Nocturnal Episode

Una noche tranquila, gente de aqui a allá, todos pasaban a mis costados, gente cuyos rostros quizas no volveria ver nunca ni ellos volverian a ver mas el mío, personas que quiza eran algo mas que simples humanos....
Cada paso que daba era seguro y firme, no era una persona perfecta pero supongo que con mi particular modo tan bohemio de vestir y mi guitarra en mi espalda a mas de uno llamaba su atención, yo seguia mi camino sin mirar a nadie, mi vista fija hacia adleante y siempre recta.
Estaba abrumado y aburrido por un momento levante la cabeza mirando el firmamento ¡Tan hermoso era en verdad! añoraba el bosque y la naturaleza mis continuos paisajes de pausado andar pero lo que venia a hayar por desgracia no lo hayaria en otro lugar a la interperie solo aquí, ahora deseaba un buen trago, para mi fortuna encontre un hotel donde a lo lejos podia escuchar musica de fina exquisites.... pense un poco ¡Musica y buen vino que mas podía pedir!
El lugar era un tanto elegante, personas de todo tipo podia ver alli, desgraciadamente ninguna prestaba atención al artista que en esos momentos les amenisaba sus juegos, sus conversaciones, sus celebraciones o sus conquistas.
Era un joven de intrigante estampa, una camisa negra, ropa casual adecuada para su trabajo.
Parecia ser que era el unico escuchando tan fina musica proveniente de manos prodigiosas que sabian tocar aquel piano con tranquilidad, talento y sentimiento tanto al grado de no importarle si lo escuchaban o no.
Con el vino que me habian servido y la ultima pieza que al parecer interpretaria aquel musico volvio a tocar mi corazón bohemio y liberal, todo en aquella melodía era verdad como anhelaba ver las estrellas fugaces acostado en un hermoso prado o en medio de un bosque con una noche como esta.
Cerre mis ojos y respire profundamente recordando cada feliz momento, deje la copa de lado y recarge mi brazo en la mesa y apoye mi cabeza en mi mano, tocando mi sien.
Tal y como la melodia decia habia regresado a la realidad y habia tenido contacto con aquel mundo del que venia y deseaba, sinceramente fu armonico....
El piano cayo y los presentes continuaron si prestar atención, por impulso levante mis manos y comenzaron a aplaudirle, los presentes voltearon verme, a mi poco me importaba mas hicieron lo mismo por unos instantes y regresaron a sus actividades.
Me termine el trago que sobraba en la copa, con un gesto decente me levante de mi mesa y me acerque aquel misterioso y talentoso joven que continuaba en el piano sin tocar alguna otra melodía.
-Debo felicitarle joven- sonreí de inmediato -su pieza revivio lo que tanto anhelaba sentir esta noche, no que a otros ni siquiera saben apreciar arte tan fino- voltee a ver a los demas y depues regrese la mirada a el -Disculpa supongo que estoy un poco sencible por la copa y la noche tan grata, ademas soy artista, musico y viajero supongo que no estoy acostumbrado a estas situaciones y eso me enfurece o no estoy habituado a las costumbres de París- arque la ceja ligeramente y me sacudi melena acomodando mis rizos con mi mano.
Las ideas se me habian terminado, queria seguir la conversación pero ya no sabía como, me quede viendo a la nada pensando en algo hasta que se me ocurrio -Mi nombre es Bryan Wilde, vengo de Inglaterra, pero creo mi acento ingles ya te lo ha dicho- sonrei nervioso, mostrando como siempre mi duda, me preguntaba si habia sido buena haberle hablado- ¿Y cual es tu nombre, es decir si puede saberlo?- supongo lo tome por sorpresa ante mi repentino dialogo que no se esperaba ante mi silencio.

Fue un alivio saber que a veces no era ya el unico nervioso, aquel misterioso joven parecia tener algo de aquello, pero por mucho en esta conversación el que seguía dudando era yo ¡Bah! costumbres, mis malditas costumbres.
No pude evitar esbozar una sonrisa al verle mostrar interes cuando le dije que era músico, en lo particular me encantaba conversar con personas de esa clase, poetas, intelectuales o musicos para mi me era de igual manera gratificante....
Mi sorpresa se asomo en mis ojos al escuchar por primera vez su voz, era aquella suave pero dulce a la vez,era tan diferente al matiza que tenía al cantar que me convencí que su voz era el perfecto acompañamiento de cualquier piano incluso el más fino.
Tome su mano al instante en que se presento, asi que su nombre Louis, interesante nombre y acorde a su presencia, pero me extraño un cuanto por sus rasgos hubiera apostado mi guitarra a que tendria un nombre.... bueno... mas.... oriental.
Sin embargo me mantuve callado esperando su presentación terminara para poder responderle su anterior cuestion sobre como llamarme.
-Louis, un placer en verdad, a mi solo dime Bryan y nada mas que Bryan- suspire por unos escasos segundos, teniendo mi duda de hacerle saber aquel curioso pensamiento que tuve respecto a su nombre -Bien, pues te sere sincero- rei apenado e inseguro -Cuando le vi desde aquella mi mesa supuse tu nombre seria,bueno.... algo... mas... oriental, es decir por algunos de sus rasgos que no pertenecen a este Pais, por ejemplo sus ojos- bien debia admitirlo sus ojos me habian llamado profundamente la atención y que decir de verguenza que mostraba en ese momento, era la peor de todas la que haya tenido, me repuse al instante y comente -Su frances no es tan lamentable como el mio que por mucho me estorba el acento ingles, debo suponer que es de......Japón- Lo dije tan seguro que decidi agregar un justificación -Bueno.... creo saber de donde proviene por que yo soy un hombre trotamundos, he viajado a muchos lados y conocido a tanta gente de lugares y paises completamente distintos y distante uno del otro- voltee a ver aquel piano reflexionando un poco -Pero vengo a París.... por un sueño y una misión a cumplir- suspire agregando en mi tono de voz un toque sutil de añoranza.
-Y usted que ha venido a buscar a París, debe de ser algo grande para moverse hasta aca con tantos kilometros de distancia de por medio, mi buen amigo Louis ¿Si es que me permite llamarla asi- arque la ceja ligeramente -Disculpe, pero una vez que un ser humano esta viviendo a la interperie se olvida de todas reglas un tanto formalizadas ycivilizadas-Separe mi vista de aquel joven y la centre nuevamente en el piano que poco a poco comenzaba a acariciar con cuidado y sutileza...

A la mayor parte de la gente que había conocido en mis largos viajes decía tenia el dote de ser abierto y sincero, mas sin embargo mi sinceridad en mas de una ocasión me habia metido en embrollos mas grandes que la propia muralla china de los cuales lograba salir de milagro, me era grato que mi acompañante lo notará, aunque esa anecdota volvio a mi cabeza al escuchar su observación provocando esbozar una divertida sonrisa.
Despues de un pequeño sorbo de agua aquel joven me confirmo mis sopechas de su prosedencia, era de Japón, y que decir de su nombre, tan largo, pero a mi parecer viendolo de forma positiva era bello en combinación reflejando la mezcla de dos culturas y que decir de poderlo manejar a combeniencia cambiandote el nombre en caso de enredarse en un problema -Yo considero.... es una ventaja, su nombre en si es bello reflejando la mezcla de dos culturas y pues...-tome una pausa -Si yo lo tuviera en diversas ocasiones me cambiaría mi nombre por otro previniendo que me encuentren si me meto en algun problema... como de costumbre- negue con la cabeza mirando al techo, despues regrese mi mirada, mostrando escucharle con atención.
Que historia, me contaba su madre había preferido a un extrajero y de que su amor señalado por la sociedad tan estricta como es la japonesa tuvo un fruto que era aquel pianista, entonces me puse a pensar si yo me quejaba de aquel pasado tan horripilante que marco mi infancia, el pasado de aquel era... aun peor quiza marcado por la marginación y el desprecio.
Me mantuve callado, a mi si algo me lastimaba mas era sin duda aquellos que tenían por historia un pasado tortuoso, pero en que ricón del mundo no los hay en verdad son escasas las vidas "felices".
Mi espiritú aventurero que en realidad era desconocido por todos, en que momento me sentí confiado en mi buen pianista para decirle un dato como ese, sobre todo cuando entre parisinos suelo aparentarlo con una que otra mentirilla piadosa -Si verdad, que osadía la mía de cumplir una idea como esa, pero yo lo hago para sentirme libre, vivo y en ocasiones por que no decirlo huir de mi mismo-. respondí mientras observaba a una hermosa mujer que platicaba con lo que al parecer era su pretendiente, volviendo a pronunciar -Huyendo de mi mismo- asentí con la cabeza quedando por un momento sumido en mis pensamientos viendo fijamente el vaso con agua.
Reaccione cuando el pronuncio la palabra sueño -¿Sueño, sueño?- mostrando mi distracción que por un momento había tenido, de hecho normalmete siempre la tenía, más mi inconciente quien fielmente escucho lo dicho por el joven me dicto lo que debía contestar -¡Oh, si mi sueño. gracias por su buen deseo, en ocasiones fervientemente también deseo se realiace- suspire - Quiza paerezca una locura pero mi sueño se basa en llegar a conocer criaturas sobrenaturales, es decir magos, vampiros, personas que se transforman en animales, en fin todo ese tipo de gente de la que alguna vez lei en diversos libros y yo pienso Bryan si esos mitos existen es por algo, no creo que hayan sido para espantar al niño mas travieso o que no quisiera dormirse- rei sutilmente -De igual manera agradezco tu ayuda, creeme lo tendré en cuenta- le guiñe el ojo, gesto que solo hago cuando comienzo a sentir confianza en alguien y simbolo de una promesa, además si el empezaba a creerme loco, bueno de igual manera ya estoy acostumbrado no seria el primero en pensarlo.
Empezamos a abordar otros temas, la soledad, que marco su desición de poner distancia entre su país y París, en verdad era curioso aunque yo no planee venir a París, me aleje de Inglaterra por sentirme... solo.
-Es curioso,que coincidencias de la vida, yo me distancie de casa al sentirme solo y compobar que no era solo un sentir sino de que era verdad, aunque yo no pense en Europa o París con exactitud, pense que el mundo me trataría de mejor manera que la propia gente de Inglaterra- asenti con la cabeza.
Me ofrecio pasar a una mesa por mi no habia objeción alguna siempre y cuando no lo distrajera de su trabajo, una vez aclarado que ya había terminado su participación artistica, acepte gustoso -Si es el caso que ya ha terminado entonces no pongo obejeción alguna, pasemos a la mesa que ocupaba hace unos momentos y con gusto le expicaré que es aquello de vivir a la interperie-
Asi pues caminamos a aquella la mesa más alejada e intima del bar, tomamos asiento, el frente de mí, una vez acomodados comence -Como te había comentado, soy un bohemio, soñador y viajero, me aleje de casa cuando pude valerme por mi mismo, pense entonces que el mundo era una enorme residencia que todos compartimos, entonces si es una casa ¿porque no conocer cada una de sus habitaciones y pasillos?, se que vienen epocas extremadamente frias, dañinas y peligrosas, pero he sobrevivido a peores catastrofes, ademas no hay mejor hogar que el que lleve como techo las estrellas, como lecho, pasto verde, como muebles los arboles y como fuente de calor una fogata iluminada por la luz natural de aquella luna que ecucha pasientemente cada composición y canció que de mi voz y guitarra entonamos al unisono- hable con alegria y anhelo de estar allí, pero para mi misión debía por ley ir a la ciudad e indagar sus misterios -Mi dirección es muy facil,la mas sencilla del mundo diria yo, solo vaya al bosque y me encontrara en todas partes quizas hasta en las mismas estrellas que llevan mi escencia- sonrei gustoso -Su canción me hizo revivir mi hogar, aquel en el que anhelo estar... gracias-fue entonces cuando llame al mesero y me atreví a preguntar -¿Gusta algo una copa de vino o un vaso con agua?, no se intimide que yo lo invitaré, ademas de esta manera la charla se hará mas amena-.
Espere su respuesta con una franca sonrisa, pues estaba seguro la noche apenas empezaba....

Solo reia por un instante, se me hacia de lo más increible que alguien coinciriera con mis ideas, no es por nada pero la gran mayoría las concideraba descabelladas y fuera de epoca, pero parecia que al fin había acertado en el clavo -Me alegra que coincida conmigo, muy pocos son los que coinciden con mis ideas, la mayoría las considera locas y muy avanzadas para la epoca- suspire -Al fin creo haber dicho algo acertado- rei, negando con la cabeza.
Tomó un sorbo de agua, aquella en recipiente de transparente cristal, volvio a colocarle en su sitio, senti curiosidad por los esxtraños detalles que este contenía, lo levante ligeramente y despues volvi a colocarle, le di vueltas jugeteando un poco con el, pero detuve todo moviento, al escuchar sus palabras, firmes y sabias, mi joven amigo me hizo pensar por un momento y asentir que tenía la razón -Nunca había pensado tan profundamente como usted lo ha hecho ahora- tenia aun agarrado el vaso delicadamente -En verdad cuanto hubiese deseado que alguien en el pasado, me hubiera dado tan magistral consejo- estaba siendo sincero con mis palabras, toda aquella frase en algún momento del pasado hubiese cambiado mi vida pero no fue así escribiendose la historia de un modo diferente, quede pensativo por un instante, reflexivo -Cadenas- musité en voz baja, levante mi mirada hacia el -tiene razón libertad es la capacidad que tiene el hombre de elegir sus propias cadenas-suspire, recordando que la libertad la halle al tranformarme en un brujo traicionado por los suyos - solo de una cosa estoy seguro que mi verdadera libertad la hallaré el día que muera mientras tanto entre los vivos, mi libertad acaba cuando empieza mi silencio- solte el vaso, acariciando el piano firmemente, su brillo y color era unicos, llamaban mi atención, era algo que no podia evitar, continuaba escuchando atentamente aunque no lo pareciese.
¿Uno mismo?, nunca me habia puesto a hayarlo, por lo menos no de la forma relajante que la moyoría acostumbra, sino por medio de la musica y mis viajes-creame que intentaré seguir su consejo, despues de todo, sus discursos son sabios para quien lo sepa escuchar, parece que usted tanmbien lleva una pesada cruz por la espalda- voteaba debes en cuando a vigilar que mi mesa siguiera desocupada, los desconocidos que entraban o salian los analizaba con cuidado.
El joven pianista tenia razón, era peligrosa mi busqueda, en Paris su oresencia era latente podia sentirla, pero yo tenia un sueño, una misión y debía cumplirla -Lo sé- asentí con la cabeza -pero debo conseguirlo a costa de mi propia vida, es una de las pocas razones por las que yo estoy de pie-, más presentía que el algo ocultaba, si sabía que todo el mundo que buscaba se encontraba frente a nuestros ojos era por algo, más lo deje pasar, me encogi en hombros y continue atento, mientras pasabamos a la mesa.
Ya sentados sonreí al escuchar sus palabras -Mi escencia, mi musica y cada sonido proveniente de ella esta en todas partes y en ningún lugar- cerre mis ojos-solo debes sentir e intuir, solo eso-, pero al abrirlos aquel, acompañante mio comenzaba a hablar de su familia, era como si con ella tuviese un sueño muy lejano pero demasiado añorado ¿Que ocultaba a quel misterioso caballero?
Mis ojos se entrecerraron un poco, despues volvieron a su tamaño, cuando ordenó al mesero una copa de vino, le pedi lo mismo para mí y puesto que mi curiosidad a veces le gana a la razón pregunte -¿Que hay de usted?, por lo que le oi decir parece anhela bastante a su familia, ¿acaso viven lejos?- pregunte con sutileza.
Entrelace mis manos, poniendolas en la mesa ligeramente -Una familia- suspiré -Nunca he sabido quese siente tenerla a lado mío, mi mdre fallecio cuando era un niño y mi tutora, quien era mi tía se perdio en su propia locura- tome una pausa -Y todo por el bendito y maldito amor-.
Guardé silencio cuando el mesero trajo las copas de vino, le rogue dejase la botella alli, al retirarse aquel mesero, alce la copa en forma de brindis y dije en voz alta -Por los sueños- chocamos las copas y bebimos un sorbo, luego todo se volvió silencio esperando aliviara mi curiosidad al contestar a mi pregunta.

Bellas palabras, tesoros de conocimientos que aquel joven de cabellos rubios me brindaba a pesar de que aún era un extraño, más por muy raro que pareciese en aquella mesa podía observarse una charla de viejo y buenos amigos, sin embargo como el común de las personas que me han conocido notaba en su mirada aquel pensamiento, aquella opinión de que mis ideas eran bastante liberales y peligrosas, pero yo Bryan Wilde era precisamente un libre pensador cuyas ideas bien podia llevarme a las llamas ardientes de la hoguera creada por la infalible Santa inquisición, pero el peligro y la libertad eran mi unica y fiel compañera y después de todos estos años de vida preferiria dar mi sangre por la unica pasión que de niño me impulso hacia los cielos , hacia mi propio paraiso con las alas abiertas,sus comentarios parecieron confirmar mi sospecha vista en sus ojos, era curioso que yo no lo sintiese como una ofensa sino como otro consejo del joven Louis, tenian logica sus palabras, no tuve más que asentir con la cabeza pensativo -Yo creo que hasta el propio loco tiene sus ideas, vera yo observo a la locura como un escape que la mente tiene cuando ya esta cansada de ver la realidad, su realidad y la de su dueño completamente frustrada, mmm... quebrada- baje la cabeza mientras observa con detenimiento aquel recipiente transparente y cristalino cuyo liquido color uva comenzaba a descender poco más abajo de la mitad -Mi madre tenía sus propias ideas que aunque malas y mortales,eran parte de su locura, de su sentir y de su cabeza enferma que encontro esa salida para no ver la relidad que le provocaba dolor al recordar la traición que el amor le jugo- guarde silencio, suspirando profundamente, quizá recordando, quizá escuchando todo el bullicio que había al rededor de nuestra mesa, o intentando descifrar los aromas de aquel sitio que desprendian una fragancia a vicio y fiesta. Después decidí abrir la charla con un pequeño elogio a sus palbras, situación que tuvo como respuesta el evidente sonrojo de sus mejillas, más la cuestión al final me hizo pensar sin emitir ningún comentario, ni un solo sonido, volví a acomodar mis rizos, diciendo con un tono entusiasta -¡Es verdad, por eso yo compongo, canto y toco mi guitarra, por que de lo más profundo del alma, los pensamientos tienden a expresarse de diferente manera, yo con la música y tu con las palabras color oro que bien sería un tesoro para quien sepa escuchar-sonrei francamente tomando un sorbo de licor. Ahora los roles cambiaban el hablaba y yo callaba, palabras se escapaban de sus labios, reflejo de su larga vida y experiencias que parecían duras, aquel hombre y yo pareciamos tener algunas catastrofes en común como la perdida de nuestros progenitores, aunque fuera por causas diversaas, por ultimo el relato de su familia me dejo atonito, sin habla parecía bacilar en algunos momentos y desbordar la alegria y la ilusión en otros, un consejo más al final hizo que tuviera ¿esperanza?, y la palabra amigo, comence a recordar que en realidad yo estaba solo sin nadie, sin... esas valiosas compañias, tarde que temprano me di cuenta que en esta charla había encontrado la primera y esperaba el lo aceptará, pregunte casi en forma timida y apenada -¿Le gustaría ser uno de aquellos amigos que usted ha mencionado?, por que creo que la vida al interperie ha borrado de mi memoria el significado de la palabra amistad...-

Si algo podría caracterizar al cambiaformas, era que rara vez, trataba mal a una persona. Era atento, lo mas que podía y sumamente amable. Confiaba, que actuando cada día de esa manera, solo fuera sembrando cosas buenas, y recoger los frutos después, en relaciones estables, duraderas y de verdadera amistad. El que no quiere recibir el mal, pues simplemente, no lo ejerce. Podía pecar de ingenuo varias veces o ser alguien efusivo, ya se lo mencionaba en algún momento aquel vampiro que hallase en los pantanos, oh, si, vaya que esa noche había sido particular, el mismo chico que ahora hablaba tan calmado, aquella noche había perdido los estribos por completo. Nada que una verdad cruda y un golpe de realidad, no pudieran volver a su cauce. Entonces, si pensaba más detenidamente, aquello que había experimentado, esa noche, era la locura de la que le hablaba el joven Wilde en ese momento. -Oh… ya lo veo… ver la locura como sinónimo de libertad…[-susurro, mientras mantenía la vista posada en su persona, callando, mostrando respeto por lo que el otro le compartía. Cuando una persona comienza a contarte detalles de su vida, pequeños o grandes, eso es lo menos que puedes ofrecer, porque no solo comparte sus vivencias, son recuerdos, que son, si duda, de las cosas mas valiosas para un ser humano.

El joven minino, bebió un poco mas, en medio de aquel silencio que no era incomodo y que no era total, por que el mismo ambiente te llenaba los oídos de carcajadas y chistes ajenos. Hizo el amago de depositar de nuevo el recipiente, sobre la mesa, aunque antes de ello, lo hizo jugar vagamente entre sus dedos. La mirada celeste del cambiaformas, miraba entonces, fijamente al hombre, y con tan solo escucharlo, notaba esa frescura, esa pasión, por llamarla de alguna manera. Energía que le hacia sentir los latidos de su corazón acelerados. Correspondió la sonrisa, apoyando su espalda sobre el respaldo de la silla, mas relajado, para hablarle.

Acaba de decir el hombre, que sus palabras eran valiosas, como un tesoro? Louis no se consideraba muy listo siquiera, pero a veces la experiencia da más sabiduría que los libros que se llenan de polvo por años en las bibliotecas. Solo pocos tienen acceso a ellos, y sufren peligro constante con las llamas de las velas o las gotas de humedad que se cuela por las fisuras en los edificios. Un conocimiento adquirido en la calle, contrario a eso, se modifica, se desarrolla y se transforma.
Las palabras del joven, lo tomaron por sorpresa, una ceja se curvo, por ello. ¿En serio le preguntaba tal cosa después de toda aquella pequeña charla? Louis se inclino un poco, dejando ahora si, el vaso sobre la mesa, clavando sus pupilas, sin pestañear en las del otro, sonriendo cortésmente. -La fortuna caería sobre y mi familia, si usted fuera amigo mío. A dicho que la intemperie, borro el significado de una amistad. No lo creo del todo. Para ofrecer algo a otro ser humano, primero hay que darlo a uno mismo. Estoy seguro, que ha visto y vivido tanto, que estoy seguro, que podré aprender mucho de ti. -Extendió su mano, esperando la tomara.