Odette Neville

Nombre del Personaje:
Odette Melusina Neville
-Edad:
Tiene 17 años, aparenta 17 años
-Especie:
Licántropos
-Tipo y Clase Social:
Clase Alta
-Orientación Sexual:
Confusa, con tendencia lésbica.
-Lugar de Origen:
París, Francia
-Habilidad/Poder:
● Sentido del peligro.
● Sanación acelerada.
-Descripción Física:

Spoiler:

- Físico Animal:

Spoiler:

-Descripción Psicológica:
Rebelde sería la palabra que mejor la describe. Nadie sabe de dónde ha sacado la muchacha las ideas que tiene, pero así es. Su única ley es desobedecer todo lo que se le diga hasta extremos ridículos. Grosera si se lo propone y muy descarada. Si quiere decir algo, si se encapricha de algo, no duda un segundo en decirlo. "Más vale pedir perdón que permiso" es lo que suele decir, frase que su madre considera de mal gusto. Pero no siempre es así. Sabe mantener la compostura, aunque sólo lo hace cuando le apetece, en general para fastidiar a su madre, a la que tiene bastante rabia.

Tiene un lado tierno, dulce y sincero, pero no le gusta mostrarlo porque se siente débil, y habiéndose criado con seis hermanos, sabe de sobra qué es la ley del más fuerte. Teme que alguien descubra el lado que ella considera más blando, y que le hagan daño. En realidad toda su vida ha tenido falta de atención, y tal carencia es la que le hace comportarse así.

Es caprichosa, pero en el fondo es buena chica. Su interés por las cosas de hombres y su atracción por las mujeres hicieron que el resto de chicas de la sociedad la miraran como a una apestada, y eso le bajó bastante la autoestima, aunque nunca deja ni dejará que eso se note. Para ello está su capa de orgullo y falso valor.

-Historia:
Odette Melusina Neville nació en el seno de una familia adinerada, que se dedicaba al comercio de productos de lujo entre Oriente y Europa. La única niña entre seis varones. Tenía tres hermanos mayores (Raoul, Quentin y Gerôme) y tres hermanos menores (Christophe, Daniel y Etienne). Su padre solía estar ausente o demasiado ocupado como para pasar tiempo con sus hijos, de modo que tenían ayas y niñeras que se ocupaban de ellos. Sus hermanos compartían, pero a ella por ser la única muchacha, le asignaron una propia, llamada Pauline, al igual que una habitación para ella sola. Pauline tenía trece años cuando empezó a cuidar a Odette, que tenía uno.

Cuando empezó a ser algo más mayor, su madre, Madame Mathilde Neville, insistió en que la enseñaran a preparar ramos de flores, bordar y coser puntillas. Aunque al principio a la niña le gustaba todo aquello, al darse cuenta del esfuerzo que requería para hacerlo bien, se desinteresó. Le parecía más divertido ir con sus hermanos a cazar ranas y correr por el barro. A Onfroy Neville, su padre, no le preocupaba el hecho, pero Mathilde en cambio estaba muy alarmada, así que se lo prohibió, y cuando la niña tuvo diez años, empezó a revisar sus labores de costura.

- Madre, nosotros tenemos dinero, ¿por qué tengo que cocinar y coser si lo puede hacer alguien por mí?

Aquella pregunta provocó muchas disputas a lo largo del tiempo. Sus hermanos la chinchaban mucho, y las peleas de la muchacha con ellos eran frecuentes. Su madre la castigaba de forma especialmente dura cuando alguno de los niños de la casa aparecía con un ojo morado.

- ¡No puedes pegar a un hombre! ¿Acaso eres estúpida?

Sin duda alguna, Odette no fue jamás la adorable niña que Madame Neville había querido tener, y eso fue una gran decepción. Sus muchos intentos de hacer de la pequeña una señorita hecha y derecha fueron un fracaso. Toda la ciudad murmuraba rumores horribles sobre el destino de la chiquilla. Que si habría que meterla a monja, que si un día encontrarían su cadáver junto al Sena. El caso es que Odette no aguantó mucho más. Un día, ya cumplidos los diecisiete, y tras haber sido presentada en la sociedad, con una lista de pretendientes considerable- aunque odiosa, Odette siempre fue preciosa- se hartó de toda esa hipocresía y huyó de su hogar con una bolsa de ropa y dinero.

Pero la "Libertad" no resultó ser como ella quería. En las posadas no le daban alojo por ser tan joven e ir sin compañía masculina, y no debía parar por grandes hoteles por riesgo a ser descubierta. De modo que no le quedó otra que pasar noche por las calles. Una de esas noches, caminaba por las afueras de París, en el cielo se lucía una enorme luna llena, y entonces, una loba gigantesca se abalanzó sobre ella y la mordió. Era una licántropa, y gracias a la mordedura, Odette pasó a ser una también.

-Datos Extras:
● Sabe tocar el piano de una forma maravillosa. También algo de violín, pero no tanto.
● Adora la buena lectura.
● Por algún motivo, en su forma lupina, tiene heterocromía (un ojo de cada color)