AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Los tesoros no son solo riquezas.
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Los tesoros no son solo riquezas.
Paris día 3, Hora 9 am.
Ya habían pasado dos días de mi arribo a esta ciudad, no he tenido muy buena suerte y no era que la suerte me acompañara pero siempre creía que las cosas podían cambiar en un abrir y cerrar de ojos, mi vida propia era la imagen de aquello, de un simple y humilde esclavo me había convertido en esto un hombre con ambiciones, con ganas de superarse día a día y con un secreto que cuando la luna llena se posa en los oscuros cielos todo cambia. Me mire al espejo que estaba en el baño de pequeña casa que había alquilado ¿Qué es lo que ves? Me hice aquella pregunta mientras terminaba de lavar mi rostro – Veo a un hombre que está aprendiendo a vivir en soledad – pase la toalla por mi rostro sonriendo a mi reflejo salí de aquel espacio reducido, ya está listo hoy era el día en que llegaría el cargamento para mi herrería. Entre las cosas que traía venían materiales para la metalurgia, plata, bronce y algo de cobre, también venía un caldero más grande de lo normal y con ciertas aberturas especiales para la fundición misma de los metales, además de moldes para cierto tipo de armas y cabeza de flechas y una infinidad de accesorios para la venta y uso propio.
Tome mi caballo y partí con dirección al puerto, si algo me caracterizaba era la puntualidad. Me habían dicho los portuarios que el navío que traería mis baúles llegaría a eso de las Diez de la mañana, pero como necesitaba ayuda me fui antes uno nunca sabe si pueden surgir problemas en el camino o en el mismo puerto. No acostumbraba a sobrecargar a mi caballo ya que en Múnich lo ocupaba para carreras clandestinas, un pasatiempo tonto pero divertido. Además que viajar en el me ayudaba a conocer los lugares y más ahora que estaba en Paris, me servía para observar desde lo alto de su lomo las calles para así hacerme de un mapa en mi cabeza, recordar puntos clave y una que otra cosa que serían de utilidad en mi estadía.
El olor al mar se hizo más fuerte cuando escuche las bocinas de los barcos entrar al puerto mismo, era una verdadera mezcla de olores entre desagradables y agradables, la gente se agolpaba en unas esquinas a vender cierto tipo de pescado que aun desconocía, no hice caso a las miradas de los incrédulos al parecer todos solo sabían que un negro servía como esclavo y verdaderamente equivocados estaban, yo era la imagen de que eso no era cierto. Cuando las personas se comenzaron aglomerar decidí bajar del caballo no quería que sufriera de ningún daño por la cantidad de personas y mucho menos se pusiera nervioso, decidí dejarlo atado junto a un farol donde a sus costados estaban diferentes tipos de carruaje ahí pasaría desapercibido. Pase entre la multitud escondiendo mis ojos bajo la sombra que daba mi sombrero que siempre me acompañaba.
A lo lejos vi como comenzaban a descargar el cargamento, ahí era donde tenía que dirigirme, sin más camine con el paso lento entre la multitud que esperanzaban a sus seres queridos que de seguro venían en el mismo navío que traían mis más valiosos tesoros. Por mi atuendo podría pasar desapercibido como cualquier hombre más, pero era otra cosa que llamaba la atención, sonreí a cada señorita que me quedaba mirando mostrando mi perfecta sonrisa blanquecina y queriendo decir que yo era casi igual que todos ellos.
Tome mi caballo y partí con dirección al puerto, si algo me caracterizaba era la puntualidad. Me habían dicho los portuarios que el navío que traería mis baúles llegaría a eso de las Diez de la mañana, pero como necesitaba ayuda me fui antes uno nunca sabe si pueden surgir problemas en el camino o en el mismo puerto. No acostumbraba a sobrecargar a mi caballo ya que en Múnich lo ocupaba para carreras clandestinas, un pasatiempo tonto pero divertido. Además que viajar en el me ayudaba a conocer los lugares y más ahora que estaba en Paris, me servía para observar desde lo alto de su lomo las calles para así hacerme de un mapa en mi cabeza, recordar puntos clave y una que otra cosa que serían de utilidad en mi estadía.
El olor al mar se hizo más fuerte cuando escuche las bocinas de los barcos entrar al puerto mismo, era una verdadera mezcla de olores entre desagradables y agradables, la gente se agolpaba en unas esquinas a vender cierto tipo de pescado que aun desconocía, no hice caso a las miradas de los incrédulos al parecer todos solo sabían que un negro servía como esclavo y verdaderamente equivocados estaban, yo era la imagen de que eso no era cierto. Cuando las personas se comenzaron aglomerar decidí bajar del caballo no quería que sufriera de ningún daño por la cantidad de personas y mucho menos se pusiera nervioso, decidí dejarlo atado junto a un farol donde a sus costados estaban diferentes tipos de carruaje ahí pasaría desapercibido. Pase entre la multitud escondiendo mis ojos bajo la sombra que daba mi sombrero que siempre me acompañaba.
A lo lejos vi como comenzaban a descargar el cargamento, ahí era donde tenía que dirigirme, sin más camine con el paso lento entre la multitud que esperanzaban a sus seres queridos que de seguro venían en el mismo navío que traían mis más valiosos tesoros. Por mi atuendo podría pasar desapercibido como cualquier hombre más, pero era otra cosa que llamaba la atención, sonreí a cada señorita que me quedaba mirando mostrando mi perfecta sonrisa blanquecina y queriendo decir que yo era casi igual que todos ellos.
Última edición por Ulric Von Liechtenstein el Mar Ago 23, 2011 10:28 am, editado 1 vez
Ulric Von Liechtenstein- Licántropo Clase Media
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
Aquel día, decidí salir a caminar por todo París, eso seria mas productivo que quedarme en casa viendo a las personas pasar por la ventana.
Camine por los callejones, pase frente al teatro, por la zona residencial, atravesé todo el circo gitano y de paso me detuve a charlar con algunas amigas. En fin, camine por todas las calles parisinas pero finalmente pase por el puerto. Allí me detuve a descansar, la caminata fue muy agotadora pero aun así liberadora!
Veía como descargaban todos los barcos recién llegados, por lo menos me servia como entretenimiento. De repente vi como un caballo se abría paso entre toda la gente, sin mas se detuvo y bajo de el un hombre, no lograba ver su rostro, ya que lo cubría la sombra de su sombrero.
Paso junto a mi, y no pude evitar seguirlo con la mirada, el en cambio me devolvió una sonrisa, yo le sonreí también.
Camine por los callejones, pase frente al teatro, por la zona residencial, atravesé todo el circo gitano y de paso me detuve a charlar con algunas amigas. En fin, camine por todas las calles parisinas pero finalmente pase por el puerto. Allí me detuve a descansar, la caminata fue muy agotadora pero aun así liberadora!
Veía como descargaban todos los barcos recién llegados, por lo menos me servia como entretenimiento. De repente vi como un caballo se abría paso entre toda la gente, sin mas se detuvo y bajo de el un hombre, no lograba ver su rostro, ya que lo cubría la sombra de su sombrero.
Paso junto a mi, y no pude evitar seguirlo con la mirada, el en cambio me devolvió una sonrisa, yo le sonreí también.
Sarah DeWitt- Fantasma
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
Este día pasó de detestable a molesto en menos de lo que canta un gallo. Primero, me encuentro con un cazador y se me escapa, no sin antes romper la funda falsa de mi espada.
Cuando lo perseguía, use la funda para protegerme de un disparo de bala de plata, los pedazos de materia callejón al suelo como lluvia, dejando solo la verdadera protección de mi arma.
El cazador escapo en los callejones del a ciudad, yo tome uno de las ropas que tendían de una casa cercana e envolví mi arma, ahora la tengo amarrada al cintur9on, ocultando su mango por debajo de mi saco negro.
Al menos, al escapar el cazador, no tuve que ensuciar mi ropa, mi pantalón negro sigue intacto, así como mi camisa de color blanco.
-Necesitare un nueva funda falsa para ti, Homura, no puedo dejar que te vean con la verdadera, me cazarían los humanos por traer un arma conmigo.
Aunque solo parece un bastón cubierto en una sabana de color crema, la gente no puede evitar voltear hacia el instrumento pegado a mi pantalón. Si descubren que es un arma, estaré corriendo de la policía y marcaria mi regreso a ser un nómada.
Ya sin darme cuenta, los aromas del puerto me invaden, ese olor a pescado y grasa de cadenas que se combina con fuerza. Es como tener sangre y dulces en la boca, no es agradable. El aroma es tan destructivo que es difícil identificar a cada persona, odio sentirme así.
Sin darme cuenta termino casi chocando de frente con un caballo amarrado a una luminaria.
-Disculpa-le digo sonriente, jugando conmigo mismo, hasta que detecto su aroma-Tu amo es alguien interesante ¿No?
El caballo huele a licántropo, alguien de mi raza, pero no solo eso, su aroma parece el de una herrería, un poco de aroma a metal y fuego. Perfecto para encontrar una nueva funda.- Sólo tengo que encontrar a tu amo-pienso mientras veo el caballo y le doy una caricia de despedida.
Me adentro a la multitud, el olor a hollín, sal de mar, humo y pescado en diferentes estados me llena la nariz, tanto que siento como me irrita por dentro. Cierro los ojos por un momento, al abrirlo veo una chica rubia de frente, dándome la espalda, como siguiendo a alguien con la mirada. Me detengo justo frente a ella.
-Disculpe, no la vi-le digo con cortesía y volteo hacia donde su mirada se dirigía. No digo más, solo sonrió de lado mientras veo a un hombre de piel oscura alejarse.
Cuando lo perseguía, use la funda para protegerme de un disparo de bala de plata, los pedazos de materia callejón al suelo como lluvia, dejando solo la verdadera protección de mi arma.
El cazador escapo en los callejones del a ciudad, yo tome uno de las ropas que tendían de una casa cercana e envolví mi arma, ahora la tengo amarrada al cintur9on, ocultando su mango por debajo de mi saco negro.
Al menos, al escapar el cazador, no tuve que ensuciar mi ropa, mi pantalón negro sigue intacto, así como mi camisa de color blanco.
-Necesitare un nueva funda falsa para ti, Homura, no puedo dejar que te vean con la verdadera, me cazarían los humanos por traer un arma conmigo.
Aunque solo parece un bastón cubierto en una sabana de color crema, la gente no puede evitar voltear hacia el instrumento pegado a mi pantalón. Si descubren que es un arma, estaré corriendo de la policía y marcaria mi regreso a ser un nómada.
Ya sin darme cuenta, los aromas del puerto me invaden, ese olor a pescado y grasa de cadenas que se combina con fuerza. Es como tener sangre y dulces en la boca, no es agradable. El aroma es tan destructivo que es difícil identificar a cada persona, odio sentirme así.
Sin darme cuenta termino casi chocando de frente con un caballo amarrado a una luminaria.
-Disculpa-le digo sonriente, jugando conmigo mismo, hasta que detecto su aroma-Tu amo es alguien interesante ¿No?
El caballo huele a licántropo, alguien de mi raza, pero no solo eso, su aroma parece el de una herrería, un poco de aroma a metal y fuego. Perfecto para encontrar una nueva funda.- Sólo tengo que encontrar a tu amo-pienso mientras veo el caballo y le doy una caricia de despedida.
Me adentro a la multitud, el olor a hollín, sal de mar, humo y pescado en diferentes estados me llena la nariz, tanto que siento como me irrita por dentro. Cierro los ojos por un momento, al abrirlo veo una chica rubia de frente, dándome la espalda, como siguiendo a alguien con la mirada. Me detengo justo frente a ella.
-Disculpe, no la vi-le digo con cortesía y volteo hacia donde su mirada se dirigía. No digo más, solo sonrió de lado mientras veo a un hombre de piel oscura alejarse.
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
Era verdaderamente sorprendente como las damas me quedaban mirando, podría decir que era un hombre bastante atractivo pero, bueno no para el gusto de todas las damas, no pude contenerme con la idea que se me había pasado por la cabeza y me puse a reír, una joven rubia me quedo mirando le sonreí de igual forma que lo venía haciendo, si algo no quería era traer problemas por mi apariencia. Si algo había aprendido era que siempre fuese en el lugar que fuese tenía que mostrar respeto por todos no importaba el status social ni las apariencias como decía el viejo “Recuerda siempre de donde vienen tus raíces” y siempre lo recordaba, podría decir que era un hombre afortunado y desafortunado a la vez.
Aun siendo humano, tenía mis sentidos más desarrollados que cualquier otro y entre la mescla de aromas podía sentir, perfumes de flores, pescado recién sacados del mar, alimentos, el aroma de mi caballo a la distancia y un licántropo, el olor característico a un lobo llegaba a mi nariz como si me envolviera en ese mismo momento; me detuve en seco y me di vueltas para ver de quien se trataba, se me paso por la mente que me venía siguiendo pero seguro serian ideas mías. Levante el sombrero tan solo unos centímetros y logre ver al hombre pero repare en la dama que hacia segundos atrás me había sonreído. Mis pies casi por inercia se acercaron a donde estaban ambas personas alcance a oír que aquel había chocado con la dama así que por cortesía - ¿Se encuentra bien Madeimoselle? – mi voz salió con ese típico acento alemán haciendo que mis palabras fueran algo mas cortadas de lo normal. Alce mi vista nuevamente y quede mirando al joven, licántropo sin duda el olor provenía de él y alcance a percibir que había estado con mi caballo Rex.
Extendí mi mano hacia el hombre, para darle un saludo como si lo conociera de muchos años atrás – ¿Nos conocemos? – le pregunte, en realidad estaba siendo sincero, no veía ningún pecado en hacer aquella pregunta, otra cosa que me había dicho el viejo se me vino a la cabeza “Otro Licántropo, cualquiera que sea… pasa a ser de cierta manera como un hermano para ti”; hasta ahora nunca había tenido problema con otro de mi especie y esperaba que este no fuera la ocasión, sin más me quede en silencio tanto esperando la respuesta de la señorita como del lican.
Aun siendo humano, tenía mis sentidos más desarrollados que cualquier otro y entre la mescla de aromas podía sentir, perfumes de flores, pescado recién sacados del mar, alimentos, el aroma de mi caballo a la distancia y un licántropo, el olor característico a un lobo llegaba a mi nariz como si me envolviera en ese mismo momento; me detuve en seco y me di vueltas para ver de quien se trataba, se me paso por la mente que me venía siguiendo pero seguro serian ideas mías. Levante el sombrero tan solo unos centímetros y logre ver al hombre pero repare en la dama que hacia segundos atrás me había sonreído. Mis pies casi por inercia se acercaron a donde estaban ambas personas alcance a oír que aquel había chocado con la dama así que por cortesía - ¿Se encuentra bien Madeimoselle? – mi voz salió con ese típico acento alemán haciendo que mis palabras fueran algo mas cortadas de lo normal. Alce mi vista nuevamente y quede mirando al joven, licántropo sin duda el olor provenía de él y alcance a percibir que había estado con mi caballo Rex.
Extendí mi mano hacia el hombre, para darle un saludo como si lo conociera de muchos años atrás – ¿Nos conocemos? – le pregunte, en realidad estaba siendo sincero, no veía ningún pecado en hacer aquella pregunta, otra cosa que me había dicho el viejo se me vino a la cabeza “Otro Licántropo, cualquiera que sea… pasa a ser de cierta manera como un hermano para ti”; hasta ahora nunca había tenido problema con otro de mi especie y esperaba que este no fuera la ocasión, sin más me quede en silencio tanto esperando la respuesta de la señorita como del lican.
Ulric Von Liechtenstein- Licántropo Clase Media
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
El devolvió la sonrisa, yo estaba de pie frente a la gran multitud, el me lleno simplemente de curiosidad, así que seguí su paso con la mirada para poder ver a donde se dirigía, quizá eso no sea de mi incumbencia, pero era inevitable.
Puedo detectar en el un aura muy amigable, pero de la misma forma, también misteriosa. Al parecer eso es lo que atrae tantas miradas hacia el. Ya que al parecer mis ojos no son los únicos que siguen su camino, muchas señoritas lo ven con curiosidad y otras con recelo.
Estaba inmersa en todos estos pensamientos cuando de repente un chico se detuvo frente a mi, se disculpo.
-Lo siento yo" No debería estar parada en plena vía publica- Dije y rápidamente dirigí de nuevo mi mirada a aquel misterioso hombre.
El chico con el que me había topado también volteo.
De repente el empezó a caminar hacia donde nosotros estábamos.
-¿Se encuentra bien Madeimoselle?- Pregunto.
-"Perfectamente"- Respondí con una sonrisa.
Puedo detectar en el un aura muy amigable, pero de la misma forma, también misteriosa. Al parecer eso es lo que atrae tantas miradas hacia el. Ya que al parecer mis ojos no son los únicos que siguen su camino, muchas señoritas lo ven con curiosidad y otras con recelo.
Estaba inmersa en todos estos pensamientos cuando de repente un chico se detuvo frente a mi, se disculpo.
-Lo siento yo" No debería estar parada en plena vía publica- Dije y rápidamente dirigí de nuevo mi mirada a aquel misterioso hombre.
El chico con el que me había topado también volteo.
De repente el empezó a caminar hacia donde nosotros estábamos.
-¿Se encuentra bien Madeimoselle?- Pregunto.
-"Perfectamente"- Respondí con una sonrisa.
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
Es extraño, es la primera vez que me distraigo de esa manera, comúnmente estoy atento de todo. El aroma del puerto me afecto mucho esta vez, la ciudad me está ablandando y si no me cuido terminare siendo víctima de los cazadores que tanto disfruto cazar yo mismo.
La señorita frente a mi tiene ese aroma a bayas, fresco, tranquilizador. A juzgar por su forma de vestir, debe de ser de clase media, ignoro si sea más que humana, comúnmente reconozco a los de mi especie, pero no es fácil hacerlo con el resto.
Mi concentración vuelve mientras veo como el otro licano se aproxima a nosotros. El aroma de su caballo esta en el, aparte de ese ligero olor a herrería, seguramente los humanos no lo notan, pues no creo que una persona se sienta cómoda oliendo a metal fundido.
-No lo creo, hermano-le digo sonriendo, estrechando su mano-Puede que la luna nos haya encontrado en algún estado inconsciente con otro resto de personas peculiares, pero sería difícil de recordar, hay noches que suelen borrarse de mi memoria.
Volteo a ver a la señorita, suelo ser menos discreto cuando conozco a alguien como yo, la última vez que me tope con una licántropo en este muelle, anuncia de inmediato que éramos de la misma especia, hoy no quise hacer lo mismo. Ahora que lo pienso, no es normal ver a una persona de piel oscura en Paris, no con ropa bien puesta por lo menos. Puede que mi hermano tenga un pasado de esclavitud, como yo lo tuve.
-Es agradable que alguien se detenga en medio de este tumulto de personas. A veces es difícil encontrar un rostro amable entre la amargura que carga algunos-digo con una media sonrisa.
Acaricio mi espada sobre la sabana que la cubre, asegurándome de que ninguna parte de la funda se deje ver, pues seria de inmediato reconocida como un arma blanca y de seguro me comenzaría a perseguir, primero humanos y luego cazadores. No suelo darle la ventaja a ellos.
-Disculpen mi grosería. Soy Makoto Inoue-les ofrezco una reverencia-Es un gusto encontrarme con tan hermosa dama y un educado caballero.
La señorita frente a mi tiene ese aroma a bayas, fresco, tranquilizador. A juzgar por su forma de vestir, debe de ser de clase media, ignoro si sea más que humana, comúnmente reconozco a los de mi especie, pero no es fácil hacerlo con el resto.
Mi concentración vuelve mientras veo como el otro licano se aproxima a nosotros. El aroma de su caballo esta en el, aparte de ese ligero olor a herrería, seguramente los humanos no lo notan, pues no creo que una persona se sienta cómoda oliendo a metal fundido.
-No lo creo, hermano-le digo sonriendo, estrechando su mano-Puede que la luna nos haya encontrado en algún estado inconsciente con otro resto de personas peculiares, pero sería difícil de recordar, hay noches que suelen borrarse de mi memoria.
Volteo a ver a la señorita, suelo ser menos discreto cuando conozco a alguien como yo, la última vez que me tope con una licántropo en este muelle, anuncia de inmediato que éramos de la misma especia, hoy no quise hacer lo mismo. Ahora que lo pienso, no es normal ver a una persona de piel oscura en Paris, no con ropa bien puesta por lo menos. Puede que mi hermano tenga un pasado de esclavitud, como yo lo tuve.
-Es agradable que alguien se detenga en medio de este tumulto de personas. A veces es difícil encontrar un rostro amable entre la amargura que carga algunos-digo con una media sonrisa.
Acaricio mi espada sobre la sabana que la cubre, asegurándome de que ninguna parte de la funda se deje ver, pues seria de inmediato reconocida como un arma blanca y de seguro me comenzaría a perseguir, primero humanos y luego cazadores. No suelo darle la ventaja a ellos.
-Disculpen mi grosería. Soy Makoto Inoue-les ofrezco una reverencia-Es un gusto encontrarme con tan hermosa dama y un educado caballero.
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
De alguna forma buscar una sonrisa en medio de la multitud era verdaderamente difícil y aquella dama de cabellera dorada me había proporcionado valía más que cualquier otro gesto, Asentí con una sonrisa cuando me dijo sobre que estaba bien, no esperaba menos ya que mis sentidos advertían que solo había calma en este lugar, calma en el sentido de que cazadores no habían y tampoco vampiros gracias al sol que grácil nos abrigaba e iluminaba todo por nuestro camino. Al darle la mano aquel joven pude sentir como todo su energía se canalizaba llegando hacia la mía haciendo y respondiendo a mi pregunta otra sonrisa salió de mis labios. Sus palabras no pudieron ser más certeras, cualquiera que nos hubiera visto pensaría que nos conocíamos desde hace décadas, pero la luna como única espía, ella era la que poseía aquella información.
La luna – trague un poco de saliva – La espía de las noches donde la oscuridad y el temor reina – agregué, tenía conciencia que a pesar de mi transformación perdía casi toda la noción de mis actos, podía matar, atacar y que sabe Dios qué otra cosa, pero cuando se trataba de pares, de otros como yo todo cambiaba. Siendo unos hombres territoriales podía prever por sus palabras que el destino a pesar de ser un fiel amigo de todos, era juguetón con ambos. No era de juzgar a las personas por su aspectos y no comenzaría hoy hacer aquello, la dama grácil, y sonriente era humana, el latir de su corazón me lo decía, mas podría tener oculto algún laberinto en esa mirada que solo demostraba cual misterio por resolver. Mis ojos iban del lican hacia la dama, no quería que ninguno se sintiera incomodo en ese momento y antes de que aquella joven dijera algo me apresure a decir luego de las palabras de Makoco, como se había presentado.
Con unas sonrisa es capaz de derribar hasta el corazón más frio de esta tierra – si era cierto, lo había presenciado hacia algunos años atrás cuando conocí aquella bruja que vivía en la amargura y frialdad de su vida, solo basto un poco de mí, o tal vez de mi esencia para que todo le cambiara, en días sin luna podía acompañarle a sonreí en el silencio de la noche. – Una sonrisa siempre es un gesto de amabilidad y aceptación – termine por decir al tiempo que ya la presentación del lican había terminado.
Somos unos desconocidos en parís Makoto – añadí mientras tomaba con delicadeza la mano de la dama – Ulric Von Liechtenstein para servirles – aquello ultimo era para los dos, deposite un beso en su dorso y luego solté su frágil mano. – El destino es juguetón cuando junta a tres desconocidos en un lugar como este.
La luna – trague un poco de saliva – La espía de las noches donde la oscuridad y el temor reina – agregué, tenía conciencia que a pesar de mi transformación perdía casi toda la noción de mis actos, podía matar, atacar y que sabe Dios qué otra cosa, pero cuando se trataba de pares, de otros como yo todo cambiaba. Siendo unos hombres territoriales podía prever por sus palabras que el destino a pesar de ser un fiel amigo de todos, era juguetón con ambos. No era de juzgar a las personas por su aspectos y no comenzaría hoy hacer aquello, la dama grácil, y sonriente era humana, el latir de su corazón me lo decía, mas podría tener oculto algún laberinto en esa mirada que solo demostraba cual misterio por resolver. Mis ojos iban del lican hacia la dama, no quería que ninguno se sintiera incomodo en ese momento y antes de que aquella joven dijera algo me apresure a decir luego de las palabras de Makoco, como se había presentado.
Con unas sonrisa es capaz de derribar hasta el corazón más frio de esta tierra – si era cierto, lo había presenciado hacia algunos años atrás cuando conocí aquella bruja que vivía en la amargura y frialdad de su vida, solo basto un poco de mí, o tal vez de mi esencia para que todo le cambiara, en días sin luna podía acompañarle a sonreí en el silencio de la noche. – Una sonrisa siempre es un gesto de amabilidad y aceptación – termine por decir al tiempo que ya la presentación del lican había terminado.
Somos unos desconocidos en parís Makoto – añadí mientras tomaba con delicadeza la mano de la dama – Ulric Von Liechtenstein para servirles – aquello ultimo era para los dos, deposite un beso en su dorso y luego solté su frágil mano. – El destino es juguetón cuando junta a tres desconocidos en un lugar como este.
Ulric Von Liechtenstein- Licántropo Clase Media
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
Los veía a ambos, parecían tener algo en común, no se que, pero lo podía percibir fácilmente. Al principio creí que ellos dos ya se conocían, por la forma en que se saludaron tan gentilmente.
Respondí al saludo de Makoto, luego se presento "Ulric Von Liechtenstein"....
-Un placer de conocerles- Dije mientras Ulric dio un beso al dorso de mi mano en forma de refinado saludo'. Les dedique la mas flamante sonrisa que pude.
"Algo tiene planeado el destino para mi el día de hoy" pensé.
No es normal (por lo menos en mi vida) "socializar" con alguien mas que no perteneciera al circo gitano o que no fuera mi mejor amiga Kristen Joliet.
Nunca he tenido el 'don' de poder socializar fácilmente, soy una persona tímida y un poco insegura. Eso es lo que odio de mi, de no ser así, quizá ahora no estuviese aquí en París, ni fuese una gitana.
Tuve muchas oportunidades de mejorar mi calidad de vida, pero por ese pequeño detalle mencionado, se fueron como polvo soplado por el viento....
Ellos a primera vista me parecieron dos caballeros muy agradables, lo eran, por lo menos eso era lo que me indicaba su aura. El aura de ambos te provocaba una especie de seguridad, eso era lo que yo sentia al estar cerca de ellos, cosa que me agrado.
Respondí al saludo de Makoto, luego se presento "Ulric Von Liechtenstein"....
-Un placer de conocerles- Dije mientras Ulric dio un beso al dorso de mi mano en forma de refinado saludo'. Les dedique la mas flamante sonrisa que pude.
"Algo tiene planeado el destino para mi el día de hoy" pensé.
No es normal (por lo menos en mi vida) "socializar" con alguien mas que no perteneciera al circo gitano o que no fuera mi mejor amiga Kristen Joliet.
Nunca he tenido el 'don' de poder socializar fácilmente, soy una persona tímida y un poco insegura. Eso es lo que odio de mi, de no ser así, quizá ahora no estuviese aquí en París, ni fuese una gitana.
Tuve muchas oportunidades de mejorar mi calidad de vida, pero por ese pequeño detalle mencionado, se fueron como polvo soplado por el viento....
Ellos a primera vista me parecieron dos caballeros muy agradables, lo eran, por lo menos eso era lo que me indicaba su aura. El aura de ambos te provocaba una especie de seguridad, eso era lo que yo sentia al estar cerca de ellos, cosa que me agrado.
Sarah DeWitt- Fantasma
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Re: Los tesoros no son solo riquezas.
Es difícil mantener la forma educada del habla, casi me duele hablar de manera formal. No estoy acostumbrado a esto, mi propia forma de ser bloquea esta habla. Yo estoy hecho para pelear, matar y destruir en nombre de mi propia justicia y la que me enseñaron.
-Me da gusto encontrarme con ustedes al igual-les comento a ambos.
No se que pensarían si, no sólo supieran ambos lo que soy, ya que la señorita de seguro ignora que ambos somos licántropos, aun así, ninguno de los dos sabe que mas que un amante de la luna, soy un asesino, un mercenario que vive para acabar con los cazadores, que los busco y les causo el miedo que se merecen. Que llevo en mi costado izquierdo, mi espada oculta por sabanas. ¿Este herrero me ayudara? Al menos creo que es uno. Su piel es parecida a la mía, de seguro el tuvo que sufrir mucho para conseguir verse como un humano normal y escapar de la esclavitud que yo también sufrí, hasta la noche que mate a mis amos y me fui lejos de mi hogar, que hoy ya no existe.
-Aunque podríamos platicar mucho esta mañana, deberíamos de movernos, pues la gente parece esta viendo hacia nosotros-les digo mientras apunto ala multitud que comienza detenerse a momentos, no creo que sea normal ver a dos hombres de piel oscura, aunque no sea tanto la mía, hablando con una mujer rubia-parece que no es normal ver a un grupo como el nuestro.
-Me da gusto encontrarme con ustedes al igual-les comento a ambos.
No se que pensarían si, no sólo supieran ambos lo que soy, ya que la señorita de seguro ignora que ambos somos licántropos, aun así, ninguno de los dos sabe que mas que un amante de la luna, soy un asesino, un mercenario que vive para acabar con los cazadores, que los busco y les causo el miedo que se merecen. Que llevo en mi costado izquierdo, mi espada oculta por sabanas. ¿Este herrero me ayudara? Al menos creo que es uno. Su piel es parecida a la mía, de seguro el tuvo que sufrir mucho para conseguir verse como un humano normal y escapar de la esclavitud que yo también sufrí, hasta la noche que mate a mis amos y me fui lejos de mi hogar, que hoy ya no existe.
-Aunque podríamos platicar mucho esta mañana, deberíamos de movernos, pues la gente parece esta viendo hacia nosotros-les digo mientras apunto ala multitud que comienza detenerse a momentos, no creo que sea normal ver a dos hombres de piel oscura, aunque no sea tanto la mía, hablando con una mujer rubia-parece que no es normal ver a un grupo como el nuestro.
off topic: disculpen la tardanza
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