Sin título

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Y esta era otra de sus locuras pero con tal de desaparecer de la rutina y de terminar por romper todas las reglas que le pusiesen, ella iría hasta el mismo cielo si hacía falta, no al infierno porque ya estaba acostumbrada a estar en él, en su propio infierno. Pero aparte, había algo que le incitaba hacerlo y no sabía porqué, eso era lo más divertido de todo, como decía su hermano mayor y el más sensato de la familia "Un día te pasará algo tan terrible que dejarás de ser tan loca", pero por más cosas que le habían pasado, ella no disistía en ser así..era su forma de ser, la envidia de muchos y la condena de otros. Y bueno aparte de todo eso, el señor Colville parecía entenderla en cierto modo... le había sido de lo más interesante aquella forma de ser suya y él sin embargo tenía algo que no sabría decir que era...pero que le llamaba a conocerlo, a investigar y a perderse ambos totalmente en aquel lugar como dicho antes llamado: infierno.

Se dejaba llevar por el atractivo joven que le había propuesto tan delicioso entretenimiento, imaginarse que pasaría era imposible porque podría pasar cualquier cosa...y aquellos ojos azules de la chica, se perdían en cada monumento, calle de París...era una ciudad muy bonita, no llovía tanto como en Londres pero tenía un encanto particular.

Las atenciones de aquel caballero hacia ella no cesaron y es que aunque no conversaban mucho a veces no hacía falta puesto que algunas cosas se decían sin palabras, y sí, ya empezaba a sentir que aquella velada iba a ser una de las mejores de su vida... sin esperarse lo que le vendría después o viceversa, porque aquella joven podía sorprender a cualquiera, hasta el ser más imposible...
Y ella al entrar en aquella Mansión, la cual por fuera no podía verse más increíble... su interior lo era más, se quitó el abrigo gris que le llegaba hasta los talones quedando con un sencillo vestido azulado que enmarcaba su figura, era bonita sí... y más aquella sonrisa pícara y deseosa que le dedicó nada más cruzar el hall, estaba algo nerviosa y no por miedo, si no por descubrir cosas nuevas porque Bryanna no tenía miedo a nada solo a sí misma.

-Bonita casa señor Colville, ¿hay señora Colville o posible señora Colville que no sea vuestra madre? más que nada porque no quiero llevarme sorpresas, porque os habreis comprometido totalmente hacia mi persona esta noche, sería una pena que interrumpiesen algo que seguro será inolvidable tanto para uno como para otro.

Y sí, esas últimas palabras podían significar tantas cosas... pero siempre te hacía dudar.Se perdió en la decoración del lugar mientras lo seguía sin perder aquella sonrisa que la caracterizaba, sin ser consciente de lo que realmente pudiese ocurrir, ella estaba disfrutando del momento como si fuera el último, nada ni nadie podría con ella y si quería algo lo tomaba y punto, no había más.
El sonido de una llave girar y por consecuencia abrirse una habitación le hizo mirar al frente, donde él le daba paso a aquella habitación... interesante, ¿qué sería aquella habitación?, antes de que pudiese hacer incluso aquella pregunta ya estaba dentro de espaldas a él, no observaba como hizo antes con detalle donde estaba simplemente...se dejó guiar por sus palabras, apoyando la mano en uno de los muebles de dicha habitación pero entonces... sus ojos azules quedaron en un punto fijo del lugar: en el caballero que servía las copas. Ella solo aceptó con un leve asentimiento de cabeza para echarse a reír después, nervios...

-Mis nervios solo podrán salir a flote cuando algo me excite de verdad-era todo un desafío y su risa siguió, llenando aquella habitación tan reconfortante, se preguntó si sería la primera que estuviese allí, seguro que no... pero ninguna sería como ella por lo que su sonrisa se tornó triunfal, acercándose lentamente a él hasta buscar el sitio más adecuado y tomar asiento, cuando le ofreció la copa la tomó y no dudó en beber un sorbo, tenía sed...mucha sed.

-El paseo me ha hecho cansarme un poco, pero haría mil paseos como ese tan solo por huir, aunque fuese a las mismas puertas del infierno...dígame señor Colville ¿Estáis dispuesto a cruzarlas conmigo? no todo el mundo acepta, acaso... ¿sois el nervioso vos? Bueno, digamos... que sorprende que a una desconocida le invite a su casa si no es con unos fines en concreto, y no juzgo... solo lo dejo claro, no soy como todas... -tomó otro sorbo y se dejó vencer en el mullido asiento, dejando que su espalda reposase sobre éste- Y como ya sabreis no voy aceptando proposiciones así de vez en cuando, es la primera vez... y para todo hay una primera vez...¿no creeis?-alzó la copa para observar su contenido mientras le daba vueltas con suavidad con dos de sus dedos, le miró de reojo , aquellos ojos llenos de vida unidos a su sonrisa tan característica invitaban a todo y a más pero ¿a qué exactamente? Bryanna le invitó a que se sentase a su lado, le era muy agradable su compañía, la verdad es que sí porque en París aún no había conocido nadie que hubiese estado con ella tanto tiempo como aquel joven, se pasó la lengua por sus rosados labios, para mordisquearse el centro de su labio inferior con dos de sus dientes y mirarle fijamente de nuevo...

-Debo de admitir que su casa es magnífica y hay pocas cosas que me sorprendan... sí, puede pensar en todo el amplio sentido de la palabra...

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Miraba el contenido de su copa, bueno, aquella pregunta por si había señora Colville le traía sin cuidado en realidad ¿Desde cuándo le importaba esas cosas? Pero, siempre era bueno preguntar, eso decía su madre, negó enseguida a lo de despedirlos, ella no haría precisamente eso... puesto que en una situación importante si alguien lograba interrumpir algo de su interés, de muy verdadero interés debía decir, simplemente lo mataría... no le importaría ensuciarse las manos si con ello podía obtener lo que quería, ella siempre lo conseguía y hoy no iba a ser menos, no hasta que lograra descubrir aquello que con tanto misterio aguardaba aquel atractivo joven. Y como no, lo dijo mientras su mano se enredaba entre sus dedos como si fuera el cuello de un ser humano, echando la cabeza hacia atrás.

-Yo no lo despediría, lo mataría incluso con mis propias manos... llamadme extremista, poco me importa que sea así. Nadie se interpone en algo en algo que me llama la atención... pocas cosas lo hacen...-

De reojo , observó como algo impactaba contra uno de los sofás... abriéndose ante sus ojos, pinceles. Lo miró fijamente preguntando con la mirada pero claro, era obvio por lo que dejó escapar una suave risa que inundó toda la habitación, pero que interesante quien iba a decir que iban por ahí aquellas insinuaciones, algo le decía que no era solo eso pero para empezar le encantó, se relamió mirándole como si no entendiese, más bien haciéndose como la que no entendía...y en breves instantes estaba de pie, su susurro le hizo mirarlo de reojo y aquellos ojos azules brillaron con cierta fuerza, quería comprobar eso, que estaban en el infierno... fue rápido, la ropa se deslizó por su piel hasta quedar expuesta pero ella no mostró ni sorpresa ni querer vestirse, no... ella siguió tal cual esperando cualquier cosa y aquel susurro la hizo despertar, por así decirlo para girarse, le gustaba hablar cara a cara de cosas importantes. Dos de sus dedos, tomaron la barbilla de su acompañante para que no perdiera detalle alguno, inclinándose lo suficiente para que casi sus labios se tocasen, solo casi porque no los llegó ni a rozar.

-No, aún no siento ese calor abrasante pero lo terminaré sintiendo ¿no es así, señor Colville?-sonrió de medio lado desviando la mirada hacia aquellas pinturas sin dejar de tocarle- Nunca me han pintado desnuda hasta esta noche, si pensais que voy a salir corriendo tras palabras como “pervertido” “abusivo” , se equivoca...he venido con todas las consecuencias y con todas las consecuencias me refiero a todas ellas...-volvió a mirarle de reojo, pasando finalmente aquel dedo índice que acariciaba su barbilla por el filo de su rostro como si ella misma lo dibujase a él... podía verla en su totalidad, su cuerpo joven y desnudo ante él. Sonrió finalmente, bastante contenta con aquello de pintarle y susurró muy bajito- Espero que valga la pena permanecer en el infierno mientras vuestros ojos me abrasan y vuestras manos me plasman en ese lienzo... ¿es que acaso quiere dibujar a un demonio? No sabe lo mucho que me atrae la idea... ahora dígame donde me coloco...será un placer posar ante mi semejante... -juntó ambas frentes y antes de que pudiese decir cualquier cosa, le rozó los labios en un rápido gesto sintiendo aquel tacto frío pero atrayente del cual quiso más pero se lo negó así misma, relamiéndose como si con eso bajaran las ganas...

-Espero que esté conforme con mi retrato de ser así tendré que permanecer desnuda todo el tiempo que haga falta hasta que quede perfecto...-bajó la mano apoyándose en el vientre del joven y atraerle hacia sí para que juntos tomaran sus posiciones... él tras el lienzo y ella... donde tuviese que permanecer, muy excitante, ¿quién se lo hubiera podido decir?

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Retratada... solo de pensar en que aquel joven desconocido, sí, sabía que su nombre era Thibault Colville y era de alta cuna, como también sabía que era conocedor del infierno, del infierno más infinito ¿cómo negarse a un igual? No, ella quería saber como sería ser reflejada en un lienzo por aquellos ojos misterioso que no podías saber nada sobre aquella mirada pero sí sabía algo y era que tanto como ella quería disfrutar de su compañía ¿hasta cuando? No podía saberlo con certeza, no podía decir con convinción que él pensaba como ella... eso era lo que importaba ahora mismo, no había hecho nada sospecho ante sus ojos y su sexto sentido...y sabía que tan solo había que esperar.

-Modestia aparte...solo esperaremos a ver que tan bueno es, bonita cualidad quién lo hubiera supuesto yo en cambio no tengo ni idea de arte al menos de practicarlo pero sí cuando uno es bueno ¿será el suyo de mi agrado? Y puede que quiera recompensa ¿y de qué tipo? Ya sabe que yo no doy cualquier tipo de recompensa -enarcó una ceja ante aquello deleitándose en esas caricias tan supremas, era como el tacto de una pluma... apenas podía sentirlo ahora dudaba si la había tocado o no, no iba a decir nada...siempre hablaba demasiado y ahora mismo permanecía en silencio... entreabrió los labios y medio sonrió después, vaya que sigiloso ...juraría que si las miradas pudiesen desnudar lo hubiese hecho ahora mismo aunque claro ya lo estaba.

No recorría su cuerpo mantenía la mirada fija solo en sus ojos azules, quiso volver a decir algo pero aquellas caricias volvieron a acariciarle la piel la cual se erizó y su rostro se ensombreció a un gesto relajado pero a la vez frunció el ceño un tanto, pero de forma inconsciente rodeó su cuello acomodándose mejor en él y sin poderse evitar sus rostros quedaron apenas a pocos centímetros... al darse cuenta, su mirada azul se clavó de nuevo en la de él y al ver en qué situación estaban se echó a reír, fue una risa de lo más reconfortante.
Aquel gelido tacto no podía dejar que su piel estuviese como siempre, si no erizara … y maldijo por ello, no quería tener una sensación de una joven normal, no quería parecer vulnerable a nada... terminó por estar semiacostada en un cómodo sofá que adornaba de forma elegante la habitación, antes de que él pudiese alejarse, sus dos manos se deslizaron por su cuello rozándole apenas con la yemas de los dedos como si quisiese adivinar el tacto de este y sencillamente fue perfecto, suave, frío... y te quedabas con ganas de más, tocarlo era como una adicción incluso más que aquel café que había tomado en la cafetería, se extrañó que siendo ella sintiese esas cosas y simplemente esperó, dejando que su cabello rubio cayese en cascada por uno de sus hombros, tapando a la vez uno de sus pechos los cuales se lucían perfectos como toda ella... lo que hacía especial a Bryanna siempre había sido esa forma de mirar, de observar todo a su alrededor.

-Si me estais insinuando que me quede esta noche o por el contrario quiere que lo visite más seguido para seguir visitando el infierno, puede que sea una de esas recompensas que buscais, solo que os olvidais de algo...yo no duermo, no al menos esta noche sería un auténtico desperdicio hacerlo... ella tampoco se quedaba atrás, había dejado caer que no se iría al menos esa noche pero ¿qué pasaría después? Eso ya se vería, pudo oír aquel pincel deslizarse por el lienzo que solo él tenía de frente donde ante sus misteriosos ojos ella quedaría reflejada.

-No tengo que recordarle que no soy como todas esas jovencitas que se dejan seducir acaso señor Colville ¿está intentando seducir lo imposible? No sé, pero no sois tampoco como los demás... y creo que a cada segundo que pasa estoy más segura de ello, intentaré estar callada pero es imposible no hablarle... siempre me deja con algo que decir... e incluso puedo ver que estais más serio de lo habitual no he visto muchas sonrisas por vuestra parte ¿me permitireis una al menos? Esa sería una buena recompensa para mí ¿y para vos , señor Colville? Pensais... ¿en alguna ahora mismo? Quiero saberlo... -sus labios se juntaron en un gesto suplicante, desde luego parecía una niña caprichosa que quería saber algo a toda costa... se mordió el labio inferior y se relajó totalmente, sin despegar de la atractiva figura de su acompañante....

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No tenía escapatoria, parecía que aquella palabra la de “dormir” le había incluso afectado y así fue como se negó rotundo a aquello, no dijo nada...se mantuvo mirándole fijamente sin un ápice de verguenza, cualquier muchacha hubiese hecho eso mismo... morirse de verguena ella sin embargo parecía no ser la primera vez que estuviese en una situación como esa. Sus ojos azules se clavaron en él cuando lo tuvo cerca, muy cerca... y lejos de ser sorprendida, suspiró pesadamente negando con la cabeza, ¿él insinuándose o seducirle? Que diablos! Claro que sí. Solo que tan solo se encogió de hombros, dejando que parte de su larga cabellera rubia terminase por caer en el sofá dejando así como si fuese una segunda tela en aquel caro mueble. Insinuaciones e insinuaciones, cuando notó aquel roce suspiró hondamente mirando a otro lado... no lo miró ni un segundo ni tampoco se movió, no debía hacer eso, no, no debió a hacer eso y rió, finalmente rió...

-No, claro que no me está seduciendo, es todo un artista y profesional ¿no es así? Demostradmelo. Pero no hace falta estar tan cerca para que así sea ¿no creeis señor Colville? Creo que... desde su antiguo asiento me podeis observar en su totalidad sin tener que acortar las distancias. No sé que pensais pero tampoco me importa, no lo tomeis a mal...solo me importa lo que yo piense y crea y el contacto físico ahora mismo sobra... no me gusta repetirlo dos veces, no estropeeis este momento como ya dije... no soy como las demás jovencitas, no me gusta repetirme...¿Seguís pintándome o...sugerís algo? Prefiero que seais vos quien me demuestre esa clase de diversión a la que os referisteis en la cafetería... la verdad me apasionaría saber cual es, muchas noches en soledad no he pegado ojo por no poder divertirme y espero que esta noche sea como una de esas pero sin tener que aburrirme en demasía

Al incorporarse, el cabello dorado le tapó aquellos colmados pechos, esa piel dorada sin apenas imperfecciones, salvo por algún que otro lunar que adornaba su piel...quedó expuesta a él...tan solo a él. Cerró los ojos un instante pensativa y apoyó uno de sus codos en uno de los hombros del hombre, quedando a escasos centímetros de él y así poder observarle detenidamente ya que lo vio oportuno, sonrió complacida con lo que veía y sin más sus labios se entreabrieron para terminar rozando su nariz con la de él... su tacto seguía siendo gélido cosa que le llamó la atención. Su piel al estar tan cálida, le hizo estremecerse un tanto cosa que le hizo cerrar los dientes de golpe y no decir ni una palabra, estaba sorprendida por lo extraño que se sentía al estar tan cerca de él, pero aún así se negaba a aceptarlo, Bryanna era así fuese con quién fuese.

-No me hace sentir culpable algo de lo que vos teneis la culpa mi señor... ¿qué hará luego con la pintura? Si se pudiese hacer una réplica se la mandaba a mi señora madre, seguro que le daría un ataque y así ganábamos todos... dígame señor Colville... ¿a cuántas jovencitas a dibujado? No me importará saber a cuantas pero si soy la única...me encantará saberlo...

Se levantó de su asiento sin dejar que él lo hiciera, separándole las piernas para finalmente...apoyar ambas manos en el sofá y así chocar frente a frente su mirada con la suya, en una interrogante pregunta silenciosa.. dejando su cuerpo al descubierto de nuevo pero mucho más cerca...se relamió inconscientemente haciéndole un gesto con la cabeza como preguntando ¿qué estaría pensando por aquella cabeza? Siempre lo sabía pero en este caso no y eso le ponía de muy mal humor.

-¿Qué me estais ocultando mi querido señor Colville? ¿Estais planeando algo terrible y no quereis soltar prenda? Veis que no dejo de insistir así que... ya sabeis lo que teneis que hacer... quiero que me sigais pintando... quiero veros hacerlo -pese a todo de nuevo usó un tono sugerente, ahora era como si ella lo había acorralado y no podía evitar sonreír victoriosa, si supiese que ante ella tenía a un ser de la noche no estaría haciéndose la valiente, pero... aún así , si tuviese la más mínima idea seguro que no se separaría mucho aquello de la realidad... sonrió complacida al tener su rostro de nuevo tan cerca...-Sois muy atractivo sí pero a mí me llama más la intención lo que se esconde tras esa mirada apacible.. en este caso no sirve el refrán de “perro ladrador poco mordedor” ¿me equivoco? Claro que no...no lo hago

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Ni ella misma sabía lo que estaba haciendo, se estaba metiendo donde no debía y además se podía oler en el ambiente. Pero sería mentira, una vil mentira que era la primera, todas se lo habían creído pero ella no por lo que hizo una mueca en desacuerdo... podía ser ingenua tanto que había confiado plenamente en un desconocido e ir a su mansión a finalizar la noche, sonaba horrible...a lo que parecía ser pero aún no había ocurrido nada... simplemente parecía que deberas quería pintarla. Sus ojos azules no ocupaban otra cosa en lo que mirar que solo él... en aquel atractivo pero serio rostro del joven Colville, que ingenua, cada vez más y más ingenua...y lo que no colmaba precisamente a Bryanna era paciencia, por lo que volvió a hacer ese habitual puchero en desacuerdo... sin decir nada al respecto, no le quedaba otra porque sí, quería ver si esas manos masculinas eran tan hábiles en el lienzo, era como si acariciase un cuerpo al desnudo, tal y como lo estaba ella... ¿desnuda? Cualquiera que lo dijese o lo viese no lo creería pero así era...llevada por la mera curiosidad de la situación, nada más.

Por más que pensase sabía que algo ocurría allí, que todo lo relacionado con tenerle tan cerca ahora era por algo...había algo extraño en todo aquello porque las cosas no eran perfectas, nadie lo era excepto ella y aquel sexto sentido le avisaba que aunque era una situación tremendamente irrepetible y tentadora se escondía algo tras aquello.

-Sé que no sois uno más, porque yo no permito estar con caballeros normales...eso lo sabeis tan bien como lo sé yo, no me valen las excusas... quiero saberlo -pero ella lo empeoró se acercó y él aprovechó la distancia para volver a acercarse, era diferente a las otras veces, era hechizante era como si una fuerza se apoderase de todo su cuerpo y quisiera saber y experimentar más y más...así fue, sintió sus labios navegar por su cuello como si fuese una fina gota de nieve que se deshacía dejando un hilo de saliva tan helada como su tacto y su cuerpo reaccionó al instante erizándose, teniendo que agarrar el borde del sofá con fuerza y con las dos manos... sin saber como sus labios la apresaron y su mente le gritaba que no lo hiciese, que no debía besarla pero malditos propios labios quién le siguieron el beso de forma involuntaria, de forma lenta y desesperada...como si lo hubiese estado esperando, su gesto facial no fue otro que cerrar los ojos con fuerza, dejándose llevar y buscando su lengua de forma inexperta... bailando juntas en un son con una música que solo ellos podían oír, sobre todo ella... se estaba entregando y se odió y le odió con una intensidad increíble...¿qué le estaba pasando? Ansiaba más y él se lo daba, el beso cada vez se volvió más fiero y en cuestión de minutos estaba sobre ella, sintiendo aquella presión reconfortante, su espalda se arqueaba queriendo rozar el cuerpo ajeno... mientras sus pechos presionaban suavemente su cuerpo...

Como a él el olor corporal le embriaga...era tan fuerte que quería más, no se conformaba con solo besos... así que sus manos, empezaron la búsqueda de aquella nuca para que no se detuviese. Su boca suplicaba más atenciones pero él seguía bajando por su cuerpo, no quería abrir los ojos porque en sí para ella era como un sueño... un joven desconocido que hacía realidad sus fantasías de un modo tan apasionado como suave a la vez.

Aquel mordisco fue como si tuviese un orgasmo intenso, haciendo que todo su cuerpo se estremeciese...se arquease, buscase más y ansiase más, incluso pudo oírse así misma gemir con suavidad, lo que nadie había conseguido... un gemido bastante suave pero lleno de deseo, de aquella voz decidida, determinada... ¿qué ocurría? Solo que sentía algo inexplicable, algo intenso y desesperante... todo lo que estaba pasando por su cuerpo era tan fuerte que en sí era un orgasmo constante.

Sus orbes azules se abrieron de golpe entre jadeos al oírle decir aquello de “sorpresa”. Y al ver como aquella boca que había permitido estaba llena de sangre... de su propia sangre , de aquel color vino tinto... intentó gritar y solo le salió un gemido que más que eso era un grito...ensordecedor, no le respondía el cuerpo porque no se lo podía quitar de encima, una de esas criaturas de la noche le había atrapado, sabía de su existencia desde aquel encuentro... era su fin ,su vida como en aquella casa vieja pasaba por su cabeza...una y otra vez... estaba mareada, sedienta...pero quería más y que no se detuviese. Fue a hablar y solo le salió un susurro... “más..” ¿quién iba a salvarla? Nadie, ya estaba condenada al infierno... cada gota de sangre le abandonaba de su cuerpo... poco a poco.