Historia de un vampiro errante

Ella dormía tranquila en las sabanas de color celeste que tanto le fascinaban, el podía ver como su cuerpo se moldearse, desnudo bajo esas telas. Descansaba tan tranquila, mientras la luz del sol entraba por lo vidrios mágicos que hay en el edificio. Así es la única manera en la que ellos pueden ver la luz del sol sin morir.
Ella abría los ojos lentamente y lo miro sonriendo con ternura

-¿Otra vez estas viéndome como duermo?-preguntó ella con ternura.
-Me encanta verte dormir. Después de dormir a tu lado es lo segundo más bello que hay-le contestó con una amplia sonrisa.
-Tonto, ¿me traes un vasito de sangre para levantarme?-mientras lo pedía se quito las sabanas y el pudo apreciar el cuerpo de su amada. Tan bello y blanco. Su cabello negro cubriendo un poco su rostro, y ella quitándolo con delicadeza.
-Claro, Frany-caminó hacia el ropero para ponerse una camiseta blanca que combinara con sus jeans raspados. En una esquina de la habitación estaba su sable.

El arma tiene tallado en su filo la serpiente emplumada Quetzalcóatl y al final de su mango esta su cabeza. Al lado del arma esta otra de menor calidad, la que él aun usa generalmente para cazar. Un estante más arriba había dos armaduras de cuero. Al lado, en una esquina, un par de espadas pequeñas, llamadas kodachis, las armas preferidas de Frany.

Al salir de la habitación se encontró con una soledad enorme, todos dormían a esa hora del día, al menos la mayoría de los vampiros. A lo lejos, en una mesa estaba Gypsy. Ella es una vampiresa morena de cabello castaño y ojos negros. El fue introducido al jefe del clan por ella.

-Otra vez estuviste con Frany. Debo decirte que a una le da envidia. ¿Que me quedara de ti para mi?-dijo con picara sonrisa.
-Y no te das cuenta lo que pasa en la habitación, eso sí seria envidia.-le contesto con confianza
-No seas libidinoso conmigo-ella lo golpeo un poco el hombro y el rápidamente tomo dos vasos de sangre.
-Te veo después-camino hacia la habitación de nuevo y entra.

Al entrar Frany ya estaba levantada, pero aun desnuda, viendo hacia la ventana. Sonrió al ver a su amado y comenzó a dar sorbos al vaso de sangre que él le entrega. El nunca había estado tan enamorado, y ha amado a muchas vampiresas en sus 500 años de vida. Nunca a nadie como ella.
Frany se levantó y caminó moviendo las caderas hacia el tocador.

-¿Qué no vas a venir?-ella volteo a verlo con lujuria. El la sigue sin titubear.

Su nombre es Makoto, aunque olvido su nombre real el día que lo convirtieron en vampiro, hace ya muchos siglos, cuando México era conquistado por los españoles. Makoto solo sabe que fue uno de los primeros mestizos. Su nombre actual lo tomo de un guerrero cuando lucho en la guerra Meiji en Japon. Es un vampiro, nacido en algún lugar del México recién conquistado.
Vivía, sería más correcto decir habitaba, en una pequeña guarida de vampiro, pero la mayoría del tiempo se encontraba en el edificio de su clan, llamado La Orden del Fénix.
A la vez, solía pasar la mayoría del tiempo con Frany, su vampiresa.

El edificio del clan era recto, alto y de color verdoso, no muy agradable a la vista. Los humanos no pueden ver peligrosas las construcciones de los seres como Makoto y Frany, pero sus rivales eternos, los hombres lobo, si pueden.
El clan era comandado por Fenix Skin, un vampiro blanco y de cabello corto y negro. Aunque era un buen líder y había llevado a su equipo a triunfar en diferentes guerras, la mayor parte del tiempo estaba solo, siquiera sus guardianes tenían permitido entrar en su recinto. Algunos juraban que ocultaba algo, pero nadie lo supo demostrar, hasta que fue muy tarde.

II

La noche había llegado, a diferencia del día, el edificio del clan se llenaba por sus habitantes. Vampiros y vampiresas salían de los cuartos, pasaban al comedor, buscaban sus armas, sacaban sus caballos.
Makoto caminaba por los pasillos en camino a la caza, Gypsy lo siguió y a su lado vinia un vampiro sonriendo en dirección a la puerta principal. La entrada era grande y de color negro, con un fénix blanco en la parte mas alta.
Entre el clan se decia que la ciudad mas próxima estaba teniendo un carnaval, perfecto para hacer ver muertes como accidentes.

-Vamos Makoto, hay que competir para ver quien derrota más licántropos-decía Gypsy sosteniendo su hombro.
-No me interesan los licántropos, yo quiero probar sangre con alcohol. Es casi deseoso el hecho de sentir ese sabor a tequila.
-Si ya lo se-Gypsy lo arrebozaba corriendo, seguida del vampiro. Ambos desapareciendo en el lumbral.

Makoto los siguió con plena calma sosteniendo la espada samurái. Kenshin, su espada, se quedo guardada en la habitación.
Frany bajaba las escaleras a toda prisa, luciendo un vestido negro y sus dos armas en mano.
-Te tardas una eternidad-dijo su amado mientras la veía contonearse.
-No importa,querido, somos inmortales-le contesto dándole un beso en la mejilla.

Makoto corria entre los arboles, ya había consumido a cuatro humanos, esa sangre con sabor a alcohol fue una delicia para el. Frany iba a su lado. La ciudad se iba alejando y podian escuchar algunas ambulancias envueltas con el sonido del carnaval
-¡Hey Makoto!- Lucia, con su cabello castaño largo y su piel morena, aparecía de entre las ramas-espero que lleven menos licántropos que yo.
-Llevamos algunos-dijo Frany sonriendo y acercándose mas a Makoto

Se detubieron frente al lago Rojo, se le llama así por que una día un lobo apareció muerto en sus aguas y se dice que su sangre tardo toda una noche en irse.
Un par de licantropos sonrían al ver a tres vampiros acercándose.

-Miren, Blakus, Sviro. Un vampiro acompañado de dos bocadillos-dijo el primero con una sonrisa maliciosa.

Lucia desenfundo, de su espalda, una espada corta y recta. Corrio hacia el llamado Sviro y le hazo una herida en el pecho.

-Frany, veamos que tan buena eres-la miro retándola.

Frany sonrió y ya atacaba con sus dos kodachis el rostro de Blakus. El no se pudo defender y Frany lo arrojo contra el piso.
Los lobos solo nos miraban con odio, pero se van, dejando caer monedas sobre la tierra.

-¿Por que huyen?-dijo Lucia guardando su arma.

Al llegar al edificio, el jefe del clan aparecía frente a Makoto
-Makoto, tengo algo para ti-le dijo suavemente
El jefe guió a Makoto hacia la torre que le sirvia de refugio. La puerta de color rojo se abre rechinando con fuerza.

La habitación era amplia, con cortinas doradas en las ventanas, alfombra roja. Un candelabro dorado colgaba sobre una mesa de madera tallada.
Al fondo estaba el trono, envuelto en amarillo y naranja.
Skin metía la mano a su capa y saco un sable corto.

-Este sable te servirá mejor que el arma que cargas. He escuchado que no te agrada usar tu arma que te ha acompañado durante mas de un siglo-le dica mientras estiraba la mano.
-No la uso más que en ocasiones especiales, como sabes nunca se acabara su filo-le contesto, tomando su oferta.

III

Makoto estaba en la terraza del edificio, moviendo el sable contra el viento. Sus movimientos tratan de tener gracia, pero él nunca había manejado un arma como esa. Su conocimiento de armas se limitaba a las de fuego y algunos tipos de espadas como la china y japonesa.

-Maldito sable, eres una mejor arma que esa tonta espada japonesa barata, pero no superas a Kenshin.-dijo furioso cuando una figura femenina envuelta en un vestido negro largo salía por la puerta de la terraza.

-Amor, deberías de buscar a alguien que te entrene-le dijo Frany, mientras camina lentamente hacia él, sus zapatos de tacón negro sonaban contra el suelo.
-Querida, sabes que yo nunca le pido ayuda a nadie, solo yo me debo de preocupar por mí. La única persona que importa eres tu-le dijo sonriéndole.
-Entonces deberías de entrenar para que así me pudieras protegerme-dijo sarcásticamente-como si necesitara de eso.
-No te molestes, sabes como soy.
-Si, se lo que viviste en el antiguo Tokio, se de la filosofía que quieres seguir...Los débiles son el alimento de los fuertes. Pero sabes que no eres así-mientras hablaba, le entrega su primera sonrisa de la noche.

El la abrazo y le beso la frente. Ella es la única razón por la que dejo de ser un solitario, por la que dejo a un lado tanta amargura. Amó a muchas mujeres en el pasado y todas perecieron o se fueron de él. Ella es la única que se había quedado tanto tiempo

-Marcus, es un buen amigo nuestro ¿Por qué no le pides que te entrene?-le decía ella mientras recibia su beso.
-El abandono el clan hace tiempo...
-Ve a buscarlo entonces.

Makoto le sonríe y salió por la puerta de la terraza, sin antes darle un beso. Mientras bajaba sostenía su nueva arma con fuerza, el quiere protegerla, pero sabe que Frany es más fuerte que él, ella había luchado contra los lobos desde hace siglos, el había escapado de esa guerra los siglos que ella los a combatido.

Salió del edificio del clan, a buscar al vampiro Marcus.

-Fue desterrado hace algunos años. Fenix Skin dice que Marcus se rebeló contra él y no pensó permitir que volviera a hacerlo, así que lo saco. Pero Marcus era fiel al clan, algo mas debe haber pasado-recordaba las palabras de su vampiresa.

Makoto se movía entre los arboles del bosque, podía escuchar todas las aves nocturnas que se comienzaban a despertar a cazar, dentro de poco sus compañeros lo harán también. Lo preocupante era que los lobos ya deben de estar afuera.
Una nube de humo aparecía a su lado.

-¿A donde vas sólito?-decia Lucia, vestida con un traje de ninja negro.
-¿Por que traes tu traje de ninja?-le decía, parándose en seco.
-Voy de espiá...¡Oye no me cambies el tema!-Se frustraba en medio de su propia frase.
-Necesito aprender a usar esta cosa-lo dijo Makoto mientras le enseña su sable
-Buscaras a Marcus...-le dijo ella con seriedad
-Si.

Lucia lo miró preocupada.

-Te acompañare entonces-le sonrió tiernamente por un momento
-Aprovechas que deje a Frany en casa...-dijo el con sarcasmo
-Hey, la competencia es buena-mientras hablo, su mirada cambio hacia un claro cercano-Además, nunca he dicho que me gustes.

IV

-!Tu lado derecho esta desprotegido!-Lucia gritaba mientras se protege de las garras de un lobo con una espada corta.

Makoto peleaba contra un hombro lobo, su ropa estaba rasguñada y tenia algunas manchas de sangres de las heridas ya cerradas por el factor de curación acelerado.

-¡Es esta tonta arma!-Makoto golpeo con su codo el rostro del lobo-¡Debería de usar los puños!

El lobo se ríe y golpeo al vampiro tumbándolo al suelo.
-Parece que el vampiro no sabe pelear con su arma-se burlaba

Makoto lo golpeo en la cara sacando algo de sangre. La herida se cierra, pero la sangre se seca.
-¡Maldito vampiro!-maldijo el lobo.
-!Maldito perro en dos patas!-El vampiro lo pateo en el pecho y lo levanta varios metros en el aire. Makoto saltó junto con él y le atravieso el brazo con su puño.-Este vampiro no es un blanco fácil-.Golpeó al lobo con el talón y este cayo de cara contra la tierra, volviendo a su forma humana completa.

Por su parte Lucia a ensarto al otro licantropo a un tronco, rodeándolo de shurikens. El lobo se transformo y cayó al suelo. Lucia recuperó sus armas rápidamente.

-¡Makoto!-saltó hacia el vampiro-¿Que tienes en la cabeza?-Ella lo miraba desafiante-¡Podrían habernos matado!
-¡Es esta estúpida arma!-lo dijo enojado
-El arma no es el problema, tienes que aprender a usarla-ella no quito su mirada.
-Por eso estoy buscando a Marcus

Una figura envuelta en capa gris saltaba de una de los arboles. Al caer rápidamente se acerco a los vampiros y pasa sus manos frente a sus rostros, estos no se podían mover.

-Perdonen por inmovilizarlos, según se, los vampiros son muy peligrosos-dijo la figura quitándose su capucha-. Soy la bruja gris, creo que buscan a alguien que yo conozco-. La mujer es bellísima, con una piel blanca brillante, ojos grises con un cabello largo del mismo color.

La bruja se acercaba a los vampiros.
-Marcus esta al norte de aquí, vive con una comunidad de vampiros y lobos desterrados. El sabe algo que puede que ustedes no deban saber-.Ella sonrió mientras desaparecía en una nube de humo gris.

-¿Quien diablos era esa loca?-dijo Lucia justo después de poderse mover de nuevo.
-Es una loca que nos dijo la ubicación de quien buscamos.

Makoto acomodo el sable en su cinturón y se apresuro a irse del lugar, Lucia lo siguió. La bruja los observaba desde un árbol, alejándose.

-Makoto, el vampiro nacido en terrenos de la antigua Tenochtitlán, creciste como un desterrado, sin saber tu origen. Has peleado en guerras humanas, pero nunca en las de vampiros. Te espera un destino enorme. Tú cargaras con el fuego.-Dicia para si misma, mirándolo desaparecer en el camino.

Ella abre la palma de su mano, una flama flotaba suavemente sobre su piel. Pronto, tomo la forma de un ave de fuego, para después desaparecer.

V

Los dos vampiros se detuvieron ante una puerta. Esta es en realidad un arco de madera vieja, que estaba apunto de caerse por la putrefacción y los escasos clavos.

-Rukininmuran-leia Lucia.
-...-Makoto miraba el letrero en silencio, como si supiera que quiere decir.

Ambos cruzaron el portal. Alrededor había varias casas que apenas se podían sostener. Vampiros y lobos tirados en el suelo de tierra, con aspectos repugnantes. En el centro un pozo de agua negra, que parecía tener pedazos de carne podrida y sangre.

-No tengo nada de hambre-dijo sarcásticamente Lucia al mirar el pozo.
-Este es un lugar para errantes, cuando me fui de Tokio, Sakura me dijo que se creó una villa como esta-Dijo el vampiro al mirar a su alrededor.
-¿Sakura?-Lucia levantaba la ceja en duda.
-Mi vampiresa en Japon. Murio hace algunos años, al menos creo eso-dice con tristeza.
-¡¿Que acaso quieres echarte a toda mujer vampiresa que se te pone enfrente?!

Makoto no contesto, suelto su sable de su cinturón y miro fijamente hacia el frente. Ahí había un vampiro en ropa roja desgarrada, con sangre en sus labios y apuntaba a Makoto con una espada larga.
El vampiro salto hacia los dos visitantes y los trate de estoquear con su arma. El atacado detuvo con el sable la otra arma y arrojo a su contrincante de regreso al suelo.

-Marcus...-dijo el sacudiendo su arma.
-Makoto...-hablaba mientras se levantaba.

Marcus miro a Lucia y guardo su arma en la espalda.
-Vienen a que le enseñe a este vampiro a usar el arma. No puedo, después de lo que me enteré, no puedo. No quiero tener que ver con tu clan nunca mas-comenzó a caminar hacia atrás para irse.
-Tienes que ayudarnos-Lucia desenfundo sus shurikens-. De otra manera nos enfrentaremos a ti.[/b]
[b]-No es necesario, debería de enfrentarse a su jefe y que les revele el secreto que tanto ha ocultado a sus propios subordinados-al terminar de hablar le dio la espalda a la pareja.

Varios vampiros y lobos los comenzaban a rodear.
-Aquí todos somos desterrados, criaturas errantes, sacadas de nuestros clanes. Largo, si no quieren sufrir mordidas-dijo volteando levemente hacia atrás.
-¿Como se atreven?-Lucia amenazaba con arrojar sus armas. Makoto la detuvo con el brazo.
-Dejalos, sera mejor que nos retiremos.

Ambos vampiros dieron la espalda a los errantes y desaparecieron de su vista.
A lo lejos, un hombre lobo de pelaje gris los observaba.

-Parece que la orden del fénix oculta algo. Y ese vampiro lo sabe-decia mientras miraba hacia Marcus.

VI

-¿Simplemente nos iremos?-le dijo Lucia haciendo una mueca de enojo, caminando a su lado.
-Acamparemos afuera de esta villa-dijo Makoto, con total calma

Se dejo caer al lado de una roca y se recarga sobre ella. Lucia lo mira tímidamente

-¿Realmente crees que Fenix Skin no oculte algo?-preguntaba la vampiresa, acomodando sus ropas para sentarse en el suelo.
-No se, todos tenemos nuestros secretos-mientras hablo, no puedo evitar ver hacia la oscuridad del bosque.

Dentro de la villa, Marcus afilaba su espada contra un viejo afilador, tan anciano como las rocas del pozo. Uno de los habitantes se acercaba a él.

-¿Ya se fue Makoto y Lucia?-dijo con calma

El sujeto no contesto y cayo al suelo, haciéndose pedazos.

-Parece que los desterrados no son tan buenos en combate-un hombre cubierto con capa y capucha roja se regocijaba al ver al primero en el suelo, al menos lo que queda de él.
-Mi nombre es Bolt, soy un miembro del clan Roar in the Sky-el hombre se quitaba su capucha y su rostro y cabello eran oscuros, con excepción de un copete blanco que parece dar la forma de un rayo-. ¿Que oculta el clan de Fenix Skin?

Marcus sonríe y se sacudía la ropa, una nube de polvo aparecio. El sonrió y dejo de afilar su espada.

-No sirvo a los vampiros o a los lobos, solo a mi mismo-dijo sin borrar su sonrisa.
-Como quieras vampiro-Bolt salto dejando su capa atrás, sus garras tomaban un hacha de su cinturón y azotaron con fuerza el suelo, donde estaba parado Marcus
-Si me matas nunca sabrás que es lo que esconde el clan de los vampiros-dijo confiado el vampiro.
-Lo sabré, tu sangre me hablara-dijo el hombre lobo, con su sonrisa retorcida.

El lobo corrió hacia el vampiro que lo recibió con su espada, aun caliente por estar recién afilada. Marcus se hacia atrás y embistió al lobo, atravesando su estomago, este aulló de dolor. Al sacar el arma la herida cerro rápidamente.

A lo lejos, Lucia y Makoto escucharon el aullido por lo que entraron de nuevo en la villa. Se movieron entre los techos de las casas desproporcionadas. Al llegar vieron a un lobo sangrante, siguiendo con su aúllo.

-Parece que no todos los hombres lobos de aquí son imparciales-dijo Lucia desenfundando su espada.
-No molesten-Marcus limpiaba la sangre del lobo de su espada al sacudirla-este perro es mío.

El lobo volvía a atacar a Marcus, el lo esquivo.

-Maldito vampiro-Bolt arrojo su hacha, golpeando en el rostro a Marcus y empujándolo hacia la pared, esta cayo y el techo sobre el-. Eres mío ahora.
-No-Makoto se atravieso en su camino apuntando con su sable-. Tu pelearas conmigo.

El lobo ataco al vampiro, el no lo esquivo, para recibirlo de lleno, dio la vuelta sobre si mismo y atravesó la mano del atacante con su espada y la jalaba hacia el, hasta cortarla por la mitad, haciendo que el licantropo grite de dolor mientras su carne se vuelve a ensamblar.

-Volveré-el lobo salió por la ventana, que realmente era un hoyo en una pared solitaria, huyendo lo mas rápido posible.

VII

Lucia miraba con el seño fruncido hacia la dirección que huyo el licántropo.

-Los lobos han estado huyendo de las batallas últimamente. ¿Por que?-. Preguntaba y volteba hacia Makoto, que sacaba a Marcus de los escombros.
-Se preparan para algo-dijo Marcus mientras se levantaba.
-¿Para que..?-Lucia se acercaba a él asustada
-Fenix Skin tendrá su merecido-dijo con frialdad

Makoto lo mira en silencio y frunce el seño.

-¿Que tienes contra el?-Se acercaba a Marcus, frente a frente
-No lo entenderías. Además ya te dije, tu no tienes lugar aquí-se sacudía el polvo y tierra de su ya sucio atuendo mientras hablaba.
-¿Por qué lo dices?
-Tu eres un vampiro que nació para estar solo. Hay tres tipos de personas: las nacidas para seguir, las nacidas para mandar y...
-...las nacidas para estar solas. Ya he escuchado esas palabras-lo interrumpe él primer vampiro
-Entonces deberías de saber que pronto todo caerá a tu alrededor-Marcus lo miraba sin un reflejo de emoción.

Makoto le dio la espalda a Marcus y tomó la mano de Lucia
-Escúchame, si no quieres entrenarme está bien, quédate aquí, desterrado por la vida, siendo patético-se daba la vuelta junto con la mujer.
-Te entrenare. Pero solo el nivel básico de esa arma, solo mi maestro podría enseñarte a la perfección-suspiró con enojo.

>>El nombre de mi maestro es Ashnar, fue elegido como el jefe máximo de los clanes de vampiros de la India. El mismo fue el que entreno al jefe de tu clan en la técnica de la espada. Su hija lo acompaña, en estos momento se dirigen a la Orden del Fenix, a negociar un tratado, así tu orden podrá tener contactos en la India y parte de Egipto.

-¿Por que no entrenar con el directamente?
-Por que no eres tan bueno, Makoto-concluia Marcus, sacando de su ropa desgarrada un sable como el de él.

Marcus salía de la cabaña y se recargó en el pozo.
-Te entrenare, pero debes de ir con Ashnar. Tú debes de cumplir algo Makoto, algo que tu no entenderías-dijo, mostrando algo de esperanza.
-No me hables como si fuera un idiota-le dijo, acercándose seguido de Lucia.
-Esta villa es lo único que me queda.- comenzó a hablar de nuevo el vampiro de rojo.

>>Fenix Skin me desterró de la orden, vague por el mundo durante años. Por un tiempo estuve viviendo como humano, incluso me case con una bella mujer. Pero debo decirte que nunca puedes escapar de tu instinto.
Mi esposa me descubrió alimentándome de la sangre de unos hombres. Con su rostro horrorizado, corrió lejos de mí, por las calles. Nunca la volví a ver.
Vine a Rukininmuran para auto desterrarme de todo, aquí convivo con vampiros y lobos como yo. Somos desterrados.

Makoto lo miró y le sonrió levantando su arma.
-Entonces que el calor de la batalla renueve tu orgullo y estima caído.

Lucia se quedaba callada al ver como ambos sables chocan en el aire. Los dos vampiros comenzaban una pelea enserio, ambos quieren vencer al otro.
Makoto sabe que perdería, pero aun así seguía peleando, esquivando y estoqueando a su oponente que parece poco a poco ir sonriendo.

-Primera lección, tu espada corta. Acércate al oponente entonces-decía Marcus, mientras se movia.
Se acercó al aprendiz para después patearlo con fuerza.
-Segunda lección, no te limites al arma. Ella es solo un instrumento, tu cuerpo entero es el arma.
-Ya sabia eso-dijo Makoto, mirandolo con ira.
-Pero parece que lo olvidaste.

VIII

Makoto salto esquivando los ataques de Marcus, este lo interceptaba en el aire y lo arrojaba al suelo con fuerza. Pero antes de tocar el suelo, el vampiro cayendo dio un giro y se empujo así mismo para volver al aire. Ahí, estiró su pierna y pateo a Marcus, haciendo que tocara la tierra en un estruendo.

-Bien, parece que estas mejorando-dijo Marcus mientras se levanta.

Una figura envuelta en una capa negra corrió rápidamente desde un árbol cercano y golpeo a Makoto en el rostro, tumbándolo. Él se quedo asombrado pero luego sonrió.

-No me estaba tardando tanto-dijo a la figura que se quitaba su capucha.
-Tonto, no me preocupas tu, si no otras- dijo Frany mirando a Lucia.
-¡Hey!-protesto Lucia-No es mi culpa que seas una celosa.
Frany salto hacia ella y la miraba con ira. Son casi de la misma estatura, pero de complexión distinta, siendo mas blanca y ligeramente más fina la vampiresa de Makoto. Ambas se miraban con rencor pero no se dicen nada. Frany se volteo y se coloco al lado de su amante.

-¿Como va el entrenamiento-le pregunto.
-Ha acabado-le contesto Marcus
-¿Como?-dijo el vampiro caminando hacia el maestro improvisado.
-Makoto, Ashnar te debe de enseñar, yo no. Búscalo a el y a su clan. Además, en Rukininmuran no debe de haber extranjeros, si se quedan más tiempo, mis compañeros los mataran, bueno, los mataran de nuevo.
Makoto guardo su sable tranquilamente.
.-Entonces tengo que buscar a un vampiro hindú. Debe de tener un campamento cerca del edificio del clan

Corrio fuera de la villa, seguido por Lucia y Frany. Ambas siguieron dándose alguna que otra mirada de rencor.
Al salir los tres vampiros, una figura en capa negra y roja se acerco a Marcus. Sólo su boca es visible, suficiente para hablar claro.

-Muy bien, has mando a los ratones a la guarida del gato-dijo la figura de negro.
-Ahora, dime donde esta mi esposa-contestó Marcus viéndolo con frialdad.
-Claro-la figura se arrastró hasta frente del vampiro.

De las manos de lo que parece una sombra caminante, apareció una esfera de luz que aumenta de tamaño hasta ser como un melón, en ella se veía una mujer de piel oscura como la noche, con su cabello largo y rizado. Sus ojos negros y llenos de tristeza.

-Tu esposa se encuentra en Africa, En Angola. Sobreviviendo como enfermera, ayudando a las tribus. Que buen corazón tiene tu mujer-dijo con malicia.
-Si, si lo tiene- Marcus sonrió y le dio la espalda a la figura.
-Te vas solo así, sin importarte que entregaste a tu clan-dijo la sombra mientras la esfera en su mano desaparecía.
-Ellos ya no son mi clan-Marcus camino hacia el portal de la villa.

Los vampiros y lobos desterrados vieron con asombro como su mejor guerrero simplemente se marchava.

-Te veré de nuevo en Africa querida, y ahí por fin te convertiré en vampiresa, para que así seas mía para toda la eternidad-se dijo a si mismo mientras camina entre los arboles.

La luna iluminaba a Marcus, sabia que en algún lado del bosque estaba el campamento de su antiguo maestro. Pronto un clan de lobos violaría el tratado de no agresión con la Orden del fénix, y caerian todos sus antiguos compañeros. El lo sabia, por que ya lo había visto antes.

-Así que simplemente huyes, entregas a tu clan y esperas que todo sea feliz para ti. Que hipócrita.-le dijo una voz en su espalda.

La bruja gris bajó de una de los arboles y le sonrió a Marcus.
-Parece que estar en esa villa de desterrados te afecto mucho-le dijo borrando su sonrisa.
-Tu eres la bruja del bosque. Se dice que tienes suficiente poder como partir la tierra en dos-Marcus desenfundó su espada mientras hablaba.
-Y parece que tu quieres ese poder ¿Verdad?
-Deseo el poder para estar con ella.
-Bobo-ella estiró su mano hacia el vampiro y este sólo sintió como su cuerpo perdió toda movilidad.-Las cosas no son así de fáciles, veras, en este mundo existe algo llamado karma. Cada acción que hagas, se regresara a ti, con la misma fuerza.
Marcus no podía hablar, todo su cuerpo estaba paralizado. Sólo sus ojos se movian de un lado a otro.
-Pronto veras que el karma vendrá por ti, a menos que hagas algo para evitarlo-La bruja rió y desapareció en una nube de humo grisácea.

Marcus se queda solo, viendo hacia el camino.

Lejos de ahí, Makoto, Frany y Lucia caminaban por el sendero.

-Tengo sueño. Deberíamos dormir-dijo Lucia bostezando
-No seas perezosa-Frany la miró y tomó la mano de Makoto.
-Calma-Makoto las volteo a ver-sé que es difícil caminar después de lo de hoy, pero tenemos que llegar.

La bruja gris estaba entre las ramas de los arboles, observándolos. Ella sabia el destino de esos tres y la triste historia que se avecinaba.
-Supongo, que será una mera observadora-si dijo con pena

Cuando ellos se alejan, la bruja salió de las ramas.
-Sera mejor que me prepare.Cuando comenzaba a caminar hacia la dirección opuesta a los tres vampiros, aparecia la misma figura que se presento ante Marcus.

-¿Dónde piensas ir, bruja?-dijo la figura envuelta en negro.
-Tu tienes una presencia extraña, borrosa. ¿Qué eres?
-Soy lo que soy.

La figura saltó hacia la bruja que crea un cristal para protegerse. Al chocar contra el, la figura negra retrocedió para desenfundar una cuchilla. La arrojo al cristal para que al final romperse en pedazos.
Volvió a abalanzarse contra la Bruja gris y le rasgo su capa, haciendo que se la tuviera que quitar. Como respuesta, la hechicera creó una espada plateada que usaría para defenderse de los puños de su adversario. Ella abrió bien los ojos y un resplandor arrojo a su rival fuera del sendero.

-Incluso tu aroma es diferente a lo que conozco-le dijo la bruja, caminando hacia la otra persona.

La figura parecía reírse de la bruja mientras se levanta.
-Tienes un poder enorme. Cuando obtenga lo que deseo, tú serás mi próxima victima.
-Tu eres…-La bruja corría hacia ella y trato de estoquearla con la espada, pero la sombra la esquivo.
-Así es, yo soy-la persona, ser o lo que sea, volvió a reírse de la bruja.

La figura volvía atacar, esta vez con un golpe certero que arrojo al suelo a la mujer de cabello gris.
-Pronto, ese poder será mío, y después vendré por ti-la figura desapareció destello de luz roja.

Makoto y compañía ya podían ver el edificio del clan a lo lejos. Lucia celebro ese hecho.
-Muero por beber sangre, tengo mucha hambre-dijo sonriendo
-Yo debo de encontrar a ese clan-Makoto se detuvo en seco
-Te acompaño-le dijo Frany
-No, tu ve con Lucia, las alcanzare después.

Ambas mujeres siguieron el sendero hacia el clan, sin protestar, y Makoto se internó en el bosque, buscando la presencia de los vampiros que le menciono Marcus.

Mientras caminaba vio un destello rojo en una de las ramas frente a él. Ahí estaba alguien cubierto completamente de negro, sosteniendo una daga del mismo color.
-La bruja ya lo sabe-mientras hablaba volvía a desaparecer.

Makoto trato de correr tras de la figura, buscando su presencia, pero era imposible, como si se moviera más rápido que el pensamiento.

-¡Alto!-se escucho un grito. Un vampiro robusto, moreno y de turbante caía de los arboles frente a Makoto.-¿Por qué corres?-le dijo con autoridad
-Vi algo-contestó, con sorpresa.
-¿No serás un espía? ¿Un asesino tal vez?
-Soy un vampiro, mi nombre es Makoto. Pertenezco a…
-La orden del fénix-un vampiro mas pequeño de barba blanca y turbante apareció detrás del otro-Gamish, déjalo.
-¿Eres acaso Ashnar?-Dijo Makoto, viendo con asombro al otro.
-Casi, soy su hijo mayor. Pu.

Pu le hizo una seña a Makoto para que lo siguiera. Ambos caminaron hasta llegar a una pequeña meseta entre los arboles, donde se encontraban cientos de tiendas de campaña de color rojo.
-Bienvenido al clan Ashnar. Venimos desde la India a hablar con tu jefe-dijo el hindu.
-Lo sé, eso escuche-Contesto el, ante la sorpresa de un nombre tan ególatra para un clan

Caminaron hacia el centro del campamento. Ahí había una gran tienda blanca. Al entrar, las decoraciones doradas podrían haber dejado ciego a cualquier humano, eran tan brillantes como el sol.
En un sillón en el fondo, un vampiro de ropa blanca como su bello y barba, y piel como la de su hijo, estaba sentado, bebiendo una copa de sangre. Al ver a Makoto sonrió.

-Bienvenido seas, joven vampiro. Sabía que vendrías
-¿Puede ver el futuro?-preguntó con asombro.
-Claro, el tiempo no es difícil para mí-el jefe de clan sacó un reloj de arena de su bolsillo.- Estas son las arenas del tiempo y son un gran accesorio para saber que vendrá.
Makoto lo miró en silencio, pero por un segundo, parecía haber visto una ave en dentro del reloj, parecía como si la arena formara llamas alrededor de la figura.

-También se que vienes a completar algo-lo interrumpió el anciano.

Mientras Makoto se enconntraba en el campamento Hindu. Otra escena se vivia en el edificio de la orden del fénix.

Allí, una mujer morena, de cabello negro y un punto rojo en su frente, vestida con una capa roja que dejaba ver su ropa de telas exóticas rojas y naranjas. Entraba a la habitación principal del jefe del clan, y frente a el, le sonreía con ternura.

-Hace mucho que no te veía, Arthur-le dijo la mujer.
-Aquí soy Fénix Skin, Ruby. Espero que tu padre y hermanos hayan llegado con bien-contesto el
-Si, todos te mandan saludos.
-Ahora supongo que has venido como mensajera. Tienes algo para mi.
-Siempre con prisas-ella se acerco a el y le entregó un pergamino dorado.
-¿Lo abriste?
-No, mi padre lo sello con su magia.
-Claro, supongo que solo yo lo puedo abrir.

Fenix Skin sacudió el pergamino y este se abrió. Letras negras se comenzaron a hacer visibles poco a poco. Todo escrito en árabe, pero el parecía conocerlo y comenzó a leerlo con calma. Ruby caminó por la habitación observando las cortinas y trofeos que había en las paredes.

-Supongo que dice algo sobre la alianza-dijo ella con una sonrisa
-Si, algo hay de eso.

Ruby se acercó al jefe del clan y le besó la mejilla.
-Nos veremos después, espero que vengas a visitarme en el campamento, tengo una tienda para mi sola.

Ella se fue, dejando a Fenix Skin leyendo aun.
Al salir Frany y Lucia la obserbaron bajar la escalera, aun sonriendo.

-¿Crees que fueron amantes?-le preguntó Frany a su compañera, susurrando
-Puede ser, digo el jefe no se mete con ninguna del clan, comenzaba a pensar que era de otros gustos.
-Pensaba lo mismo-contesta sonriendo

A la salida del edificio, Pu y otro vampiro corpulento esperaban a la mujer, al recibirla caminaron a su lado. Pero antes de que cruzaran la reja principal escucharon como se rompio el cristal de la habitación mas alta. La sala del jefe.
Apenas alcanzaron a verla, pero una figura negra con una espada corta colgando de su cintura., desapareció en el aire en un resplandor rojizo. Al verlo, Ruby y sus dos compañeros regresaron al edificio y corrieron hacia la habitación, ya algo concurrida.

-Ese sujeto a leído el pergamino-dijo Arthur, mirando hacia la ventana.
-Sabe secretos del clan-Frany lo miraba seriamente.
-Mas de los que debería saber alguien-Fenix Skin se puso de pie rápidamente-Quiero un equipo que investigue los alrededores del bosque. Frany, ve con Makoto al campamento y dile a Ashnar que corre peligro. Lucia, tu guiaras al grupo de investigación, quiero que incluyas a Subaru y Triano. Ruby, por tu propio bien y el de tu hermano, serán escoltados en un carruaje.

Lucia desapareció corriendo y bajaba de un salto varias escaleras, en busca de vampiros para formar el equipo. Frany hizo lo mismo, dirigiéndonos a toda prisa hacia el campamento. Donde Makoto comenzaba su entrenamiento.

-Concéntrate, recuerda lo que me has dicho que aprendiste en Japón. Que el arma es una extensión de tu ser, una parte de tu alma. Recuerda que tienes otras armas, tus puños, tus piernas y tu corazón-decía Ashnar hacia Makoto que meditaba con tranquilidad.
-Mi corazón hace mucho que dejo de latir-dijo el con amargura
-Esto va mas haya de lo físico, Makoto. Recuerda y concéntrate. Tu corazón se siente vivo a veces.
-Cuando estoy con Frany, mi vampiresa.
-Entonces no tienes que estar vivo para amar. Y parece, por tu aura, que ella no ha sido la única.
-Ha habido otras pero...todas perecieron.
-O se fueron-agrego el hindú con una sonrisa

Makoto estaba recargado en un árbol, las hojas caían lentamente y Ashnar lo observaba con atención. El llevaba el sable del vampiro y lo movía de un lado a otro.

-Siente como una de tus extremidades se mueve en las manos de alguien mas.
-Si, lo siento- dijo Makoto
-Ahora levántate, es hora de probar eso-Ashnar le arrojó su sable a Makoto y desenfundó el propio.

Makoto caminó hacia su maestro y se movió rápidamente el brazo para encestar el primer golpe, que fue bloqueado con facilidad. Ashnar saltó hacia el y lo golpeo con la parte plana del arma.

Se incorporó y comienzo el contra ataque, esta vez golpeando el pecho de Ashnar con una patada, aprovechando que iba en el aire, uso su sable para jalarlo hacia el suelo, el maestro reacciono y tomo el arma del alumno, ahora es el él que se elevo y en el aire Ashnar lo arrojo al suelo.

-Eres hábil, pero el maestro lo es mas-dijo Ashnar, cayendo como pluma al suelo.
-Si, todos mis maestros me han dicho eso.
-Has tenido varios.
-Un espadachín en Japón, un pistolero en el viejo oeste, un general en el ejercito. Nunca acabaría-dijo con ironía
-¿Acaso todos humanos?
-Si, no me involucre en la guerra contra los lobos hasta hace unos años.
-Los humanos son sabios, solo que sus conocimientos no abarcan los nuestros.

Frany salto de uno de los arboles, al tocar el suelo se impulso y salto sobre Makoto, besándolo y tumbándolo al suelo.

-Espero que me hayas extrañado-le dijo mientras se levantaba.
-Toda la eternidad-Makoto le sonrió-El es Ashnar, ella es Frany- dijo mientras se sacudia.
-Mucho gusto señorita-Ashnar se inclinó sonriendo.
-Igualmente, quisiera que solo viniera a saludar-Frany no sonrió-pero el pergamino que le dio al jefe de mi clan, ha sido visto por alguien mas.
-”Un ladrón envuelto en negro robara el secreto que no se debería revelar, entonces una guerra innecesaria comenzara y con las lagrimas del fuego es como concluirá”-citó Ashnar asombrado.
-¿De donde vino eso?-preguntó Makoto.
-De un libro antiguo.

Ashnar guiá a los vampiros a su tienda. Una vez ahí comienza una historia. Pero Frany recordó que el ladron iba de rojo, no de negro.
En la tienda Ashnar se sento para hablar

-Su jefe de clan, cambio su nombre al convertirse en su líder. Su nombre verdadero es Arthur O´Neil. El fue uno de mis mas bravos alumnos en mi tierra natal. El parecía estar viajando por el mundo, buscando algo. Yo le ayude, por que me hablo que su sueño es proteger al débil, crear un clan tan fuerte que ayude en los conflictos de los hombres lobo y vampiros...

Ashnar pretendía continuar su relato. Pero varios aullidos comienzon a escucharse.
-Lobos-dijo con seriedad

Makoto y Frany se levantaron, ambos desenfundando sus armas. Ashnar no se movio sólo cerra los ojos y susurró algo.
-Ellos no cruzaran a las tiendas, no se preocupen-continuo sin moverse.
-¿De que hablas?-Mako lo miró con asombra

El y su amante salieron para ver a los lobos cruzar entre las tiendas, incluso atrevas de ellos.

-Nos dijeron que era aquí-dijo un lobo que Makoto reconoce, Bolt, el que apareció en la villa abandonada.
-Calmate, tal vez se equivoco-le dice uno de sus compañeros
-No, aquí hay algo-un hombre lobo negro y con un ojo totalmente blanco se acercaba a los otros dos-Puedo ver magia alrededor de este lugar, alguien nos se esta ocultando de nosotros.
-¿Que haremos entonces?
-Esperar, no pueden ocultarse para siempre-sonrio mientras su ojo sin iris giraba dentro de su lugar.
Los lobos desaparecieron en el bosque, siguiendo la orden del ultimo.

Al entrar a la tienda Makoto vio con ira a Ashnar.
-Ya saben donde estamos! De nada sirvieron tus hechizos!
-Te equivocas, sal de nuevo.
Makoto obedece, y al salir puede ver como el
bosque cambio.
-Moví el campamento de lugar-dice el jefe con tranquilidad
-Pronto esos lobos nos encontraran. Sera mejor que pidas que tu hija se quede en mi clan.
-No gracias-Ruby entró a la tienda sonriendole a su padre.- Me han escoltado hasta aquí, agradezco tu preocupación...
-Makoto-dice Ashnar-ella es mi hija Ruby, hace siglos la rescate de un grupo de hombre lobos.
-Si no fuera por mi padre, seria bocado de esas bestias. El me convirtió en vampiresa y desde entonces he sido su hija.
-¿Por que no hacemos eso, querido?-Le preguntó Frany a Makoto con inocencia-así tendremos familia.

El no dice nada. La idea no le gusta, condenar a alguien a una vida como la de el, no le interesa. El no transforma a las victimas que consume, prefiera darles la muerte, así serán felices, en lo que sea que siga.

-Sera mejor que el entrenamiento siga, Makoto- Ashnar habló mientras se levantaba y salia de la tienda.
-Si-Makoto lo siguio, sonriendole a Frany.

Lucia corría entre los arboles con su negra pegada al cuerpo, su rostro casi cubierto a esepcion de sus ojos. A su lado iba un vampiro rubio y uno moreno, Subaru y Triano, dos vampiros del clan.
-Los lobos tienen un clan cerca de aquí, supongo que son quienes mandaron el espía-dijo ella mirando hacia el camino.
-Pero ese clan es muy débil, he escuchado que son...

Subaru dejó de hablar, frente a ellos, solía estar el edificio del clan licántropo. En el lugar solo había ruinas, paredes atravesadas por cañones, cráteres en el suelo y sangre pavimentandolo.
-¿Que clase de lobo ataca a su propia raza?-Triano saltó a observar las ruinas.
-Los que buscan el poder-Lucia silbó con fuerza después de hablar. Un halcón rojizo bajó del cielo-Llévalo al clan-el halcón desapareció rápidamente.

Subaru camina hacia la ruinas y se detiene cerca de una pared.
-Tendrán que ver esto-les dice a sus compañeros.

En una de las paredes esta escrito con sangre “Cuidado con el rugido en el cielo, Fénix”

Los aullidos se escuchaban por todo el bosque. Las aves negras comenzaban a moverse de los arboles, huyendo del ruido. La luna llena había salido, y los primeros rayos iluminaban a Lucia, que corria hacia su clan con sus compañeros detras.

-Subaru, esa advertencia era clara para el jefe de nuestro clan. Espero no llegar tarde.-dijo mientras se adelantaba aun mas a los otros dos

Una espada plateada cayó al suelo, deteniendo a Lucia. Del mango del arma surgió una jaula de cristal que la encierra antes de que pudiera moverse.
Lucia gritaba con fuerza mientras sus dos compañeros eran envueltos en una nube de humo gris que al disiparse, no vuelve a ver rastros de ellos.

-Te quedaras aquí, vampiresa-dijo una voz que parece escucharse en todos lados-No debes interferir, tu debes de sobrevivir.
-¿Quien esta ahí?-Lucia golpeaba el cristal inútilmente-¡Debo de salvar a mi clan!
-...Tu clan no tiene salvación.

En el edificio de la orden, un ejercito de hombres lobos comienzaron a rodearlo. Los aullidos retumbaban en el ambiente.
En la cima del edificio, Fenix Skin observó al ejercito, llevando una capa negra con un fénix rojo en la espalda, una armadura plateada y una espada roja. Un grito de batalla se dejo escuchar. Un ejercito de vampiros salieron de las puertas.

-Nos avisaron a tiempo-dijo sonriendo y viendo un halcón rojizo sobrevolando el cielo.

Varios vampiros recibieron a los primeros lobos. Combatiendo con ferocidad. Las espadas se cruzaban, las garras resonaban en el campo de batalla.

-Los lobos nos atacan, quieren lo aquí se esconde.
En el campamento de la India. Makoto se levantaba después de acabar su entrenamiento.
-Esto es todo-le decia Ashnar para su sorpresa
-¿Que?
-El entrenamiento se hace en una guerra.
-No hay guerras.
-Te equivocas.

Makoto se queda en silencio viendo a lo lejos como el cielo se iluminaba, comenzo a escuchar los gritos y los estruendos.

-Makoto...-Frany salia de la tienda, seguida por Ruby.
-Debo ir a mi clan. Ayudar a repeler esa invasión.

Pu corre hacia Makoto.
-Permite servir de algo y ayudar. Amush, vengan-mientras Pu mencionaba ese nombre, varios vampiros aparecen.
-Gracias-Makoto veía a Ashnar y le sonreía.
Rápidamente desaparecieron

-Suerte Makoto-dice Ruby viendo hacia ellos.

Ruby salia de su tienda vestida con pantalones y una blusa holgada. En su cintura llevaba su una espada recta enfundada. Caminó al lado de su padre, que observaba con serenidad la entrada del campamento.

-Pronto encontraran el campamento de nuevo-dijo el.
-Pero el secreto está bien resguardado ¿Verdad, Padre?
-Si, Ruby. Ellos no saben su verdadera ubicación. La información del pergamino es falsa.
-¿Falsa?-Ruby abre los ojos de asombro.

Un grupo de licántropos se comienzaban a vislumbrar entre las ramas de los arboles. Uno de ellos llevaba una lanza plateada, con un rayo dibujado en ella.

-Soy enviado del cielo de la noche. Exijo el calor del ave-dijo el lobo con frialdad.
Siete hombres lobos corrieron hacia el campamento, un grupo de vampiros los reciben y corren a enfrentarse a ellos.
Ashnar mira sin moverse. Ruby volteaba a verlo, desenfundando su espada.
-Entonces, aquí no hay nada.
-Si, pero están atacando ambos lugares. Darán con ella tarde o temprano.
-Si, tarde o temprano-Ruby miraba al cielo.


Marcus miraba el ataque de su antiguo clan, sin saber si actuar o solo observar. Escuchaba los gritos de batalla, los de dolor, los de odio.
Sabía que el clan que esta atacando a la orden tenía un pacto de no agresión. Sabía que para iniciar una guerra entre clanes se hacen tratados, casi como un deporte. También sabía que tiene que hacer algo.
Desenfundo su espada larga, cierro los ojos y corrió hacia la batalla. Aun sin saber por que.

-¿Marcus?-dijo una voz entre los seres peleando.
-Hola, Kitty-Marcus miraba al vampiresa de cabello castaño y ojos rasgado con un tono miel.
-…Nos entregaste ¿verdad?-dijo ella con frialdad
-Si…-confeso.

El atacaba a varios licántropos con un solo movimiento. Sus habilidades no se habian deteriorado con el paso de los años, y sintió de nuevo la velocidad de su sangre estancada en su cuerpo, esa sangre de vampiro que no sabe circular, pero si calentarse de la emoción.
Kitty lo observaba, el fue de ella hace mucho tiempo, ahora parece que el pertenece al campo de batalla.

Como el jugador en el tablero de ajedrez, Fenix Skin veía el combate desde la cima del edificio. Escuchaba los mismo gritos que Marcus, pero para el eran las ordenes que debe de dar. Su mente se activa y como si el juego comenzaba y se concentra en cada uno de sus compañeros. Aquí es donde entra su habilidad peculiar, por lo que se ganó el honor de tener un clan. Su mente sugestionaba a la de los otros, no la controlaba, mas les sugería que podían hacer como los movimientos y los golpes que deben de realizar.
Marcus sintio la frialdad de su antiguo jefe.

-Sigues igual de hábil que siempre, Kitty-le dijo a su ex amante
-Gracias.

La vampiresa podía acabar con los licántropos solo con sus manos. Estas estaban cubiertas por una luz violeta, como si los rayos de ese color se hubieran quedado paralizados en su piel. Los lobos que golpeaba quedaban marcados con su color, luego caían al suelo.

-La dama violeta ¿Aun te llaman así?
-Todos los días-contesto sonriendo.

En el bosque, Makoto se detenía de golpe. Frany, Pu y sus compañeros vieron a otro pequeño grupo de licántropos, en él, el lobo del ojo blanco sonreía con malicia.