MiYoung Hwang

• Nombre del Personaje:

MiYoung Hwang

• Edad:

Aparentes 22 años, en realidad 387

• Especie:

Vampiro

• Facción a la que pertenece:

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• Tipo, Clase Social o Cargo:

Extranjera, clase acomodada.

• Orientación

Sexual: Heterosexual

• Lugar de Origen:

Antigua dinastía Joseon.

• Habilidad/Poder:

Telepatía
Clarividencia
Control de emociones

• Descripción Física:

Spoiler:

De escultural cuerpo, MiYoung posé unas largas hermosas y bien definidas piernas, terminando en una delicada pero prominente curvatura, dando paso a sus generosas caderas, llevando un plano vientre por dónde comienzan su estrecha cintura, la cual marca la curvatura de su cuerpo, iniciando más arriba su proporcionado busto, armonizando su cuerpo. Su clavícula es la viva imagen de su estado de ánimo, contrayendo su piel cuando expresa algún tipo de emoción. Luego sigue su largo y delineado cuello, denotando pronto su estructura ósea, delicada y llamativa, fuera de lo normal ante su propia raza asiática. Sus ojos, oscuros como la noche, pero de un gran resplandor, destacan ante su delicada piel blanca, adornada por sus rojizos labios naturales y aquellos oscuros cabellos que caen lisos por su rostro hasta la altura de su cintura.
Lo más característico de la joven es su sonrisa cautivadora, la cual puede envolver y atrapar quien ella se le plazca. Es su mayor arma de seducción, la inocencia que emana y cubre toda aquella maldad que oculta su fino rostro.

• Descripción Psicológica:

Detrás de un inocente rostro, una gran maldad se guarda en su interior. Avaricia, codicia, envidia y sobre todo venganza son unos de los tantos defectos son los que MiYoung posee. De carácter fuerte proveniente de su crianza en la realeza, es una mujer de decisiones a tomar y sin temor a lo desconocido, lo mismo que le llevó a dónde está en estos momentos. Es de difícil acceso, ya que hablar de ella y su pasado no le agrada, inclusive hasta el momento nadie ha sido capaz de seducirle hasta el punto de saber sus más profundos secretos a excepción de un solo hombre, su creador.
Aun cuando la frialdad es un elemento esencial en su vida, tal como la frase “No confíes en nadie, no creas en nadie” En el fondo posee un buen trato con las personas que cree conveniente, sobre todo las de menor rango social que ella o los niños, a los cuales adora aun cuando sean su alimento. Aquel enseñanza de su padre nunca se borraría aun cuando lo que le ha tocado vivir haga una pared a su alrededor.

• Historia:

El viento de aquella fría noche azotaba con fuerza cada rincón del palacio imperial. MiYoung, con tan solo veinte y dos años se despertó de su profundo sueño ante un inminente y conocido ruido en su cuarto. Su largo cabello caía en una delicada trenza y sus pechos estaban cubiertos por un heoritti y la parte interior del hanbok que había utilizado aquel día. Su amor, aquel hombre que había deseado desde hace tanto tiempo nuevamente iba a visitarle.
MiYoung, nacida dentro de la dinastía Joseon, fue la menor de los quince hijos del emperador, siendo la más mimada pero al mismo tiempo la más rebelde de todos. Su crianza fue estricta como la de todos sus hermanos, causando en ella un fuerte carácter que hasta el día de hoy conserva. De padres ausentes debido a sus asuntos imperiales, vivió siempre rodeada de criadas y sirvientes, quienes darían hasta su vida por entretenerle, pero fue un occidental quien llamó su atención cuando cumplió veinte años.
Fue en una de las tantas veces que se escapó del palacio cuando le conoció, aquel hombre fornido, de hermosos ojos claros y una piel dorada fue quien dio en su paradero. Nunca supo su nombre, pero eso no impidió a que se encontrase con él cada noche en el mismo lugar. Las palabras no eran necesarias, puesto que las caricias y el interés de saber del otro eran más que necesarias. Pasaron casi dos años y él había aprendido algo de aquel complicado idioma, al igual que la joven, quien aprendía en secreto el inglés, idioma en ese entonces mal visto por sus padres y la aristocracia.

La joven se levantó rápidamente, caminando en dirección hacia la puerta para ver que nadie les estuviese espiando, corriendo esta luego con suavidad para dejar en completa privacidad a ella y su amante, a quien no comprendía cómo había entrado al lugar y evadir a cada uno de sus soldados.
- MiYoung –dijo abrazando a la joven- Esto es complicado –decía de forma nerviosa mientras posaba nuevamente sus claros ojos sobre los contrarios- debes de escapar, irte de aquí, es peligroso.
- ¿Qué? –preguntó la joven atónita, deshaciendo aquel abrazo para caminar por alrededor de la habitación- ¿Qué dices? E-estás equivocado Artiom, aquí estaré a salvo, tengo cientos de guardias quienes cuidan el palacio –decía entre molesta y desconcertada. Artiom, como se hacía llamar aquel hombre negó repetidas veces, dejando a relucir sus grandes y filosos colmillos para que la mujer le viera.
- Esto no es broma –comentó con una voz tenebrosa, avanzando a ella de forma casi imperceptible por el ojo humano- Los que vienen por ti no son personas normales –dijo juntando su frente con la contraria mientras soltaba un leve suspiro de entre sus labios- Yo soy un demonio y hay gente que me odia y vendrá por ti –tragó con suavidad a medida de que le soltaba- Lo siento –dijo mordiendo su cuello, enterrando sus grandes colmillos en su delicada piel para succionar su sangre. La mujer, quien apenas había previsto de aquel acto, solo cerró sus ojos a medida de que forcejeaba con él y una pequeña lágrima corría por su pálida mejilla y la oscuridad envolvía sus ojos, siendo esta ahora la razón de cada una de sus despertares.
Artiom, nunca más volvió a saber de él, ni de su paradero ni que realmente ocurrió aquella noche, solo una carta en inglés, la cual pudo leer luego de varios años. Estaba sola y desolada, aquel a quien llamaba el amor de su vida le había traicionado y no podía volver a su hogar, no después de saber que la luz del sol le dañaba de tal forma que podría llegar a matarle.
Fue en aquel momento cuando comenzó aquel viaje de años, siendo este uno interminable, China, Japón fueron su hogar por mucho tiempo, hasta que conoció a un francés en este último país, hablando maravillas de su país natal, provocando el interés en la joven, quien llegó a Francia años más tarde, cuando justo debería de haber cumplido los 387 años de edad. Una nueva vida comenzaría en aquel lugar, un nuevo mundo estaba ante sus ojos, y gracias a aquel hombre que luego perdió su rastro pudo aprender aquel grandioso idioma que le hizo enamorarse por segunda vez.

• Datos Extras:

Toca el piano el cual aprendió durante su estancia en Italia. Sabe cinco idiomas, entre ellos, coreano antiguo, chino antiguo, italiano, inglés y francés. Posee una gran memoria visual y adora la música e ir a la Opera.