AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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† IVY LEONHART HEARTILLY †
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† IVY LEONHART HEARTILLY †
IVY † LEONHART † HEARTILLY
Edad ~ 24
Especie ~ Humana
Tipo y Clase Social ~ Clase Alta / Cortesana
Orientación Sexual ~ Bisexual
Lugar de Origen ~ Segovia, España
Especie ~ Humana
Tipo y Clase Social ~ Clase Alta / Cortesana
Orientación Sexual ~ Bisexual
Lugar de Origen ~ Segovia, España
- I V Y L E O N H A R T -† * †- H E A R T I L L Y:
† DESCRIPCION PSICOLÓGICA †
- IVY LEONHART † HEARTILLY -
- IVY LEONHART † HEARTILLY -
Caprichosa, segura, amable, fría, calculadora, ágil, juguetona, enamoradiza, maternal, le encantan los bebes, pero a veces pierde la paciencia. Paciente, tranquila a veces y cuando esta alegre y eufórica, lo único que quiere es disparar y entrenar contra todo aquello que se mueva. Desde niña, no quería ver un arma delante de ella, pero ahora no puede vivir sin Valentine, su más preciado sable de punta de acero que guarda para ocasiones especiales. ¿Por dónde íbamos? Así...Calculadora y fría cuando la situación lo requiere. Antes era una cobarde, pero con la vida que adquirió al ser parte de su nueva familia, se convirtió en una niña bastante camota y bastante peleona, no puede quedarse de brazos cruzados y siente la necesidad de golpear algo para desahogarse. No le importaría un vampiro o un licántropo contra el cual luchar y ya que esta, hace parte de su trabajo que es el de ordenar la habitación que Dios dejo patas arriba cuando se fue de su trono y cerró el telón del dosel de su cama. Para ella la elegancia y la seducción son sus puntos más estrictos a seguir bajo un poco de coqueteo, un guiño y una dulce sonrisa de sus sugerentes labios. No todo en Ivy es belleza y agilidad de un doble disparo junto con una buena puntería. Puede llegar a ser la concubina del mismísimo Satanás. Hecha para matar y aniquilar lentamente a su presa bajo el velo del rencor y la pasión desenfrenada. Atrevida, pero en cuanto la situación lo requiere juega bajo la máscara de la educación de la más alta clase, el lujo entra en su vida, los manjares, los vestidos caros, todo a un precio alto por hacerse conocer como una cortesana de categoría. No acepta menos de un insignificante fajín de billetes y menos dejarla a medias, tanto en la cama, como en batalla. Juega a ser una sombra en la noche para luego descubrir su encanto entre las sabanas. Aparte del lujo, tiene otros....placeres. Por la mañana, juega el papel de una señorita con clase mientras actúa con delicadeza y gracia, pero a veces, Ivy tiene puntos débiles. Es humana y tiene sentimientos. No le gusta que huyan de ella, pues hace que se sienta humillada e intenta que no suceda con un simple movimiento del gatillo de su pistola. Raramente, alguien que la deja frente a la desidia y a la vergüenza haya podido salir impoluto de la pólvora o del filo de su sable pistola. Raramente...digamos que solo se le escapo a una persona que le dejo sin nada. Pero eso, es algo más que un cuento para dormir.
† HISTORIA †
31 – 10 - 1776
Segovia, España
En algun lugar remoto de las escrituras del crepusculo.......
Amenazaba una guerra cerca de la frontera española.
Más allá de la muralla que separaba Francia de España, se encontraba la ciudad de Segovia. Rica en arquitectura y en cultura. En 1720, Felipe V decide construir un palacio sobre una granja de los monjes jerónimos de Segovia. Eso supuso que se mejoraría el camino de Valsaín hacia Madrid. También se reparaba la antigua carretera de Castilla debido a que los reyes venían a cazar a Lobones, al oeste de Segovia. Los trabajos comenzaron en 1618 con el terraplenado y construcción de unos diques desde la puerta de San Juan hasta iglesia de San Gil.
En 1714 se emprendía el tramo comprendido entre La Puente Castellana y La Fuencisla y en 1721 se concluía tal y como la vemos hoy día. Al final, donde termina el territorio de la ciudad, se levantó un arco de triunfo, obra de Juan Ferreras. Otro similar se dispuso junto a la ermita del Cristo del Mercado, al principio de la carretera de Madrid. Ambas fábricas son el canto del cisne de la arquitectura edilicia hasta que, a mediados del XIX, se reanude la Plaza Mayor. En 1763 se funda en el arrabal grande la Real Fábrica de Paños Superfinos de la Compañía, en lo que se conoce hoy como Regimiento de Artillería que estuvo en funcionamiento hasta el siglo XIX y dentro de 13 años, la familia Sánchez Rodríguez, seria bendecida con el nacimiento de un bebe, al que pondrían de nombre Ivy, un nombre otorgado a las de damas de la muerte bajo el grito ahogado de la hiedra alrededor del cuello de su víctima.
La familia Sánchez, con su primogenitor al frente y siendo el capitán de una importante flota Española, navegaba los mares del pacifico hasta que una noche que descansaba dentro de su camarote, le llego la noticia de que su única esposa, había dado a luz hace tres días. El 31 de octubre de 1776 nació Ivy Sánchez Rodríguez, y al parecer dentro del sobre había algo más que una buena noticia. Asustado, Cervantes destrozo el sobre con un poco de miedo, para al final descubrir un papel cuadrado con una mancha negra en el centro del papel. Abrió los ojos de par en par. La maldición pirata incluso circulaba por el ámbito noble. Se cayó de espaldas sobre el colchón mullido de plumas y se llevo las manos a la cabeza, para después soltar un grito de desesperación y de agonía acumulada en los confines de la noche. Durante muchos años, la familia había gozado de buena fama y dinero. Habían ido a los bailes y presentaciones de todos los lugares por su buena reputación, pero al parecer, siempre todo tiene un fin que aparece cuando menos te lo esperas. A la mañana siguiente, el cabeza de familia sufría un ataque pulmonar al que acabo siendo asesinado por su contramaestre para dejar de verlo sufrir en la agonía del dolor. El velatorio fue ejecutado de inmediato y parte del barco volvía a tierra española para dar la noticia a Felipe V y a su corte.
Toda la corte Española estaba presente en cuanto la noticia llego a oídos del rey. La mujer de Cervantes, Alexandrea Rodriguez, no asistió aquella vez a la reunión en la corte pues tenía que mantener reposo por el duro parto de la niña. En el parto, la señora tuvo que ser atendida por un medico de inmediato a la vez que las matronas intentaban sacar a Ivy del vientre de su madre. Tanto insistía en no salir que el médico tuvo que procesar el parto mediante cesaría y por fin tuvieron a Ivy entre los brazos. Alexandrea respiraba aliviada al fin y pudo echarse una cabezadita después de mirar a los ojos de su hija. Pasaron tres años y la noticia nunca había llegado a oídos de Alexandrea, pero sí de Ivy. Una vez, estando jugando en su cuna antes de irse a dormir, vio como su madre se acostaba sola, con el rostro cansado de no tener al amor de su vida a su lado. Ivy sollozó para atrapar la atención de su madre, pero Morfeo fue más rápido y junto con su osito Ozzy, se durmió en su bella cuna de madera que su querido tío fabrico para Ivy. A la mañana siguiente despertó en su cuna y vio a unos extraños hombres vestidos de negro y con sombreros de copa. Ladeo curiosa la cabeza mientras se sostenía de la alta barra y vio como entraba una señora de gafas y con un moño en lo alto de su cabeza. Parecía decir algo a los señores de negro mientras miraban a Ivy, que ya a su corta edad, meneaba su culito envuelto en pañales de un lado para otro. Los hombres de negro salieron de la habitación dejando a solas a la niña con la extraña mujer que fue acercándose a ella poco a poco. La mujer la miro y le acaricio el rostro para luego cogerla en brazos. Ivy se resistía y comenzó a patalear en los brazos de la mujer que al final perdió la paciencia con ella y la dejo en la cuna de nuevo. Ivy se alejo y se dirigió hacia donde estaba su osito de peluche y lo agarro fuertemente.
Entonces la mujer suspiro y comprendió que no quería irse sin el peluche lo que le hizo sonreír ampliamente. Y entonces, Ivy no opuso resistencia alguna, pues ya no sabía adónde la llevaban. ¿A desayunar papilla? Eso sí, se la llevaron a la cocina y vio a un montón de gente vestidos todos de negro. Ella no sabía que ocurría pero se centro en la papilla de cereales que le habían hecho. Jugo varias veces con la papilla que tuvieron que bañarla después de haberse pringado totalmente de la papilla. La señora después del baño, cogió a Ivy en brazos junto con Ozzy para suspirar mientras la miraba tiernamente y con un rostro cansado. Mientras se dirigían hacia la puerta principal, la mujer miraba tristemente lo que ocurría. Poso su mirada en Ivy y la dio un beso en la mejilla.
-Lo siento pequeña-Dijo la señora con una voz cansada. Ivy la miraba sin entender, pero ahora quería estar en los brazos de su madre.
-¿¡ami?!-Pregunto ladeando su cabeza fisgona por saber la respuesta. Lo único que vio es que la señora negaba de un lado para otro, pero tampoco supo que significaba aquello pues no le dio importancia. Ivy fue internada en un orfanato. Muy a su pesar, la pobre mujer de rostro cansado y con gafas de media luna, tuvo que dejar a Ivy al amparo del azar y del destino.
Ivy creció en el orfanato como una niña perdida, entre los rincones del orfanato. Comía, dormía y jugaba con su osito de peluche. Pero no le gustaba estar sola. En cambio, el destino tiene muchos caminos aun sin descubrir, pues posiblemente algo podría cambiar en su vida. Para entonces, Ivy ya tendría 10 años para cuando decidió escaparse del orfanato, pues no se adaptaba, era estudiosa y hacia las tareas que le eran encomendadas, pero no le era suficiente. La curiosidad de ver mundo, de ser libre, se grabo tanto en ella, que cada vez que hacia luna llena se subía al tejado para observar las estrellas y contemplar a la vez a la diosa más bella de todas, la luna. Para Ivy, al ver la luna le relajaba de tal manera que esa noche soltó su primera lágrima. Sus primeras lágrimas salieron rebeldes, deslizándose por sus rosadas mejillas hasta que no pudo aguantar más y romper a llorar. La noche en las tierras españolas tenía una caricia tan especial que podria robarte una sonrisa en el único día que, sabes que llegaste al mundo por primera vez.
Esa noche era el cumpleaños de Ivy y aun nadie se acordaba por muchas veces que se lo dijera a la directora o a alguna institutriz del orfanato. Observaba la luna con atención mientras sus dorados cabellos bailaban sutilmente a favor del viento mientras lloraba en silencio. La vela aromatizada que encontró cuando paseaba con su antigua amiga, la sostenía en sus manos y la tenia encendida esperando a ser apagada. La llama bailaba en vilo esperando a ser apagada. Solo necesitaba un empujoncito, pero no podía. No tenia ánimos de celebrar sola su decimo cumpleaños y ya habían sido muchos para querer continuar con otro en soledad. Se fijo en la llama y soplo secamente, para luego tirar la vela al vacío desde el tejado. Se puso a mirar el horizonte mientras escondía su pecho en sus piernas y se acariciaba las pantorrillas en silencio. De repente antes de que cerrara los ojos un grito de dolor retumbo en el piso de abajo, justo en la entrada del orfanato. El nombre de Ivy retumbo en el orfanato a grito pelado por la directora del orfanato. Fue descubierta en el tejado por sus compañeras de habitación y para cuando subió la directora seguida de un hombre rubio, de ojos verdes y junto con la entidad de dos policías al lado, se dirigieron hacia donde se encontraban las compañeras de Ivy sujetándola por la espalda fuertemente y una de ellas, le tiraba del mentón hacia arriba mientras Ivy suplicaba entre lágrimas que la soltaran, que ella no había hecho nada malo y que simplemente estaba celebrando su cumpleaños a solas. El grupo de niñas malcriadas rompieron a carcajadas justo cuando el grupo de adultos irrumpió en la sala. La directora reparó su postura erguida mientras establecía un rostro gélido sobre la infantil silueta de Ivy.
Ivy no lograba soltarse de las niñas. El hombre de ojos verdes estaba viendo sufrir a aquella niña hasta que se le rompió el corazón cuando vio la escena de la directora acercándose a la niña con un cinturón que saco de su escote. Las niñas dieron la vuelta a Ivy para luego romperle el camisón que llevaba puesto. La directora con el rostro serio, alzó la mano, pero para cuando esta lanzó su primer latigazo contra Ivy, aquel hombre se interpuso en su camino. La mujer lo vio ponerse en medio y el consiguió atrapar el castigo injusto que se le había impuesto a Ivy. Furiosa se marcho hacia atrás e hizo dar una orden a los policías para que detuvieran a la niña y al hombre que la había defendido. El hombre con una sonrisa burlona, cogió a Ivy en brazos lanzando contra los colchones que se almacenaban en la alcoba a las niñas que la retenían. Los policías comenzaron a reírse mientras se acercaban a la directora y uno le sujetaba por detrás, para que el otro pudiera rodearla por la cintura y sonreír mostrando unos afilados colmillos. La señora se puso pálida al instante en cuanto vio los colmillos y esta soltaba un grito de dolor e impotencia. El hombre humano que sostenía a Ivy en brazos, la acurruco contra su pecho para que no viera ni escuchara nada de lo que estaba pasando. Comprendió que lo que paso con la vela de cera, era una chiquillada sin importancia. Acariciaba sus cabellos dorados y estropeados por el poco cuidado del orfanato, pero Ivy sonreía por primera vez. ¿Esa noche iba a cambiar? ¿Esa noche...podría sonreír sin tapujos? El aroma de aquel hombre, hizo que mil sensaciones recorrieran su cuerpo sintiéndose segura en sus brazos. Con una mano acaricio la solapa de su camisa y le regalo aquella sonrisa de sus pequeños labios, agradeciéndole lo que había hecho por ella esa noche. El hombre le acaricio el rostro con el dorso de la mano para luego limpiarla de cualquier signo de dolor que hubiera en su pequeño corazón. Ivy se acurruco en él y después de tanto tiempo, sufrió el embrujo de Morfeo sobre los brazos de aquel ángel que la había salvado de un injusto castigo. Las niñas horrorizadas al ver el cadáver de la directora tirada en el suelo, fueron llevadas a un reformatorio que habían inaugurado en Madrid. Y esa noche, todo cambio para Ivy. Esa noche, bajo la vigilancia constante de las estrellas junto con su madre la luna, aquel hombre se dirigió hacia un carruaje de aspecto lujoso que tenia grabado unas iniciales en la parte trasera al lado de las ruedas de madera. Ivy observo al hombre que sonreía de oreja a oreja, ella no entendía nada pues el temblor de cuando bajaba las escaleras la había despertado. ¿Qué le resultaba tan gracioso? Acababa de sufrir innecesariamente y ahora él sonreía. No había quien entendiera a los adultos. De todas maneras, eso le importo poco pues cuando salió a la calle cambio de un rostro sonriente a un rostro serio, sin expresión alguna y con la mirada fijada en la noche española, procurando que nadie fuera testigo de su presencia. Todos sin excepción desaparecieron en la noche tras haberse metido dentro del carruaje en dirección a una nueva vida para Ivy. A partir de aquella noche, Ivy comenzó a formar parte de la familia Leonhart Heartilly, una familia reconocida entre la corte española y entre la corte francesa. La familia Leonhart fueron galardonados con felicitaciones de que por fin habían conseguido obtener un heredero al trono. Falsedad de la familia Leonhart, porque Ivy no fuera tachada de bastarda. La relaciones entre la corte crecieron y hubo un crecimiento favorable en lo que se refería a los negocios del padre adoptivo de Ivy.
Su nuevo padre, ascendió de puesto en el banco en el que trabajaba y fue sorprendiéndose de la buena suerte que cayó en sus brazos. Si no hubiera sido por Ivy aquella noche, ya no viviría para contarlo. Por otro lado, su nueva madre se había vuelto una hermosa dama de la corte y consiguió llegar a ser una dama de fidelidad para la reina. Todo se convirtió en oro y en caprichos para Ivy, seguido de vestidos lujosos, invitaciones para bailes en la corte y algún que otro capricho que a ella se le antojara a primeras de cambio.
Bueno, esta es la historia de Ivy... ¿Cómo? ¿Que me he saltado la parte en la que nuestra niña caprichosa se vuelve aún mas ociosa y mas sedienta de placer? Pues no os dejare con la miel en los labios. –Guiño-
En el duodécimo cumpleaños de Ivy, todo estaba preparado. Llevaba un año y por primera vez había celebrado su cumpleaños y este año esperaba que así fuese. Estaba en su habitación abriendo un regalo de cumpleaños que le había regalado su padre, una hermosa espada con la empuñadura que envolvía su mano por completo por el grabado de una enredadera acabando en una rosa. De joyas incrustadas en la empuñadura, brillaban rubíes y zafiros. Solo puso una cara de disgusto y al desaparecer su padre de la habitación, la guardo dentro del armario. Minutos después escucho el grito de su madre en la habitación contigua e inconscientemente empuño la espada doble filo y salió corriendo hacia donde escucho el grito, pero era demasiado tarde y lo único que vio dentro de la habitación, fue los cadáveres de sus padres ensangrentados y una silueta en la oscuridad que salía huyendo por la ventana. Fijo una mirada de odio hacia donde se fue el engendro y a pesar de su corta edad, quería buscar a esa persona para que sufriera lo mismo, pero era una niña y nadie la haría caso. A los dos días fue trasladada a la pequeña mansión de su abuela materna que la recibió con los brazos abiertos. La acompaño hasta su nueva habitación y le regalo un colgante en forma de rosa. Ivy nunca se lo quitaría para nada. Las semanas pasaron y una vez que esperaba a su abuela de que saliera de una tienda, observo al chico de los periódicos a quien le saco la lengua descaradamente pues no dejaba de observarla con un poco de rubor en las mejillas del muchacho. Ivy, puso una pose fría y recta para hacer ver al muchacho de su posición social y de que no la subestimara. El chico sonrió de lado lascivamente y entonces le lanzo un beso a lo que Ivy reacciono con un sonrojo en sus mejillas y un rechinar de dientes de la rabia. “Gentuza...”-Pensó. Esa misma tarde cogió un recorte de periódico y leyó que estaban muriendo gente misteriosamente. Frunció el ceño y comenzó a preocuparse, pero seguramente sería todo falso, un juego para asustar a la gente. No se lo creyó hasta que dando un paseo por las calles de Segovia, vio a unos hombres vestidos con capas negras y al alcalde al lado de ellos. Se extraño, pues se escondió cerca de una pared para escuchar lo que decían, pero escondida desde tan lejos, no escuchaba nada. Intentaba acercarse pero un hombre, junto con cuatro más iguales que él, rodearon en círculo a Ivy y mirándolas con aquellas caras serias. Ivy no se cohibió para su edad y fijo su mirada en la del hombre que parecía el jefe. Era cierto que la curiosidad mato al gato, pero ella no le temía por muy pequeña que fuera. Se agarro del parasol lista para luchar y de repente, el alcalde corrió dentro del corral para proteger a Ivy de aquellos hombres. Ivy se agarro del brazo del alcalde y fue llevada a su casa en un carruaje lejos de aquellos hombres. Antes de que Ivy se fuera de aquel lugar, fijo la mirada de nuevo en aquel hombre. Su rostro joven, esos ojos negros...se grabaron en la mente de Ivy y se convirtió en su meta, en su sueño. Si bien había escuchado las historias y leyendas de caballeros oscuros tras las órdenes papales, ella querría convertirse en alguien que siguiera por el mismo camino, por el camino de Dios y el de la paz y tranquilidad en su corazón. Ahora podría entender su destino y era el de convertirse en lo que eran aquellos hombres y de volver a ver a aquel hombre que la había mirado con cara de pocos amigos. Con el tiempo, Ivy creció como una dama, estudio, aprendió las artes de la lucha, el largo alcance era su punto fuerte, con puntería de diez y buena en el arte de la espada. Aprendió idiomas, a pintar y a tocar el piano. Su educación era excelente, elegante pues a su edad de 16 años, ya rechazaba a sus pretendientes por el mero gusto de divertirse un poco.
Ivy creció, se convirtió en una hermosa dama. Asistía sola a los eventos sociales que la nobleza festejaba y con sus 22 años recién cumplidos, ya manejaba el arte de la seducción entre los más apoderados de la sociedad noble. Todo era lujo y diversión. Su primera vez fue entre los juegos de la seducción entre puros, whisky y un poco de diversión desenfrenada entre los jóvenes y muchachas que se reunieron en la sala de juegos de uno de los anfitriones. Para ellos, Ivy era simplemente una mujer más que se divertía disfrutando del momento, pero Ivy estaba infiltrada en aquel lugar dado que había oído escuchar que los cazadores de la Orden del Castigo Divino, iban a aparecer esa noche, pero al parecer había recibido una noticia falsa y en cuanto estaba lo bastante ebria, la drogaron y pudo reconocer al muchacho de hace unos años. El niño de los periódicos que fue hace 10 años, se disponía a tomarla mientras estaba sujeta por cinco jóvenes más alrededor de la cama. Cuando lo sintió dentro de ella, fue la gota que colmo el vaso haciendo que Ivy consiguiera soltarse de los agarres y mordiera con sus dientes a aquel muchacho en la cara cerca de su ceja derecha, pero un tirón en el pelo la echo hacia atrás y aquel muchacho consiguió arrebatarla su virginidad. Casi la ahogaron con una soga hasta dejarla inconsciente y sola en aquella habitación que momentos después, fue interrumpida por dos de los caballeros oscuros de los que había oído hablar en sus cuentos y leyendas. Ella se fijo en ellos, pero ninguno era aquel hombre. Se hizo un ovillo envolviéndose con las sabanas y la sacaron a la fuerza envuelta con las sabanas. Cuatro individuos y ninguno era aquel hombre. Suspiro y fue enviada de vuelta a su hogar con la esperanza de que algo bueno la esperase, pero en cuanto llego encontró sus maletas en la puerta junto con el estuche de su armamento y su el estuche de su querida Valentine. Se bajo del carruaje y se acerco a la entrada principal para escuchar una explicación que fuera coherente del porque de dejarla a la intemperie de dejarla sin todo lo que tuvo. En la misma entrada le fue explicado que su destino estaba con aquellos caballeros de negro que tanto había oído hablar. Su sueño de poder acercarse más a su meta podría realizarse en cualquier momento. Fue increíble saber aquella noticia, pero no le gusto lo que oyó después. Para ganarse la confianza de aquella orden, de aquellos caballeros que defendían a los mortales de todo lo malo, tenía que hacerse pasar por cortesana en la ciudad del amor, París. Que irónico.
El tiempo pasó rápido para Ivy. Ahora tiene 24 años y se prostituye con la maestría en el arte del amor de alquiler a la vez que ejercía su trabajo encomendado por la orden, la cual no tuvo elección si quería llegar hasta donde su meta la estimulaba a seguir adelante. La caza a sangre fría se fue convirtiendo en algo especial para ella pues poco a poco fue adquiriendo práctica y lo disfrutaba hasta poder llegar aun punto sádico. Aquellas personas que fueran del mundo de Satanás, las devolvía de vuelta al lugar al que pertenecian con el rabo entre las patas.
Ivy Leonhart Heartilly orgullosa de su nombre y de su trabajo, pues es algo con lo que disfruta dia a dia.
Después de una semana inconsciente en el burdel al cuidado de sus compañeras, despierta en una noche de verano y con sus sensaciones a flor de piel. Abria lentamente los ojos mientras acariciaba con sus manos la suavidad de las sabanas, En su mente todo eran imagenes borrosas de una batalla con un vampiro..o un licantropo. Se incorporo quedandose sentada en la cama de su habitacion observando en donde se encontraba. Se miro el cuerpo con detenimiento, viendo que todo estaba en orden. Si, recordaba que era una espía, en un burdel de París pero a pesar de todo tambien trabajaba como cortesana, ya se habia acostumbrado a aquella doble vida. Tosio un poco y se tapo con la mano instintivamente. Sin darse cuenta mancho la sabana de sangre cuando la apartaba para salir de la cama. Se toco el labio y vio que sangraba. Corrió hacia el espejo y vio el reflejo de una joven que no era ella. Cerró los ojos una vez y para cuando los abrió de nuevo, vio su rostro en el espejo.
No sabia que habia sido esa imagen, ni que habia pasado. No conseguia recordar nada y todo era borroso. Pero lo averiguaria. Desde luego que averiguaria que estaba pasando.
- DATOS † EXTRAS -
† Conserva el collar que le regalo su abuela en cuanto se mudo.
† Le gusta cuidar sus armas con mucho esmero y cariño. Como si fueran un hijo.
† Sus maletas y equipamiento siempre van en un sitio seguro.
† Ya no guarda con ella el osito de peluche al que llamaba Ozzy. Ahora es un recuerdo que envuelve sus cuchillos de doble filo y de empuñadura empedrada de diamantes.
† Le gusta llamar a sus armas con nombres.
† Tiene una marca de nacimiento que nunca se habia fijado en ella. Justo en un lugar......que el que se interese por verla, que se abstenga a las consecuencias.
† Le gusta cuidar sus armas con mucho esmero y cariño. Como si fueran un hijo.
† Sus maletas y equipamiento siempre van en un sitio seguro.
† Ya no guarda con ella el osito de peluche al que llamaba Ozzy. Ahora es un recuerdo que envuelve sus cuchillos de doble filo y de empuñadura empedrada de diamantes.
† Le gusta llamar a sus armas con nombres.
† Tiene una marca de nacimiento que nunca se habia fijado en ella. Justo en un lugar......que el que se interese por verla, que se abstenga a las consecuencias.
- Spoiler:
- Hablé con un administrador sobre lo que quería ser y mi PJ será cortesana, pero sera una falsa faceta, porque en realidad en sí es cazadora.
Sería: Cortesana // Cazadora
Y el color de mi rango seria rosa.
Invitado- Invitado
Re: † IVY LEONHART HEARTILLY †
FICHA ACEPTADA
Bienvenida al Victorian Vampires
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Tarik Pattakie- Vampiro/Realeza
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» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
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» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour