AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ficha de un vampíro en busca de vendetta(Ficha Terminada)
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Ficha de un vampíro en busca de vendetta(Ficha Terminada)
-Nombre del Personaje:
Kin Klaus
-Edad:
27 años de apariencia/ 953 años reales
-Especie:
Vampiro
-Tipo y Clase Social:
Clase Alta
-Orientación Sexual:
Heterosexual
-Lugar de Origen:
Sur de Francia
-Habilidad/Poder:
* Control de emociones: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder. Como por ejemplo intentar hacer que en todo momento esa persona esté contenta como si de un hijo o algún pariente muy estimado se tratara.
* Persuasión: Capacidad de hacer que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.
* Sanación acelerada: Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión
-Descripción Física:
-Descripción Psicológica:
Es el tipico hombre serio y frio que puedes encontrarte, pues la mayoria de las veces es serio con las personas que ni siquiera conoce, casi nunca habla de el pues es demasiado desconfiado con las personas, mas que con algunas excepsiones. Demasiado insensible, no siente dolor por las personas, solo con algunas,es sobreprotector con todas esas personas, no les gusta verlas sufrir y lucharía y dañaría a cualquiera persona que las hiciera sufrir, sea quien sea, en momentos en que se siente solo se encierra quedándose solo, no le gusta que nadie lo vea cuando esta asi, se considera debil si esta asi. Kin jamas se rinde, siempre tiene lo que se propone, es muy perseverante y no se deja de nadie, le encanta pelear y discutir y ver a las personas frustradas, se alimenta de sus malos pensamientos y eso lo hace más fuerte, no duda en asesinar y lo ha hecho para cumplir sus metas. En cuanto al amor solamente ocupa una mínima parte en su vida, jamas se ha interesado en mantener una relaciona estable con alguna chica, casi todas las veces con las personas que sale es para desaburrirse o simplemente pura diversion, muy poco romántico pero puede dejar ese defecto una vez cuando encuentre el amor verdadero. Le interesan muy poco lo que ocurra a su alrededor ya que a el solo le interesa obtener su venganza
-Historia:
Probablemente muchos médicos buscarían el porque de los comportamientos mas primitivos y salvajes de los vampiros, de los dementes, o mas sintéticamente; de Klaus. Para ello deberían poder volver siglos en el pasado, y comenzar a estudiar su vida a partir de su infancia. Donde lo que es hoy se comenzó a gestarse a partir de sus 5 años.
Es desde entonces que Klaus conserva recuerdos de su patética vida humana.
Orleans, 839 d. C.
Sus padres poseían entonces tierras, viñas y bodegas al sur de Galia, mejor conocida en la actualidad como Francia. Su padre era de origen Ruso, Frederick Khar. Su madre era originaria de estas tierras, y parte de los terrenos los había heredado de su familia, la otra parte eran inversiones de su esposo.
El era uno de los 4 hijos del matrimonio. Dos hermanas mellizas mayores, y un hermano menor. Las dos mujeres vivían en la ciudad, con sus respectivos prometidos.
Jean Luc, su hermano, y él compartían tardes de juego con otros tres niños, a los que se podían considerar “vecinos” si se obviaba las distancias que imponían los terrenos de cultivos y las hileras de bosques.
Klaus recuerda claramente los nombres; Sebastian, Clarisse y Katherine. De la última, ni los siglos le podrían hacer olvidar su rostro. Esa niña había sido su primera obsesión al tener siete años. Obsesión por la cual llego a pelear con Sebastian. Ambos deseaban a Katherine a pesar que era menor que ambos por dos años.
Dos años mas adelante, ella sería motivo para que nuestro anfitrión tomase la decisión de amenazar a muerte al otro niño, quién por el resto del año no volvió acercarse al grupo, y menos aún lo hizo Clarisse, su hermana. Eso le dejaba el camino libre para avanzar a la niña de por entonces 7 años, quién no comprendía los motivos y comportamientos que él tenia hacia con ella.
Era un hecho desde entonces, que Klaus no era un Romeo en materia del “amor” y que jamás lograría desarrollar ese tacto en su sensibilidad.
A mediados de ese año la niña desapareció, junto con las noticias de que demonios de la noche merodeaban por las tierras. La vida en la tranquila comunidad vinícola de Orleans habría cambiado para siempre.
Su padre le enseñó el arte de la caza de animales por deporte a la edad de 12 años. Le explicó de que trataba la cadena alimenticia, y que el hombre era el depredador mayor. El resto de las criaturas debían quedar por debajo del poder del hombre. Materia que aprendería y ejercería a su propio juicio. Por entonces, las armas mas avanzadas eran el arco y la flecha, y la espada. En ambos destacaba como el caballero que su padre deseaba en el.
Era normal verlo luchar con su hermano menor en las tardes de verano en el frente del chalet. O practicar puntería con cualquier cosa que encontraran por el camino, salir a cazar o cabalgar en los corceles de su padre.
Dos años más tarde, durante una noche fresca de otoño, su hermano se tardó más de lo necesario al ir a buscar leños fuera de la casa. Klaus llegó a maldecirse al no haberlo acompañado aquella única vez, y en menos de media hora salió en su búsqueda. Comenzando por entre los cultivos de uva. Allí le encontró, el cuerpo de su hermano poseía múltiples mordidas: en las muñecas, brazos, cuello, he inclusive en las costillas. El dolor había desfigurado su expresión y había quedado gravada en su rostro de una forma terrorífica. Su padre no dudo en echarle culpa a los demonios de la noche; los vampiros.
Su rencor y sed, por entonces de venganza, lo arrastraron a seguir practicando puntería y lucha con la espada. En un principio contra su padre. Pero, no tardó en superarlo y entonces fue en busca de mejores contrincantes a la ciudad principal; París. Para cuando cumplía 20 años, ya estaba por seguro que quería anotarse para formar parte del ejército Francés. Aun que aún mas seguro se encontraba de querer asesinar a la bestia que había acabado con la vida de su hermano.
Al único ser humano que querría tanto en lo que iba de su vida, y no-vida.
Su orgulloso padre, dejaba en sus manos inclusive el trabajo de los viñedos y casi todo lo que poseía como único heredero de los bienes familiares.
Aquellos dichosos años no harían más que enseñarle su nueva obsesión: los bienes materiales, las mujeres hermosas, y los lujos. En poco tiempo, se convertía en un ferviente señor feudal. A los 24 años abandona las filas de la milicia Francesa, habiendo intervenido en un par de guerras. La guerra le agradaba, pero participar en ellas significaba dejar las comodidades y lujos a los que estaba tan aferrado. Sin olvidar, que cada hombre al frente, dejaba su vida por el bien común de la comunidad y el no era exactamente tan abnegado con su propia vida.
Aquel mismo año decide tomar compromiso con una destacable jovencita. De familia igualmente destacada, y que aseguraría así sus egocéntricos intereses. El único inconveniente era el matrimonio. Detestaba tener que tomar compromisos, y peor aún si estos significaban “para toda la vida”. Pero luego podría pensar como librarse de ese delicado escollo.
Dos años mas tarde, y aún peleando entre su orgullo y ambición había llevado a la joven al Chalet de su familia al sur de Francia. Una espléndida noche de verano que le esperaría mucho mas de lo que el había deseado hasta entonces. Kinklaus insistió con permanecer dentro. La joven no sólo tenía la corta edad de 17 años y era rubia, si no que además parecía ignorar completamente lo que sucedía en el mundo que la rodeaba. Al parecer nadie le había explicado que criaturas malditas merodeaban las noches de Francia, y el luego de la cena estaría encantado de contarle para asustarla. Sería un perfecto cuento para ir a dormir.
Se encontraban entonces en la sala de estar. Elizabeth estaba envuelta por uno de los varoniles brazos de Klaus, y mientras le acomodaba el cabello con una delicadeza que cualquiera podría desconocer por su parte, comenzaba apenas a iniciar el relato cuando ella apuntó a la ventana.
- Os juro que he visto algo. – Dijo exasperada después de que este le preguntara repetidamente; qué era lo que había visto. Pero, esta no sabía exactamente si describirlo como una virgen o una mujer muy veloz pasando por fuera de la casa.
- Creo que vuestra historia os esta asustando – Le contestó Klaus en un tono burlón mientras le abrazaba posesivamente a la vez que le besaba la frente mirando hacia la ventana. El sólo le creía a media y su orgullo no lo dejaría que lo aceptase frente a Eliza – Y solo para que os quedéis tranquila saldré a aseguraos que no hay nadie fuera– Le sonrió como normalmente lo había hecho con mas de una docena de mujeres, cortesanas, y otras.
- No os atreváis Klaus. Quedaos conmigo. – le rogó esta con su mejor rostro de piedad. Pero, él seguía sin desarrollar esa percepción. Por lo que se levantó del sofá y tras buscar su espada, flechas y un arco. Salió fuera.
- Permanece dentro Elizabeth. – Le dijo besando el dorso de su mano para rastrillar el frente del Chalet.
Su corazón palpitó como un caballo salvaje en una tarde de verano, golpeando sus cascos sobre las llanuras, probando su fuerza y vitalidad. Sus pasos lo alejaban uno a uno del Chalet, e ignoró los llamados que la joven le daba, rogando que volviese dentro.
Pero para unos minutos estaba demasiado lejos como para oírla, y su figura no era más que un borrón en el marco de la puerta.
Sintió una brisa a sus espaldas, y el susurrar del césped tras él. Fuera lo que fuera, lo estaba rodeando y con mas habilidad de la que se hubiera esperado. Finalmente aquel ser osaba por darle frente, y este no dudó con lanzar su flechas a una puntería letal, pero no suficiente para superar la agilidad y la rapidez de aquel ser.
La cual lo despojó del arco en un solo movimiento, que fuese una “mujer” o un intento de ello sólo hacía que su ego ardiera más en odio.
Desenfundó su espada y retó a la vampiresa, quién ignoró completamente el reto. Lo tomó por la muñeca en la que sostenía el arma, y lo acorraló contra uno de los primeros árboles del bosque a su espalda, con aquel gesto de depredador nocturno que provocaría las pesadillas mas oscuras no sólo a niños, si no también a grandes por igual.
El forcejeo parecía ser inútil pero distraía a la bestia mientras esta buscaba la manera de colgarse de su yugular. En ello logra alcanzar la daga bajo su camisa e incrustarla en un reflejo y sin mucho pensarlo, en la boca del estómago del demonio.
El chillido de dolor fue desgarrador. La vampiresa inmediatamente le soltó y retrocedió un par de pasos mientras su rostro, tras el sorpresivo ataque, parecía volverse el de una mujer, el de una humana.
Klaus no dudó por un segundo el volver a empuñar la espada para volver atacar. Al tiempo que apenas lograba definir el rostro de lo que parecía ser ahora una mujer, una de buenos atributos. Busco la forma de que la luz de la luna se reflejara en su rostro, y levantó el rostro de esta mientras ella buscaba la forma de quitar aquella daga de plata de su estómago.
La reconoció al instante a pesar de los años que habían pasado, ni siquiera tenía cabeza en el momento para contar cuantos, pero eran exactamente 17 años.
- ¿Katherine? – preguntaba una obviedad. Era ella.
Esta que aún parecía exhorta entre el dolor y la ira, con sus pupilas mas dilatadas que las de un ser natura. Pareció concentrarse al oír su voz. Y pudo contemplar con horror como sus ojos volvían a la normalidad, achicando sus pupilas y desapareciendo las venas alrededor y dentro de sus ojos.
- ¿Kinklaus? – dijo esta con la entre áspera y sutil. En aquel momento ella parecía ni ser humana, ni ser un demonio y aquello lo confundiría aun más.
Klaus blanqueo los ojos al oír su propio nombre. Detestaba que lo llamaran así. Pero, esa era la primera niña, con aspecto de mujer que había querido para si.
- El mismo. – Por un momento dudó en lo que haría. ¿Matarla?, acabar con ella y obtener su venganza por su hermano caído. Pero, era ella y ¿Cuántos mas?.
Esta pareció reunir las agallas para quitar el puñal de su estomago y lo dejó caer sobre el césped. – Maldita sea. – maldijo ella por lo bajo observando la daga cubierta en sangre en el piso. – Espero que no todos vengan armados con plata. – Katherine incluso reía de una forma que le provocaba querer dejarla con vida y estudiarla como si fuese un espécimen exótico.
- ¿Fuiste tu? ¿Tu asesinaste a Jean Luc?. – Le preguntó empuñando su espalda al cuello de la vampiresa que parecía levemente sorprendida.
- ¿Para que mataría yo a tu hermano?... o a ti. A penas si me entero que son tus tierras. – le contestó molesta abofeteando la espada, obligándolo a bajarla. – Quitaos eso de mi rostro. – ahora estaba mirándolo desafiante, estaba molesta y eso lo hacía ahogarse en adrenalina.
- Dime quien entonces. – observó entonces que la mirada de Katherine se desviaba a un lado, y conservó el silencio.
- ¿Qué haces Katherine?. – le preguntaba una voz femenina pero severa a espaldas a ella, y Klaus asomó su rostro para reconocerla como su madre, que se conservaba tal y como la había conocido hacia… Y su memoria no le había fallado. - ¿Qué esperas? Mátalo. O lo haré yo, se ve muy apuesto como para drenarlo de una sola vez. – su madre se cruzó de brazos y esperó con impaciencia. Mientras el conservaba la quietud, pero no la calma.
El miedo le ascendía por los brazos, dejándole los bellos erizados. La vampiresa volteó a ver a su madre por una milésima de segundo y a la otra, esta se le había abalanzado sin dudarlo al cuello.
Ella succionaba a una velocidad que lo hacía delirar, perdía el piso por abajo de sus pies y el mundo daba vueltas a su alrededor. Pronto sus piernas dejaban de ser un soporte, y caía de rodillas a los pies de su propia obsesión. Su figura no era mas que un borrón con vestido, y con la poca conciencia que le quedaba la detesto, la odio y repudió por ser aún más fuerte que su voluntad de matarla.
Pero ella le dio de beber algo que no sólo le daba asco al sentir su sabor, si no que sus instintos pedían a gritos como si fueran tragos de agua fresca.
Días después de su transformación de superados los días y las noches más dolorosas y difíciles de su reciente no-vida. Vuelve durante la noche a su hogar. Encontrando el cuerpo de su prometida acribillado en el piso de su casa. Cuestión que poco le importo, pero si buscó a sus padres con desesperación, encontrándolos en las mismas condiciones en la habitación matrimonial.
La querría muerta a cualquier costo, bajo cualquier método o situación. Pero, no volvió a encontrarla. En ninguna parte, la esperaba muerta, la esperaba ardiendo en el infierno, por toda una eternidad.
Los hechos en su vida, no nos dejan mas a la conclusión que siempre ha sido el ser que es. Vivo o no-muerto, soberbio, ambicioso, ego centrista, mujeriego y por un gusto especial por la caza y la supremacía sobre las otras especies.
En un principio la aceptación a las nuevas normas de subsistencia no le eran agradables. Sin embargo, llega a la conclusión que para ser un demonio es para lo que ha nacido objetando para ello en el hecho de la eterna juventud, el poder, los placeres carnales y materiales, y los lujos. Todo lo que pudiese obtener sin preocuparse por la muerte como hecho natural. Para el mundo era Señor y en su boca moría el secreto de un demonio que disfrutaba con el vivir a costas del líquido vital de quienes tienen sus horas contadas. Sin pesares, sin remordimientos y sin escatimar cantidades, de sangre, de riquezas o de lo que le sea necesario para sentir placer.
-Datos Extras:
~Siempre trae consigo una daga, con la cual piensa matar a Katherine
Kin Klaus
-Edad:
27 años de apariencia/ 953 años reales
-Especie:
Vampiro
-Tipo y Clase Social:
Clase Alta
-Orientación Sexual:
Heterosexual
-Lugar de Origen:
Sur de Francia
-Habilidad/Poder:
* Control de emociones: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder. Como por ejemplo intentar hacer que en todo momento esa persona esté contenta como si de un hijo o algún pariente muy estimado se tratara.
* Persuasión: Capacidad de hacer que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.
* Sanación acelerada: Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión
-Descripción Física:
- Spoiler:
-Descripción Psicológica:
Es el tipico hombre serio y frio que puedes encontrarte, pues la mayoria de las veces es serio con las personas que ni siquiera conoce, casi nunca habla de el pues es demasiado desconfiado con las personas, mas que con algunas excepsiones. Demasiado insensible, no siente dolor por las personas, solo con algunas,es sobreprotector con todas esas personas, no les gusta verlas sufrir y lucharía y dañaría a cualquiera persona que las hiciera sufrir, sea quien sea, en momentos en que se siente solo se encierra quedándose solo, no le gusta que nadie lo vea cuando esta asi, se considera debil si esta asi. Kin jamas se rinde, siempre tiene lo que se propone, es muy perseverante y no se deja de nadie, le encanta pelear y discutir y ver a las personas frustradas, se alimenta de sus malos pensamientos y eso lo hace más fuerte, no duda en asesinar y lo ha hecho para cumplir sus metas. En cuanto al amor solamente ocupa una mínima parte en su vida, jamas se ha interesado en mantener una relaciona estable con alguna chica, casi todas las veces con las personas que sale es para desaburrirse o simplemente pura diversion, muy poco romántico pero puede dejar ese defecto una vez cuando encuentre el amor verdadero. Le interesan muy poco lo que ocurra a su alrededor ya que a el solo le interesa obtener su venganza
-Historia:
Probablemente muchos médicos buscarían el porque de los comportamientos mas primitivos y salvajes de los vampiros, de los dementes, o mas sintéticamente; de Klaus. Para ello deberían poder volver siglos en el pasado, y comenzar a estudiar su vida a partir de su infancia. Donde lo que es hoy se comenzó a gestarse a partir de sus 5 años.
Es desde entonces que Klaus conserva recuerdos de su patética vida humana.
Orleans, 839 d. C.
Sus padres poseían entonces tierras, viñas y bodegas al sur de Galia, mejor conocida en la actualidad como Francia. Su padre era de origen Ruso, Frederick Khar. Su madre era originaria de estas tierras, y parte de los terrenos los había heredado de su familia, la otra parte eran inversiones de su esposo.
El era uno de los 4 hijos del matrimonio. Dos hermanas mellizas mayores, y un hermano menor. Las dos mujeres vivían en la ciudad, con sus respectivos prometidos.
Jean Luc, su hermano, y él compartían tardes de juego con otros tres niños, a los que se podían considerar “vecinos” si se obviaba las distancias que imponían los terrenos de cultivos y las hileras de bosques.
Klaus recuerda claramente los nombres; Sebastian, Clarisse y Katherine. De la última, ni los siglos le podrían hacer olvidar su rostro. Esa niña había sido su primera obsesión al tener siete años. Obsesión por la cual llego a pelear con Sebastian. Ambos deseaban a Katherine a pesar que era menor que ambos por dos años.
Dos años mas adelante, ella sería motivo para que nuestro anfitrión tomase la decisión de amenazar a muerte al otro niño, quién por el resto del año no volvió acercarse al grupo, y menos aún lo hizo Clarisse, su hermana. Eso le dejaba el camino libre para avanzar a la niña de por entonces 7 años, quién no comprendía los motivos y comportamientos que él tenia hacia con ella.
Era un hecho desde entonces, que Klaus no era un Romeo en materia del “amor” y que jamás lograría desarrollar ese tacto en su sensibilidad.
A mediados de ese año la niña desapareció, junto con las noticias de que demonios de la noche merodeaban por las tierras. La vida en la tranquila comunidad vinícola de Orleans habría cambiado para siempre.
Su padre le enseñó el arte de la caza de animales por deporte a la edad de 12 años. Le explicó de que trataba la cadena alimenticia, y que el hombre era el depredador mayor. El resto de las criaturas debían quedar por debajo del poder del hombre. Materia que aprendería y ejercería a su propio juicio. Por entonces, las armas mas avanzadas eran el arco y la flecha, y la espada. En ambos destacaba como el caballero que su padre deseaba en el.
Era normal verlo luchar con su hermano menor en las tardes de verano en el frente del chalet. O practicar puntería con cualquier cosa que encontraran por el camino, salir a cazar o cabalgar en los corceles de su padre.
Dos años más tarde, durante una noche fresca de otoño, su hermano se tardó más de lo necesario al ir a buscar leños fuera de la casa. Klaus llegó a maldecirse al no haberlo acompañado aquella única vez, y en menos de media hora salió en su búsqueda. Comenzando por entre los cultivos de uva. Allí le encontró, el cuerpo de su hermano poseía múltiples mordidas: en las muñecas, brazos, cuello, he inclusive en las costillas. El dolor había desfigurado su expresión y había quedado gravada en su rostro de una forma terrorífica. Su padre no dudo en echarle culpa a los demonios de la noche; los vampiros.
Su rencor y sed, por entonces de venganza, lo arrastraron a seguir practicando puntería y lucha con la espada. En un principio contra su padre. Pero, no tardó en superarlo y entonces fue en busca de mejores contrincantes a la ciudad principal; París. Para cuando cumplía 20 años, ya estaba por seguro que quería anotarse para formar parte del ejército Francés. Aun que aún mas seguro se encontraba de querer asesinar a la bestia que había acabado con la vida de su hermano.
Al único ser humano que querría tanto en lo que iba de su vida, y no-vida.
Su orgulloso padre, dejaba en sus manos inclusive el trabajo de los viñedos y casi todo lo que poseía como único heredero de los bienes familiares.
Aquellos dichosos años no harían más que enseñarle su nueva obsesión: los bienes materiales, las mujeres hermosas, y los lujos. En poco tiempo, se convertía en un ferviente señor feudal. A los 24 años abandona las filas de la milicia Francesa, habiendo intervenido en un par de guerras. La guerra le agradaba, pero participar en ellas significaba dejar las comodidades y lujos a los que estaba tan aferrado. Sin olvidar, que cada hombre al frente, dejaba su vida por el bien común de la comunidad y el no era exactamente tan abnegado con su propia vida.
Aquel mismo año decide tomar compromiso con una destacable jovencita. De familia igualmente destacada, y que aseguraría así sus egocéntricos intereses. El único inconveniente era el matrimonio. Detestaba tener que tomar compromisos, y peor aún si estos significaban “para toda la vida”. Pero luego podría pensar como librarse de ese delicado escollo.
Dos años mas tarde, y aún peleando entre su orgullo y ambición había llevado a la joven al Chalet de su familia al sur de Francia. Una espléndida noche de verano que le esperaría mucho mas de lo que el había deseado hasta entonces. Kinklaus insistió con permanecer dentro. La joven no sólo tenía la corta edad de 17 años y era rubia, si no que además parecía ignorar completamente lo que sucedía en el mundo que la rodeaba. Al parecer nadie le había explicado que criaturas malditas merodeaban las noches de Francia, y el luego de la cena estaría encantado de contarle para asustarla. Sería un perfecto cuento para ir a dormir.
Se encontraban entonces en la sala de estar. Elizabeth estaba envuelta por uno de los varoniles brazos de Klaus, y mientras le acomodaba el cabello con una delicadeza que cualquiera podría desconocer por su parte, comenzaba apenas a iniciar el relato cuando ella apuntó a la ventana.
- Os juro que he visto algo. – Dijo exasperada después de que este le preguntara repetidamente; qué era lo que había visto. Pero, esta no sabía exactamente si describirlo como una virgen o una mujer muy veloz pasando por fuera de la casa.
- Creo que vuestra historia os esta asustando – Le contestó Klaus en un tono burlón mientras le abrazaba posesivamente a la vez que le besaba la frente mirando hacia la ventana. El sólo le creía a media y su orgullo no lo dejaría que lo aceptase frente a Eliza – Y solo para que os quedéis tranquila saldré a aseguraos que no hay nadie fuera– Le sonrió como normalmente lo había hecho con mas de una docena de mujeres, cortesanas, y otras.
- No os atreváis Klaus. Quedaos conmigo. – le rogó esta con su mejor rostro de piedad. Pero, él seguía sin desarrollar esa percepción. Por lo que se levantó del sofá y tras buscar su espada, flechas y un arco. Salió fuera.
- Permanece dentro Elizabeth. – Le dijo besando el dorso de su mano para rastrillar el frente del Chalet.
Su corazón palpitó como un caballo salvaje en una tarde de verano, golpeando sus cascos sobre las llanuras, probando su fuerza y vitalidad. Sus pasos lo alejaban uno a uno del Chalet, e ignoró los llamados que la joven le daba, rogando que volviese dentro.
Pero para unos minutos estaba demasiado lejos como para oírla, y su figura no era más que un borrón en el marco de la puerta.
Sintió una brisa a sus espaldas, y el susurrar del césped tras él. Fuera lo que fuera, lo estaba rodeando y con mas habilidad de la que se hubiera esperado. Finalmente aquel ser osaba por darle frente, y este no dudó con lanzar su flechas a una puntería letal, pero no suficiente para superar la agilidad y la rapidez de aquel ser.
La cual lo despojó del arco en un solo movimiento, que fuese una “mujer” o un intento de ello sólo hacía que su ego ardiera más en odio.
Desenfundó su espada y retó a la vampiresa, quién ignoró completamente el reto. Lo tomó por la muñeca en la que sostenía el arma, y lo acorraló contra uno de los primeros árboles del bosque a su espalda, con aquel gesto de depredador nocturno que provocaría las pesadillas mas oscuras no sólo a niños, si no también a grandes por igual.
El forcejeo parecía ser inútil pero distraía a la bestia mientras esta buscaba la manera de colgarse de su yugular. En ello logra alcanzar la daga bajo su camisa e incrustarla en un reflejo y sin mucho pensarlo, en la boca del estómago del demonio.
El chillido de dolor fue desgarrador. La vampiresa inmediatamente le soltó y retrocedió un par de pasos mientras su rostro, tras el sorpresivo ataque, parecía volverse el de una mujer, el de una humana.
Klaus no dudó por un segundo el volver a empuñar la espada para volver atacar. Al tiempo que apenas lograba definir el rostro de lo que parecía ser ahora una mujer, una de buenos atributos. Busco la forma de que la luz de la luna se reflejara en su rostro, y levantó el rostro de esta mientras ella buscaba la forma de quitar aquella daga de plata de su estómago.
La reconoció al instante a pesar de los años que habían pasado, ni siquiera tenía cabeza en el momento para contar cuantos, pero eran exactamente 17 años.
- ¿Katherine? – preguntaba una obviedad. Era ella.
Esta que aún parecía exhorta entre el dolor y la ira, con sus pupilas mas dilatadas que las de un ser natura. Pareció concentrarse al oír su voz. Y pudo contemplar con horror como sus ojos volvían a la normalidad, achicando sus pupilas y desapareciendo las venas alrededor y dentro de sus ojos.
- ¿Kinklaus? – dijo esta con la entre áspera y sutil. En aquel momento ella parecía ni ser humana, ni ser un demonio y aquello lo confundiría aun más.
Klaus blanqueo los ojos al oír su propio nombre. Detestaba que lo llamaran así. Pero, esa era la primera niña, con aspecto de mujer que había querido para si.
- El mismo. – Por un momento dudó en lo que haría. ¿Matarla?, acabar con ella y obtener su venganza por su hermano caído. Pero, era ella y ¿Cuántos mas?.
Esta pareció reunir las agallas para quitar el puñal de su estomago y lo dejó caer sobre el césped. – Maldita sea. – maldijo ella por lo bajo observando la daga cubierta en sangre en el piso. – Espero que no todos vengan armados con plata. – Katherine incluso reía de una forma que le provocaba querer dejarla con vida y estudiarla como si fuese un espécimen exótico.
- ¿Fuiste tu? ¿Tu asesinaste a Jean Luc?. – Le preguntó empuñando su espalda al cuello de la vampiresa que parecía levemente sorprendida.
- ¿Para que mataría yo a tu hermano?... o a ti. A penas si me entero que son tus tierras. – le contestó molesta abofeteando la espada, obligándolo a bajarla. – Quitaos eso de mi rostro. – ahora estaba mirándolo desafiante, estaba molesta y eso lo hacía ahogarse en adrenalina.
- Dime quien entonces. – observó entonces que la mirada de Katherine se desviaba a un lado, y conservó el silencio.
- ¿Qué haces Katherine?. – le preguntaba una voz femenina pero severa a espaldas a ella, y Klaus asomó su rostro para reconocerla como su madre, que se conservaba tal y como la había conocido hacia… Y su memoria no le había fallado. - ¿Qué esperas? Mátalo. O lo haré yo, se ve muy apuesto como para drenarlo de una sola vez. – su madre se cruzó de brazos y esperó con impaciencia. Mientras el conservaba la quietud, pero no la calma.
El miedo le ascendía por los brazos, dejándole los bellos erizados. La vampiresa volteó a ver a su madre por una milésima de segundo y a la otra, esta se le había abalanzado sin dudarlo al cuello.
Ella succionaba a una velocidad que lo hacía delirar, perdía el piso por abajo de sus pies y el mundo daba vueltas a su alrededor. Pronto sus piernas dejaban de ser un soporte, y caía de rodillas a los pies de su propia obsesión. Su figura no era mas que un borrón con vestido, y con la poca conciencia que le quedaba la detesto, la odio y repudió por ser aún más fuerte que su voluntad de matarla.
Pero ella le dio de beber algo que no sólo le daba asco al sentir su sabor, si no que sus instintos pedían a gritos como si fueran tragos de agua fresca.
Días después de su transformación de superados los días y las noches más dolorosas y difíciles de su reciente no-vida. Vuelve durante la noche a su hogar. Encontrando el cuerpo de su prometida acribillado en el piso de su casa. Cuestión que poco le importo, pero si buscó a sus padres con desesperación, encontrándolos en las mismas condiciones en la habitación matrimonial.
La querría muerta a cualquier costo, bajo cualquier método o situación. Pero, no volvió a encontrarla. En ninguna parte, la esperaba muerta, la esperaba ardiendo en el infierno, por toda una eternidad.
Los hechos en su vida, no nos dejan mas a la conclusión que siempre ha sido el ser que es. Vivo o no-muerto, soberbio, ambicioso, ego centrista, mujeriego y por un gusto especial por la caza y la supremacía sobre las otras especies.
En un principio la aceptación a las nuevas normas de subsistencia no le eran agradables. Sin embargo, llega a la conclusión que para ser un demonio es para lo que ha nacido objetando para ello en el hecho de la eterna juventud, el poder, los placeres carnales y materiales, y los lujos. Todo lo que pudiese obtener sin preocuparse por la muerte como hecho natural. Para el mundo era Señor y en su boca moría el secreto de un demonio que disfrutaba con el vivir a costas del líquido vital de quienes tienen sus horas contadas. Sin pesares, sin remordimientos y sin escatimar cantidades, de sangre, de riquezas o de lo que le sea necesario para sentir placer.
-Datos Extras:
~Siempre trae consigo una daga, con la cual piensa matar a Katherine
- Spoiler:
Última edición por Kinklaus el Miér Jun 15, 2011 7:21 pm, editado 1 vez
Kinklaus- Vampiro Clase Alta
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Re: Ficha de un vampíro en busca de vendetta(Ficha Terminada)
Cuando termines tu ficha postea acá mismo para que un administrador pase a aprobarte la ficha.
Invitado- Invitado
Kinklaus- Vampiro Clase Alta
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Re: Ficha de un vampíro en busca de vendetta(Ficha Terminada)
FICHA APROBADA
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Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
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