Y mi mami?

por **Isabella De Castilla** Lun Oct 17, 2011 10:07 pm

Mi padre decidió llevarme a un lujoso restaurante para la cena, ya que era mi cumpleaños, nada más una pequeña celebración entre nosotros dos. Una cosa muy extraña es que no tengo ni la menor pisca de emoción por salir, quizá sea porque iré con él, eso me da menos libertad con respecto a todo. Mi dama de compañía me ayudo a elegir mi vestido, nos decidimos por uno color turquesa y guantes blancos, estaba bien, no perfecta… Nada más bien. Me hizo un hermoso peinado, muy elegante, eso fue lo mejor de todo.

Mi padre ya me esperaba en el carruaje, había terminado antes que yo. Me despedí del mayordomo Alessandro y de Lizzy, la dama de compañía, me desearon suerte. “Hoy tiene que ser el día” repetí para mis adentros. Estaba 100% dispuesta a preguntarle por mi mama’. Yo no sabía absolutamente nada de ella, y ya tengo la edad suficiente para saberlo, aunque no fuera así, es mi madre, la conocí, pero hace mucho. Ahora es un recuerdo muy escondido en el fondo de mi cerebro y mi corazón que no quiere salir por más que me esfuerce en recordar.

Subí al carruaje con ayuda de mi papa’, lo salude con un beso en la mejilla y una sonrisa. El la devolvió feliz. El es lo más importante en mi vida, aunque mi ‘instinto’ me llame a escapar del castillo, no podre acostumbrarme a la ausencia de mi padre. Lo amo demasiado, todo el amor que tenía reservado al nacer para mi madre, el se lo fue ganando poco a poco hasta reducirlo a simple curiosidad.

El carruaje empezó a moverse, y me acurruque en sus brazos hasta quedarme profundamente dormida, el camino hacia la ciudad era muy largo y tedioso, el castillo quedaba a mitad del bosque así que no había mucho que ver además de arboles y flores.

por **Adélbert Faccianelle** Lun Oct 17, 2011 10:12 pm

Me desperté muy temprano, le había prometido a mi hija llevarla a un restaurante a celebrar su cumpleaños, mi querida pequeña, poco a poco iba creciendo y no quería que me dejara. Me aterraba por completo la idea de dejarla ir. Está claro que me voy a asegurar de que su futuro, cuando yo ya no este, ella tendrá todo lo necesario para formar su vida feliz.
Si hubiera algo que pudiera dar para detener el tiempo y vivir por siempre cuidando de mi Mackenzie, lo daría feliz. Tengo que comprender que la vida es así me guste o no.

Quiero ser todo para mi hija, ya es suficiente la ausencia de su madre, me gustaría recompensarla con todo lo que quisiera, de hecho lo hago. Pero sé que lo material JAMAS reemplazara una madre. Y menos aun, una tan buena y hermosa como la tenia. Mackenzie heredo su belleza, pero sobre todo su inteligencia. Es una niña demasiado inteligente para su edad. Me siento tan orgulloso de la pequeña tan especial que me fue asignada para mi vida. No la cambiaría por absolutamente nada.

Salí del palacio y espere en el carruaje. Escuche sus pequeñísimos zapatos de tacón caminar por el suelo rocoso. Le hice espacio a mi lado. Se asomo por la puerta, la ayude a subir. Me saludo con un beso y una sonrisa, devolviéndosela yo complacido. Era todo lo que esperaba ver. Se perfectamente que ella no es muy expresiva en cuanto sus sentimientos. Se acurruco a mi lado, la envolví en mis brazos, entrando ella en un profundo sueño. El carruaje apuro su paso y llegamos antes de lo esperado. Desperté cariñosamente a Mackenzie con un beso en la frente, nuestro lugar en el restaurante ya estaba apartado. Avanzamos hacia la mesa.

por **Isabella De Castilla** Mar Oct 18, 2011 5:13 pm

Mi padre me despertó con un dulce beso en la frente, no tardamos tanto como creí, me enderece rápidamente y pase varias veces la manos sobre mi vientre para tratar de quitar las arrugas de mi pequeño vestido. Bajamos del carruaje, y nos dirigimos a la mesa. Me senté y puse una servilleta sobre mis piernas, mi padre hiso lo mismo.
La mesera se acerco a preguntar por nuestras órdenes, la mesera se sonrojo cuando mi padre le habló, eso me enfureció, no me gustaba que mi papa’ tuviera tanto magnetismo con las mujeres. Eso me hacia preguntarme también como era posible que aun no se hubiera vuelto a casar. Le dedique un seño fruncido a la mesera, ella rápidamente volteo respondiéndome con uno igual, pero menos perturbador que el mío. Incluso me retuve a sacarle la lengua.
Mientras tanto mi padre miraba la carta aun sin percatarse de todo lo que pasaba entre la mesera y yo. Hasta que levanto la vista y dijo la orden, la chica le dedico otra sonrisa y se fue directo a la cocina.

-Gracias papi, la comida de este lugar es mi favorita.- dije sonriendo. –Aunque es una lastima que el servicio no sea igual de bueno- dije apenas en un susurro.
Solo me faltaba un poco, tenia que esperar unos cuantos minutos para poder empezar a bombardearlo de preguntas sobre mi madre.

por **Adélbert Faccianelle** Vie Oct 21, 2011 7:28 pm

Me alegra mucho ver tan buenos modales de mi pequeña, debo admitir que para su edad aprendió todo muy rápido.

La mesera se acerco amistosamente a tomar nuestros pedidos, escogí el platillo favorito de Mackenzie, me tomo un momento encontrarlo en el menú, cuando levante la vista para decir el pedido, vi a mi hija mirar de reojo a la mesera, la conozco demasiado bien como para saber que algo le molestaba. La mesera nos sonrió y se fue.

Escuche a Mackenzie agradecerme por la cena, luego de eso no entendí sus palabras, ya que fueron tan bajas como un susurro.
-Sé que te gusta venir aquí, por eso te traje.- le dije con una sonrisa. -Perdón, pero me podrías repetir lo demás? – descanse mi barbilla en las manos. Había estado callada últimamente, ella no era así, sabía que tenía algo que decirme y me preocupaba un poco.

Después de un momento de reflexionar, no pude reprimirme a preguntarle -Tienes algo que decirme Mackenzie?- Ella se paralizó de inmediato y abrió los ojos como platos, no había mas prueba en que tenia razón.

por **Isabella De Castilla** Lun Oct 24, 2011 9:55 pm

En los ojos de mi papá se reflejaba el orgullo que sentía al tenerme. Yo también estaba muy orgullosa de él, era el mejor padre que jamás pude haber deseado, supo como cuidarme sin necesidad de una madre allí presente, por eso lo amo tanto y es lo mas importante en mi vida.

-Olvídalo, no fue nada importante- dije al ver que se percato de mi murmullo sobre el servicio, aparte un mechón de cabello que había caído sobre mi nariz. No quería que el notara el cambio que había tenido al estarme concentrando tanto en pensar como formular todas las preguntas que tenía que hacerle correctamente. Pero al parecer si lo noto, y mucho.

-No! Claro que no pa…..- Pensé un poco, esta era una gran oportunidad para empezar, me ahorraría mucho. Me había paralizado, no me lo esperaba. –Papá, sí hay algunas cosas de las que me gustaría que habláramos, es muy importante para mí, nos ayudara a ambos! Te lo aseguro.- Le dedique una sonrisa torcida esperando a que él me la devolviera, pero en ese momento estaba serio y dubitativo. Me aterraba demaciado a donde iría a conversación después de esto, el seguramente no tendría la menor idea de lo que yo me refería.

por **Adélbert Faccianelle** Vie Oct 28, 2011 12:58 pm

No le tomé importancia al murmullo, y tenía razón, ella esperaba a decirme algo, o mejor dicho: A que habláramos sobre algo, pero… de que? Todo aparte de su cambio de humor había ido bien últimamente. Estamos muy bien, que nos podría beneficiar a ambos? Estaba muy confundido, que era lo quería decirme. Me sonrió muy nerviosa, lo podía notar, no le devolví la sonrisa, estaba muy sumido en mis pensamientos como para hacerlo.

-Sobre qué quieres que hablemos Mackenzie?- La miré con interés y con duda. Ella parecía dudar de cómo empezar, tartamudeaba mucho y eso no era normal, para nada. En ese momento la mesera se acercó con nuestros pedidos poniéndolos sobre la mesa, Mackenzie pareció aliviarse al verla ya que con su interrupción tendría tiempo para formular mejor lo que me diría, todo esto solo lograba impacientarme.

Ella es una niña muy inteligente, por lo tanto cualquier cosa que la tiene haci de nerviosa podría cambiar todo.

por **Isabella De Castilla** Lun Oct 31, 2011 4:08 pm

Bueno, ya no podía seguir evitando el momento, así que decidí hacerlo. Tendría suficiente tiempo para arrepentirme después. –Es sobre mi mamá, nunca me has dicho nada sobre ella. Quiero saber qué le pasó.- Uff” Fue un gran alivio haberlo dicho, ya llevaba muchísimo tiempo queriéndolo decir y fue una liberación. Esperé un poco para ver su reacción, leer las expresiones de mi padre era fácil, pero ahora su cara estaba en blanco. Tal vez no debí preguntar.

Papa? – Mi voz fue baja pero firme. Ya me estaba preocupando, ni siquiera se había movido desde que hablé, pensé que era mejor dejarlo reflexionar (o lo que estuviese haciendo) y no interrumpirlo más. Sabía que esto era muy difícil para él como padre, pero tarde o temprano lo tendría que confrontar. Y para mí era mejor temprano. No probé un solo bocado de la comida que ya estaba servida sobre la mesa.

por **Adélbert Faccianelle** Miér Nov 30, 2011 9:29 pm

Sabía que llegaría este día, pero pensé que fuera a suceder tan pronto… No estaba preparado, es muy difícil para mí hablar sobre mi esposa, sobre la madre de Mackenzie, pero creo que hoy será el día en que mi hija saldrá de dudas sobre este tema, o por lo menos eso espero. –Tu mamá… ella te amó desde el día en que naciste, hasta el día en que dio su último respiro…- Sé que eso se escuchaba cursi, pero así era. – No pude evitar su muerte Zy, créeme que de haberlo podido haber hecho… Yo no sería el que estuviera hablando, sino tu madre.- Hace muchísimo tiempo que no le llamaba “Zy”a Mackenzie, es más, creo que ella ni siquiera sabe que yo le decía así. Cuando mi pequeña estaba en el vientre de su madre solíamos llamarla así de cariño, “Mackenzie” era un nombre muy largo, y lo único que teníamos en la mente era nuestro bebé, así que sería más fácil nombrarla como Zy.

El pequeño rostro de mi hija, lleno de ternura e inocencia como lo había estado siempre, ahora pintado de dudas y confusión. Aún seguía siendo la niña más hermosa de todas…. Contemple su rostro que cambio repentinamente de expresión al escuchar mis palabras. Ahora me sentía bien… mucho mejor que antes. El peso de esconderle cosas a mi niña ya había desaparecido, casi. Le sonreí para inspirarle confianza, por lo menos eso esperaba ya que mis sonrisas no siempre eran del todo alentadoras.

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