Algo para comenzar (Rocio)

por **Leo Thomas Himmel Draxo** Miér Mar 14, 2012 10:14 am

En las tardes me gustaba dar un paseo por Paris siempre y cuando viera que el tiempo no estaba mal o al menos en mi contra. Podia llegar a pensar que en mucho tiempo siempre me gustaba ver las personas como iban de un lugar a otro y las cosas que solian hacer. Mis padres siempre me han educado de sobremanera como todo un hombre que debia de ser y correcto. Gracias a que fui acogido por ellos y me dieron una buena vida asi como una educacion de la cual tener de base. Unos valores que siempre los llevaba acabo, ese dia parecia que todo en casa estaba muy tranquilo por ello sali en busca de "aventuras" no podia ser cierto eso de que no podia pasar nada, habia conocido muchas personas diferentes, mi familia en si toda era totalmente diferente cada uno tenia sus cosas especiales.

El sol estaba a media altura no totalmente arriba eso significaba que la tarde se estaba abriendo paso en lo que era una suave brisa que recorrian las calles, no conocia demasiado del lugar pues solo me habia dedicado a conseguir comida y no mucho mas, encontrar a mis nuevos padres habia sido lo mejor por ello no podia borrar la sonrisa que habia en mis labios porque estaba bastante feliz y tranquilo. Todo se veia ahora de forma diferente a cada paso que daba. Me senté en uno de los bancos que habia por el paseo viendo a las personas que pasaban por delante con atención todas eran diferentes fisicamente pero no como era en casa que unos eran fisicamente y diferentes seres, me llamaba mucho la curiosidad pero al ver que empezaba a llenarse de personas comence a ponerme nervioso. Me quede en una de las esquinas observando todo a mi alrededor levantandome del banco y volviendo a mi estado de cachorro asi me la pase un rato caminando entre las personas como un pequeño perrito asustado.

por **Rocío Márquez** Sáb Mar 17, 2012 9:46 am

Acababa de llevarles algo de comida y un par de juego a las niñas que tenía bajo mi cuidado. Ellas estaban escondidas en una antigua casa abandonada por lo que nadie podría llevárselas y ni la policía podría encontrarlas. Se habían escapado del hombre que las explotaba un pequeño grupo de niñas hacia ya varios años y vivían de lo que ella y su compañera podían conseguir robando, ya fuera comida en algunos casos dinero.

Esta vez hacía rato había logrado robar algo de comida y con unas monedas que cogió la noche anterior les compró unas muñecas, ignorando su propio hambre y los harapos en los que se había convertido su vestido, pero la sonrisa y la alegría de las niñas al ver las muñecas merecían la pena el hambre y el frío.

Caminaba por las calles buscando algo nuevo para comer ella, tenía mucha hambre y parecía que la única opcion posible sería volver a los contenedores de basura y rezar por que no los hubieran vaciado o que algun borracho hubiera vomitado o hecho sus necesidades en el.

Cuando llegó y vio lo que el contenedor tenía suspiró pues acababan de vaciar los contenedores y continuó andando sin rumbo fijo cuando vio una bola de pelo blanco correr por el suelo y decidió seguirla, teniendo que tomarla en brazos en un momento cuando un hombre se disponía a pisarla.

-Ten cuidado pequeño…-se sentía un poco mal por haber manchado su pelaje con sus manos sucias pero seguro que el cachorro lo agradecería en vez de haber muerto.

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