasta la cabellera de seguro, pero no iba a dejar que un acontecimiento así me distorsionase los planes de aquella noche.
Con un leve empujón al hombro del hombre le dije que me bajase a poder ser de inmediato de sus brazos. No era una cualquiera, a pesar de que me había salvado de un segurísimo daño por la caída.
- - Muchas Gra.. gracias Monsieur.. mi nombre es Christinne.
Pronto llevé mis manos a mi cabeza, sin poder soportar como mi “alma” si eso existía… se removía frenéticamente.
“ Brujo!” Grité desde los adentros de la rubia. Quería salir y darle su merecido pero no era el momento apropiado, solo tendría que esperar. Lo cierto era que no entendía muy bien las formas que tenía de mostrarse ante la rubia, como un joven apuesto, y luego atacándola. “Solo yo puedo hacer eso idiota!” Pensé enfurruñada, aprovechando la distorsión mental de la mujer a la que poseía. Qué demonios pretendía? Bien sabía yo que esos truquitos de aprendiz me hacían tener jaqueca durante días. Me la iba a pagar mas adelante.
Tomé la escalera y sin mediar alguna palabra la arrastré hacia otro estante, algo mas lejano de lo que yo pensaba, las cosas nunca estaba en el sitio adecuado.

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