Mikalya Tanvir

por **Mikalya Tanvir** Mar Mayo 03, 2011 4:48 am

Nombre del Personaje
Mikalya Tanvir

Edad
19

Especie
Humana / Gitana

Tipo y Clase Social
Baja extranjera

Orientación Sexual
Heterosexual

Lugar de Origen
Bucarest - Rumania

Habilidad/Poder
Adivinación del Futuro

Descripción Física

A pesar de poseer raíces turcas su físico pertenece más al de su padre. Es una joven de estatura alta y contextura esbelta, de pechos pequeños, cintura delicada y estrecha y caderas ligeramente pronucniadas. Heredó de su madre las facciones finas y dulces que la caracterizan.
Su cabellera es larga y rubia, es tan pulcra que al sol brilla como un río de oro macizo que se desliza suavemente por brazos y hombros. De tez blanca que deja ver unas mejillas rosadas rebozantes de salud. Sus cejas son rectas y en pico, pobladas y bajo ellas se pueden ver unos ojos muy despiertos de color verde que están siempre bajo la sombra de unas pestañas largas, a veces suele pintarlos un poco para darles un aspecto gatuno como el de su madre. Su naríz es respingada y fina, lo que le da cierto aspecto de dulzura e inocencia. Sus labios son siempre del color con el que nació, rosas. No los pinta, simplemente los deja tan naturales como son. Siempre va vestida con sus ropas que son mayormente de tonos verdosos a menos que baile en la caravana, entonces cambia sus vestimentas por algo un poco más llamativo.

Descripción Psicológica

Es una mujer muy reservada. Se ha hecho dura debido a los tratos que le han dado, así que siempre desconfía de toda persona que se le acerca y suele ser muy hermética. No dá más información que la que la persona necesita saber, o sea, lo básico. No se detiene a platicar las tragedias de su vida o los dramas que ha vivido, simplemente piensa que su historia es algo muy íntimo que sólo ella debe saber. Esconde sus sentimientos por mero miendo a ser lastimada y no deja que las personas entren a su círculo personal. Siempre se muestra como una joven atareada y sin preocupación por tener amistades. Casi siempre anda ocupada haciendo algo así que no denota interés por platicar con la gente que la rodea.
Los hombres se han convertido en un elemento más de la monotonía que cubre su vida, así que si ve que puede sacarles algo de provecho lo hace sin tapujos ni impedimentos. Realmente siempre saca algo, no importa si son satisfacciones ególatras o vanidosas, tampoco si se trata de dinero o incluso satisfacción sexual. No piensa en el amor porque nunca lo ha vivido. Lo ha visto, sabe que existe pero no le interesa enamorarse de nadie. Es una joven bastante trabajadora y talentosa en cuanto a la danza se refiere.
Si llegase a tener amigos rara vez se muestra felíz. Y siempre que la tratan de cortejar se aleja porque sabe que lo único que desean de ella es su cuerpo, o por lo menos ella así lo ve.
No duda en decir las cosas como son aún si a la persona le molesta. Es directa y suele decir cosas que hieren sin pensar. Así pues también en una mujer bastante impulsiva.

Historia

La vida de un gitano, dices. Si le preguntaras a cualquier persona, te repito, cualquiera, cómo visualiza la vida de un gitano, ésta te diría que es una vida muy bonita, tan llena de viajes de país en país, con nuestros vestidos coloridos y llenos de alhajas, danzando día y noche al ritmo de una pandereta. Te dirían que nuestra vida es fácil y mágica porque leemos la mano y las cartas, porque no hacemos más que vivir la vida en libertad. Y qué decir de las mujeres, todas son bellezas exóticas de cabellos ondulados del color del humo, ojos tan verdes como las mismísimas praderas de algún país fantástico y pechos voluptuosos cual montaña. Sí, la opinión general es esa. La libertad, la música, la danza y la belleza. A ti te parece jugosa la idea. Te han dicho que muchas de las gitanas jóvenes son amantes feroces. Pero ¿te has preguntado del por qué? Nuestra vida está hecha de trabajo, de arduo trabajo día y noche. Y no todas nuestras vidas son preciosas. La libertad es un concepto subjetivo, bastante subjetivo.
En mi caso, tuve que aprender la dureza de la vida desde pequeña.
Nací en otoño, o eso dicen, en algún lugar de Rumania. Mi madre era una gitana de sangre turca, pues sus ancestros formaron parte de los primeros grupos de gitanos existentes. La llamaban Danitza y supuestamente fue una mujer muy hermosa. Yo no lo sé y nunca lo sabré puesto que no le conocí. Mi padre, por otro lado, fue un amante que elle tuvo y que nunca volvió a ver una vez que él supo que esperaba un hijo. Ningún hombre quiere tener hijos con una gitana y menos si su familia es cristiana. En este caso así era y no te mentiré al decirte que no me interesa saber de mi padre. Nunca estuvo ahí así que no me hizo falta.
Mi madre murió en el parto y esa fue la segunda desgracia de mi vida -la primera podría decirse que fue mi concepción, un mero error-. Sin hermanos mayores y mucho menos familia mi tutela pasó a manos de la matrona quién al verme supo que podría hacerse una fortuna conmigo.
Para este punto debemos saber que dentro del pueblo gitano la mayoría son morenos, de piel oscura, cabello oscuro y ojos claros. Yo nací rubia, regalo de mi padre si así se puede poner.
En mi infancia nunca faltó nada. No pasé frío, hambre o sueño. La matrona cuidó de mi bastante bien hasta que tuve edad suficiente para hablar y caminar. Entonces tuve que comenzar a pagar los seis años de vida que Zephira, la matrona, cuidó de mi.
Primero me enseñó a bordar y remendar, pues el dinero no nos bastaba ni para comprar telas nuevas y hacer vestidos nuevos, teníamos que coserles parches y esa era tarea mía. A los seis años una niña no aprende nada de tejer y durante un año me pinché los dedos con las agujas. Mis manos a veces sangraban y tenía que limpiarme antes de dormir o mancharía las sábanas de mi cama, entonces tendría que lavarlas o pagarlas.
Más grande, aproximadamente a los once años mis tareas fueron incrementando. Mientras viajábamos de ciudad en ciudad yo cuidaba de los caballos que jalaban la caravana; iba por agua a los arroyos y cortaba pasto verde. Limpiaba la caravana, limpiaba ropa. Mientras, Zephira se dedicaba a atraer gente con la quiromancia que ella practicaba. A veces le pagaban buenas sumas, otras le tiraban la mesa y la acusaban de mentirosa. Yo nunca estuve segura de qué tan acertada era.
Viajamos de Bucarest a Budapest, luego a Viena y a Alemania, donde una joven gitana, a la que le habían robado todo, se nos unió. En ese entonces yo ya contaba con quince años y nuestra nueva integrante tendría dieciocho. Una joven de piel color bronce y curvas pronunciadas, cabello negro ondulado hasta la cadera, ojos grises de apariencia gatuna y cejas pobladas. Pero eso no era lo que más llamaba la atención, sino que tenía una habilidad peculiar de bailar.. Movía brazos y cadera como si fuese el mismísimo viento o las olas apacibles del mar por la mañana. Muchos hombres le pedían a Zephira una noche con la Dévora y muchos pagaban por ello. En las noches yo sólo tenía que taparme los oídos con migajón de pan para no escuchar lo que hacían dentro de la caravana.
Dévora, que al principio me pareció una joven petulante, se mostró alegre cuando le pedí que me enseñara a moverme como ella.
Pasé un año, el que estuvimos en Bern, para aprender movimientos y el control de mi cuerpo hasta que logré hacerlo como ella. Mi primera aparición en la caravana bailando me costó mi virginidad.
Para esas fechas yo ya tendría diecisiete y un joven rico pidió a Zephira que le concediera una noche conmigo. Tras un momento de negociación las cosas quedaron en un acuerdo y tuve que desprenderme por primera vez , de mis ropajes y yacer con un hombre.
No fue una experiencia muy buena.
Llegamos a París y yo ya tenía diecinueve. En la caravana mi tarea no es más que la de bailar, debido a que Dévora nos abandonó. Poco tiempo después de nuestra llegada aprendí a practicar la quiromancia, leer cartas para predecir el futuro, saber datos del presente y del pasado.
He vivido como una esclava, como una prostituta y no puedo escapar de ello porque… le debo la vida a dos mujeres, y una ya no vive.

Datos Extras

- Como toda buena mujer es una romántica empedernida, pues le gustan los chichés. Como la noche y la luna, que siempre se la pasa mirando acostada en el pasto o cerca de la caravana.
- Le gusta bastante tocar la pandereta
- Su matrona le tatuó una especie de cadena alrededor de su muñeca derecha.
- Tiene una cabra de mascota.

por **Nigel Quartermane** Mar Mayo 03, 2011 5:24 am

FICHA APROBADA
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Re: Mikalya Tanvir