Viento travieso, jugando con un arlequín....(priv)

por **Bufon** Mar Jul 19, 2011 3:29 pm

Una risita traviesa inundaba todo el bosque, hacia tiempo que la llevaba persiguiendo, a aquella muchacha, la había visto por casualidad en una de sus rondas diurnas, era muy bonita y elegante, caminaba con un porte altivo y su expresión siempre demostraba una infinita soberbia, la persiguió por mucho tiempo tratando de asegurarse de que fuese cierto, la había visto gritarle a sus sirvientes, golpear a los mendigos y también había visto el irracional uso que tenia con su dinero, todo iba a parar a los bolsillos de prestigiosas casas de costura y afamadas joyerías ,solo podía preocuparse por cosas materiales, pintura para los labios, polvos para la los ojos y la cara, adornos para el cabello y vestidos que solo serian tocadas una vez en su vida y después les dejaría envejecer y estropearse en algún rincón de su casa, al verla su estomago simplemente se había revuelto y había decidido que ella seria la próxima…

Una niña con ojos de cristal
En una oscura noche se puso a cantar
Podre yo también ir a aquel país
A aquel maravilloso país

Su voz comenzó a salir limpia y melodiosa mientras entre verso y verso soltaba una pequeña risa traviesa, estaba vestido como un bufón y saltaba entre los arboles como si estuviese jugando a algo, su rostro tenia pintada una gran sonrisa en blanco y negro y sobre sus manos enfundada en un par de guantes blancos sostenía un gran numero de joyas de valor incalculable, se trataba del dote de aquella jovencita caprichosa que de seguro en aquellos momentos debía estar entrando en un estado de pánico incalculable, ya que gran parte de sus riquezas habían sido robadas enfrente de sus narices. El sonido de sus cascabeles comenzó a fundirse con su risa creando una inconfundible burla, todo aquel tesoro seria devuelto en algún momento así que no podía considerarse enteramente un robo , sin embargo se quedaría con una mínima parte de aquel botín, por ello no estaba seguro de cómo llamarle a aquella acción, lo que si sabia era que acababa de perder una de las plumas que le había otorgado su señor y que cuando las perdiese todas su alma ya no tendría posibilidad alguna de volar hacia el cielo…

El bufón comenzó a dar vuelta sobres sus pies mientras esquivaba los arboles que se interponían en su camino, conocía de memoria aquel viejo bosque, y no había tronco o piedra que no tuviese gravada en la memoria, los rayos de la luna no alcanzaban a penetrar la espesura de las ramas, sin embargo sus manos brillaban a metros de lejanía debido a su exquisitez y elevado valor, ya lo tenia todo planeado. Sus planes eran siempre infalibles y extremadamente elaborados, tanto que nadie podría realmente creer que fueron trazados por un niño de doce años.

Si entras allí… no podrás salir…

por **Dana Luminita** Sáb Jul 23, 2011 3:38 am

Los ojos del arlequín son como lo que mira y sueña, no puede ser una casa, o una cosa, una risa o un pájaro, todo cambia, como los iris de su ensueño. El cuello de crinolina forrada con terciopelo dorado y los bombachos de color purpura con bordados en hilos de platas, las botas de gamuza blanca que tienen en las pintas cascabeles pintados del mismo color que las bombachas. Es un panorama diferente a lo que acostumbramos Juana, me gusta tu traje de monja puedes sentarte en la butaca de tu convento a leerle a los santos, o escuchar los cantos de los ángeles ¡Bendita seas muñeca sin cabeza! ¿Qué hacemos aquí? Caminando, subiendo y bajando de las ramas de los arboles, juagando, cantando, tocando. Mi cabello dorado cae sobre mis hombros y en las puntas un color rosado está pintado, mi sombrero de arlequín cascabelea ding, ding, ding. ¿Luminita estás ahí? Había una voz armoniosa en el fondo, no eran las aves que canturrean esta noche, esa voz es de alguien más. ¿La escuchas Juana? ¿Quién es?... ¿De qué color serán sus ojos?

Puedo hacer un cuento Juana, un cuento de arlequines, pero que es lo que dicen los cuentos... ¿has comido el sol de la aurora? No podemos probarlo, está prohibido por el infierno. Sigamos busquemos la risa de ese niño, chillante, caprichoso... seguramente debe estar haciendo pasteles de lodo, o buscando hojitas secas para hacer un collar. Con extrema gracia camino entre los senderos dirigiéndome hasta donde está el humano, son movimientos de una muñeca de porcelana, actorales y hasta parecen hechos para una obra de teatro. Y ahí está un enano vestido como bufón, una replica medieval de esa criatura, se ve terrorífico, grita Juana, grita. No puedo evitar sonreír con malicia, haciendo deformar el mal maquillaje de arlequín que tengo puesto en el rostro, se nota que no me llevo muy bien con los espejos.

-Tal vez te encuentres al lobo... –mis cejas se movieron de arriba abajo con mi sonrisa mordaz, una muñeca decapitada cuelga de una mano mía y postrada con esa elegancia de mi traje hecho para entretener a reyes estoy mirándolo con firmeza.- Solo los temerarios no tienen miedo a los lobos... ellos se los comen de desayuno...

por **Bufon** Miér Ago 17, 2011 6:27 pm

La mirada del pequeño bufón se movieron nerviosamente entre los arboles buscando a una voz que le llamaba, el viento soplaba tenuemente cantando sus oraciones atreves de los arboles fríos del bosque los cuales bailaban al ritmo de su voz, en medio de las sombras alcanzo a distinguir la tenue figura del arlequín, se trataba de una mujer que sonreía con el color de la muerte mientras sus ojos irradiaban las luces de la locura y la malicia, su rostro se ladeo de una manera inocente y curiosa, como tratando de descifrar algo incomprensible para el, llevaba el maquillaje mal puesto, como si se hubiese corrido o descuidadamente hubiese pasado su ropa sobre el, una sonrisa salió de sus labios, primero imperceptible y después un poco mas abierta, se cubría la boca con las manos para evitar que saliese, no se trataba de una burla, era mas bien como la de alguien que hubiese cometido una travesura

-No se preocupe Señorita…- dijo de una manera calmada y amable para después bajar la voz y ponerse un dedo sobre la boca –Los lobos de este bosque no comen carne humana…-susurro como contándole un secreto- Pero a ellos no les gusta que lo diga así que guarde el secreto-termino esta vez acercándose un poco a ella.

Su comentario, nuevamente había salido como una broma pero, el realmente creía que los lobos no podían hacerle daño, durante su estadía en la parroquia el obispo le había contaba historias acerca de lobos que cuidaban de los niños pequeños y jamás le atemorizo la idea de estar cerca de uno, fue en ese momento cuando la mirada del bufón se centro completamente en el arlequín, ella caminaba por el bosque vestida con ropas regias y con un bastón es sus manos, andaba con un porte elegante y misterioso, ocultando su feminidad tras aquel maquillaje mal puesto y vestimentas propias de un varón, ella parecía completamente diferente a las personas que conoció durante su pequeña vida

-Me llamo… Bufón-hablo pensando en extender su mano, sin embargo aquella idea fue imposible de realizar ya que en estas sostenía las valiosas joyas que había tomado apenas hace unos minutos de una adinerada casa noble, pero el simplemente no podía comportarse de una manera descortés así que sosteniéndose en un solo pie hizo una pequeña reverencia a la dama. Obviamente el jamás se había observado a si mismo disfrazado de bufón

por **Dana Luminita** Sáb Ago 27, 2011 4:18 am

Los ensueños se forjan con los deseos ocultos de los mortales y su mirada tan azul parece un océano luminoso, quiero morder sus ojos y darle un baño de jabón con agua de mar. Puedo sentir el viento que juega sobre mis hombros y mi cabello se mueve en las puntas. Mis pasos se adelantan sobre la tierra haciendo que ese incesante cascabeleo de oro suene envolviéndose con aquellas hojas del bosque. Sus pequeños dedos me causan curiosidad, ¿Sabrán a sal ó a Azúcar? Una media sonrisa en mi rostro es imborrable ¿Lo escuchaste Juana? Es gracioso, demasiado gracioso.
-¿Qué es lo qué comen los lobos en este bosque? ¿Hojas secas? ¿Pasteles de lodo? –mi risa brota en una carcajada... y Juana cae al piso, sin cabeza, sentada con ese traje de monja con su rosario bordado con hilos de oro.

Puedo pensar en los manjares de la piel del hombre son el platillo más exquisito qué puede probar una bestia, ten cuidado bufón porque tus palabras las puede devorar el lobo en un solo bocado. Con tu piel infante, dulce y marmórea. Los colores vibran en un traje de arlequín, mis ojos azules se postran sobre el pequeño de cabello rubio y sus labios pequeños cuando hablan parecen de juguete, una curiosidad en mi crece y no puedo saber su nombre, bufón... tal vez es de una corte o del mismo ensueño, ahora se disfrazará de zorro y bailará la danza de los gitanos.

Hago una reverencia cuando se presenta, una reverencia como si se tratase de una corte y con elegancia como lo dictan los estatutos de etiqueta me vuelvo a mirarle con cautela, con una sonrisa tétrica y mostrando a levedad una parte de mi, unos colmillos lupinos que se guardan detrás de mis labios.
-Luminita, un placer. –la brillantez de tanto oro bajo aquellas manos hizo que mis ojos se queden fijas ahí.- El oro no es suficiente para satisfacer los deseos más profundos del hombre... ¿Comprarás una estrella? ¿Una pluma fénix? O ¿Te harás un prendedor?

por **Bufon** Miér Dic 07, 2011 5:57 pm

Una sonrisa brillante y traviesa parecida al tintineo de las estrellas en el cielo apareció en su rostro, suave y traviesamente iluminando el lienzo blanco de su rostro, el arlequín y el bufón eran parecidos, pero eran muy diferentes entre si, sin embargo, el viento le había hablado advirtiéndole del futuro y de lo divertido que podría llegar a ser un encuentro de cara con aquella enigmática figura, un arlequín con olor a muerte, con el rostro bañado en un espeso maquillaje que cubría si verdadero rostro, sus verdaderos colores dejando a la vista solo un pequeño halo de su verdadera esencia, algo dentro de su pequeño corazoncito le decía que podía encontrar dentro de aquellos ojos muertos más de lo que había visto en toda su corta vida, y más de lo que probablemente podría ver antes de que su cuerpo envejeciese y expirase de cansancio sobre el frio asfalto de las calles o la húmeda tierra del bosque

- No es así señorita, esa es comida de ardillas, lo lobos comen cosas más divertidas, vagan por los caminos abandonados entre los arboles…-dijo señalando hacia la profundidad del bosque en donde la oscuridad no dejaba ver nada más que sombras y fantasmas provenientes de los miedos de la gente- buscan caperuzas rojas, esas les gustan mucho, en especial puestas sobre cabezas soñadoras, así ellos podrían robar sueños deliciosos gordos y jugosos, esos son los que más les gustan...-su dedo se movió grácilmente hacia su cabeza adornada con un corro verde y café dividido en tres puntas y con cascabeles colgando de ellas- por eso uso este, se confunde con el pasto y la tierra y los cascabeles los asustan-afirmo bajito como para que nadie mas escuchase su conversación

- Con estas Lady Luminita…-dijo tomando las joyas con las dos manos extendiéndolas hacia adelante mostrando diamantes y rubíes que reflejaban luz de la luna mostrando los espíritus de todos aquellos que envidiaron, codiciaron y disfrutaron su valor, pero solo fue un pequeño reflejo que desapareció en el mismo instante que se manifestó- hare un collar, un collar tan fuerte que nadie podrá romperlo, será especial para una persona que conozco, pero que no me conoce a mí, será un regalo muy especial…-repitió con un tono sumiso y feliz
Las estrellas brillaron a su alrededor nuevamente acompañando su tintineante risa, dejando que el viento la llevase atreves de la espesura y la soledad del viejo bosque hasta los arboles más ancianos, ¡Ah! Seguro que a ellos les agradaba el sonido de la juventud en sus ramas y sus raíces

Spoiler:

por **Dana Luminita** Mar Dic 27, 2011 11:02 pm

Caes como una hoja Juana, seca y moribunda, los cuentos no son para esta noche, siempre hay tiempo, tiempo al tiempo, no te desesperes, el lobo aun está mirando su bocado, en la espera, sabrá mejor cuando lo tenga en los dientes. Una sonrisa puedes plasmar, pero no puedes pensar siquiera en esa noche, puedes emitir esa mirada muñeca sin cabeza, una mirada que dejas a través de tu alma ausente... mira como brilla su cabello, mira como brillan sus ojos, escucha como late su corazón.

Ese olor característico de su clase, esas especias picantes me hacen cosquillas en la nariz, pero su perfume es diferente. Mis ojos se quedan fijos en su figura, en sus pequeños dedos que sostienen ese botín, su olor es tan dulce y especiado que hasta me siento embriagada ¿Ves esa boca diminuta? Oh... de ellas salen palabras... pego mis manos sobre mi pecho de forma actoral. Mi mente divaga por un instante hilando miles de palabras en aquellas frases, mi sonrisa se transforma en mis labios se distorsiona y una risa brota por los disparates del pequeño ¿Escuchas Juana? Mis ojos miran unos segundos la muñeca que está sentada en el suelo, la tomo y la coloco en el bolso que tengo, es de piel muy fina, con labrados pintados en negro y dorado, con emblemas de un alfil y con bordados circenses. –Los lobos saben muy bien que comer por las noches... no pierden el tiempo en las pesadillas, ellos son las pesadillas...

Una carcajada brota de mi pecho y aunque tengo que mirarlo hacia abajo es divertido lo que dice, y confuso desde luego, pero no importa, me acerco un poco más hundiendo mis botas sobre las hojas secas y la humedad de la tierra, ahora puedo mirarle con más atención, su piel es suave y sonrosada, puedo ver como fluyen sus venas y bombean ese corazón que late a un ritmo musical. El comentario de cascabeles es estúpido. Pero no digo nada sobre ello. Le sigo mirando como si fuese un objeto precioso, un tesoro que me he encontrado en el bosque. Ahí están aquellas manos, pequeñas, diminutas, quiero clavarle un colmillo a su anular. Alargo la mano para tocar uno de los diamantes. Realmente el dinero ni me sorprende, ni me importa. Miro la masa de piedras brillantes:
- Si no le conoce, como sabrá que viene del pequeño bufón... –le miro con cierta intriga y tomo asiento en una piedra con extrema elegancia y con ese porte de arlequín de reyes me quedo mirándolo un momento en silencio, Juana calla, las aves callan y la luna tintinea brillando sobre su cabello- Te puedo ayudar hacer ese anhelado collar, pero tendrás que darme algo a cambio... Si aceptas... doy mi palabra de honor que no te quebraré el cuello. Pero tú no gritarás como una niña cobarde...- mis orbes azules le miran con intensidad y le sonrío con esa distorsión del maquillaje mal hecho, esperando una respuesta del pequeño niño.

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