ficha de Alai

-Nombre del Personaje: Rose/ Alai

-Edad: 20

-Especie: Humana

- Tipo y Nivel Social: Ex Cortesana, ahora clase alta.

-Lugar de Origen: Paris


-Descripcion Fisica:

Cabello rubio, lacio, tan largo que parece una capa cayendo sobre su espalda. Ojos color miel claro, que resaltan a pesar del pálido tono de su piel, tan tersa que cualquier hombre muriría por recorrerla y perderse en ella. Nariz pequeña y respingada, y labios bien delineados, normalmente pintados en color rojo intenso, casi siempre curvados en una sonrísa que demuestra calidez.
Altura media, piernas perfectamente torneadas y pechos perfecots (no demasiado grandes pero turgentes), movimientos ágiles y refinados, que le dan el porte de una dama.
Siempre demuestra buenos modales, y viste de forma grácil y elegante, aunque siempre resaltando sus femeninos rasgos.


-Descripcion Psicologicas:

A los ojos de los demás, era fría como un témpano. Una joven dura, que no demostraba sus sentimientos ante nada ni nadie, que guardaba para sí misma todo lo que le sucedía.
Era seria y sabía mostrarse objetiva ante cualquier situación. Su mirada dejaba traslucir una profunda tristeza, de la cual nadie sabía el origen. Guardaba para su intimidad cada sentimiento, sin intención alguna de darse a conocer.
Pero todo eso cambió tras conocer al hombre de su vida, sensibilizándola y haciéndola expresar todo aquello que antes encerraba.
Temerosa, insegura, más siempre decidida a darlo todo por amor, débil en muchas circunstancias. Más no teme revertir algunas malas decisiones cuando así lo siente necesario.


-Historia:

Nacida en una familia humilde, desde pequeña se vio obligada a colaborar en las tareas hogareñas; cuidando a sus hermanos más pequeños mientras su madre salía a trabajar. Su padre había muerto, cuando apenas tenía meses de nacida, y su madre vista obligada a contraer matrimonio para subsistir. Pero el elegido, poco tenía de honesto, y la economía familiar se vio influida por sus vicios y malgastes.

Vendiendo comida, haciendo el aseo en casas de familias adineradas, cuidando niños… su progenitora había logrado que a sus hijos nunca les faltase nada, sin embargo vivían con lo justo, y cada posibilidad de ingreso se volvía sumamente necesaria.

Las cosas empeoraron cuando la mujer enfermó, quedando al cuidado de Rose en su convalecencia. Su marido poca intención tenía de convertirse en el sostén familiar, y no tardó en desaparecer, dejando solas a las mujeres en aquel mal trecho.

En aquel entonces, la joven tenía dieciséis años, y el mayor de sus hermanos rondaba los diez, por lo cual debió ser ella quien asumiera la responsabilidad de mantener a su familia en condiciones dignas.

Intentó, por todos los medios que vio a su alcance, el seguir los pasos de su madre en cuanto a las labores desarrolladas, sin embargo la falta de suerte y la desesperación la llevaron a una alternativa que hasta entonces ni siquiera sabía existente: la prostitución.

Si bien desde un principio la asumió como algo pasajero, poco a poco comenzó a acomodarse a las bondades que aquel camino le brindaba. Siempre había algún caballero, dispuesto a premiar su juventud y virtudes con costosos regalos, que vendía con ansias para lograr poco a poco una mejor posición a su familia.

Su madre tardó meses en recuperar su salud, pero finalmente se halló en pie y lista para volver a sus tareas. Fue entonces que supo el modo en que Rose había logrado subsistir y, completamente avergonzada frente a tal deshonra, la echó de su casa asegurando que ya no la volvería a llamar “hija”.

Completamente dolida, Rose se marchó, jurando nunca más volver a contactar a su familia. Para resguardarse, y como símbolo del cambio que decidió realizar, prefirió cambiar su nombre por “Alai”.

-Alai, significa alegría- se repetía una y otra vez cada vez que miraba su amargado rostro frente al espejo, logrando una irónica sonrisa como toda respuesta.

Con el tiempo, su carácter fue tornándose frío y sus sentimientos parecieron esconderse dentro de una bóveda en su interior, del que pocas veces lograban salir para ser expresados. Sus siguientes cuatro años, los vivió de burdel en burdel, intentando alejarse lo más posible del sitio al que alguna vez llamó “hogar”.

Tras años deslizándose en infinidad de sábanas, entregándose a desconocidos y no tan desconocidos, rebajándose a ser el objeto que todos ellos deseaban, su corazón fue tocado por un hombre: Christian Taylor. Si bien en un principio su relación fue como con todos los demás, poco a poco los sentimientos de ambos cambiaron, convirtiéndose de a poco en un profundo amor.

En un principio, Alai tuvo grandes dudas respecto a abandonar su vida, pero quedó embarazada de aquel hombre. A pesar de que el tiempo asustó un poco a Alai llevándola a varias equivocaciones, incluso a ausentarse un prolongado tiempo tras el nacimiento de Alejandro, su hijo, aquel cambio en su vida fue lo que la salvó de una ausencia total de futuro.

Vive ahora con su futuro esposo y su hijo, feliz de emprender aquella nueva aventura que los une.


-Datos Extras:
* Esconde tras ironías el dolor que impera en ella.