Preludium [Privado]

Se levanto aquella tarde con el ceño fruncido. Después de haber recibido un aviso de retirada temporal de la Orden escarlata, tras haber sabido no sabe como que había estado cortejando a una joven primeriza de la orden a escondidas, porque si alguien te veía podría caerte un buén castigo. A partir de tres años en la orden ya te permitian cortejar, bueno era una larga historia en la que su cabeza tenía que ordenarse primero y después en cuanto uno de los monaguillos le entrego su agenda escarlata, Se acordó viendo las fechas en tinta negra, un dato del cual no se había acordado.

Dio bendito. Esa noche tenía que celebrar una boda...y para colmo en la laguna. Algunas veces la gente era un poco romanticona y perdía el tiempo en fusilanimes. Oliver iba pensando mientras se levantaba, se aseaba, se metía en la ducha y vestirse adecuadamente. Escogio su típica sotana negra, la cruz escarlata de la orden, y cogió su maleta que disimuladamente bajo unos libros, agua bendita, y una reserva de Hostias sagradas, habia varias pistolas, agua bendita, ampollas, y muchas otras cosas más para pasar un momento divertido en una noche de patrulla o de protegerte contra el lobo feroz, uno nunca sabe por donde se mete.

Dijo unas oraciones al cristo, se bajo junto con la maleta en su mano escaleras abajo para llegar y decirle a los monaguillos que iba a tardar en llegar, que tenia un evento que celebrar y dejo al mando a Percival junto con otro cura, hasta que Oliver volviera. Salió despreocupadamente de la iglesia, miró a ambos lados de las puertas de la catedral y para colmo, estaba ahí, el puesto de perritos calientes que siempre se ponía cada tarde entrando en la noche. Una cosa era cierta, que cuando el olor de los sabrosos perritos calientes no emergía de la carne de las ssalchichas asadas, olía una peste a muerto que no era más claro que era un sobrenatural, oeri ahora no tenía tiempo de liquidarlo pues tenía cosas más importantes que hacer.

Aunque tardara más en llegar a la laguna que es donde había quedado con su cliente, fue parandose en escaparates de armas, de ropa hasta que vio en el relo central que iba a llegar un poco justo. Asi que volvió a encaminarse al camino donde le llevaria a la laguna. Caminando y caminando, llegó a la laguna donde finalmente encontró un lugar en el que estaba adornado con guirnaldas de flores, un altar y había varias personas que cuando Oliver llegó, lo miraron con sumo placer en cada sonrisa. Oliver les sonrió ampliamente y guiño un ojo al que parecía el más joven, lástima que a pesar de su simple apariencia y del agudo olfato de Oliver, el más joven de todos era un vampiro, el del medio un licántropo y el tercero ya se podría mover rápido de alli pues en cuanto terminasen el trabajo, se lanzarían a por él, dado que este era un simple humano. El joven que lo miró con un ceño bastante fruncido, salió lo que parece bastante intimidado por el juego de ojos de Oliver, en cambio los otros dós se quedaron hasta que Oliver los mandó a freir esparragos.

Ya se encontraba a solas, se colocó detrás del atril y saco la biblia de la maleta, junto con una pistola que la escondió por debajo del pantalon. al agacharse vió su pierna y la cicatriz que le dejó un vampiro hace un mes. Sonrió con anhelo pues echaba de menos una buena pelea. Suspiro y se incorporo de nuevo y espero observando las estrellas. Pudo pasar cinco minutos., diez o incluso media hora hasta que escucho el sonido de una voz que no era la suya. Vió las estrellas por última vez y cuando se giró en el sitio, vio a un hombre de cabellos oscuros, piel pálida y olia mucho a perfume lo cual distorsionaba un poco el olfato de Oliver. Hizo una leve inclinación hacia el hombre de esmoquin color perla y le sonrió ampliamente.

-Buenas noches, monsieur-Dijo sonriendo-Espero que sea usted el afortunado-le guiña un ojo ya por mero reflejo cuando se siente agusto y en complicidad con alguien.-¿A quien casare esta noche?-Dijo con curiosidad, pues en la agenda tenía apuntado que iba a celebrar una boda, en la laguna pero no sabia a quien, asi que quias tendria que improvisar o quizás no. Eso nunca se sabe.

-Calmese...habla demasiado..Asagi-dijo con rintintin. Siguio mirando aburrido la biblia y vio acercarse a Asagi. Se reajusto el cuello de la sotana y lo miró de arriba a abajo.-Es cierto que cuando se hace de sacerdote, es muy sacrificado no poder pensar en pensamientos pecaminoso...-sonrie picaramente a Asagi-Si es que estamos hablando de lo mismo.- Vaya, al parecer no tenía mala pinta, lástima que fuera a casarse con la joven que entró en escena. Al parecer tenía una sonrisa, dulce y parecía un poco nerviosa. Vale, estaban ya los tres y se podría comenzar la misa en el lago, el comienzo para la pareja que quería unirse en santo matrimonio.

Oliver resoplo y se subio al atril donde descansaba la biblia la cual seria una guia, pero en realidad, para Oliver eran simple palabras basadas en palabras de otros seguidores de la paz. Se dio la vuelta para bostezar un momento y volvio a quedarse frente a los afortunados. Miró a los ojos de Asagi y luego a los de la joven. La estudiaba detenidamente mientras tenia las manos apoyadas en el atril, pero después miro a Asagi ya con el ceño fruncido. Sí. Iba a casar a unos chupasangres, los restos de sangre podía olerlos perfectamente, pero tuvo que hacer la vista gorda. ¿Quien en su sano juicio estropearía una boda? El no, pero luego se divertiria un poco, obviamente.

Miró a la biblia y miró a la joven, sabiendo de sobra que el pectoral plano de la joven, era el de un hombre. A Oliver no le engañaban, al menos podria haberse molestado en ponerse unos balones o unas manzanas en el pecho para disimular un poco. Pero la cosa no era esa, los casaria y luego a ver que pasaria-No se preocupe, Madmoiselle Koizumi, pronto podrá empezar una nueva vida junto con su pretendiente-le guiña un ojo a la vez que le sonrie seductoramente. Miró a Asagi y le miro detenidamente de arriba a abajo-Señor,...-miro a la novia-Madmoiselle..-Dijo afablemente y miró la biblia.

Esa noche, prometía ser..muy, muy movidita.

Comenzó a mirar a ambos a los ojos pero algo en Oliver le hacía que no pudiera apartar la mirada de la joven prometida la cual se iba a casar con Asagi. Miro a Asagi lamiéndose los labios disimuladamente y carraspeó para comenzar la boda.

-Al parecer, Dios…nos ha reunido aquí para casar a estas dos personas. Debido al número de personas que han asistido a la boda, procurare que sea lo más ameno aunque correctamente para que sea una boda agradable para ambos-Sonrió de lado de nuevo a la mujer y miro a Asagi entre risitas disimuladas llevadas bien adentro hacia su interior.-nos hemos reunido aquí para unir en santo matrimonio a Madame Koizumi y a Asagi Dunkelheit y para el resto de la eternidad de sus vidas en un futuro muy cercano.

Según decía Dios ama al prójimo y nunca seas desagradecido con lo que en la vida se te presenta, pues nunca se puede saber que te puedes encontrar y que al fin y al cabo sea algo que merezca la pena por la que luchar cada dia, cada segundo y cada recompensa sea grata y bienvenida junto con una bella sonrisa que te haga soñar hasta el dia siguiente…-coge un poco de aire- y asi seguir el camino de lo que parece ser una vida junto a alguien en paz y armonía.-Mientras hablaba, miraba a los tortolitos dedicándose miradas de inmensa dulzura, como si estuvieran hablando con la mirada.

Algo en el interior de Oliver se encogió pues era un ignorante del amor, jugaba con él y solo lo hacía para mantener su reputación dentro de la Orden Escarlata. Era un don juan entre los cazadores más jóvenes y entre los más adultos, un gamberro que por cierta razón existente le mandaron como sacerdote a la catedral de París y esperar a que su comportamiento se reconstituyera con algún milagro de Dios. Nunca lo había conocido y quizás iba siendo hora de sentar la cabeza y replantearse la vida. No podía evitar haber hecho los coqueteos antes de decir su misa personalizada a madame Koizumi, pero es que llevaba en la sangre la vena del casanova empedernido de la vida y la diversión solo que en términos un poco más agresivos. A ver cómo se desarrollaba la escena y continúo con su boda versión 1.0 Oliver Weddings.

-Como seguía diciendo-Dijo para alertar a la pareja que se había quedado en babia-La fortuna trajo al amor y el amor llego a las personas que gracias a ellas, logran que el mundo vaya a mejor, vaya transmitiendo el don del eterno amor-Palabras bonitas para una pareja que lo miraba atentamente.-Y esta noche, ambas personas que dieron un paso tan importante, están aquí para unirse en una solamente. Sonrió, miró a ambos y saco varios utensilios para dar comienzo al paso siguiente en la oscura noche dentro de la laguna.

Amor, amor, de eso solo se estaba hablando, algo que a pesar de todo se me estaba haciendo tedioso a la hora de estar ahí, pero creo que eso era lo que se decía en una ‘boda normal’, el escuchar tanto Dios y Amor, me ponía la piel erizada, casi no prestaba atención a las palabras que se pronunciaban en ese instante. Mas mis sentido estaban atentamente puestos en aquel presbítero, sus miradas, sus actos, me estaban volviendo loco de alguna manera, si fuera un perro seguro ya le habría gruñido por lo que ‘es mío’. Calma y serenidad era lo que necesitaba, me distraje cuando tome la mano de mi ‘prometida’ entre la mía, jugando con sus dedos, mientras escuchaba todo ese discurso divino.

Tenía ganas de interrumpirle y decirle que fuera al grano, pero dicen que la paciencia es una virtud, desvíe la mirada a mí ‘futura esposa’, casi con dulzura mientras aquel estaba distraído. Me resultaba extraño pensar que jamás había estado en una situación similar, no imagine dar ‘este gran paso’, antes de llegar a París lo único eran negocios y una que otra venganza, pero ¿El amor?, eso estaba lejos de mis expectativitas, fue algo inesperado y extraño.

Tampoco es que me gustara ir derrochando placer, eso era una apariencia más para fingir normalidad, como todo ‘Burgués solterón’. Uno de mis defectos ahora era estar pensado demasiado y profundamente en todo. ‘Siempre se siente como el primer amor’, después de esas palabras resonantes, observé el panorama, esta era una noche distinta y algo en mi interior me lo decía y se empeñaba en recordármelo.

Aquel humano no era tan tonto, pero era de tener cuidado, pues hace poco habían salido más a la ‘oscuridad’ una nueva raza que tenía como propósito ‘exterminar cualquier ser sobre natural’ y eso nos ponía en su lista. La mirada que dirigí esta vez a Kei no fue una si no alarmante, un gesto algo serio al verle sacar aquellos ‘utensilios’ a estas alturas ya no sabía que esperar. Apreté más su mano contra la mía. Y apenas sonreí a ambos.

Ahora solo quedaba esperar, solo eso. Ver hasta qué punto esto estaba a punto de llegar.

Observo a la pareja que se miraban y que ahora tenían su mirada puesta en él. Estaba haciendo mucho ruido, con lo que se le cayo el caliz de plata y la bota de vino. Se agacho al suelo y disimuladamente, con su pistola de 23 cm de cañon, soltó un disparo silencioso a una de las piernas de uno de los presentes. Sonrio al ver que no habia habido ningun escandalo, se levanto con la copa en la mano y la bota de vino que saco del maletín. Lo coloco como pudo sobre el atril y relleno el caliz del liquido rojo que salía de la bota. Una vez lllena el caliz, miro a los presentes y alzo el caliz en lo alto, por encima de sus cabezas.

-Este vino es el cual Dios derramo de la cruz, para darselo de beber a sus discipulos..-no pudo evitar sonreir y lentamente fue bajando el caliz para apoyarlo sobre el atril de piedra. Sirvio dos copas de vino y de una pequeña caja de madera, saco un listón de color rojo sangre y se puso delante de la pareja. Cogio la mano que tenían entrelazada y rodeo con el liston de seda roja por alrededor del brazo de cada uno. Poso su mano sobre dicha mano unida y miró a ambos con una sonrisa-Pueden decir sus votos mientras le sujeto la mano.-Dijo con un tono calmado a lo que después una sonrisa amigable se convirtió en una sonrisa vacilante a la vez que saco de debajo de la sotana un par de pistolas dirigiendolas hacia la cabeza de ambos.-O quizás morir juntos, usteden elijen...-Dijo sonriendo de lado a lado.

Apuntaba a ambas personas, las miraba, las estudiaba lentamente, como si fueran bichos engendrados de lo peor que haya podido ver en su vida. Esto podria resultar bastante divertido. Una boda a base de balas.

No podia hacer nada al respecto. No podia hacer nada contra unas personas que bueno si, eran mas fuertes que el, pero eso no quitaba que no pudiera devolverles el golpe. Tuvo que coger fuerzas de donde no las había, para así poder envalentonarse y golpear la mano la cual descansaba en la mano de Asagi para asi cogerla en la mano y guardarsela dentro de la sotana. Miró a ambos con cautela y resoplo largamente hasta ponerse delante del atril. Todo estaba siendo demasiado lento, había acelerado el procedimiento que se requiria para matar a un ser anti-natural, pero últimamente no tenía muchas ganas de seguir las reglas y simplemente se dispuso a seguir con la ceremonia. Miró a ambos seres que había descubierto al cien por cien su identidad anti-natural y levanto el libro pesado para ponerse a leer.

-Esta bien...aceleremos esto si les parece-Dijo con pocas ganas en la voz. Miró a Asagi-Usted, esta noche se le concede la oportunidad de obtener la bendición de Dios, sobre todas las cosas para casarse con su otra mitad-paro un momento-¿Desea unirse en santo matrimonio junto con...-sonrio maliciosamente pues sabía perfectamente-El señor Koizumi?-Dijo con una sonrisa que seguia manteniendose en su rostro. No pudo evitar mirar a Koizumi para sonreirle de la misma manera.-No voy a contar nada....-miro a ambos-Tan solo procedamos con este evento y que termine en algo bueno para los tres-Dijo mirando alternativamente a ambos. Carraspeo antes de seguir y miro a Kei-¿Desea unirse en santo matrimonio junto con el señor Dunkelheit?-Miro con una mirada tierna a la vez que afable comparado con momentos atrás. Pareció ver en ambos una señal de afirmación entre ambos asi que supuso que ambos aceptaban la unión entre ambos. La verdad, esto era nuevo para el, lo normal era parejas de mujer y hombre, pero al parecer había de todo.

Suspiro largamente y miro a los dos con una sonrisa-Podeis mirar atrás o seguir hacia adelante con esto.-Al parecer parecía que querían seguir hacia delante-Vale....En este segundo y bajo la luz de todos mis ancestros....-bajo la mirada al recordar su nueva vida que le habia caido del cielo y trago saliva recordando la carta que le fue entregada hace poco-Yo....-puso unos dedos en el entrecejo para aguantar las lágrimas. Parpadeo y miro a amos sonriendo-Yo..os declaro marido o mujer.....-fruncio el ceño-O Mujer y marido...-sacudio la cabeza confundido-Que os beseis..-Dijo finalmente para concluir con la ceremonia.

Parecía que todo estaba yendo en orden, aquella amenaza se había calmado, pero quien sabe cuánto dudaría, no era de las personas que se pone a desconfiar o confiar en cualquiera, solo que, era extraño todo aquello, esas miradas, esos arranques de parte del sacerdote, que más tenía que aguantar, pero pon fin escucho aquellas palabras, por un momento pensó en detener tal evento, que si lo pensaba de otra forma ahora se me hacia ridículo estar parado ahí, como si nada a la expectación de un ‘Sí’.

Dios, dios, como podía yo unirme en ‘santo matrimonio’ por algo que no creía, pero ahí estaba tomando de la mano a aquella persona por la que profanaba un amor casi infinito, no me importaba fuera hombre o mujer, era un simple sentimiento lo que uní a las personas, se me hacia una censura que tacharan de ‘locos’ o de otra cosa a dos personas que se aman y que avivan ese sentimientos, la gente se quedaba al margen de eso y se dejaba llevar por la sorpresa o por miedo u odio de ese simple hecho.

Sonreí para aquel sacerdote que comenzaba a hacer bien su labor, y de pronto aquella pregunta, fue tan rápida. – Sí – me pareció haber soltado eso casi sin dudarlo, saliendo de manera espontánea, observe a Kei, como si nada más estuviéramos los dos solos.

El evento había culminado, apenas pude besar sus labios, con un poco de nerviosismo como si fuera la primera vez que lo hacía, sin embargo después de sostener a Kei sobre su pecho de manera protectora observo la expresión del cazador, - ¿Se encuentra bien?

-Negó con la cabeza.-Estoy bien....a veces somos unos sentimentales-Dijo divertido mientras aplaudia en monotonia a ambos por la reciente unión.-Les felicito...-Sonrio levemente mientras se escondía tras el atril de ceremonias a recoger su "equipaje" y volver a ponerlo todo en orden. Sí, estaba perfectamente. Con un padre muerto, un cargo recién otorgado que además era de la realeza, Era conde de Escocia y jamas le habían dicho palabra de aquello, jamás supo de aquella vida real. Parece irónico, pero ahora no podia dejar su vida a manos de la muerte, no ahora. En parte sentía una gran envidia hacia la pareja que se acaba de unir en matrimonio, a la pareja que unio, ahora estarían juntos por ahora y bueno, siempre hay parejas que se separan por eso creyo bonito el estar sintiendo algo por alguien, pero él mismo no era correspondido, no era correspondido por la única mujer que, por ella ahora estaba en estas circustancias y habia profanado una bendición matrimonial. No le importaba, no, pero ¿Quién sabe si algún día Oliver podría llegar a tal punto en una relación? Sin darse cuenta, se habia sentado en el suelo, escondido detrás del atril para pensar en todo lo que podría venir a continuación. No iba a llorar, no señor, sino iba a mirar hacia delante y mirar al frente para superarlo todo. Quizás todo fuera cuestión de tiempo el poder acostumbrarse a tal cargo que ejercia ahora la realeza en él. Miraba a la nada sin saber que hacer. Se rascaba lentamente la nuca, como si de repente estuviera buscando mina u oro o alguna otra cosa que pudiera atraer algo la atención. Por supuesto, el estaba limpio de apariencia y de espíritu. Había matado, sí, ese era su trabajo, pero por ello no le hacia mal apenas, en cambio, seguramente a su jefe, le gustaba que la tierra estuviera lejos de la raza anormal.

Alzó la vista hacia arriba y miró las estrellas fijamente con aire melancólico.

¿Que estaba haciendo alli todavia? No tenía sentido el que estuviera en aquel lugar, viendo como aquellas dos personas, se daban amor mutuamente. era algo que no supo encajar en el instante, esa dejadez, esa tirria por todo y por la que tenia que vivir ahora. La verdad tenia empaquetado el maletin con lo que utilizo en la ceremonia, una de las cuales eran bastantes de las muchas que tuvo en años. Esta, en concreto, le resulto algo gracioso al estar casando a dos hombres, que nadie lo supiera, por dios, pero creo que la intimidad de las personas era algo, con lo que era equivalente a jugar con fuego, a quemarte silenciosamente mientras sigues tu vida y otro por haber abierto la boca, por haber contado algo de la intimidad de un desconocido podrías caer de lleno en una visita al doctor von muerte, es decir, ese era amigo de Oliver.

Se llevaban la mar de bien, el atrapaba a los condenados de Dios y él, con su capucha negra, pecho descubierto, los apoyaba sobre un tronco de madera y ¡ZAS! en un segundo con la réplica pequeña de guadaña que llevaba consigo, decapitaba dejando sin vida a aquellos, como pensaba tozudamente, eran condenados o simplementos experimentos fallidos de la raza humana, hechizados con alguna clase de don extraño, por ejemplo en este caso, gente convertidas en cosas que se hacian llamar "vampiros", que chupaban sangre y que bueno, mataban gente. A esos se referia con antinaturales, condenados a perderse en los infiernos de un favoritismo diabolico en lo que se les ofrece una "inmortalidad" que fervilmente, la raza humana buscaba con esfuerzo e increiblemente, conseguia o fallaba en la busqueda de dicha inmortalidad. Gracias, Dios...-Pensó Oliver para si mismo, a la vez que echaba su cabello hacia atras con una mano en el sitio, de pie, frente a una luna timida a la sonrisa de este. Era hermoso, si, pero la verdad no era para tanto. La verdad es que ya no pintaba nada alli.

¿Que haría? ¿Coger la maleta o simplemente mirar como aquella pareja que aún seguían alli, parados mirandose el uno al otro embobados como si nada? Sonrio de lado, cogió la maleta y dió unos pasos hacia adelante, se bajó de la tarima en la que se colocó para leer sobre el atril, se acerco a Asagi e hizo una reverencia para mostrar sus respetos aun así, habiendo querido asesinarlo, pero ¿de que le serviría en esos momentos? Se incorporó de nuevo e hizo lo mismo con su pareja a pesar de lo que eran cada uno. Sonrio una vez estuvo de pie, mirando a cada uno con una sonrisa cansada sobre el rostro-He de partir....-Dijo con un tono bastante tranquilo-He de daros mi enhorabuena....espero que les vaya bién y recuerden que el amor es una muestra mortal de la inmortalidad de cada uno....-sonrio de lado e hizo un cierre final con una escueta reverencia delante de cada uno. Vale...eran vampiros, pero no tenían ese...toque malvado con el que solia encontrar en cada vampiro. Sorprendente-Fernando Pressoa...uno de mis favoritos...-Guiño un ojo a Kei junto con la sonrisa picara que tanto le caracterizaba. Unos pasos hacia atrás y estaría lejos de aquella pareja, pero de algún modo, se fijo en Asagi, lo estudio con detenimiento, paso por paso, chaqueta por bolsillo, para despues echar un ligero vistazo sobre Kei a lo que no pudo evitar, a la vez que giraba su hombro en direccion a alguna salida posible, pero aún con la mirada fija en Kei. Otro guiño y con esto, se fue alejando, con maleta en mano, la sonrisa amplia que mostraba su dentadura blanca y con una mano metida en el bolsillo de su sotana. De algún modo, termino todo bien y, en lo bueno y en lo malo, pase lo que pase, Oliver siempre estará alli donde quieras que estes.

¿Este era un final? No lo sabía, pero todo podría cambiar para bien........o para mal.


Fin.............