Una nueva vida empieza para nosotros…juntos-Lyuba-

por **Douglas Mhattesí** Sáb Ene 07, 2012 2:55 pm

Me movía entre las sabanas, no sabía porque ya no podía dormir, nunca me había pasado esto, trate de concentrarme e irme al mundo de los sueños….pero nada, solo daba vueltas en mi cama, por la ventana se colaba los rayos de la luna, me daban en mi rostro, me gustaba eso, asi no tenia necesitada de prender las velas, solos me alumbraba la luna, quita las sabanas que estaba sobre mi cuerpo, sentándome en el borde de la cama, mientras viajaba al mundo de los recuerdos, mis pies tocaban la fría madera, pero no me importaba solo quería volver a dormir, pero mis ojos no me hacían caso, mi cuerpo se notaba un poco cansando, mis músculos parecían estas hechos nudos, moví un poco la espalda escuchando como se acomodaba entre sí, dio un gran bocado de aire, observando lo poco que se podía ver de aquella luna.

Ya era un poco tarde, tome el pequeño reloj que tenia sobre la mesa, lo abrí marcaba las dos…era todavía temprano, era las dos de la madrugada, los cerré de golpe y parándome lentamente todavía sentía el cuerpo muy perezoso, pues era todavía temprano, camine lento, pausado sin prisa a donde se encontraba mi ropa, cada noche siempre poniendo en una de las sillas la ropa que me iba a poner al día siguiente. Llegue hasta la silla, tomando la camisa blanca, me la puse abotonando cada botón que tenia, lentamente, con mis ojos abierto mirando la pared, cuando termine me abroche los dos botones que tenía el borde de la manga. Agarre el pantalón poniéndome, me abrocho y subo el zíper, arrastro la silla y me siento ahí, mirando la soledad de mi habitación…me encontraba en un hotel, no tenía todavía una casa fija para vivir pero tendrá que comprarla. Estire una mano para poder tomar mis botas que siempre usaba, metí el pie en una, después el otro pie en el otra bota, acomode bien el pantalón, me pare agarrando mi chaqueta café, saliendo de mi habitación, cerré con llave la puerta de mi habitación no valla ser de malas que cuando llegue no tenga ni el calcetín, mientras caminaba me estaba poniendo la chaqueta.

Salí del pequeño hotel que me estaba hospedando, antes de ver y comprar una casa, el frio se hizo presente, chocando con mi cuerpo inmediatamente me abroche bien la chaqueta mientras seguía caminando por las oscuras y solitarias calles de parís, quería algo caliente, que caliente mi cuerpo, será una buena idea tomar café, chocolate…ya sé donde iba a ir, iba a ir a un restaurante o una fonda para que me dieran un café bien cargado y sobre todo bien caliente. No quedaba muy lejos una fonda, estaba a unas cuantas cuadras, unas tres cuadras mas y llegaría aquel lugar caliente donde se iba a proteger del frio por unas cuantas horas, no saldrá hasta que fuera de días, si saliera fuera por dos buenas razones.

Una…~ Que me echen a patadas del lugar

Dos…~Algo muy importante para mí, que me hiciera salir de aquel lugar.

Pero no creo que ninguna de las dos, porque esa fonda esta todo el día abierta, asi que no me preocupare por ninguna de las dos. Había llegado, abrí una de sus puertas y lo caliente golpeo mi cuerpo, el olor a muchas cosas llegaron a mis fosas nasales, aspiro y pase, me dieron una grata bienvenida, me senté en la esquina mientras pedí un buen café, esperando a que me lo traguearan…asi que me entretuve, vagando mi mirada por todo el lugar, era muy acogedor, se sentía uno como en casa, asi me gustaba los lugares, no como los finos que ahí hasta por respirar te cobran. Había dos personas más que se encontraba ahí, se me hacían un poco conocidas pero de seguro es imaginación mía, asi que solamente seguí mirando el lugar mientras esperaba a mi café.

No pude escuchar la plática que mantenían ellos, estaban muy cerca, hablaban de alguien que había dado a luz hace poco, me pegue una bofetada mentalmente, por estas escuchando conversación ajenas me iba a retirar del lugar para poder sentarme hasta enfrente pero me quede en seco cuando escuche un nombre…..el nombre….ese nombre, sin esperar a que me lo traguearan la orden de café que pedí, salí corriendo del lugar, corrí, y corrí lo que podía con estas piernas, no me importaba chocar con alguien, tampoco el frio que se estaba sintiendo, ¿frio? Cual frio, estaba acalorado por lo que estaba haciendo, lo único que quería ir estar haya en ese lugar donde deseaba estar…No sabía cuánto tiempo había corrido pero llegue a mi destino, área de gitanos….deje de correr mi pecho subía y bajan por correr rápidamente, pero eso era lo de menos, mis pies estaba ardiendo eso tampoco me importaba, camine notando las pocas miradas de los gitanos que se encontraban ahí, ya pronto iba a llegar a esa carreta, cuando estaba enfrente de la puerta toque tres veces, espere un poco hasta que alguien me abrió y sin esperar respuesta entre y camine mas hasta que llegue a mi destino era ella….Lyuba

-Lyuba…-susurre su nombre cuanto la vi…me acerque a ella mientras mis ojos no la dejaba de mirar.

por **Lyuba A. Yumara** Vie Feb 03, 2012 6:28 am

Lyuba dio la luz a su hijo una noche fría, casi al comienzo de la espesa nieve. En un lugar que ni siquiera se había imaginado hacerlo, el restaurante. ¿Por qué todos sus encuentros se basaban en los lugares tan raros y poco comunes?. Tal vez era aquel destino que ella creía, si era conveniente dar la luz en un puente...pues lo haría. Todo aquello por creer en sus ideologías, sus principios. Tras unas cuantas horas de dolor , ella volvió a su carreta con Sylvio. Su hijo. Tenía los ojos de su padre, grises y profundos. Mientras que la nariz, los labios...eran heredados por su bella madre, Lyuba. El cansancio parecía derrumbarla en cualquier momento, por eso mismo hizo llamar a su mejor amiga, una gitana mas joven que ella, al comienzo de su adolescencia. A pesar de que era tarde, ella estuvo encantada de ayudar a una madre y en especial al ver al pequeño Yumara.

Un heredero, que iba a heredar todo lo que tenía Lyuba. ¿Todo?. No tenía nada. Tan solo la maldad que envenenaba sus labios y aquellos artefactos viejos de sus antepasados. Pero en un futuro, en los sueños de Lyuba...se reflejaba aquel deseo de poseer grandes riquezas que iban a ser entregadas a su hijo, en el día de su muerte. Mientras dejaba a su hijo sobre la cama, en unas cuantas mantas gruesas, ella intentó colocar los cojines de una manera mas confortable. Una vez colocadas a su merced, dejó descansar su espalda en los múltiples cojines mientras tomaba a Sylvio en los brazos con cuidado. No lloriqueaba y eso significaba un dolor menos a su cabeza.

Su rostro...tan inocente y puro brindaban aquella dulzura que algunos, seguramente, no estaban preparados por apreciar. Sonrió tiernamente al ver como su hijo parpadeaba con el mismo cansancio que ella - Shhh duerme pequeño - susurró besando su frente con suavidad, temiendo por aquel roce. Estaba siendo mas protectora de lo normal, cualquier ruido de afuera o cualquier roce con el pequeño la hacía pensar en que podía dañarlo de alguna manera. La joven gitana comenzó a limpiar la mesa donde yacía la bola de cristal, en un pasado le había servido pero al ser lo que era posiblemente sus poderes de gitana se desvanecieron . Sylvio tenía ya los ojos semi cerrados y poco a poco los iba cerrando por completo, protegido en los brazos de su fuerte madre. Pero los volvió a abrir de golpe cuando unos fuertes ruidos le asustaron por completo. Demostrando a su madre de que tenía miedo a las llamadas insistentes de la persona , comenzó a llorar .

- ¿Quién carajo llama a estas horas y de esa manera? - preguntó entre dientes intentando tranquilizar a su hijo con sus besos maternales. Una vez calmado, Lyuba ordenó a la gitana que abriera la puerta. Así podría darle a la persona una buena lección de no llamar a las tantas de la noche o madrugada. Pero al ver de quién se trataba y cuando sus ojos se encontrarón con aquella persona, perdió un poco los estribos y se olvidó por completo regañar su impertinencia - Gracias por tu ayuda. Por favor, ve a descansar... - le agradeció a la joven gitana aun con la vista en el hombre. Koks. Era su marido y aunque parezca raro no eran un matrimonio como los otros. Podríamos decir que era un "matrimonio falso". Ambos estuvieron de acuerdo en tener relaciones con otros pero con disimulo. Lyuba buscaba un hombre adinerado ,cariñoso y respetado para que le administrase aquel estatus alto y Koks buscaba tener una familia. Todos felices. Sylvio jamas sabrá que Koks no era su padre y que los había acogido en sus brazos.

La joven gitana les dejó solos cerrando tras ella la puerta. Lyuba no sabía que decirle, por primera vez en su vida no tenía palabras . ¿Saludarlo?. Volvió a mirar a Sylvio como un escape para no adentrarse en los ojos de su marido - Relájate, tienes el corazón acelerado - fue un tono de voz un poco frío pero relajado. Al fin cayó en la cuenta de que un olor extraño invadía la carreta. Frunció sus cejas cuando recordó que era el mismo olor que el de Louis.

{No quise hacerte esperar más, esposito *-*}

por **Douglas Mhattesí** Vie Feb 03, 2012 2:11 pm

Mis ojos seguían clavados en las pupilas de Lyuba, hace un par de días no la miraba, no sabia nada de ella, la verdad, no sabia donde se había metido esta mujer, me preocupaba por ella, me preocupaba por el embarazo, por ese bebe que ya esta con nosotros, cuando escuche aquellas personas decir que aquella persona había dado a luz, me sentí tan feliz, pero necesitaba comprobar si era verdad que el hijo de Lyuba, ya había nacido, cuando entro a la carreta su corazón seguía latiendo por correr, pero en este momento se le había olvidado todo, solo quería estar ahí con ella, con ese ser humano que acaba de llegar. Sentía como la mirada de su esposa estaba también enfocada en el, empecé a caminar poco a poco, escuchando por primera vez la voz de ella en esta noche-Estoy relajado Lyuba, mi corazón esta perfecto-Susurre, acercándome mas a ella

Cuando estaba a un lado de la cama de ella, miro que en sus brazos se encontraba el bebe, me acerco mas ella, mis ojos ya no seguían mirando a Lyuba, inclinándose un poco, solo un poco para poder verlo, admirar el ser que había llegado, sonríe al verlo por primera vez, estire un poco mi mano acariciado la sonrosada mejilla del pequeño, observando como abre nuevamente sus parpados, de seguro sintió algo nuevo por eso los abrió, tenia sus ojos grises, de seguro los saco del padre, pero lo demás era de la madre, sonríe, sentando lentamente en la cama, no me había, mi mirada seguía clavada en el pequeño, mis ojos brillaron y esa sonrisa estúpida de mi rostro no se había quitado desde que lo vi-Es tan pequeño, como un cristal-Susurre, pasando mi dedo índice por la naricita de el, mirando como hace un movimiento con su rostro-Oh… ¿algo nuevo para ti?-Pregunte, pasando nuevamente mi dedo por la frente de el, se miraba tan pequeño tan frágil.

Me sentía tan feliz por estar aquí, feliz del tener un hijo, aunque no haya sido yo el que puso su parte, padre es el que cría, el que educa, el que enseña, no el padre biológico, Sylvio nunca sabrá que yo no soy su padre verdadero, ambos acordamos eso, Lyuba y yo acordamos de no decirle nada. Mi matrimonio que tengo con Lyuba es falso, pero eso no quita que yo sea un marido ejemplar delante de las personas, aunque acordarnos que podíamos tener “pareja” por así decirlo, pero yo nunca tendré pareja mientras este con Lyuba y Sylvio, yo no seré infiel no me mete con nadie, yo solo viviere por estar con ella y mi hijo, porque Sylvio es mi hijo, será mi hijo siempre hasta que muera. Yo soy feliz con Lyuba, aunque a veces nos comportemos como dos extraños, pero yo siento algo muy fuerte por ella, primero fue cariño como amigos, como se quiere a una amiga, pero poco a poco empecé a sentir cosas por ella que nunca pensé sentir por nadie, ese cariños de amigos fue aumentando hasta el punto de llegar amarla, nunca se lo dicho que la amo, pero ahora se lo diré, ahora le diré lo mucho que la amo, pero mas tarde…mientras seguiré viendo aquel hermoso bebe que ella tiene en sus brazos, sigo diciendo….Es mío y de Lyuba, claro de Lyuba tiene que ser, ella sufrió por tenerlo, no me imagino el dolor que debió de sentir cuando se lo sacaron.

No podía de dejar de ver a ese pequeño, me sentía tan feliz que no sabría como explicarlo-Por fin te tenemos aquí Sylvio, por fin nos alegras todos los días con tu presencia, a mami le darás un poco de lata cuando quieras comer, pero no importa, claro como yo no soy el que te amantara-No sabia del porque decía tantas cosas como esa, solo quiero verlo, admíralo, grabarme su aroma para que cuando no este cercas de el, siempre lo lleve presente como el aroma de Lyuba…pero hace días que no haya el aroma de ella, no sabia del porque, pero cuando ingrese a su carreta, olí su aroma, llenándome de el, para que nunca mas se me olvidara, por fin había desviando mi mirada, enfocándome en Lyuba -Felicidades, eres Madre por fin y yo…soy padre, gracias a ti, espero que estemos unidos siempre-Susurre, posando una de mis manos sobre la mejilla de ella, deslizándola lentamente, acariciándola, me acerco a ella, mirándola fijamente, mirando después sus labios, aprieto los mimos, desviando el trayecto y dándole un beso en la frente pero sin aplastar a nuestro hijo.

Sentí la piel de Lyuba en mis labios como me gustaba sentirla, sentir aquellos labios rozase con los míos, baje mis labios besando la punta de la nariz de ella, mirándola a los ojos-No te había metido, hace días que no te miraba, me preocupaste, pensaba que te había pasado algo-Mi tono fue de preocupación, llegando hasta sus labios, rozando mis labios con los de ella, capturando su labio inferior, succionándolo un poco…iba seguir, pero escucho un rudo, la puerta abrirse, era la mujer que me abrió, me aleje de Lyuba parándome inmediatamente pero sin darle la cara, solo mirando el rostro de mi esposa.

por **Lyuba A. Yumara** Jue Feb 09, 2012 8:47 am

Acunó a su hijo con el intento de hacerle caer en el mundo de Morfeo. Lyuba era consciente que su pequeño viviría tiempos difíciles y que había llegado al mundo en un momento donde su madre estaba luchando contra la verdad y la justicia. Solo ella tenía la conciencia limpia de que podría morir en manos de cualquiera y que sus caminatas nocturnas eran peligrosas. No había echo ese comentario sobre la respiración acelerada y sobre el corazón de Koks si no fuese porque le molestaba. Parecía un martillo golpeando la cabeza de la morena. Su sangre bombeando y llenando cada vena de vida lograba despertar en ella aquellos instintos salvajes que reprimía - No hay duda de ello – murmuró para ella con un tono irónico y ácido. Por unos segundos tuvo la necesidad de sacar sus garras de lobita mala y arañar a Koks hasta verle sin respiración. Fue una imagen que complació a la gitana y sonrió en sus adentros . ¿Fue ella la que sonrió o la bestia que no podía controlar?. Pero aquella imagen y aquellas acciones que reprimía se debía al acercamiento de su marido. Cualquier madre era así! Tal vez no todas eran tan exageradas como la morena, pero debían entender que era SU hijo, SU manada y SU único amor .

Aun así, aunque la bestia interina deseaba degollarlo, permitió a Koks inclinarse y observar a Sylvio. Ante su comentario, ella sonrió con suavidad, una pequeñita esperanza de que Lyuba ,la humana ,seguía presente, al menos en presencia de Koks – Si, es tan frágil...y pequeño – coincidió desviando los ojos de su pequeño y observar el rostro de su esposo, que esta vez estaba mucho mas cerca de ella. Verle tan cariñoso e ilusionado con el pequeño Yumara, hizo a Lyuba sonreír largamente. No sabía como lo conseguía ni como hacía para que ella sonriera sinceramente, porque todos sabían que no era capaz y se escondía entre las numerosas y falsas sonrisas tiernas. De vez en cuando ella observaba a Sylvio abrir los ojos y haciendo pequeñas muecas con sus labios y por otra parte, observaba a Koks feliz. Era increíble como podía hacer a un hombre ser honestamente feliz. Sin duda, Sylvio era un regalo para Lyuba y Koks también. ¿Quién en su sano juicio podía aguantar la personalidad fría de Lyuba?. Koks, el marido ejemplar y un hombre que sin duda, ella iba a recordarlo siempre, al igual que su hijo lo hacía.

“Siempre “ era una palabra demasiado acentuada y cuando Koks la había pronunciado, ella desvió la mirada hacía otra parte aun con aquella leve sonrisa pintada en su rostro. No dijo nada, ningún comentario ácido irrumpió aquellos gestos cariñosos. La verdad era que Lyuba no tenía ni la mas remota idea de como reaccionar con Koks . No era una persona que demostraba su afecto ni su amor y ella sabía de sobras que sentimientos como “amor” , “dulzura” y “tristeza” no existía dentro de ella. Era demasiado indiferente a sus afecciones y sujetando al pequeño con una mano, liberó otra para agarrar la mano de Koks y apartarla de su rostro. Entrelazó los dedos de ella con los de el y sonrió amargamente ante su comentario – No quise preocuparte...- deseaba explicarle la razón pero sus labios fueron rozados y el corazón de Lyuba se permitió el lujo de bombear con mas rapidez. Se regañó por aquello mentalmente. Su labio fue succionado y ella no hizo nada salvo observarle a los ojos con picardía. Cuando Koks se separó ella prosiguió – E estado trabajando.. - mintió. ¿Que iba a decirle? . “ No cariño,perdoname, estoy en el grupo revolucionario y tuve que esconderme durante días”. No. No debía contarle ninguno de sus secretos .

Guardó silencio al ver la joven gitana abrir la puerta. Por instinto ,una de sus cejas se arqueó cuestionando el por qué de la interrupción - Lyuba...olvidé decirte que la anciana desea verte,mañana. Perdona mi intervención. Buenas noches, descansa. Buenas noches caballero – hizo una leve reverencia con la cabeza y volvió a salir dejando a su paso la frialdad de la noche. La morena se levantó con Sylvio para dejarle descansar en su cuna. Una cuna adornada con blanco y azul, un regalo de sus amigos . Últimamente ella había unido lazos con mucha gente importante y adinerada, justamente lo que ella planeaba. Dejó a Sylvio en la cuna y pasó una manta sobre el , inclinándose hacía su cabeza y besando la frente blanca. Se incorporó y volvió a su lugar ,pasando una de sus manos por el brazo de su esposo - ¿Que has echo este tiempo? - murmuró intentando entablar conversación con el, acariciando su rostro con lentitud.

por **Douglas Mhattesí** Sáb Mar 31, 2012 8:39 pm

Seguía mirando a Lyuba, como si no hubiera tiempo, mis ojos miraba cada facción de ella, era tan hermosa, desde que la mire, sentí cosas por ella, sus ojos, sus labios, la textura de su piel, cada rasgo de ella me encanta, no puedo ver a otra mujer que no sea ella, cuando no la observo me imagino su rostro, en mi rostro de seguro tiene una sonrisa tonta, pero cuando se trata de Lyuba no hay nada que pueda hacerme cambiar, no hay nada ni nadie que podrá lograr que sienta cosas…solo ella lo logra hacer sin que se dé cuenta, sin que se dé cuenta que estoy profundamente enamorado de ella, de esa mujer-Vamos amigos, adelante se fuerte dile todo lo que siente pero….-Pensé, callándome en mi propia mente mientras escucho lo que dice la compañera de mi esposa-Pero si me dice algo, me dice que me aleje de su vida, eso no podía resistir, no quería alejarme nunca de Lyuba…la única manera que podría alejarme seria muerto…-Volví a pensar, apartando mi mirada de ella, observando la pared, mientras espero que termine de hablar. Escuche como los pasos de aquella mujer se alejaban, hasta poder escuchar la puerta cerrase, en mi rostro apareció una sonrisa, estaba solo...bueno, no, no estaba solo con Lyuba si no nuestro hijo estaba aquí, en los brazos de ella, Salí de mis pensamientos volteando a verla, se miraba asi, tan hermosa con el…-Te vez…hermosa con nuestro…-Hice énfasis en la palabra nuestro-Hijo-Termine de decir, callándome inmediatamente y desviando mi mirada hacia otro punto.

Ya no quise darle la cara a Lyuba y me di media vuelta caminando hacia una de las paredes que se encontraban en la habitación de ella, puse mis palmas de mis manos sintiendo lo frio que estaba, pasando un poco de saliva, no sabía porque estaba tan nervioso-Koks, chico, no estés nervioso, eres padre, por fin tu sueño hecho realidad, aunque no sea tu hijo biológico, lo amaras, será un buen padre y un buen esposo para Lyuba aunque ella…no se sienta prepara para hablarte como tú lo haces con ella-Mi mente me estaba traicionado maldije en voz baja, estaba aparentando mis puños-Espero que un día Lyuba se sienta en confianza conmigo, y me cuente lo que pasa en su cabeza, sus secretos…lograre que confié en mi…aunque sea lo último que haga-Me relajado, mis pensamientos se quedaba ahí, me alegro que Lyuba no leyera mi mente si no, de seguro se iba a asustar de mis pensamientos hacia ella. Una sonrisa traviesa apareció en mi rostro, me sentía un poco más calmado, escuchando los pasos de mi esposa, como caminaba hasta el peso que le dio a nuestro hijo. Pego mi frente en la pared, cerrando mis ojos, queriendo tranquilizándome, mi corazón latía rápidamente de felicidad, todavía de verdad, todavía no me imagino que soy padre de un hermoso niño, todavía pienso que es un sueño, un sueño que no quiero despertar nunca.

En poco tiempo, siento como Lyuba se acerca a mí, tomándome de mi brazo haciendo que me gire un poco y mirándola, sonríe nuevamente un tonto, parezco un tonto, pero no importa, con Lyuba todo cambia, cuando estoy con ella, me giro por completo, mirando como su mano se acerca a mi rostro, hasta sentí el contacto, un bello contacto, como se deslizaba por mi mejilla--Lyuba…-Susurre su nombre, como me gustaba su nombre, era caer en el cielo…asi yo lo sentía y no me importaba nada, solo estar con Lyuba, la mujer que amo. Me acerca a ella, pasando mis manos por su cintura, abrazándola y acercándola a mi cuerpo, pongo mi cabeza en su hombro oliendo su aroma…era un poco raro, cada vez que olía a Lyuba, estaba mezclando, muchas cosas, no sabría como decirlo, pero el aroma de ella, era distinto cada vez que estaba con ella...que era prácticamente todos los días, y a veces ella desaprecia…nunca me ha atreva en preguntarle exactamente a donde va porque puede ser que se enfade conmigo y eso no quiero….no quiero que se enoje conmigo por ser un metiche. Por eso siempre me mordía la lengua cuando quería saber, si ella me quiere contar sus cosas estaré yo para ella, si no, también estaré…eso hace las personas que aman, porque como he dicho amo mucho a Lyuba y solamente quiero su felicidad…sin importar que yo sufra.

Acerque mi nariz a su cuello, oliéndolo un poco, sin atreverme a moverme de ahí, me sentía tan cómodo, tan tranquilo con ella en mis brazos, sin dejarla ir, hasta se me había olvidado la pregunta que me había hecho, pero sin sepárame ningún centímetro de ella, respondí-Pues estuve viendo algunas casas, que podría comprar, para vivir yo…tu..y nuestro hijo…-Susurre, haciendo que mi aliento golpeara el cuello ajeno-También estuve viendo algunos trabajos donde y podría trabajar, porque aunque tenga dinero en mi bolsillo, no me hace un inútil, tengo dos brazos, dos piernas fuertes que pueden hacer trabajos duros-Mencione-Y por ultimo…fue…a…-Pase saliva, no podía continuar y tuve que darle un beso en su cuello, besándolo lentamente, acercándola más a mi cuerpo-Tuve que ir a enviar una carta a Japón…-Susurre mordiendo ligeramente ese cuello, para subir mis labios por su mentón y estando muy cerca de sus labios-Eso fue todo lo que hice en estos días que no te tuve en mis brazos, sin que mis ojos pudieran verte Lyuba…-Sin esperar mas, rompí la distancia, apoderándome de los labios de la morena, moviendo mis labios lentamente sobre los suyos, si me separaba de ella, me iba a llevar un sabor exquisito que solo de ella me gusta, me encanta desde que la bese no he vuelto a besar a nadie más y no volveré hacerlo.

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