Rianne Coleridge

-Nombre del Personaje:
Nombre entre los Blancos: Rianne Angelica Coleridge
Nombre En la Tribu: Tecumseh (Estrella Fugaz)
-Edad:
Fecha de Nacimiento: 5 de Octubre de 1753
Edad real: 47 años
Edad aparente: 23 años
-Especie: Licántropo
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase media.
-Orientación Sexual: Bisexual
-Lugar de Origen: Valle del Río Ohio, Estados Unidos.
-Habilidad/Poder:
Sentidos aumentados.
Agilidad y reflejos sobrehumanos.
Sanación acelerada.
Visión compartida y visión remota.
Memoria sobrehumana.

Vivir la vida de la mejor forma posible, disfrutar los minutos sin preocuparse por cosas mínimas. Rianne intenta ahora ser bastante relajada, evitar los problemas aunque de algún modo suelen parecer encontrarla a ella, es quizás su temperamento algo explosivo lo que le juega en contra, el exceso de paciencia no es una de sus características más distintivas. El objetivo es siempre sobrevivir, si puede lograr esto considera que su día está completo y comienza a mirar hacia delante aunque sea por sólo minutos. De carácter firme y personalidad definida, si la conoces es fácil saber que esperar de ella bajo determinadas situaciones, algo terca no es simple hacerla cambiar de opinión, mantiene sus valores y creencias como el eje de sus acciones y si se une a una causa será para llegar con ella hasta las últimas consecuencias. La lealtad, confianza y fidelidad son las bases para todo tipo de relaciones que genere en su vida, intenta no atarse a las personas ya que suelen no permanecer por mucho tiempo aunque de todas formas la idea de clan y tribu se mantiene arraigada. Bastante sociable aunque a ratos no desee serlo, no es necesariamente popular pero si cuenta con una buena oratoria, posee cierta empatía con algunas personas que a ratos puede serle útil, no es conversadora innata pero sabe escuchar y es esto lo que la ha ayudado a conseguir información muchas veces sin buscarla. Puede ser cálida y cercana sin ser demasiado “mimosa” aunque sólo aquellos con quienes tiene extrema confianza conocen ese lado que suele no dejar salir a la luz. Algunos dicen que tiene cierta mentalidad masculina pero cree que se debe a su crianza, es práctica y toma decisiones rápido, no se complica dándole muchas vueltas a un asunto y prefiere dejar las cosas claras antes que verse en algún enredo. La dualidad es parte de si misma y pese a que durante sus primeros años esto solía molestarle ha aprendido a vivir con ello y sacar lo mejor de cada uno de las realidades a las que pertenece. Recurre a los espíritus de su tribu al mismo tiempo que confía en la ciencia de los hombres blancos, sintiéndose prácticamente con un pie en cada uno de ellos los adapta a su forma de vida.

Las leyendas crecen cuando las personas comienzan a darle más importancia de la que realmente poseen, sus protagonistas no siempre son tal cual como los describen. ¿Qué tan valiente es aquel que hasta se dice ha derrotado dragones? ¿Qué tan compasivo ha sido aquel que ha perdonado vidas ajenas? Durante el verano vivían en cabañas de troncos cubiertos de corteza, agrupadas en grandes poblados, cerca de los campos en que cultivaban maíz y de caminos intercomunitarios bien cuidados, con un sistema de clanes tribales muy importante.

Los shawnee son una tribu amerindia, socialmente se dividían en cinco divisiones mayores, con clanes patriarcales de linajes similares a los de los omaha, y jefatura hereditaria por experiencia y méritos guerreros. De las cinco divisiones derivaban los nombres de los poblados, y cada uno tenía diversas ocupaciones según el rango:

• Chalaakaathe y Thawakila, las dos dominantes, de la política.
  
• Mikochi, de la salud y la alimentación.
  
• Pekowi, de los asuntos religiosos.
  
• Kishpoko, de los asuntos militares.

También se dividían en 13 clanes: M'-wa-wä' (lobo), M'-se'-pa-se (pantera), M'-ath-wa' (mochuelo), Pa-la-wä‘ (gallo), Pe-sa-wä‘ (caballo), Na-ma-thä' (tortuga), Pä-täke-e-no-the' (conejo), Psake-the' (gamo), Ma-na-to' (serpiente), M'-kwä' (oso), Sha-pä-ta' (mapache), We-wä'-see (buitre) y Ma-gwä' (somorgujo gris).

Las mujeres cultivaban el maíz mientras los hombres cazaban búfalos y otros animales. En invierno se dividían en pequeñas bandas de caza. Religiosamente, creían que fueron creados por Kokumthena (“Nuestra abuela”), de la cual descendieron todos los shawnee, y su religión, similar a la de los otros algonquinos, se basaba en el manitu o poderes sobrenaturales de carácter animista. Cada poblado tenía una Msikamelwi (Casa de Consejo), empleada para realizar los ceremoniales de purificación de los guerreros, y otras ceremonias como la aparición de la primavera, el nacimiento del trigo, la siembra y las danzas del otoño.

Rianne nace como la única hija de Methotasa, joven curandera de la división Pekowi y William Coleridge, hombre británico llegado como médico investigador a la tribu. Es bautizada en secreto bajo ambas culturas, para los shawnee será Tecumseh o Estrella Fugaz debido a como señalan ciertos escritos “en la noche de su nacimiento un gran cometa, el cual en la mitología Shawnee es visto como una pantera, había chamuscado su camino a través de los cielos”, mientras que para el mundo blanco será Rianne Angelica Coleridge, bautizada así en honor de sus abuelas que jamás conocería. La unión entre ambos es algo que no será aceptado hasta que la jefatura pasa a manos del caudillo Cornstalk en el año 1762, amigo de los blancos en las etapas de tregua. Sólo cuatro años después de su nacimiento comenzarían a llegar el resto de los integrantes de la familia, Makhpyia-luta o Savannah Jane Coleridge y luego Pucksinwah o William Charles Coleridge II. El matrimonio se lleva a cabo sólo bajo las leyes shawnee hasta 1763 donde también lo hacen en un ayuntamiento americano.

La tregua entre los blancos y las distintas tribus indias se mantiene durante toda la infancia y parte de la adolescencia de Rianne, poco antes de cumplir 18 años se desata una disputa que obligará a su gente a tomar una decisión, deben apoyar a los nuevos americanos venidos principalmente de Inglaterra que buscan conquistar esa tierra o luchar contra ellos pese a ser menores en número y armamento. Las miradas son puestas de inmediato en aquella familia mixta obligándolos a una elección dolorosa y también considerada injusta. Encontrar el apoyo en otros poblados parece ser la única solución al conflicto que comienza a nacer y Tecumseh como la mayor de los hijos debe ser quien de la cara, son mirados como extraños y al mismo tiempo juzgan sus acciones como si fueran uno más de la tribu, aquellos ojos claros que la hacen tan distinta son aún mayor motivo de desconfianza que el hecho de que sea mujer e hija de dos curanderos. Al pasar de boca en boca la información no siempre llega del todo correcta, ciertos antiguos hacían referencia a que cada clan recibía su nombre por el espíritu del animal que los guía, una visita a los M'-wa-wä' la hará cambiar de opinión muy pronto.

Durante el día se niegan a recibirla, los jefes parecen no estar dispuestos a conversar con alguien que no luce como uno de ellos pese a hablar su lengua y conocer todas las costumbres. Es llamada extranjera a cada lugar que va. Tiene ahora 20 años y ha forjado su vida como una joven combatiente sin tomar parte directa en los conflictos. Las villas en las cuales residió Tecumseh temporalmente son atacadas, primero por tropas de las colonias británicas y luego por ejércitos estadounidenses, cuando los shawnee se aliaron con los británicos durante la Revolución Americana. Tras la muerte de su padre en 1775, deja la casa que hasta entonces compartía con toda su familia para ser eje central de la resistencia a lo que la mayoría de su tribu sólo acata, el aceptar como los hombres blancos se van apoderando de algo que a su juicio no les pertenece es aquello que la horroriza. En uno de sus diarios puede leerse: “Ninguna tribu tiene el derecho de vender nuestra tierra, ni siquiera a otra, mucho menos a extranjeros… ¿Vender un país? ¿Por qué no vender también el aire, las nubes y el gran mar con la tierra? ¿No los hizo el Gran Espíritu para uso de todos sus hijos.”

Sus ideas quedan plasmadas también en cuadernos de otros quienes la acompañaban: “…la única manera de detener esta pérdida de tierra es, para los shawnee, unirse y reclamar un común e igual derecho sobre la tierra, como era en un principio, y debería ser ahora, para que nunca sea dividida”. Bajo este objetivo es que recorre aldeas para conocer a aquellos líderes indígenas que si habían firmado aquel tratado bajo el cual entregaban parte de la tierra heredada de sus ancestros. La luna llena acompaña su camino al ingresar al territorio de los M'-wa-wä' y los aullidos se abren paso entre el silencio que parece reinar aún más que en otras noches. La escena que descubre parece sacada de historias que solía creer eran sólo parte de la tradición shawnee. Rianne no puede defenderse ni posee la fuerza suficiente para resistir un ataque como ese, las mordeduras son intensas y la juventud de sus 22 años es toda la ayuda que recibe para no morir en medio de ese poblado que se transforma cada cierto tiempo. Debe mantenerse entre ellos durante la etapa inicial de un proceso del cual nunca quiso formar parte, las amenazas son algo en vano cuando las ideas siguen dando vuelta.

Su pueblo se ve trizado, despedazado a manos de sus propios integrantes, Tecumseh desea volver y ser la voz de aquellos que no pueden alzarla siempre que deseen, lo hace en aquel momento en que le han advertido que no lo haga, su cuerpo no responde a lo que su mente ordena, el caos se apodera de esa noche donde sin saber desde aquel lugar ha aparecido un lobo que destruye ese ambiente de paz antes formado, vidas humanas son también perdidas y los daños parecen ser irreparables, la culpable sólo puede ser aquella recién llegada que luego es encontrada desnuda justo a la mitad del pueblo, ¿cómo juzgarla? Aplicar las leyes de los shawnee sería reconocerla como una de ellos y dejarla en manos de los americanos sería traspasar al enemigo lo que debe ser solucionado por ellos mismos. Rianne debe enfrentar a los ancianos en la Msikamelwi, escuchar el veredicto y acatarlo tan como lo ha aceptado desde que se le informó que sería tratada bajo esas antiguas tradiciones, la intervención de su madre ayuda a cambiar una condena que inicialmente la desterraba de su pueblo y la desligaba por completo de no sólo su tierra, también su historia y su pasado. Debe ahora ser siempre Rianne Coleridge, hija de William venido desde Inglaterra, mujer de 23 años que ha parecido rejuvenecer levemente en el último tiempo.

Ahorros y herencia la llevan a esa tierra odiada pero a la vez fuente de esperanza, es la tierra de su padre y que también es parte de ella. La recibe con brazos abiertos aún incluso más que aquella donde se crió. Londres está en crecimiento y ofrece el lugar perfecto para refugiarse cuando es necesario. Es en este país donde se encuentra con quien más adelante sería primordial en su formación y aceptación como licántropo, reconocerse como tal y comenzar a comprender que su nueva condición no debe ser un impedimento sino que todo lo contrario, una ayuda para lo que desea conseguir. Buscando a más de los suyos comienza a explorar sectores donde parece nuevamente una extranjera, sus ideas salen en voz alta aunque muchas veces quisieran callarla, tiene un objetivo claro aunque no lo parezca, puede engañar pero jamás lo haría con alguien a quien le ha dado su palabra. Paris es apenas una siguiente escala, sólo otro destino dentro de los muchos que planea recorrer, se asienta en aquel lugar manteniendo siempre firme esa necesidad de clan que le ha dado el crecer en una tribu. Rianne mantiene sólo dormida a Tecumseh, ambas habitan en ella aunque no puedan salir a siempre a flote, ella es una británica en aquel país francés, es una shawnee en el interior de su hogar cuando se encomienda a sus dioses cuando los problemas la aquejan. La dualidad siempre seguirá siendo parte de su vida, sólo que ahora es también loba y mujer.