La Porte Du'Enfer [Batalla libre]

* El lugar estaba adornado por luces tenues y sus típicos colores dorados en sus marcos, en combinación con el rojo de la sangre latente y el negro de la oscura noche como única amiga. El público nocturno estaba listo para el próximo acontecimiento… Una obra teatral que representaba un libreto original que trataba de una comedia épica de estilo griego adaptado muy bien para el humor del público vampírico. La apertura de la ópera comenzó con la presentación del título de la obra nombrada ‘La suculenta comedia’ parodiando a la Divina Comedia de Dante. Después del título los aplausos y su creciente sonido inicial se apoderaron del lugar para darle la alegre bienvenida a la obra. Todos en orden y listos para recibir al elenco solamente miraban hacia el enorme telón rojo que poco a poco se iba plegando hacia arriba para ir iluminando un poco más el teatro al ser el escenario el lugar más iluminado del teatro, aunque sin demasiada luz realmente.*

* En esos mismos instantes la acción detrás de bastidores era diferente, los actores llevando sus respectivos vestuarios representativos de sus papeles dentro de la obra, el personal de utilería dando retoques a cada uno de ellos antes de que salgan a escena, los jóvenes encargados del manejo de la maquinaria del teatro como las luces, los escenarios y el telón, los directores y guionistas a los costados del escenario repasando sus libretos. Todos listos para empezar y el director daba la orden para que el primer escenario sea montado y luego abierto el telón con la aclamación del público que ansioso esperaban ver el espectáculo del precursor de los cines… El teatro.*

* Pero había un tercer punto de vista, aún imperceptible pero importante igualmente… Se trataba de un hombre que al no conseguir invitación decidió hacerse la suya colándose sigiloso en el teatro. Había conseguido con previa planificación un conjunto de esencia atractiva sin nombre para ese entonces siendo en realidad una mezcla perfumada de sangre y feromonas las cuales estaban bastante dispersas por el lugar pudiendo despistar o en exceso deleitar cualquier olfato sangriento ocultando bien la presencia del lobo. Andando entre las barras de los techos tras bastidores estaba bien oculto por la sombra elevada y con las destrezas que aprendió de su desaparecido y a la vez extrañado hermano se movió hasta lo alto en el andamio del telón buscando tomar desprevenido al jovencito que atendía el mecanismo de pliegue.*

* Sus pasos descalzos eran muy silenciosos aún sobre la madera y con la distancia adecuada bastaría el uso de su mano derecha para cubrir la boca de la víctima y ahogar cualquier grito de la misma al tiempo que la otra mano del depredador con sus dedos totalmente rígidos y extendidos atravesaban con total vileza el costado izquierdo de la espalda ajena justamente en la altura del corazón tomando aquel impulsor en su mano y apretando el puño dentro del infortunado para extirpar aquel músculo incansable y sacar al inmortal de su no-vida.*

* Con la rapidez y eficacia de aquella ejecución el cuerpo atacado pasa a ser ceniza rápidamente y sabía que eso no era del todo bueno, por lo que debía actuar rápido usando la capa que traía encima para mezclar aquella ceniza con el efecto de nieve con el que debía comenzar el primer escenario de la obra teatral. Luego de ello levantaba el telón con rapidez a la señal del guionista principal que no se había percatado de que el abrigado misterioso no era uno de los suyos… no todavía. En la primera escena del teatro había dos representantes de papel de humanas griegas mientras otro más hacía del depredador nocturno que iba a por su sangre. Las chicas hicieron sus gritos y muecas aterradas tal cual lo habían ensayado y esperando a ser mordidas una a una por el vampiro, las mordidas eran leves pero totalmente reales para complacerse entre sí durante la obra.*

* Fue cuando iba a zarpar a la primera que el espartano se dejó caer desde lo alto del teatro para entrar en escena, los actores estaban realmente desconcertados por lo ocurrido, pero el público se veía sorprendido al creer que aquello era parte de la obra, sin embargo alguno que otro de amplia experiencia en los asientos se daba cuenta de la naturaleza del aparecido y sabían que algo iba mal… La caída de Leónidas se efectuó cerca del actor del vampiro al cual aprovechando su duda atacó de frente con la mano rígida y extendida atravesando el pecho de aquel como una saeta sin problema alguno con los huesos muertos para perforar con un puño que del otro lado sostenía el corazón de la criatura y lo exprimía sin ningún pudor frente al público llegando a manchar a los más cercanos del escenario. Un efecto brutal y tridimensional en cines futuros pero una masacre deplorable para los teatros de la época.*

* La ceniza descompuso el cuerpo sin fortuna del que pretendía actuar de depredador de sangre y las actrices huyeron despavoridas tras aquel ataque dejando solo en la escena al lobo en presencia de muchas ovejas entre el público. No le extrañaría en nada si alguno resultara un fuerte rival… Una sonrisa de completa ironía y desafío se dibujó en su rostro de ojos levemente claros y de inmediato se despojó de la túnica negra que le hacía lucir como un anónimo para dar a conocer su rostro ante los que quisieran quedarse a verlo… Había vuelto a la matanza y sediento de muchas vidas y no-vidas despreciables, la codicia era una de las cosas que más detestaba en este mundo y les haría pagar haciéndose conocer y dándose a odiar si era necesario… Pero siempre atento a su alrededor por si habían ‘’Héroes’’ * -¿Qué miran? He salvado a las doncellas griegas del monstruo de la noche… ¡Deberían adorarme por mi buena acción!- * Se dirigía a la multitud en un tono machista y de total burla vanidosa incitando a la batalla, no le importaba meterse en una guerra de uno contra todos, para eso fue entrenado una vez desde su cuerpo, su mente, espíritu y sentidos… Preparado y listo para enfrentar al despliegue de seguridad sin la necesidad de más armas que su cuerpo.*-Bienvenidos a la puerta del infierno. ¡Yo los haré entrar allí, vengan!-

No hacía mucho que el joven Kuran había llegado a la extravagante París.

Estaba ahí con una misión, pero su padre le había dicho que no debía obesionarse con ello. Si bien tenia un encargo que hacer ahí, también su padre le enviaba con la esperanza de que una estadía fuera del país le permitiera relajarse, desestresarse, por raro que suene, vivir.

Yuuki llegó, instalándose tal y como su padre le había indicado. Comenzó con el trabajo, pero también tuvo que adaptarse a la vida parisina, conociendo a la gente, los humanos y sobrenaturales que se hallaban en el lugar. Aprendiendo sus costumbres europeas y mezclándose exitosamente en la sociedad del lugar.

Entró al teatro y se instaló comodamente. La obra comenzó, grotesca a su parecer.

Pero más grotesca se tornó ante la aparición de ese sujeto. Si bien al principio podía parecer parte del acto, pronto el chico oriental se dio cuenta de que no lo era. Conocía muy bien a esas bestias como para saberlo, como para reconocer su sed de sangre y su olor a violencia.

Un lobo, uno, igual a aquellos que invadieran las bases de los Kuran en Japón.

De inmediato, Yuuki se puso de pie. El lobo vociferaba prepotentemente. La ira empezaba a apoderarse del chico nipón.

De un salto llegó ante el lobo en el escenario.

-¡Tú entrarás primero en ella!-

Le espetó, furioso.

Después de una noche ajetreada, el chico optó en visitar el teatro de vampiros, había oído sobre ese lugar y era cierto que le daba mucha curiosidad, tanto por el hecho de ver que clase de arte exponían sus congeneres en ese sitio como para descubrir el estilo del teatro europeo, que, a diferencia del No y el Kabuki de su país, despertaba su curiosidad.

Entró

* Aquel ser de olor salvaje pero en cierta forma imponente marcaba el paso con unos botines de equilibrista robados, era el calzado apropiado para vestir los pies en situaciones de alta movilidad además de ser resistentes y durables. Volviendo al entorno este no se agradaba con los aplausos sino con el terror y el odio que pudieran tenerle. En ningún momento borraba esa sonrisa maldita de su rostro alzando las manos en alto cuan Cid Campeador, no porque se sintiera de ese modo sino porque tenía bien sabido que eso molestaba a la mayoría de los llamados justicieros y villanos que sintieran invasión a su dominio.* -Ohhh!!!!- * Exclamaba de gusto a pesar de que aún no entrara en el verdadero calor de batalla.*

* La obra espartana se había convertido en un evento de la esparta real comparable a la batalla de las termópilas donde solo 300 griegos de Esparta amasijaron a Un Millón de soldados Persas con determinación y una batalla conjunta y unida todo el tiempo. Él se sentía familiarizado con esa sensación, al igual que aquellos legendarios él no era inmortal, solamente no le temía a la muerte y la enfrentaría las veces que fuera necesario... En un punto del teatro una forma humanoide se impulsó hacia el escenario para entrar al acto y al parecer con intenciones de marcar fin a la obra teatral realista que el invasor había creado... Detuvo sus pasos al quedarse en el costado opuesto con respecto al visitante mirando de manera sarcástica al joven asiático tras asimilar lo que con brío le gritó. No podía ser mejor.* -Podrías ser el heraldo de otros que no se atreven al primer impulso... He de deciros, que yo vengo de ese lugar.. Y por ello yo soy el guía en la expedición!!! ¿Cómo lo ve... ''Joven''?-

* Aquella expresión altruista volvía a marcarse en los rasgos del cazador. Aguardando la respuesta de aquel aparente muchacho sus piernas se separaron brevemente del suelo plantando bien el apoyo en sus pies mientras sus manos se alinearon a la altura del rostro sin tocarlo, sino para protegerlo con puños cerrados, el tronco levemente curvo hacia delante para bajar su altura pero manteniendo la mirada en linea horizontal acechando las orbes delgadas que le encaraban mientras el resto de sus sentidos se mantenían en el ambiente global. Solo el publico aficionado a la batalla podría disfrutar de aquello sin sentir horror. El reto dado aguardaba respuesta.*

El licano parecía una figura sacada de una epopeya épica, una imagen histórica digna de los poemas y obras teatrales. No solo por su forma de ser, sino por sus desplantes, su forma de explayarse ante todos y su manera teatral de manejarse. Bien se podía ver, ese hombre era un actor de la vida, el mundo era su escenario, quizá generalmente de escenas de guerra y a juzgar por su aspecto se podría decir que lo que había perdido el teatro lo habían ganado las batallas.

Su postura delataba más que sus palabras. Ese hombre quería pelear y yo quería destrozarlo. Me adelanté unos pasos y echando la capa que traía sobre los hombros, al piso, me saqué los guantes de las manos y le miré desafiante.

Si aquello iba a ser una batalla épica también lo sería internacional. Sería como un extraño encuentro entre la grecia antigua y el lejano oriente, algo que ni el más loco escritor de poemas y obras habría imaginado aún.

-Parece que lo que usted desea "caballero" es una lucha encarnizada, no se preocupe, que estaré a bien en darsela.-

* No había tomado un camino agresivo y exhaltado en principio, optaba por una posición disciplinada y calculadora similar al estereotipo de boxeo asiático que le fue mostrado. No era su estilo el combatir como un humano pero era lo idoneo para conocer a un rival presentado en duelo. Dio por fin el avance necesario para encarar más cerca, respetando el margen entre sus pies de un metro de separación, una distancia demasiado abierta para encarar cuerpo a cuerpo pero lo suficientemente cercana para empezar a tomar calor y adrenalina.* -No tienes mal punto de vista. Veamos si pasa lo mismo con tu habilidad para sobrevivir.-

* El avance del espartano fue un solo paso, pero bastante vertiginoso al cambiar su perfil reduciendo la distancia haciendo que sus pies casi se tocaran, poniendo alcance perfecto a la mano izquierda que era ese el costado fisonómico que tenía por delante. Aquel movimiento rápido de cambio y rotura de distancia se convertiría en un detonante de reflejos y reacciones cuando aquella mano alejada se movio como si fuera a vulnerar al joven, pero solo le bofeteó la mano ajena que tuvo al alcance (Mano elegible) manteniendo el resto de su posición y usando la visión como principal sensor, los demás no estaban tan enfocados en el oponente al estar la mayor parte de aquellos puestas sobre el entorno amenazante.*

Aquel combatiente, pese a su forma de hablar que dejaba ver a alguien aparentemente de naturaleza impulsiva, era más bien un combatiente sereno y discreto, atento a su enemigo, atneto a su entorno, atento a la batalla.

El golpe que me dio no lo vi venir, debía estar más atento si deseaba salir bien librado de aquel combate.

-Señor, ¿eso ha sido todo? Sus palabras delataban más a un ser sediento de sangre y ansioso del furor de la batalla y me he encontrado en su lugar a un concienzudo peleador. ¿Es qué acaso esto es parte del espectáculo?-

Le dije retadoramente, mirándolo fijo y dispuesto para lo que viniera.

* Algo que había aprendido en las montañas canadienses al encontrar a aquel desconocido eran las verdaderas habilidades de un cazador que no solo debía trabajar con su instinto sino también con su mente, saber qué maneras diferentes se pueden emplear para un mismo fin, y por supuesto cada presa era diferente teniendo distintas combinaciones de métodos para blandirlas.* -Esto nisiquiera ha comenzado...- * Empezaba a hablar cada vez menos...* -Vienes del asia, pero tu disciplina no parece muy sólida.- * Sentenciaba finalmente. No era típico de un ser como él actuar con inteligencia meditada, pero si era típico del nocturno jugar por lo predecible... La estrategia escéptica daba resultado para desbancar la impresión del ajeno.*

* Con aquel golpe rápido ejecutado pudo sentir la solidez de la posición defensiva del antagonista sin encontrarse con demasiada firmeza y también encontrando muy poca reacción. Más le valía al ''joven'' despertarse si quería durar al menos para un segundo asalto. De aquel modo mantenía su posición dándole un poco más de dinámica al moverse lateralmente hacia la izquierda del oscuro lanzando de nueva cuenta su brazo izquierdo en otro golpazo similar a la primera ejecución entrecerrando el ceño y apretando el puño opuesto... Aquel fragor podría sentirse perfectamente en un luchador que si estaba vivo y latente, una clara ventaja en cuanto a tolerancia y resistencia física.*

Le observaba sin perderle de vista. Era hábil, y también sabía hablar, algo realmente extraño en un licantropo.

Le vi avanzar por la izquierda y lanzar aquél golpe. Di un salto con ligereza, apoyándome en mi habilidad de vuelo, de modo que pude caer a un costado suyo sin mayor dificultad, ya que esta vez no estaba dispuesto a permitirle que me tocara otra vez. En esa ocasión tuvo suerte, pero esta vez ya no.

-Excelente estrategia, lobo, pero no me impresionas.-

Le observé otros segundos, buscando un punto débil. Era verdad que el encontrar algo así resultaba difícil ya que a leguas se notaba que era un peleador experimentado y estaba acostumbrado a no dejar un solo punto sin proteger en todo su cuerpo. Pero hasta al más hábil de los guerreros se le podía escapar algo, hasta a la más férrea armadura podía hallarséle un punto ciego.

Pude ver una leve entrada entre su brazo, si jugaba bien, podía golpear sus costillas. Sin perder tiempo lancé un directo y certero golpe en ese punto con los dedos de mi mano enteramente extendidos, como si se trataran de una fuerte cuchilla, un típico golpe de artes marciales.

* La escena lucía como una representación teatral de no ser por los aterrorizados visitantes... irónico que algunos de los monstruos de los relatos sintieran pavor esa noche. Estaba listo para actuar el espartano y lo hizo con otra palmada, pero esta vez si hubo reacción por parte del oponente, dejando aquella palma sin el encuentro del dorso de la mano ajena. Había fallado a velocidad de un humano rápido y se percató de lo raro de ese salto... demasiado limpio y con muy poco impacto. No se desestabilizó al ser un ataque de pequeño impulso y en menos de un segundo entero pudo encararle otra vez mientras era observado presentando su misma posición con el flanco izquierdo por delante.*

* Su visión al mantener vigilancia sobre el antágono ajeno pudo advertir de aquella ofensiva lateral que ahora era prácticamente frontal, bastante básica que iba muy rápido hacia la zona baja del torso reforzado no solo por músculo sino por un leve volumen de grasa corporal. Tomaría la decisión en muy poco tiempo, lo que toma la reacción de un reflejo para tomar represalia usando la mano adelantada para atrapar la muñeca atacante entre sus dedos y frenarla en seco. a la misma vez fue bajando un poco su altura de posición y luego la levantaba a un nivel levemente flexionado... Un contraataque efectivo que podría mantener inmovilizada la extremidad ajena que a pesar de estar emparejados en raza él invertía mayor desempeño en el recurso de potencia física.*

* Aún siendo el captor estaba atento al resto del cuerpo y para ello estaba el resto de sus extremidades usando la mano de captura y un giro de cintura de izquierda a derecha para buscar hacerle venir hacia él y tomar a la vez un cambio de perfil ofensivo. Durante el jalón se apoyó en la pierna derecha levantando la opuesta flexionada y también se apoyaba parcialmente en el agarre teniendo la mano libre por delante de la situación.*

No estaba mal, el pulgoso habia logrado detener mi ataque.

Cuando dio aquella ofensiva, cuando me jalo hacia el y vi que estaba a punto de golpearme con su pie, eleve mi cuerpo con el vuelo, lo suficiente para evitar el golpe, di toda la vuelta aun con mi mano sostenida por la suya, hasta caer del otro lado suyo y, aprovechando aquella posicion de desequilibrio que ahora el lobo presentaba, le jale hacia mi con fuerza, provocando que cayera al piso, al tiempo que lograba liberar mi mano.

Di unos pasos hacia atras y le mire.

-Arriba señor, que aun no hemos terminado.-Espete tranquilamente y sin perderlo de vista. Me las estaba viendo con un lobo bastante listo y diestro en el combate, no debia fiarme ni dejar de observar sus movimientos, debia estar al pendiente.

* Estaba decidido a ser más directo de ahora en adelante, y anteriormente había empleado para ello un contraataque bastante complementado en una línea frontal que de haber tenido éxito fuera presentado un gran desvío a favor del licano. Pero en sí su oponente era insistente en la idea de la supervivencia y de no dejarse ejecutar golpes severos. Pudo haberse esperado lo ocurrido después de haber visto que requería de un poder sobrenatural solo para aislarse de una simple palmada de prueba... El nipón estaba al vuelo y próximo a estar detrás del espartano que con algo de suerte pudo haber logrado... Si, pudo haberlo hecho de no ser por detalles básicos que se escaparon y lograron frustrar el contraataque de Kuran... Uno era el hecho de que el agarre para halar que usaba el oscuro no dependía de él sino del agarre de muñeca del espartano (La mano que sujeta). Otra más era el tiempo de vuelo que tomaba para llegar a tocar tierra detrás pasando por encima habiendo sido más fácil rodearle con un giro por los costados de haber aprovechado su agilidad y cuerpo liviano en comparación con el lobo que era de mayor volumen y potencia (Tiempo entre acciones descritas)... *

* Pero la tercera y la cuarta casualidad serían las que darían ventaja al lobo. Él aprovechaba el simple hecho de que estaba en el aire y al tener una mejor base en tierra podría imprimir mucha más fuerza de la que podía generar el vampiro en pleno aire y sin ningún pilar de apoyo (Posición de combate). Añadiendo por último las distintas fuentes de potencia física aparte de su bien afianzada base y el agarre sólido de su mano. La pierna que se le quedaba sin objetivo la utilizó para dar un paso fuerte hacia delante forzando su apoyo a su vez que echaba el tronco hacia delante en un movimiento de arco jorobando un poco y por último la fuerza proveniente de su hombro para seguir el sentido de movimiento de la pierna y el tronco y completarlos (Fuerzas en conjunto)... Aquellas situaciones dejaban al inmortal sin opciones al respecto más que caer de espaldas y ser parte del estallido brutal del suelo de escenario que no era como los usuales parapetos de madera sino una construcción más resistente pudiendo dar como mínimo una potente sensación de dolor y muy posiblemente algún hueso roto del cuerpo no-muerto que de ser una articulación se vería en serios problemas aún tratándose de un inmortal. Una consecuencia donde el espartano pudo haber sido el afectado de no haber sido calculador al efectuar.*

* Con tenerle allí derribado debidamente no dudó en poner uno de sus pies, el derecho precisamente sobre el hombro diestro para apretujarlo contra el suelo por presión de la planta a la vez que intentaba jalar el brazo izquierdo que aún no soltaba buscando un daño colateral en las articulaciones superiores, un daño que aún siendo vampiro le tomaría valiosos segundos reponerlo, suficiente para que el espartano aumente su ventaja si llega a tener éxito en esa submisión...*

Aquel movimiento había salido contraproducente y terminé derribado en el piso.

Pude leer su mente, el movimiento que se disponía a hacer a continuación, colocar su pie
sobre mí. Valiéndome de mi agilidad sobrenatural y aguantando el dolor muscular del golpe, ya que no era la primera vez ni la última que sufriría un golpe como ese y aun así debería moverme, rodé quitándome de ahí inmediatamente, mi mano adoptó la postura de espada, la cual lleva los dedos perfectamente estirados y lancé una serie de golpes consecutivos a la parte trasera de la rodilla de la pierna con la cual pretendía hacerme presa en el piso. Tras esa serie de golpes, me puse de pie a su espalda al tiempo que lanzaba otro golpe certero con la otra mano en la misma pose de espada, este iba directo a su espina dorsal.

* Después de la estruendosa fuerza y los daños producidos lograba hacer un dominio del cuerpo ajeno tras someterlo a su demoledora fuerza. Había quedado en intentar ponerle el pié encima para impedir su levantamiento y así lo había hecho (hay aceptación en la puesta de la pierna) Lograba bloquear entonces gran parte de la fuerza ajena pero la insistencia era algo que podía esperarse y viéndole desde arriba vio la forma de la mano que se asemejó a un golpe del que escapó disciplinadamente...*

* El joven asiático se había aprovechado del enfoque que el espartano puso en hacerle peso para que no escapase y por ello tuvo que recibir uno de los golpazos a la articulación, amortiguando el daño con doblar la rodilla en el mismo sentido de la fuerza del golpe ajeno obligándose a caer, pero no por ello sin dejar de afincar su fuerza y peso sobre su cuerpo ni soltando la mano que era aún prisionera...* -No resultaste tan bueno...- Y por su parte estaba apoyado de una de sus pantorrillas puesta sobre el torso del oponente abarcando más area con su peso centrándose en tomar el brazo prisionero con ambas manos. Aquella posición imposibilitaba la sencilla puesta en pié al tener primero que doblegar esa fuerza concentrada lo suficiente para zafarse.*

* Durante aquel suceso daba la espalda a la secuencia de golpes pudiendo aguantar varios de ellos por su desarrollo muscular que no solo constituía tejido sino también algo de grasa para dificultar la penetrabilidad por golpes... Con el brazo sujetado solo tuvo que halar hacia arriba con su característica fuerza sacando de locación el hombro izquierdo del vampiro rasgando levemente la piel de la zona al estirarla casi a su punto de rotura total, algo que tomaría tiempo reparar. Poseía fuerza para levantar robles enteros y eso era lo que aprovechaba para tener sometido a su oponente soltando el brazo inutilizado buscando el siguiente al voltearse sin dejar de centrar su peso en el apoyo... Empezaba a molestarle un poco el daño recibido repetidamente en el lateral diestro del abdomen y el lumbago... Podía resistir impactos sobrehumanos pero no por ello se exoneraba de sentirlos.*

OFF: Disculpa, en ningún momento acepté que tu pierna me atrapaba contra el piso.