¿Y los clientes?

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 6:17 am

Me habían comentado que la taberna era un buen lugar para observar a la gente, el comportamiento que tenían una vez bebidos y que si quería tratar con clientela de otro tipo de nivel tenía que aprender cómo solían funcionar. Al entrar un fuerte olor a bebidas alcoholicas (al que no estaba acostumbrado) chocó contra mi nariz y me hizo arrugarla. Me acerqué a una mesa, que parecía no estar ocupada y me senté, para observar a la gente. Ya había pensado en una excusa por si me preguntaban si quería beber algo. En realidad no es que no me gustara beber, pero no podía hacerlo, si me emborrachaba o algo así se me olvidaría lo que había venido a hacer y... no quería malgastar el dinero en aquello, era una de las cosas que más mal me sabía, gastar dinero en alcohol. Apreté los labios un poco mirando alrededor y reconociendo algunas caras. Eran clientes de las chicas, desvié la mirada, para que no se dieran cuenta que les había reconocido. Por suerte no había ninguno de los que venían a mí, habitualmente.

por **Adelbert Ducovich** Sáb Mayo 14, 2011 6:23 am

Llevaba ya unos dias en París, pero no habia pasado nada del otro mundo. Como cada noche salí a la calle, y encontré algo que comer -por supuesto, porque en París la "comida" sobraba- por lo que al pasar cerca de una taberna, decidí entrar a tomar algo. Me apetecia un vino aunque... una vez entré me pregunté si podria llegar a tomar algo allí. El aroma del alcohol era demasiado para mi sensible sentido del olfato, y me habia llenado la cabeza nada más entrar. Arrugué la cara como si me hubieran echado ácido en ella y puse cara de asco. Dios mio, ¿habria alguien sobrio allí? Me paseé un poco por el lugar y no me hizo falta dar muchas vueltas para comprobar que Jean estaba allí. ¿Qué hacia él allí? Me lo encontraba en todos lados, ¿seria el destino? Quizás me seguia aunque... él habia estado allí antes qu yo, por lo que era un poco sospechoso. Me dirigí junto a su mesa e hice una leve reverencia - Monsieur Jean.. - le saludé amablemente, sonriendo - Estáis en todos los lugares a los que voy, monsieur, y hay que decir que París no es una ciudad pequeña - comenté con tono juguetón

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 6:37 am

Fruncí levemente el ceño, la gente también estaba fumando. Saqué yo también uno de los cigarrillos que me habían regalado y lo encendí, dándole una calada. Por suerte no me habían preguntado nada y más bien parecía que todo el mundo me ignoraba, bien, eso quería, observar sin ser molestado. Aún así, alguien no tardó mucho en encontrarme y... tampoco era que me sorprendiera. Alcé la mirada al escuchar a Adelbert. Ladeé la cabeza y le devolví la sonrisa, poniéndome en pie cortésmente, sin pensar demasiado en que no hubiera hecho falta.
- No será que sois vos, que me perseguis a mí, ¿monsieur? - comenté, bromeando levemente. No le costaría nada perseguirme, ahora sabía donde trabajaba y tampoco era que frecuentase muchos más lugares a parte de mi lugar de trabajo. - ¿A qué habeis venido? - pregunté indicándole que podía sentarse junto a mí si era lo que quería. Sonreí un poco, llevándome el cigarrillo a los labios.

por **Adelbert Ducovich** Sáb Mayo 14, 2011 8:40 am

Sonreí un poco cuando llegué junto a Jean y vi como se levantaba. Le iba a hacer un gesto para que no lo hiciera, pero tampoco importaba en realidad. Tras unos segundos sonriendo esperé a que me saludara, y al oir lo que dijo me reí suavmente, ladeando la cabeza y sacudiendola después - ¿Por qué iba a perseguiros, monsieur? - pregunté y le acaricié una mejilla suavemente antes de ver como se sentaba, haciendome un gesto por si queria acompañarle. Tampoco tenia nada mejor que hacer, asi que... Me senté a su lado y apoyé una mano en la mesa, escuchando seguidamente su pregunta - En realidad, nada. - respondí finalmente, tras unos segundos - Solo paseaba por parís, como suelo hacer cada noche, vi la taberna y me metí dentro - contesté antes de sonreir como si me hubieran pillado haciendo algo malo - En realidad, me apetecia tomar una copa de vino - le confesé tras unos segundos, mirandole fijamente - ¿Qué tal estáis, monsieur? - pregunté curioso, preguntandome por el joven muchacho - Se os ve tan bello como siempre

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 8:56 am

Me encogí de hombros cuando preguntó que porqué pensaba yo que tenía que perseguirme. Y yo que sabía, el morador de la noche era él y... decía que no tenía amigos allí, así que... quizás le apetecía pasar el rato conmigo, ¡qué sabía yo! Se sentó frente a mí, finalmente, después de acariciarme la cara. Quizás me había empezado a poner colorado otra vez, aunque no estaba seguro allí dento ya hacía calor suficiente. Le presté atención después de preguntar, sabiendo que era verdad que no me había perseguido. ¿Qué interés tendría? Me mordí el labio inferior asintiendo con la cabeza. Paseaba y le entraron ganas de beber vino. Entonces, el sabor de la comida lo notaba... ¿no? Si podía comer comida normal ¿por qué seguirían bebiendo sangre? Estos vampiros eran muy raros. Aunque más raro era yo que aún no había salido corriendo ante su presencia, pero al contrario, me gustaba pasar rato con él. Y... joder, ya había vuelto a escuchar lo que pensaba seguro, me estaba volviendo tonto y algo paranoico por su culpa y escuchar lo que yo pensaba.
- Yo... bien, estoy aquí por el trabajo. - no me gustaba nada la pinta de aquel local, así que no iría por voluntad propia ni muerto. Si quería beber no me hacía falta desplazarme hasta allí. Él añadió que yo me veía bello y entonces, estube seguro que me sonrojé. - Vos también estais espectacular, monsieur.

por **Adelbert Ducovich** Sáb Mayo 14, 2011 9:21 am

Le observé con expresión amable y alcé las cejas un poco cuando empezó a pensar que si podia comer comida por qué seguia bebiendo sangre, y que a pesar de todo le gustaba pasar el rato conmigo. Ensanché mi sonrisa suavemente - Aunque la comida me sepa, no me alimenta, monsieur - respondí para saciar su -empezaba a ser- malsana curiosidad - Y.. sois un amor - añadí, debido a eso de que "le gustaba estar conmigo". Qué chico más majo, usualmente no tenia la oportunidad de hablar tan seguido con humanos, ya que o bien eran mi comida, o bien huían. - ¿Estáis aqui por trabajo? - pregnuté, mirando a mi alrededor y buscando a alguien que pudiera estar acompañando al chico pero... no habia nadie - ¿Y qué tenéis que hacer? - quise saber, cruzando los brazos sobre la mesa y alzando las cejas cuando dijo que yo estaba espectacular - Muchas gracias, monsieur Jean. Sois encantador - le halagué un poco, cogiendo su manita y besandola levemente antes de ver como pasaba un camarero. Le atrapé de un brazo cn gesto suave y le miré, sonriendo un poco - Disculpad, monsieur, me gustaria tomar una copa de vino - le pedí, viendo como asentia, por lo que lo dejé ir.

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 9:36 am

¿Ves? Si es que yo era tonto y no había más a discutir, Adelbert había escuchado mis pensamientos y acababa de responder a mi pregunta mental, una que no estaba seguro de haberle hecho nunca en voz alta. Asentí con la cabeza, para darle a conocer que lo entendía, sin que tuviera que leer mi mente. Que extraño era eso de la comida. ¿Aunque no les alimentase, la digerían después también? Uy pero eso era desagradable, no, no, basta de pensar aquellas cosas. Dijo que yo era un amor, seguramente porque me había escuchado al pensar que me gustaba pasar el rato con él. Tsk... se las gastaba de indirectas también el tío... Aparté la mirada, para fijarla en un grupo de hombres que parecían cantar algo.
- Sí... - contesté cuando repitió mis palabras, como si le sorprendiera. - Tengo que observar el comportamiento de los clientes cuando van bebidos. - respondí, esperando que a ninguno se le ocurriera acercarse, no me apetecía demasiado, la verdad. Mi halago le pareció encantador, por lo que me dijo que yo también era encantador, vamos, no era para tanto. Volvía a estar colorado y más cuando me cogió la mano para besarla, para luego incoprorarse un poco para pedirle a uno de los camareros que pasaba una copa de vino. - ¿Podeis emborracharos? - pregunté, sin pensar de nuevo.

por **Adelbert Ducovich** Sáb Mayo 14, 2011 9:46 am

Le observé con expresión amable y ladeé la cabeza, mirandole con algo de fijeza. ¿Se habia puesto rojo? Estaba hecho un encanto, de verdad. Sacudí la cabeza unos segundos y le miré cuandor esopndió afirmativamente. Vaya. ¿Por qué? Tras unos segundos pude saber la respuesta y fruncí el ceño - Qué raro - respondí, mirando hacia el grupo de gente y viendo a los tipos borrachos, sacudiendo la cabeza después. No me agradaba nada, la verdad, el comportamiento de la gente - Bueno... Si os obligan, pues no queda más remedio. Os.. haré compañia mientras, sino os molesta - le dije, antes de pedir el vino. Cuando volví a acomodarme en la silla le miré fijamente y cuando me preguntó aquello sin pensarselo dos veces reí suavemente, negué con la cabeza - No, no puedo emborracharme Jean - dije, alzando las cejas - El alcohol no me afecta como a ti monsieur - añadí, sonriendo dulzón - Pero vos si podeis. ¿Vais a hacerlo, monsieur? - pregunté juguetonamente

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 9:58 am

Le pareció bastante raro el motivo de mi visita a la taberna y puso una cara extraña, con el ceño fruncido. No es que me hiciera especial gracia hacer aquello, pero segun los jefazos tenía que ir yo, "no iban a mandar a una de las damas". Visto desde un punto de vista lógico, tenían razón. Era más normal que fuera un chico a hacer aquellas cosas. Suspiré levemente y miré a Adelbert que me devolvía la mirada después de barrer el local con ella.
- No me molestais, al contrario. Gracias - le di las gracias con una sonrisa, viendo como volvía a ponerse bien sobre la silla, sus gestos, aunque de lo más comunes se veían elegantes y delicados. Era alucinante. Mi pregunta sobre la borrachera le pareció divertida, antes de contestarme que él no podía emborracharse y que el alcohol no le afectaba de la misma manera que a mí. Normal, si él no era humano pero... quién sabía, después de muchas copas de vino, tal vez sí que se emborrachaba. Apreté un poco los labios y negué con la cabeza cuando preguntó si yo me iba a emborrachar. - No, que va, estoy "trabajando". Además, podría beber alcohol sin problemas en el burdel, no me sería necesario venir aquí. - comenté, apartando la mirada, sus palabras me habían sonado a un " quiero emborracharte y ver qué pasa"

por **Adelbert Ducovich** Sáb Mayo 14, 2011 1:08 pm

Le observé en silencio durante unos segundos y cuando le escuché sonreí dulcemente, inclinando la cabeza con gesto amable - Me alegro, no tenéis que dar las gracias, es un placer pasar un rato con alguien como vos, monsieur - respondí educadamente, acomodandome en la silla cómodamente. Miré de nuevo a nuestro alrededor, escuchando -por desgracia para mi- todos los pensamientos de los que estaban el bar - A veces odio mi don. Como si no tuviera suficiente con oir sus voces.. - me quejé en voz alta antes de volver mi atención al joven, oyendole decir que no podia beber porque estaba trabajando. - [b]Anda ya! - exlcamé con una sonrisa - Podrás beber un poco, monsieur, no creo que os castiguen - comenté antes de inclinarme un poco sobre la mesa, recordando los billetes que le habia dejado la última vez que habia hablado con él, en el burdel - A propósito, ¿os volvió a quitar el dinero vuestro jefe? - pregunté mirandole fijamente, curioso. Sino se lo habia quitado, quizás se habia comprado algo bonito. Lo cual me recordó.. - Oh! Lo siento, monsieur, os dije que os traería un regalo y se me ha olvidado - me disculpé, antes de cambiar mi expresión a una pensativa - Aunque bien es cierto que no tenia esto planeado

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 1:26 pm

Me sonrojé neuvamente cuando dijo que era un placer pasar el rato conmigo y quise responder que "el placer era mío", pero mi lengua y mi cerebro no tenían ganas de hacer las conexiones en aquellos instantes. Reí levemente ante lo que dijo, quejándose de su don. No quería haberme reído, pero por un instante me imaginé todas las voces dentro de su cabeza y él volviéndose loco.
- No... es que no quería malgastar el dinero en algo así, ya puedo beber si quiero algo allí... - no era capaz de pronunciar "burdel" en voz alta, no entendía porqué. Bueno, quizás me echaban del local si alguien me escuchaba decir que era un prostituto. Apoyé los brazos en la mesa, uno sobre el otro frente a mí y miré a Adelbert que se inclinaba un poco. - ¿Eh...? - cuando preguntó no entendí lo que decía en un principio, me había quedado embobado mirándo su cara. - Emmm... no, esta vez no. - fruncí el ceno negando con la cabeza. Apreté un poco los dedos de mi mano derecha sobre mi brazo, cubierto por mis ropas. - No importa, monsieur Adelbert, no hace falta que me regale nada. - Con el pañuelo que me había dejado el otro día y que llevaba en aquel instante guardado, tenía más que suficiente. Sonreí levemente, encogiéndome un poco con timidez.

por **Adelbert Ducovich** Sáb Mayo 14, 2011 1:37 pm

Me quedé mirandole viendo como se sonrojaba e incliné la cabeza. Me tomé su "respuesta-mental" por una normal, y hala. Cuando dije lo de mi don él se reio, el muy cabrito - Pero no os riais, monsieur Jean, ¡que hablo en serio! - le regañé un poco, alzando las cejas levemente cuando dijo que no queria gastar dinero, por lo que en aquella ocasión solté yo una suave risa - Pero monsieur Jean, por supuesto os invitaria - le expliqué, antes de sacudir la cabeza - Cuando vuelva el camarero, por favor, pedid algo que de beber. Me sabe mal estar tomando algo si vos no bebeis - le pedí con tono realmente amable, estirando una mano y haciendole una carantoña en la mejilla. Tras preguntarle lo del dinero, tras unos segundos se quedó medio empanado, mirandome. Sonreí ampliamente, mostrando un poco mis dientes hasta que finalmente me respondió - Me alegro, tened cuidado con él y compraos algo bonito, monsieur - exclamé aterciopeladamente, alzando las cejas y sacudiendo la cabeza después. - Me gusta regalaros cosas, lo hago porque quiero, sé que no hace falta - dije tranquilamente, asintiendo y viendo como volvía el camarero con una copa de vino tinto, como yo lo queria. - Gracias - susurré, siguiendo la copa hasta que la dejó en la mesa

por **Jean Louis Mercier** Sáb Mayo 14, 2011 2:02 pm

Él me regañó al yo reír un poco ante lo de que las voces le ponían tivio. Me encogí un poco.
- Está bien, lo siento. - me disculpé, bajando la mirada un poco, para que viera que lo sentía. Vamos, que la imagen de mi cabeza había sido divertida, no era que pretendiera reírme en su cara de él mismo. Después añadió que me iba a invitar y que cuando volviera el camarero tenía que pedir algo. Fruncí el ceño, con intención de decirle que no, que no quería que me invitase, pero en el fondo sí que quería, aunque no fuera por lo que fuera a pedir - Está bien... - accedí mientras él me toqueteaba la mejilla como si fuera un niño o algo así. Miré sus dientes durante un par de segundos, que se me hicieron breves y asentí con la cabeza cuando me sugirió que me comprase algo bonito. No sabía el qué, seguramente lo ahorraría para la comida y eso. - Lo tengo a buen recaudo. - respondí, tenía buen cuidado del dinero. Me encogí de hombros cuando añadió que le gustaba comprarme cosas y que sabía que no hacía falta. Bueno en realidad si hacía falta el dinero, pero no quería que él lo malgastara de aquella manera, aunque tuviera mucho. - ¿Enserio tengo que pedir algo, monsieur? - pregunté, dándome cuenta derepente que aún tenía el cigarrillo en mi mano izquierda y la moví lo suficiente como para que un poco de la ceniza caliente cayera sobre mi brazo. - ¡Au...! - me quejé moviéndo el brazo rápidamente y soltando el cigarrillo, para soplar luego en el lugar donde me había quemado. Estaba rojo, pero no presentaba ninguna quemadura.

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