AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
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¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Hoy parecía ser un buen día, pues......no había nubes alrededor y los rayos de sol se reflejaban en las aguas cristalinas de las fuentes congeladas por la humedad de la pasada noche. Ciertamente, no me iba a preocupar, iría a pasármelo en grande y a estar lejos de Eiji y de Sousuke. Esta era la tercera vez que me escapaba de casa y tenía ganas por ver Paris, esta vez de día y con mucha gente por las calles. Supuse que estaría bien ir con cuidado, pues siempre me insistían y me protegían demasiado. No me dejan hacer nada, me tienen de amo, bueno, no me tenían tanto, pero apenas si quiera, podía abrir las llaves de la bañera, ni que me váyase a infectar de oxido.
Suspire estando en la cama, destape la manta que cubría mis piernas y como vivíamos entre hombres, pues no me molestaba en ir en ropa interior. Estas modas occidentales, a veces me sacaban de quicio y por ello usaba las ropas tradicionales que siempre me gustaba usar para pasear por la casa, aunque cada habitación era del tamaño de una sola casa, era enorme. Paseando en ropa interior por la casa, llegue al baño, me asee y ya me vestí para ir a la cocina.
Era meramente tan temprano, que me iba durmiendo por los pasillos, algunas ventanas, estaban pintadas de pintura negra que no permitían el pase de la luz, esas eran las habitaciones de todos mis hermanos. Todos ellos eran de ese tipo de criaturas. Menos mal, por ello tenía que escapar, hasta el infinito y mas allá procurando que nada malo me ocurriera, algo se escondía en lo que era el clan Asakura. Residíamos en los bosques de París, alejados pudiendo pasar desapercibidos. Y solo había que caminar un poco para llegar al gran Paris.
París, 14:15
-¡QUE HAMBREE!-¡Tenia un hambre que no podía con él! Tenía hambre y me comería un gran elefante, pero como no los había, supuse que tenía que encontrar algo distinto a lo que tener quieto la hambruna que yacía en mi estomago. “BRR BRR” Me arrastraba por los rincones de Paris en busca de algo para comer, me habían robado la cartera para comer, había llorado y aquello me dio mucha más hambre. Decidí dejarme caer por el mercado ambulante, cosas deliciosas aparecían ante mis ojos, cosas ricas, deliciosas para el paladar. Un pollo, unas manzanas que por supuesto costarían dinero, dinero el cual yo ya no poseía en mano. ¿Y si iba a casa y le pedía dinero a Eiji?
Negué ante esa posibilidad, pues me encerraría en una jaula y no me dejaría salir, me encogí en el sitio, me hice una bola, jugando y haciendo con el dedo índice círculos aleatorios sobre el suelo en nada más que pensar que en comida. Comida. Comida. ¡¡COMIDA!! No estaría exagerando si solo en la mañana me había tomado un bollo para desayunar, que toda la mañana la pase viendo museos y bueno algún que otro espectáculo por la calle que es cuando me robaron-¡Ay! ¡Tengo hambre!
Suspire estando en la cama, destape la manta que cubría mis piernas y como vivíamos entre hombres, pues no me molestaba en ir en ropa interior. Estas modas occidentales, a veces me sacaban de quicio y por ello usaba las ropas tradicionales que siempre me gustaba usar para pasear por la casa, aunque cada habitación era del tamaño de una sola casa, era enorme. Paseando en ropa interior por la casa, llegue al baño, me asee y ya me vestí para ir a la cocina.
Era meramente tan temprano, que me iba durmiendo por los pasillos, algunas ventanas, estaban pintadas de pintura negra que no permitían el pase de la luz, esas eran las habitaciones de todos mis hermanos. Todos ellos eran de ese tipo de criaturas. Menos mal, por ello tenía que escapar, hasta el infinito y mas allá procurando que nada malo me ocurriera, algo se escondía en lo que era el clan Asakura. Residíamos en los bosques de París, alejados pudiendo pasar desapercibidos. Y solo había que caminar un poco para llegar al gran Paris.
París, 14:15
-¡QUE HAMBREE!-¡Tenia un hambre que no podía con él! Tenía hambre y me comería un gran elefante, pero como no los había, supuse que tenía que encontrar algo distinto a lo que tener quieto la hambruna que yacía en mi estomago. “BRR BRR” Me arrastraba por los rincones de Paris en busca de algo para comer, me habían robado la cartera para comer, había llorado y aquello me dio mucha más hambre. Decidí dejarme caer por el mercado ambulante, cosas deliciosas aparecían ante mis ojos, cosas ricas, deliciosas para el paladar. Un pollo, unas manzanas que por supuesto costarían dinero, dinero el cual yo ya no poseía en mano. ¿Y si iba a casa y le pedía dinero a Eiji?
Negué ante esa posibilidad, pues me encerraría en una jaula y no me dejaría salir, me encogí en el sitio, me hice una bola, jugando y haciendo con el dedo índice círculos aleatorios sobre el suelo en nada más que pensar que en comida. Comida. Comida. ¡¡COMIDA!! No estaría exagerando si solo en la mañana me había tomado un bollo para desayunar, que toda la mañana la pase viendo museos y bueno algún que otro espectáculo por la calle que es cuando me robaron-¡Ay! ¡Tengo hambre!
Última edición por Yuu Asakura el Jue Ene 26, 2012 5:27 pm, editado 1 vez
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
La habían invitado a cabalgar, muchas veces se negaba, pero esta vez le provoco hacerlo, busco entre sus ropas algo ligero para ir a un día por el bosque con su caballo, eligió uno traje Azul algo masculino pero muy cómodo, no como esos faldones que siempre utilizaba, no iría con algo así, sería la mata de la incomodidad si solamente lo pensaba.
El traje costaba de unos pantaloncillos que llevaban un poco más debajo de la rodilla, el resto era cubierto por unas largas y elegantes botas negras con un pequeño tacón, se había puesto una levita blanca que fue cubierta por un chaleco de azul celeste, con bordados en blanco y dorado, este fue cubierto por una chaqueta del mismo color, que tenia leves toques blancos, que le hacían parecer como nubes, los botones y hendiduras estaban en un color dorado añejo.
Era algo varonil lo debía admitir, pero su comodidad no se comparaba con nada. Después de pasear toda la mañana, se había divertido mucho en la tranquilidad del bosque, todo parecía muy tranquilo en ese lugar, nada comparado con la ciudad, pero a aquella bucillo lugar debía volver. A medio día se separo del grupo ya el hambre atacaba a su estomago, buscaría algún restaurant para almorzar, aun así entre los lugares que encontraba parecía que ninguno le agradaba, mientras ella caminaba en su gran caballo de color marrón, las personas se quedaban viendo a la persona que lo montaba, sus cabellos eran cortos y hasta algo varoniles para una dama, pero su rostro fino y delicado los confundía gravemente ¿Un travesti? Tal vez… ella solo reía en voz baja mientras las personas murmuraban detrás de ella.
Bajo de su caballo pues habían llegado a un lugar con mucha gente, así que decidió mantener las riendas mientras ella caminaba por ese estrecho lugar, camino unos segundos hasta encontrarse con un puesto de frutas, le indico al dueño que le diera algunas manzanas y uvas que eran su favoritas, este rápidamente lo hizo intercambiando el dinero por la comida. Sujeto las manzanas dándole una al caballo mientras ella se llevaba unas uvas a la boca, aquellas cositas pequeñas explotaron en su boca dejando que su dulce sabor se escurriera por toda su papilas gustativas.
-Rico..!- murmuro lamiéndose los labios. Su caballo se detuvo bruscamente jalándola antes de que pisara una extraña bola que estaba a su paso, suspiro largamente mientras veía como se movía, muy pronto se dio cuenta que era un chico-Oye..! levántate que no estás en tu casa- le dijo autoritariamente mientras se metía otra uva a su boca-Chiquillo te meterás en problemas o peor aun saldrás lastimado-
El traje costaba de unos pantaloncillos que llevaban un poco más debajo de la rodilla, el resto era cubierto por unas largas y elegantes botas negras con un pequeño tacón, se había puesto una levita blanca que fue cubierta por un chaleco de azul celeste, con bordados en blanco y dorado, este fue cubierto por una chaqueta del mismo color, que tenia leves toques blancos, que le hacían parecer como nubes, los botones y hendiduras estaban en un color dorado añejo.
Era algo varonil lo debía admitir, pero su comodidad no se comparaba con nada. Después de pasear toda la mañana, se había divertido mucho en la tranquilidad del bosque, todo parecía muy tranquilo en ese lugar, nada comparado con la ciudad, pero a aquella bucillo lugar debía volver. A medio día se separo del grupo ya el hambre atacaba a su estomago, buscaría algún restaurant para almorzar, aun así entre los lugares que encontraba parecía que ninguno le agradaba, mientras ella caminaba en su gran caballo de color marrón, las personas se quedaban viendo a la persona que lo montaba, sus cabellos eran cortos y hasta algo varoniles para una dama, pero su rostro fino y delicado los confundía gravemente ¿Un travesti? Tal vez… ella solo reía en voz baja mientras las personas murmuraban detrás de ella.
Bajo de su caballo pues habían llegado a un lugar con mucha gente, así que decidió mantener las riendas mientras ella caminaba por ese estrecho lugar, camino unos segundos hasta encontrarse con un puesto de frutas, le indico al dueño que le diera algunas manzanas y uvas que eran su favoritas, este rápidamente lo hizo intercambiando el dinero por la comida. Sujeto las manzanas dándole una al caballo mientras ella se llevaba unas uvas a la boca, aquellas cositas pequeñas explotaron en su boca dejando que su dulce sabor se escurriera por toda su papilas gustativas.
-Rico..!- murmuro lamiéndose los labios. Su caballo se detuvo bruscamente jalándola antes de que pisara una extraña bola que estaba a su paso, suspiro largamente mientras veía como se movía, muy pronto se dio cuenta que era un chico-Oye..! levántate que no estás en tu casa- le dijo autoritariamente mientras se metía otra uva a su boca-Chiquillo te meterás en problemas o peor aun saldrás lastimado-
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
La voz odiosa de alguien retumbo hacia atrás de mí. Gire mi cabeza envuelta en lloros y detrás de mi había un chico de cabellos cortos-¡Déjame travesti!-A pesar de ser un chico era feo, vestía mal y olía a chica. Era verdad lo que alardeaba la gente por el mercado al ver al joven. Me levante, alto y fuerte me encare con él, aparte la manzana la cual estaba nueva y sin ningún mordisco, y yo disfrutando de un manotazo sonriendo con galantería, mire a la manzana en el suelo y ¡AY DIOS! ¡COMIDA! Enseguida me tire a por ella como un ser que no hubiera comido en mucho tiempo, la cogí, me fui corriendo de aquel rincón en el que me encontré a aquel joven para comenzar a comer la manzana.
Estaba riquísima, nunca había probado esta manzana, claro, como sus mayordomos compraban todo lo que sus hermanos les decían, comida basura, nada de fruta. Quiso pensar en que diría si no estuviera en casa ahora mismo. Lo mismo de siempre, nunca podía contar nada nuevo, siempre salía con la misma excusa. Suspire cuando después de media hora al final me comí la manzana, observe de repente que-¡Waaow!-El chico de antes estaba a mi lado sin darme cuenta de ello me asuste, lanzando el hueso de la manzana al aire y a saber donde había caído para su suerte.
Suspire un poco más lento ya que me calme viendo al joven-¿Qué quieres? No tengo dinero ni nada...bueno tu no lo necesitas? ¿Te conozco? –Dije alzando la ceja un poco, me parecía sospechoso, lo lleve a rastras de la muñeca hacia un rincón en callejeado, lo puse contra la pared, acorralándolo con fuerza y comencé a acercar mis manos a sus mejillas para comenzar un estudio detallado de los rasgos del chico.
Estaba riquísima, nunca había probado esta manzana, claro, como sus mayordomos compraban todo lo que sus hermanos les decían, comida basura, nada de fruta. Quiso pensar en que diría si no estuviera en casa ahora mismo. Lo mismo de siempre, nunca podía contar nada nuevo, siempre salía con la misma excusa. Suspire cuando después de media hora al final me comí la manzana, observe de repente que-¡Waaow!-El chico de antes estaba a mi lado sin darme cuenta de ello me asuste, lanzando el hueso de la manzana al aire y a saber donde había caído para su suerte.
Suspire un poco más lento ya que me calme viendo al joven-¿Qué quieres? No tengo dinero ni nada...bueno tu no lo necesitas? ¿Te conozco? –Dije alzando la ceja un poco, me parecía sospechoso, lo lleve a rastras de la muñeca hacia un rincón en callejeado, lo puse contra la pared, acorralándolo con fuerza y comencé a acercar mis manos a sus mejillas para comenzar un estudio detallado de los rasgos del chico.
- Spoiler:
- Iremos un tantito rapido en el principio...
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Como un perro hambriento se tiro sobre la manzana que la bruja habia dejado caer al suelo, ella simplemente retrocedió chasqueando los su lengua, no necesitaba problemas y menos con un mocoso como ese, dio unos pasos más con las riendas del caballo hasta que sintió algo que había caído en su cabeza-Ahg…- grito enojada mientras deja a su animal sujetado en un poste, estaba dispuesta a darle en donde más le duele, pero antes de poder hacerlo el chico estaba al frente suyo mirándole y haciéndole un poco de preguntas sin sentidos, frunció su ceño levemente mientras este se acercaba mas a ella.
-¿Qué haces?- pregunto al ver que le arrastraba hacia un lugar alejado. Trato de zafarse de su agarre pero no podía, el joven era fuerte-Ahg… Oye!!- exclamo al ser empujada a la pared sin ningún cuidado, pronto sintió como las manos del chico recorrían su rostro, frunció el ceño tratando de alejarlo, pero pronto sintió algo que sus manos bajaban por su torso posándose en sus pecho –Idiota…!- grito con sus mejillas sonrojadas para darle un golpe en el rostro, esto lo hizo alejar unos pasos hacia atrás dándole la oportunidad de comenzar a defenderse.
Trato de acercarse pero rápidamente di o una ágil patada al aire que hizo que retrocediera –Mejor no te acerques si quieres salir lastimado- amenazo manteniéndose firme, pero después de unos segundos noto que apenas era un niño perdido, no era necesario lastimarlo, así que se relajo alborotando su cabello para dejarlo un poco mas femenino de cómo estaba.-Bueno no te hare daño- se mantuvo la mano en la cabeza y una en la cintura mientras tiraba un gran suspiro.
-¿Qué haces?- pregunto al ver que le arrastraba hacia un lugar alejado. Trato de zafarse de su agarre pero no podía, el joven era fuerte-Ahg… Oye!!- exclamo al ser empujada a la pared sin ningún cuidado, pronto sintió como las manos del chico recorrían su rostro, frunció el ceño tratando de alejarlo, pero pronto sintió algo que sus manos bajaban por su torso posándose en sus pecho –Idiota…!- grito con sus mejillas sonrojadas para darle un golpe en el rostro, esto lo hizo alejar unos pasos hacia atrás dándole la oportunidad de comenzar a defenderse.
Trato de acercarse pero rápidamente di o una ágil patada al aire que hizo que retrocediera –Mejor no te acerques si quieres salir lastimado- amenazo manteniéndose firme, pero después de unos segundos noto que apenas era un niño perdido, no era necesario lastimarlo, así que se relajo alborotando su cabello para dejarlo un poco mas femenino de cómo estaba.-Bueno no te hare daño- se mantuvo la mano en la cabeza y una en la cintura mientras tiraba un gran suspiro.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Era un tira y afloja cuando me aparto aquel chico de repente, poniéndose en defensa yo apenas supe que es lo que hacía. Bueno, por los libros que leía, supe que se estaba defendiendo en una pose de pelea. Intente acercarme a él, pero este volvió a tirarme al suelo, caí de espaldas y fruncí el ceño gimiendo un poco tras ver mi camisa echa una porquería, manchada de polvo y tierra de aquel mercado ambulante. Entonces cuando mire al chico, ya no me importaba si se sorprendía o lo que pasase, no tendría que haberse metido conmigo. Asique, con una cara seria me fui levantando con cierta torpeza del suelo para ponerme frente a frente a aquel chico. Madre mía en como saltó en cuanto puse mis manos sobre su pecho ¿Por qué se preocupaba? Estaba prácticamente plano aunque...
Un niño paso en el espacio que nos distanciaba. De seguido iba su madre y su padre y una bola de paja. De reojo vi todo aquello mientras aun miraba al chico-Tengo...hambre...-Con lentitud, fui acercándome poco a poco acortando la distancia que nos separaba, con un aire malévolo le sonreía, le cogí del brazo para llevarlo más adentro del callejón donde no habría salida para ambos, lo estampe de nuevo contra la pared y con una mano le agarre ambas muñecas poniéndoselas sobre la cabeza mientras seguía mirando aquellos ojos marrones-..¿Qué tal si me das las que tienes dentro de tu camisa?...-Dije con tranquilidad a la vez que terminaba por esbozar una leve sonrisa ladina sobre mi rostro. Algo sabía lo que era un chico, pero me extrañase que este tuviera cierto volumen en su pecho. No estaba obeso, pues eso lo descartó, tampoco pensó en que sería un travestido, pero lo dudaba al ver la cara del joven.
-Muy bien...-sin cortarme un pelo, sujete mas fuerte las muñecas del chico y con la mano libre que tenía la dirigí hacia su chaleco y fui desabrochándoselo para ir después a la camisa, pero en cuanto ya tenía una mano sobre el primer botón de la camisa comencé a reírme y en cuanto me acerque a su oído, deslice una mano hacia su entrepierna y solamente tuve que echar hacia atrás varios pasos con un gesto de total miedo en mi cara. No, no, no tenía...”eso” Me limpie la mano en mi pantalón asustado, eche hacia atrás de nuevo varios pasos mirando a la “CHICA”. Era una chica...era una chica, dios...Enseguida, de todas aquellas ganas que tenia de ser alguien malévolo, cruel y jugar un poco con el cuerpo de ese...”Algo”, bueno de esa chica.
Salí corriendo de aquel callejón, llegue de nuevo al mercado ambulante y en cuanto estaba por los pasillos de aquellos singulares mercados, vi que me había perdido. No tenía sentido para la orientación y había mucha gente mala, siniestra-¡AAHH!-Me asuste en cuanto vi que me llevaba del brazo una señora con pintas muy raras, me solté y volví a salir por peteneras calle abajo encontrándome con un puesto bastante curioso. ¿Qué hacia un puesto de compra-venta sobre artículos de magia y hechicería a pleno sol? La verdad, si sabia cual era mi don, pero simplemente no quise acercarme. Había personas sospechosas y camine hacia atrás, hacia atrás y atrás hasta que me tope con alguien el cual intente coger de la mano, llegue a coger, pero enseguida fui llevado al suelo de nuevo con cierta persona. La mire a los ojos y ¿¡PORQUE ME TENIA QUE TOCAR CON ELLA?!
Estaba sobre la chica de antes. Con una mano sobre su pecho y la otra rodeando medianamente su cintura-Mm...-Sin querer, apreté sin darme cuenta su capa de volumen en su pecho, abrí los ojos inocentes de mis actos. ¿Qué hacia? ¿Por qué le seguía tocando? Ay santa madre, no me mates!
Un niño paso en el espacio que nos distanciaba. De seguido iba su madre y su padre y una bola de paja. De reojo vi todo aquello mientras aun miraba al chico-Tengo...hambre...-Con lentitud, fui acercándome poco a poco acortando la distancia que nos separaba, con un aire malévolo le sonreía, le cogí del brazo para llevarlo más adentro del callejón donde no habría salida para ambos, lo estampe de nuevo contra la pared y con una mano le agarre ambas muñecas poniéndoselas sobre la cabeza mientras seguía mirando aquellos ojos marrones-..¿Qué tal si me das las que tienes dentro de tu camisa?...-Dije con tranquilidad a la vez que terminaba por esbozar una leve sonrisa ladina sobre mi rostro. Algo sabía lo que era un chico, pero me extrañase que este tuviera cierto volumen en su pecho. No estaba obeso, pues eso lo descartó, tampoco pensó en que sería un travestido, pero lo dudaba al ver la cara del joven.
-Muy bien...-sin cortarme un pelo, sujete mas fuerte las muñecas del chico y con la mano libre que tenía la dirigí hacia su chaleco y fui desabrochándoselo para ir después a la camisa, pero en cuanto ya tenía una mano sobre el primer botón de la camisa comencé a reírme y en cuanto me acerque a su oído, deslice una mano hacia su entrepierna y solamente tuve que echar hacia atrás varios pasos con un gesto de total miedo en mi cara. No, no, no tenía...”eso” Me limpie la mano en mi pantalón asustado, eche hacia atrás de nuevo varios pasos mirando a la “CHICA”. Era una chica...era una chica, dios...Enseguida, de todas aquellas ganas que tenia de ser alguien malévolo, cruel y jugar un poco con el cuerpo de ese...”Algo”, bueno de esa chica.
Salí corriendo de aquel callejón, llegue de nuevo al mercado ambulante y en cuanto estaba por los pasillos de aquellos singulares mercados, vi que me había perdido. No tenía sentido para la orientación y había mucha gente mala, siniestra-¡AAHH!-Me asuste en cuanto vi que me llevaba del brazo una señora con pintas muy raras, me solté y volví a salir por peteneras calle abajo encontrándome con un puesto bastante curioso. ¿Qué hacia un puesto de compra-venta sobre artículos de magia y hechicería a pleno sol? La verdad, si sabia cual era mi don, pero simplemente no quise acercarme. Había personas sospechosas y camine hacia atrás, hacia atrás y atrás hasta que me tope con alguien el cual intente coger de la mano, llegue a coger, pero enseguida fui llevado al suelo de nuevo con cierta persona. La mire a los ojos y ¿¡PORQUE ME TENIA QUE TOCAR CON ELLA?!
Estaba sobre la chica de antes. Con una mano sobre su pecho y la otra rodeando medianamente su cintura-Mm...-Sin querer, apreté sin darme cuenta su capa de volumen en su pecho, abrí los ojos inocentes de mis actos. ¿Qué hacia? ¿Por qué le seguía tocando? Ay santa madre, no me mates!
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Se había distraído o mejor dicho no le había dado importancia a su oponente, tal vez eso fue un grave error, cuando se dio cuenta este comenzaba a dar lentos pasos hasta eliminar la distancia entre los dos Aitziber se quedo extrañada, retrocedió hasta golpear con la pared, este la sujeto llevándola aun más adentro de aquel lugar, aquel chico tenía graves problemas, la bruja se quejo tratando de soltarse del agarre pero aquel chico no cedía. Sintió su cuerpo golpear la pared y de forma brusca sujetaba sus muñecas para elevarlas sobre su cabeza-¿Qué tengo dentro?- sus rodillas temblaron pero este no la soltaba, parecía que estaba en grandes problemas, miro hacia alrededor notando que nadie podría ayudarla aunque gritara.
Aitziber cerró los ojos fuertemente al sentir como aquel chico comenzaba a desabrochar su chaleco-Oye… no me toques- gritaba mientras trataba de soltarse pero este seguía su plan, con aquella mano libre llego hasta la entrepierna de la chica, algo que le pareció extraño, porque casi siempre los hombres empezaban por los glúteos, pero se dio cuenta por la cara de total miedo del joven que pensaba que era un hombre. ¿Acaso no se había dado cuenta que era una chica?... Aitziber vio como aquel joven la soltaba mientras retrocedía como si ella fuera el mismísimo diablo, apenas vio cuando echo a correr lejos de ella, la chica simplemente se quedo quieta por unos minutos, se había salvado de algo feo solamente por ser una chica, era gracioso pero cierto.
Salió rápidamente de aquel callejo mirando hacia los lados para encontrarse con el lugar abarrotado, siempre era así a estas horas, siguió caminando por unos segundos ¿Dónde estaba su caballo? A lo lejos miro una especia de distorsión entre las personas, debía ser alguien que andaba alterando la paz, pero pronto se dio cuenta que era el mismo chico-Ese mocoso debe saber dónde anda mi caballo- murmuro sujetándolo de la mano para evitar que algo malo le pasara, pero el joven estaba muy asustado, tanto que no podía mantener el equilibrio, esto hizo que los dos fueran al piso, Ait cayó al suelo lleno de polvo y el chico andaba encima de ella, cuando se dio cuenta tenia las manos sobre sus pechos –MALDITO PERVERTIDO- grito a todo pulmón tirándolo hacia atrás mientras ella retrocedía aun sentada en el piso, se cubrió los pechos con las manos mientras torpemente se levantaba.
Con una de sus manos sujeto el brazo del chico para que se levantara también, y con una mirada seria se acerco para detallar bien sus rasgos-Ahora tu me ayudaras…- dijo después de unos segundos para sujetarlo de la mano y comenzar a buscar a su caballo.
Aitziber cerró los ojos fuertemente al sentir como aquel chico comenzaba a desabrochar su chaleco-Oye… no me toques- gritaba mientras trataba de soltarse pero este seguía su plan, con aquella mano libre llego hasta la entrepierna de la chica, algo que le pareció extraño, porque casi siempre los hombres empezaban por los glúteos, pero se dio cuenta por la cara de total miedo del joven que pensaba que era un hombre. ¿Acaso no se había dado cuenta que era una chica?... Aitziber vio como aquel joven la soltaba mientras retrocedía como si ella fuera el mismísimo diablo, apenas vio cuando echo a correr lejos de ella, la chica simplemente se quedo quieta por unos minutos, se había salvado de algo feo solamente por ser una chica, era gracioso pero cierto.
Salió rápidamente de aquel callejo mirando hacia los lados para encontrarse con el lugar abarrotado, siempre era así a estas horas, siguió caminando por unos segundos ¿Dónde estaba su caballo? A lo lejos miro una especia de distorsión entre las personas, debía ser alguien que andaba alterando la paz, pero pronto se dio cuenta que era el mismo chico-Ese mocoso debe saber dónde anda mi caballo- murmuro sujetándolo de la mano para evitar que algo malo le pasara, pero el joven estaba muy asustado, tanto que no podía mantener el equilibrio, esto hizo que los dos fueran al piso, Ait cayó al suelo lleno de polvo y el chico andaba encima de ella, cuando se dio cuenta tenia las manos sobre sus pechos –MALDITO PERVERTIDO- grito a todo pulmón tirándolo hacia atrás mientras ella retrocedía aun sentada en el piso, se cubrió los pechos con las manos mientras torpemente se levantaba.
Con una de sus manos sujeto el brazo del chico para que se levantara también, y con una mirada seria se acerco para detallar bien sus rasgos-Ahora tu me ayudaras…- dijo después de unos segundos para sujetarlo de la mano y comenzar a buscar a su caballo.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
¿Eh? ¿Eh? No me dio tiempo a reaccionar cuando de repente vi a la chica que me llevaba con ella en busca de algo, que yo no sabía de que se trataba. Quería irme a casa, al menos comí una manzana pero finalmente vi como me llevaba la chica de la mano, como me llevaba en busca de algo que yo no sabía que era-¿Qué quieres? ¿Qué buscas?-Fui preguntando poco a poco, pero aun parecía insistir en llevarme de la mano, tire hacia atrás para zafarme de su agarre, viendo su reacción, a ver qué reacción obtendría de aquello, tan solo supe lo que pasaría. Ahora se enteraría. Era una chica, eso lo sabía ya. A saber cómo reaccionaría si le atrapa por detrás, agarrándola de sus pechos y llevándola de nuevo al callejón...pero, lo único que hice fue quedarme mirándola a los ojos.
-Para un segundo...-Agarre su mano con delicadeza y tire de ella hasta tenerla contra mi pecho, le agarre de la cintura para después fijarme más de cerca en aquellos rasgos que la hacían iguales a los míos. Asiáticos y bellos ojos marrones. Era una mujer después de todo, pero aquellos labios, rosados y finos serian quizás deliciosos de probar. Mis hermanos me insistían en que debía buscar a una mujer para traer descendencia, pero, no sabía si actuar sin consultárselo antes a Keiji...
No sabía qué hacer, ni siquiera sabía si me gustaría hacerlo con ella-Parece que eres una mujer... ¿Podrías traerme descendencia?-Ladee el rostro un poco para después acercar mis labios a los de esa mujer, besándola lentamente mientras que después de unos segundos me separaba de ella, sujetándola más fuerte de la cintura para después ir soltándola con lentitud y poner una cara de misterio, entrecerrando los ojos.
-...Podrías servir, pero tendrías que alejarte del mar...-alce la mano hasta su frente, la apoye ahí y como si de un coco se tratase, sujete su cara, su frente para después cerrar los ojos y ver alguna predicción, alguna premonición que me advirtiera de que tenia camino libre, pero ¿Qué vi? ¿Un mar abierto? ¿Una campana? ¿Dos? ¿O eran las campanas de algún barco en mar abierto? Solo comenzaba a ver ciertas cosas que me llamaban la atención, tan solo supe que... ¿Quién era? Un hombre con unas ropas caras. Vale... ¿Una boda en mitad del mar? Solté aquella frente con lentitud y le mire a los ojos. Serio por algún motivo.
-Para un segundo...-Agarre su mano con delicadeza y tire de ella hasta tenerla contra mi pecho, le agarre de la cintura para después fijarme más de cerca en aquellos rasgos que la hacían iguales a los míos. Asiáticos y bellos ojos marrones. Era una mujer después de todo, pero aquellos labios, rosados y finos serian quizás deliciosos de probar. Mis hermanos me insistían en que debía buscar a una mujer para traer descendencia, pero, no sabía si actuar sin consultárselo antes a Keiji...
No sabía qué hacer, ni siquiera sabía si me gustaría hacerlo con ella-Parece que eres una mujer... ¿Podrías traerme descendencia?-Ladee el rostro un poco para después acercar mis labios a los de esa mujer, besándola lentamente mientras que después de unos segundos me separaba de ella, sujetándola más fuerte de la cintura para después ir soltándola con lentitud y poner una cara de misterio, entrecerrando los ojos.
-...Podrías servir, pero tendrías que alejarte del mar...-alce la mano hasta su frente, la apoye ahí y como si de un coco se tratase, sujete su cara, su frente para después cerrar los ojos y ver alguna predicción, alguna premonición que me advirtiera de que tenia camino libre, pero ¿Qué vi? ¿Un mar abierto? ¿Una campana? ¿Dos? ¿O eran las campanas de algún barco en mar abierto? Solo comenzaba a ver ciertas cosas que me llamaban la atención, tan solo supe que... ¿Quién era? Un hombre con unas ropas caras. Vale... ¿Una boda en mitad del mar? Solté aquella frente con lentitud y le mire a los ojos. Serio por algún motivo.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Como se resistía aquel idiota, Ait casi que lo llevaba arrastrando mientras este se quejaba y balbuceaba estupideces que solamente le provocaban dolor de cabeza a la bruja, lo único que quería era encontrar rápido su caballo para irse a casa a descansar ¿era mucho pedir? Al parecer si puesto a que antes de poder encontrar su objetivo el mocoso se había zafado de su agarre. Cuando escucho la voz suave del chico se giro mostrando desagrado al perder tiempo hablado
-¿Qué quieres?- Mascullo la bruja-tengo que buscar a mi caballo y tú me ayuda…eh?- ¿Cuándo había sujetado su mano y se había acercado tanto?, trato de alejarse pero era en vano, aquel niño tenía fuerza, parecía interesado en los rasgos de Aitziber y eso la ponía a ella un poco nerviosa, trato de quitárselo de encima pero su agarre de la cintura era firme y parecía que no se rompería –¿Mujer? Claro que soy mujer!- le dijo frunciendo el ceño ante aquello tan estúpido que decía. Le miro casi queriéndolo matarlo y a la vez tratando de averiguar su habia escuchado bien.
¿Qué le pasaba a ese chico? No se besaba a una mujer el primer día que se conocía y mucho menos si no era una prometida o esposa, o eso decían las reglas de la sociedad. La joven Ait jadeo un poco después de sentir que la había liberado, se alejo un poco más mientras su cara comenzaba a verse como un tomate maduro. ¡Esta demente! Pensaba la bruja perturbada y aun mas cuando sintió aquella sensación de un poder mágico en su ser y todo eso se verifico al sentir el tacto en su frente, aquel poder solamente lo podría tener un brujo.
Cuando quito su mano la joven bruja retrocedió desconcertada-¿Por qué lo di-ces?- tartamudeo sintiéndose invadida por una extraña inseguridad y sensación de peligro hacia su integridad. Sacudió su cabeza tratado de volverse aquella dama fuerte y valiente-Estas loco…- murmuro bajando la mirada por unos segundos –las cosas no son asi… no se puede dar hijos así como así… si deseas tener hijos conmigo debes primero casarte- le indico solo como una explicación puesto a que nunca sucedería la petición de mano de aquel chico japonés sumamente extraño. Dejo salir una risa después de pensar en todo eso, se giro para mirar a su alrededor. ¿Dónde estaría su caballo? Chasqueo su lengua para luego mirar otra vez al joven.
-bueno chico raro… ayúdame a buscar mi caballo para poder irme y te buscare una linda chica para que tengan descendencia – dijo en un todo medio serio con una pizca de diversión. Sin esperar respuesta se fue alejando hacia un puesto de fruta que estaba cerca, cuando llego y pregunto por un caballo de color marrón el dueño le indico que lo había visto comiendo unas de sus manzanas y que lo ahuyento hasta un pequeño prado que había cerca de unas calles abandonadas, la bruja le agradeció al hombre para comenzar a correr hacia donde el hombre indicaba.
-¿Qué quieres?- Mascullo la bruja-tengo que buscar a mi caballo y tú me ayuda…eh?- ¿Cuándo había sujetado su mano y se había acercado tanto?, trato de alejarse pero era en vano, aquel niño tenía fuerza, parecía interesado en los rasgos de Aitziber y eso la ponía a ella un poco nerviosa, trato de quitárselo de encima pero su agarre de la cintura era firme y parecía que no se rompería –¿Mujer? Claro que soy mujer!- le dijo frunciendo el ceño ante aquello tan estúpido que decía. Le miro casi queriéndolo matarlo y a la vez tratando de averiguar su habia escuchado bien.
¿Qué le pasaba a ese chico? No se besaba a una mujer el primer día que se conocía y mucho menos si no era una prometida o esposa, o eso decían las reglas de la sociedad. La joven Ait jadeo un poco después de sentir que la había liberado, se alejo un poco más mientras su cara comenzaba a verse como un tomate maduro. ¡Esta demente! Pensaba la bruja perturbada y aun mas cuando sintió aquella sensación de un poder mágico en su ser y todo eso se verifico al sentir el tacto en su frente, aquel poder solamente lo podría tener un brujo.
Cuando quito su mano la joven bruja retrocedió desconcertada-¿Por qué lo di-ces?- tartamudeo sintiéndose invadida por una extraña inseguridad y sensación de peligro hacia su integridad. Sacudió su cabeza tratado de volverse aquella dama fuerte y valiente-Estas loco…- murmuro bajando la mirada por unos segundos –las cosas no son asi… no se puede dar hijos así como así… si deseas tener hijos conmigo debes primero casarte- le indico solo como una explicación puesto a que nunca sucedería la petición de mano de aquel chico japonés sumamente extraño. Dejo salir una risa después de pensar en todo eso, se giro para mirar a su alrededor. ¿Dónde estaría su caballo? Chasqueo su lengua para luego mirar otra vez al joven.
-bueno chico raro… ayúdame a buscar mi caballo para poder irme y te buscare una linda chica para que tengan descendencia – dijo en un todo medio serio con una pizca de diversión. Sin esperar respuesta se fue alejando hacia un puesto de fruta que estaba cerca, cuando llego y pregunto por un caballo de color marrón el dueño le indico que lo había visto comiendo unas de sus manzanas y que lo ahuyento hasta un pequeño prado que había cerca de unas calles abandonadas, la bruja le agradeció al hombre para comenzar a correr hacia donde el hombre indicaba.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
En serio, ahora ella parecía estar loca.
Pero a pesar de haber conocido a Keiji, yo tenía un destino, tenía un trabajo que hacer con respecto al clan Asakura. Dar descendencia y para cuando veía a la chica enfurecerse, me tenía que guardar la risa en el cuerpo, mostrando una breve sonrisa mientras la miraba atento, con curiosidad por su estado casi alterado. Vi como se alejaba, se paraba hasta un puesto y después veía como se iba hacia su derecha para ir en busca, seguramente de aquel caballo que tanto ansiaba. Aunque debía de comentar de que llevaba razón, pero sentía cierto rechazo hacia el sexo femenino tanto, que me atraían algo los hombres.
¿Casarme?
-¡Oye...!-Quería haberla contestado, mi intelectual iba lento en ese momento, no me había planteado aquello de casarme, pero no sé si con esa chica sería una buena idea contraer matrimonio, sería mejor con Keiji, podría el disfrazarse de mujer y yo ser el hombre, para después...-¿eh?-había gente mirando alrededor mía, curiosa y otras pasaban de largo-¿Eh? ¿Eh?-No sabía que estaba pasando, la gente me miraba cada vez que pasaban por mi lado y para cuando me iba a mirar las manos, vio que sin darme cuenta, de mis dedos habían salido los hilos de los cuales provenía mi Don de titiritero.
Diablos. Escondí enseguida las manos-¡¿Qué miran?!-Sobresalte a las miradas curiosas de la gente, estas se apartaron, algunas permanecían en mi y se iban al rato. Comencé a andar hacia un puesto en el que había varios libros, ajados y rasposos que parecían el mal resultado de un intento de restauración. No es que fuera alguien que sabía mucho de libros o de restauraciones, pero el titulo tenía toda mi atención.
“Como aumentar los dotes de la premonición”
Era un día con el sol alzado y con muchas miradas curiosas alrededor del mercado. Cogí el libro y me dispuse a hojearlo con lentitud, página por página, letra por letra hasta que perdí mi interés en el. Las cosas que había en el libro no me interesaban, es mas ya las daba por aprendidas y bien asimiladas-...-No dije nada, pero un bostezo, quizás el hambre me hacia bostezar. Debía buscar a la joven, seguramente, podría manejarla y hacer que me comprara algo de comer. Solamente, cuando anduve varios pasos llegando hacia un pequeño descampado donde la gente tenía sus mercancías en despensa, carretas y alguna que otra Gran carpa de cuatro ruedas con mucha más mercancía. Buscaba a la chica, pero no la veía por ninguna parte.
Tendría que ir a ver donde tenían puestos los caballos o buscar algún sitio donde la gente suele aguardar sus caballos hasta que estos regresaran de los recados que tuvieran que hacer. Bien, miraba y miraba pero ni rastro de la mujer. Dios mío, se había disipado en el aire.
Pero a pesar de haber conocido a Keiji, yo tenía un destino, tenía un trabajo que hacer con respecto al clan Asakura. Dar descendencia y para cuando veía a la chica enfurecerse, me tenía que guardar la risa en el cuerpo, mostrando una breve sonrisa mientras la miraba atento, con curiosidad por su estado casi alterado. Vi como se alejaba, se paraba hasta un puesto y después veía como se iba hacia su derecha para ir en busca, seguramente de aquel caballo que tanto ansiaba. Aunque debía de comentar de que llevaba razón, pero sentía cierto rechazo hacia el sexo femenino tanto, que me atraían algo los hombres.
¿Casarme?
-¡Oye...!-Quería haberla contestado, mi intelectual iba lento en ese momento, no me había planteado aquello de casarme, pero no sé si con esa chica sería una buena idea contraer matrimonio, sería mejor con Keiji, podría el disfrazarse de mujer y yo ser el hombre, para después...-¿eh?-había gente mirando alrededor mía, curiosa y otras pasaban de largo-¿Eh? ¿Eh?-No sabía que estaba pasando, la gente me miraba cada vez que pasaban por mi lado y para cuando me iba a mirar las manos, vio que sin darme cuenta, de mis dedos habían salido los hilos de los cuales provenía mi Don de titiritero.
Diablos. Escondí enseguida las manos-¡¿Qué miran?!-Sobresalte a las miradas curiosas de la gente, estas se apartaron, algunas permanecían en mi y se iban al rato. Comencé a andar hacia un puesto en el que había varios libros, ajados y rasposos que parecían el mal resultado de un intento de restauración. No es que fuera alguien que sabía mucho de libros o de restauraciones, pero el titulo tenía toda mi atención.
“Como aumentar los dotes de la premonición”
Era un día con el sol alzado y con muchas miradas curiosas alrededor del mercado. Cogí el libro y me dispuse a hojearlo con lentitud, página por página, letra por letra hasta que perdí mi interés en el. Las cosas que había en el libro no me interesaban, es mas ya las daba por aprendidas y bien asimiladas-...-No dije nada, pero un bostezo, quizás el hambre me hacia bostezar. Debía buscar a la joven, seguramente, podría manejarla y hacer que me comprara algo de comer. Solamente, cuando anduve varios pasos llegando hacia un pequeño descampado donde la gente tenía sus mercancías en despensa, carretas y alguna que otra Gran carpa de cuatro ruedas con mucha más mercancía. Buscaba a la chica, pero no la veía por ninguna parte.
Tendría que ir a ver donde tenían puestos los caballos o buscar algún sitio donde la gente suele aguardar sus caballos hasta que estos regresaran de los recados que tuvieran que hacer. Bien, miraba y miraba pero ni rastro de la mujer. Dios mío, se había disipado en el aire.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Se había alejado de aquel molesto chico, al fin podía respirar aliviado, es decir, no era común que te pasaran tantas cosas tan cerca de un chico así, sentía muchas ganas de saber quien exactamente era, pero le daba un poco de miedo saber en qué se podía meter ¿y si su familia estaba igual de loca? ¡Madre mía! Mejor ni se metía en cosas que no le incumbían, solamente esperaba que nunca más tendría que volver a verlo. Tal vez por eso sus pasos eran rápidos, escucho un relinche conocido en un hueco en donde parecía que había algún prado para los caballos, se adentro para encontrar a su caballo pastando en ese lugar, se acerco a él para sujetarle las riendas.
-Ah… me has causado muchos problemas hoy- murmuro mientras salía del prado hasta el mercado en donde había mucho bullicio de gente-vamos a casita a relajarnos un rato- le sonrió al caballo. No le importaba si la gente le decía loca, el era un buen animal, algo travieso pero el mejor de todos.
Lo llevaba a riendas caminando entre las personas, mientras degustaba una de las manzanas que sobrevivieron en aquella bolsa, era raro que algún mocoso no se la hubiera robado, mientras festejaba con jugosas manzanas su triunfo, noto de reojo una tienda de magia en medio de la gente, Ait sonrió mientras echaba un ojo a lo que tenia, todo lo que vendían en ese lugar era inútil, su tienda era mucho mejor que esas baratijas, pero ante todo encontró un símbolo que le llamo mucho la atención, se inclino para verlo un poco más de cerca, parecía dos peces, uno negro y otro blanco que se armonizaban entre sí, aunque estaban separados.
“El Yin y el Yan son dos peces” recordó haber leído en algún libro de magia japonesa; se le había hecho difícil leer aquellos kanjis, estaba mas acostumbrada a las lecturas coreanas, pero pudo descifrar varias cosas sin ayuda, le miro más de cerca encontrando que solamente era una baratija, pero casi siempre aquellas baratijas tenían un poco de energía mágica que se podía adsorber de buena forma, trato de sentir su energía y noto que era positiva así que decidió comprarla.
-Quiero esto- le indico al hombre para darle los franco que solicitaba, después le guardo en el bolsillo del lomo del caballo en donde tenía las manzanas y seguir caminando así hasta notar ya el final del mercado, por fin podría montar a su caballo e irse, pero por gracias del estúpido destino otra vez el mocoso pervertido estaba cerca de ella. Ait le miro ya fastidiada, si le volvía a meter mano sin al menos haberle invitado una copa lo mataría con sus propias manos.
-¿Qué es lo que quieres?- pregunto gruñéndole –mira que tengo muchas ganas de matar a alguien hoy…-
-Ah… me has causado muchos problemas hoy- murmuro mientras salía del prado hasta el mercado en donde había mucho bullicio de gente-vamos a casita a relajarnos un rato- le sonrió al caballo. No le importaba si la gente le decía loca, el era un buen animal, algo travieso pero el mejor de todos.
Lo llevaba a riendas caminando entre las personas, mientras degustaba una de las manzanas que sobrevivieron en aquella bolsa, era raro que algún mocoso no se la hubiera robado, mientras festejaba con jugosas manzanas su triunfo, noto de reojo una tienda de magia en medio de la gente, Ait sonrió mientras echaba un ojo a lo que tenia, todo lo que vendían en ese lugar era inútil, su tienda era mucho mejor que esas baratijas, pero ante todo encontró un símbolo que le llamo mucho la atención, se inclino para verlo un poco más de cerca, parecía dos peces, uno negro y otro blanco que se armonizaban entre sí, aunque estaban separados.
“El Yin y el Yan son dos peces” recordó haber leído en algún libro de magia japonesa; se le había hecho difícil leer aquellos kanjis, estaba mas acostumbrada a las lecturas coreanas, pero pudo descifrar varias cosas sin ayuda, le miro más de cerca encontrando que solamente era una baratija, pero casi siempre aquellas baratijas tenían un poco de energía mágica que se podía adsorber de buena forma, trato de sentir su energía y noto que era positiva así que decidió comprarla.
-Quiero esto- le indico al hombre para darle los franco que solicitaba, después le guardo en el bolsillo del lomo del caballo en donde tenía las manzanas y seguir caminando así hasta notar ya el final del mercado, por fin podría montar a su caballo e irse, pero por gracias del estúpido destino otra vez el mocoso pervertido estaba cerca de ella. Ait le miro ya fastidiada, si le volvía a meter mano sin al menos haberle invitado una copa lo mataría con sus propias manos.
-¿Qué es lo que quieres?- pregunto gruñéndole –mira que tengo muchas ganas de matar a alguien hoy…-
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
-Conozco por lo poco que he podido salir a la ciudad de Paris, una taberna cerca del mercado ambulante....-La miraba con interés, estudiándola de abajo arriba, después quedándome mirándole los ojos-...Lamento mi grandísima torpeza, no...Bueno nunca he sabido lo que era una mujer. Llevo 17 años encerrado en mi hogar, alejado del tacto humano y mas el de una mujer, le ruego que me disculpe....-vamos, tendría que doler un bofetón, acerque tan solo mi rostro para que pudiera desahogarse-...Si desea le dejo que abofetee mi rostro por todo lo que le he hecho pasar.
Bien esperaba un rato, nada había pasado finalmente. Aleje mi rostro para después mirar a los lados, ofrecer mi brazo a la chica. Lo baje pues no quería el ofrecimiento gentil que tuve con ella, pero como los desconocidos, claro, no confíes en ellos pero los extraños se interesan por los extraños-Bien debería ofrecerla a tomar algo delicioso, después de tanta agitación, creo que necesitara quizás....-sonreí de lado, inocente y de buen modo-...algo relajante espero yo...-Me acerque un poco a su caballo, este parecía estar nervioso ante mi presencia, pero al estirar mi mano, el caballo acepto mi toque con mucho gusto. Eso me agrado. El animal, parecía saber que le tocaba si no me respondía bien.
Las cosas nuevas, son las que más excitan a la gente. Miraba al caballo y sonreí con una sonrisa amplia sobre mi rostro. ¿Qué más daba el que fuéramos desconocidos? –No se vaya, lo pasaremos bien, al menos ya sé que es una mujer y se las debe tratar de un modo elegante ¿no cree? –Tantas palabras positivas, me estaba desanimando. Keiji había desaparecido tras la noche, después de haberme ido en aquella despedida tan fugaz. Ahora que no sabía nada de él, algo en mi faltaba. Todo el optimismo lo sacaba a la fuerza, para no preocupar a nadie.
Ni una nota, ni una carta, bueno, recibí una, pero solamente una. Quizás le habría pasado algo. Se despidió tan rápido que-OH!-Había estado tan enfocado en mis pensamientos que no me di cuenta de que el caballo seguía ahí, con la dama de cabellos oscuros, mirándome a los ojos. Solo suspire para después separarme del caballo y de la “mujer”-Disculpe, ya me iré de su vista....-El tono apagado de mi voz era evidente. Me iría lejos de la mujer y de su vista, pues parecía que sobraba en ese lugar.
Bien esperaba un rato, nada había pasado finalmente. Aleje mi rostro para después mirar a los lados, ofrecer mi brazo a la chica. Lo baje pues no quería el ofrecimiento gentil que tuve con ella, pero como los desconocidos, claro, no confíes en ellos pero los extraños se interesan por los extraños-Bien debería ofrecerla a tomar algo delicioso, después de tanta agitación, creo que necesitara quizás....-sonreí de lado, inocente y de buen modo-...algo relajante espero yo...-Me acerque un poco a su caballo, este parecía estar nervioso ante mi presencia, pero al estirar mi mano, el caballo acepto mi toque con mucho gusto. Eso me agrado. El animal, parecía saber que le tocaba si no me respondía bien.
Las cosas nuevas, son las que más excitan a la gente. Miraba al caballo y sonreí con una sonrisa amplia sobre mi rostro. ¿Qué más daba el que fuéramos desconocidos? –No se vaya, lo pasaremos bien, al menos ya sé que es una mujer y se las debe tratar de un modo elegante ¿no cree? –Tantas palabras positivas, me estaba desanimando. Keiji había desaparecido tras la noche, después de haberme ido en aquella despedida tan fugaz. Ahora que no sabía nada de él, algo en mi faltaba. Todo el optimismo lo sacaba a la fuerza, para no preocupar a nadie.
Ni una nota, ni una carta, bueno, recibí una, pero solamente una. Quizás le habría pasado algo. Se despidió tan rápido que-OH!-Había estado tan enfocado en mis pensamientos que no me di cuenta de que el caballo seguía ahí, con la dama de cabellos oscuros, mirándome a los ojos. Solo suspire para después separarme del caballo y de la “mujer”-Disculpe, ya me iré de su vista....-El tono apagado de mi voz era evidente. Me iría lejos de la mujer y de su vista, pues parecía que sobraba en ese lugar.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Su mirada era algo desinteresada, miraba el camino a casa y también lograba verlo a él, en sus ojos destellaba algo extrañamente interesante ante ella. Cierta ingenuidad y maldad, ¿17 años y no conocía lo que era una mujer? El sí que tenía serios problemas, ahora entendía algunas cosas. Una risa afloro en el momento que el joven le ofreció su mejilla, tuvo que cubrir su boca con el dorso de la mano mientras un ligero rubor le teñía sus mejillas. Luego ofreció su brazo para que se bajara del caballo, la bruja apenas le miro de reojo mientras seguía una risilla. Cuando volvió a hablar Ait pudo fijar su mirada en el con cierto interés ¿algo relajante?.
El animal se movió un poco por los movimientos del joven, a decir verdad Aitziber estaba igual de nerviosa con la presencia de aquel tipo, pero pronto este se calmo y pudo ver que estaba aceptando su tacto, eso de cierta forma agrado a la bruja, pero no del todo claro está. Ella tan sensible en la energía pudo sentir un gran desanimo por parte del chico y eso que no había utilizado su “apatía”. Frunció sus labios mientras notaba aquella aura que se elevaba ante el chico…
-Espere- dijo en voz alta mientras se bajaba de forma hábil del caballo para dejarlo a libre manejo de su mano que le había sujetado las riendas-Tal vez podamos conocernos un poco… pero…- su voz se corto secamente mientras se acercaba de una forma provocativa al joven que estaba al frente de ella.
-Una dama no puede hacer esto…. Monseuir- susurro con una gran sensualidad explotando de sus labios. Luego de unos segundos cuando el joven tal vez pensó que haría algo mas o esperaba otras palabras llenas de fingido deseo, con su mano empuñada y con una gran fuerza solo para ser mujer-pero como usted lo pide se lo daré- Aitziber pudo verlo retroceder unos pasos mientras asimilaba el golpe que había recibido-Bueno ahora si me siento a mano… ¿Qué me invitara?- pregunto juntando sus manitas pálidas y frágiles pero también pesadas en una de sus mejillas.
El animal se movió un poco por los movimientos del joven, a decir verdad Aitziber estaba igual de nerviosa con la presencia de aquel tipo, pero pronto este se calmo y pudo ver que estaba aceptando su tacto, eso de cierta forma agrado a la bruja, pero no del todo claro está. Ella tan sensible en la energía pudo sentir un gran desanimo por parte del chico y eso que no había utilizado su “apatía”. Frunció sus labios mientras notaba aquella aura que se elevaba ante el chico…
-Espere- dijo en voz alta mientras se bajaba de forma hábil del caballo para dejarlo a libre manejo de su mano que le había sujetado las riendas-Tal vez podamos conocernos un poco… pero…- su voz se corto secamente mientras se acercaba de una forma provocativa al joven que estaba al frente de ella.
-Una dama no puede hacer esto…. Monseuir- susurro con una gran sensualidad explotando de sus labios. Luego de unos segundos cuando el joven tal vez pensó que haría algo mas o esperaba otras palabras llenas de fingido deseo, con su mano empuñada y con una gran fuerza solo para ser mujer-pero como usted lo pide se lo daré- Aitziber pudo verlo retroceder unos pasos mientras asimilaba el golpe que había recibido-Bueno ahora si me siento a mano… ¿Qué me invitara?- pregunto juntando sus manitas pálidas y frágiles pero también pesadas en una de sus mejillas.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Las mujeres eran peligrosas y esta lo era. La mire por unos instantes y así después mantener aun mi mano sobre mi bazo, con disimulo, después sonriendo de lado-¿Te haces la difícil? Pero te puedo invitar a un té allá...-señale a una cafetería que estaba bien adornada y que de dentro olía a café, a te y a varios aromas distintos. Ahora iba de vez en cuando, solo y no me pasaba nada hasta que me había encontrado con la chica-Prometo no hacerte ninguna treta....aunque debería por lo que me acabas de “regalar”-Supuso como recalcando la última palabra, miraba a la chica con una sonrisa amplia pero que detonase confianza, el caballo entonces comenzaba a estar algo nervioso, pero yo mismo estaba tranquilo.
No me alarmaba ante los movimientos bruscos del caballo-Parece estar nervioso....-Mire al caballo, me acerque para acariciarle el hocico y entonces este se mostro amable ante mi gesto, acariciaba su cuello, su cabello y después me quede mirando a la chica-....Tampoco ¿Dejas que muchos hombres se acerquen a ti verdad? –Masculle cerca del oído de la chica, de la que al parecer me hablaba con gestos duros que con palabras suaves. Me quede mirándola un rato y entonces resople, dándome la vuelta para después sonreír cara a cara a la chica-....Veo que no conseguiré nada....me iré...lamento la confusión...
Mis pasos se alejaban de la chica y del caballo, con mi mirada cabizbaja caminaba hasta que me tropecé con un encapuchado de tela negra, que le cubría la cara. No le pude ver, estaba viendo al suelo, y en cuanto me fije en sus caminares, vi que se acercaba a la chica de antes, me quede mirando fijamente a aquella persona y lo siguiente que vi fue que ese encapuchado, se acercaba a los labios de la chica, anduve hacia un puesto para ver más disimuladamente, aquella persona que estaba cubierta por ropas negras, aun estaba cerca de la muchacha.
¿De qué estarían hablando? ¿Qué...? ¿Otro beso? ¿Ya se iba? Comencé a acercarme a la muchacha con lentitud, pero en cuanto me puse cerca de ella, el caballo dócil de antes, se interpuso entre ambos-¡Hey! So caballo!-Dije dirigiéndome al caballo, intentaba acercarme a la muchacha, pero me era con el caballo de por medio. Miraba a los alrededores y me deslice por abajo del caballo para toparme cara a cara con la muchacha finalmente, cogerla de la mano y tirar de ella hacia la cafetería....aunque me esperaría una pequeña zurra de ella misma, pero fuera quien fuera el depravado, la ayudaría, me quede mirándola un rato-... ¿Te ha hecho algo ese pervertido de la capa negra?-Me quede mirándola como si de un padre se tratase-..Espero que no...¿estas bien?
No me alarmaba ante los movimientos bruscos del caballo-Parece estar nervioso....-Mire al caballo, me acerque para acariciarle el hocico y entonces este se mostro amable ante mi gesto, acariciaba su cuello, su cabello y después me quede mirando a la chica-....Tampoco ¿Dejas que muchos hombres se acerquen a ti verdad? –Masculle cerca del oído de la chica, de la que al parecer me hablaba con gestos duros que con palabras suaves. Me quede mirándola un rato y entonces resople, dándome la vuelta para después sonreír cara a cara a la chica-....Veo que no conseguiré nada....me iré...lamento la confusión...
Mis pasos se alejaban de la chica y del caballo, con mi mirada cabizbaja caminaba hasta que me tropecé con un encapuchado de tela negra, que le cubría la cara. No le pude ver, estaba viendo al suelo, y en cuanto me fije en sus caminares, vi que se acercaba a la chica de antes, me quede mirando fijamente a aquella persona y lo siguiente que vi fue que ese encapuchado, se acercaba a los labios de la chica, anduve hacia un puesto para ver más disimuladamente, aquella persona que estaba cubierta por ropas negras, aun estaba cerca de la muchacha.
¿De qué estarían hablando? ¿Qué...? ¿Otro beso? ¿Ya se iba? Comencé a acercarme a la muchacha con lentitud, pero en cuanto me puse cerca de ella, el caballo dócil de antes, se interpuso entre ambos-¡Hey! So caballo!-Dije dirigiéndome al caballo, intentaba acercarme a la muchacha, pero me era con el caballo de por medio. Miraba a los alrededores y me deslice por abajo del caballo para toparme cara a cara con la muchacha finalmente, cogerla de la mano y tirar de ella hacia la cafetería....aunque me esperaría una pequeña zurra de ella misma, pero fuera quien fuera el depravado, la ayudaría, me quede mirándola un rato-... ¿Te ha hecho algo ese pervertido de la capa negra?-Me quede mirándola como si de un padre se tratase-..Espero que no...¿estas bien?
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Sonrió disimuladamente mientras veía al chico con ganas de golpearle, oh… eso iba a ser malo si se atrevía a ponerle una mano encima, algo que Aitziber sabía muy bien era que los animales eran sensibles a lo sobrenatural, aquel chico no era normal ¿un cambiaformas tal vez? No, no tenía la elegancia de aquellas místicas creatura que podían robarse su corazón, así es, tenía cierta afición por los cambiaformas, pero solo por su elegancia y hermosura, este no era uno de ellos. ¿Qué le provocaba aquel chico? La verdad se sentía recelosa de su presencia, era como si tuviera la sensación de que el podría apresarla con solo su mirar, pero aquella mirada reflejaba muchas cosas, tantas que la maldad no se podía distinguir con facilidad, pero en sus ojos estaban y ella lo sabía.
Como felino discreto comenzó a moverse para mantenerse a raya de él mientras este acariciaba al caballo alterado, aquellos movimientos y su energía demostraban lo sobrenatural que era, pero a la vez lo amable y tierno que podría ser, se podía ver reflejada en el, aquel joven era un brujo- Así es…- respondió sonriendo ante la pregunta-no necesito hombres…- parecía que se había resignado a perder, eso le dio a Aitziber una sensación de victoria que le agradaba, sin decir nada lo despidió mientras movía su caballo a un lado para comenzar a caminar unos pasos hasta quedar en un lugar alejado de la multitud.
Unos segundos después apareció la persona indicada para alegrarle el día, el caballo no realizo ningún movimiento mientras aquel misterioso hombre encapuchado se acercaba a él para acariciarle el lomo, Aitziber se acerco a él, acariciando también el lomo del caballo para luego unir sus dedos disimulada mente, en sus rostro se podía ver cierta alegría y paz, el desconocido para muchos y conocido para ella se acerco para depositarle un beso en sus labios, la bruja lo recibió para luego mirar a los lados disimuladamente mientras arreglaba la capucha de la capa negra –ten más cuidado… una D’ Lemoine no puede ser besando desconocidos…- susurro mientras acomodaba su capa. El desconocido alzo su rostro para depositarle otro beso, la chica bufo pero lo acepto de todos modos. –Buscare como ir a verlo…- le prometió como despedida mientras se perdía en la multitud después del último beso.
Pero la felicidad no duro mucho. Pudo sentir los pasos cerca de aquel muchacho molestoso, el caballo sin haberle dicho nada se atravesó para impedirle que se acercara mas, pero parecía decido, paso por debajo del caballo para luego acercarse a Aitziber de forma irrespetuosa. ¿Cómo se atrevía? Aunque Aitziber renegó por dos veces no vio resultado y fue lanzada a la cafetería –ahg.. idiota… idiota…- repetía mientras buscaba salir pero el cuerpo del joven no se lo permitía. Ohh… la sangre comenzaba a hervirle, pero antes de darle otro golpe en el rostro (y no sería una bofetada) hablo sobre el hombre encapuchado y el semblante de Aitziber cambio totalmente.
-No te interesa lo que hizo o dejo de hacer- dijo seria mientras escondía su mano empuñada. Miro a los alrededores resignándose a estar en el lugar-¿y bien?- camino hacia una mesa vacía para sentarse para ser seguida por el chico, cuando el también estuvo sentado se acomodo en la silla mirándole con un semblante más tranquilo…
-A ver…- suspiro como una madre cuando busca explicarle algo a su hijo - ¿tu madre no te enseño a no meterte en cosas de adultos?- entrecerró sus ojos acariciando su cabello corto –mira mocoso, tengo 26 años, tengo un negocio que me da para comer y además soy una Lemoine, la familia con el 60% de las exportaciones e importaciones de especias o productos internacionales, pero… ¿para qué te lo explico?- se quedo por un momento en silencio -¡para que entiendas que no me puedes tratar como una maldita cortesana o parisina cualquiera!- exclamo verdaderamente enfadada –así que… o dejas de hacerte el idiota y terminas esto con buen pie o veras lo mala que puedo ser…-En realidad lo único que buscaba era mantener una distracción y que no le preguntara sobre aquel hombre encapuchado, ya que era un criminal que estaba siendo buscado por las autoridades de ese lugar, entre menos preguntara sobre él era mucho mejor para ella
Espero que dijera algo, pero parecía que no lo iba a hacer ¿sería retrasado? -a ver… comienzo yo… Mucho gusto mi nombre es Aitziber D’ Lemoine ¿y tú?- le realizo una señal para que se presentara
Como felino discreto comenzó a moverse para mantenerse a raya de él mientras este acariciaba al caballo alterado, aquellos movimientos y su energía demostraban lo sobrenatural que era, pero a la vez lo amable y tierno que podría ser, se podía ver reflejada en el, aquel joven era un brujo- Así es…- respondió sonriendo ante la pregunta-no necesito hombres…- parecía que se había resignado a perder, eso le dio a Aitziber una sensación de victoria que le agradaba, sin decir nada lo despidió mientras movía su caballo a un lado para comenzar a caminar unos pasos hasta quedar en un lugar alejado de la multitud.
Unos segundos después apareció la persona indicada para alegrarle el día, el caballo no realizo ningún movimiento mientras aquel misterioso hombre encapuchado se acercaba a él para acariciarle el lomo, Aitziber se acerco a él, acariciando también el lomo del caballo para luego unir sus dedos disimulada mente, en sus rostro se podía ver cierta alegría y paz, el desconocido para muchos y conocido para ella se acerco para depositarle un beso en sus labios, la bruja lo recibió para luego mirar a los lados disimuladamente mientras arreglaba la capucha de la capa negra –ten más cuidado… una D’ Lemoine no puede ser besando desconocidos…- susurro mientras acomodaba su capa. El desconocido alzo su rostro para depositarle otro beso, la chica bufo pero lo acepto de todos modos. –Buscare como ir a verlo…- le prometió como despedida mientras se perdía en la multitud después del último beso.
Pero la felicidad no duro mucho. Pudo sentir los pasos cerca de aquel muchacho molestoso, el caballo sin haberle dicho nada se atravesó para impedirle que se acercara mas, pero parecía decido, paso por debajo del caballo para luego acercarse a Aitziber de forma irrespetuosa. ¿Cómo se atrevía? Aunque Aitziber renegó por dos veces no vio resultado y fue lanzada a la cafetería –ahg.. idiota… idiota…- repetía mientras buscaba salir pero el cuerpo del joven no se lo permitía. Ohh… la sangre comenzaba a hervirle, pero antes de darle otro golpe en el rostro (y no sería una bofetada) hablo sobre el hombre encapuchado y el semblante de Aitziber cambio totalmente.
-No te interesa lo que hizo o dejo de hacer- dijo seria mientras escondía su mano empuñada. Miro a los alrededores resignándose a estar en el lugar-¿y bien?- camino hacia una mesa vacía para sentarse para ser seguida por el chico, cuando el también estuvo sentado se acomodo en la silla mirándole con un semblante más tranquilo…
-A ver…- suspiro como una madre cuando busca explicarle algo a su hijo - ¿tu madre no te enseño a no meterte en cosas de adultos?- entrecerró sus ojos acariciando su cabello corto –mira mocoso, tengo 26 años, tengo un negocio que me da para comer y además soy una Lemoine, la familia con el 60% de las exportaciones e importaciones de especias o productos internacionales, pero… ¿para qué te lo explico?- se quedo por un momento en silencio -¡para que entiendas que no me puedes tratar como una maldita cortesana o parisina cualquiera!- exclamo verdaderamente enfadada –así que… o dejas de hacerte el idiota y terminas esto con buen pie o veras lo mala que puedo ser…-En realidad lo único que buscaba era mantener una distracción y que no le preguntara sobre aquel hombre encapuchado, ya que era un criminal que estaba siendo buscado por las autoridades de ese lugar, entre menos preguntara sobre él era mucho mejor para ella
Espero que dijera algo, pero parecía que no lo iba a hacer ¿sería retrasado? -a ver… comienzo yo… Mucho gusto mi nombre es Aitziber D’ Lemoine ¿y tú?- le realizo una señal para que se presentara
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
-Yo nunca...he tenido madre...Creo que por ello no me lo enseño...-Dijo con lentitud, respirando algo agitado por el carácter que comenzaba a mostrar la joven. Se quedo quieto, buscando donde pillar algo de té o de café, todo le salía mal, no sabía cómo lo hacía, seria alguna clase de maldición, algún tipo de mala suerte que llevaba a mis espaldas. Me eche un poco hacia atrás, reaccionando al carácter enfadado de la joven o de Aitziber, estaba comenzando a sentirme bastante cohibido, podría haberme comportado mal, nunca he salido de la residencia Asakura, pero ni tampoco he tenido una madre-Mi madre murió al darme a luz...-Dijo pues es lo que le dijeron sus hermanos, seguramente ella no le interesaría, no le gustaría mi compañía para nada-....Yu..u Yuu Asakura...ese es mi nombre..
Dije pues ella ya había dicho el suyo, aun estaba un poco por no decir bastante cohibido, al fondo del mercado ambulante, veía a aquel hombre encapuchado con varios hombres grandes, miraba...nos miraba a los dos, como si estuviera vigilando un tesoro bastante preciado para él. Miré a Aitziber, me daba miedo, me empezó a dar algo de miedo, así que tan solo hice una reverencia-Yo...siento mi comportamiento...no, no soy bueno en nada...-Dije algo nervioso, el tipo del fondo me miraba cada vez con más firmeza, me estaba dando repelús seguir ahí, si seguía más tiempo ahí estancado, por seguro me podría considerar hombre muerto, pero no era mi llegada de muerte ni mucho menos.
-¿Como es eso de tener madre?-Dije seriamente pues me daba mucha curiosidad que por casualidades de la vida, paso por mi lado una mujer con un bebe en brazos, me quede contemplando el paisaje de que al lado habia una niña muy mona y su madre, con el bebe en brazos. Era una imagen muy linda, casi que anhelaba ese recuerdo o me hubiera gustado tenerlo. De hecho...No, nunca lo he tenido. Algo melancolico, me alejaba de Aitziber, llegaba a una silla en la terraza del café, me senté y esperé con los brazos apoyados en la mesa redonda. Quizás me pido agua o un té. No sabía, aunque también espero que tengan el café, algo de comer.
Dije pues ella ya había dicho el suyo, aun estaba un poco por no decir bastante cohibido, al fondo del mercado ambulante, veía a aquel hombre encapuchado con varios hombres grandes, miraba...nos miraba a los dos, como si estuviera vigilando un tesoro bastante preciado para él. Miré a Aitziber, me daba miedo, me empezó a dar algo de miedo, así que tan solo hice una reverencia-Yo...siento mi comportamiento...no, no soy bueno en nada...-Dije algo nervioso, el tipo del fondo me miraba cada vez con más firmeza, me estaba dando repelús seguir ahí, si seguía más tiempo ahí estancado, por seguro me podría considerar hombre muerto, pero no era mi llegada de muerte ni mucho menos.
-¿Como es eso de tener madre?-Dije seriamente pues me daba mucha curiosidad que por casualidades de la vida, paso por mi lado una mujer con un bebe en brazos, me quede contemplando el paisaje de que al lado habia una niña muy mona y su madre, con el bebe en brazos. Era una imagen muy linda, casi que anhelaba ese recuerdo o me hubiera gustado tenerlo. De hecho...No, nunca lo he tenido. Algo melancolico, me alejaba de Aitziber, llegaba a una silla en la terraza del café, me senté y esperé con los brazos apoyados en la mesa redonda. Quizás me pido agua o un té. No sabía, aunque también espero que tengan el café, algo de comer.
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Aquel chico estaba repleto de emociones, antes parecía un pervertido y ahora se encontraba levemente cohibido por la firmeza de Aitziber, no debía sentirse mal, no era algo para lamentarse. La bruja giro su rostro notando la presencia de alguien conocido, frunció el ceño levemente para con una señal indicar que se alejaran, a lo mejor no harían caso, pero debía intentarlo. El chico parecía muy afectado por lo de su madre, era una expresión que Aitziber siempre utilizaba y sin querer había herido a aquel joven.
Se levanto para ponerse al lado de él, para acercarse un poco; aunque aun tenía ciertas cosas que no le agradaban para nada. No quería verlo afectado por algo que ella había dicho. Se podría decirse que su comportamiento era ya comprensible, nunca había tenido una fémina que lo guiara con amor, eso no quería decir que Aitziber justificara sus acciones, solamente comenzaba a comprenderlo un poco mas –Es alguien que te dio la vida, que te mantuvo dentro de ella por nueve meses… es una persona que te amo aunque no sabía el sexo exacto- le miro sonriendo –estoy segura que ella esta amándote en ese momento, te ha cuidado mucho… te lo aseguro!- busco animarle dándole un empujoncito por el hombro –anda… mira… una madre es alguien especial, pero la persona que te crio también es importante, de alguna forma cumplió el papel de “madre”- un poco mal, pensaba ella, debía ser un hombre, supuso por su comportamiento machista.
La bruja pidió un poco de vino, pan y queso para poder comer algo, en ese lugar se acostumbraba aquello, era muy poco difícil encontrar carne y verduras, apenas comían lúgubres, pan y queso. Eran ricos, en ocasiones ella prefería venir comer a estos lugares antes de los grandes banquetes de su familia. –mira… comida.. Come…- le indico alborotándole el cabello con gracia mientras le ofrecía un poco de pan y queso que había recién llegado.
Se levanto para ponerse al lado de él, para acercarse un poco; aunque aun tenía ciertas cosas que no le agradaban para nada. No quería verlo afectado por algo que ella había dicho. Se podría decirse que su comportamiento era ya comprensible, nunca había tenido una fémina que lo guiara con amor, eso no quería decir que Aitziber justificara sus acciones, solamente comenzaba a comprenderlo un poco mas –Es alguien que te dio la vida, que te mantuvo dentro de ella por nueve meses… es una persona que te amo aunque no sabía el sexo exacto- le miro sonriendo –estoy segura que ella esta amándote en ese momento, te ha cuidado mucho… te lo aseguro!- busco animarle dándole un empujoncito por el hombro –anda… mira… una madre es alguien especial, pero la persona que te crio también es importante, de alguna forma cumplió el papel de “madre”- un poco mal, pensaba ella, debía ser un hombre, supuso por su comportamiento machista.
La bruja pidió un poco de vino, pan y queso para poder comer algo, en ese lugar se acostumbraba aquello, era muy poco difícil encontrar carne y verduras, apenas comían lúgubres, pan y queso. Eran ricos, en ocasiones ella prefería venir comer a estos lugares antes de los grandes banquetes de su familia. –mira… comida.. Come…- le indico alborotándole el cabello con gracia mientras le ofrecía un poco de pan y queso que había recién llegado.
Aitziber D’ Lemoine- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
El cabecilla de los que nos vigilaban, parecía haber asentido su cabeza y parecía tomar rumbo a otro lugar mientras que yo escuchaba atento a las palabras de Aitziber pero aun así mirando-¿quién es?-Volví a preguntar, que no era de mi incumbencia- Lo siento...si, dame de comer...-Dije tomando su delicada mano y le acercaba más rápido el pan y queso que me estaba ofreciendo. Reí, si, reí ante la caricia tonta que me había dado la mujer. Me sentía extraño, cuando la escuche al explicarme lo que era una madre, asentí, pero por poco porque no sabía, bueno ahí estaba la teoría pero la práctica yo la tendría suspensa.
-Yo creo que está muerta mi madre...-Dije mirando a los lados, intentándome fijar en algo que me llamara la atención, cuando de repente un gato negro se acerco a nuestra mesa, quedándose quieto-Shu shu...-Dije ahuyentándolo con la mano-Vete gato...no hay nada para ti....-Seguía moviendo mis manos hacia el gato en señal de que se fuera.
El gato se fue, solo que a la media hora había vuelto con dos gatos mas y yo pensé, leches, que pesados son estos animales y fue cuando mire a Aitziber con ojos como esferas-Tranquila...yo te defiendo...-Me levanté, interponiéndome delante de Aitziber para que ningún gato pudiera acercarse a ella. Estos gatos a saber por dónde han caminado, por donde se han movido o a saber lo que han comido anteriormente. Solo de pensar que podrían tener alguna enfermedad me dio un repelús y después me puse más cerca de Aitziber-...Estos gatos han podido estar a saber donde, a saber si tienen alguna enfermedad contagiosa...-
Dije mirando a los gatos con el ceño fruncido, protegiendo más a Aitziber. Bien estaba quieto, delante de ella, pero en cuanto el gato negro de antes me miraba fijamente, se lanzo contra Aitziber con las garras en alto-¡NO!-Me interpuse, protegiéndola haciendo que el gato arañase mi espalda, que se enganchase ahí para finalmente, a mi chaleco de buena calidad, me daba igual, era solamente ropa que tenía y además, era antiguo. Miré a Aitziber, sonreí hasta que finalmente pude notar a alguien que hacia espantar al gato de mi espalda-¡MALDITO GATO!-Había resonado como una voz grave, mayor y de avanzada edad, pero con suficiente fuerza como para apartarlo de mi.
Evidentemente, grité con fuerza. No caí encima de Aitziber de puro milagro, pero mis lagrimas eran evidentes, el dolor que me aguantaba era evidente, me apoyaba en una barandilla de metal que cubría la terraza amorosamente, me agarraba, me escocía la espalda y los gritos de la gente era evidentes, hasta que el hombre se acerco a mí, me reconoció-Señorito Yuu, sujétese en mi...-Me dijo mientras me ponía en su espalda. Era extraño que no sintiera nada más que escocer y el dolor solo se representaba en tirones de la piel.
Rodee el cuello seboso del hombre, miré a Aitziber-Lo siento...no quería darte problemas...-La mire con una sonrisa, era hermosa, eso no había duda, la que mas hasta ahora-Eres hermosa Aitziber...-En cuanto fui movido a coscoletas por el hombre en su espalda, pude ver al fondo la sonrisa clara y nítida del hombre encapuchado de antes, con sus dos hombres de dos metros por ancho y de altura.
Curiosamente, aquel hombre encapuchado llevaba...acariciaba al gato de antes.
¿Qué?
-Yo creo que está muerta mi madre...-Dije mirando a los lados, intentándome fijar en algo que me llamara la atención, cuando de repente un gato negro se acerco a nuestra mesa, quedándose quieto-Shu shu...-Dije ahuyentándolo con la mano-Vete gato...no hay nada para ti....-Seguía moviendo mis manos hacia el gato en señal de que se fuera.
El gato se fue, solo que a la media hora había vuelto con dos gatos mas y yo pensé, leches, que pesados son estos animales y fue cuando mire a Aitziber con ojos como esferas-Tranquila...yo te defiendo...-Me levanté, interponiéndome delante de Aitziber para que ningún gato pudiera acercarse a ella. Estos gatos a saber por dónde han caminado, por donde se han movido o a saber lo que han comido anteriormente. Solo de pensar que podrían tener alguna enfermedad me dio un repelús y después me puse más cerca de Aitziber-...Estos gatos han podido estar a saber donde, a saber si tienen alguna enfermedad contagiosa...-
Dije mirando a los gatos con el ceño fruncido, protegiendo más a Aitziber. Bien estaba quieto, delante de ella, pero en cuanto el gato negro de antes me miraba fijamente, se lanzo contra Aitziber con las garras en alto-¡NO!-Me interpuse, protegiéndola haciendo que el gato arañase mi espalda, que se enganchase ahí para finalmente, a mi chaleco de buena calidad, me daba igual, era solamente ropa que tenía y además, era antiguo. Miré a Aitziber, sonreí hasta que finalmente pude notar a alguien que hacia espantar al gato de mi espalda-¡MALDITO GATO!-Había resonado como una voz grave, mayor y de avanzada edad, pero con suficiente fuerza como para apartarlo de mi.
Evidentemente, grité con fuerza. No caí encima de Aitziber de puro milagro, pero mis lagrimas eran evidentes, el dolor que me aguantaba era evidente, me apoyaba en una barandilla de metal que cubría la terraza amorosamente, me agarraba, me escocía la espalda y los gritos de la gente era evidentes, hasta que el hombre se acerco a mí, me reconoció-Señorito Yuu, sujétese en mi...-Me dijo mientras me ponía en su espalda. Era extraño que no sintiera nada más que escocer y el dolor solo se representaba en tirones de la piel.
Rodee el cuello seboso del hombre, miré a Aitziber-Lo siento...no quería darte problemas...-La mire con una sonrisa, era hermosa, eso no había duda, la que mas hasta ahora-Eres hermosa Aitziber...-En cuanto fui movido a coscoletas por el hombre en su espalda, pude ver al fondo la sonrisa clara y nítida del hombre encapuchado de antes, con sus dos hombres de dos metros por ancho y de altura.
Curiosamente, aquel hombre encapuchado llevaba...acariciaba al gato de antes.
¿Qué?
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Era un simple gato, era un minino lindo de pelaje negro, no debía molestarlo, Aitziber busco detenerlo pero el chico ya estaba prácticamente levantado, ahh!! Estaba loco, ya no trataría de razonar mas con él, ¿tratarla de defender? ¿De un gato? Aquello le comenzaba a parecer muy gracioso y hasta divertido, pero noto que comenzaba a ser mucho alboroto. –ohh.. Yuu- dijo preocupada cuando vio que el animal le lastimo –oye déjalo si le retas el te lastimara- no quería que el gato ni el salieran lastimados. Pero antes de poder hacer algo un hombre apareció apartándola de Yuu…
Ese día era de locos ¡de locos!. Dejo salir un suspiro mientras maldecía en coreano, para que nadie le entendiera, por suerte Yuu no era de su misma nacionalidad, se había dado cuenta por su acento diferente. Todo paso rápido Yuu estaba cerca de ella, casi cayó cerca de ella pero se aparto dejándolo caer al piso, miro al minino que se iba de ese lugar, se acerco a Yuu que estaba siendo ayudado –Yuu… niño tonto es solo un maldito gato- exclamo dándole un zape en la cabeza. Miro al hombre –y usted tenga más cuidado con las damas- se quejo mientras susurraba la palabra “estúpido” en coreano.
Ella salió con ellos que comenzaban a salir a la calle, todas las personas le veían ¡que vergüenza! Pensó la bruja mientras esperaba que nada hubiera pasado-lo puedo curar…- le dijo al hombre que lo cargaba –pero… no me agradas… no puedes venir con nosotros- dijo tajante mientras sujetaba el cuerpo del joven para bajarlo de su escolta –vamos busquemos mi caballo… Yuu Reacciona!!- le dio dos bofetadas en cada una de sus mejillas para hacerlo reaccionar, parecía que estaba algo desorientado.
Un voluntario ayudo a buscar el animal mientras ella sentaba al joven en el piso y le daba un poco de agua, aun el hombre estaba cerca, pero apenas tuvo su caballo lo puso en su lomo con algo de dificultad pero al final lo hizo sin ayuda, luego ella se monto, miro hacia los lados… sabía que estaba ahí, era mejor que no la siguiera si no vería lo enojada que estaría, tal vez con algún regalo o algunas palabras se le pasaría, pero era mejor alejarse de los problemas… suspiro mientras sujetaba las riendas… eso era como decirle que dejara respirar, el animal comenzaba a moverse, primero realizo un relinche pero tranquilamente trotaba con elegancia, luego le presiono un poco más para que comenzara a correr de forma moderada para evitar accidentes, miro a Yuu que comenzaba a deslizarse a un lado-sostente bien…- le dijo poniendo sus manos en su cintura con firmeza mientras seguían en camino a su tienda para poder curar las heridas.
Ese día era de locos ¡de locos!. Dejo salir un suspiro mientras maldecía en coreano, para que nadie le entendiera, por suerte Yuu no era de su misma nacionalidad, se había dado cuenta por su acento diferente. Todo paso rápido Yuu estaba cerca de ella, casi cayó cerca de ella pero se aparto dejándolo caer al piso, miro al minino que se iba de ese lugar, se acerco a Yuu que estaba siendo ayudado –Yuu… niño tonto es solo un maldito gato- exclamo dándole un zape en la cabeza. Miro al hombre –y usted tenga más cuidado con las damas- se quejo mientras susurraba la palabra “estúpido” en coreano.
Ella salió con ellos que comenzaban a salir a la calle, todas las personas le veían ¡que vergüenza! Pensó la bruja mientras esperaba que nada hubiera pasado-lo puedo curar…- le dijo al hombre que lo cargaba –pero… no me agradas… no puedes venir con nosotros- dijo tajante mientras sujetaba el cuerpo del joven para bajarlo de su escolta –vamos busquemos mi caballo… Yuu Reacciona!!- le dio dos bofetadas en cada una de sus mejillas para hacerlo reaccionar, parecía que estaba algo desorientado.
Un voluntario ayudo a buscar el animal mientras ella sentaba al joven en el piso y le daba un poco de agua, aun el hombre estaba cerca, pero apenas tuvo su caballo lo puso en su lomo con algo de dificultad pero al final lo hizo sin ayuda, luego ella se monto, miro hacia los lados… sabía que estaba ahí, era mejor que no la siguiera si no vería lo enojada que estaría, tal vez con algún regalo o algunas palabras se le pasaría, pero era mejor alejarse de los problemas… suspiro mientras sujetaba las riendas… eso era como decirle que dejara respirar, el animal comenzaba a moverse, primero realizo un relinche pero tranquilamente trotaba con elegancia, luego le presiono un poco más para que comenzara a correr de forma moderada para evitar accidentes, miro a Yuu que comenzaba a deslizarse a un lado-sostente bien…- le dijo poniendo sus manos en su cintura con firmeza mientras seguían en camino a su tienda para poder curar las heridas.
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Re: ¡OH! Perdón...parecías algo afeminado...¿Qué? [Aitziber D'Lemoine]
Cerraba los ojos mientras intentaba sujetarme a lomos de aquel caballo, me quede bastante aturdido, ni cabeza daba vueltas y el paisaje igual. Mis ojos se cerraron por completo y mi mente daba vueltas dentro de mi cabeza, haciendo que mi cerebro estuviera retumbando, casi explotando. Mi pequeña y solamente mi mente, comenzó a imaginarse una otro mundo diferente. Me pareció ver a alguien, una mujer, poseyendo cabellos castaños, llevaba consigo una persona en un estado febril, con una figura envidiable la que de algún modo me hizo temblar de...gusto, no sé, es extraño ver algo que es imposible suceder.
Escuchaba voces, no sabía de dónde venían, no sabía cuánto tiempo habría pasado, no supe cuantas tiendas habríamos pasado, cuantas miradas curiosas habríamos levantado. No sabía nada que ahora estaba afectado por unos arañazos felinos, había defendido a una chica hermosa y ella parece que-aagh...la próxima vez no te defiendo...-Dije sin más, pensé que iba a agradecérmelo mejor-...aaaghh....me duele...
Dije sin más, tenía que quejarme de alguna manera, me dolía toda la espalda, mis hermanos me iban a matar si llegaba a casa en estas condiciones, me matarían a mi después de haber encontrado a quien me hubiera hecho esto y en eso se basaba un cierto amorío de Aitziber. Tendría que quejarme en silencio. Tendría que callarme para que ¿ella estuviera satisfecha?
Ni siquiera sabría quien era esa mujer de lo que mi mente mostro hace segundos. Aun estaba como un fiambre sobre el lomo del caballo, quería tomar tierra, pero me caería, quedaría sin fuerzas sobre el suelo de tierra y piedra. Era aburrido verme siendo el idiota-¿Dónde estamos?-miraba a todos lados pero por más que intentara ubicarme, no podía hacerlo pues el lugar me resultaba bastante incierto, desconocido. Debería de darme más paseos.
¿Más paseos?
o
¿Más rodeos a la mesa de la oficina del despacho de mi hermano mayor?
Escuchaba voces, no sabía de dónde venían, no sabía cuánto tiempo habría pasado, no supe cuantas tiendas habríamos pasado, cuantas miradas curiosas habríamos levantado. No sabía nada que ahora estaba afectado por unos arañazos felinos, había defendido a una chica hermosa y ella parece que-aagh...la próxima vez no te defiendo...-Dije sin más, pensé que iba a agradecérmelo mejor-...aaaghh....me duele...
Dije sin más, tenía que quejarme de alguna manera, me dolía toda la espalda, mis hermanos me iban a matar si llegaba a casa en estas condiciones, me matarían a mi después de haber encontrado a quien me hubiera hecho esto y en eso se basaba un cierto amorío de Aitziber. Tendría que quejarme en silencio. Tendría que callarme para que ¿ella estuviera satisfecha?
Ni siquiera sabría quien era esa mujer de lo que mi mente mostro hace segundos. Aun estaba como un fiambre sobre el lomo del caballo, quería tomar tierra, pero me caería, quedaría sin fuerzas sobre el suelo de tierra y piedra. Era aburrido verme siendo el idiota-¿Dónde estamos?-miraba a todos lados pero por más que intentara ubicarme, no podía hacerlo pues el lugar me resultaba bastante incierto, desconocido. Debería de darme más paseos.
¿Más paseos?
o
¿Más rodeos a la mesa de la oficina del despacho de mi hermano mayor?
Yuu Asakura- Hechicero Clase Alta
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