Una noche de función (Priv. - Arikel) +18

Recuerdo del primer mensaje :

Ah, la gran ciudad de parís, he escuchado que le dicen la ciudad Luz, el sitio mas sofisticado y artístico del planeta... y aun asi tan lleno de sombras he ignorante de lo serio de su situación, hace apenas unas horas que llegue y logre colocarme en el circo gitano con mi gente, al parecer hacia tiempo que nadie le veía ni el pelo a ningún mago en este circo por que la gente me recibió como si nada hubiera pasado, quizás también tiene que ver con que mis ilusiones son algo mas complejas de lo que se tiene acostumbrado al publico, pero claro, también son mas tardadas de preparar y los ingredientes mas difíciles de conseguir... si es que no sabes como hacerlo, algo de salitre, un poco de azufre y algunas cosas mas y listo tienes una perfecta cortina de humo, quizás aparecer de la nada en pleno escenario cubierto por ella, o hacer que un elefante se esfume en el aire, las cosas no son complicadas cuando sabes como hacerlas, tras arreglarme bien para la función de esta noche preparo un par de aces en la manga, bombas de humo, cables trampa, algún animalillo como una tórtola blanca o un conejillo oculto aquí o allá y esta listo, la gente lo disfrutara lo se, siempre lo hacen y nunca saben como lo hice al final, eso es lo mejor de mi trabajo aquí, algo que me hace olvidarme de la verdadera y desagradable razón que me trajo a parís.


Se que ese bastardo de Vivar esta aquí en alguna parte de la ciudad, entre las sombras, reuniendo los apoyos y las personas que le faltan a la inquisición, preparando el golpe contra la corona de España, riéndose tras acabar con la vida de mis padres, no señor eso no va a pasar por mas tiempo, cuando le encuentre juro por todos los dioses que voy a colocar su cabeza en un platón y la serviré para almuerzo a los leones, pero aun con ese odio en mi debo mantener la cabeza fría, Vivar no es mas que una pieza en los acontecimientos por venir, solo una mínima parte de esa Logia Carmesí que se formó tras la disolución de la inquisición española, queriendo asesinar al rey y controlar el país, queriendo imponerse, he visto lo que han hecho en Toledo, Valencia y Castilla, la crueldad con aquellos que concideran inferiores por el color de su piel, la persecución hacia mi pueblo, los asesinatos indiscriminados, la Logia debe ser destruida, sin duda alguna, y un punto primordial es acabar con sus lideres, por ejemplo, con Vivar, y el es mio, no importa quien mas quiera matarlo. Escucho tres golpes en la puerta de mi caravana y rápidamente me aseguro que el doble fondo falso del baúl donde oculto mi traje y mi espada esta cerrado y oculto, no puedo tener sorpresas:


-Hey de León!!! prepárate, tu turno esta por llegar- escucho a uno de los tramoyistas del circo, sonrio, si ya casi es hora de dar la función de magia del circo.


-En un minuto voy- digo colocándome el vistoso abrigo de tela burdeos roja que uso como mago del circo y ajustándome bien una pañoleta del mismo color a la cabeza, sujetándome asi el cabello largo he impidiendo que me estorbe, con algo de nervios encima acaricio el pendiente plateado en mi oreja derecha el cual era de mi madre en su día, una simple arracada de plata pero el mas grande recuerdo que tengo de ella, con un suspiro salgo de mi caravana y acaricio los belfos del viejo buttercup, el caballo que tira de ella, dándole una zanahoria le susurro al oído -Ya sabes la rutina mi viejo camarada, una cos en la entrepierna para quien se quiera meter a la caravana sin estar acompañándome- luego de verlo sacudir la cabeza, me dirigo a la arena de la pista del circo, mientras soy anunciado, arrojo al suelo un recipiente de cerámica que al quebrarse hace una chispa y despliega una cortina de humo blanco con olor a caramelo, no es nada difícil la verdad, algo de azúcar, salitre y azufre hacen el truco de una bomba de humo sin mecha.


Con una sonrisa y una vuelta parecida a un paso de baile hago mi aparición entre el humo sin que la gente sepa como lo he hecho, recibo sus aplausos y me preparo para iniciar el show de magia, estoy seguro de que mi trabajo les encantara, empecemos con algo simple, chasqueando los dedos hago que aparezca en la palma de mi mano una pequeña llamita que baila en ella de manera hipnotizante, un par de ademanes mágicos y en la mano contraria aparece un trozo de papel, al juntar ambos ¿que pasa? pues que de la nada, en lugar de un papel en llamas en mi mano hay una tórtola blanca, agitando sus alas algo asustada, la gente suelta exclamaciones de asombro y aplaude mientras la dejo en su pequeña jaula, el espectáculo va a iniciar

No puedo evitar largar un suspiro cuando siento su lengua en mi miembro, era una sensación exquisita, y, hasta cierto punto, una de triunfo. Con una sonrisa maliciosa, la hago levantarse y acaricio su cuerpo desnudo, el cual me parece precioso -¿Que qué opino? Opino que estoy ante la propia Afrodita en carne y hueso, sin embargo, se diría que a tan hermosa vampira le falta un poco de experiencia- susurro a su oído atendiendo su cuello mientras con esa sonrisa malvada empiezo a acariciar sus pechos, después de todo, le hice una promesa ¿no es así? lentamente rodeo ambos con mis manos, levantándolos levemente mientras los masajeo con leves movimientos de mis dedos en ellos, poco a poco cubro toda su extensión desde abajo, desde la clavícula, pasando hacia el inicio de la axila, el esternón y allí me detengo un poco, me inclino sobre ella y paso mi lengua lentamente por esa zona, llevándola a recorrer el contorno de sus perfectos senos, lentamente marcándolo con mi lengua me acerco mas y mas a sus pezones, los cuales noto duros, deseosos de atención... no todavía no, doy una suave mordida en uno de sus pechos, sin acercarme aun a sus pezones, y sigo besándolos y lamiéndolos por donde pase mi lengua, muchas mujeres no creen que pueden alcanzar el éxtasis, su clímax, con solo la estimulación en sus pechos, sin embargo, es divertido, y a la vez excitante demostrarles lo equivocadas que estaban. sigo paseando mi boca y mis manos por sus senos lentamente, y luego subo para devorar sus labios con un apetito salvaje, los muerdo, los beso, los lamo... como me gustaban esos labios rojo sangre de mi nueva amante, al mismo tiempo que succiono suavemente su lengua para excitarla rodeo por entero sus senos con mis manos, apenas puedo cubrirlos con ellas pero sonriendo lentamente los masajeo desde la base hacia los pezones, deteniéndome en sus areolas.

Puedo escuchar sus jadeo con placer, se que ninguna mujer se espera obtener placer de algo así, adoro ver la sorpresa y la excitación en sus rostros cuando descubren de lo que dos buenas manos son capaces, poco a poco voy tratando sus pechos y sonrió cuando por fin veo esa expresión en ella, una que me indica que es hora de mostrarle lo que una buena lengua puede darle, me inclino de nuevo ah sus pechos y con la punta de la lengua trazo el contorno de sus areolas, y luego las recorro llenándolas de saliva, provocándola, pero sin acercarme a sus pezones propiamente dichos. Usted pidió experimentar la creatividad señorita Voerman, y yo le daré lo que me pidió, y es hora de que aprenda, de manos mías, que una tortura puede ser tan desesperante y terrible como placentera, poco a poco me acerco a sus pezones y luego los evito volviendo al resto de sus pechos, me acerco lentamente a su sexo con las manos y luego lo esquivo acariciando sus muslos, o rodeando su cintura o acariciando sus gluteos, apretándolos suavemente, quiero verla desesperada, deseando mas, que me pida que continúe a lo que sigue, quiero sentir como se derrite entre mis brazos y escuchar su voz quebrada por el placer, hay mas de una forma de doblegar a alguien, y hacerle beber sangre de vampiro no es la única forma de conseguir que alguien se te entrege de manera incondicional.

Sonrio al notar como su piel se eriza, como muerde sus labios hasta hacerlos sangrar, y yo los limpio con mis besos, pero no soy tan tonto como para beber la sangre, si no que la hago beberla ella, besándola con ardor, haciéndole probar su propio sabor, estos juegos no me son desconocidos y no es la primera vez que mi cazadora después se torna en mi amante y poco mas tarde en mi presa, y aun mas tarde... bueno, ella ya experimentara lo ultimo. Escucho como, mientras busca mas de mi y de mis caricias, me maldice... y yo sonrío, muchas damas de la noche lo han hecho antes cuando se dan cuenta de que ya están en mis manos y, aun cuando deberían de ser ellas las cazadoras, las dominadoras, y tomar lo que quieren por la fuerza, se encuentran enredadas en mi juego por completo, deseando que yo haga con ellas mas, que les muestre de que son capaces mis manos y mis labios, y cuando menos lo esperan ya están como esta ahora mi hermosa amante, mi rosa de las nieves, con la espalda en contacto con mi colchón hecho con paja y brezo y envuelto en telas viejas cosidas, que resulta de lo mas comodo y suave, con sus piernas ligeramente abiertas y mi mano acariciando poco a poco, cerca y mas cerca de su intimidad, haciéndolas desear. Pero no ella, ella es una guerrera, una vikinga, y no va a rendirse tan fácilmente... mejor para mi, en mi experiencia, las bellezas como ella, que se niegan a dejar caer el muro que me separa de su placer y hacerlas mirar las estrellas y tocar la luna con la punta de los dedos, para no tener luego la tentación de volver continuamente, son las que, cuando esa pared cae, solo quieren mas y mas, sin importarles lo que les haga.

Con una malvada sonrisa en mis labios, empiezo a recorrer su cuerpo con mi boca al tiempo que mis manos marcan su curvilinea silueta estando ella en la cama, cómodamente recostada, poco a poco le hago un masaje de cuerpo completo con las manos para que se relaje, y lentamente voy bajando por su cuerpo con mi boca, lento, muy lento, enloquecedoramente lento, primero su cuello, si justo así, lento, mordiéndolo como si ella fuera la victima y yo el vampiro, ahora su clavicula, recorriendo los huesos con leves mordiscos en su piel, de nuevo sus pechos, besandolos y lamiéndolos dibujando sus contornos y forma con mis labios, y, esta vez, me detengo en sus pesones pero solo con mis manos un segundo, los siento duros como rocas y ya deben estar sensibles como las hojas de una tímida mimosa que cierra las mismas con el roce del viento, por lo cual, los masajeo con los índices de ambas manos mientras bajo mas, ahora su hermoso vientre, el cual es suave como la piel de un melocotón, e igual de delicioso, por ello me tomo mi tiempo lamiéndolo en espiral, desde su ombligo hacia afuera, con una sonrisa diabólica y mirándola a los ojos, para que sepa bien quien la esta llevando al eden por la puerta del pecado, y bajo mas aun, rasguñándola levemente y afianzando mis mano en sus caderas, doy un suave, muy muy suave beso en su monte de venus, y luego, poco a poco, me dedico a besarle los muslos y a morder sus pantorrillas mientras mis manos acarician sus ingles , acercándose peligrosamente a su intimidad, para después, mientras yo tomo sus pies y los beso, los lamo y muerdo la planta, acariciar lentamente sus labios mayores con apenas la yema de mis dedos, notando la enorme humedad que ya esta presente, lo cual me complace.

¿Por que los pies se preguntaran? bueno, uno nunca lo sabe, el placer en la cama es tan diverso como diversas son las personas, y ah veces, las personas ni siquiera saben que algo les gusta, yo estoy decidido a probarlo todo con ella, y ver que la hace llegar al Edén. Poco a poco vuelvo a subir repitiendo mi recorrido meticulosamente, pero ahora en sentido contrario, tomo las dos pañoletas que tengo colgando de la cabecera de la cama, para usarlas en mi cabeza de vez en cuando, con la de color rojo ato sus muñecas a la cabecera lento, entre besos, lamiendo su lengua y chupeteando sus labios, y luego, uso la negra para cubrir sus ojos, ah fin de que el color facilite la perdida de visión de mi amante, una vez esta en ello, susurro a su oído, colocándome por completo sobre ella, dejándole sentir cada milímetro de mi cuerpo contra el suyo… y me refiero a CADA milímetro: -Creo mi hermosa rosa de las nieves, que te he mostrado una pequeña probada de la creatividad que querías conocer, pero no puedo continuar y hacerte hace música para mi con tu voz, si no se lo que mas te excita, aquello que te ha vuelto loca de cuanto te he hecho y mostrado, así que dime, hermosa dama de sangre, ¿Qué es, EXACTAMENTE lo que quieres que te haga?- y así comienza el placentero juego que he querido jugar con ella desde que empezamos, hacerla decirme lo que quiere con lujo de detalle lo iniciará todo, y luego, luego veremos quien fue el cazador todo este tiempo

Me rio pícaramente ante su interrogante sobre la sangre: -¿Como escapa un león del látigo y la jaula de los domadores, Preciosa? siendo mas listo que el resto, y para ser listo, hay que tener miedos- esto lo digo en referencia a lo que se que pasa con un esclavo de sangre, y nunca me ha apetecido demasiado encadenarme a nada, especialmente en ese ámbito, tengo demasiado que hacer para terminar siguiendo ciegamente las ordenes de algún vampiro o vampira, por muy hermosa que esta sea. Si debo recurrir a eso para continuar con mi lucha o incluso debo recurrir a convertirme en un ser sobrenatural, será cuando no tenga ninguna otra opción o camino alternativo, tengo demasiado por lo que pelear para convertirme en algo mas ahora. Sin embargo, todo eso es secundario y lo aparto de mi mente cuando confirmo que por fin la tengo donde la quería, con una sonrisa picara y malvada vuelvo a besarla y luego susurro en su oído -Asi que me odias ¿he? debe ser confuso entonces, estar completamente a merced de alguien que odias, pero deseando estarlo y sintiéndote tan bien por ello- el ultimo comentario lo hago justo cuando mis dedos empiezan a darle atención a su clítoris, oh si, era algo que muchos hombres hacían de inmediato, pero yo he aprendido que, si le prestas atención de inmediato cuando empiezas, es como quemar todo un polvorín antes de empezar un tiroteo, después no tendrás nada con lo cual trabajar, es mejor esperar hasta ver a tu amante tan deseosa y desesperada como esta Arikel justo ahora.

-Oh vaya, que especifica eres- digo en forma de chiste tras su respuesta mientras muerdo su labio inferior. Asi que lo quieres todo ¿he, mi preciosa rosa de las nieves? bueno, en ese caso te lo daré todo... claro que nunca he dicho en que orden, y tampoco has especificado nada que dejar fuera, como ya he dicho antes, el trabajo de los magos es el de engañar al publico. Una vez me aseguro de que estén bien hechas las ataduras y la venda de ojos, suavemente la beso en los labios para distraerla de como cojo la velita que ilumina el interior de mi caravana, y, suavemente, dejo caer la cera derretida por su piel, justo por en medio de sus pechos, recorriendo un sendero hacia su ombligo, al tiempo que por fin, uso mi boca en sus pezones, lentamente los beso, los muerdo y los lamo, para luego darles pequeñas succiones por turnos, mientras sigo dejando caer cera en varios puntos de su piel, los pechos, el vientre, su monte de venus, la clavicula… luego, doy un suave mordisco en sus costillas y retiro la cera ya solida de su piel con una sonrisa utilizando mis manos, sabiendo bien lo sensibles que estarán esos puntos por el efecto del calor, con esa misma picara sonrisa sigo estimulando su sexo húmedo y acariciando el resto de su piel, estoy determinado a volverla loca de placer antes incluso de que lleguemos al final de esto, por lo que sigo trabajando con mi boca en su cuello y sus pechos, oh si, esta será una noche que no se le va a olvidar fácil, señorita Voerman.

Lentamente me acerco a sus labios y los beso mientras cedo por fin a su suplica de ir a ella, muerdo sus rojos labios de granada y masajeo sus hermosos senos mientras acerco mi ya mas que enorme erección a la entrada húmeda y caliente de su sexo, empezando a frotarla delicadamente con la punta mientras sigo acariciando y besando su piel por todos lados, me encanta cuando una mujer se éxito a mitad del sexo, y además, le desato las manos, quiero ver que es capaz de hacer con ellas, pero no los ojos, sigo besándola y acariciándola con una picara sonrisa, y poco después, mientras entrelazo mis dedos lentamente con los suyos, empiezo a deslizarme en su interior, lento, muy lento, queriendo ver la expresión de gusto en su rostro vendado y sin vista mientras le doy lo que tanto le prometí con boca y manos, desde luego mi tamaño no es precisamente poco, así que espero que ella tenga algo de experiencia o le dolerá, sin embargo, lentamente me deslizo en su interior llenándola de caricias y atenciones, y sobre todo, dándole suaves masajes a su clítoris con una mano para mitigar cualquier posible dolor, y si no lo siente, entonces solo servirá para subir el placer que puedo brindarle, cosa que me encanta. Aunque no es ella la única que disfruta, aunque muchas vampiras no lo saben, si que tienen temperatura corporal en este punto, y el delicioso masaje de los músculos de su interior en mi miembro es un placer delicioso -al parecer tu cuerpo ya me ama- le susurro al oído mordiéndolo con fuerza -Me abraza como si jamás quisiera dejarme escapar de su interior- agrego mientras mis dedos retuercen suavemente sus pezones y mis dientes se clavan en su cuello con fuerza, como si ella fuera la victima y yo el vampiro, al parecer, por fín logre ganar en este juego, y ahora es tiempo de cobrar mi premio, y puedes creerme, mi hermosa rosa blanca: No será barato.

Jadeo al sentir el placentero dolor de sus rasguños y noto la virginidad de ella rompiéndose al entrar, pero también noto por sus movimientos, su forma de besarme y de recorrer mi piel con su traviesa lengua, y por la forma de mover sus caderas que no es ninguna inexperta, y que tiene bastante experiencia... ¿Cómo podía ser? justo entonces recuerdo que el cuerpo de un vampiro se regenera a gran velocidad de cualquier herida... ¿esto también contaba? si era así, esto sería bastante divertido si la preciosa vikinga con la que yazco ahora se convierte en mi amante regular, beso de nuevo sus pechos y acaricio su clítoris mas y mas con cada nueva embestida mientras dos de mis dedos de la mano contraria se introducen lentamente en su boca, una analogía de lo que haría ahora con mi hombría si no la tuviera firmemente sujeta por su apretado sexo, jadeo de placer al notar los masajes de sus paredes vaginales contra mi duro miembro, y como aumentan cada vez que embisto contra ella, solo logrará volverme mas lascivo con ella, sonriente la hago recostarse de lado sin salir de su interior y levantando en el aire su pierna derecha para poder lamerla mientras empiezo a embestir con mas rapidez, empiezo a juguetear con uno de sus senos usando la mano libre, y luego, con esa misma mano, pongo la de ella sobre su ardiente sexo, en ese punto especial que ahora mismo esta duro, sensible he hinchado, incitándola a tocarlo como ella quiera, mientras mi boca se reparte entre su pantorrilla (menos mal que en la india desarrolle cierta flexibilidad para complementar la de mis parejas) y su cuello, con cada nueva embestida, una nueva serie de sensaciones me invade desde mi duro miembro, subiendo por mi columna y estoy seguro que a ella le pasa igual.

Quiero ver sus ojos, algo que me encanta cuando comparto el placer de la carne con una dama, adoro ver esa sensual mirada de lujuria en sus ojos cuando me muevo para ellas, asi que por un segundo desatiendo sus pechos, los cuales masajeaba por turnos, y le quito la venda de los ojos para mirarla a ellos, acariciar su dulce, dulce rostro con apariencia tan inocente y cándida, y besar sus deliciosos labios del color de la granada, sonriente sigo acariciando luego sus pechos y tirando de sus pezones duros mientras la tiento y esquivo sus besos para frustrarla un poco, tentarla a ser mas acertiva… eso es justo lo que quiero que haga -Y bien mi hermosa sombra de la lujuria- le susurro contra los labios mirándole a los ojos con intensidad mientras me pongo mas rudo contra su sexo, embistiendo mas y mas fuertemente -¿que es lo que piensas hasta ahora de la creatividad que deseabas conocer?- digo y remato la pregunta con una lamida en sus labios y un fuerte, erotico y ladino mordisco en los mismos, y luego varios a lo largo de su cuello, en el camino que se que traza la arteria carótida en su cuello, quería volverla aun mas loca, que no pudiera resisitirse, que cuando cierre los ojos para dormir durante el dia en su refugio solo pueda recordar este momento.

Sonrío al ver su expresión de placer y oír sus gritos, pero no quiero que esto acabe tan pronto para ella, desde luego tampoco para mí, así que lentamente retiro mi miembro de su interior, pero no voy a dejarla así, desde luego que no, girando de nuevo la coloco arriba mío, con sus piernas abiertas rodeando mi cabeza y ella mirando hacia mis pies, con una sonrisa maligna por fin respondo a su pregunta -¿Que te hago mi bella flor de sangre? eso es muy fácil de saber- susurro contra su sexo dejándola sentir mi aliento cálido en el y luego deposito un beso extremadamente largo y lento en su húmeda intimidad -Te hago mía, completamente mía, adicta a mí- digo mientras empiezo a lamer suavemente sus delicados labios mayores, besándolos y succionandolos un poco, luego paso a los menores, usando mi lengua con toda la experiencia obtenida y lentamente acaricio su hermoso trasero y sus piernas, me encanta todo de ella, su cuerpo es perfecto para mis gustos. Lentamente sigo lamiendo y atendiendo su sexo entre besos, suaves mordidas y lamidas, dándole un descanso de lo mas fuerte pero no del placer, para que no todo termine tan rápido, para alargar el placer de ambos lo mas posible antes de llegar al climax juntos, deseosos, llenos de deseo, poco a poco acaricio toda la piel de su cuerpo, invitándola a disfrutar mas de los pecados de la carne conmigo, que descubra que la sangre no es el único placer que puede satisfacerla por completo, y que desee tener ese placer de mi, y conmigo, quiero que no pueda pensar en nadie que no sea yo cundo lo desee.

poco a poco me voy acercando a su pequeño clítoris, ese delicado punto que concentra tanto placer junto, si creyó que caricias y jugueteos con los dedos eran lo mejor que podría sentir en el, no tenía ni idea -¿quieres conocer el Valhalla cariño?- le digo justo antes de deslizar mi lengua por el pequeño órgano dedicado solo al placer, apenas unos toques rápidos, buscando que se desespere, que desee mas, que quiera todo lo que puedo ofrecerle, y esto no es mas que el principio, con mis dedos empiezo a juguetear con su interior, en la posición anterior no pude hacer lo que se que puedo, dado que al parecer nuestros cuerpos son muy compatibles, introduzco apenas dos falanges de mis dedos, y las curvo sorpresivamente, buscando aquel punto del interior de toda mujer que la hace estallar, ver fuegos artificiales y rozar el cielo con la punta de los dedos, aunque ella sea vampira, no es inmune ah eso, y menos cuando esta tan excitada, puedo ver sus lindos pezones duros y erectos y con la mano libre empiezo a masajearlos y pellizcarlos suavemente.

he de admitir que era muy buena con la boca, pero desde luego que yo también, y en estos juegos, una distracción basta para perder y ser el primero en llegar, por desgracia para ella se había distraído demasiado pues se encontraba ya demasiado ahogada en lujuria cuando me decidí a darle gusto, sonriente y con muchas ganas de mas, seguí lamiendo su sexo hasta que la escuche y vi llegar a un segundo orgasmo, ah pero no, todavía no estaba satisfecho, con una sonrisa la cargue de nuevo, me senté en un taburete al lado de la cama, y la colo que a ella sobre mi, mirándome y con las piernas colgando hacia mi espalda -Espero que estes lista para la tercera ronda- dije mientras volvia a meterme en su sexo con gran gusto para ambos, aquel estrecho y caliente espacio tan húmedo y agradable era un paraíso para un hombre, y ella era deliciosa, mordí su cuello con lujuria y luego me dedique a comerle la boca con mucho gusto mientras mis manos masajean sus senos deliciosos, y con cada movimiento su clítoris se rosa contra mi produciéndole mas placer a ella, sin embargo, pronto dejo de moverme yo, es su turno de buscar su placer, y no hay nada que quiera mas, es su turno de ser la asertiva si quiere tener mas gusto, con una sonrisa simplemente me quedo allí dentro de ella acaricindola, besándola y provocándola para que sea ella quien busque su placer, quiero enloquecerla, y ahora es mi oportunidad.

Por fin habíamos terminado, y fue una de las mejores sesiones que he tenido en muchísimo tiempo, ella era deliciosa y tenia una energía demencial para esto, cuando me besa le respondo el beso apasionadamente, acariciando sus curvas con una sonrisa picara -Asi que ya no soy presa, ¿he? vaya, que gran honor, mi hermosa rosa de las nieves- le digo jocosamente mientras acaricio despacio su espalda hacia abajo y luego la dejo vestirse a su ritmo mientras yo hago lo propio, acomodándome con una ropa de cuero bastante flexible y suave, la mas cómoda que tengo, con una sonrisa la miro de nuevo y empiezo a atender su cuello con un gran deleite, luego observo el arma que lleva, una preciosa daga de manufactura extraordinaria, y con una forma que me era conocida de libros y pergaminos sobre las armas de los vikingos, entonces ella me la muestra, y me dice que era de su padre, y siempre la llevaba encima, eso me confirma mi teoría es mas vieja de lo que aparenta, pues aunque esta cuidada y brillante, las runas y su forma no dejan dudas: esta daga fue hecha por un maestro de hace varios siglos en las tierras del invierno eterno en el norte de Europa, -Sin duda es un arma magnifica, una verdadera obra de arte- digo tomándola para examinarla mas de cerca... hasta que su mano rápida me la quita y la guarda, sonrío y estaba por abrazarla y besar su cuello de nuevo cuando ella misma me detiene al hablar, sin duda los sentidos de un vampiro son increíbles pues mucho an tes de que yo mismo detectara el sonido de unos pasos en la escalera de madera de mi puerta ella ya había hablado del aroma de una criatura extraña, aroma de incienso y perro mojado, cuando abrió mi puerta un disparo suena, un hombre con una cruz que ya conocía de memoria estaba en la puerta con un arma, el la levanta como si no pesara, no puedo perder mas tiempo.

Por los datos que Arikel me proporcionó y los conocimientos que tengo anteriores a esto, deduzco que es uno de esos seres sobrenaturales que usan algunos inquisidores como perros de ataque, no es la primera vez que veo algo como eso y desde luego no va a ser la ultima, pero no tenia tiempo para eso, tenia que actuar rápido... y actué, tome una pequeña navaja que usaba para cortar carne o pelar verduras o frutas para comer y la arroje con una gran puntería a la garganta del ser, se que, si es un sobrenatural, eso no lo matara, pero si lo hará mas lento, acto seguido, y sin tener tiempo de empuñar la Katana, salto sobre de el y le dirijo una certera patada con giro entre los ojos, sacándole de balance, había salido sin muchos cálculos, y había dejado mi arma de filo curvado en su escondite, asi que esto seria mas difícil aun, pero no me importaba, alcance a sujetar una larga rama de árbol del suelo y la utilice como báculo para golpear la mano del hombre o monstruo que empuñaba la pistola mientras el intentaba sacar la navaja de su garganta, a estos sobrenaturales se les olvida que el regenerarse no es sinónimo de no sentir dolor o no poder recibir heridas, esa es su debilidad, no se cubren como lo haría un simple mortal, y puedo aprovecharme de eso, con una sonrisa, le doy dos giros a mi improvisada arma y miro a mi contrincante con sorna -Quizas sea mi idea, señor, pero creo que la señorita no quiere encontrarse con otro hombre que no sea su servidor en los próximos días, sin embargo, le deseo mas suerte para la próxima, aunque no todos podemos tener suerte en el amor- sabia que los sobrenaturales son mas fuertes y rapidos que un humano común, pero yo no lo soy, y se como contrarrestar esas ventajas con astucia, mientras le hablo, utilizo mi visión de aura para poder enterarme de la verdad de esta persona, y entonces percibo la esencia de un cazador, un licántropo, perfecto hombre por si fuera poco es un hombre lobo, por suerte, ahora mismo no se ah transformado, espero que no sea viejo, por que si lo es, quizás pueda cambiar aun sin la ayuda de la luna llena.

Muy bien, ese golpe me dolió y mucho, estoy seguro de que si no supiera como recibir un golpe me hubiera hecho reventar las tripas y ese hubiera sido mi fin, por suerte no lo has logrado, y encimas lo vas a pagar caro peludo infeliz. Cuando me sujeta, aprovecho para discretamente meter la mano en uno de los bolsillos de su equipo, pobre infeliz, como si no supiera que estas manos son rápidas no solo para los trucos de magia, en nada ya tengo sus balas redondas de plata  y dos cartuchos de pólvora en mis manos, para cuando soy soltado ya recupere el aliento después del brutal golpe, y doy un chasquido de dedos, el simple truco de encender una llamita en mi mano mediante un trocito de hierro y una lija pegados en mis dedos ahora sirve para encender la pequeña mecha del paquete de pólvora y aprovecho su iracundo grito para lanzar la carga de pólvora encendida dentro de su boca por segundos lo logro y esta revienta entre sus mandíbulas, desde luego no es nada del otro mundo dado que el tamaño de la carga es tan pequeño y aunque sin duda tiene el hocico quemado y con suerte huesos rotos, esto no lo matará, de hecho esta lejos de ello, ah pero todavía no he terminado, el maldito cara de perro raquítico me ha dado bien y ahora voy a pagarle el favor, con una buena patada giratoria a su ahora dañada boca logro sacarlo de guardia, y por ultimo, parto la vara de madera de un rodillazo y hundo los extremos astillados de la misma en sus rodillas, inutilizando estas mismas, todo esto le va a dejar herido, dolorido y sin duda relentizado un rato, ah este peludo se le olvidó algo fundamental, al igual que los lobos, los humanos somos animales de manada, y aunque estoy seguro que el resto de mis compañeros no saldrán a ayudarme después del balazo, y no los culpo por ello, si que puedo usar sus cosas a mi favor.

-Si si, aleluya hermanos, escuchen la palabra y todo eso- digo burlonamente mientras me limpio algo de sangre de la boca y quito de un tocón de árbol una pesada hacha para leña, -Siempre los "Nobles" justicieros de dios, ¿es que ustedes los cristianos no os sabéis otra cantaleta? nunca entenderé por que deciden servir a un maldito asesino fanático como un sacerdote, ¿Qué no es la biblia la que dice "Amaos los unos a los otros"? si es verdad que sirves a tu dios y no a tu sacerdote deberías ir a sacarle los ojos a esos puñeteros pervertidos calvos de sotana que violan niños en tus amadas iglesias y no venir a molestar ah una dama tan hermosa y a mi mismo a estas horas de la noche, oh... aguarda... ¿es que no lo haces por que te quedarías sin quien te diera amor ah ti?- digo con la intención de enfurecerlo, solo necesito que vuelva a lanzarse contra mí a esa velocidad para tener una oportunidad de hacer lo que quiero, ahora esta entorpecido, debilitado y herido, solo necesito una oportunidad para darle lo que se merece, ¿Qué si voy a matarlo? no, lo dudo, tengo una mejor idea, pero de eso hablaremos después, por ahora debo estar atento, solo tendré una oportunidad si logro que se enfurezca, y si la desperdicio... bien, podría ser hombre muerto en pocos segundos.

Veo la escena de Arikel siendo quemada por un crucifijo de plata, y eso hace que mi sangre hierva de rabia, pero mantengo mi postura, con el hacha sujeta ah media hasta y el brazo suelto para correr, se que pronto tendré que hacerlo, respiro hondo de la forma que Sensei Katsumoto me enseñó, y recuerdo sus palabras de cuando era apenas un muchacho, ese día yo estaba frustrado por no poder vencer a Akane, una de las aprendices de Kunoichi de la maestra Aoyama, simplemente era mas rápida que yo y mas hábil con su espada... oh eso creía, el combate con Katanas entonces era algo nuevo para mi, y no tenía ni la mas mínima idea de como defenderme de una kusarigama, pero entonces, cuando volvieron a derribarme de manera humillante usando la cadena, Katsumoto se acercó ah mí, me dio un golpecillo con su bastón en mitad de la frente y dijo: "Hay mucha mente, Mente en la espada, Mente en las personas viendo, Mente en el enemigo" luego me levantó de un tirón, y dijo una frase que nunca olvidare mientras viva... -No Mente- susurro mientras vuelvo a abrir los ojos y veo a la enorme mole de músculos correr hacia mi, el tiempo parece ralentizarse y puedo ver todos sus movimientos antes de que los haga, pintados en mi mente y determinados por su postura e intención, veo la garra derecha que ahora esta retraída hacia atrás cernirse sobre mi garganta, veo la izquierda posicionada a la altura del hombro levantarme por la cintura, veo el tirón que dará para destrozar mi columna, uno que nunca va a llegar. Este lobo solo sabe pelear de dos formas, danzando como un lobo salvaje, oh bien con el medido baile de un caballero, el baile de la espada y el hacha, del florete y la maza... pero este no es ese baile, este es el baile de oriente, la danza de la serpiente y la grulla, Veloz, silencioso y repentino.

Corro hacia el con buena velocidad, cuando estamos a segundos de chocar, me deslizo por debajo de el entre las piernas, usando el hacha con un fuerte golpe en su entrepierna, desgarrando la zona dolorosamente, lo veo caer de rodillas ante el doloroso golpe, y para dar el remate, uso la parte sin filo del hacha para darle un buen martillazo en el centro de la columna, eso no lo matará, pero si le dejara inmóvil un rato -Te di la opción de largarte después del balazo que le diste a ella- digo con todo despreciativo y levanto el hacha, dejándola caer con todo su peso sobre el bíceps del ser rebanandolo por completo -Te dí la opción de largarte cuando me golpeaste ah mi- digo mientras vuelvo a levantar el hacha y la dejo caer, ahora sobre su otro brazo, siguiendo el mismo proceso del anterior -¿y que fue lo que hiciste? me escupiste en la maldita cara, eso hiciste- digo sacando por fin las balas redondas de plata del ser, y con ambas manos incrustándolas en la carne viva de sus brazos cortados -Ahora no te voy a dar una opción, te voy a dar un mensaje, bastardo imbécil- digo mientras camino hacia Arikel, tomo la cruz de plata de su rostro y lo acaricio, mirando la marca de quemadura en este, regreso donde el licántropo, me acuclillo frente a él, y sonrio mostrándosela: -Vas a regresar con los que te dieron esto, y les vas a decir que hay un cuervo rojo buscándolos, que voy a encontrarlos, a todos y a cada uno, y que si no me dan la cabeza del español que esta con ustedes, voy a colocar las de ellos en picas, una por una, hasta que llene las dos orillas del Loire con ellas- dicho esto, incrusto el crucifijo en su ojo izquierdo y le doy una ultima patada en la cara con todas mis fuerzas.