Haylen Mosleyement

Nombre del Personaje
Haylen Mosleyement

Edad
19 años en apariencia / 100 años desde su transformación

Especie
Vampiro

Tipo y Clase Social
Clase Media

Orientación Sexual
Heterosexual

Lugar de Origen
Bulgaria (Sur de Europa)

Habilidad/Poder
- Sanación
- Control mental
- Telepatía

Descripción Física

Su piel es como la superficie más suave que nunca has podido llegar a imaginar, su tonalidad, a pesar de su grave palidez, luce como un dulce manjar para quién sea que la observe. Posee un elegante cuerpo, con una cara obalada y una nariz respingona, dejando ver sus negras y oscuras pestañas a unos ojos en los cuales te perderías. Ellos son de un color gris claro pálido, más hermoso que el mismo cielo. Su mirada..., gracias a ella lograría derribar a un grupo de soldados que a por ella fuesen, y su sonrisa..., extraño sería el hecho de que no llegues a derretirte con ella. Su cabello es como el chocolate que se derrite en tu paladar, sedoso y dulce como ninguna otra cosa, largo y fino, como el mismo viento que lo hace danzar bajo sus movimientos sensuales, provocadores y peligrosos, los cuales hacen temer a todo aquel que tenga delante.
Siempre luce con ropas oscuras, que exaltan su rostro y figura y la hacen ver como una Diosa de las tinieblas, muchos por ello la temen, aunque realmente no saben qué es lo que bajo su lindo rostro esconde. Sus largas piernas, la hacen moverse como una bailarina, y sus finas y aparentemente delicadas manos, recorrerán todo lo que ella desee tocar, y descubrirán todos los lugares que ella desee explorar.

Bajo su hermosa sonrisa, Haylen esconde más de lo que aparentemente suele mostrar. Su vida a sido dificil y peligrosa, ha tenido que pasar por muchas situciones y momentos dificiles, lo que ha despertado en su mente una muralla protectora, la cual prefiere causar dolor, a ser recibido por otros. Para ella no existe la auto-compasión, ya que siempre ha sido muy extricta consigo misma y ha intentado dejar los sentimientos en un lado oscuro y apartado en su mente. Aunque realmente ella misma se lo niegue, desea encontrar a alguien con quien compartir su vida, y también sus pensamientos, pero su desconfianza impide que alguien pueda llegar a ella, o lo que es lo mismo, a sus propios sentimientos.
A pesar de su extraña forma de ser, Haylen intenta mantener su identidad oculta, viviendo como un humano más, o al menos intentandolo, ya que la luz solar no ayuda en lo más mínimo. Desde que es inmortal, no puede estar sin hacer nada ni un solo momento, le agrada cuidar las flores de hogar, leer buenos libros, escribir otros tantos y pintar cuadros a otras personas, con lo cual consigue algo de dinero, aunque realmente no lo llegue a necesitar.
Pero, lo que más entristece a Haylen, es añorar el hecho de que no podrá ser madre nunca, durante toda su eternidad.

Bulgaria, frío invierno, todo el mundo refugiados en sus hogares, de las terribles temperaturas.
Haylen era estudiante de arte en una pequeña universidad de su ciudad, le encantaba pasear siempre que podía, visitar los grandes jardines de la zona, y los densos bosques que rodeaban la ciudad. Siempre había sido muy amable con los demás, era muy familiar, y deseaba enamorarse locamente como en sus novelas preferidas, pero realmente nunca se le había dado bien eso de entablar conversaciones y relaciones con los demás. Era la hija pequeña de un matrimonio tradicional, con una densa familia a la que mantener y con muchos gastos que cubrir. Haylen siempre se había tenido que encargar de sus sobrinos, ya que era la única de sus hermanas que estudiaba en la universidad, y por lo que podía pasar más tiempo en casa cuidando de los hijos de sus hermanas, mientras estas intentaban trabajar, aunque en esa época no estaba bien visto. Siempre había soñado con tener hijos, un amable y dulce marido y un lindo hogar rodeado de flores, pero realmente se le hacía muy lejana esa idea, por mucho que la deseara, y no sabía por qué.
Una de sus hermanas trabajaba en un burdel de la ciudad, los niños se quedaron con su abuela, y está mandó a Haylen para que acompañara a su hermana de vuelta a casa, ya que no se fiaba de los hombre que por allí deambulaban, aunque Haylen no era como si pudiera hacer mucho si un grupo de hombres las persiguen, pero no iba a dejar a su hermana volver sola en una noche tan fría. Puede que Haylen sea vergonzosa, pero le sobraba valentía, ella quería a sus hermanas como un gran tesoro, y en sus instintos sentía el deber de protegerlas, aunque ella fuera la pequeña de todas ellas. Y como si su deber fuera, Haylen llegó a donde su hermana trabajaba, entró en el establecimiento que estaba repleto de gente, la música sonaba muy fuerte y todo el mundo reia y hablaba relativamente alto, para poder comunicarse bajo la intensa melodía musical que bañaba el local. Haylen pasó como pudo por entre la gente llegando a un espacio libre de entre la multitud, divisando el escenario en el que aparentemente actuaba un grupo de mujeres. Entre ellas se encontraba la hermana de Haylen, la cual vió a Haylen junto a la pared y le señaló que fuera con ella a los camerinos, esta sin pensarlo anduvo entre la gente hasta llegar a la puerta que estaba lado del escenario, por la cual entró su hermana y por la cuál supuestamente estaban los camerinos. Abrió la puerta y esta conducía a un pasillo con diversas puertas, al fondo pudo ver una puerta con un letrero en el que se indicaba que eran los camerinos y que no se admitía el paso. Haylen caminó hacia la puerta y tras quedar a poca distancia entre ella y los camerinos, escuchó abrirse una puerta y la voz de un hombre toser casualmente. Haylen se giró para observar al hombre que tras ella estaba, y se encontró con una hermosa mirada y una perfecta sonrisa que la miraban a ella, y solo a ella. Cuando se quiso dar cuenta se había quedado mirándolo sin pestañear durante un buen rato, aunque él no había cambiado ni una facción de su rostro durante ese tiempo. "Que hermosa te ves, realmente eres nueva en este lugar sino ya nos conoceríamos"-dijo con una elegante sonrisa-"Disculpa que no me halla presentado, mi nombre es Don"-cojió la mano de Haylen y la besó pausadamente, oliendo su aroma y sonriendo incluso más radiantemente que antes. Miestras tanto Haylen escandilada y sin pronunciar palabra, logra hablar torpemente."Mi no-nombre es Haylen"- dijo Haylen sin poder apartar su mirada de esos lindos ojos. "Hermoso nombre Haylen, ¿qué te parece si nos tomamos algo en mi habitación privada?"- dijo él con tranquilidad, y como no iba a aceptar un 'no' como respuesta cogió a Haylen de la mano y la condujo hasta su habitación. Haylen sorprendida por su reacción no pudo evitar hacer algún otro movimiento que no fuera seguir su ritmo. Estando ya en la habitación Haylen vió cómo él cerró la puerta y le entregó una copa con un líquido que por su tono y olor apostaba a que era licor con alcohol. "Gracias, aunque creo que debería irme, mi hermana me estará esperando y tenemos que volver a casa."- dijo mientras veía cómo el rostro del hombre que aparentemente tendría unos 22 años, se endurecía y la miraba con seriedad. "Usted señorita no va a ir a ninguna parte."- dijo duramente, he interrumpiendo la réplica que Haylen le iba a dar empujándola contra la pared, sujetando fuertemente sus muñecas mientras la besaba con fiereza. A Haylen se le salía el corazón por la boca del miedo que la recorría, quería salir de allí, quería gritar y alejarse, encontrar a su hermana y salir de este apestoso local. Pero él impedía que gritara e impedía que incluso se moviera... y ahí estaba ella sin saber que hacer, el apartó sus labios de los de ella y la miró por un momento, su mirada era de lujuria, descontrol y poder, todo lo que aparentemente tenía sobre ella. Él acercó sus labios a su cuello, oliéndo su aroma más intesamente. "Por favor, dejame ir... por favor..."- dijo Haylen con lágrimas ya en los ojos, pero entonces un dolor intenso y profundo la inundó, no sabía que era lo que había hecho ella para merecerse tal dolor, pero ahí estaba su sangre recorriendo su pecho y manchando su bestido.El dolor se transformó en extasis de placer, lo que dejó a Haylen muy aturdida. Entonces el apartó su boca de su cuello y la miró, con ojo de victoria, triunfantes. "¡Ya sé qué voy ha hacer contigo señorita!"- exclamó con alegría. Haylen observó cómo su boca estaba manchada de su sangre, y cómo lucía unos colmillos los que supuso que habrían sido los causantes de dicho dolor, y al ver semejante escena no pudo hacer otra cosa que horrorizarse, pero estaba demasiado aturdida como para intentar algo. Él liberó una de sus muñecas, se acerco la suya propia a su boca y se mordío, lo que causó una ligero goteo de sangre, entonces con la otra mano agarró la madíbula de Haylen, la obligó a abrir su boca y le hizo tragar cada gota de sangre suya que él quiso, y aunque ella intentó forcegear, era como pelear con la pared. Y tras ese momento solo recuerda el rostro de hombre sonriendo como nunca y una oscuridad que le impedía ver algo.
Sentía un dolor dentro de ella que la inundaba al completo, pero aún así no podía despertar, no todavía. Pero cuando lo hizo se encontró en medio del bosque, bajo un arbol caido, con sus ropas rasgadas, su torso al descubierto y su pelo más largo y lacio que antes. Le tomó un tiempo recordar lo que pasó, pero estaba segura que después de desmallarse más cosas sucedieron, cosas de las solo recuerda el dolor. Cuando descubrió en lo que le había convertido, lo único que quiso hacer era huir, alejarse de las personas que amaba, de los sueños que deseaba y del mundo que conocía. Ya no quería ser debil, y que algo así pudiera en cierto modo, volver a pasar. No quería sentir más impotencia, y no quería ser la debil en ninguna otra batalla. Aunque tras esto el sufrimiento no desistió, tuvo dificultades para adaptarse sin llamar la atención, esto hizo que tuviera que huir de un lugar a otro. A pesar de querer desaparecer, de querer alejarse de su familia para no causar más daños, no pudo evitar ver cómo ellos morían, cómo todo seguía su cauce natural, mientras ella estaba ahí, intactar por toda una eternidad.

~ Haylen no pudo evitar sentir el instinto que llevaba dentro, no podía mentirse a si misma. Intentaba no dañar a nadie, ser invisible entre la gente, pero le costaba mucho reprimir su deseo por el sexo... a veces lo conseguía... y otras veces, no.
~ Tras todo el tiempo que lleva siendo vampira, ha ejercitado mucho sus poderes para poder defenderse, por lo que tiene un gran control sobre si misma y sobre sus poderes.
~ No suele matar a sus víctimas, no le agrada en lo más mínimo el matar a alguien, aunque en sus primeros años el autocontrol respecto a su alimentación era muy debil por lo que hubo algunos muertos por su camino, pero tras sus años de experiencia, aunque no sea una veterana, posee un gran autocontrol.