Le sarcasme à Split

-Edad:
28 Aparentes / 521 Reales

-Especie:
Vampiro

-Tipo y Clase Social:
Media

-Orientación Sexual:
Bisexual

-Lugar de Origen:
Paris-Francia

-Habilidad/Poder:

Spoiler:

“Vuestros ojos no ven a atreves del alma, vuestro ego ciego y burdo no permite que conozcáis la pureza de lo hermoso, porque como todos poseéis algo mundano, eso mismo que ensucia y perjudica el hombre y lo hace a mis ojos, desperdicio y lastimero"

Vuestra belleza es grande y digna. Tan bello como un cuadro de Miguel ángel, podría ser comparado y bendecido, posee cabellos rojos como el sol, tan finos como la melodía que retumba en vuestras mentes, de ojos cristalinos como el hielo, pero tan persuasivos que intimidan al instante, como todo vampiro su piel es pálida y dura, como el mármol y tan fría como los peores inviernos jamás sufridos, podéis ver sus labios, pero jamás tocarlos, son tentativos, rojos como la sangre, dulces como la miel pero peligrosos como la muerte, Jean es un hombre encantador cuando lo desea, pero su belleza intimida, es rara y salvaje.

Su altura es de 1.87 CM con brazos largos y huesos fuertes, pero una contextura básicamente delgada. Ser más oscuro no existió, con una mirada que persuadiera tanto, con una voz tan fuerte y encantadora a la vez, pero tan letal y egoísta.

No alcanzáis a imaginar el sufrimiento de aquel hombre, no lo sabréis jamás porque él nunca habla de su vida, pero alcanzaríais a imaginar si tan solo vierais sus marcas, aquellas cicatrices que quedaron de su vida mundana, aquellas que tiene en su espalda, producto del maltrato recibido en su niñez y parte de juventud, aquellas que aborrece y difícilmente llega a mostrar.
En cuanto a su vestir, siempre se le ve con ropas oscuras, chalecos largos hasta la rodilla, camisas de satín y algodón, zapatos de cuero y a veces con excéntricas vestiduras, tal cual su personalidad, nunca se recoge el cabello, de vez en cuando lleva un bastón consigo aunque nunca lo utiliza por necesidad.

¿Llegáis a imaginar alguna vez la personalidad de un Vampiro, que alguna vez fue un Humano?

Vosotros poco alcanzáis a imaginar la personalidad de este ser de cabellos rojos, que en su verdadera imagen podría matar de espanto a todo aquel que conoce la palabra “miedo”

Aborrece al hombre, solo podéis veros como alimento, como carnada y diversión. El disfruta del placer de la carne, del sexo entre hombres y mujeres, del deseo que atrae y despierta los orígenes del querer. Es sádico como nadie e hipócrita en el querer, no mira rostros, ni tiene compasión consigo mismo, el hiere el alma y destruye el ser, porque no quiere que le conozcan no desea que le traten de enfatizar, para él, solo importa conseguir lo que se desea, no importan las circunstancias para llegar a vuestras intensiones, solo importa obtener lo que se anhela.

Le atrae el ocultismo, y no cree en Dios, pero le es fiel a su señor Satán, rey de la maldad y la carne, de los pecados y el sufrimiento, a él su fidelidad y constancia y tiende a ser bastante raro en cuanto a ello, jamás oiréis que hable de intensiones mal habidas, pero si veréis cosas que jamás imaginaste a su lado, es sádico y llega a extremos poco convencionales.

Su lengua en su peor arma, podría compararse con una chuchilla rebosando por las venas, atravesando la piel sensible y robando la sangre ajena, es grosero, pero no del tipo mal educado, más podréis pensar en un hombre que agria vuestras intensiones y que solo conoceréis en un tono más amable si das su altura o ve interesante vuestra mente y opinión.

Pero lo que nadie sabe, es que se odia con desespero, y fue aquel trago amargo el que le ha hecho miserable, porque el escogió ser lo que es, pero su alma no concibe una vida como esta, podríais juzgaros y creer que ha enloquecido, que es un ser sin comprensión, pero Jean es complejo y esa es su cruz y su maldición, más que odiar a los humanos, se odia a sí mismo, pero teme a perder lo que posee, los pecados, el vicio, el erotismo mismo, la sangre y por ello prefiere una vida como esta, aun cuando la luz del sol no se conciba en su vida, aunque no pueda ver un atardecer, la noche es su madre y su amante, testigo de sus locuras y sus crimines, cómplice de sus pensamientos y calma eterna

Nació en Francia (Europa) el 9 de julio de 1425. Su padre era un Teniente de las Fuerzas Fancesas, Gerhard Caillaux, Era un hombre muy distante y a muy temprana edad le había enseñado a Jean el manejo de las armas, espadas, fusiles, y pelea de cuerpo a cuerpo, al cumplir los 10 años, fue remitido a una escuela militar, donde se le enseño todo lo primordial que habría de saber sobre el enemigo, como estudiarlo, como destruirlo y no se habría de negar que mucho de lo aprendido lo usaría, aunque más allá de ser un chico prodigio, porque lo era, de cierta manera era una persona muy distante con quienes le rodeaban, pocos eran los que se le acercaban, tal vez por el respeto que le tenían, o tal vez porque siempre que se le acercaban, era una persona sumisa en sí misma, y en ocasiones muy pedante, humillante, crecida.

Al cumplir los 14 años, decidió que como muchos, daría su vida por la patria, quería ser como su padre o aún más grande, porque no se complacería con migajas, él quería más y lo tendría… Pasaría por encima de quien fuera, del mismo Dios si tenía que hacerlo, era un hombre de metas u objetivos, el fin lleva a un fin. A las pocas semanas de cumplidos sus 14 años, regreso a casa, allí conoció a una esclava negra, era muy hermosa, su belleza resaltaba, pero demasiado nerviosa. Un día aquella mujer, llego hasta su habitación, a eso de la madrugada, totalmente desnuda y entonces lo entendió era una prostituta, bueno no se lo dio a entender, pero siempre le era muy cariñosa, para servirle una simple sopa o para dejar sus sabanas muy bien tendidas, una regalada, cosa que no le gusto en lo más mínimo, la tomo del brazo insultándola, haciendo que esta hullera, a la mañana siguiente su padre preguntaría por aquella esclava, pero esa sería la última vez que hablarían del tema, en realidad, al anochecer, la encontraría colgada de un árbol, a pocos kilómetros de la casa, sus manos totalmente ensangrentadas y una nota a lado del cuerpo, en ella encontraría palabras desconcertantes, porque no era de ella aquel escrito, más si del que le había propinado la supuesta muerte accidental. “Este es un regalo para ti, querido mío… Espero lo disfrutes, siempre tuyo” Aquello lo dejo perplejo, por varias semanas, no hablo con nadie por lo sucedido, pero pronto habría de olvidarlo, fue lo mejor, aunque no siempre el pasado nos deja en paz, en ocasiones, viene para hacernos sufrir, o devolver el remordimiento.

Al cumplir sus 16 años, su forma de ver al mundo cambio por completo, sus mismas inclinaciones lo hicieron, sintiendo una fuerte atracción por los hombres, pero amando con locura a las mujeres, más su padre no soporto aquello y decidió mandarle a un convento donde daría ordenes de tratarle como a cualquier otro chico excluido allí, se le darían golpizas por su rebeldía y hasta llegaría a maltraérsele con palabras obscenas, no de las monjas pero si por parte de otros chicos, aunque en ese tiempo podría verse relaciones entre chicos del mismo sexo, por largo tiempo Jean se sintió solo y abandonado, ya que su padre había dado órdenes de no molestársele al chico en cuanto a visitas, así que su madre y hermanas no lo llegaron a ver , las humillaciones siguieron por largo tiempo aunque llego a tener varios deslices con uno o tres chicos del mismo convento, por otra parte su padre le visitaba cada tres o cuatro meses, con el afán de encontrar el hombre que había criado, pero en su lugar, encontraba un chico rencoroso y “ maricon” que no le interesaba en absoluto los pensamientos de su padre.

Secretamente oraba noche a noche, con la esperanza de que Dios le volviese su masculinidad, pero jamás encontró una respuesta o tan siquiera una pequeña solución, por lo mismo, perdió toda fe que alguna vez concibió con él y en su lugar se volvió rencoroso y egoísta, y junto a otro chico llamado (Patrick Solderinni) se inclino por las artes ocultas y todo lo que con ello conllevaba, al punto que llegaron a hacer prácticas poco cristianas.

Al cumplir sus 18 años pudo salir de aquel lugar, aunque su padre ya no le quería, había deshonrado la familia y el apellido, es por ello que estuvo obligado a marchar a Austria donde su tia-abuela, donde se refugió hasta sus 27 años.

Su Vida como vampiro no se registra, ni su conversión, solo se puede saber por sus labios, testigos que yacen en la verdad misma de su historia inmortal.