Enchantée monsieur

-Siempre acudía a los eventos de interés a los que le invitaba, rechazaba algunas invitaciones pero su nombre era oído en toda la corte especialmente de los más ricos pues casi siempre iban detrás de él pidiendo lo que cualquier creyente de su trabajo hacía "amuletos" "charlas con el más allá" aunque despues le acusaran de mentiroso en algún instante no dudaban en adularle una vez lo tenían en frente pidiendole una vez más por sus servicios pero... no le importó se habia conformado con el silencio de una vida austera pero lujosa incluso hermitaño de sus propios pensamientos gozaba unos instantes de lealtad volviendo a figurarse que era lo que podía hacer para evitar el aburrimiento que parecia una encrucijada más.

Los barones hablaban entre sí, dotando a sus hijas e incluso negociandolas como si fueran meras esclavas lo peor era que hasta las hijas de aquestos presumían convatiendo contra unas personas a las que no conocían, solo hablaban si tenían mayor belleza o más riqueza, las madres en cambio presumían del día a día o del aburrimiento recreado por los juegos de verano en donde aun cuando quisieran participar solo podian animar a sus esposos. Los solteros buscaban entre algunas de las hijas para poder tener alguna fortuna en la que bañarse día a día, las solteras con desesperacion empezaban a lanzar miradas coquetas a los "afortunados" que deseaban mirarlas.

Cuando entró una mujer todos se callaron, mejor dicho cuando empezó el discurso que tenia embobados a todos algunos asintieron con una sonrisa otros admiraron su belleza mientras que la mayor parte de las personas deseaban hablar con la mujer, Aetos solo buscó con la mirada un instante de esa mujer "es hermosa" pensó cuando apuró la última gota de vino que quedaba en su vaso. Bastó alzar la mano para que a los pocos segundos le llenasen de nuevo la misma sirviéndole una bandeja de algunos aperitivos que rechazó sin siquiera mirarlos pues tenía bastante trabajo que hacer al menos de guardaespaldas lo malo era que su protegida no estaba presente y le habia dado la simple orden de pasarselo bien ¿quien creia que era Aetos?- No deberia de haber venido

-Aun cuando lo dijo para si mismo lo mas rezagados de la fiesta le escucharon sumandose a ese alarde, más por intentsr socializar que por comprender porque lo habia dicho, comprendía que los humanos actuasen de ese modo creyendo que debían de estar acompañados desde el momento de su vida hasta el momento de su muerte cuando era todo lo contrario. Paseó finalmente entre los presentes notando la mirada de muchas personas, los ojos que azorados por la elegancia del hombre le seguían a donde fuera- Espero que tenga una buena velada mademoiselle -dijo casto, muchos habian intentado casar a sus hijas con aetos o formar algunos lazos con él pero siempre había respondido con una sonrisa cortés y una negativa- Espero me disculpe

-Alzo la mano elevando la copa como si éste fuera un brindis que aún rápido significaba una señal de respeto, sus pasos se perdieron entre la muchedumbre que entablaba con animación su vida social mientras el brujo se alejaba hasta al balcón, sentándose incluso en la balaustrada de un color blanco inmaculado...bajó la vista, los espíritus parecian divertirse a espensas de los vivos pues la música clásica había despertado a algunos barones y condesas que habían muerto en aquellos mismos recintos, se paseaban con naturalidad, se conocían, se sonreian... Aetos dejo escapar una sonrisa de medio labio deseando más la fiesta de los muertos que la de los vivos-

-El vaiven de las risas era casi como un juego que iba y venía según la complacencia de los invitados aun cuando las sonrisas falsas que creaba el azar eran más sutiles que compromotedoras pues las mujeres llevaban la copa a los labios con tan incitable silencio que solo habia risas para esconder una realidad que les afectaba a todos, el dinero, los deseos por poseerlo pero tambien por ganarlo con la ley del más mínimo esfuerzo especialmente los que habian llegado a ese puesto estando en lo más bajo habiendo ascendido por un golpe de suerte como era una herencia en la mayor parte de los casos- ¿Diamantes? -escuchó al fin la verdadera voz de aquella hermosa mujer, era sin duda bella y no le extrañaba que pidiesen para ella un duque igual que a él le habian concedido más de una propuesta indecorosa como por ejemplo una cita con algunas de las hijas de aquellos importantes que aun se juzgaban vírgenes a los ojos de sus padres (aunque algunas si lo fuesen, cosa que llegaba a dudar); Sus ojos examinaron con respeto a la mujer que tenía detrás de él, haciendo un movimiento se volteó consiguiendo finalmente dotarle de todo el respeto- ¿Cree usted que a alguien rico le atraerían los diamantes? la respuesta sin duda es un truco o una trampa como se mire.

-En otro momento y otra posicion lo habria tomado como un insulto quizás porque parecia decirle indirectamente con un toque de ironia era ' que es lo que haces aquí si tan poco gusto posees por la riqueza ' incluso lo esperaria de los labios de las mujeres despechadas que tienen como esposo un buen puñado de francos o incluso veían en sus hijos su propio futuro, no le importaba la vida de los seres queridos si estos no podían garantizar la propia. Aquella dama se acercó a él iniciando esa conversación mientras algunos orbes indiscretos se posaban delante de ellos y despues se alejaban cual si no quisiera la cosa- Soy su demonio de la guarda mademoiselle

-Con un dedo pidio que guardase silencio cautivando aquellos ojos de la mujer, mirándole fijamente como si sus propios pensamientos se adentrasen en los de ella, no tardó en moverse adentrándose por unos momentos al interior alborotadamente ordenado de aquella fiesta, las galanterias sobraban igual que las formas de insultar a alguien, hechó las cortinas para que escondiesen el balcón, igual que cerró la corredera dejandoles en el exterior sin ninguna señal de ser vistos por nadie- De ese modo puede ser usted misma y yo no tengo que pedirle más que lo sea, me pregunto si no me gustaba la fiesta o los diamantes, pero en verdad lo que no me gusta es la falsedad que se respira en el ambiente -acabó con un sorbo más lo que quedaba en la copa dejando aquella gota de la verguenza en la copa vagabundeándose sabiendose la unica en el cristal que tenia en sus manos el brujo. Fueron necesarios unos minutos hasta que recupero el silencio dejandose zambullir por los sonidos exteriores-

Es asi más hermosa, la luz de la luna hace una pasarela sobre su piel transformandola en toda una belleza más, seguro que se lo han dicho en miles de veces-dejó la copa en el suelo para pasear hasta dejar caer su cuerpo en la balaustrada de aquel balcón, era ancha, dura e incluso con el tacto frío al haber estado en el exterior sin duda brillante algo resbaladiza si eras torpe en posicionarte pues se notaba que para aquel evento lo habian limpiado hasta en el fondo- Aetos -Dijo su nombre cuando menos lo esperaba mirando hacia las estrellas como si ahora eclipsaran sus ojos, en realidad estaba espiando a uno de los espíritus que estaban pasandolo tan bien abajo, sabia que Nirvana no podría verlos pero una sonrisa se formó en los labios del hombre al contemplar una mujer danzando en el aire dejando que su busto se moviese al son de las vueltas aunque cuando se miraba de cerca tambien se contemplaba la puñalada que tenia en su vientre y como parecia que la sangre con un aspecto plateado viajaba por todo su cuerpo- Hay una fiesta mas entretenida...-Sonrio provocativo, con ademan sensual e incluso coqueto mientras miraba hacia otro lado contemplando a la mujer, esperando de nuevo que hablase aun cuando su figura y posicion era sin duda las siguientes, unica hija de un adinerado hombre de negocios que seguramente tendría mas deseos de casarla que los propios comensales para que su fortuna se incrementase pero tampoco queria perder a la que posiblemente fuese su hija querida-pero en esa fiesta no tengo pareja -tomó entonces un trago del aire fresco de la noche sin dejar de observarla-

-Suspiró con suavidad mientras aquella mujer se acercaba y quedaba silenciosamente a su lado, distinguia aquel rostro, una mujer que no había conocido mas vida que la de la riqueza era normal que por el momento se preguntase a que sabía la vida, el interés, si había estado nada más que en fiestas obteniendo como objetivo las sonrisas falsas de los demás igual que la suya entonces no conocía la vida sino una parte de ella la parte mas oscura de todas, la de los falsos. Paseo el dedo por el mentón elevándolo con lentitud mientras dejaba su vista hacia la ajena con una sonrisa en los labios que aumentaba la virilidad de los rasgos del brujo- Siempre se lo llamo a todos en estas fiestas pero, creo que tu podrias ser distinta -¿La estaba seduciendo? Eso parecía, pues en el silencio parecía contar las miradas o a veces la falta de ellas pues cuando dijo su nombre ella habi abajado después la mano fingiendo que estaba cogiendo alguna de sus muñequeras, había fingido muchas veces él mismo en aquestas, especialmente con una copa en la mano diciendo que al haber bebido mucho era mejor que se fuera-

A lo mejor, mademoiselle solo deseo bailar con alguien especial como usted acaba de decir –Sonrió de costado, mientras paseaba los dedos por la balaustrada dejando que el contorno de la misma fuese incluso un poema de coqueteo, aunque no lo dejase escapar en los labios podía notar como poco a poco sus labios se abrían y cerraban con suavidad paseando después las manos por los cabellos mientras se sonreía ¿el, bailar con quien deseara? Solo la sinceridad, eso buscaba en un baile y no una persona que solo quería casarse con alguien porque esa era la manera de seguir teniendo su dinero asegurado. Se acercó con suavidad a la muchacha, parecía nerviosa quizás, estaban escondidos de la fiesta una que para ella era muy importante- Esa fiesta tiene algo que sin duda le embrujaria, no le importaría del todo bailar solo conocer un poco más acerca de su mundo, mi mundo

-Las cortinas parecían moverse pero era solo el aire, una excusa para soltar con suavidad a aquella mujer, aun podía saborear su aliento pues había dejado unos pasos más, cerca de los de ella para que sintiera el peso no de su cuerpo sino del calor que desprendia el mismo, había maneras de seducir como por ejemplo emplear la paciencia como la cercanía sin dar directamente al toque obligaba a la otra persona a desearlo o buscarlo inconscientemente, también había otra manera la que usaba depende de la necesidad o en todo caso de quien fuera la persona, dejar directamente sus deseos, lo que deseaba lo que quería. Tomó con delicadeza un mechón de sus cabellos dejando una sonrisa en los labios-

Ven…Nirvana, deja que te lleve a la fiesta pues con la única que quiero bailar y estar…es contigo – A diferencia de los ricos no había esa petulancia que siempre mostraban, solo era directo aunque en ese mundo solo pudiera juzgarse como una falta de respeto. Sacó después un cigarrillo o eso parecía pues en realidad era un pergamino de una cualidad perfumada. Lo había camuflado especialmente por sus protegidos, él acostumbraba a prestar sus servicios a la gente, a protegerlos de los fantasmas y bueno el hecho de sacar un pergamino a veces les hacia reir y por ende desconfiar de él pero ¿y si fuera un cigarrillo? Lo podía hacer indirectamente. Era capaz de ver a los muertos y hacer que simples mortales los viesen con un simple movimiento, con ese movimiento, un pergamino que servia muchas veces para ver a los espiritus y en cambio otros, para capturarlos, llamarlos, liberarlos, esclavizarlos…el por primera vez quería que ella viese el mundo que él veía para invitarle oficialmente a aquello. Encendio con rapidez asombrosa el cigarrillo y sin dejar que el humo saliera de sus labios tomo con suavidad e incluso ternura la barbilla de nirvana, juntando sus labios con los de ella. Habia sido un beso suave, dócil e incluso débil solo rozar sus labios con aquella sensualidad que desprendia el brujo abriéndolos suavemente con la lengua para que el humo acariciase la boca de nirvana. Cuando se alejó espero unos segundos, los suficientes como para que en el silencio de la noche escuchase una música, música distinta a la que sonaba en el interior, proveniente del jardín…de específicamente unos músicos muertos-