Sophie Anne Ravenscroft

Sophie Anne tiene el cabello largo, de color castaño oscuro. Piel suave y pálida.
Mide 1, 67 y es muy delgada, aunque tiene curvas en su cuerpo.
Sus ojos son oscuros, con destellos azules.
Posee razgos armónicos.

Sophie es antes que todo, una persona sumamente responsable y cuidadosa. Condescendiente y emprendedora, nunca dejaría de cumplir con su deber y siempre estaría encontrandole alguna utilidad a su vida, alejada de los cortejos y de cualquier posibilidad de enamoramiento. Asumió la responsabilidad de hacerse cargo de su hermana menor, que es lo que queda de su familia, y no está dispuesta a hacerlo mal.
Sophie es súmamente sensible, pero lo oculta para no ser un mal ejemplo. Llora mucho por las noches, cuando recuerda que está sola y que no hay nadie que pueda ayudarla.
Si bien antes era un joven educada, dejaba lugar para los sentimientos. Ahora, aunque sigue siendo toda una señorita, reprime la necesidad de estar con alguien a quien ella ame realmente y poder compartir con esa persona toda su vida.
Por más que se olbigue a si misma a no soñar, Sophie no deja de tener ilusiones. Es romántica por naturaleza, y se pasa el día leyendo novelas, aunque oculta este razgo de ella para no quedar mal entre las personas de su edad.
Detesta que la cortejen hombres muy mayores, aunque sabe que si quiere estabilidad cuando los recursos se acaben, es lo mejor. Ella es inexperta en los negocios y teme que en añgún tiempo termine contrayendo matrimonio con un anciano que sepa manejar las cuentas. Por eso, prefiere morir solterona.
Sophie es colaboradora, y paciente. Dulce y simpática. Es dócil, casi por naturaleza, pero generalmente, porque reprime lo que realmente siente y piensa. Sueña con poder expresar sus sentimientos a alguien que no se burle de ello ni la deje sola.
Se preocupa por su imagen, pero no en un modo obsesivo. Se asume como mujer madura y cree que debe actuar como una, por lo que le enseña a su hermana cuestiones de la vestimenta, el cabello, y otras conductas, que debe tener bien aprendidas.
A Sophie no le gusta estar sola, y si bien se plantea como una mujer "independiente", ella en realidad no lo es. Es joven y creativa, pero muy tímida.

Sophie Anne nace en el seno de una familia aristocrática de Londres, poseedora de granjas en el exterior del país. Es la primogénita de la familia, hija de Vivianne Sophie Beautons y Arthur Ravenscroft. Después de ella, nació Arthur II que moriría de un problema respiratorio mientras dormía en su cuna. Sólo tenía un año. Más tarde, nace Melissa, la única hermana de Sophie, y a quien es muy unida.
Sophie y Melissa adoraban a su madre, que era quien pasaba casi todo el día con ellas, dado que su padre solía viajar a los campos que poseían.
Cuando las hermanas eran apenas unas chiquillas, su padre convenció a su madre de que hiciera un viaje al condado de Derbyshire con él. Jamás regresaron. Su carruaje se perdió en la ruta y ya nadie los volvió a ver. Se los dió por muertos, lo que devastó a la familia. Tiempo más tarde se hallaron los cadáveres; parecían haber sido víctimas del ataque de un animal feroz.
Las hermanas quedaron entonces huérfanas de padre y madre, por lo que la mayor, Sophie, en vez de poder casarse y comenzar a formar su propia familia, decidió hacerse cargo de Melissa hasta que se convirtiera en una jovencita independiente.
Cuando sus padres vivían, solían frecuentar las festividades y cortejos, organizados por las familias más pudientes de Inglaterra. Tenían grandes amistades con quienes compartían su tiempo libre, pero tuvieron que dejarlos atrás, porque surgieron otras responsabilidades.
Sophie rechazó a un pretendiente, del que se había encariñado mucho, para poder ocuparse de su hermana y de lo que habían dejado sus padres. Las propiedades, la servidumbre, la granja, las inversiones, las deudas, los gastos.
La sociedad, al notar que eran huérfanas y que sus padres, además de haber muerto, lo habían sido tras causas muy misteriosas, comenzó a sentir pena por ellas. Esto no agradó ni a Sophie ni a la entonces pequeña Melissa.
Las hermanas pasaron algunas necesidades, producto de la inestabilidad, el poco conocimiento del mercado y la economía, y los impuestos para sostener la guerra.
Parecía que todo se iba a pique, cuando una de sus amistades le comentó que en los barrios bajos había gente que tenía el poder de invocar a los muertos. Si bien esto o convencía a Sophie demasiado, a Melissa le emociono muchísimo la posibilidad de reencontrarse de alguna manera con sus padres por lo que convenció a Sophie y juntas asistieron a unas sesiones de brujería, para aprender a comunicarse con sus padres, que estaban en el más allá.
Nunca lograron hacerlo, a pesar de que la extraña mujer les decía que tenían mucho talento y mientras, se fueron introduciendo más y más en las artes oscuras. Y aprendiendo el arte de hacer pócimas y la adivinación, pero jamás llegaron a completar el aprendizaje porque su Tía por parte de madre enviuda, y se empecina con localizar a sus sobrinas. Pronto, las lleva a vivir con ella a Francia, tierra natal de su madre. Al no tener hijos, redacta su testamento, dejando sus sobrinas como herencia su hermosa casa, junto con todo su dinero.
Las muchachas, decidieron mudarse y vivir allí, ya que en Londres además se sentían muy solas. Vendieron lo poco y nada que les quedaba de las posesiones de sus padres, se despidieron de su antigua servidumbre y abandonaron Inglaterra. Sophie se dijo a si misma que dejaría todo lo relacionado con la brujería, y le hizo prometer a su pequeña hermana que dejaría también todo aquello para siempre. Ahora tenían a donde ir, y con quien contar. En París, Sophie y Melissa comenzarán juntas de cero.

- Su madre era francesa, por lo que hablan fluído francés. También ha sido instruída en Alemán.
- Toca el piano.
- Siempre quiso saber qué les sucedió realmente a sus padres.
- Sabe coser y bordar. A menudo diseña y confecciona sus propios vestidos junto a su hermana.
- Le gusta mucho leer.
- No le gusta viajar, mucho menos si son viajes largos.
- Estuvo a punto de comprometerse pero decidió no casarse.
- Es casta y pura.
- Cree en el amor para toda la vida aunque no para ella misma.
- Le gustan las cosas dulces y adora tomar el té con confituras.
- Le teme a los bosques y a la soledad.
- No le gusta mostrar su debilidad.
- Le cuesta expresar sus sentimientos.
- Le pesa haber aprendido artes oscuras. Cree que lo aprendido no sirvió de nada y reniega de su talento.