Encuentro de dos amigos catalanes...

por **Aithan Belth** Vie Oct 14, 2011 7:03 am

La cabeza del chico se elevo para dejar su cabello contra el árbol, mirando hasta el cielo oscuro, se veían estrellas por todos lados, una sonrisa suave casi risueña se plasma en su rostro, se había olvidado de lo que había dicho a Dalmau, no eran grandes problemas, meras confrontaciones, cuando escucha el “Lo siento” saliendo de los labios del muchacho no puede evitar abrir levemente la boca ante la impresión, Dalmau no era un hombre al que le importara mucho decir lo que pensara en algunos temas, nunca pensaría que se disculparía –No tienes por que disculparte, tu no me aceptaras del todo, por el mero echo de ir en contra de tus creencias pero-le observa de reojo, clavando sus ojos almendrados en los grisáceos de el-Yo se que algo escondes Dalmau…se que hay algo que niegas a ti mismo-dice con voz segura pero algo sedosa.

Sin decir más Aithan saca de su cuello la cadena que le recordaba todo su pasado, lentamente se la saca por la cabeza y se la lanza suavemente a Dalmau-Esto es lo que me recuerda quien soy y por que luché, estoy segura de que tu tienes algo parecido para aguantar todos los secretos que tus ojos gritan.

por **Dalmau Bonmatí** Vie Oct 14, 2011 7:41 am

Las palabras del muchacho no hacían sino poner más nervioso a Dalmau. Aquello que el mayor escondía no era algo que desease que nadie descubriese, un secreto guardado celosamente entre los miembros de una atenta familia, preocupada por la salud mental de su primogénito. Por eso, que el otro pudiera leer tan fácilmente aquella incógnita lo desconcertaba y lo llegaba a preocupar, aunque, obviamente, no hacía que se retirase de su lado.

Entonces, el muchacho recibió el golpe del objeto metálico que el de pelo oscuro le había lanzado, tras retirarlo de su cuello. Él lo recogió y, sosteniéndolo entre sus dedos, recorrió con su mirar la superficie trabajada de la pieza. No comprendía su significado y no consideraba pertinente preguntar. Sin embargo, sí que contestó a la parte de su intervención que hacía referencia a él:

- Yo no tengo nada parecido; no lo necesito, no oculto secretos – acertó esta vez a mentir, aún sin clavar sus pupilas en las de él, temeroso a que éstas le delataran. Lo cierto era que él sí tenía ”algo” aunque no era nada físico, nada tangible. Sus propias convicciones, la moral en la que había sido educado y las creencias imperantes en la gente con la que se relacionaba eran su pilar para mantenerse firme, tanto como le fuera posible, algo que había sido suficiente hasta el momento. El chico necesitaba cambiar de tema, no quería darle oportunidad al otro muchacho de ver en su interior o, peor aún, de permitirle entrar en su pensamiento y hacerle dudar en su determinación; sin embargo, ninguna palabra acudió a sus labios y, sencillamente, retiró la mirada a la oscuridad reinante entre los troncos de los árboles, la cual no ayudaba a tranquilizarlo.

por **Aithan Belth** Sáb Oct 15, 2011 6:27 am

Cada palabra que escuchaba salir de los labios del muchacho era como una negación para el mismo, Aithan sabia que algo guardaba, algo escondía, algo que debía ser tan terrible para que Dalmau no pudiera acercarse a ningún hombre, las opciones en su cabeza cada vez se resumían más, observando sus gestos, sus acciones se dio cuenta de la inseguridad de Dalmau, quizás siempre fue así y no se dio cuenta de ello, cosa extraña Aithan era bastante observador.

Ambos sentados en ese parque, debajo de ese árbol que parecía ser su sujeción a la tierra en esos momentos, ambos muchacho esta vez en silencio después de la respuesta de Dalmau, lentamente Aithan mueve su cuerpo un poco mas cerca del de Dalmau, mira su cabeza gacha y suspira, su mano se dirige a su propio pelo revolviéndolo para después rascar levemente su nuca, nervioso –Dalmau-su voz sonaba suave, sonaba como una caricia acompañada por el viento que le impulsaba hacia el muchacho-Si no ocultas secretos…por que quieres entonces ocultar que no los tienes?-Dalmau se empeñaba en auto convencerse de lo que pasaba a su alrededor lo tenia controlado pero no era así-Mírame a los ojos, una persona que no puede aguantar la mirada es que tiene miedo y esconde muchas cosas o que le avergüenzan o que no se atreve a decir-muerde su mejilla por dentro al acabar de hablar-No te haré daño Dalmau…no he venido a hacer eso, me gusta tu compañía sabes que no yo seria capaz de hacerte daño-susurra sintiendo sus mejillas sonrojadas por lo que acababa de decir, sus nervios aumentaron, tragando saliva y entrecerrando los ojos se obligo a relajarse para no poner más nervioso a el Rubio frente a el.

por **Dalmau Bonmatí** Lun Oct 24, 2011 9:31 am

Las hojas de tonos amarillos y amarronados caían desde aquellos árboles que comenzaban a despojarse de las frondosas copas que les cubrían, con la previsión de quedarse desnudos, en un extraño proceso que contradecía la férrea moral de la época, tan pudorosa y reservada, manchando la extensión verde que cubría el suelo sobre el que ambos muchachos estaban sentados, bajo un tenue sol en un cielo levemente agrisado. No hacía frío, aunque el calor tampoco llegaba a estar del todo presente, con una leve brisa que se inmiscuía entre los árboles hasta llegar a ellos. La distancia moría, lentamente, a cada gesto o movimiento que Aithan realizaba, acercando sus cuerpos un poco más, sutilmente, sin que aquello pasara desapercibido al catalán de nacimiento, pero sin que tampoco pudiera hacer nada para remediarlo, por lo disimulado de las acciones.

- No oculto nada – contradijo nuevamente él, pero en un tono menor, suave, casi tenue, quizás porque en su pecho se había instalado una leve presión que lo empujaba hacia el exterior, inflándolo. El muchacho quería eliminar esa sensación porque había surgido precisamente en el momento en el que el otro se había sincerado al decir que no quería hacerle daño, a pesar de que sus acciones contradijeran sus palabras. ¿Por qué si no quería hacerle daño se obstinaba en perseguir aquel secreto que él negaba, haciendo que el miedo y la pena se instalasen en su corazón? Sea como fuere, el muchacho no dudaba de sus buenas intenciones y, por eso, no se alteraba de tan sobremanera -, ¿por qué insistes en el tema? Déjalo estar – pidió él, casi como una súplica queda, agachando levemente la mirada y encorvando la espalda, postura que corrigió inmediatamente, como medida que había tomado tiempo atrás para evitar malformaciones -. ¿Has ido a ver el Salón de París? Dicen que David, Gros e Ingres expondrán obras – terminó hablando él, por romper cualquier silencio que pudiera llegar a incomodarle y por cambiar de tema con lo primero que se le vino a la mente, quizás debido a que estaba dentro de sus propios planes visitar la exposición, un lugar al que no podía evitar querer ir, debido a sus aficiones artísticas

por **Aithan Belth** Lun Oct 24, 2011 12:29 pm

Le dejó su tiempo para pensar en cada palabra y acción que había producido en los últimos minutos, Aithan se sentía irremediablemente unido a Dalmau, quizás por su infancia, quizás por ser el único hombre que le ha rechazado, pero cualquier cosa que pensase se esfumaba como el humo cuando miraba sus ojos grisáceos, el rubio era atrayente sin proponérselo.

Aunque la inseguridad interna de Dalmau se hiciera presente, o solo era Aithan que le analizaba cada vez que podía, seguía en sus trece sobre Dalmau sabia que un día el rubio explotaría , cayendo en su propia mentira, pero era tanta la unión que tenia con el chico que no podía ni quería perderle por eso cuando este le hablo con esa suplica instalada en cada palabra que salía de sus carnosos labios , paró con el tema, le dejo apartado no sin decir una ultima cosa como era costumbre de Aithan-Algún día…te darás cuenta de lo que has tenido al alcance de tu mano, y te darás cuenta de lo que eres verdaderamente, pero quizás ese día…debas acogerte a tus propias normas por que lo que tuviste una vez ya no está-indirectamente se incluía en esa frase pero no quería decirlo, no sabia cuanto podría aguantar esta situación.

Cuando nota el cambio de tema sonríe algo triste pero cambia su cara a una mas serena, sus ojos avellanados se clavan en los grisáceos de Dalmau, una sonrisa suave y tierna aparece en sus labios y su mano sube hasta su pelo pasando la mano por ahí hasta dejarla detrás de su cabeza contra el tronco, mientras la otra jugaba con la hierba, prestándole atención-Me encantaría ir…podríamos ir juntos, yo soy muy aficionado, podrías enseñarme-dice mordiéndose la mejilla por dentro notando un pequeño calor en sus mejillas, dando gracias a la noche por que ocultase casi su cara-quieres ir? A mi me apetece…-vuelve a decir en una especie de invitación, suave y clara para que Dalmau estuviese tranquilo-Una salida de…amigos-hizo una mueca en forma de sonrisa cuando dice esa ultima palabra pero se conforma de momento con ello.

por **Dalmau Bonmatí** Sáb Nov 05, 2011 3:59 pm

La incomodidad de Dalmau era totalmente palpable, pues su mirada le rehuía, así como sus palabras querían evitar aquel tema de conversación, tan controvertido y, quizás, doloroso para él. Su cuerpo le exigía algo que ni su mente, ni su conciencia, ni mucho menos la sociedad estaban dispuesto a concederle, por lo que hablar de aquello era casi un sinsentido. Aun así, la casi amenaza del otro, aunque no hubiese sido pronunciada con esa intención, le hizo vacilar en su ya inestable seguridad, pues, ¿qué había de seguro en esa vida? Aunque el catalán no se permitiese dudar de la legitimidad de las leyes de Dios, en el fondo, comprendía que estas no eran, ni mucho menos, algo inequívoco y que, quizás, algún día una nueva verdad se le apareciese.

Su petición para eludir ese tema pareció ser aceptada y, por lo tanto, el propio varón se calmó, relajando sus tensos hombros al iniciarse una conversación en la que podía sacar más provecho a la que, por descontado, sentía mayor simpatía. Una mueca convertida en pequeña sonrisa precedió a sus palabras:

- Claro; conozco a algunas personas que quizás le apetezcan ir, pero no estoy seguro si es por sincera inclinación o por cortesía y sociabilizar – al muchacho casi podría parecerle una ofensa que la más prestigiosa muestra de arte del reino francés fuera mancillada con conversaciones banales, muy alejadas de las Bellas Artes -; me han hablado de una de las últimas obras de Jacques-Louis David, expuesta. Se trata de un retrato de la bella Juliete Récamier, bastante sencillo, pero resuelto con gran maestría – alababa al cuadro por lo que había escuchado, a ciegas -. No puedo dejar pasar la oportunidad de verlo – cualquiera que entablara una conversación con el muchacho catalán, no pasaría demasiado tiempo sin darse cuenta de sus inclinaciones por la cultura en general y el arte en particular, muy libertario y cuya atención no era muy difícil de llamar en ciertos temas - ¿Y tú? ¿Has ido a alguna exposición en París? – el muchacho, en realidad, quería preguntar por cualquier evento cultural, pero, dado que la conversación giraba acerca de temas más bien pictóricos, prefería no dar un gran vuelco repentino a la conversación, al menos de momento.

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