If it means a lot to you...

por **Zavannah Dellepiane** Sáb Mayo 14, 2011 6:37 pm

Era mediodía, exactamente las seis de la tarde. El cielo tenia tintes rojizos y más allá se veían sus tonalidades grises que pregonaban la venida de la noche y una tormenta que no parecía nada normal. Todo últimamente era extraño, personas extrañas, cosas extrañas, hasta el clima que se suponía debía ser hermoso y florido parecía no serlo después de todo. No me importaba, había estado en lugares mucho más fríos, eso no era nada a menos de que dos horas antes de ir vagando por las calles se me hubiera ocurrido ir a vagara hasta encontrarme en un rio en el cual naufrague y toda la ropa se me había empapado, tanto que me pesaba al ir caminando por enfrente de las vitrinas de la tiendas. Nadie me prestaba atención, eso era bueno, no me gustaban las miradas encima de mí, mientras más desapercibida me encontrara entre la gente yo era más feliz. Mi perfil alto nunca se mostró, incluso cuando bailaba a lado de otras gitanas a pesar de ser muy buena, claro según yo, nadie me veía.

Aceptaba eso, sobre todo cuando había mujeres hermosísimas que merecían ser vistas ¿Poco amor propio? Quizá, pero les regalaba de buena gana toda la atención que el mundo me pudiera ofrecer, yo no la quería, era feliz así. Nadie parecía verme, por miedo, reticencia o porque no era interesante y eso me daba la oportunidad de ver con detenimiento a todos los que pasaban por mi lado, grabarme sus rasgos y ver todas las tonalidades que sus ojos poseían. Algunos iris parecían tener flores dentro, como girasoles de todos los colores, me parecía que los más bonitos eran los de color verde pero había tantos ojos de color verde en Paris que a veces se me olvidaba si los ojos que veía ya los había examinado con anterioridad.

Suspire varias veces, haciendo un patrón en el modo en que mis pulmones se hinchaban para tomar aire, puro ocio. No tenía nada más que hacer y comenzaba a resignarme en cuestiones de que mi ropa se secara antes de que llegara el agua, no tenía caso esperar secarme si al final de cuentas acabaría de nuevo escurriendo. Di un respingo cuando desde lo lejos algo captó mi atención…una tienda normal, como otras pero en el interior tenia cosas que en verdad habían hipnotizado mi cerebro. Camine rápidamente olvidándome de las demás personas, de los golpes que recibía cuando los hombros ajenos chocaban con los míos. Me pose enfrente del aparador como si alguna clase de hechizo me hubiera embelesado, las huellas de mis dedos se quedaron el vidrio cuando decidí colocar las manos y ver más de cerca una cajita de madera que sobre ella tenía a dos figuritas, un hombre y una mujer. Era una de esas reliquias que abrías y por alguna clase de mecanismo el ruido inundaba los oídos de quien escuchara.

A las personas no les parecía importar cosas como esa, pero a mí me parecía divino algo que no encuentras todos los días. Embobada con la cajita de reojo podía ver mi reflejo en el cristal, con algunos mechones de cabello pegados en la cara y con un tipo algo salvaje parecía una rata…¡Mejor! Nadie se acercaría a mi mientras pudiera ver esa cajita que con mucha pena jamás podría tener porque no tenía el dinero para pagarla.

por **Layla J. Kristiansen** Miér Mayo 18, 2011 2:33 pm

Era un excelente día para ir a comprar algo de tela en el mercado, Mariane me había encargado hacer las compras para así diseñar el proximo vestuario de la presentación.
Tenía la capa roja cubriendo mi cuerpo, y mi canasta en la mano derecha ersaltando las compras que había hecho.
¡Perfecto! Por fin había terminado.
Mientras iba caminando por el gentío, que me observaba, cosa que me molestaba y les respondía con la fulminanten mirada felina que poseía, me encontré con algo realmente interesante.

Estaba parada en la calle de enfrente para cuando me llamó la atención una figura escurrida y bizarra, aunque algo familiar. Yo no era muy sociable, aún dentro del circo, simplemente hacía mi trabajo, bailar, y adivinar, las relaciones sociales me tenían sin cuidado ¿o tal vez era tan temerosa de hacer amigos? quien sabe...mi carácter casi nunca era bien visto. Rebelde, altanero, orgulloso y libre, anarquico como el mismo viento.
Recordé su físico reflejado en la vitrina, era del circo, recordaba haber baialdo con ella unas cuantas veces ¿que hacía parada allí, se iba a resfriar, eso era seguro.?
Layla, eso no es de tu incumbencia, solo regresa y tomate un té me dicjo mi conciencia, pero mi corazón pudo más.

Crucé la calle despues de que el carruaje pasara raudo y entonces me quité la capa. Para mi desgracia, mi apariencia no era la más común por estos lares, y mucho menos mi colorida vestimenta. Poco me importó el murmullo y los comentarios.
Hice ondear mi capa y se la puse encima, y antes que protestara o dijera algo, suspiré con mis manos en mi cintura
-Te vas a resfriar, y eso no sería bueno para tu presentación-le dije con mi ceño levemente fruncido y entonces observé aquel objeto que había llamado la atención de la chica -Es una caja musical -le dije encogiendome de hombros -Normalmente son caras..¿la quieres?-dije sonriendo

por **Zavannah Dellepiane** Sáb Mayo 21, 2011 10:47 pm

Hubiera seguido de incógnita y embobada con la pequeña reliquia, ni siquiera el frio me molestaba pero de verdad lo pude sentir como mi cuerpo temblaba ligeramente gracias a la humedad que se pegaba en mi piel por la ropa mojada. Pero lo peor no era eso, nadie me había visto caminar hasta esa tienda hasta que la chica pelirroja se acercó y me cubrió con su capa, era como yo, es decir gitana, había bailado con ella unas cuantas veces cuando se no coordinaba cosas en grupo, yo generalmente bailaba alejada del resto de las chicas, dejaba que se robaran la atención por lo que ya no me era sorpresa su rostro pero obviamente a los no gitanos les parecía extraño que hubiera una gitana pelirroja, últimamente se veían cosas como esas en nuestro pueblo. Me encogí tratando de hacerme lo más pequeña posible, era seguro que no me estuvieran mirando a mi si no a ella, era bonita pero el simple hecho de que estuviera a mi lado hacia que las miradas que recibía me pusieran nerviosa.

La mire por el rabillo del ojo sin poner atención a los reflejos de las personas que nos pasaban por atrás. Tenía que dejar de ser tan paranoica y bipolar, no me llevaría a nada bueno, como hasta ahora y como siempre-No soy la clase de persona que se asusta con un resfriado…pasé por peores-la última frase la susurre para mí misma más que para ella convenciéndome de que un resfriado no afectaría mi actuación, más aun cuando ni siquiera me veía en las presentaciones aunque bien la chica pelirroja pudiera tener razón, muy enferma no podría ganar dinero. Dinero que nunca tendría para comprar la caja de música-Aunque quisiera no podría pagarla, así que solo me conformare con apreciarla de este lado del cristal-sonreí de regreso un poco cohibida. No era buena recordando caras ni nombres, seguramente jamás había tenido la necesidad de recordar ciertas cosas pero una melena roja no se olvidad y una castaña si.

¿Cómo era que me ubicaba?-Soy Zavannah por cierto-me presente con una sonrisa, ella debía saber mi nombre o por lo menos debió de haberlo escuchado en el circo pero como ya era costumbre que la gente no me pusiera atención pues tenía la obligación de recordarles, a veces, quien era y que aun vivía.

por **Layla J. Kristiansen** Dom Mayo 22, 2011 6:03 pm

Hice un mohín parecido a una mueca cuando susurró aquello último, entendía perfectamente a lo que se refería, a la intención casi desesperada de creerse que nada podría ser peor de lo que había vivido. La conocía...aquella aferración casi enloquecida de querer creerte que eres fuerte...la conocía.

-Creéme...cada cosa puede ser peor que la otra...o mejor que la otra depende de como lo mires...-dije suavemente mientras la arropaba bien y fulminaba los ojos curiosos de los peatones.

Su encorvación me hizo sonreír, me hacía recordar a un gato asustadizo en plena lluvia, y aún así, me dio pesar de que su certeza de no progresa, fuese tan convincente
-Puedes comprarla, no es tan cara -dije y miré el precio, luego desee retractarme -Nunca pierdas las esperanzas, además, quien sabe, y tal vez puedas tener la caja más pronto de lo que imaginas -dije con un sonido misterioso en la voz, como cuando el mago del circo se presenta, y habla con el publico acerca de las cosas asombrosas e inverosímiles que les iba a presentar en su acto.

No pude más y reí cuando se presentó, y entonces pedí disculpas entre jadeos y entonces tomé una bocanada de aire para así menguar la risa.

-Lo sé, tengo buena memoria ¿sabes?...hemos bailado juntas unas que otras veces cuando Marianne le da el "Síndrome de manada"...Yo soy Layla-dije dulcemente -Supongo que por tu cara no recuerdas mi nombre-dije riendo

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