AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Es bueno encontrarte {Bruno}
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Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Vie Oct 07, 2011 4:37 pm
No podía ver el camino que llevaba al burdel dado a la espesa niebla que se había levantado de repente sobre las calles de París. Las sombras jugaban a favor del terror del silencio y para cuando encuentra un ápice de luz, esta se difumina en un destello casi imperceptible. Con Artemis en sus brazos, caminaba lentamente con el taconeo de sus pisadas por las calles de piedras estrechas, anchas y de apariencia lúgubre. Miro a ambos lados de la calle, escuchando gritos por doquier y asustándose más y más para luego acurrucar en su pecho a Artemis y salir corriendo por dios sabe qué dirección. Se paro en una farola que aun daba una tenue luz sobre la calle, miro a los alrededores y se fijo que estaba en un laberinto de callejones, perpendiculares y calles con nombres variados. La verdad, nunca se había perdido. Nunca y esta era la primera vez que le pasaba. De todas maneras no supo encontrar algún sitio donde comer. Solamente un borracho que caminaba en eses y perros y gatos abandonados.
Acariciaba a Artemis poco a poco, le daba besitos en el cogote y lo arropaba con su velo de gasa color granate que hacia juego con el vestido que había elegido para salir esa noche. Salía de dar un paseo con Artemis, su única compañía y enseguida, el pequeño minino comenzó a bufar al ver que unos gatos se acercaban lentamente hasta donde se encontraban. Perçelinne comenzó a andar en dirección contraria a los gatos que los miraban fijamente. Una vez escondidos en la oscuridad de la noche, andaban y andaban hasta que por fin consiguió encontrar una salida, pero enseguida vio que era una esquina de algún establecimiento que estaba cerrando. Aún estaba en el laberinto hasta que lentamente se hizo un ovillo en el suelo. (¡Que frio estaba el suelo!-Pensó se levantaba de golpe del suelo.
Artemis revoloteaba en sus brazos, ronroneando y cuando le miro a sus ojos azules, recordó que una vez, él gato que llevaba en brazos, lo había encontrado por estas calles. Sonreía por primera vez al estar en las calles, miro al frente y algo se movía entre las sombras sigilosamente. Un olor exótico hizo recordarle a los compañeros con los que solía trabajar en el burdel poco a poco e iba integrándose dentro del burdel. Después de tres años, supuso que tenía que conocer a todos, pero cada vez venían más y ahora eran más hombres que chicas. Tuvo la valentía de acercarse un poco a la luz para ver mejor quién era y aquel olor a...perfume, hizo que su corazón comenzara a latir apresuradamente, quedándose apoyada contra la pared de un gran edificio de piedra oscura.
Acariciaba a Artemis poco a poco, le daba besitos en el cogote y lo arropaba con su velo de gasa color granate que hacia juego con el vestido que había elegido para salir esa noche. Salía de dar un paseo con Artemis, su única compañía y enseguida, el pequeño minino comenzó a bufar al ver que unos gatos se acercaban lentamente hasta donde se encontraban. Perçelinne comenzó a andar en dirección contraria a los gatos que los miraban fijamente. Una vez escondidos en la oscuridad de la noche, andaban y andaban hasta que por fin consiguió encontrar una salida, pero enseguida vio que era una esquina de algún establecimiento que estaba cerrando. Aún estaba en el laberinto hasta que lentamente se hizo un ovillo en el suelo. (¡Que frio estaba el suelo!-Pensó se levantaba de golpe del suelo.
Artemis revoloteaba en sus brazos, ronroneando y cuando le miro a sus ojos azules, recordó que una vez, él gato que llevaba en brazos, lo había encontrado por estas calles. Sonreía por primera vez al estar en las calles, miro al frente y algo se movía entre las sombras sigilosamente. Un olor exótico hizo recordarle a los compañeros con los que solía trabajar en el burdel poco a poco e iba integrándose dentro del burdel. Después de tres años, supuso que tenía que conocer a todos, pero cada vez venían más y ahora eran más hombres que chicas. Tuvo la valentía de acercarse un poco a la luz para ver mejor quién era y aquel olor a...perfume, hizo que su corazón comenzara a latir apresuradamente, quedándose apoyada contra la pared de un gran edificio de piedra oscura.
Perçelínne Grace- Mensajes : 59
Fecha de inscripción : 03/10/2011
Edad : 31
Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Sáb Oct 08, 2011 12:39 pm
Magnífica noche y no era otra como las que a él le gustaba, despejada...y en donde se podía dislumbrar pequeñas motas de luz, esas estrellas que rara vez en esta estación podían verse. Y como era de esperar no se llevó la chaqueta esta vez, su camisa blanca e impoluta acompañada de unos pantalones en tono chocolate era su atuendo de lo que parecía prometedor, la gente solía salir más con ese tipo de ambiente e incluso se podía decir que daban más ganas de pisar el burdel, podía olerse el sexo en el aire y lo que no era el aire, para él de todos modos... era siempre un buen momento para disfrutarlo. Antes de cruzar el umbral de su puerta, se miró de reojo en el espejo de la entrada mostrándose así mismo lo que a nadie, su sonrisa... aquellos dientes que parecían resplandecer incluso más que aquellas estrellas que tanto le gustaba admirar en su soledad...en cuando podía estar solo con su vicio, el fumar... había procurado tomarse el último antes de salir y así poder tomar uno de sus habituales caramelos de menta, esa noche tenía que ser espectacular, ya pintaba así y todo detalle era importante.
Había descubierto no hace mucho, un atajo...tenía que pasar por calles estrechas pero al menos no tenía que cruzar la plaza y aquella parte de la ciudad que estaba repleta de gente a esas horas, gente que no convenía que te encontrarás...más que nada por éstas, no quería problemas y allí olía precisamente a eso...le perjudicaría, quería tranquilidad, perderse en la suavidad de las sabanas de seda color borgoña que vestían su propia cama del burdel. Cabe decir, que tenía una de las mejores...él mismo se lo había ganado y pagado a la madame, desde el primer momento y es que el dinero podía con cualquier cosa.
Alumbrado de forma más notable que los demás establecimientos, el burdel se veía a lo largo de la calle, una breve sonrisa apareció en su rostro...notando como poco a poco se acercaba a ese lugar que tanto dinero como en contadas, muy contadas ocasiones le daba... oía risas de fondo, murmullos intendibles y lo mejor de todo, aquellos ruidos callejeros... esos maullidos que no podía hacer otra cosa que buscar de donde procedían, le gustaban demasiado los felinos y por primera vez se preguntó porque aún no tenía uno. Se detuvo un instante en seco al volver la mirada hacia el frente... observando que en un lateral había una silueta, no parecía estar de pie y era como ¿si estuviese abrazada así misma? Más curiosidad que otra cosa... acortó la distancia caminando un tanto más rápido pero igual de sigiloso que solía ser, no le gustaba hacerse notar si no era necesario y en ese momento era uno de esos. Un par de metros...una chica joven que no podía ser otra cosa que lo que en su mente estaba rondando ¿parecía asustada? miles de preguntas agolparon su cabeza...
-Signorina... no creeis que... ¿no es un buen sitio para tomar asiento? Si lo deseais podeis entrar a tomar una copa, yo invito..-su voz apenas era un susurro, aterciopelada y llena de seguridad, pero algo más le llamó la atención tenía un minino entonces no era en absoluto una cortesana o tal vez sí, ¡que dilema, diablos!. Se acercó lentamente para que la chica no se asustase, de momento no parecía peligroso...si no le hubiese hecho algo ¿no es así?, se inclinó lo suficiente como para tocar al gatito en el cogote y quedar inclinado, observándola más de cerca- ¿Qué os ocurre?
Había descubierto no hace mucho, un atajo...tenía que pasar por calles estrechas pero al menos no tenía que cruzar la plaza y aquella parte de la ciudad que estaba repleta de gente a esas horas, gente que no convenía que te encontrarás...más que nada por éstas, no quería problemas y allí olía precisamente a eso...le perjudicaría, quería tranquilidad, perderse en la suavidad de las sabanas de seda color borgoña que vestían su propia cama del burdel. Cabe decir, que tenía una de las mejores...él mismo se lo había ganado y pagado a la madame, desde el primer momento y es que el dinero podía con cualquier cosa.
Alumbrado de forma más notable que los demás establecimientos, el burdel se veía a lo largo de la calle, una breve sonrisa apareció en su rostro...notando como poco a poco se acercaba a ese lugar que tanto dinero como en contadas, muy contadas ocasiones le daba... oía risas de fondo, murmullos intendibles y lo mejor de todo, aquellos ruidos callejeros... esos maullidos que no podía hacer otra cosa que buscar de donde procedían, le gustaban demasiado los felinos y por primera vez se preguntó porque aún no tenía uno. Se detuvo un instante en seco al volver la mirada hacia el frente... observando que en un lateral había una silueta, no parecía estar de pie y era como ¿si estuviese abrazada así misma? Más curiosidad que otra cosa... acortó la distancia caminando un tanto más rápido pero igual de sigiloso que solía ser, no le gustaba hacerse notar si no era necesario y en ese momento era uno de esos. Un par de metros...una chica joven que no podía ser otra cosa que lo que en su mente estaba rondando ¿parecía asustada? miles de preguntas agolparon su cabeza...
-Signorina... no creeis que... ¿no es un buen sitio para tomar asiento? Si lo deseais podeis entrar a tomar una copa, yo invito..-su voz apenas era un susurro, aterciopelada y llena de seguridad, pero algo más le llamó la atención tenía un minino entonces no era en absoluto una cortesana o tal vez sí, ¡que dilema, diablos!. Se acercó lentamente para que la chica no se asustase, de momento no parecía peligroso...si no le hubiese hecho algo ¿no es así?, se inclinó lo suficiente como para tocar al gatito en el cogote y quedar inclinado, observándola más de cerca- ¿Qué os ocurre?
Bruno Machiavelli- Prostituta Clase Baja
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Sáb Oct 08, 2011 4:42 pm
Miraba al hombre de cabellos oscuros ondulados que se arremolinaban en su corta cabellera entre las orejas. Tuvo la valentía de llegar al cogote de Artemis para acariciarle suavemente en lo que Artemis reacciono con un suave ronroneo, moviendo su pequeña cabecita de lado a lado en busca de mas caricias del extraño que la miraba muy de cerca, lo suficiente como para poder oler de nuevo aquel aroma que desprendía de él y que poco a poco le recordaba a cierto lugar el cual solía frecuentar a menudo. Sentada en el frío suelo pétreo de París, miro a los ojos a aquel hombre-Monsieur...tiene razón...-Dijo moviendo sus labios lentamente en una perfecta dicción francesa-Solamente descansaba de estar de pie....las calles de París...-sonrió con aire pícaro a la vez que acercaba su pequeña pálida nariz al cuello de aquel hombre para saber de dónde provenía aquel olor exótico a perfume, para después ir de arriba abajo con delicados besos y separarse lentamente para morderse el labio inferior, mirándole fijamente a esos ojos verdes que la miraban aun de cerca-Suelen perderse las más bellas flores...y ...-Guiñó un ojo a aquel hombre, para después acariciar como si nada hubiera pasado el suave pelaje del pequeño felino que llevaba en brazos
-Estaba cansada...-Miró de reojo al hombre de cabellos oscuros y se mordió el labio inferior, jugueteando en sus pensamientos si habría alguna posibilidad de salir de los callejones. El lugar era algo aterrador a estas horas de la noche, no sabía porque o simplemente se lo imaginaba, pero no quería estar más en las calles, sola y deambulando por doquier. Volvió su mirada al hombre y le dedico una sonrisa juguetona, con lo que se acerco lentamente al hombre para acurrucarse en su pecho junto con el minino entre sus brazos.-Seguro que alguien como usted...-miraba al hombre a los ojos, no podía apartar sus ojos azules de aquellos ojos de mar-sabe el camino hacia donde los sentidos pueden dilatarse con tan solo una noche de pura fogosidad...-Dijo susurrando cerca del oído de aquel hombre para hacerle cosquillas con un suave soplo de sus labios.
Era extraño. Ya no se sentía aterrada, es más, estaba como si estuviera dándose un baño de sales dentro de su alcoba, con sales de rosas silvestres relajando cada tensión que hubiese por el resto de su cuerpo. Algo hizo que los nervios de toda una larga caminata, pérdida entre rincones y laberintos de París, cayera en tan solo unos minutos en brazos de algo cálido que la mecían con calma. Artemis se revolvía encima de Perçelínne para poder captar su atención, consiguiéndolo y así Perçelinne miro al felino apartando su concentración del hombre misterioso. Para ella cada persona tenía su misterio y de este hombre la descubriría, de eso trabajaba ella.
Miró al minino y después al hombre de nuevo mientras colocaba a Artemis sobre su hombro.- ¿O he de equivocarme en mis predicciones?-Dijo algo coqueta con su usual acento francés. En un abrir y cerrar de ojos, Artemis se puso nervioso. Bufaba y se revolvía entre los brazos de Perçelínne, pero esta no le soltaba, de hecho intentaba calmarlo con suaves caricias, pero Artemis salto de los brazos de Perçelínne en busca de la captura de un roedor que andaba cerca. Las uñas de Artemis rozaron levemente la piel de Perçelínne, pero apenas le hicieron un corte profundo, tan solo dos raspaduras yacían frescas en su pálido antebrazo. Juro haber dicho maldiciones, sapos y salamandras casi en susurros, pero de su bolso de mano a juego con su vestido, saco un hermoso pañuelo estampado con flores de Lys. Se limpio por encima la herida y cuando miro al hombre se encogió de hombros y sonrió ampliamente-C'est un peu impulsive parfois, mais N'A PAS PARCE....... ¡obtenir ceci!-{*}Dijo en francés de repente, le había salido del alma al encontrarse los arañazos de Artemis sobre su piel. Miró su herida y suspira profundamente a la vez que se limpiaba sin mas nada que hacer. Maldito felino, se enteraría lo que era un buen castigo.
*Es un poco impulsivo a veces.......¡PERO NO TENIA PORQUE HACERME ESTO!
-Estaba cansada...-Miró de reojo al hombre de cabellos oscuros y se mordió el labio inferior, jugueteando en sus pensamientos si habría alguna posibilidad de salir de los callejones. El lugar era algo aterrador a estas horas de la noche, no sabía porque o simplemente se lo imaginaba, pero no quería estar más en las calles, sola y deambulando por doquier. Volvió su mirada al hombre y le dedico una sonrisa juguetona, con lo que se acerco lentamente al hombre para acurrucarse en su pecho junto con el minino entre sus brazos.-Seguro que alguien como usted...-miraba al hombre a los ojos, no podía apartar sus ojos azules de aquellos ojos de mar-sabe el camino hacia donde los sentidos pueden dilatarse con tan solo una noche de pura fogosidad...-Dijo susurrando cerca del oído de aquel hombre para hacerle cosquillas con un suave soplo de sus labios.
Era extraño. Ya no se sentía aterrada, es más, estaba como si estuviera dándose un baño de sales dentro de su alcoba, con sales de rosas silvestres relajando cada tensión que hubiese por el resto de su cuerpo. Algo hizo que los nervios de toda una larga caminata, pérdida entre rincones y laberintos de París, cayera en tan solo unos minutos en brazos de algo cálido que la mecían con calma. Artemis se revolvía encima de Perçelínne para poder captar su atención, consiguiéndolo y así Perçelinne miro al felino apartando su concentración del hombre misterioso. Para ella cada persona tenía su misterio y de este hombre la descubriría, de eso trabajaba ella.
Miró al minino y después al hombre de nuevo mientras colocaba a Artemis sobre su hombro.- ¿O he de equivocarme en mis predicciones?-Dijo algo coqueta con su usual acento francés. En un abrir y cerrar de ojos, Artemis se puso nervioso. Bufaba y se revolvía entre los brazos de Perçelínne, pero esta no le soltaba, de hecho intentaba calmarlo con suaves caricias, pero Artemis salto de los brazos de Perçelínne en busca de la captura de un roedor que andaba cerca. Las uñas de Artemis rozaron levemente la piel de Perçelínne, pero apenas le hicieron un corte profundo, tan solo dos raspaduras yacían frescas en su pálido antebrazo. Juro haber dicho maldiciones, sapos y salamandras casi en susurros, pero de su bolso de mano a juego con su vestido, saco un hermoso pañuelo estampado con flores de Lys. Se limpio por encima la herida y cuando miro al hombre se encogió de hombros y sonrió ampliamente-C'est un peu impulsive parfois, mais N'A PAS PARCE....... ¡obtenir ceci!-{*}Dijo en francés de repente, le había salido del alma al encontrarse los arañazos de Artemis sobre su piel. Miró su herida y suspira profundamente a la vez que se limpiaba sin mas nada que hacer. Maldito felino, se enteraría lo que era un buen castigo.
*Es un poco impulsivo a veces.......¡PERO NO TENIA PORQUE HACERME ESTO!
Perçelínne Grace- Mensajes : 59
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Mar Oct 11, 2011 11:22 am
Todas sus preguntas sin respuesta tomaron una única para saber que sí que era una de sus compañeras la cual no tenía el gusto en conocer, tenía buena memoria y ese bello rostro no formaba parte de sus recuerdos, pero no debía arriesgarse...solo esperar a ver qué ocurría porque no precisamente debía de ser una de ellas, quizás buscaba algo más por esos callejones... y estaba cerca de descubrirlo. Sus ojos verdes se entrecerraron a los besos que ella le ofrecía que de forma instintiva uno de sus brazos lo pasó por la esbelta cintura de la joven que no se encontraba sola, pero sí a la vez. Lo que sí le quedó claro era el acercamiento como el alejamiento que ella le ofrecía...estaba muy cerca de ella tanto de lo que aquel felino podía permitirle, aún que ella se apartase pero como lo dicho, siempre volvía a retomar aquel primer contacto.
-Alguien como yo tened por seguro que no solo os haría experimentar una noche de fogosidad, si no más que eso, es mucho más... es darlo todo y no todo a la vez, es una sensación pero mil...es...algo que no puedo describir con palabras pero que sin embargo sabemos de lo que estoy hablando o acaso... ¿nadie os ha causado eso que describo?-eran sus labios ahora los que se acercaron a la piel ajena, la cual acarició con su aliento pero sin llegar a tocarlos, sonrió de forma apenas perceptible y miró hacia otro lado apoyando su mejilla contra la sien de la joven que parecía poner en duda aquellas preguntas de curiosidad o esperando por supuesto que él se lo demostrase de la única manera que se le ocurría-Debo decir, que si pone en duda mis habilidades no puedo ofreceros nada menos...si alguien se interpone entre los dos, decidme ragazza... ¿qué estais buscando en un callejón con un minino que no os deja a sol ni a sombra? en este caso... a sombra...
Se apartó justo antes de que el gato saltase, pero ella en cambio se llevó la peor parte... no entendió ni una palabra de su exclamación, había hablado demasiado deprisa para sus conocimientos de la lengua francesa...y ahora sí que estaba totalmente perdido. Instinto o no...tomó con suma suavidad el brazo de la chica francesa, llevándoselo a los labios primero pasó el dedo pulgar por la herida de forma suave para después inclinarse y lamer toda ésta, aquel brazo no la soltó de la cintura, la tenía completamente pegada a él y curándola a su propia manera . Sus ojos verdes lo dijeron todo en silencio, le escocería unos minutos luego seguramente ni se acordaría... finalmente, optó por soplarle de forma muy lenta, esperando que no solo le calmase si no que también su piel se erizase, adoraba ese toque de las chicas...como podía hacer que se estremeciesen levemente entre sus brazos, como siempre terminaban muy cerca de él.
-¿Mejor? Es el ritual de cuando las gatitas me arañan, suelen ser muy traviesas... lástima que no pueda corroborar que vuestra herida sea mi culpa, gato travieso... ¿Lo había dicho por él o por el minino de ella? a saber, Bruno lo dejó en el aire, sonriendo después de nuevo, sin soltarla...y con los labios entreabiertos esperando...de nuevo tuvo que preguntarlo -¿Os habeis perdido? ¿Estais lejos de vuestro hogar? O acaso ... ¿buscais con quién divertiros? o mejor ¿me estabais esperando? No soy puntual, pero...sí selectivo y espero que sepais a qué me refiero...-soltó su brazo para tomarla de la mano y besar sus nudillos, seguido de un guiño de ojo...poco a poco también aflojó su agarre. ¿Quién de los dos felinos era el más travieso?
-Alguien como yo tened por seguro que no solo os haría experimentar una noche de fogosidad, si no más que eso, es mucho más... es darlo todo y no todo a la vez, es una sensación pero mil...es...algo que no puedo describir con palabras pero que sin embargo sabemos de lo que estoy hablando o acaso... ¿nadie os ha causado eso que describo?-eran sus labios ahora los que se acercaron a la piel ajena, la cual acarició con su aliento pero sin llegar a tocarlos, sonrió de forma apenas perceptible y miró hacia otro lado apoyando su mejilla contra la sien de la joven que parecía poner en duda aquellas preguntas de curiosidad o esperando por supuesto que él se lo demostrase de la única manera que se le ocurría-Debo decir, que si pone en duda mis habilidades no puedo ofreceros nada menos...si alguien se interpone entre los dos, decidme ragazza... ¿qué estais buscando en un callejón con un minino que no os deja a sol ni a sombra? en este caso... a sombra...
Se apartó justo antes de que el gato saltase, pero ella en cambio se llevó la peor parte... no entendió ni una palabra de su exclamación, había hablado demasiado deprisa para sus conocimientos de la lengua francesa...y ahora sí que estaba totalmente perdido. Instinto o no...tomó con suma suavidad el brazo de la chica francesa, llevándoselo a los labios primero pasó el dedo pulgar por la herida de forma suave para después inclinarse y lamer toda ésta, aquel brazo no la soltó de la cintura, la tenía completamente pegada a él y curándola a su propia manera . Sus ojos verdes lo dijeron todo en silencio, le escocería unos minutos luego seguramente ni se acordaría... finalmente, optó por soplarle de forma muy lenta, esperando que no solo le calmase si no que también su piel se erizase, adoraba ese toque de las chicas...como podía hacer que se estremeciesen levemente entre sus brazos, como siempre terminaban muy cerca de él.
-¿Mejor? Es el ritual de cuando las gatitas me arañan, suelen ser muy traviesas... lástima que no pueda corroborar que vuestra herida sea mi culpa, gato travieso... ¿Lo había dicho por él o por el minino de ella? a saber, Bruno lo dejó en el aire, sonriendo después de nuevo, sin soltarla...y con los labios entreabiertos esperando...de nuevo tuvo que preguntarlo -¿Os habeis perdido? ¿Estais lejos de vuestro hogar? O acaso ... ¿buscais con quién divertiros? o mejor ¿me estabais esperando? No soy puntual, pero...sí selectivo y espero que sepais a qué me refiero...-soltó su brazo para tomarla de la mano y besar sus nudillos, seguido de un guiño de ojo...poco a poco también aflojó su agarre. ¿Quién de los dos felinos era el más travieso?
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Mar Oct 11, 2011 4:45 pm
En cinco segundos, corchos de vino, gritos, rumores, se quedaron en silencio para que los latidos secos del aceleramiento de Perçelínne tuvieran eco en el amplio techo de la noche oscura de París, con susurros suaves sobre su piel de porcelana que la hicieron estremecer de arriba abajo, abriendo aquellos labios enlosados de carmín rosado que miraron hacia las estrellas en cuanto su cabeza se echo hacia atrás para dejar espacio a la brisa que salió de los labios del hombre. Que hombre...Tenía que tener el talento de Dionisio, o algún don natural para hacer que su cuerpo temblara bajo su toque, aunque...el roce de su lengua sobre los cortes de sangre fresca que Artemis, el pobre minino ahora estaría perdido sin más por las calles en la oscura noche, le había dejado de recuerdo sobre su piel. Tuvo que negar cual pequeña inocente frente a alguien de insinuante atracción, negándole la respuesta porque ella tampoco sabía porque había ido a la iglesia, porque había pasado por el orfanato, porque había pasado por la tienda de ropa de una importante marca.
Quieta y mirando a esos ojos verdes mientras se dejaba llevar de la sensación del agarre del misterioso hombre de cabellos oscuros, lamiéndose mientras escuchaba sus palabras los labios lentamente por mero instinto profesional. Hubo un cierto escozor sobre su herida, el cual la profundidad de aquella mirada hizo que se olvidara, que solo se fijara en él y en el momento que podría desencadenarse en cualquier momento. -¿Mejor dice?-Soltó divertida, con cierto aire pícaro en la voz, como invitándole dentro de un juego que podría resultar un tanto divertido para ambos. Solamente no pudo evitar sonreír dulce y afable ante la carrera de preguntas formuladas en tan solo un instante, pero cuando fue separándose de él, el frio volvió a su cuerpo, sintiendo el escalofrió de aquel beso en sus nudillos que después la mano fue junto con la otra al vestido para volver a recolocárselo poco a poco, mientras mantenía fija su mirada en el mar de aquellos ojos masculinos.
-Tan solo busco el lugar en el cual...solo puedo llamar como mi propio hogar...pero-Dijo con suavidad, procurando dejar en silencio por unos segundo el ambiente-Estas calles son laberínticas y es fácil perderse...aunque..-Termino por morderse el labio inferior mientras se acercaba de nuevo al hombre mientras posaba sus manos sobre su cintura, acariciándolas tentadoramente en un divertido juego que, lentamente subía y bajaba por los costados-Te puedes encontrar cosas jamás exploradas por el ser humano...-le guiño un ojo en un suspiro-o tal y como dice usted...en busca de algo divertido que hacer...-Ladeaba, jugaba con gestos y movimientos sensuales mientras miraba al hombre a la vez que se acercaba a él, hasta acorralarlo contra la pared y besar su mentón con una pequeña reseña de una barba de hace unos días.
Quieta y mirando a esos ojos verdes mientras se dejaba llevar de la sensación del agarre del misterioso hombre de cabellos oscuros, lamiéndose mientras escuchaba sus palabras los labios lentamente por mero instinto profesional. Hubo un cierto escozor sobre su herida, el cual la profundidad de aquella mirada hizo que se olvidara, que solo se fijara en él y en el momento que podría desencadenarse en cualquier momento. -¿Mejor dice?-Soltó divertida, con cierto aire pícaro en la voz, como invitándole dentro de un juego que podría resultar un tanto divertido para ambos. Solamente no pudo evitar sonreír dulce y afable ante la carrera de preguntas formuladas en tan solo un instante, pero cuando fue separándose de él, el frio volvió a su cuerpo, sintiendo el escalofrió de aquel beso en sus nudillos que después la mano fue junto con la otra al vestido para volver a recolocárselo poco a poco, mientras mantenía fija su mirada en el mar de aquellos ojos masculinos.
-Tan solo busco el lugar en el cual...solo puedo llamar como mi propio hogar...pero-Dijo con suavidad, procurando dejar en silencio por unos segundo el ambiente-Estas calles son laberínticas y es fácil perderse...aunque..-Termino por morderse el labio inferior mientras se acercaba de nuevo al hombre mientras posaba sus manos sobre su cintura, acariciándolas tentadoramente en un divertido juego que, lentamente subía y bajaba por los costados-Te puedes encontrar cosas jamás exploradas por el ser humano...-le guiño un ojo en un suspiro-o tal y como dice usted...en busca de algo divertido que hacer...-Ladeaba, jugaba con gestos y movimientos sensuales mientras miraba al hombre a la vez que se acercaba a él, hasta acorralarlo contra la pared y besar su mentón con una pequeña reseña de una barba de hace unos días.
Perçelínne Grace- Mensajes : 59
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Edad : 31
Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Jue Oct 13, 2011 12:07 pm
A veces no siempre era todo lo que parecía, delante de él tenía el claro ejemplo...sí, aquella chica con aire inocente no era tal, esa manera de mirarlo... y como se había aventurado a tocarlo, no era menos y también aprovechó para insinuarse lo suficiente para ver en los ojos ajenos esa expresión que tanto le gustaba que no era otra que necesidad por él, se sentía tan poderoso cuando notaba como el cuerpo ajeno se estremecía, sonrió uniéndose a su juego, era el de siempre y no le costaba para nada seguirlo, tenía ese don único y especial para atraer ese tipo de situaciones, no iba a sonrojarse...ni cuando estaba en el momento culminante lo hacía porque él no hacía esas cosas, él se hacía notar...dejar su esencia para que la recordasen, que creyesen que alguna vez lo habían tenido cerca pero nunca tenerle en el buen sentido de la palabra.
-Error, nunca busques algo al que llamar hogar ¿para qué afincarte en un sitio en concreto? Busca otros...porque quién sabe, pueden que te gusten más ¿no lo crees? Y si quieres que te haga de guía por estas calles lo haré, solo tienes que pedirlo-se dejó hacer facilitándole el momento de ser acorralado, sus dos manos quedaron apoyadas en los ladrillos del callejón a la altura de su cabeza como si en efecto le hubiese atrapado, no dijo nada pero la intensidad de su mirada lo dijo todo-Creeis que no he sido explorado antes...claro que no es eso...¿pero acaso me vais a explorar? quiero ver como, quizás pueda seguir tu juego, pero tengo que advertirte de algo muy importante -uno de sus índices la señaló sin separar la mano de la pared y que lo tuviese bien claro -¿Cómo que? Yo no veo nada divertido que hacer por aquí ¿o tal vez sí? no sé, no sé, como bien he dicho tengo que averiguarlo y no os será fácil, yo no soy nada fácil... mi camino al burdel ha sido bloqueado, dame un motivo para no seguirlo...en cambio tendré que ser yo quién os bloquee a vos, yo no me ando con rodeos... no soy presa fácil, no soy como vos -lo había dejado claro, él no era como un cortesano normal...porque era evidente que si no le daba un motivo por el cual quedarse, cogería de nuevo sus pasos y se marcharía, así es Bruno Machiavelli...
Sus ojos verdes se clavaron en ella como dagas, él había cortado todo contacto directo con la chica, estaba esperando un paso por su parte, había tomado las riendas pero él quería ver más... no era sumiso, pocas veces lo había sido, él lo quería todo, quería tener todo lo que pudiese obtener y ver que en efecto una persona podía dárselo, podría ser como un examen y así era... la miraba con una sonrisa de autosuficiencia de lo más divertida, como le encantaba jugar...pocos habían seguido su ritmo pero en cambio, el cortesano podía seguir cualquier cosa... porque pasase lo que pasase nadie lo olvidaba nunca, jamás, tenía esa huella que dejaba marcada...¿sería capaz la joven de demostrárselo? Todo estaba por ver.
-Error, nunca busques algo al que llamar hogar ¿para qué afincarte en un sitio en concreto? Busca otros...porque quién sabe, pueden que te gusten más ¿no lo crees? Y si quieres que te haga de guía por estas calles lo haré, solo tienes que pedirlo-se dejó hacer facilitándole el momento de ser acorralado, sus dos manos quedaron apoyadas en los ladrillos del callejón a la altura de su cabeza como si en efecto le hubiese atrapado, no dijo nada pero la intensidad de su mirada lo dijo todo-Creeis que no he sido explorado antes...claro que no es eso...¿pero acaso me vais a explorar? quiero ver como, quizás pueda seguir tu juego, pero tengo que advertirte de algo muy importante -uno de sus índices la señaló sin separar la mano de la pared y que lo tuviese bien claro -¿Cómo que? Yo no veo nada divertido que hacer por aquí ¿o tal vez sí? no sé, no sé, como bien he dicho tengo que averiguarlo y no os será fácil, yo no soy nada fácil... mi camino al burdel ha sido bloqueado, dame un motivo para no seguirlo...en cambio tendré que ser yo quién os bloquee a vos, yo no me ando con rodeos... no soy presa fácil, no soy como vos -lo había dejado claro, él no era como un cortesano normal...porque era evidente que si no le daba un motivo por el cual quedarse, cogería de nuevo sus pasos y se marcharía, así es Bruno Machiavelli...
Sus ojos verdes se clavaron en ella como dagas, él había cortado todo contacto directo con la chica, estaba esperando un paso por su parte, había tomado las riendas pero él quería ver más... no era sumiso, pocas veces lo había sido, él lo quería todo, quería tener todo lo que pudiese obtener y ver que en efecto una persona podía dárselo, podría ser como un examen y así era... la miraba con una sonrisa de autosuficiencia de lo más divertida, como le encantaba jugar...pocos habían seguido su ritmo pero en cambio, el cortesano podía seguir cualquier cosa... porque pasase lo que pasase nadie lo olvidaba nunca, jamás, tenía esa huella que dejaba marcada...¿sería capaz la joven de demostrárselo? Todo estaba por ver.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Vie Oct 14, 2011 1:04 pm
Si, una noche llena de riesgo y aventuras, que estaban por llegar crecían a cada segundo, impregnando a Perçelínne de unos ánimos los cuales se había olvidado con la persecución por aquellos laberintos que dejo atrás. ¿Acaso el hombre que la miraba quería jugar? Vamos, estaría lista para aguantar unas risas, pero aun sabiendo del que avisa no es traidor. Aquella mirada fija en los celestes de Perçelínne evitaron cualquier gemido ahogado en el tumultuoso peso del miedo, del pavor, mostrando unos pasos hacia atrás y un encogimiento de hombros, cruzada de brazos y un...dedo posado con delicadeza sobre sus labios rosados, mostrando... ¿Inocencia o simplemente el ronroneo de “Oh...mon dieu...”? Con una sonrisa juguetona sobre el rostro de la chica, esta levanto el bajo de la falda hasta media altura de su esbeltas y suaves piernas, aquellas con las que apoyaba aleatoriamente sus caderas en un sugerente juego divertido que a menudo ofrecía a las vistas viciosas de los numerosos clientes que venían al burdel, sin rodeos, pero lo que vio en sus labios, lo que escucho de sus labios hizo que sonriera mientras aun movía las caderas de un lado a otro, deslizando por los lados ambas manos con un sutil acercamiento a la delicadeza de una caricia sobre un cuerpo desnudo, acercándose al hombre desconocido aún para su memoria.
Quedando a un milímetro cerca de él, mordiendo suavemente el labio carnoso de él a lo que añadió un suave tirón. El dedo pálido de Perçelínne sobre el mordisquito juguetón que ofreció lentamente a aquel hombre, aún, quedándose tentadoramente cerca de los rizos oscuros, enredados entre sí, con el liso extendido de ella misma-Monsieur...esta muy en lo cierto....-lo miro altiva, orgullosa con una sonrisa aplicada al juego de la lujuria que en eso era algo que sabía hacer de sobra y el mismo dedo levantando el mentón de el mismo-Podría tener beneficios en querer algún trato conmigo...¿sabe?-Era algo que podría añadir una coletilla de palabras, gentilmente con un rostro inocente pero falsamente se veía que quería jugar-Las flores...son más solicitadas en cuanto a su nivel de fragilidad, a alguna señal que muestren querer ser...domadas por la pasión masculina a su lado....-ladeo el rostro con una sonrisa aun más abierta, posando sus manos sobre el pecho de este, abriendo la camisa de golpe dejando a la vista su pecho con algún que otro vello.
Apoyó su corto escote cerca de él, sus labios rozaban la barba de este, algo descubierto a la vez que podría decirse, que encendía la dinamita posando una de sus suaves manos en la entrepierna de este, con cuidado claro, no querría que se alejara cuando la fiesta estaba a punto de comenzar para dar un toque pintoresco a lo que era perderse en mitad de la noche, envuelta de sombras y silencio con lo que sería entonces ideal el devolver el aroma del que cada extranjero o parisino amaba de París. París, la ciudad del amor. Algo que en ello le gustaba es que encontrabas siempre cualquier cosa relacionado con el amor, las caricias de una madre a un hijo, amor; el evento importante celebrado en las iglesias, con gente vestidos con maravillosas galas de blanco, una boda....Igual se combinaba el amor con unos datos fiscales. Lo miraba ahora, mordiéndose suavemente su labio inferior, con una mano en su pecho tirando y jugando con el vello de aquel pecho de tez aceitunado, a la vez que se deshacía de su cabello recogido en un escueto moño sencillo, mostrando una cabellera dorada cual rayos de sol, rizos por habérselo recogido en un estado aun no seco del todo, pero todo le sentía, cualquier modo de verse frente al espejo, estaba espléndida.
Quedando a un milímetro cerca de él, mordiendo suavemente el labio carnoso de él a lo que añadió un suave tirón. El dedo pálido de Perçelínne sobre el mordisquito juguetón que ofreció lentamente a aquel hombre, aún, quedándose tentadoramente cerca de los rizos oscuros, enredados entre sí, con el liso extendido de ella misma-Monsieur...esta muy en lo cierto....-lo miro altiva, orgullosa con una sonrisa aplicada al juego de la lujuria que en eso era algo que sabía hacer de sobra y el mismo dedo levantando el mentón de el mismo-Podría tener beneficios en querer algún trato conmigo...¿sabe?-Era algo que podría añadir una coletilla de palabras, gentilmente con un rostro inocente pero falsamente se veía que quería jugar-Las flores...son más solicitadas en cuanto a su nivel de fragilidad, a alguna señal que muestren querer ser...domadas por la pasión masculina a su lado....-ladeo el rostro con una sonrisa aun más abierta, posando sus manos sobre el pecho de este, abriendo la camisa de golpe dejando a la vista su pecho con algún que otro vello.
Apoyó su corto escote cerca de él, sus labios rozaban la barba de este, algo descubierto a la vez que podría decirse, que encendía la dinamita posando una de sus suaves manos en la entrepierna de este, con cuidado claro, no querría que se alejara cuando la fiesta estaba a punto de comenzar para dar un toque pintoresco a lo que era perderse en mitad de la noche, envuelta de sombras y silencio con lo que sería entonces ideal el devolver el aroma del que cada extranjero o parisino amaba de París. París, la ciudad del amor. Algo que en ello le gustaba es que encontrabas siempre cualquier cosa relacionado con el amor, las caricias de una madre a un hijo, amor; el evento importante celebrado en las iglesias, con gente vestidos con maravillosas galas de blanco, una boda....Igual se combinaba el amor con unos datos fiscales. Lo miraba ahora, mordiéndose suavemente su labio inferior, con una mano en su pecho tirando y jugando con el vello de aquel pecho de tez aceitunado, a la vez que se deshacía de su cabello recogido en un escueto moño sencillo, mostrando una cabellera dorada cual rayos de sol, rizos por habérselo recogido en un estado aun no seco del todo, pero todo le sentía, cualquier modo de verse frente al espejo, estaba espléndida.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Lun Oct 17, 2011 12:19 pm
Si no estaba viendo bien, cosa que dudaba bastante... ¿estaba haciendo el mismo rito que ejercía sobre esos hombres deseosos de carne femenina? Estaba claro que no había captado el mensaje, ni lo más mínimo porque desde que sintió la presión de las caderas ajenas haciendo ese juego que conocía tan bien, la miró de una manera fría y nada sorprendida. No lo había entendido, claro que no...pero eso de "Podría tener ciertos beneficios", le hizo prestar más atención, seguramente fuese al revés y cierto era que no la conocía como para pensar así , sin más pero si algo no le fallaba era su sexto sentido para estas cosas. La miró de forma intensa a los ojos , no le hizo falta que ella le obligase...pero no había cambiado nada en absoluto, se podría decir que incluso sus orbes verdes se volvieron en un tono más claro, las cuales con la poca luz que los iluminaba los hacía brilla de forma intensa.
-¿A qué os referís con eso del beneficio? Quién sabe, a lo mejor el papel es el contrario...-mueve las caderas tan solo una vez contra la chica para ver que él sí que también sabe jugar-Vais por mal camino, signorina...creo que no se me ha entendido bien, ¿estais insinuando que esta pequeña flor desea ser domada?-enarcó una ceja dejando los labios entreabiertos y haciendo ademán de besarla pero sin llegar a hacerlo, se inclinó lo suficiente como para hablarle directamente sobre su boca y que ella notase el aliento quemarle la piel aún sin hacer nada.
Antes de realizar cualquier movimiento, observó cada uno de sus movimientos...la tenía bien pegada hacia sí y perfecto, aquella cabellera parecía pequeños hilos de oro ondeando con mucha suavidad por el ambiente, como llegarle el olor que ésta desprendía. Una de sus manos abandonó la pared para tomarla de la nuca con firmeza, había llegado la hora de mostrarle de que iba aquel juego. Rápidamente los papeles se intercambiaron, siendo ella la que quedase apoyada en la pared, seguro que al sentir el frío de la pared toda su piel se le erizaría y se sentiría totalmente perdida, perdida ante sus encantos... su duro y caliente cuerpo, apretó el suyo de tal forma que no quisiese ni pudiese moverse. Cerró los ojos un momento y se empezó a reír... porque antes de que ella pudiese replicarle o romper el momento con sus palabras que ahora seguramente carecerían de sentido y fuesen totalmente innecesarias. La misma mano de su nuca, navegó hasta su cuello el cual apretó de forma firme, lo suficiente como para que no pudiese hablar... ahora el juego se había tornado y cambiado a uno completamente diferente... lo que no quería decir que no fuese provocador-¿Lo sientes? Vamos...dímelo, demuéstramelo, a esto se le llama jugar...-fue notar como la espalda de la chica chocaba contra el callejón para excitarse lo suficiente y ella lo notase, haciendo un poco más de presión en un punto en especial -Dudo que sepas jugar a mi juego... dime lo que puedas ofrecerme o el beneficio que según tú podría tener y entonces puede que sigamos jugando si no, puedes seguir probando suerte y buscar a otros que no te podrán dar ni la mínima parte de lo que yo puedo darte, lo sabes y lo sé pero eso no importa ahora...-su aliento chocaba contra aquellos labios y la lengua terminó por dibujarlos, de forma suave y lenta , sin prisa . Una vez lo hizo suspiró dejando escapar una risa después soltándola un tanto, para que ella pudiese expresarse...desde luego era diferente seguro a cualquier hombre que le hubiese rondado...solo que esta vez ella había sido la que se había acercado a él.
-¿A qué os referís con eso del beneficio? Quién sabe, a lo mejor el papel es el contrario...-mueve las caderas tan solo una vez contra la chica para ver que él sí que también sabe jugar-Vais por mal camino, signorina...creo que no se me ha entendido bien, ¿estais insinuando que esta pequeña flor desea ser domada?-enarcó una ceja dejando los labios entreabiertos y haciendo ademán de besarla pero sin llegar a hacerlo, se inclinó lo suficiente como para hablarle directamente sobre su boca y que ella notase el aliento quemarle la piel aún sin hacer nada.
Antes de realizar cualquier movimiento, observó cada uno de sus movimientos...la tenía bien pegada hacia sí y perfecto, aquella cabellera parecía pequeños hilos de oro ondeando con mucha suavidad por el ambiente, como llegarle el olor que ésta desprendía. Una de sus manos abandonó la pared para tomarla de la nuca con firmeza, había llegado la hora de mostrarle de que iba aquel juego. Rápidamente los papeles se intercambiaron, siendo ella la que quedase apoyada en la pared, seguro que al sentir el frío de la pared toda su piel se le erizaría y se sentiría totalmente perdida, perdida ante sus encantos... su duro y caliente cuerpo, apretó el suyo de tal forma que no quisiese ni pudiese moverse. Cerró los ojos un momento y se empezó a reír... porque antes de que ella pudiese replicarle o romper el momento con sus palabras que ahora seguramente carecerían de sentido y fuesen totalmente innecesarias. La misma mano de su nuca, navegó hasta su cuello el cual apretó de forma firme, lo suficiente como para que no pudiese hablar... ahora el juego se había tornado y cambiado a uno completamente diferente... lo que no quería decir que no fuese provocador-¿Lo sientes? Vamos...dímelo, demuéstramelo, a esto se le llama jugar...-fue notar como la espalda de la chica chocaba contra el callejón para excitarse lo suficiente y ella lo notase, haciendo un poco más de presión en un punto en especial -Dudo que sepas jugar a mi juego... dime lo que puedas ofrecerme o el beneficio que según tú podría tener y entonces puede que sigamos jugando si no, puedes seguir probando suerte y buscar a otros que no te podrán dar ni la mínima parte de lo que yo puedo darte, lo sabes y lo sé pero eso no importa ahora...-su aliento chocaba contra aquellos labios y la lengua terminó por dibujarlos, de forma suave y lenta , sin prisa . Una vez lo hizo suspiró dejando escapar una risa después soltándola un tanto, para que ella pudiese expresarse...desde luego era diferente seguro a cualquier hombre que le hubiese rondado...solo que esta vez ella había sido la que se había acercado a él.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Miér Oct 19, 2011 10:22 am
¿Pequeña flor? Estaba contra la pared, siento tocada por aquellos roces masculino que aquel hombre, aun no le había dicho su nombre.-Pareces que te gusta jugar duro...por tanto esa clase de juegos los conozco bastante bien...-Dijo con una voz suave a la que después se acerco al hombre y comenzó a besar sus labios poco a poco, mordiendo y jugando cada uno de los centímetros de aquel hombre de aspecto feroz y deseable por muchas mujeres que quizás estuvieran en un estado desesperado por acariciar un abdomen fuerte y fibroso-Por los pasos por los que habéis venido, se encuentra un mundo lleno de caricias...envueltas en sabanas de seda rosas, azules y de distintos colores que se enredan en los altos sentidos del placer...-dijo poco a poco mientras intentaba acercarse más a ese hombre que tan salvajemente la había acorralado contra la pared.
Miro a sus orbes verdes, fijamente hasta que más o menos pudo soltarse y moverse con facilidad, pero aun no se movía del sitio en el que estaba junto a aquel hombre-Creo no haberme presentado mi amigo feroz...-enfatizo las últimas palabras con un gesto divertido con las manos que imitaba a una gatita salvaje-Por tal...me llamo Perçelinne...-Iba a meter la pata en decir su nombre, aunque la verdad, carecía de importancia su apellido de cinco letras-¿Quién es el rey de los leones que con su presencia me ultraja, Monsieur?-Dijo ladeando su rostro un poco, mirando aún a esos ojos verdes que con una mano de Perçelinne sobre su nuca fue atrayéndolo hacia ella lentamente hasta poder rodearle el cuello con ambos brazos, apoyando su pequeño cuerpo contrastando con la anchura del hombre del cual se sujetaba en ese instante-O...le..-Iba a empezar a hablar de nuevo pero el maullido alto y sonoro de un gato retumbo en el eco de la noche. De una sonrisa juguetona, mirando a aquel hombre, paso a poner una cara de preocupación dirigiendo su mirada hacia dónde provino el grito-¿Artemis?-Dijo soltándose del cuello del hombre y se llevo las manos a sus labios, comenzando a comerse las uñas una por una, pensando si ir o no hasta el lugar de donde vino el grito.
Se separo un par de pies de aquel hombre y dio dos pasos hacia delante para mirar a ver si aparecía algún gato noruego blanco. No apareció ningún gato y comenzó a pensar en que algo podría haber pasado calles allá. No sabía qué hacer, había parado de morderse las uñas, aunque apenas las rozo con sus dientes. Un gesto de preocupación asomaba con mas alarma a la cara de Perçelinne, pero hizo un esfuerzo en andar hacia adelante, pero se detuvo para mirar al hombre-Yo...Disculpe...pero...-Tenía que tener mucha suerte y un milagro para que después de manosear a un hombre, dejarle con un cierto “calentón” reciente para preocuparse para un gato, le ayudara de buena gana a buscar al gato que se había ido de sus brazos protectores en busca de un ratón insignificante, pero en verdad, aunque el gato no le hablara le hacía mucha compañía en sus ratos en los que estaba sola, en los que pasaba horas sin hacer nada.
Con Artemis a su lado y con la bonificación que su madre le enviaba cada mes, bueno, se sentía satisfecha, pero si perdía a Artemis, podría ser un golpe muy duro-...mi gato...el que tenía en mis brazos-Hizo un gesto con los brazos imitando como si tuviera aire entre ellos y estuviera sujetando algún objeto inanimado invisible-El que se escapo...-señalo con un brazo en dirección por donde se fue momentos atrás-¿Podría ayudarme?-Miro con cierto temor al hombre asustada por si volvía a escuchar de nuevo algún que otro maullido en el eco de la noche-Yo...-Miro al hombre y de nuevo otro maullido retumbo en la noche, siendo mucho más aterrador que el anterior, giro su rostro alarmada, con los ojos abiertos como platos, como si estuviera viendo, sintiendo cerca la visita de una despedida de su pequeño compañero felino. No pudo aguantar a recibir una respuesta, podría resultar descortés pero una vida nunca puede esperar, porque si no, es demasiado tarde.
Miro a sus orbes verdes, fijamente hasta que más o menos pudo soltarse y moverse con facilidad, pero aun no se movía del sitio en el que estaba junto a aquel hombre-Creo no haberme presentado mi amigo feroz...-enfatizo las últimas palabras con un gesto divertido con las manos que imitaba a una gatita salvaje-Por tal...me llamo Perçelinne...-Iba a meter la pata en decir su nombre, aunque la verdad, carecía de importancia su apellido de cinco letras-¿Quién es el rey de los leones que con su presencia me ultraja, Monsieur?-Dijo ladeando su rostro un poco, mirando aún a esos ojos verdes que con una mano de Perçelinne sobre su nuca fue atrayéndolo hacia ella lentamente hasta poder rodearle el cuello con ambos brazos, apoyando su pequeño cuerpo contrastando con la anchura del hombre del cual se sujetaba en ese instante-O...le..-Iba a empezar a hablar de nuevo pero el maullido alto y sonoro de un gato retumbo en el eco de la noche. De una sonrisa juguetona, mirando a aquel hombre, paso a poner una cara de preocupación dirigiendo su mirada hacia dónde provino el grito-¿Artemis?-Dijo soltándose del cuello del hombre y se llevo las manos a sus labios, comenzando a comerse las uñas una por una, pensando si ir o no hasta el lugar de donde vino el grito.
Se separo un par de pies de aquel hombre y dio dos pasos hacia delante para mirar a ver si aparecía algún gato noruego blanco. No apareció ningún gato y comenzó a pensar en que algo podría haber pasado calles allá. No sabía qué hacer, había parado de morderse las uñas, aunque apenas las rozo con sus dientes. Un gesto de preocupación asomaba con mas alarma a la cara de Perçelinne, pero hizo un esfuerzo en andar hacia adelante, pero se detuvo para mirar al hombre-Yo...Disculpe...pero...-Tenía que tener mucha suerte y un milagro para que después de manosear a un hombre, dejarle con un cierto “calentón” reciente para preocuparse para un gato, le ayudara de buena gana a buscar al gato que se había ido de sus brazos protectores en busca de un ratón insignificante, pero en verdad, aunque el gato no le hablara le hacía mucha compañía en sus ratos en los que estaba sola, en los que pasaba horas sin hacer nada.
Con Artemis a su lado y con la bonificación que su madre le enviaba cada mes, bueno, se sentía satisfecha, pero si perdía a Artemis, podría ser un golpe muy duro-...mi gato...el que tenía en mis brazos-Hizo un gesto con los brazos imitando como si tuviera aire entre ellos y estuviera sujetando algún objeto inanimado invisible-El que se escapo...-señalo con un brazo en dirección por donde se fue momentos atrás-¿Podría ayudarme?-Miro con cierto temor al hombre asustada por si volvía a escuchar de nuevo algún que otro maullido en el eco de la noche-Yo...-Miro al hombre y de nuevo otro maullido retumbo en la noche, siendo mucho más aterrador que el anterior, giro su rostro alarmada, con los ojos abiertos como platos, como si estuviera viendo, sintiendo cerca la visita de una despedida de su pequeño compañero felino. No pudo aguantar a recibir una respuesta, podría resultar descortés pero una vida nunca puede esperar, porque si no, es demasiado tarde.
Perçelínne Grace- Mensajes : 59
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Lun Oct 24, 2011 2:06 pm
Aunque alardease de que conocía bastante bien esos juegos, aquella jovencita rubia no sabía absolutamente nada, ¿debería de mostrarle como se jugaba? No hacía falta ningún tipo de juego por parte de él, porque ya lo estaba besando, recorriéndole con aquel tacto suave y frío, solo en la yema de los dedos...a lo que la piel se le erizó un tanto, más por el cambio de temperaturas. Enarcó una ceja, a la vez que el aliento de la joven chocaba contra sus labios...lo que aprovechó de tenerla tan cerca para lamer tan solo el superior, se echó a reír, sabía de ese sitio...él prácticamente vivía allí.
-¿Ah sí? He de deciros que seguro que ese sitio que describís a la perfección lo conozco incluso mejor que vos y no porque me deje miles de francos en mujeres diferentes cada noche, es más... esas mujeres son las que se dejan el dinero en mí ¿sorprendida? No lo creo, jugamos en el mismo bando, bambina...así que pocas cosas podeis hacer como decir para sorprenderme...las reglas del juego no están escritas....-
Negó, tomando el labio inferior de la chica, enfatizando con ganas y que lo llamase feroz con razón. ¿Decir su nombre? No lo daba así como así, por protección y por que no le daba la gana más bien. Rió sin soltarle del labio, lamiendo éste con mucha suavida... mordiendo con un poco más de fuerza su labio, dejando con ganas de más y como era costumbre... aprovechando cualquier ocasión para hacerse de rogar. Amaba leer esa sensación en los ojos ajenos...y esa joven lo miraba con un deje de deseo reconocible por cualquiera que tuviese cordura.
-Puedes llamarme Bruno, o cualquier mote referente a ese adjetivo ¿Feroz? sí, feroz, no sabes lo feroz que puedo llegar a ser. Sí, exacto, parece lo que es... yo no me ando con rodeos, signorina Perçelínne, las oportunidades pasan una vez en la mía y no sé si esta es.... - se calló justo cuando nombró aquel felino, por un segundo no sabía a qué se refería, según con que detalles era muy despistado. La miró unos segundos, y es que el maullido del gato llenaba haciendo eco en el callejón, de forma interrogante observó que a su alrededor no había cambiado excepto aquel ruido. La soltó y suspiró revolviéndose el cabello que si pudiese caber lo hacía incluso más divertido, una imagen había cambiado y de qué manera. El minino parecía ser que se había metido en algún lío y le recordó tanto a él que incluso le hizo reír, ¿buscar a un gato después de ese momentito? Era un tanto absurda la situación, pero tras chasquear la lengua con fastidio y observar como la gente tanto hombres como mujeres llegaban al burdel... negó un momento. Tenía trabajo, no podía estar perdiendo el tiempo en buscar un estúpido gato.
-No se deberían traer mascotas a lugares como estos y... no iré a buscar nada, yo no he sido quién lo ha perdido, solo es un gato...habrá pisado algo o vete a saber qué... no te preocupes, los gatos tienen siete vidas ¿no has oído nunca el refrán?-pero no lo habría oído, pues los pasos de aquella jovencita se estaban alejando, ni supo porqué ni como...pero antes de pensarlo dos veces salió corriendo tras ella, alcanzándola sin problema, era rápido y estaba más que harto de correr. Alcanzó a girar en la esquina, siguiéndola y también por el sonido incesante de aquel minino... la tomó del brazo con incluso demasiada suavidad, en determinadas ocasiones no era para nada brusco. Y la guió al callejón siguiente, era más estrecho y parecía que de ahí provenía el maullido.
-Bien, no viene de muy lejos, creo que está al final...prueba a ver si está allí, no me despegaré de tu sombra, tranquila...pero me debes una -por supuesto las cosas no eran gratis, así se ganaba la vida, favor por favor. Se quedó a unos pasos de ella, para que pudiese avanzar sin él.
-¿Ah sí? He de deciros que seguro que ese sitio que describís a la perfección lo conozco incluso mejor que vos y no porque me deje miles de francos en mujeres diferentes cada noche, es más... esas mujeres son las que se dejan el dinero en mí ¿sorprendida? No lo creo, jugamos en el mismo bando, bambina...así que pocas cosas podeis hacer como decir para sorprenderme...las reglas del juego no están escritas....-
Negó, tomando el labio inferior de la chica, enfatizando con ganas y que lo llamase feroz con razón. ¿Decir su nombre? No lo daba así como así, por protección y por que no le daba la gana más bien. Rió sin soltarle del labio, lamiendo éste con mucha suavida... mordiendo con un poco más de fuerza su labio, dejando con ganas de más y como era costumbre... aprovechando cualquier ocasión para hacerse de rogar. Amaba leer esa sensación en los ojos ajenos...y esa joven lo miraba con un deje de deseo reconocible por cualquiera que tuviese cordura.
-Puedes llamarme Bruno, o cualquier mote referente a ese adjetivo ¿Feroz? sí, feroz, no sabes lo feroz que puedo llegar a ser. Sí, exacto, parece lo que es... yo no me ando con rodeos, signorina Perçelínne, las oportunidades pasan una vez en la mía y no sé si esta es.... - se calló justo cuando nombró aquel felino, por un segundo no sabía a qué se refería, según con que detalles era muy despistado. La miró unos segundos, y es que el maullido del gato llenaba haciendo eco en el callejón, de forma interrogante observó que a su alrededor no había cambiado excepto aquel ruido. La soltó y suspiró revolviéndose el cabello que si pudiese caber lo hacía incluso más divertido, una imagen había cambiado y de qué manera. El minino parecía ser que se había metido en algún lío y le recordó tanto a él que incluso le hizo reír, ¿buscar a un gato después de ese momentito? Era un tanto absurda la situación, pero tras chasquear la lengua con fastidio y observar como la gente tanto hombres como mujeres llegaban al burdel... negó un momento. Tenía trabajo, no podía estar perdiendo el tiempo en buscar un estúpido gato.
-No se deberían traer mascotas a lugares como estos y... no iré a buscar nada, yo no he sido quién lo ha perdido, solo es un gato...habrá pisado algo o vete a saber qué... no te preocupes, los gatos tienen siete vidas ¿no has oído nunca el refrán?-pero no lo habría oído, pues los pasos de aquella jovencita se estaban alejando, ni supo porqué ni como...pero antes de pensarlo dos veces salió corriendo tras ella, alcanzándola sin problema, era rápido y estaba más que harto de correr. Alcanzó a girar en la esquina, siguiéndola y también por el sonido incesante de aquel minino... la tomó del brazo con incluso demasiada suavidad, en determinadas ocasiones no era para nada brusco. Y la guió al callejón siguiente, era más estrecho y parecía que de ahí provenía el maullido.
-Bien, no viene de muy lejos, creo que está al final...prueba a ver si está allí, no me despegaré de tu sombra, tranquila...pero me debes una -por supuesto las cosas no eran gratis, así se ganaba la vida, favor por favor. Se quedó a unos pasos de ella, para que pudiese avanzar sin él.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Miér Oct 26, 2011 9:21 am
Era increíble. Había cambiado de una exasperación a ayudarla. Ella sonrió. Mucho. Artemis era un mundo para ella y el la ayudaría, al menos a encontrar al minino, al felino que posiblemente estuviera en problemas, pero “eso” que le debía, se lo devolvería por supuesto. Perçelinne siempre dejaba todo terminado y nunca nada a medias. Oh, Bruno...Sus palabras escuchó y sus pensamientos concluyeron en que Bruno, tenía la mente de un pensamiento desbordado. Se expresaba como pensador inspirado que eleva las ideas y hace de cada idealización una realización. Se podría relacionar con el contacto humano y la vida en el “sitio” el cual escucho que conocía muy bien, ambos se referían a un sitio en común, por tanto sus pensamientos, se concentraban en un compañero del burdel. Había coincidido con él y, con más razón le devolvería el trato. Estaría cerca de ella, eso le ayudo bastante para calmar su temor, a encontrarse con alguna que otra imagen desagradable, pero en cuanto puso los pies hacia delante, con cuidado de no espantar al más mínimo insecto que estuviera por aquellas calles, se fue acercando más y más hacia delante, mas hacia delante, giro una esquina y su mano fue enseguida a tapar, a ahogar el grito que Perçelinne se trago para no interrumpir el sueño de las calles.
Estaba mirando a un Artemis, herido y a un gato callejero. Perçelinne, brava y con las agallas que tenía, se quito el zapato derecho y lo tiro dando en toda la diana, dando al lomo del gato cual estaba haciendo daño a Artemis. Artemis, maullaba y Perçelinne se acerco-¡Maldito!-Profano alguna que otra palabra más contra el gato que hizo daño, por lo que pudo observar en Artemis, de una pata, de la misma pata que le curó hace tres años, hace tres años que fue cuando le encontró abandonado en las calles de París a ton ni son y sin ninguna protección. El gato callejero se lanzo contra el vestido de Perçelinne, pero tuvo tiempo de reaccionar moviendo su brazo a un lado, apartando al gato de ella misma hacia otro lado mientras ella jadeaba por el susto. El susto de que podría haber tenido el rostro deformado si no hubiera llegado a reaccionar a tiempo. El gato callejero se fue alejando con el rabo entre las patas, lejos de aquel rincón en el que se encontraba Perçelinne con el pequeño gato Artemis.
Paso media hora, hasta que pudo volver con Bruno. Él tuvo razón. Por este camino había oído el maullido mientras que a ella le había sonado que había salido de otro punto cardinal, quizás del este o del norte, pero él había señalado a suroeste, cerca a la calle paralela del burdel. Con Artemis en brazos fue caminando con paso lento hasta volver a mirar a Bruno a los ojos. Él esperaba, pero Perçelinne no tuvo que recorrer una distancia bastante larga para volver a alcanzarlo-Gracias...Bruno...-Se la debía, ahora le debía dos. Había pasado progresivamente de palabras orcas para sus oídos a unos tonos suaves que le reconfortaron y pasaba su vista de sus orbes verdes al cuerpo peludo de Artemis. Le había cubierto con un pañuelo de seda rosa alrededor de la herida que poco se veía a causa del pelaje abundante de Artemis, pero el pelaje rosado, era evidente que era sangre mezclado con su pelo-Tienen siete vidas, ahora yo he perdido cinco por el susto que me he llevado-Palabras mirando a Artemis, pero palabras directas hacia Bruno. Los ojos azules de Perçelinne se posaron en los de Bruno, sonriendo, lamiéndose los labios por un milisegundo y aguantando la congoja.
Sonreía aliviada, pero no quería llorar, no delante de Bruno ya dado que por el detonante que era, supo que podría replicarla algo más a lo que tuviera que responder. Habían empezado por la llama, quemándose el uno con el otro, pero no empezaron por la cera-Ahora te debo dos...-Su dulce voz se tranquilizo. Salió tranquila y sin ningún temblequeo que pudiera quebrar su voz-Creo que en aquel sitio que describo, ambos lo tenemos en común...-se acerco pocos pasos hasta ponerse a su lado. Un suave ronroneo surgió del cuerpecito de Artemis, Perçelinne sonrió al ver que el pequeño gato descansaba en sus brazos, al menos tenía el calor de una mujer, que afortunado, pero que dichosa era ella por haber tenido que dejarlo escapar cuando fue en busca de aquel ratón. Alguien podría haberlo visto, lo podrían haber secuestrado, pero menos mal que lo encontró en una esquina con otro gato y callejero. De todas maneras, la noche había salido bien, nadie salió muerto, menos mal, pero al menos ojo por ojo, favor por favor. Pensando en aquello recordó lo que dijo Bruno. Si, si, ahora le debía dos.
Estaba mirando a un Artemis, herido y a un gato callejero. Perçelinne, brava y con las agallas que tenía, se quito el zapato derecho y lo tiro dando en toda la diana, dando al lomo del gato cual estaba haciendo daño a Artemis. Artemis, maullaba y Perçelinne se acerco-¡Maldito!-Profano alguna que otra palabra más contra el gato que hizo daño, por lo que pudo observar en Artemis, de una pata, de la misma pata que le curó hace tres años, hace tres años que fue cuando le encontró abandonado en las calles de París a ton ni son y sin ninguna protección. El gato callejero se lanzo contra el vestido de Perçelinne, pero tuvo tiempo de reaccionar moviendo su brazo a un lado, apartando al gato de ella misma hacia otro lado mientras ella jadeaba por el susto. El susto de que podría haber tenido el rostro deformado si no hubiera llegado a reaccionar a tiempo. El gato callejero se fue alejando con el rabo entre las patas, lejos de aquel rincón en el que se encontraba Perçelinne con el pequeño gato Artemis.
Paso media hora, hasta que pudo volver con Bruno. Él tuvo razón. Por este camino había oído el maullido mientras que a ella le había sonado que había salido de otro punto cardinal, quizás del este o del norte, pero él había señalado a suroeste, cerca a la calle paralela del burdel. Con Artemis en brazos fue caminando con paso lento hasta volver a mirar a Bruno a los ojos. Él esperaba, pero Perçelinne no tuvo que recorrer una distancia bastante larga para volver a alcanzarlo-Gracias...Bruno...-Se la debía, ahora le debía dos. Había pasado progresivamente de palabras orcas para sus oídos a unos tonos suaves que le reconfortaron y pasaba su vista de sus orbes verdes al cuerpo peludo de Artemis. Le había cubierto con un pañuelo de seda rosa alrededor de la herida que poco se veía a causa del pelaje abundante de Artemis, pero el pelaje rosado, era evidente que era sangre mezclado con su pelo-Tienen siete vidas, ahora yo he perdido cinco por el susto que me he llevado-Palabras mirando a Artemis, pero palabras directas hacia Bruno. Los ojos azules de Perçelinne se posaron en los de Bruno, sonriendo, lamiéndose los labios por un milisegundo y aguantando la congoja.
Sonreía aliviada, pero no quería llorar, no delante de Bruno ya dado que por el detonante que era, supo que podría replicarla algo más a lo que tuviera que responder. Habían empezado por la llama, quemándose el uno con el otro, pero no empezaron por la cera-Ahora te debo dos...-Su dulce voz se tranquilizo. Salió tranquila y sin ningún temblequeo que pudiera quebrar su voz-Creo que en aquel sitio que describo, ambos lo tenemos en común...-se acerco pocos pasos hasta ponerse a su lado. Un suave ronroneo surgió del cuerpecito de Artemis, Perçelinne sonrió al ver que el pequeño gato descansaba en sus brazos, al menos tenía el calor de una mujer, que afortunado, pero que dichosa era ella por haber tenido que dejarlo escapar cuando fue en busca de aquel ratón. Alguien podría haberlo visto, lo podrían haber secuestrado, pero menos mal que lo encontró en una esquina con otro gato y callejero. De todas maneras, la noche había salido bien, nadie salió muerto, menos mal, pero al menos ojo por ojo, favor por favor. Pensando en aquello recordó lo que dijo Bruno. Si, si, ahora le debía dos.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Vie Nov 04, 2011 3:40 pm
Dio gracias a que el minino estuviese bien , no le apetecía en absoluto estar haciendo de hombro al que llorar pudiéndoselo pasar en grande en el burdel. Aún así el numerito de "pobre mi gato" se lo tenía que tragar, unos diez minutos como mucho, dejaría a la chica en buen lugar de resguardo si era necesario y él a lo suyo ¿egoísta? Es que él era egoísta y no podía estar perdiendo el tiempo en tonterías, mucho menos en animales que por mucha compañía que te diesen siempre resultaban una responsabilidad, ahora entendía porqué no tenía nada de eso... ni ganas, mucho menos de ver semejante escena. Chasqueó la lengua con las manos en la cintura, observando el cielo parcialmente gris como pasaba de largo ante sus ojos verdes. Y de fondo oyó las palabras mágicas "Gracias Bruno", cosa que le hizo reaccionar y mirarla como todo un caballero, simulando una breve reverencia....
-Nosotros querida, no tenemos siete vidas... yo al menos tengo más de siete y creedme que sé porqué lo digo -la tomó de la barbilla para que lo mirase, mirando de reojo al gato que más que con ganas de jugar estaba más para allá que para acá, necesitaría cuidado y algo de reposo...como las personas. Miró a un lado y a otro, a ninguno se la ha perdido ya nada allí, le hace un gesto para que se marchen...pasando un brazo por los hombros de la joven.... juntos empezaron a caminar hacia el mismo callejón del cual provenían... rió y entornó los ojos después, ni juego ni nada parecido... ya la tenía en su lista y encima subrayada, si algo que odiaba era que le dejasen a medias, se controlaba sí pero una cosa era esa y otra...la otra.
-¿Dos solo? Querida, solo una... o ninguna, no importa... no me gusta dejar las cosas a medias, soy de esos que cuando empiezan una cosa no pueden empezar otra si ya se ha cortado la primera, no sé si me entendeis y no lo tomeis a mal...pero es que cada uno es como es ¿vais al burdel? ¡Pues vamos todos al burdel! Si allí lo que sobrara es sitio... no estoy enfadado, ni siquiera molesto solo quiero que entendais mi punto de vista... y ah sí, nunca tendré mascota como compañía..veo que da problemas y...demasiados tengo ya como para andar detrás de un animal-
Pero bueno, si iban al burdel y ella quería seguir cuidando al gato él aprovecharía para realizar esos asuntillos, tomó uno de sus cigarrillos a tientas y se lo encendió, era hora de tomarse un respiro y seguir el camino hacia ese lugar de lujuria.
-¿Y qué vais a hacer ahora? ¿Cuidar al gato? ¿Seguirme? ¿Trabajar? ¿Algo que no haya mencionado? -sin soltarla era franco, sincero... él no se andaba por las ramas, ahorraba tiempo y el tiempo valía oro, oro que podía estar ganando ahora mismo entre sus sabanas, jadeos y exclamaciones, algunas sin sentido.
-Nosotros querida, no tenemos siete vidas... yo al menos tengo más de siete y creedme que sé porqué lo digo -la tomó de la barbilla para que lo mirase, mirando de reojo al gato que más que con ganas de jugar estaba más para allá que para acá, necesitaría cuidado y algo de reposo...como las personas. Miró a un lado y a otro, a ninguno se la ha perdido ya nada allí, le hace un gesto para que se marchen...pasando un brazo por los hombros de la joven.... juntos empezaron a caminar hacia el mismo callejón del cual provenían... rió y entornó los ojos después, ni juego ni nada parecido... ya la tenía en su lista y encima subrayada, si algo que odiaba era que le dejasen a medias, se controlaba sí pero una cosa era esa y otra...la otra.
-¿Dos solo? Querida, solo una... o ninguna, no importa... no me gusta dejar las cosas a medias, soy de esos que cuando empiezan una cosa no pueden empezar otra si ya se ha cortado la primera, no sé si me entendeis y no lo tomeis a mal...pero es que cada uno es como es ¿vais al burdel? ¡Pues vamos todos al burdel! Si allí lo que sobrara es sitio... no estoy enfadado, ni siquiera molesto solo quiero que entendais mi punto de vista... y ah sí, nunca tendré mascota como compañía..veo que da problemas y...demasiados tengo ya como para andar detrás de un animal-
Pero bueno, si iban al burdel y ella quería seguir cuidando al gato él aprovecharía para realizar esos asuntillos, tomó uno de sus cigarrillos a tientas y se lo encendió, era hora de tomarse un respiro y seguir el camino hacia ese lugar de lujuria.
-¿Y qué vais a hacer ahora? ¿Cuidar al gato? ¿Seguirme? ¿Trabajar? ¿Algo que no haya mencionado? -sin soltarla era franco, sincero... él no se andaba por las ramas, ahorraba tiempo y el tiempo valía oro, oro que podía estar ganando ahora mismo entre sus sabanas, jadeos y exclamaciones, algunas sin sentido.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Dom Nov 06, 2011 8:10 am
Comprendía su posición, no podía estar más de acuerdo con él-El minino puede cuidarse por sí solo en cuanto se quede encima de su almohada...-Sonrió mientras andaba al lado de Bruno, paso por paso procurando no adelantarse al ritmo de los pasos de su acompañante. Podría decirse que desde donde estaban podía verse parte del burdel, su hogar por el momento, la única manera en la que podía cobijarse cada vez que llegaba de la calle. Hacer caso a sus palabras, volver al burdel y cuando dijo lo de las mascotas refiriéndose a un problema, no pudo evitar echar una sonrisita coqueta al ver los ojos de Bruno-¿nunca le han dicho nada acerca de sus ojos?-Una aire lleno de rin tintín salió de su voz, aquella voz tan dulce que le caracterizaba entre los vínculos por los que se codeaba a menudo.
-Parecen tener ese toque misterioso el cual el mar esconde con gran afán....-Sonreía tranquila mientras Artemis se revolvía en sus brazos, torpemente, pero con cuidado seguía manteniéndolo aferrado a sus brazos y mirando a Bruno. En realidad, la intensidad de aquella sonrisa tan blanca, sus ojos verdes al igual que sus cabellos ondulados, se mordió el labio inferior de forma sugerente para después lamérselos disimuladamente para ocultar su repentina sequedad labial.
-Una cosa en la que causa usted cierta curiosidad, Monsieur Bruno...-Trago saliva pues quizás le parecería a chiste, pero como dijo él a través de aquellos seductores labios, las cosas no le gustaban a medias y a ella no le gustaba dejar las cosas a mitad-Debido a este traspiés, con lo de mi mascota me quedo en deuda con usted, Mon dieu...no me gratificaría nada más que agradecérselo personalmente, claro está-Dijo con la finura femenina con la que solía jugar con los hombres, aproximándose un poco más a él, con cuidado claro, pero con ese toque sensual que solía provocar en los hombres que caían rendidos a sus pies.
Era inocente por fuera, algunas personas hasta la apresaban en brazos por tenerla en la categoría de muñecas frágiles, pero por dentro ¿Quién sabía si se podría encontrar a alguien diferente? Rozo su cadera con la de Bruno, incitándole a jugar a algún juego peligroso, se adelanto a dos pasos de hormiga, se dio la vuelta y podían escucharse las melodías de las risas del burdel cerca de ellos, los gritos de una ventana retumbaron cerca de Perçelinne, unas risas y jadeos cerca de los callejones paralelos al burdel. Ahora, con Artemis en brazos, Perçelinne echo su melena hacia atrás en gesto limpio y seductor mientras mantenía su mirada y su rostro acorde con la sensualidad que quería transmitir.
-Parecen tener ese toque misterioso el cual el mar esconde con gran afán....-Sonreía tranquila mientras Artemis se revolvía en sus brazos, torpemente, pero con cuidado seguía manteniéndolo aferrado a sus brazos y mirando a Bruno. En realidad, la intensidad de aquella sonrisa tan blanca, sus ojos verdes al igual que sus cabellos ondulados, se mordió el labio inferior de forma sugerente para después lamérselos disimuladamente para ocultar su repentina sequedad labial.
-Una cosa en la que causa usted cierta curiosidad, Monsieur Bruno...-Trago saliva pues quizás le parecería a chiste, pero como dijo él a través de aquellos seductores labios, las cosas no le gustaban a medias y a ella no le gustaba dejar las cosas a mitad-Debido a este traspiés, con lo de mi mascota me quedo en deuda con usted, Mon dieu...no me gratificaría nada más que agradecérselo personalmente, claro está-Dijo con la finura femenina con la que solía jugar con los hombres, aproximándose un poco más a él, con cuidado claro, pero con ese toque sensual que solía provocar en los hombres que caían rendidos a sus pies.
Era inocente por fuera, algunas personas hasta la apresaban en brazos por tenerla en la categoría de muñecas frágiles, pero por dentro ¿Quién sabía si se podría encontrar a alguien diferente? Rozo su cadera con la de Bruno, incitándole a jugar a algún juego peligroso, se adelanto a dos pasos de hormiga, se dio la vuelta y podían escucharse las melodías de las risas del burdel cerca de ellos, los gritos de una ventana retumbaron cerca de Perçelinne, unas risas y jadeos cerca de los callejones paralelos al burdel. Ahora, con Artemis en brazos, Perçelinne echo su melena hacia atrás en gesto limpio y seductor mientras mantenía su mirada y su rostro acorde con la sensualidad que quería transmitir.
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Bruno Machiavelli Sáb Nov 19, 2011 12:44 pm
Empezaba a pensar que tenía muchas similitudes con aquel gato y eso empezaba a turbarle ¿Desde cuándo acababa una noche por pensar en semejantes idioteces? Eso debería estar haciendo, apoyando en una almohada pero no precisamente descansando. Miró de reojo al gato y no de muy buenas maneras, a medias y nada más que a medias por su culpa y era algo que no estaba seguro de retomar...le ponía de muy mal humor. No había tenido que comportarse de manera brusca con nadie pero la situación en sí le estaba sacando de quicio. La miró sin entender cuando hizo mención de sus ojos y tan solo se encogió de hombros mirando de nuevo al frente...cansado, dejó escapar un suspiro.
-Puede que sí, pero siempre olvido lo que suelo oír tan a menudo... no me malinterpreteis, solo entendedme. Y no querais saber mis misterios, mejor que no, puede ser peligroso...porque aunque os cueste creerlo mis secretos pueden ser mortales ¿y no quereis que te pase nada, verdad? La curiosidad mató al gato y nunca mejor dicho. Nadie ha podido descubrir tan siquiera alguno ¿pensais de verás que vos sereis la primera? Curioso-sonrió e incluso dejó escapar una risa, no lo dijo a malas palabras tan solo se dejó llevar, era el camino más directo al burdel también y ambos iban a lo mismo. Deseaba llegar cuanto antes, no era alguien quién soliese tener frío pero esa noche de otoño era fría como el hielo.
Como siempre, aquellas palabras de la chica sobre “agradecérselo” no le sonaron a otra cosa que a lo carnal, la miró de reojo de arriba abajo y resopló. Estaba pensándoselo bien pues no daba oportunidades y tampoco es que le hubiese seguido el juego como para decir que quería más , era exigente y eso era un punto negativo a su favor pero no podía evitarlo, él era así y no iba a cambiar por nada del mundo tampoco nadie lo cambiaría eso lo tenía más que claro. Su mano la atrajo hacia él de forma un tanto brusca notando sus insinuaciones así que lo estaba volviendo a intentar... el sonido del fondo no era parecido ni remotamente a todas aquellas mujeres que habían pasado por sus brazos... no la dejó que se apartase, lentamente la volvió a enjaular en la pared, apoyando ambos brazos...de nuevo como al principio y con aquel gato en los brazos...
-Mi tiempo vale mucho dinero, signorina... no me gusta jugar, ya he perdido mucho como os he dicho, no hago el amor por amor al arte y bonita redundancia si me permitís decir... si lo hago es por dinero y porque me atrae esa persona ¿vais a pagarme si quereis tomarme? Porque otra cosa dudo que ocurra...-mordió de forma fiera su labio inferior y tiró de él para volver a apartase, en unos pasos estaba el burdel que los esperaba impaciente...otra nueva noche , él se adelantó dejándola atrás, estaba algo molesto...y es que perder el tiempo de esa manera odiaba hacerlo...su ceño se frunció un tanto y gruñió... desde luego no lo estaba pasando bien, ¿A qué estaba jugando aquella chica
-Puede que sí, pero siempre olvido lo que suelo oír tan a menudo... no me malinterpreteis, solo entendedme. Y no querais saber mis misterios, mejor que no, puede ser peligroso...porque aunque os cueste creerlo mis secretos pueden ser mortales ¿y no quereis que te pase nada, verdad? La curiosidad mató al gato y nunca mejor dicho. Nadie ha podido descubrir tan siquiera alguno ¿pensais de verás que vos sereis la primera? Curioso-sonrió e incluso dejó escapar una risa, no lo dijo a malas palabras tan solo se dejó llevar, era el camino más directo al burdel también y ambos iban a lo mismo. Deseaba llegar cuanto antes, no era alguien quién soliese tener frío pero esa noche de otoño era fría como el hielo.
Como siempre, aquellas palabras de la chica sobre “agradecérselo” no le sonaron a otra cosa que a lo carnal, la miró de reojo de arriba abajo y resopló. Estaba pensándoselo bien pues no daba oportunidades y tampoco es que le hubiese seguido el juego como para decir que quería más , era exigente y eso era un punto negativo a su favor pero no podía evitarlo, él era así y no iba a cambiar por nada del mundo tampoco nadie lo cambiaría eso lo tenía más que claro. Su mano la atrajo hacia él de forma un tanto brusca notando sus insinuaciones así que lo estaba volviendo a intentar... el sonido del fondo no era parecido ni remotamente a todas aquellas mujeres que habían pasado por sus brazos... no la dejó que se apartase, lentamente la volvió a enjaular en la pared, apoyando ambos brazos...de nuevo como al principio y con aquel gato en los brazos...
-Mi tiempo vale mucho dinero, signorina... no me gusta jugar, ya he perdido mucho como os he dicho, no hago el amor por amor al arte y bonita redundancia si me permitís decir... si lo hago es por dinero y porque me atrae esa persona ¿vais a pagarme si quereis tomarme? Porque otra cosa dudo que ocurra...-mordió de forma fiera su labio inferior y tiró de él para volver a apartase, en unos pasos estaba el burdel que los esperaba impaciente...otra nueva noche , él se adelantó dejándola atrás, estaba algo molesto...y es que perder el tiempo de esa manera odiaba hacerlo...su ceño se frunció un tanto y gruñió... desde luego no lo estaba pasando bien, ¿A qué estaba jugando aquella chica
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Re: Es bueno encontrarte {Bruno}
por Perçelínne Grace Lun Dic 05, 2011 7:22 am
Al parecer el final de la obra iba a tener un final bastante confuso para los protagonistas. Perçelínne, atrapada entre aquella pared muscular en la que se componía unos orbes verdes, cabello arremolinado en bucles y una sonrisa socarrona en el rostro de Bruno, entre unos brazos que la estaban dejando fuera de combate a la presión que ejercía con ellos y ya de por si aquel gesto fiero en su labio inferior hizo dejarla por completo con las piernas temblando mientras intentaba agarrarse en algún lado de la pared, de la fría y escamosa pared de piedra. Artemis la despertó de aquel trance tártrico que la había llevado en segundos, para pensar en aquel gesto rápido sobre sus labios ¿Qué pasaba? Digamos que al escuchar aquel bufido que mas que un cortesano, parecía un toro apunto de embestirla y pegarla, al pensar aquello, la dulce e inocente Perçelinne, amarro con fuerza al felino que aun descansaba débil entre sus brazos y siguió valiente los pasos de Bruno-Bruno...Monsieur....-No le alcanzaba con aquellos pasos de cisne comparado con los largos pasos de grulla con los que manejaba Bruno-A mi tampoco me gusta perder el tiempo, de hecho es lo que pierdo en este instante, pero si no le gusta jugar, es usted alguien aburrido...con lo que no llegaríais a tomarme a mi desde luego...somos compañeros, eso esta claro, no existe el amor para nosotros eso lo reconozco, pero...-de repente la música de cabaret comenzó a resonar por todo lo alto del lugar, para que las bailarinas de aquel burdel bailasen sobre el escenario. Perçelinne se callo pues pensó que era mas entretenido mirar a las chicas.
Artemís para variar, quería salir de los brazos de Perçelinne, este se escapo torpemente de sus brazos protectores. Vio como el gato se iba por doquier, entre la gente, parecía mentira que lo habían atacado por la noche en un rincón de los callejones oscuros de París, pero en torno a ello, ella no se movió de donde estaba. Compostura y rectitud mostró ante todos, que no era una loca que iba detrás de un gato, le iba a costar el empleo y tendría que ir a comer por las calles, dejar sus ropas caras que compraba con el dinero que ganaba de sus noches de placer con altos cargos de la nobleza que iban a desahogarse con ella y sus caricias. Acto después, la benjamina del burdel que con sus manos llenas de aquel felino, hizo entrega a Perçelinne, para que de nuevo el gato descansara y aun seguía inquieto ¿Que le ocurría?-Madame Grace...le chat...el gato estaba herido...-Asintió ante las palabras de la benjamina, asistiéndole como respuesta de que aquello era aun vigente en aquella pequeña pata del felino.
-Dioses Artemis...-Susurro para si dentro, no quería que se moviera mas-Empiezas a limitarme....-Dijo mirando al gato a los ojos celestes. En un momento, como si ella no lo hubiese planeado, no miro con dulzura al minino, sino lo juzgo con una mirada seria-Tienes que entender que no soy como tu....-susurro tras acercarlo a ella-Tienes que ser bueno-Miro a Bruno el cual no vio, al parecer se había hartado de ella, no sabia que hacer para contentarlo, simplemente, tal y como él había dicho, era un completo misterio por descubrir.
Artemís para variar, quería salir de los brazos de Perçelinne, este se escapo torpemente de sus brazos protectores. Vio como el gato se iba por doquier, entre la gente, parecía mentira que lo habían atacado por la noche en un rincón de los callejones oscuros de París, pero en torno a ello, ella no se movió de donde estaba. Compostura y rectitud mostró ante todos, que no era una loca que iba detrás de un gato, le iba a costar el empleo y tendría que ir a comer por las calles, dejar sus ropas caras que compraba con el dinero que ganaba de sus noches de placer con altos cargos de la nobleza que iban a desahogarse con ella y sus caricias. Acto después, la benjamina del burdel que con sus manos llenas de aquel felino, hizo entrega a Perçelinne, para que de nuevo el gato descansara y aun seguía inquieto ¿Que le ocurría?-Madame Grace...le chat...el gato estaba herido...-Asintió ante las palabras de la benjamina, asistiéndole como respuesta de que aquello era aun vigente en aquella pequeña pata del felino.
-Dioses Artemis...-Susurro para si dentro, no quería que se moviera mas-Empiezas a limitarme....-Dijo mirando al gato a los ojos celestes. En un momento, como si ella no lo hubiese planeado, no miro con dulzura al minino, sino lo juzgo con una mirada seria-Tienes que entender que no soy como tu....-susurro tras acercarlo a ella-Tienes que ser bueno-Miro a Bruno el cual no vio, al parecer se había hartado de ella, no sabia que hacer para contentarlo, simplemente, tal y como él había dicho, era un completo misterio por descubrir.
Perçelínne Grace- Mensajes : 59
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