Onsen [Cristopher Headwolf]

por **Edgar Dagson** Jue Oct 13, 2011 8:42 am

Era aquél día libre que una vez al mes disponía en mi trabajo como sirvienta de la familia Morel y por ello, les había pedido un cambio de planes: sustituír la mañana libre, por la noche libre. Aunque aquello no les hizo gracia alguna a mis amos –ya que eran conocedores de los peligros que acechaban las calles parisinas-, logré convencerlos en cuanto nombré a Yui, un nipona anciana que conocía al llegar a París y que regentaba un Onsen a las afueras de la ciudad. Tras explicarles qué era un onsen para los occidentales –baños termales-, parecieron encantados con esa idea y me permitieron desplazarme hasta aquél lugar, siempre acompañada por el mayordomo y el cochero que guiaba los corceles del carro en el que viajaba.

Llegué a mi destino cuando la luna emergía tímidamente de entre las colinas que rodeaban aquél paraje boscoso en el que se encontraban los baños termales. Me despedí del mayordomo y le indiqué el camino por el que regresar a la mansión de los Morel, recordándole que debía recogerme cuando la luna estuviese en el punto más alto del cielo. El buen hombre refunfuñó un poco, pero no le hice caso. Sabía que mi noche libre significaba una noche en la que él tendría que permanecer despierto a expensas de mí, pese a ser una sirvienta más, como él. Odiaba tener que tratarme de forma distinta del resto, pero olvidaba que más allá de ser una mera sirvienta, era una protegida de la familia y su geisha personal. Aquello me otorgaba cierto grado distintivo.

Aporreé la puerta con mis nudillos, algo incómoda por la idea de estar sola en medio del bosque con la noche ya cerniéndose sobre mis hombros. Al fin, la puerta corrediza se abrió y Yui no pudo reprimir un sonido de sorpresa, terminando por abrazarme y saludarme efusivamente, invitándome a entrar. Me llevó a una de las salas equipadas con las toallas a usar en el interior del onsen. Me desvestí con tranquilidad, ordenando la ropa y dejándola sobre una mesa de aquél habitáculo antes de salir por otra puerta, dando paso a la piscina en la el vapor de agua sobrevolaba la estancia y embriagaba mi cuerpo de una calidez acogedora. Sonreí y solté el moño de mi cabello, dejando que éste cayese como una cortina tras mi espalda. Prové el agua con la punta de mi dedo mayor del pie y tras un escalofrío, empecé a caminar hasta que el agua cubrió mi pecho desnudo, colocando la toalla sobre mi cabeza al mismo tiempo que me sentaba en aquél pétreo fondo, recostando mi espalda contra uno de los muros que fortificaban la piscina. Cerré los ojos y me dejé llevar por el momento de paz y tranquilidad, aprovechando la soledad y el silencio del lugar.

Onsen:

por **Darcy Haward** Jue Oct 13, 2011 9:21 am

Salí de la casa con un pequeño impulso por descansar y liberar mi mente de tanto estrés laboral y social, lo que necesitaba era una excusa para llevar a cabo mi deseo ya que normalmente quedaban en la nada y terminaba tirado en mi sofá mirado al techo o leyendo uno de los tantos libros por segunda vez. Pero esta vez había logrado sacar mis pies de la propiedad y caminaba en dirección de un lugar que, según me había dicho, se la pasaba bien tranquilo y relajante. Se trataba de un baño termal ubicado en un punto estratégico en donde casi no había habitantes, llegué a la importante edificación que daba una idea errónea de lo que era realmente.
Caminé tranquilamente hacia la entrada arrastrando una larga túnica cubriendo mi cuerpo, una capucha caía sobre mi cabeza dejando bajo las sombras mi rostro, cuando llegué frente a la puerta golpee suavemente y me quité la capucha. Una vez se abrió de par en par me encontré con una mujer anciana que me miraba curiosa. -Hola, vengo a t...-. Pero llegué a terminar que me tomó del brazo y me hizo pasar tirando de él. Pasé a una recepción adornada con algunas plantas que acompañaban el agradable ambiente, le entregué el dinero y me señalo la sala que debía ser el cambiador, el que conducía al baño, asintiéndole le agradecí y pasé. Me cambié quitándome toda la ropa que llevaba y colocándome una toalla ne la cintura pasé al sector del baño, allí dentro se encontraba una mujer que se veía relajada con los ojos cerrados, carraspeé mi garganta y la salude cordialmente.-Hola-.

por **Edgar Dagson** Jue Oct 13, 2011 12:25 pm

Rodeada de la naturaleza, en un ambiente nocturno en cuyo cielo sólo resplandecía la media luna curiosa y abrazada por los cálidos brazos del agua humeante, no me percaté de la presencia de otra persona allí, así que cuando escuché una voz -¡y varonil!- no pude evitar dar un respingo y caer de la roca en la que me había sentado, zambulléndome torpemente antes de surcar el origen de aquella voz. Pestañeé un par de veces, intentando clarear mi mente ante aquél hecho inesperado. Inesperado por dos motivos: el primero, era que Yui me había comentado que el baño femenino estaba de limpieza y que por ello me enviaba al masculino. Y en segundo lugar, porque una japonesa soltera no podía compartir un baño íntimo -como lo era ese- con un hombre desnudo. ¿Qué se le debía haber pasado por la cabeza a la anciana? Meneé la cabeza frenéticamente y cubrí mis pechos desnudos, pues al salir de nuevo a la superficie la toalla de mi cabeza había caido al agua y mis curvas ni tan siquiera eran disimulables tras el vapor.

- ¡Lo... lo siento!- grité, sintiendo el sonrojo en mi rostro y poniendome en pie de nuevo, caminando deprisa hacia las escaleras que permitirían que huyera de aquél lugar.- Yui me dijo que los baños femeninos no estaban disponibles... y pensé que nadie usaría los masculinos.- argumenté señalando con el dedo el cartel cercano a la piscina que rezaba: hombres - otoko 男

Y cómo no, entre la nieblina del onsen, el agua, la fina piedra que adornaba el suelo de la piscina sumado a mi torpeza innata cuando los nervios me vencían, propiciaron que cayera de nuevo, sólo que ésta vez fue encima del pobre muchacho, agarrándome a lo primero que mis dedos encontraron, que fue su toalla. Y con ella, me estampé, sabiendo que ese era el episodio más vergonozo de toda mi vida.

por **Darcy Haward** Jue Oct 13, 2011 5:32 pm

Observo que la mujer se sorprende de mi presencia cayendo del lugar de donde se encontraba, una roca bordeando la clara agua, zambulléndose del todo y distingo que parece estar desnuda con una toalla en la cabeza que al caer se le escapa apoyándose en la superficie de la alterada agua. Hice un gesto de ayudarla a salir a la superficie porque no sabía si estaba bien cuando sacó rápidamente la cabeza, le alcancé la toalla casi intentando no ver aunque echando una mirada cada tanto para evitar tropezar. -Oh disculpa-. Pero no alcancé a entregarle la toalla que se cubrió los pechos con los brazos y se puso de pie para marcharse de allí. La oí excusarse por motivos de el cierre del baño de mujeres y asentí desviando la mirada, no era de poner incomoda a una mujer mirándola constantemente. -No te disculpes, puede pasar-.Intentaba cubrirla con la toalla pero ella no la tomaba -No me molestaría compartir el baño-. Ambos patinábamos mientras ella se dirigía a la salida, finalmente me rendí y deje la toalla a un lado pero aún evitando la mirada hacia ella cuando en un instante se pegó una patinada que la llevó a chocar conmigo que caí junto a ella, me tiró de la toalla lo cual provocó que saliera volando y quedamos tirados en el suelo uno encima del otro completamente desnudos. Por un momento me sentí algo confundido motivo del fuerte impacto de mi espalda contra el húmedo mármol. Levanté el rostro y me encontré con el de ella totalmente colorado, seguramente yo estaba del mismo modo. Sentía su suave piel recostada sobre mí y no pude evitar un momento de éxtasis, hacia tanto no tenía contacto con una mujer.

por **Edgar Dagson** Jue Oct 13, 2011 5:41 pm

Tras aquél acto de máxima torpeza, quedé extendida sobre el cuerpo del hombre, ambos desnudos y en aquél suelo marmóreo. Yo intenté enderezar mi cuello lo suficiente como para mirarle a la cara, contemplando un rostro sonrojado. Sólo le miré unos segundos que fueron eternos para mí, pues escruté cada centello de sus ojos, cada contorno de sus pómulos, cada poro de sus labios… Oh, sí, desde luego el golpe había afectado gravemente mi sistema neurológico.

- Lamento mi torpeza...- susurré con voz tiritante, sintiendo mi sangre corretear por mis mejillas, sonrosándolas sin piedad.

¿Qué me estaba ocurriendo? ¿Por qué me latía tan fuerte el corazón en mi pecho? ¿Por qué entreabría ahora mis labios y suspiraba? ¿Por qué alzaba mi mano hacia su mejilla y la recorría con suavidad? ¿Por qué me apegaba a su cuerpo sin importarme la desnudez? ¿Por qué mis ojos centelleaban? ¿Por qué ahora… contenía el aliento?

Y antes de que pudiera descubrirlo, obtuve las respuestas a aquellas preguntas mentales, sólo que no fue con palabras.

por **Darcy Haward** Jue Oct 13, 2011 6:56 pm

Sentía cada milésima parte de su piel en contacto con la mía generando una temperatura agradable, aún no se había retirado de encima mío y eso me extrañó, sabía que esta situación era rara pero algo en mí no quería cortar este momento.. Ambos nos miramos a la cara estudiándonos desde los ojos hasta los labios, sentía un fuerte impulso por hacer algo pero no sabía si sería lo correcto, ni para mí ni para ella. Ella se disculpo pero yo no fui capaz de emitir una palabra estaba luchando contra mis impulsos y mis reacciones físicas a tal situación, fue cuando me di cuenta que ella estaba pensando algo parecido a mí.
Pasé un brazo sujetándola por la cintura cerca de su trasero y la otra mano la llevé a su mentón y respirando profundamente por la nariz acerqué mis labios a los suyos, se sentían húmedos y delicados. En un momento cerré los ojos y esperé a que me lo devolviera ya que yo sin saber porque lo necesitaba, definitivamente había perdido todo el control que estuve cuidando todo este tiempo, y alguien aparecida de la nada había roto con aquello, me atrevía a creer que era cosa del destino.

por **Edgar Dagson** Vie Oct 14, 2011 2:54 am

El joven elevó mi mentón y pasó una de sus manos por mi cintura desnuda para, entonces, sus labios varoniles fundirse con los míos, saboreándolos ansiosamente, casi como si necesitase mis besos para respirar e incluso con cierta violencia y posesividad. Fue un beso efímero pero intenso. Y ante todo, aquél fue mi primer beso.

Muchos hombres habían intentado robarme aquél beso. De muchas formas: simulando torpeza, estando ebrios e incluso enfermizos. Y a todos ellos, les había respondido con un infantil meneo de cabeza y finalmente, un no rotundo.

El hombre se despegó de mi boca aun sin liberarme de aquél abrazo. Y mis ojos, abiertos como nunca y completamente perplejos, ni siquiera pestañearon. Mi corazón latía de forma vertiginosa y salvaje tras la piel de mi pecho, tanto que casi me dolía. Me sentía algo mareada y exhausta, mas mis piernas temblaban con la sola idea de alejarme de él. ¿Pero qué…? No, aquello era una locura. Desde los ochos años de vida me educaron para ser una señorita decente. Me exigieron que no debía anteponer nunca los sentimientos a un buen acuerdo matrimonial. Me gritaron que no debía brindar mis besos a ningún hombre que no fuese mi prometido y por supuesto, mantenerme virgen hasta el matrimonio. Y ahora… tras todo el esfuerzo que había realizado durante años para convertirme en quien soy… ¿estaba dispuesta a contemplar cómo los cimientos en los que mi vida se sustentaba se desmoronaban por un completo desconocido? No. No podía ni debía permitir eso.

Tomé una bocanada de aire y agaché la mirada, posando mis manos sobre su pectoral para ejercer una mínima presión contra él, la suficiente para que soltara mi cintura. Mordí mi labio inferior y forcejeé un poco mas fuerte contra su agarre, al comprobar que seguía sujeta a su merced. Pero nada cambiaba. Asustada por ello, volví a alzar la vista y una voz tiritante escapó de mis labios casi como un gemido.

- No puedo.

por **Darcy Haward** Vie Oct 14, 2011 9:18 am

Allí me encontraba, tirado en el suelo con una mujer encima mío besándola sin estar consciente de lo que estaba haciendo. Me dejaba llevar hacía tiempo anhelaba un contacto así pero estaba demasiado inseguro de poder seguir adelante. Sentía sus carnosos labios fusionarse con los míos y todo el calor de su cuerpo, me era imposible saber que era lo que estaba pasando cuando sentí que ella retiraba sus labios de los míos, yo mantenía los ojos cerrados aún sumergido en mis recuerdos, aquellos recuerdos de los cuales no era capaz de separarme. Sentía que ella intentaba sacar mis manos de su cuerpo pero lo ignoraba, hasta que oí su voz que me desconecto completamente de mis pensamientos y mi cuerpo regresó a donde estaba, abrí los ojos y me encontré con el rostro de aquella mujer se veía asustada. Inmediatamente liberé mis brazos de ella quienes hasta ese momento la sujetaban casi como si no me pertenecieran. Dejé que se levantará de encima mío exponiendo sus curvas. Yo quedé allí inmóvil tirado en el piso con los ojos bien abiertos y los brazos abiertos a los lados, respiraba agitadamente intentando re acomodar mi mente cuando en los ojos de la chica vi vergüenza, inmediatamente me incorporé sentándome en el suelo e intenté tomar la toalla que se encontraba a unos pocos centímetros, la tomé y rápidamente se la coloqué a ella. ¿Qué era lo que había hecho?.Había perdido el control!!. Casi sin poder mirarla logré decir unas palabras. -Lo...lo siento-. Sabía que esas palabras no eran suficientes para expresar lo que sentía luego de tal atrevimiento, pero por otro lado ansiaba verla sin esa toalla cubriéndola. Me quedé allí sentado con la cabeza gacha sin hacer otra cosa que respirar.

por **Edgar Dagson** Vie Oct 14, 2011 1:25 pm

Mordí mi labio inferior con nerviosismo , aun saboreando el beso que aquél desconocido me había brindado, sintiendo la humedad y la calidez en mi boca. La adrenalina corría por mi piel como nunca antes lo había hecho, puesto que por primera vez, desacataba una normal, una orden. Estaba haciendo algo prohibido y asombrosamente… me gustaba esa idea.

Tomé la toalla y me envolví con ella con rapidez, intentando mantener una respiración normal y disminuir el pulso que golpeteaba mis oídos.

- ¿Se arrepiente?- murmuré en un hilo de voz, sin pensar en lo que decía ni en lo que deseaba escuchar de su boca.

Simplemente salió de mis labios y mis propias palabras tiñeron mis pómulos de un intenso rubor, agachando la mirada antes de proponerme regresar al onsen, aunque por supuesto, aquella tranquilidad había desaparecido del ambiente. Meneé la cabeza y esbocé una sonrisa cordial.

- No es necesario que responda, disculpe mi osadía.- me adelanté entonces, inclinando mi cabeza hacia él a modo de reverencia y volviendo mis pasos hacia la piscina humeante, dejando la toalla sobre una de las rocas sin preocuparme en que el muchacho contemplara mi espalda, mis nalgas y mis piernas desnudas, pues ya me había visto de tal forma momentos antes y ya nada tenía que ocultarle… ¿no? O quizás era que me había gustado provocarle.

Meneé de nuevo mi cabeza ante aquél morboso pensamiento y me zambullí en al agua, recostando de nuevo mi cabeza en el muro y dejando que la cortina de vapor humeante me separase de él, aunque no lo hiciera visualmente, pues de reojo le veía sentado aún en aquél pétreo pavimento. Suspiré y cerré los ojos, tarareando una nana japonesa.

por **Darcy Haward** Vie Oct 14, 2011 6:24 pm

Mantuve la mirada hacia el mármol y cuando finalmente se cubrió con la toalla que le había entregado me tranquilicé y suspire relajado, no sabía que mas decir y me limité a observar sus movimientos de reojo. Luego escuché su comentaría y no pude evitar sorprenderme. Cerré los ojos y contesté brevemente. -No fue algo correcto-. Finalmente luego de decir eso levante mi rostro y la miré. Era cierto, aunque en mi interior mucho no me arrepentía pero me avergoncé porque no me importó lo que la otra persona pensaría. Tras una reverencia se dirigió nuevamente hacia el agua quitándose la toalla, intenté no mirarla y ser obvio, alcancé a ver que se volvió a sumergir descansando su cabeza en el borde. Al parecer ya no le importaba quedarse desnuda aún. Tras unos segundos de estar allí sentado me paré y sin saber si lo que iba a ser era lo correcto caminé también hacia el agua y me sumergí a una distancia prudente frente a ella, finalmente la miré a los ojos y decidí que presentarme sería lo mas indicado para romper el silencio incómodo que ahora nos invadía. -Soy... Cristopher-. Hice una pausa y terminé. -Headwolf-. Volví a quitar mi vista de ella.

por **Edgar Dagson** Vie Oct 14, 2011 6:46 pm

Abrí los ojos y allí estaba el muchacho, mirándome con fijeza. Fruncí la nariz hasta que esbocé una tímida sonrisa, sólo hasta que se identificó.

- Encantada, señor Headwolf- murmur sonriente, alzando una de mis manos hasta llevarla a la superficie, a la espera de que él la encajase o besara el dorso de mi mano, una costumbre muy occidental y que mis amos me habían enseñado.- Mi nombre es Aya Kuran, monsieur.

Ladeé de nuevo mi rostro sonrojado como muestra de mi docilidad hacia él, auqnue no fuese mi dueño podía llegar a convertirse en uno de mis clientes en cuanto a mi oficio como geisha se refería.

Llevé un mechón de mi húmedo cabello hacia atrás de mi oreja y agaché la mirada cuando él lo hizo, borrando al instante aquella sonrisa de mis labios.

- Siento incomodarle con mi presencia, señor Headwolf- susurré, poniendo mis sentidos en alerta.- Mi torpeza me gastó una mala pasada y ahora es incapaz de mirarme.

Suspiré disimuladamente e hice un gesto para dirigirme a las escaleras de pierdras que me conducirían hacia el cambiador dejándole solo. Pero algo que impidió que pudiese llegar a moverme de aquél lugar, frente a Cristopher.

por **Darcy Haward** Sáb Oct 15, 2011 7:21 pm

Tras mi presentación quizás demasiado tarde recibí una sonrisa proveniente de su rostro y estirando uno de sus brazos hacia mi, se presentó. Tomé su delicada mano y acercándome un poco hacia adelante le besé los dedos, la solté y levanté la vista hacia ella. Devolviéndole otra tímida sonrisa.-Un placer, señorita Kuran-. La observé quitarse un mechón de pelo de la cara y volver su vista hacia la transparente superficie del agua. Cerrando los ojos abro la boca para explicarle que sus acciones no me incomodaban. -No me incomoda, me siento avergonzado por mi reacción-. Y era razonable estar así, había cometido una estupidez de mi parte y ella había hecho bien al cortarlo cosa de la que yo fui incapaz.
Tras decir ella decir eso creyó oportuno retirarse de allí levantándose de donde se encontraba cómodamente reposando, rápidamente me incorporé estirando una mano.-No me deje solo, se lo suplico-. Le dije en un tono sinceró suplicándole con la mirada, volví a regresar al agua manteniendo mi mirada en aquella mujer misteriosa que causaba algo difícil de saber dentro mío.

por **Edgar Dagson** Sáb Oct 15, 2011 7:38 pm

La voz suplicante del muchacho me hizo voltear para verle, confusa por aquella reacción. Sonreí con timidez y volví hacia él, quedándome frente suyo antes de sentarme en una roca y juguetear con el agua entre mis piernas.

- ¿No es amigo de la soledad, señor Headwolf?- osé preguntarle sin mirarle, con mi voz llena de inocencia fingida, pues me moría de curiosidad por saber qué era lo que le llevaba a desear mi compañía.

Alcé la vista ante aquél silencio que se acomodó en nuestros labios, buscando sus ojos como refugio y hallándolos con un centello parecido al que encontré momentos antes de que él me… besara por primera vez en mi vida. No pude evitar sonrojarme por aquél dulce recuerdo que humedeció mi boca. Instintivamente, llevé dos de mis dedos sobre mis labios, como cerciorándome de que el beso aún se encontraba escondido allí. Sonreí de forma extraña y seguí contemplando la figura semidesnuda del hombre, quién con cada palabra o gesto, despertaba unas mariposas revoltosas en mi vientre. ¿Qué significaría eso? Mordí mi labio inferior y aguardé impaciente, peinando mi largo cabello con mis dedos con un gesto algo provocativo, quizás. Y... ¿excitante?

por **Darcy Haward** Lun Oct 17, 2011 8:48 am

La vi regresar al agua colocándose frente a mí lo cual me generó felicidad y seguridad, la observé a los ojos mientras volvía a sumergirse y juguetear bajo el agua provocándome. Miré hacia un punto fijo en las piedras junto a ella como mirando mis pensamientos y le conteste. -Me gusta la soledad, pero hay ocasiones en que es necesaria la compañía-. Quité los ojos de la roca y los apunté a su hermoso rostro distinguiendo su color en las mejillas.-Hace tiempo soy amigo de la soledad, pero es tiempo de admitir que la aborrezco-.Le mostré una sonrisa algo triste y me mordí el labio inferior evitando hacer o pensar algo inadecuado. La observé acariciarse el cabello y anhelé acercarme y acariciarla, pero debía sacar esos deseos de mi depravada mente.
Me acomodé en el agua intentando ponerme mas cómodo y ocultando la inesperada reacción entre mis piernas, esto era demasiado vergonzoso. Hablé para disimular.-Pero no se sienta obligada a quedarse, lo entendería si se va-.

por **Edgar Dagson** Lun Oct 17, 2011 1:47 pm

Ahora el joven muchacho parecía nervioso o avergonzado. Yo siempre era curiosa, más cuando no estaba bajo el dominio de la esclavitud y ahora mismo, aunque sólo fuese por un par de horas, era libre. Era una muchacha completamente libre. Así que lo usé para bajarme de aquella roca y nadar elegantemente hacia él, acercándome más de la cuenta aunque sin rozar mi piel con la suya, pues libertad no implicaba acoso ni intimidar a mi compañero de baño.

Le sonreí dulcemente y sumergí mi rostro a la altura de la nariz, haciendo burbujas infantiles como tanto tiempo hacía que no jugaba. Salí a la superfície riendo, sin preocuparme de ocultar mi boca ante él y esta vez, sin rehuír de su mirada. Ladeé la cabeza y comenté:

- Si prefiere a la soledad que a mi compañía... sólo hágamelo saber.

Guiñé un ojo con picardía, gesto que nunca antes había realizado ante nadie. Me sorprendí a mi misma y prometí no repetirlo, pues podría llevar a confusiones o a incomodar al muchacho. Aun sumergida a la altura de mis pechos, nadé a su alrededor, formando un círculo perfecto antes de seguir el camino y darle la espalda para alejarme de él, usando los movimientos de mis piernas y mis brazos para realizar tal acto.

por **Darcy Haward** Lun Oct 17, 2011 2:21 pm

La observé comenzar a relajarse y acercarse nadando hacia donde me encontraba, cuando estuvo casi pegada realice un movimiento hacia abajo para intentar ocultar mas mi excitación. Se sumergió hasta la nariz e hizo burbujas lo cual me parecía muy gracioso, sonreí. Me gustaba cuando la gente dejaba escapar su lado infantil, era algo que nunca debía perderse del todo. Sonreí tímidamente divertido por sus burbujas y cuando escuché lo que me decía y notar su guiño, me sorprendí pero respondí rápidamente. -Dudo alguna vez querer cambiarla por la soledad-. Me causaba una sensación muy linda, lo mas cercano a la felicidad, cosa que no sentía hacía tiempo. Quitó su rostro del agua y nadó alrededor de mí cuando paso por detrás mío se me erizó la espalda y cerré los ojos conteniéndome de abrazarla y volver a besarla, cuando se alejaba nadando hacia la roca donde se encontraba al principio emergí mis brazos y la sapilqué por la espalda. Esperé a que se volteara para ver porque había sido salpicada y me acerque nadando para agarrarla y jugar con ella como si fuéramos pequeño, sonriendo.

por **Edgar Dagson** Lun Oct 17, 2011 3:00 pm

Cuando ya me alejaba y podía acariciar con mis yemas aquella roca sobresaliente del agua, sentí una llovizna sobre mi espalda, haciéndome detener y voltearme hacia el muchacho, tropezándome con su rostro a escasos centímetros cuando me agarró de las muñecas y me acercó al muro, sonriendo en todo momento como si quisiera jugar conmigo tal y como los niños pequeños hacían en la orilla de una playa. La diferencia entre esa estampa y la que nosotros vivíamos, era que aquellos niños eran puros e inocentes, y aunque yo lo era, probablemente Cristopher no lo era tanto. Y menos, teniendo en cuenta aquella desnudez que ambos compartíamos y que, al roce de nuestros cuerpos, podía hacer saltar chispas. Reí entonces por aquél juego y sin pensar en la situación que acabo de describir, salté sobre sus hombros para intentar hundirle, sin calcular la profundidad de la piscina, por lo que él no se hundió y mi cuerpo quedó expuesto a su mirada, manteniendo mis manos a cada lado de su cuerpo y sintiendo un rubor encendiendo mis mejillas. Parpadeé y tragué saliva ruidosamente.

por **Darcy Haward** Mar Oct 18, 2011 4:22 pm

La tomé cuidadosamente de no hacer demasiado contacto con ella e intentaba voltearla pero ella se resistía intentando ahogarme. A pesar de forcejear de una manera mas cuidadosa debido a nuestra desnudes hacía todo lo posible por divertirla un momento, ademas para olvidar aquel momento vergonzoso. Me sumergía unos centímetros cada tanto debido a la resbalosa superficie. Seguimos jugando así hasta que ella intentó ahogarme colocando todo su peso encima de mis hombros pero quedó elevada sobre la superficie del agua encima mío lo cual permitía que la viera casi por completo desnuda, sentí un gran calor al verla allí encima mío y como resaltaban sus curvas llenas de gotas, finalmente deslicé un pie resbalando y quedando ambos sumergidos en un agua extremadamente transparente, lo que empeoró la situación ya que ahora ambos nos podíamos ver los cuerpos desnudos sumergidos, mi erección no se había ido por lo que no dudaba que la hubiese notado. De todas formas quedamos allí flotando, yo algo confundido sin saber si recorrer con mi mirada todo su precioso cuerpo o largar el aire de mis pulmones y volver a al superficie.

por **Edgar Dagson** Miér Oct 19, 2011 8:00 am

Eran juegos inocentes, de aquellos que nunca había tenido oportunidad de jugar ni tan siquiera en mi niñez. El muchacho había logrado abrir el cerrojo de los convencionalismos y que por unos minutos, saliese a flote aquella niña traviesa que llevaba en mi interior.

Sin embargo, la estricta educación formaba parte de mi personalidad, convirtiéndome en una muchacha tímida, silenciosa, sumisa, dócil, responsable, madura y respetuosa con todo cuanto me rodeara. Y ahora, todos esos conocimientos, se volvieron en mi contra cuando ambos nos sumergimos en el agua transparente como un cristal, pudiendo vernos con la naturalidad y lo espontaneo de aquella situación. Parpadeé dentro del agua, mordí mi labio inferior e instintivamente, llevé mis manos hacia mi cuerpo, intentando ocultar torpemente mis pechos y mi intimidad. Ante la mirada confundida de Cristopher decidí dar el primer paso para enfrentar aquél incómodo momento, dándome impulso con los pies para salir a la superficie, aunque sólo hasta la barbilla, lo suficiente para tomar aire y sonrojarme. Cuando unas burbujitas frente a mí empezaron a surgir, me di la vuelta, dándole la espalda al joven si es que pensaba dignarse a salir a flote.

Tragué saliva y aguardé en silencio, tiritando levemente de puro nerviosismos. Pero por primera vez… sin arrepentirme de nada.

por **Darcy Haward** Jue Oct 20, 2011 2:11 pm

La situación se tornó muy incómoda lo que llevo a que Aya se cubriera con las manso sus partes íntimas las cuales de todas formas había alcanzado a apreciar del mismo modo que ella a mí. Finalmente emergió y yo quedé allí dándole tiempo a que hiciera lo que creía oportuno, luego de unos segundos también salí a la superficie, me refregué los ojos y me alise el pelo hacía atrás que estaba pegado a mi rostro, y distinguí que ella se encontraba de espaldas. Le miré la espalda y abrí la boca.-Perdón por dirigir mis ojos a su cuerpo-. Me moría por ver la expresión de su rostro, seguramente enfurecido por lo que había pasado. Nadé lentamente hacia su lado para buscar su mirada.-Quieres que me vaya?-. Volví a donde antes me encontraba, donde no pudiera verme por completo y me quedé allí esperando sus palabras.

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