Historias varias de nuestros encuentros [Alissandre Von Carstein]

por **Richard Raimond** Miér Dic 28, 2011 9:53 am

Primer encuentro:

1773 ese año el no sabia lo que pasaría, llevaba vagando por distintos países y ciudades sin encontrar absolutamente nada que le valiera la pena, pero...mas cerca de lo que pensaba, en una casa adinerada, estaba naciendo su futuro...Alissandre Von Carstein.

Las calles parisinas por esta época solían estar muy solicitadas, cada pequeño niño miraba las luces, y cada padre, madre o abuelos daban ese capricho. Yo no necesitaba nada de eso, en algunas ocasiones mis manos picaban por coger a algún niño y darle una sonrisa sincera, pero mi corazón estaba demasiado podrido para ello, salvo para una persona ...ella.

Mi mano aferrada a la suya, pequeña y calida, como es posible que un vampiro pudiera sentir tanta pasión por querer a alguien, ni yo mismo lo sabia, de lo que si estaba seguro es que daría mi vida por la mujer que estaba a mi lado, mi Liss...mi tormento durante años... y lo mejor de todo...es que lo seguirá siendo durante la eternidad.

Aprieto su mano con suavidad cuando veo un carruaje pasar, recuerdo cuando la vi llegar la primera vez a la fiesta a la que como no...estaba invitado. Observo como de ese mismo carruaje sale una adolescente, 17? 18 años? Casi como cuando la conocí...pura, sensual, sibilina y astuta con un toque de prepotencia y rebeldía que la hacia inconscientemente demasiado atractiva para mi.

1791, Alissandre 18 años, Fiesta dada por uno de los inversores en mi banco Holandés -Alemán.

Mi mirada azul se clavo en ella, que sin saberlo estaba siendo observada por el depredador mas peligroso que existía. Mis ojos azules mientras bebía vino se fijaron en como gestos imperceptibles por su parte de fastidio y aburrimientos eran palpables por su compañía. Que pintaba ese chiste de hombre a su lado , sujetando su brazo de forma aunque correcta demasiado fría. Su mente no era mucho mas atenta de lo que parecía aquel hombre.

Alissandre....

Su nombre floto en el aire llegando a mis oídos que captaron rápidamente la voz del hombre a su lado...

Si Avery?

Su voz estaba teñida de aburrimiento pero endulzada por un tono que se notaba que no era el de ella.
Disculpándome con la pareja con la que entablaba conversación, creo que unos adinerados para nada interesantes toque con un palmeo amistoso a mi socio en ese momento , Loukas que para mi suerte estaba con esa joven...pareja. Casi me atraganto con mi inexistente saliva cuando los pensamientos de ese “hombre” llegaron a mi cabeza. Estupido se pensaba que estaba a mi altura?.

Deje a un lado el saludo hacia el como un pequeño despiste y fui directamente hacia los pensamientos de esa mujer, cogiendo su mano para besarla- Buenas noches...mi nombre es Richard Raimond y...por desgracia esta fiesta es en mi honor-me separe de ella con una sonrisa astuta y picara, podría ser divertido robarle la prometida a ese hombre.

Lo que yo no sabia es que ella desde que pronuncio mi nombre estaría atado a su cuerpo y a su alma por el resto de los años venideros.

por **Alissandre Von Carstein** Miér Dic 28, 2011 1:23 pm

París. Hacía tanto que no pasaba por sus calles, y por fin esa navidad lo hacía tomada de la mano de él. Alcé apenas un poco mi cabeza para observarle, noté como mis rubios cabellos atirabuzonados caían sobre mis hombros, pero no mostré molestia alguna. Sonreí con tranquilidad, podía ver en el rostro de él cierta calma, calma que hacía años no veía en aquellas facciones. Supuse que aquello se debía a la "desaparición" de mi esposo, recuerdo que desde hacía años no disfrutábamos estando juntos, pues siempre debíamos ser cautelosos y disimulado pues muchas eran las malas lenguas y.. Conociendo a mi difunto esposo sabía que como hubiese llegado cualquier tipo de comentario a sus oídos mi cabeza sería la siguiente de rodar en la guillotina. Menudos pensamientos invaden mi mente, cualquiera diría que son los de una dama de alta socieda.

Un apretón. Eso sentí en mi mano, no pude evitar bajar la mirada hacia mi mano, observándola unida con la de Richard, mis dedos estaban entrelazados con los de él en una unión elegante, moví el pulgar suavemente sobre el dorso de la mano de él, dedicándole una furtiva caricia. No pude más que sonreír levemente, cosa que no acostumbraba hacer, pero que esta vez salió de mi interior de forma tonta. Sobre mis finos y rosados labios se dibujó esa línea de felicidad, me parecía realmente tonto aquello, pero que hacer en aquel caso, es lo que yo sentía y necesitaba transmitir a los demás. El ruido de las ruedas de un carro sobre la calle hizo que levantase la mirada, observándolo pasar. Después miré al hombre que me acompañaba, parándome y parándolo junto a mí. Clavé mis ojos azules como océanos en los de él, sabía que estaba pensando en lo mismo que yo, en aquella noche en la que le conocí y ví por primera vez....

Con aquel invierno llegaron mis ansiados y esperados 18 años, junto a ellos una de las muchas celebraciones a las que tanto yo como mi familia eramos invitados.

- Bienvenidos, Señor y Señora Von Carstein.-Anunció la voz de uno de los hombres que estaban en la puerta del gran palacio. Mis padres iban por delante de nosotros, mi padre sostenía con elegancia a mi madre por su mano, mostrando la delicadeza y elegancia de la cual ella era portadora, esa noche mi madre estaba radiante, expléndida, deslumbrante... Vestía uno de sus mejores vestidos de fiesta importados de Francia. Era un vestido de dos piezas, de color negro perla con detalles de hilos y pedrería por los bordes, la zona del pecho estaba cubierta por una fina tela de puntilla que subía hasta el mismo cuello, dándole esa elegancia discreta. Al igual que otras muchas veces había optado por la manga larga, los puños de la misma acababan en puntilla con unos detalles bordados en un color azulado oscuro. Era el cisne negro...

- Bienvenido, señor Van Der Valls.-Hasta ahora jamás me habían dado a conocer como la prometida de Avery, hasta ahora siempre había acudido con mis padres. Noté como mi prometido me sujetaba contra él, colocando su mano sobre la que yo tenía enlazada en su brazo, creo que ese gesto de posesión me molestó demasiado, mi mirada de desaprobación se clavó en la de él, que era juguetona y desafiante. Sabía mejor que nadie que no sentía nada por él, que lo odiaba y que jamás conseguiría nada. Pero había algo que jugaba en mi contra y era el aparentar de puertas para afuera. Debía ser toda una dama... Y lo sería ante los ojos de los demás, pero no dentro del hogar.

Intenté soltar mi agarre, necesitaba algo de espacio pero para mi esperada sorpresa noté como Avery agarraba mi mano y me miraba, mis ojos se posaron en él.- Aparentar es una cosa. Tenerme bajo tu control es una muy distinta. Me gustaría que me dejases soltarme...-Mis palabras eran tranquilas, pausadas. Avery mostró su típica sonrisa a la vez que acercaba sus labios a mi oído, retirando con delicadeza mis cabellos.- Harás lo que yo diga... Recuerda que ahora eres MI prometida.-Mis mandíbulas se tensaron más que nunca, cerré los ojos conteniendo la respiración y mis acciones. Noté como posaba sus labios sobre mi lóbulo besándolo y después se separaba, odiaba que él me ganase en ese terreno, no podía hacer nada solo ceder y... Aguantar. Una pareja se acercó a nosotros lo que ayudó a romper aquel incómodo momento de tensión, Avery estrechó la mano con Loukas antes de darme a presentar.

Ese mismo instante me pareció realmente eterno, era como si el tiempo se hubiera parado. Me volví completamente hacia él. Avery soltó mi brazo para darle esa misma mano a Loukas.- Ella es Alissandre Von Carstein, mi futura mujer y madre de mis hijos.-Noté como mi mandíbula se tensaba por las últimas palabras. ¿Hijos? Para calmar mis nervios sonreí de forma coqueta y alegre, mi mano se deslizó dentro de la de él.- Un placer, Señorita Von Carstein... Aunque pronto serás Señora Van Der Valls.-Mis ojos se clavaron en los de él cuando posó sus labios sobre el dorse de mi mano.- El placer es mío... Señor Loukas.-Hice un leve gesto a modo de reverencia. Con lentitud aparté mi mano de la de él, pero en ese mismo instante observé como Avery ofrecía nuevamente su brazo, contuve un sonoro suspiro. Mi mano nuevamente se deslizó alrededor del brazo de mi prometido, en mis labios se dibujó una falsa sonrisa, mis ojos dejaban ver esa coquetería, alegría, tensión incluso desafío que mantenía con aquel que la sostenía pegada a él.

Al margen de la conversación que ellos mantenían yo estuve presente, atendiendo a cada una de sus palabras. Inconscientemente apreté mi agarre al brazo de él, haciendo parecer que buscaba la cercanía de él aunque claramente no era así. Avery gustoso de aquello bajó apenas unos instantes su mirada hacia mí.- Alissandre...-Agité apenas un poco la cabeza para elevar mis ojos hasta los de él.- ¿Si, Avery...?.-Por primera vez en la noche mi voz estaba tranquila, fuera de tensión o desafío. Él solo sonrió a modo de aprobación mientras volvía su atención hacia el hombre pidiéndole disculpas por su ausencia durante unos segundos en la conversación, pero Loukas solo sonrió y lo entendió sin problema alguno haciendo algunos comentarios sobre nosotros.

¿Y quién narices era él? ¿Qué sabía él de nosotros? Creo que era la primera persona que se atrevía a decir tales palabras hacia nosotros. ¿Felices? ¿Enamorados? Señor. Cerré apenas unos instantes los ojos intentando no ser maleducada o malhablada, pero si en ese mismo instante se me hubiera permitido tal cosa le hubiera dicho tres cosas bien dichas. ¡Jamás había estado enamorada! Mi compromiso no era más que un enlace de conveniencia para salvar dos linajes y formar uno más "poderoso" o eso decía mi padre. Abrí los ojos nuevamente, podía notar mis mejillas levemente encendidas incluso yo me sentía acalorada por el momento.

Me vi sometida a una nueva sorpresa, creo que no dije nada por que todo mi cuerpo incluso mi voz habían sido trabadas. Noté como besaba el dorso de mi mano a la vez que se daba a conocer.- Es todo un placer, señor Raimond. Debo decir que el lugar y la fiesta están siendo maravillosas. Pero que os voy a decir yo... Seguramente para vosotros no son más que palabras de una dama.-Reí con discrepción, lo observé unos instantes pero después miré a mi prometido antes de presentarme.- Alissandre Von Carstein...-Mi voz era coqueta, pícara... Palabras escondidas con fundas de inocencia. Creo que mi respuesta no fue del agrado de mi prometido que rápido saltó a corregirme y a "defender" lo que era suyo.- Van Der Valls... Pronto será la señora de Van Der Valls.-Yo que lo conocía más que nadie sabía que él en ese mismo instante estaba hecho una furia. Avery alargó la mano para presentarse también.- Avery Van Der Valls, debo agradecer la invitación y deciros que está siendo realmente perfecta esta noche...-No pude evitar alzar una de mis cejas ¿De verdad decía eso? Cómo podía ser tan cínico y hipócrita..Estaba más que segura que no estaba siendo de su agrado aquella fiesta, no por la fiesta en sí, si no por mí... Era la primera celebración a la que me daba a conocer como su futura mujer y le estaba poniendo las cosas complicadas.

Mi mirada acabó finalmente en él, nuevamente me mostré coqueta y pícara... Pero mi total inocencia lo disimulaba sin problemas. Una sonrisa se dibujó en mis labios, pero apenas se dejó ver por culpa de Avery que estaba muy pendiente de las acciones o gestos que yo hacía.

por **Richard Raimond** Lun Ene 09, 2012 4:12 pm

Hombre, no es la palabra correcta para definir a el chiste de humano que tenia frente a mis ojos. Algo realmente divertido era notar y escuchar todos los pensamientos de el hacia mi persona, nada bonito debo añadir...

No quería dejarle en mal lugar con las contestaciones a esas simples palabras..., me reí de mi mismo, eso es mentira , me reiría de el y lo dejaría para cuando los mozos limpiasen el salón. Así que me dispuse a contestar la primera pregunta o interrupción como se pueda mirar.

-Disculpe-miro al hombre, ¿Avery? , si creo que era algo parecido a eso. Da igual.-Estaba hablando con la ... señorita, hasta que un papel diga lo contrario usted es un simple prometido-Dije con sorna y humillación hacia el, pero con las palabras justas y verdaderas para que no pudiera contradecirme cosa que no se atrevería a hacer...por su bien.

Vuelvo mi vista hacia la preciosa mujer con la que había mantenido apenas unas palabras, sabia que la primera impresión para ella había sido un simple galán de noche intentando demostrar su poder y dinero. En parte tenia razón, me gustaba el humillar a las personas que como en este caso Avery se creía mas de lo que podía y llegaría a ser, pero...esa mujer, esos rubios cabellos y esos ojos que intentaban esconder tantas cosas y a la vez chillarlas...

- Señorita Von Carstein....perdone mis modales, creo que debería despedir a algunos por no acompañarla hacia mi presencia, perdone mi osadía-Esperaba que esa mujer entendiera que solo estaba calentando el ambiente, que ese juego me encantaba y que...por mucho que se quisiera recatar ante mi, el poder no de la mente sino de leer bien a las personas hacia todo el trabajo.

-El placer esta siendo todo mío esta noche...-aparto mis ojos azules de esa mujer y los clavo en Avery-No tiene buen aspecto...-ladeo la cabeza sonriendo por la esquina de mi boca pero con una cara demasiado fingida de preocupación. Había entrado en su mente y ahora...le controlaba...-Parece cansado, por que no se va a casa, yo cuidare de su prometida-Parecía un trato amable cosa que pareció relajar el ambiente alrededor pero no era mas que una orden directa. Por un momento el fijo sus ojos en mi y frunció el ceño como luchando contra esos llamados-Insisto en que se recupere en su casa, no vaya a ser que una gripe...le mate-subo mi mano enguantada a su hombro y la aprieto con algo de fuerza haciendo que pusiera una mueca-Vamos Avery...no querrá ponerse peor-miro alrededor cerrando los ojos y negando con la cabeza en un signo de pesadez. Hasta que le escucho hablar.

-Estoy...mareado y necesito descansar...-Vaya parece que el señor por fin entraba en razón.-Bien, ellos se encargaran de ti...-señalo a dos hombres que se acercaron en cuanto alce la mirada, uno de ellos un antiguo compañero de prisión me observo y con mi simple gesto de rascar con un dedo mi cuello el entendió lo que debería hacer. Golpes sin moratones de por medio-Su cochero te dará su dirección Patrick, vuelve cuando...le hayáis dejado en su casa.-El salón aprovecho para fijarse en el estado del hombre que iba cargado por otros dos.

Aprovechando la confusión agarre la mano de Alissandre y la puse delante mío señalando una puerta-Te excusare que has ido al baño...ve hacia esa puerta y gira a la derecha, el único cuadro que hay descúbrele tiene una llave que abre la puerta de al lado...espérame dentro, te aseguro que nadie sospechara nada, esta todo cubierto-pegue levemente mi nariz a su oreja y suspire contra ella-Por favor...-ella no lo sabia pero en ese momento 4 pares de ojos estaban sobre nosotros, 4 pares de ojos contratados para protegerme y proteger lo que en ese momento quería y eso era Alissandre.

Me gire sin saber si ella había decidido ir pero de todos modos las disculpe ante todos que asintieron , hablando todavía de Avery-El vino no es buen consejero y menos cuando bebes 3 copas en menos de 30 minutos-cruce mis brazos sobre mi pecho contando mentalmente cuanto debería esperar, pero sin perder esa pose de preocupación por lo sucedido, debía ser buen anfitrión.-Me disculpan?-me despido rápidamente y miro hacia ambas esquinas llamando a mis hombres en la zona del bar.

-Caballeros-miro a mis hombres perfectamente vestidos con trajes de la época, y con sonrisas esperando el trabajo, y no cuidar una simple fiesta-Familia Von carstein y Van Der Valls-espero unos segundos para que lo procesen-Patrick ha acompañado al señor Avery Van der valls a casa-sonrío de lado tensando el puño haciendo que el guante sonara, todos se miraron entre ellos entendiendo-Alissandre Von carstein es vuestro objetivo, de momento solo quiero que la protejáis de cualquier problema que pueda a ver en esta fiesta...y con eso me refiero a mirones, y demás guardias-capto por mi mirada 4 asentimientos de cabeza.-Ahora me reuniré con ella, no quiero fallos, no quiero malas lenguas alrededor de ella ni de su familia.-Miro a Christofer-Documentación , papeles, todo...no quiero quedarme corto con la información.-se aleja después de asentir-Tomas y Landon....protección 24 horas para ella y para mi si la vuelvo a ver...Patrick y John os cambiaran el turno cada día-junto mis guantes y ajusto mi corbata-Eso es todo...retiraos y atentos.-me infiltro entre la gente dirigiéndome hacia donde la había explicado a ella, suavemente y sin hacer ningún tipo de ruido me quito los guantes y observo la puerta que da a la habitación donde debería estar ella.

Con lentitud la abro dejando a la vista mi silueta esperando ver la de ella en ese instante. El por que de todo esto? , ni yo mismo lo sabia, que tenia una humana de especial para mi?, quizás esos ojos iguales que los míos? O quizás lo que ella quería mostrarme pero no sabia como...solo sabia tres cosas...Ella olía deliciosamente virginal, era la prometida de un insecto y... que había puesto a todos mis hombres a protegerla sin que se diera cuenta...por que? No lo se...

por **Alissandre Von Carstein** Miér Ene 11, 2012 1:31 pm

Por un momento maldije a Richard, me gustaba ese juego, pero se había tornado peligroso para mí. Pude notar como el cuerpo de mi prometido se tensaba ante las palabras de aquel que los había invitado. Mi mano corrió a tranquilizarle, no solía hacer aquello pero esa vez mi yo interior me obligó incluso aconsejó. Aún así noté cierto rechazo por parte de él, su mano se zafó de la mía con un brusco movimiento cosa que hizo que lo mirase de malas maneras incluso mascullase algo por lo bajo para mí. Y después hablaba de ser una buena prometido cuando el primero en comportarse como una bestia era él. Cerré mis ojos unos instantes, tan solo unos segundos antes de notar como las manos de Avery se apretaban y su brazo se tensaba también producciéndome algo de dolor en el brazo que rodeaba al de él.-Querido... -Musité cerca de él para que nadie lo escuchase. Pronto el mismo brazo dejó de hacer presión y yo me liberé con suavidad en un gesto lento, disimulando el altercado.

No dije nada, ni siquiera moví un solo músculo. Llevé mi mano hacia mi cabello llevando un mechón hacia la parte de atrás sujetándolo detrás de la oreja. Pude notar la mirada de él, de ese hombre que acababa de llegar y del cual no podía dejar de pensar o mirada. Era todo realmente extraño. Sobre mis labios se dibujó una suave sonrisa a la par que hacía un suave gesto con la mano a modo de disculpa.- No debéis preocuparos, monsieur.-Mi acento alemán salió a relucir nuevamente en mis palabras, hice un gesto con la cabeza, desviando la mirada hacia otro pues no quería ser insistente ni tampoco osada con aquel gesto. Avery nuevamente buscó mi mano. Unas líneas de preocupación se dibujaron en mi frente.- ¿Hm...?.-Lo observé desde mi posición, pero él no dijo nada. Tan solo me sujetó con firmeza hacia él para hacerle ver a Richard de que yo era de su pertenencia, le gustase o no. Cerré los ojos unos instantes ¿Por qué? ¿Por qué a mí? No entendía cómo padre podía haberme enlazado con aquel hombre... Por qué no Melissandre, Helen o Ira. De aquella ellas tampoco estaban prometidas y en cambio... Agité la cabeza intentando apartar cualquier mal pensamiento de mi cabeza, no era momento ni lugar.

-¿Avery?.-Pregunté alertada. Noté como él agitaba la cabeza un poco confuso, incluso se llevaba la mano hasta la frente, acariciándose con los dedos las sien.- Querido...-Me separé un poco, cómo buena prometida debía aparentar preocupación y eso haría. Solté la mano de él para ayudarme a quitar los guantes y después apoyé la misma en la mejilla de él, notando como por su frente caían gotas de sudor frío.- Pero...-Miré a Richard como intentando entender algo, hacía unos instantes estaba bien y de repente se encontraba mareado incluso cansado mentalmente. Me separé un poco y hice un gesto en el aire.- ¡Cállate! .-Le grité a Richard para que me dejase hablar con mi prometido, había sido una total falta de respeto por mi parte, lo sabía... Pero me daba igual. Le di la espalda y quedé frente a él mirándole con una preocupación falsa y bien ocultada.- ¿Queréis que nos retiremos? Estás pálido y sudando...-Saqué mi pañuelo para secar sus gotas de sudor mientras lo miraba a los ojos.- No, no es necesario que vengas.-La voz de Avery parecía extraña, pero a la vez sincera. No entendía que narices estaba pasando allí, no porque de repente él me dejaba quedarme sola en una fiesta, cuando en realidad él jamás había permitido eso.-Pero...-Su dedo índice me silenció los labios de golpe por lo que no dije nada, solo asentí con la cabeza escondiendo esa sonrisa de liberación y alegría.- Os veré en casa...-Acomodé la ropa de él con cuidado antes de dejar que aquellos hombres se llevaran a Avery.

Creo que por primera vez en la noche salió de mi un largo suspiro de liberación, incluso noté como mi cuerpo se destensaba. Me giré hacia Richard mirándole a los ojos cuando tomó mi mano apartándome de la multitud que nos había rodeado, no entendía nada en ese momento, pero fuese lo que fuese no le dediqué mayor atención. Mi cuerpo se quedó totalmente quieto ante la cercanía de aquel extraño para mí, sus palabras llegaron como lanzas a mi cerebro, hice un movimiento de rechazo, temía que mi padre me viese con otro hombre que no era mi prometido, o que alguien le contase aquello a Avery.- Señor...-Susurré levemente, pero mis labios se sellaron al escuchar esa súplica. Desvié la mirada, incluso me separé de su cuerpo en un suave movimiento. De mis labios no salieron más palabras hacia él, solo le dediqué una mirada. Quería entender que tenía aquel hombre, porque mi necesidad de tenerle cerca pero a la vez de quererlo lejos.

Miré a mi alrededor, ni rastro de mi familia, ni tampoco de mi prometido. Creo que esa fue la razón por la que yo me animé, con cuidado eché a caminar por el pasillo que él me había indicado, al abrir la puerta me giré para ver si alguien me seguía al ver que no era así pasé cerrando con rapidez tras de mí. Todo estaba oscuro cosa que me hizo estremecer levemente, giré hacia la derecha y caminé pegada a la pared deslizando mis dedos sobre la pared, era una tontería para cualquiera, pero ese mismo gesto a mí me tranquilizaba. Mis ojos se clavaron en un gran cuadro, antes de tomar o buscar nada miré la pintura, cosa que me hizo llevar uno de mis dedos a los labios haciendo una pequeña mueca.- Pintura... Jamás la entenderé. Cómo pueden ser amantes de estas cosas... Yo las veo ridículas.-Agité la cabeza, nuevamente estaba hablando sola. Miré hacia el final del pasillo, solo podía ver las sombras danzar por el movimientos de los candelabros del pasillo, noté como por mi espalda pasaba un escalofrío y no pude evitar dar un paso en falso, cosa que hizo que mi cuerpo casi se precipitase al suelo.- Tranquilízate...

Mi mano tanteó con suavidad sobre el cuadro hasta encontrar ese velo, velo que deslizé con suavidad, mi otra mano buscó a ciegas la llave hasta dar con ella, una vez en mi poder me separé y la observé en silencio.- Por qué...-No esperé a responderme a mí misma, me acerqué con suavidad a la puerta y busqué el hueco para meter la llave, con cuidado la giré hacia uno de los lados hasta que sentí ese "Click" el cual avisó de que la puerta había sido abierta. Con cuidado saqué de nuevo la llave y la guardé en el pequeño bolso que colgaba de mi muñeca para así no perderla con el movimiento.
Mi mano, se apoyó en el pomo a la par que lo giraba hasta abrir la puerta la cual empujé con suavidad. Aquella sala estaba totalmente silenciosa, no se veía nada, solo soledad y oscuridad. Antes de pasar eché una última mirada al fondo del pasillo, pero no veía nada. No me lo pensé más, entré dentro con tranquilidad y cerré la puerta con sumo cuidado para no hacer ruido, mis pasos se frenaron en medio de la sala, la cual miré con curiosidad. Me acerqué a uno de los laterales donde había un tablero de ajedrez, mi mano se posó sobre una ficha blanca.- Blancas mueven primero...-susurré mientras hacía un movimiento, iniciando la partida, pero claramente sin continuarla por la falta de contrincante.

No había el menor ruido, mientras lo esperaba curioseé cada uno de los rincones del lugar, pero finalmente me senté en un gran sillón cerca de la chimenea, mis manos se apoyaron sobre mi vientre entrelazadas y mis ojos observaban curiosos las lenguas de fuego que acariciaban los maderos, consumiéndolos. La puerta sonó, dejando paso a la claridad del pasillo, mi cuerpo con suavidad se despegó del sillón girándose para observar la silueta de Richard, la cual desapareció cuando la misma se cerró dejándolo a él dentro. Lentamente me levanté del sillón y acomodé mi vestido con las manos, del pequeño bolso saqué la llave que me había traido hasta allí.- Esto es tuyo...-Susurré con suavidad cuando estuve a unos pasos de él. Mi mano tomó la de él con cuidado, pude notar ese frío reinante en él cosa que me hizo mirarlo a los ojos fijamente. "Un... Vampiro" pensé, pero no por ello mostré miedo ninguno, al contrario una sonrisa se dibujó en mis labios adornándolos.- Si alguien llegase a enterarse de esto...-Mis manos se separaron de él con suavidad mientras mis labios seguían susurrando palabras.- Me matarían o aún peor... Me encerrarían sin volver a ver la luz del sol.-Reí con total tranquilidad, debía decir que siempre me había atraido el peligro y yo sola me metía en la boca del lobo si era necesario.

Subí con lentitud una de mis manos hasta el rostro de él, acariciándolo con las yemas de los dedos, en principio tan solo le acaricié la mejilla rozandole de forma efímera y fugaz.- No digas nada...-Di un paso hacia él, pegando mi cuerpo al de aquel desconocido, no sabía por qué, pero sentía una gran necesidad de sentirle. Mi mente había olvidado todo peligro existente.- Esto no debería pasar... Soy una mujer prometida.-Mi mano, esa que estaba en la mejilla de él se deslizó hasta sus labios los cuales perfilé con cuidado, dedicándole esas caricias que podían llegar a quemar. Sin decir nada más me alcé algo para quedar cerca de sus labios.- Muero por besar tus labios...-Bajé la mirada hacia sus labios, pero sabía que no debía ni podía hacerlo, lentamente deslicé mi nariz hasta acariciar sus labios y dejé un beso en su barbilla, lento pero intenso.-Debo irme, monsieur...-Me separé con lentitud, necesitaba esa lejanía con él, pues no sabía si podría controlarse mucho más.- Nos vemos...

Esa fue la última frase de la noche, salí de aquella sala con rapidez, el tiempo había corrido demasiado, lo que para mí había sido un instante en realidad habían sido horas.

por **Richard Raimond** Vie Ene 27, 2012 5:51 am

Tiempo actual.

-Por que no me besaste aquella vez?-la noche en Paris cada vez era mas fría pero parecía que eso no molestaba a ninguno de los dos, Richard no podía parar de mirar a Liss cosa que le parecía increíble al ser el mismo quien dijo en su momento que los sentimientos no valían para nada, que hacían a el ser que sintiera, débil y dependiente pero el ahora era el primero desde que la joven y risueña Alissandre entro en su negra vida.

La pregunta anterior quedo en el aire, ya que entro de nuevo en esa especie de nube de recuerdos que a ambos les rodeaba, aunque su paso no cedía sus cuerpos parecían guiarse solos a la vez que atraídos por alguna fuerza no paraban de rozarse haciendo que corrientes eléctricas pasaran por el cuerpo de el vampiro....

Noche de la fiesta, cuarto secreto.

Desde que mi cuerpo entro en esa habitación mi sentido común y mi recato fueron los encargados de cerrar la puerta dejando a ambos cuerpos, uno caliente por la sangre y el nerviosismo y otro frío y tenso por el mismo motivo... en el mismo circulo que les unía sin salida alguna ante lo que ambos habían comenzado.

Observe como el cuerpo de Alissandre se movía despacio incluso antes de que ella se diera cuenta de que estaba ahí la observe sin darme cuenta que una sonrisa se había plantado en mis labios, cuando la vi sentarse en el sillón pensé que seria un buen momento para dejarme ver por eso cerré la puerta haciendo algo de ruido borrando mi sonrisa en es instante en el que mi reflejo dio contra un pequeño espejo en la pared. Por que mis ojos no estaban muertos? Por que se podía apreciar una pequeña llama que luchaba por ser incendio? Por que mi cuerpo se tensaba y destensaba con facilidad al pensar en esa desconocida que conocí esa misma noche? Tantas preguntas sin saber la maldita respuesta, cosa que me desquiciaba totalmente.

Ella camino hacia mi, su cuerpo se balanceaba con recato pero a la vez se podía notar como una yegua salvaje luchaba por conseguir su lugar, ya que la elegancia iba a la par de la sensualidad de cómo sus caderas hombros y cabello se movían sin que ella notase absolutamente nada...era natural una pequeña ninfa de 18 años que tenia mas poder del que ella misma imaginaba...”Pum”... tuve el reflejo de llevarme la mano al pecho...sin saber si ese golpe en el había sido mi muerto corazón al notar como ella agarraba mi mano para dejar las llaves que estaban escondidas para abrir la puerta que ahora nos otorgaba tal intimidad...

-Gracias-musite notando como de pronto la camisa parecía apretarme demasiado el cuello. Algo me sorprendió su sonrisa después del pensamiento “vampiro”, como se había dado cuenta? , cuanto sabia ella de los seres sobrenaturales? , miles de preguntas llegaron a mi cabeza pero se esfumaron en cuanto vi su sonrisa, era tranquila, incluso deseosa de algo que no llegaba a captar.

Sus siguientes palabras me hicieron reaccionar de alguna forma y salir de mi propia nube.-Nadie sabe que estas aquí Alissandre-susurre su nombre temiendo hacerla daño con solo hablar algo mas fuerte-Confía en mi de que...todos a tu alrededor siguen pensando que no te has ido conmigo-algo dentro de mi quería gruñir por esas palabras pero debía saber que eran ciertas, ni siquiera se que pasaba por que la ansiaba tanto...-No busques tanto peligro...no sabes si abra alguien defen...-me calle no pude hacer mas al notar como ella subía su mano a mi mejilla tuve la extraña sensación de huir pero a la vez no querer jamás que esa mano se apartase de mi...era tan calida, era...algo nuevo para mi , no entendía por que mis ojos azules no podían apartarse de ella en ningún momento incluso sentía como si algo me dijera al oído, llévatela..., pero no podía hacer eso, yo no era así...yo no podía...sentir, ¿verdad?

Retuve el aire de repente cuando ella se acerco a mi pegando su cuerpo a mi, esas curvas que me habían atraído como cualquier hombre normal cosa que no era, ella sabia lo que hacia de sobra pero la gustaba experimentar y en ese momento ella estaba probando que estaba pasando por su cabeza, su mente no era mas que preguntas y mas preguntas, diciéndose que hacia conmigo, por que había acudido...

-Liss...-calle cuando ella me lo ordeno, en cualquier otro caso me hubiera reído de esa persona y la hubiese matado por tener la osadía de ordenarme algo pero en ese momento ella solo, lo dijo y yo calle, sin saber el motivo sin saber por que su roce cada vez me ardía mas.

Cuando ella llevo sus dedos a mis labios y los perfilo sentí como mis manos picaban por tocarla por sentir como esa carne tersa, blanquecina y caliente se hundía bajo la fuerza de mis manos, a la vez que mis colmillos salían con levedad al escuchar su sangre correr por su cuerpo, bombear en su corazón totalmente rápido y desmedido ante la excitación, miedo y adrenalina de la situación, no quería morderla pero era un instinto básico ante la excitación y la sangre junta.

Cuando ella se alzo pensé que nuestros labios se unirían incluso aproveche a tenerlos entre abiertos para acercarme algo mas a ella estirando mis manos hacia su cintura pero sin tocarla aunque moría por hacerlo. Cuando pronuncio las siguientes palabras mis ojos se cerraron disfrutando de su calido aliento contra mis labios y rostro en general, incluso mis labios pronunciaron sin sonido su nombre de nuevo. “Hazlo” grito mi mente al escucharla, estaba paralizado ni siquiera mi mente funcionaba bien ante ella y cuando note sus labios carnosos me envare cerrando unos segundos los ojos antes de estirar mis manos para agarrarla pero ya no había cuerpo delante mío, solo el vacío...

La puerta resonó haciendo ruido, clara indirecta de que alguien la habia abierto y cerrado después...como si el sonido de la puerta se hubiese repetido en su cabeza Richard agito la suya volviendo a el momento que estaba con ella paseando por la calle...

Tiempo actual.

-Me Dejaste como un tonto ese día....lo sabes?-ríe mas relajado incluso algo risueño al acordarse de esos momentos con ella...-Quieres tomar algo? Hace frío-la abrazo intentando que las capas de ropa la calentasen mas...-Mira...sirven chocolate caliente-murmura contra su oído riendo-Me acuerdo cuando te...-carraspea-nos encontramos por casualidad después de un mes en el café-ríe y la abre la puerta...-Recuerdas?...

por **Alissandre Von Carstein** Sáb Ene 28, 2012 1:18 pm

Mis ojos rodaron con levedad ante las palabras de él ¿Por qué esa pregunta? ¿Acaso no sabía la respuesta? Mi mano terminó apoyada sobre su pecho en el mismo instante que él me pegó a su cuerpo, alcé la mirada y sonreí de medio lado como queriendo que ese simple gesto le hiciese entender lo que pasaba por mi mente.- Por la mera razón de que... Me atraías, me gustabas... Pero yo era una joven prometida y para mí tu no eras más que un objetivo imposible.-Aclaré. Y es que era cierto, recuerdo que esa noche mis deseos por besarle eran mayores a los de controlarme, aún así la educación que había recibido durante mis 18 años esa noche no se habían visto corrompidos por nada ni nadie. Pero sí más adelante...

Nuestros pasos tranquilos y lentos nos llevaron hasta un establecimiento, alcé la mirada unos instantes "Chocolat" así se llamaba, no pude reprimir una sonrisa un poco estúpida en ese instante, pero la oculté casi al instante que él habló.- ¿A si? ¿Creías que todo sería tan fácil? Si fuese así... ¿Qué diversión tendría?.-Reí con suavidad mientras deslizaba mi mano por su ropa, sobre el pecho.- Me gusta ser un reto...-Me separé con suavidad, mientras pasaba dentro del establecimiento, el olor del chocolate recién hecho me hizo revivir viejos recuerdos, me giré apenas un poco y sonreí.

~ La casa de los Chocolates - 1791 ~
- Puedes retirarte, mi prometido está dentro y me gustaría no estar bajo la atenta mirada de dos doncellas.-Musité. Aquel día era extremadamente frío, se notaba que el invierno había llegado, llevé la mirada hacia los ventanales unos instantes, los cristales estaban cubiertos del vaho y era imposible ver la gente que había dentro. Giré mi cuerpo de nuevo hacia la doncella.- Puedes retirarte. Estaré aquí, posiblemente mi prometido me acerque a casa.-Aunque mis palabras sonaban tranquilas, no eran más que un simple engaño para aparentar y hacer creer a la gente y sobre todo al servicio que nos servía en el palacio. Me retiré un poco hacia atrás observando como la mujer se subía de nuevo al carruaje y el cochero se la llevaba de allí. Escondí mis manos bajo la capa con suavidad protegiéndome del frío, cuando vi que el carruaje se había perdido me giré hacia la puerta del establecimiento, un suspiro entre apenado y enfado salió de mis labios. Nunca me había gustado ese tipo de citas pues me era imposible darle esquinazo.

La puerta se abrió con suavidad y un hombre me invitó a pasar con una sonrisa dibujada en sus labios, hice una suave inclinación de mi cabeza.- Gracias, señor.- Pasé dentro y pude notar ese golpe de calor que por un momento me hizo sentirme mareada, lo que provocó que diese unos pasos hacia atrás. Siempre había sido mala amiga de los cambios tan bruscos de temperatura y esa no era la primera vez que me pasaba. Una mujer se acercó a mí con cara preocupada, sus manos me sujetaron para que no me cayese.- No es nada, solo un mareo...-Intenté excusarme para no preocupar y alertar a todo el mundo que allí había. Me separé con lentitud y apoyé mi mano contraria sobre la mano que aquella mujer tenía sobre mi brazo.- Gracias... Estoy bien, de verdad.-Me separé con lentitud a la par que me quitaba de encima la capa y los guantes, necesitaba que mi temperatura volviese a su nivel o de seguro acabaría desmallada. Sorteé algunas mesas del establecimiento bajo la atenta mirada de aquella mujer, que por lo que pude notar no me quitaba el ojo de encima.

-Guten Tag, liebe [Buenas tardes, querido].-Susurré tras la figura de mi prometido, sabía que odiaba que le hablase en alemán y más cuando nos encontrábamos fuera de allí. Aún así mi pasión por desquiciarlo y molestarlo era mayor a la obediencia que él me pedía, posé mi mano sobre su hombro y la deslicé a lo largo de su espalda en un gesto envenenado. Avery levantó la mirada hacia mí y mostró su gélida mirada y falsa sonrisa.- Creía que me plantarías, Alissandre.-De mis labios brotó una carcajada suave y discreta, con suavidad me senté frente a él mientras dejaba mi capa sobre la silla libre.- Gepflanzt ¿? Das ist nie, meine geliebten [¿Plantado? Eso jamás, amado mío].-Palabras envenenadas sin duda, pero me daba igual, sabía que él debía controlarse aunque no quisiera. Sonreí y me acomodé correctamente mientras le miraba fijamente, pude notar en la mirada de Avery su odio y molestia por mis palabras.-Sind Sie okay, Avery? [¿Estás bien, Avery?].-Intenté ocultar mi sonrisa juguetona y malvada. Él alargó su mano para coger la que yo tenía encima de la mesa, pude notar como él la agarraba con fuerza y apretaba haciendo que en mi rostro se marcase una mueca de dolor, apreté las mandíbulas pero no dije nada más.- ¿Seguirás con tus juegos, querida?.-Me preguntó mientras me sujetaba con fuerza, yo solo hice un gesto con la cabeza, estaba apunto de responder pero el camarero se nos acercó para preguntar que sería lo que tomaríamos. Avery pidió un café puro, pese a que era una casa de chocolates normalmente también servían algunas cosas aparte.- Yo tomaré...-Dudé unos instantes.- Un chocolate a la taza, por favor... Y a poder ser que sea lo más amargo posible.-Vale, sí me gustaba el dulce, pero la parte agridulce de los chocolates era lo que más me gustaba y llamaba. Por eso me encantaba el Chocolate Negro o Puro.

Avery esperó a que aquel joven se fuese para volver a dirigirse a mí.- Veo que tu dominio del idioma es perfecto. Por lo que.. Déjate de tonterías.-Advirtió mientras me miraba. Yo cuidadosamente inteté soltar la mano, pues empezaba a lastimarme.-Soweit ich weiß, Sie wissen auch deutsche. Ich habe keinen Grund, in eine andere Sprache sprechen [Por lo que yo sé, tú también sabes alemán. No tengo por qué hablar en otro idioma].-dice con tono retante mientras le miraba fijamente.-Slap mich wieder, wie Sie das erste Mal sah mich getan hat, liebe [Me volverás a abofetear como hiciste la primera vez que me viste, querido].-Reí divertida al ver la cara de Avery, por momentos se desencajaba más y sus ganas por gritarme eran mayores, y ese era mi propósito, el hacerle quedar mal delante de todo el mundo.- Du bist so mutig, Alissandra. Aber all das werde ich mit dem Leben bezahlen [Estás siendo valiente, Alissandre. Pero todo esto me lo pagaré con tu vida].-su mano apretó algo más la mía y yo hice una mueca de desaprobación, intentando liberar mi mano.-Denken Sie daran, diese Worte. Ich werde die letzte Person, die es zu sehen ...[Recuerda estas palabras. Yo seré la última persona que veas...].-Ante esas palabras él soltó mi mano con brusquedad a la vez que golpeaba con fuerza la mesa, sus ojos estaban fuera de órbita, parecía el mismísimo diablo, pero... A mí eso no me asustaba, al contrario me divertía demasiado como para dejarlo pasar.- Esta noche no serás tan atrevida... Muchachita insolente.-su voz sonaba ronca y profunda, contenida por el enfado que su cuerpo poseía en ese instante. Yo lo miré riendo a la par que rodaba la mirada.- Oh! Habe ich breche mein Handgelenk? Hahahaha ... [¡Oh! ¿Me romperás mis muñecas? Jajajaja...].-No me dio tiempo a reaccionar, cuando me quise dar cuenta él tenía colocada su mano en mi nuca y apretaba con tal fuerza que me lastimaba, se acercó hasta casi rozar mis labios mietras sus ojos se clavaban en los míos.- Osada.. Atrevida.. Y sin modales. Me gustan los retos.-Dicho eso me besó con fuerza y brusquedad a lo que yo intenté huír, pero no pude. Cuando se separó me sonrió victorioso.- El problema es que yo puedo doblegarte... Pequeña.-Esas palabras hicieron que mis mandíbulas se tensasen con fuerza, pero no perdí la sonrisa.- Das Wichtigste ist, nicht die Kraft oder Größe. Wenn kein Falsch ...[Lo importante no es la fuerza ni el tamaño. Si no la astucia...].-Eso creo que fue lo que colmó el vaso por completo. Me soltó y se levantó de su lugar, colocándose el abrigo sobre el cuerpo.

-¿Me dejarás aquí sola, amado?.-Por primera vez dejé ver otro idioma que no fuese el Alemán, creo que eso le cripó del todo.- Ya hablaremos... Tengo asuntos que tratar.-alcé ambas cejas un poco sorprendida, pero a la vez divertida. Había conseguido echar al traste aquella magnífica cita de "enamorados", no me moví lo más mínimo permanecí sentada. El camarero se acercó a nosotros dejando lo que habíamos pedido, Avery antes de irse dejó las monedas sobre la mesa y me echó una mirada de enfado.- Las cosas cambiarán.. Vaya si cambiarán.-No dijo nada más, se giró y salió de allí con un enfado que se le notaba a kilómetros. Miré mi taza de chocolate y la acerqué con una amplia sonrisa en mis labios, por primera vez sonreía sin preocupaciones o falsedades. Me llevé la cuchara a los labios y probé aquel exquisito dulce.- Perfecto...-Apoyé mi codo sobre la mesa y dejé la cabeza sobre mi puño mientras mi mirada permanecía perdida.

Fuera Avery se aseguró de dejar un guardaespaldas para su prometida, la conocía mejor que nadie y sabía como podía ser y lo que podía hacer, por eso mismo se aseguraría que después de salir de la Casa del Chocolate ella fuese directa para la residencia, allí estaría él esperándola, no la dejaría sin un castigo.
El hombre quedó a las puertas del establecimiento, dejó las manos a la espalda y la mirada al frente, aunque de vez en cuando miraba hacia el interior asegurándose que aquella joven rebelde seguía sentada en su mesa.

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