I just need a look

por **Siegfried Winter** Vie Mar 30, 2012 11:20 pm

La zona comercial de las ciudades era casi siempre lo mismo en casi todos los lugares a los que iba. Caminando por las calles empedradas donde aun se podía observar entre los bloques el agua de la lluvia que habia caído sobre Paris la noche anterior, su mirada apenas repasaba en el lugar. Los mismos puestos, la misma gente, simplemente que hablaban diferente "Ma chérie" "Monseniur" "Ma belle", atrás habia quedado su idioma pero el aun mantenía su acento irlandés, y el mismo estaba lejos de parecer un Francés. Ah, Franceses que siempre buscan verse bien hasta cuando sus ropas son harapos, el mendigo que le pedía limosna en una esquina bien podría pasar por un hombre trabajador en Irlanda según su aspecto, habia que mendigar con las mejores galas, era acaso esa una regla?.

El simplemente llevaba un suéter bastante viejo y gastado sobre el cuerpo, unos guantes de cuero viejo sobre las manos y una enorme bufanda algo rota y deshilachada sobre el cuello, un pantalón sucio de algo de sangre que una vez seca simplemente pasaba como manchas de solo debido a su color negro y unas botas esas si, enlodadas, con las que caminaba esquivando a la gente, avanzando a algún puesto fácil de saquear.

Loki caminaba a su lado con las orejas en alto y en completa alerta, tanto él como su amo detestaban estar cerca de las personas y en ese momento habia demasiadas, tantos aromas mezclados, tanta gente..lo bueno es que al ver al mastín enorme más grande que un lobo, se alejaban para cederle el paso asustados, esto hacia que Loki alzara el rabo y lo moviera algo más alegre mientras seguía caminando casi pegado al muslo de su amo, igual de sucio que las ropas de este se mostraba el pelaje corto del animal pero no podía importarle menos, era feliz siendo la mascota de un cazador.

Sieg mientras tanto al pasar al lado de un puesto de fruta se robo una manzana y tras limpiarla un poco miro hacia adelante, la luna iluminando de color plata los charcos de agua sucia, la noche acabada de caer sobre ellos y tras doblar en una esquina sintió como Loki se detuvo y volteo el hocico hacia un hombre que paso a su lado, Sieg mordió la manzana y miro por sobre su hombro de quien se trataba, Loki comenzó a gruñir.

por **Louis J. Bouquet** Lun Abr 02, 2012 12:34 am

Detestaba con todo su ser, al menos, en ese momento, los rayos del sol, que aunque tenues y mortecinos para esa hora, impedían al vampiro peliplata, acompañarlo como era debido. El chico tenia que quedarse en casa, mientras el salía a por algo de comer para el día siguiente. En casa, había alguien a quien alimentar como era debido, tres comidas al día y ropa siempre en perfecto estado. Halima no le perdonaría la falta de fresas en el desayuno, dibujaría en sus redondos rasgos faciales, un pucherito preludio de un llanto que no soportaba. Por un lado, por que le rompía el corazón, por el otro, podía ponerse insoportable su pequeña princesita. No podía enojarse tampoco con ella. La “mocosa” era un verdadero encanto y le gustaba cuidar de ella. Ver por niña, protegerla. La chiquilla ya había sufrido… Y solo por ser diferente. Entendía a medias ese miedo por lo desconocido, pero al menos, la habían dejado con ellos y no en manos de algún seguidor de la Inquisición. Aunque tampoco era como si su casa fuera el lugar mas seguro de la ciudad.

Como fuera, lo importante era encontrar en ese momento, las dichosas frutillas. Sujeto con más firmeza la caja alargada, que llevaba. Si, era un sujeto extraño, y tenia cierta manía por esos vestiditos de muñeca de ensueño, llenos de volantes, encajes y florecitas bordadas. No, por los dioses, no eran para el, eran para ella… A Jérémie le bastaba, como evidenciaba su ropa en ese mismo instante, con un saco largo al suelo, en color bermellón, apenas botones plateados, camisa blanca y pantaloncillo de rigor. Falto de vistosidad en ese momento, solo por practicidad. El mercado no es la zona más segura para andar con los dedos cubiertos de joyas ni portando abrigos con hilo de oro en los cuellos. ¿Quién lo sabe si no, aquel que ha cometido esos crímenes de los que ahora huye? Por que si, el chico no es el que tenga las manos más limpias. Sonrisas amables y hasta ese despiste del que algunas veces hace gala, maquillan a la perfección un pasado del que no esta orgulloso.

Suspiro, mientras sus pasos aminoraban su marcha. Debia ponerse atento, la noche empezaba a caer como una sombra, oscureciendo el cielo parisino, brindando cobijo a las criaturas de la noche y sabe Dios a que más. No temía, mientras cabellos rubios cubrieran su cabeza y no el pelaje atigrado de una de sus formas animales. O ese fue su primer pensamiento, mientras, perdido en el color apetecible de un racimo de uvas del otro lado de la calle, no se fijo ni por donde iba, hasta que sintió una figura chocar contra el. El golpe lo hizo tambalearse un poco y el paquete casi cae de sus manos. Alzo la mirada, observando apenas a un hombre considerablemente más alto que el, de presencia fuerte, pero no tan intimidante como… ¿eso podía ser llamado perro? Se le antojo tan grande y… si, sus piernas dejaron de responderle, un peso frío caía a su vientre. Aquel animal, le gruñía y esa no era la experiencia más agradable. -Hey, controla a tu… eso. Podría matar a alguien. - Por no decir “parece que quisiera saltarme encima”

por **Siegfried Winter** Lun Abr 02, 2012 2:34 am

Miro con atención al hombre que habia golpeado sin querer con su hombro, era pequeño, mucho, o al menos a comparación suya además de que se veía tan fino y delicado. Lo observo mas atentamente mientras le daba otra mordida a su manzana, casi lo habia hecho caer al suelo y tirar el paquete que quien sabe que traía dentro, pero eso estaba muy lejos de importarle. Lo que le importaba era la forma en la que Loki estaba gruñéndole al tipo ese, Sieg lo miro con mas atención, era luna llena así que no podía ser un licano, además, al chocar con el sintió la tibieza de su cuerpo y ese color de su tez le decían que tampoco era un vampiro. Subió su mano hasta su cuello y retirando un poco la bufanda negra que lo cubría sintió su amuleto caliente, sonrió de lado y Loki comenzó a ladrarle a aquel hombre.

-matar a alguien?... a ti?, eso es lo que terminara haciendo...-

Murmuro con algo de frialdad mientras terminaba de darse la vuelta y mordía nuevamente su manzana, así que estaba frente a un cambia formas? que suerte, hacía tiempo que no tenía ninguna presa que perseguir, que no lograba divertirse con nada y...que tenia los bolsillos vacios. Aquel hombre se veía que tenía dinero, quizá en esos momentos no se imaginara cuanto pues su ropa no era tan elegante como solía serlo, pero incluso así su porte le decía que era algo especial. Loki avanzo un par de pasos hacia la criatura, el perro tenía el tamaño de una bestia y eso le encantaba a Sieg.

-miedo?-

Pregunto mientras alzaba ambas cejas y miraba interrogante al cambia formas, estaba seguro de que eso era puesto que Loki jamás le gruñía o ladraba a brujos, solo a las criaturas, a las bestias, Sieg se quedo mirando al perro y luego le acaricio las orejas, sonriendo cuando miro que el perro mantenía la vista fija en el castaño y la gente comenzaba a alejarse de ellos asustada por la enorme bestia y su enorme amo.

-no lo tomes a mal pero...Loki está entrenado para estas cosas, es un cazador...-

Le murmuro jugando con él, siendo cruel y anticipándole de manera juguetona lo que iba a ocurrir, que en realidad era algo muy sencillo. El iba a cazarlo, a robarlo y luego, seguir su camino.

-le desagradan las bestias...como tu-

Se preguntaba qué tan corrupta seria esa ciudad, que tan plagada de criaturas como esas estaría, que se atrevían a salir a la luz del día como si nada, a hacer las compras, a pretender que no eran diferentes a los demás, se preguntaba qué tan infestada estaría de bestias como aquella, que tan fuerte seria el problema de plagas en ella, frunció el ceño sonriendo amplio, ya antes se habia encargado de limpiar pueblos enteros de alimañas, una ciudad no sería la gran cosa, sobre todo porque él era un cazador por demás conocido y hábil. Metio su mano al bolsillo y tras terminar la manzana y tirar lo que resto al suelo saco un cigarro y lo encendió mientras avanzaba hacia la bestia.

-corre…-

Le susurro antes de darle una palmadita en la cabeza a Loki y que el perro se lanzara contra el castaño.

por **Louis J. Bouquet** Lun Abr 02, 2012 3:32 pm

Mordió su labio inferior un poco, intentando evitar que comenzara a temblar. ¿Era un cobarde? No, no, pero si podía mantenerse alejado de los problemas, eso hacia. Casi pega un salto al escuchar los ladridos del animal.- A… no, no hablo de mi, yo no estoy haciendo… nada para molestarlo…-susurro. Louis capto en el hablar del hombre, una peculiaridad. Ese sujeto no era local. Podía como se lo decía, así, con desparpajo, y seguir su camino. Nadie lo atraparía. Y en ese momento, nadie haría nada por el, el can era realmente aterrador, si el, como cambiante tenia un claro temor, mucho mas lo tendrían las personas normales que solo habían ido para hacer las compras.

Jérémie intentaba mantener la calma en su cuerpo, hacer como si nada pasara. No era la tarea mas fácil, aquel hombre lo miraba ahora, y no le gustaba la forma en que lo hacia. Se le antojaba ahora enorme y hasta tenebroso y no podía huir mientras aquel par lo observara. Un giro y aquel monstruo de cuatro patas, atraparía una extremidad suya entre sus fauces Algo le decía que ambos eran tan peligroso y dudaba seriamente que estar en un lugar atestado de personas, le salvara. No pensaba transformarse allí mismo, temía ser reconocido por alguno de los vendedores, aquel sujeto que solía ir con una niña pequeña y entonces… Solo los cielos saben lo que podría ocurrir. No tenía muchas opciones. Sus manos se cerraron con más firmeza sobre el paquete, como si eso le dijera que seguía allí, en el mundo real.

-¡Y-Yo no t-tengo miedo! -Soltó al momento, en un par de tonos más altos, de lo normal. Si, era una estupidez que dijera eso, pero no había podido frenar ese impulso. La expresión entonces, del chico cambio cuando el desconocido hablo del perro. Un cazador . Su espalda se tenso. ¿Qué tenia que ver caso con que el animal se comportara de esa manera? No… No. Louis no era tonto, otra cosa es que su mente bloqueara ciertas cosas, para no hacerlo ver mas perdido de lo que ya se sentía en esos momentos. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo. Sus labios se entreabrieron, dejando ir un par de palabras sin sonido. ¿Bestia? ¿El?. Los orbes avellanados del muchacho se abrieron de pura sorpresa y temor. Dentro, mas emociones de mezclaba. Incluso dentro algo le causa indignación.

-No se de que me habla, caballero. Soy un hombre respetable, como usted, supongo - La voz algo más firme, mas centrada en el hombre que en el animal que tenia delante. El era un humano, lo era, por los dioses. ¿Qué no lo veía? El no renegaba de su particularidad. Amaba sus genes animales, si… pero no por ello… ¿Qué era aquel siniestro personaje? Obvio, acaba de decirlo, cuando hablo del tal Loki –para nombre tenia el dichoso animal- Un cazador. Maldición. Tanto cuidar su imagen, para toparse con uno el día menos esperado.
Sintió literalmente, como su alma se iba de su cuerpo, cuando el pesado y musculoso cuerpo del perro, se movió, para abalanzarse sobre el. Soltó un grito, antes de caer de espaldas. Sentir el aliento de Loki demasiado cerca. La sangre golpeo las venas de su sien y todo se hizo más pasmoso. Lento. Rodó sobre su espalda, y ágilmente, se levanto, echando a correr tal como aquel hombre dijera. No era lo mas inteligente, pero era lo que mas podía hacer. Sus piernas se movían lo más rápido que podía, esquivando a las personas, chocando irremediablemente con ellas. No podía detenerse a pedir disculpas. Ellos estaban seguros. Solo había una presa a la que perseguir, de momento, y ese era el.

¿Pero, de verdad, existía un lugar en que pudiera resguardarse? No podía correr a casa, eso seria el error más grande de su vida. Darle dos presas mas en lugar de solo una. -Ese maldito perro… - jadeo, cerrando los ojos, apoyando su cabeza sobre una pared, en una calle alejada. No se había detenido a mirar si lo seguían, pero tenia que comenzar a pensar donde ir. El olfato del perro era infalible, no? Su corazón palpitaba a un ritmo acelerado, mientras, sus manos aun seguían sujetando, paralizadas por el miedo, la caja.

por **Siegfried Winter** Lun Abr 02, 2012 9:16 pm

No tenía miedo? Sieg soltó una risa grave mientras le daba una calada al cigarro y miraba como el cambia formas lograba escurrirse de bajo Loki y comenzaba a correr, no estaba asustado?, entonces tendrían que volverle a definir lo que era el miedo porque aquel tipo estaba hasta la coronilla de temor. Comenzó a caminar casi con calma, Loki habia salido corriendo detrás de la criatura pero Sieg vio perfectamente bien por donde iban, cuando doblaron en una esquina fue cuando comenzó a correr con el cigarro en los labios y la ceniza cayendo conforme el viento frio chocaba contra su rostro. Aquella seria una noche entretenida. Toco suavemente su amuleto de plata, se ponía mas caliente conforme se iba acercando a la bestia.

La bestia chocaba contra la gente desesperado, pero ellos no eran sus presas, ellos no significaban nada de momento para el cazador. Sus pisadas no se escuchaban, por más de 10 años habia aprendido a ser sigiloso, veloz, escurridizo y fuerte tal como su trabajo lo requería y en esos momentos hacia pleno uso de esas habilidades. Loki entro al callejón donde el cambia formas se estaba escondiendo, las orejas arriba y gruñendo como animal con rabia, mostraba sus enormes colmillos a punto de atacar, Sieg apareció detrás de él, los brazos cruzados y una sonrisa en el rostro.

-no vas a transformarte? tienes miedo?...-

Miro con curiosidad como se aferraba a la caja, como si fuera su cable a tierra para recordarle en donde estaba, seguramente tenia familia, pero eso a el cazador no le importaba en lo mas mínimo, el vivía para deshacerse de esas basuras, de esas criaturas que jamás debieron de haber existido, eran errores, errores del plan divino y aunque el no era religioso en lo absoluto, le costaba ver a esos seres como una creación de dios, y los notaba mas bien, como una del demonio. Pero el no hacia eso por dios, o si quiera por la seguridad de los demás, el lo hacía porque le gustaba, por que el tenia una venganza en pie contra toda criatura sobrenatural en la faz de la tierra, su deber, su capricho, era aniquilarlas y si podía conseguir dinero a cambio, que mejor? A este no se lo habían encargado, pero lo haría de todos modos.

Loki comenzó a avanzar, como león a punto de saltar en la yugular de su presa comenzó a rodear a la criatura, sin quitarle la mirada de encima. Sieg mientras tanto lo miro con más detalle, quien pensaría que un hombre tan elegante como ese, tan hermoso, tan fino, era solamente otra bestia asquerosa en aquel mundo?. Se acerco a él, tomando la ballesta del bolso de cuero que llevaba el perro en la espalda y apoyo la punta en el suelo, colocando el pie sobre uno de los arcos jalo la cuerda hacia atrás y coloco las flechas en el pequeño depósito automatizado del arma antes de apuntar a la cabeza a la criatura.

-hace tiempo que Loki no come carne, serás una buena cena para mi amigo-

Sonrió leve pero y aunque apoyo la punta de la flecha en la frente de la bestia, no le disparo, simplemente se le quedo observando, alzando la mano callosa y firme para tomarle del mentón y hacer que le mirara. Joder si era bello, antes se habia topado con vampiros e incluso licanos hembra que eran simplemente hermosas, ocultando su mortífera naturaleza debajo de sus largas pestañas, de sus vestidos atrevidos y sus pieles níveas, pero jamás se habia topado con un hombre, con una bestia como esa, con esa belleza que debería ser impropia de esas criaturas, arrebatador, simplemente bello.

Con sus ojos pequeños y fríos recorrió lentamente sus facciones, desde sus ojos hasta sus labios, bajando por la tensa línea del cuello al tenerlo con el mentón arriba por la diferencia de alturas. Estaba seguro puesto que el amuleto que colgaba de su cuello, su nudo celta de plata protegido por hechizos y sangre de diferentes criaturas dentro de su aleación, impedía que las criaturas que estuvieran demasiado cerca de el por decisión propia, se movieran, y las que intentaban atacarle sin que él lo supiera no pudieran acercarse. No por nada era tan exitoso como cazador, habia aprendido a usar los hechizos y pócimas de brujas y hechiceros de su lado, cosa que los inquisidores, con todos los tornillos que les faltaban, simplemente veían como una abominación.

Estaba demasiado cerca de él, respirando el mismo aliento, mirándolo a los ojos y sintiendo como por culpa de la briza algunos suaves mechones de cabello acariciaban la mano que sujetaba su mentón, frunció el ceño molesto, mirándolo unos segundos más antes de que Loki ladrara ansioso.

-lo sé, lo se...es solo...que me molesta que sea tan bello...no debería, las bestias simplemente deben mostrarse como lo que son, bestias-

Murmuro antes de alejarse un par de pasos, liberándolo del control del amuleto para volverle a apuntar con la ballesta.

-últimas palabras?-

por **Louis J. Bouquet** Sáb Abr 07, 2012 11:18 pm

Apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento perdido tras la primera impresión, esa cosa estaba delante de el. Tan fiero, mostrando aquella imagen salida de algún cuento de terror. Tal vez exageraba, era solo un perro, pero… en conjunto con su amo, eran un dúo que ningún ser como el cambiaformas, desea toparse, a menos, que busque morir irremediablemente. Respirar suponía ahora un acto doloroso, y no lograba pensar con claridad. Aquel animal le saltaría encima, apenas se moviera una vez mas. Estaba acorralado… aunque… quizás… un gato lograra subir más pronto esos muros, clavando las garras sobre los ladrillos, para terminar por perderse en un parpadeo entre los tejados. Si, eso era lo que debía hacer, pero… Algo le decía que no seria tan fácil. El mismo miedo que hacia trabajar su mente a un ritmo demasiado rápido, tanto que todo se volvía difuso al mismo tiempo, como el cristal empeñado de un vagón del tren. O, simplemente… intuición.

Llevo una mano a su frente, tirando un poco su cabello hacia atrás, observando al animal con la respiración contenida, cuando la voz del hombre aquel, sonó a su espalda. Una corriente helada le atravesó el cuerpo. ¿¡Como demonios se había acercado!? Llego sin que el pudiera notarlo mediante el sistema olfativo, tan característico de su raza. Ese mismo que utilizaba ahora más a menudo cuando salía de paseo con la pequeña, para no perderla. No había errores, ni estando loco de miedo, hubiera podido no hacerlo. Allí existía algo más. Algo que se le escapaba. Por que aquel hombre, era un humano, solo…
No respondió, estaba demasiado sorprendido, intentando comprender como había llegado sin que el pudiera notarlo. Como un ¿ente?. Transformarse. Claro, así tenia un poco mas de posibilidades… ¿Pero, cuantas? Ese hombre era un cazador, se notaba la experiencia, por los dioses, y el era tan… ¿Y si las habilidades terminan por perderse? El perro comenzó a circular a su alrededor. El soltó la caja apenas sin darse cuenta, cuando el desconocido saco aquella arma. Paso saliva y deseo más que nunca, que todo fuera un mal sueño. Una broma cruel. Miro la punta metálica. Esto no era como un simple asalto, incluso una pelea, podrían herirlo y el sanaría. No, esta vez, la muerte lo rondaba de cerca, en la punta del metal de esas flechas.

Y encima, le decía que seria el alimento del perro. Un vil pedazo de carne al morir. Louis bajo la mirada, tenía que mantenerse calmado. Solo lo decía para alterarlo más. Si, era eso. Seguramente no dispararía así nada más. Podría ganar tiempo, mientras aquel buscara torturarlo. Por que ya se lo había dicho a alguien, alguna vez, es mejor la tortura a la muerte. La disfrutas durante un mayor tiempo. Hombres como aquel, seguro que estaban mas sedientos de sangre –inocente, según el, pues lo no había hecho nada malo- que un vampiro.
El frío de la punta sobre la piel de su frente, lo hizo perder por completo noción del espacio donde estaba. Sus piernas se hicieron más pesadas, clavándolo en aquel lugar de su sentencia. Ni ponerse a llorar podría. No serviría de nada. Muy probable que solo se riera de el. No, no podía hacerlo. La mano del aquel hombre, también la sintió, y la fuerza del movimiento que ejerció, no comprendía el por que de esa acción. Las pupilas del cambiaformas, se posaron a fuerza, entonces, en el rostro del contrario, mucho mas cerca de lo que le gustaría. Lo estaba observando con detalle, lo notaba. Quiso moverse, apartar la mano del otro. No le gustaba que lo tocara, sentirlo invadir ese espacio tan personal, reservado solo para aquellos que amaba. Pero, estaba inmóvil. Y eso, no era producto del temor, era alguna otra cosa, por que se sentía… oprimido, ajeno a si mismo.

Las palabras que ahora llegaron hasta el, lo pusieron nervioso. ¿Había dicho que era bello? ¿Qué le molestaba eso de el?. Jérémie nunca se había considerado alguien deslumbrante- simple modestia, decia Imre- pero, que aquel hombre dijera algo así, lo asusto un poco. Entonces, para su alivio, se alejo un poco. Pero aquel respiro, no duraría mucho. Aunque… volvía a sentir su cuerpo normal. -¿Cómo… como demonios…? - susurro, replanteándose ahora, si de verdad seria un simple humano. Los brujos tenían poderes como aquel. Como olvidarlo. Apretó sus puños y lo miro con algo fiereza, dejando la debilidad de lado. Estaba su vida en juego. Y tenia algo por el que querer salvarla. Aun a pesar de que el arma le apuntara de nuevo-¿Ultimas palabras? Dices que soy una bestia, eh? -avanzo un pequeño paso, sin tenerlas todas consigo -¿No crees, que tu lo eres? Matas, cortas vidas, por placer. Yo no te hice nada, mi único pecado, ha sido cruzarme en el camino de tu cachorro y el tuyo. -Otro par de pasos, la punta más cerca, lo mismo que los colmillos del perro. Pero no le importo. Quedo a escasa distancia, justo delante de la flecha. Un suicida nunca cambia sus hábitos, verdad? Amante del peligro tentando como un niño a los ángeles de la muerte. Nunca había esperado que los juegos llegasen a tornarse en verdad y menos ahora, que se sentía tan dichoso. - Soy mas humano que tu... - Y aunque miedo, había decisión también, en el color azulado de los orbes del minino. Sus puños apretados. Dispuesto a defenderse, como un hombre… y como un animal. Estaba en sus venas. Solo…. Hasta que no quedara ninguna otra opción.

por **Siegfried Winter** Dom Abr 08, 2012 12:54 am

La forma en la que el cambia formas se sentía totalmente confundido por el embrujo que tenía su dije le parecía hasta cierto punto graciosa, porque todos tenían una manera diferente de reaccionar ante ello. Los vampiros generalmente tardaban mas en darse cuenta, tan dependientes a sus poderes mentales que les daban la respuesta a todo, los licanos lo intuían algo mas rápido aunque siempre pensaban que se trataba más de un brujo que de un simple humano que recibía la ayuda de la magia pero que no la controlaba. De cualquier modo quizá por el pánico este cambia formas no se daría cuenta tan rápido.

Su ballesta aun bien firme en su fuerte brazo, apuntando entre los ojos de hermoso color, de verdad eso lo jodia, porque tenía que ser así de bello?. Sus pensamientos acerca de su belleza pronto se vieron olvidados cuando lo observo acercarse a él en un acto desmedido de valentía o de estupidez, cualquier forma de verlo estaba correcta. Lo observo a los ojos, sin decir nada, solamente sonriendo ante sus palabras, las palabras que todas las bestias le decían sin excepción cuando estaba a punto de matarlas.

-una bestia... sí, creo que a estas alturas del partido me eh convertido en una bestia... pero eso que importa si esta bestia acaba con los de su clase, eso la convierte en una bestia benigna para la humanidad... y tu...no formas parte de ella, por más humano que grites ser...por más humano que desesperadamente ruegues ser...-

Sisea con una sonrisa antes de darle una patada en el abdomen al cambia formas y dispararle en una pierna. Con eso era suficiente para que no pudiera escapar, la flecha atravesó a toda velocidad, como un disparo, el muslo de la bestia, saliendo la punta del otro extremo de la carne pero quedándose el resto en el medio, ahí atascada. Habia cuidado disparar cargado hacia el costado exterior del muslo para no atravesar la arteria que corría por esta parte del cuerpo y que el otro se muriera desangrado en segundos, no, la flecha solamente habia atravesado musculo, nervio y piel, una sonrisa maldita se dibujo en su rostro mientras se acercaba a él.

-bestia entonces eh? me comportare como una bestia para ti...-

Murmuro estirando su mano fuerte para tomarle del mentón y con la protección de Loki que estaba alerta a cualquier movimiento en falso, estampo al castaño contra el suelo de aquel callejón abandonado, no habia nadie cerca y la noche que se habia cernido ya sobre ellos ahuyentaba a la gente de las calles. Con tanta bestia suelta, con tanto robo e inseguridad las calles siempre estaban desiertas por la noche. El cazador volteo a su presa, dejándolo boca abajo en el cuelo con su mano fuertemente oprimida en su cabeza antes de tomar una cuerda de la bolsa de viaje que llevaba Loki en el lomo y atar las muñecas del cambia formas tras su espalda.

-ahora... rezaras en arrepentimiento por haberme llamado bestia...-

Murmuro a su oído con una sonrisa divertida mientras miraba a Loki fijamente, alzo una mano y le acaricio las orejas mientras hablaba con voz directa y firme.

-si te transformas e intentas escapar, no iras demasiado lejos con esa flecha en tu pierna y mandare a Loki a que te mate y devore...pues es imposible que si te transformas en algo más grande que un perro te puedas deshacer de esas amarras...ahora...si te portas bien...podría perdonarte la vida...-

por **Louis J. Bouquet** Dom Abr 08, 2012 11:58 am

¡Se reía! El maldito sujeto había formado una sonrisa en sus labios, mientras el se acercaba, con unas piernas tan endebles, pero dispuesto a poner algo de resistencia. No moriría allí, sin “sacar las garras”, como quien diría, no, así su sangre se derramara, se tendría que llevar parte de alguno de los dos cazadores, el perro o el hombre, tendrían que recorrer parte del camino que parecía ya trazarse para el joven asiático. El ceño del muchacho se frunció, y la mirada normalmente tranquila, se torno más fría. Ese sujeto le daba realmente escalofríos. Era alguien de naturaleza malvada, si. Y estaba loco, no había duda. -¡Tu lo que eres es un asesino y nada mas! Matar, en nombre de algo, que según tu, esta bien, no borra el acto tan cruel que es acabar con la vida de otro ser, ¡No lo es!-Vil patraña eso de que era un mal necesario. Como Louis, había cientos de criaturas que no hacían mal a nadie. -No niego ser un cambiante… acepto lo que es parte de mi, pero, también, soy un hombre… Yo no pedí… no pedí nacer asi…- eso era verdad, el ni siquiera sabia quien de sus padres había transmitido a su cuerpo esa “habilidad”, y aunque no renegaba de ello, el no había podido hacer nada.

Su cuerpo se doblo al instante, sus brazos fueron directo a la zona que sufrió el primer impacto, sus ojos se cerraron por el primer dolor, seco. Para después, apretarse con más fuerza, mientras un grito salía de su garganta. El dolor en la pierna lo traspaso por completo. Abrió los ojos solo para encontrarse con aquella visión. La flecha… Sus manos entonces, se dirigieron a esa zona. Pronto se mancharon con su propia sangre. Quemaba… Dolía demasiado, comenzó a llorar, sin poder evitarlo. Lagrimas que se mezclaban con el daño a su cuerpo y miedo. No podría sacar el objeto con una de sus manos, y seguir corriendo.

Tarde comprendía, que había sido tan idiota como siempre. ¿Comportarse como una bestia?
Maldita sea, ¿Por qué no se quedo callado? Debió haber seguido corriendo, no detenerse allí, pensar menos y transformarse en un gato de tamaño mediano. Correr hasta la casa de alguna persona que tuviera como el, alguna condición sobrenatural. No podía arriesgar a gente como su querida Vi. Pero ya eso no podía hacerse.
Su cuerpo entonces, se impacto contra una superficie dura. Estaba demasiado distraído por el agudo dolor. Otro más no hacia diferencia. Miro las primeras estrellas en el cielo, pensando en su pequeña. Solo había salido por ella… Si iba a morir, le hubiese gustado ver por ultima vez sus mejillas sonrosadas y sus blancos dientecitos, mostrarse para el en una tierna sonrisita. Ahora su mejilla sentía el frío del suelo húmedo, y el dolor de la flecha al moverse por aquellas bruscas acciones, lo hacia jadear y ahogar grititos de dolor, sus ojos estaban cerrados con fuerza. Los brazos dolieron y la soga contra la piel de sus muñecas, le informaba que estaba siendo aun mas inmovilizado. Como un animalito cautivo, que agoniza poco a poco. Y como uno, se movió intentando zafarse desesperadamente, haciéndose mas daño. -No… no me arrepiento de decir la verdad…

Mentira, parte de el deseaba haberse quedado sin decir ni pío. Pero tenía que dar la cara, demostrar que no solo era un mártir. Por más que gritara, sabía que estaba solo. El viento tardaría en llevar sus palabras hasta alguien que lo escuchara realmente. Paso saliva, respirando entrecortadamente. Era incomodo respirar en esa posición, y mucho menos, con ese objeto. ¿Cómo podría haberlo evitado? Todo había sucedido más rápido que un parpadeo. Escuchaba la respiración del animal. No quedaría nada de el. Tal vez, un trozo de tela… algo pequeño. Pero ningún cuerpo al cual pudiera llorarle su familia. Pero… ¿Acaba de escucharlo? ¿Perdonarle la vida? No tenia mas opción, si quería seguir vivo, tendría que meterse su orgullo muy hondo, e intentar no enfadarlo mas. Al menos, en lo que se le ocurría como escaparse ahora. ¿Portar… portarme bien?-Repitió, con la voz algo ahogada. ¿Qué quería aquel? ¿Un animal que hiciera compañía a Loki? El podía hacerlo, era común que los de su raza, a veces fueran mascotas. No le molestaba. -No creo en tu palabra… pero… estoy en tus manos…-Aflojo su cuerpo, con los ojos bien abiertos, intentando buscar a su captor desde esa posición. ¿Qué quieres?- No le entregaría otras presas solo por salvarse el, si era algo así, se mataría el mismo antes de revelar ubicaciones de alguien mas.

por **Siegfried Winter** Dom Abr 08, 2012 2:16 pm

De cierta forma eso era algo que él ya sabía, nadie nacía pidiendo ser una bestia o un fenómeno pero era algo que él tenía que hacer, limpiar al mundo de esa porquería y vamos que no lo hacía precisamente como servicio social tampoco, lo hacía porque le causaba cierto placer, el placer de eliminar a las criaturas que en parte habían hecho que todo lo que paso con su familia sucediera. Miro a los ojos al cambiante y le hizo saber solamente con su mirada que todo lo que le pudiera decir no le importaba en lo mas mínimo.

-Ya te arrepentirás-

Dijo con calma mientras Loki se acercaba a la criatura y se dedicaba a captar su aroma con precisión puesto que si se le ocurría huir o la dejaban ir para perseguirla después a quien le tocaría rastrearla seria a él y quería tener bien grabado el aroma que despedía la criatura para así no tener dificultades a la hora de atraparla. El perro daba vueltas alrededor del cambiante, oliéndolo desde diferentes ángulos pero acercaba tanto su hocico que parecía estar a punto de morderlo hasta arrancarle una pierna, cosa que Sieg sabia no era así pues el aun no daba la orden de nada.

Miro fijamente a la criatura, daba hasta algo de dolor verla de esa forma simplemente se le quedo viendo a los ojos unos segundos, esos que estaban rebosantes de lagrimas y de dolor y tras soltar un suspiro saco del bolsillo de su sucio abrigo un pañuelo con el que suavemente limpio las lagrimas del menor y tras esto se puso de pie.

-eso es bueno, no se debe confiar en nadie-

Murmuro tras afirmar un momento y después simplemente se agacho y estiro sus brazos hasta tomar entre ellos al inmovilizado menor, recostándolo contra su pecho sin verdadera intención de ser tierno con él, era que simplemente se trataba de la mejor forma de acomodarlo para cargar con él. Podría ser que solamente fuera un humano sin ningún poder especial, pero sus brazos eran en exceso fuertes y hábiles y cargaban con aquel delicado cuerpo como si no pesara absolutamente nada.

Lo miro agachando un poco la mirada antes de simplemente comenzar a caminar con él hacia el hostal en donde se estaba quedando pues hacia poco que habia llegado a Paris y aun no tenía un hogar fijo, afortunadamente la dama en aquel hostal conocía a que se dedicaba y agradecida por haber eliminado a un licano que habia estado detrás de su hija, lo hospedaba sin cobrarle y se comportaba servicial y cariñosa con Sieg. Así pues cuando llegaron hasta el Hostal en un recorrido silencioso en el que Sieg no dijo ni una palabra la mujer los recibió cálidamente aunque se asusto al ver al menor, preguntándole al cazador que habia sucedido, el rubio sonrió y tranquilizo a la dama.

-Es solamente un chico que se atravesó sin querer en una casería, perdí a la bestia pero no podía dejarlo así, se quedara en el Hostal mientras se cura de su pierna está bien?-

La mujer afirmo y se ofreció a darle una habitación pero el cazador se negó educadamente diciéndole que mejor la dejara para sus otros clientes que el se llevaría al chico herido a su habitación y todo estaría bien. Así pues la mujer acepto y se retiro a seguir atendiendo su negocio cuando la campanilla de la puerta volvió a sonar. El cazador avanzo seguido de Loki que claro que dormía dentro del cuarto, pues que se pensaban? eran mejores amigos!, en fin, llego hasta la cama en donde recostó al chico, afortunadamente por la forma en la que lo habia estado cargando no se notaban las amarras.

-te sigue doliendo o ya se durmió la pierna?-

Murmuro mientras evaluaba la pérdida de sangre y su voz volvía a ser fría y directa. Se sentó en la orilla de la cama y se quedo mirando al castaño.

por **Louis J. Bouquet** Dom Abr 08, 2012 7:33 pm

Claro, el cazador lo veía como alguien que no valía. Sus palabras eran dichas prácticamente a una pared. Puedes gritar hasta quedarte sin voz, golpear con los puños, y el muro no cede. ¿Qué se arrepentiría? Ya lo hacia, debió haberse quedado callado, ignorarlos, pasar rápido sin siquiera mirarlo. Y ya estaría rumbo a casa, oliendo la cena a la distancia, a través del denso ramaje del bosque. Pero, el cambiaformas, intuía que había algo más tras aquellas palabras. La noche pintaba pasar a un ritmo lentísimo, y si conseguía ver la luz del sol de nuevo, se preguntaba bajo que condiciones seria. ¿No tenia acaso, ya, una flecha atravesando su pierna?
El aliento del perro lo tenía temblando en el suelo. Nadie aseguraba que no fuera a pescarlo de una vez. Pasaba saliva cada vez que la nariz lo alcanzaba a rozar. Si supiera rezar, tal vez ese era un buen momento para hacerlo, al menos, para tener la mente ocupada en otra cosa que no fuera su mala suerte de una muerte inminente.

El hombre se acerco de nuevo, cerro los ojos, temiendo por algún golpe o ago así. Pero no llego tal cosa. Simplemente, en un acto de…lastima o compasión, o cualquier otra cosa, limpio las lagrimas que no había podido evitar soltar. Las que caían por sus mejillas, trazando pequeños surcos, el suelo parisino de los callejones, no era el mas limpio del mundo. Para una sorpresa mayor, escuchaba que le daba parcialmente razón. El cambiante, siempre pecaba de crédulo. Confiaba de más, nunca sabia decir que no, y aun a pesar de bloquear intereses personales, solía poner a las personas que quería por delante. Incluso confiaba en su amo, a pesar de que la última vez que lo vio, casi lo mata. Ahogo un quejido, al sentir su cuerpo ser elevado. El cazador lo alzaba. Lo miro por el rabillo del ojo. ¿En serio no le haría nada… por ahora?. Jérémie sintió su cabeza contra el cuerpo ajeno. Fuerte, sin duda por los años de experiencia, a saber que tanta sangre habría en sus manos, ni que horrores vieran aquellas pupilas celestes.

No opuso nada de resistencia, no había manera de hacerlo. Así que se limito a permanecer quieto y callado, mientras aquel par lo llevaba. ¿y si lo dejaban con inquisidores? No, no… aquel no parecía un ser que trabajara para ellos. Respiraba pausadamente, inmóvil como un niño. ¿Parecía ir dormido? Irónicamente, el cuerpo de aquel ser tan cruel, era… quizás era la forma en que lo llevaba, el que pudiera sentir el bump bump del corazón ajeno, pero era calido, tenia que admitirlo. Por que pudo arrastrarlo, o cargarlo como si fuera un costal. Pero no… Lo llevaba alzado en brazos. Apenas noto por donde iban, hasta que se atrevió a alzar la vista de otro punto que no fuera la ropa ajena, para mirar el letrero del edificio aquel.
Una mujer les recibió. Por el trato, dedujo que conocía al hombre, y que al menos, con ella no había sido un salvaje. Noto la mirada de la dama sobre su cuerpo. Claro, aun tenia la flecha y estaba algo sucio por haber estado en el suelo. ¿Y si le decía la verdad, que es hombre había querido matarlo? Era quitarse una soga para ponerse otra, ella podría ser de aquellas personas que entran en pánico ante seres como el. Y seria caer en manos de alguien más. O morir allí mismo, en los brazos de ese desconocido. Escucho lo que decía de el, poniendo una cara de circunstancias, incluso, dedicándole la mirada agradecida de una victima a su salvador. No en vano era actor para ganarse la vida. Si, al menos, hacer algo y tenerlo contento.

Poco después, su cuerpo fue depositado sobre una superficie mucho mas suave, dejo ir el aire de sus pulmones, se había acostumbrado a la posición como le había llevado, y al estirar de nuevo la pierna, la corriente de dolor, llego de nuevo. El peso del hombre, hizo ceder de nuevo la superficie de aquel objeto. Sentía su mirada, y lo ponía mal, nervioso, pero, tenia que responderle, claro que si. Paso saliva y se movió un poco. La sangre que iba perdiendo, era absorbida en parte por la tela del pantalón, y el resto, corría por la piel de su pierna. Lo mareaba pensar en como se vería. De sacar la flecha, ya podía imaginar los borbotones de sangre. Y lo mareaba, pensarlo. Ya no dolía como en el momento del impacto, y eso era gracias a la propia reacción de su cuerpo, su cerebro intentando mitigar aquella sensación.-Un… un poco menos… Pero… estaría mejor sin… ¿La sacaras? O cambiaras de parecer y dejaras que tu cachorro se acerque? -

por **Siegfried Winter** Lun Abr 09, 2012 12:59 am

No dijo nada mas, simplemente se quedo observando la herida antes de ponerse de pie y avanzar a la cocina, tomo una caja y luego se acerco a la bolsa que traía consigo Loki, de la que extrajo una daga de hoja de plata por demás afilada, miro de reojo a la bestia y al sentarse nuevamente a su lado simplemente comenzó a desabrocharle el pantalón.

-Relájate-

Murmuro, aunque seguramente con aquel rostro serio y voz fría las palabras no servirían de mucho. Le bajo el pantalón y sin hacer caso a cualquier replica que hiciera tomo el cuchillo y lo rasgo hasta poderlo terminar de bajar sin tocar la flecha. Al finalizar lo lanzo lejos y se levanto una vez más encendiendo la estufa y colocando sobre ella la navaja regreso a sentarse a su lado. Miro la herida nuevamente y tras enjuagarse las manos en algo de agua que tenía en una jarra al lado de la cama tomo la flecha desde la base, donde se perdía en la delicada y suave piel del menor y luego la tomo de un poco más arriba.

Sin dejar que la flecha se moviera en la base, quebró la punta de esta forma seria fácil sacarla sin desgarrarle mas la pierna. Miro de reojo al cambia formas y saco nuevamente su pañuelo limpiándole el sudor y la suciedad de la calle de las mejillas y la frente, lo guardo y entonces se subió a la cama tomando la pierna del menor desde la rodilla para alzarla y apoyarla en su hombro, a pesar de lo erótico de la posición el simplemente alzo la mano y sujeto la punta afilada de la flecha que atravesaba la parte posterior del muslo, miro a la bestia y tomo las sabanas, acercándolas a su boca.

-muerde eso, será lo más rápido posible-

Aseguro mientras esperaba que acatara su orden, cuando lo hizo entonces sin avisarle tomo la punta de la flecha y la extrajo, tirándola al suelo para después tomar algo más de agua y comenzar a lavar la herida, sintiendo bajo sus manos algo rudas y callosas por tantos años dedicándose a lo que se dedicaba, la piel delicada de ese muslo, suave y tibia, frunció el ceño pero siguió con su tarea, evitando mirar más de lo que debía. Cuando la herida estuvo bien limpia dejo la pierna en la cama y avanzo hacia su daga que ya estaba al rojo vivo, totalmente hirviendo, miro de reojo al menor y cuando se volvió a sentar a su lado suspiro.

-tengo que cauterizar la herida, es muy pequeña para suturar pero demasiado profunda como para que la dejemos así y no haya riesgo de infección... muerde las sabanas-

Indico nuevamente mientras lo tomaba de la cintura con sus manos firmes y como si no pesara nada acomodo las piernas del menor en su regazo, sujeto la herida con una mano por detrás, la palma sobre la parte interna del muslo descansando el brazo contra su entrepierna y el otro muslo, así pues alzo un poco la carne y tomo la daga, la apoyo sobre el primer agujero de la herida y sujeto bien firme la pierna para evitar que se moviera y lo cortara. Espero segundos, el ambiente llenándose del aroma a carne quemada y al quitar la daga quedo solamente la cicatriz de la quemadura, pero no mas herida. Lo mismo hizo con el otro lado.

Al finalizar dejo la daga en la mesa y comenzó a vendar la herida del menor después de administrarle un ungüento para quemaduras, lo miraba de reojo mientras sus manos se estiraban y le quitaban el abrigo y cualquier otra prenda que trajera encima dejándolo solamente con la camisa antes de cubrirlo con las mantas y tomar la daga, poniéndose de pie.

-Loki, vigílalo-

Miro por sobre su hombro al castaño, como advirtiéndole que pasaría si intentaba escapar y tras esto abrió la puerta y salió de la habitación.

por **Louis J. Bouquet** Lun Abr 09, 2012 1:09 pm

Jérémie esperaba que de verdad sacara aquella cosa, no le gustaba ver eso allí, atravesándole, como si fuera un animal, uno a punto de ser sacrificado o algo así. Confiaba en que no le molestaran sus palabras, a veces no sabia cuando quedarse callado. Siguió los movimientos del cazador, mordiendo apenas su labio inferior. ¿Qué se relajara? ¿Qué acaso no veía la situación en la que se encontraba? Atrapado, con el peligro latente, herido… Uno no puede ponerse en blanco con tanto encima. Por si no fuera suficiente, acto seguido a las palabras, se acerco tanto… ¡Y que demonios! El cambiaformas le miro con los ojos bien abiertos comenzando a balbucear un poco, en protesta -Hey! Pero… pero que…?- Viendo como cortaba el pantalón, dejándolo inservible, se preocupo. No pensaba huir así. No solo por que no fuera decoroso, si no por que, al verlo por la calle de esa manera, seguro que terminaba igual en un calabozo por alterar el orden público o algo así.

El hombre aquel seguía como si nada, haciendo todo aquello con una familiaridad que de cierta forma, logro calmarlo. Seguro demasiado acostumbrado a ver heridas y esas cosas. ¿Cuántas veces, el mismo cazador no estaría en una situación semejante a la suya? Se sentó de nuevo cerca suyo, para tomar la flecha. Louis miraba todo aquello ahora callado, el labio inferior le temblaba, no quería ni saber como demonios saldría de esa. Su cuerpo se estremeció al escuchar la madera quebrarse. Aquel chasquido provoco que su nuca fuera rozada por unos helados dedos imaginarios. No protesto al ver de nuevo e pañuelo cerca de su cara, lo que era más, incluso le miro algo menos aprensivo. Ah, pero al adoptar aquella posición tan comprometedora, no pudo evitar que sus mejillas se colorearan. Se reprendió a si mismo, rogando que el sonrojo no fuera tan notorio. Abrió sus labios y sujeto entre los dientes aquella tela. Para desviar la mirada, apenado y nervioso. Después, el dolor le paralizo de nuevo, apretando con todas sus fuerzas, reprimiendo el grito contra la sabana, sus ojos se cerraron dejando salir varias lágrimas más.

La presión era algo menor, pero no se atrevía a mirar, prefería tener la vista, aunque nublada por el llanto, clavada en la pared. Notaba como limpiaba. ¿Qué tan grande quedaría aquello? Le escocia enormemente. Sus manos tenían un tacto muy diferente al de otras personas que el conociera. Espero, hasta que se levanto de nuevo, y su voz le llegaba, haciéndolo voltear a verle, cuidando de no mirar mucho su propia herida. ¿Tenia que…? El ceño del chico se arqueo, más nervioso. No quería tener una cicatriz allí, una que no le pudiera explicar al vampiro. Ya tenia suficiente con las del vientre –que el mismo, dicho sea de paso, se genero- Como fuera, el cazador tenia razón. Podía sanar rápido, siendo un cambiante, pero, eso no lo alejaba de ciertas debilidades, como el dijo, por ser un hombre. Asintió, apretando de nuevo la tela entre sus dientes.

El desconocido, lo movía a su antojo, tan fácil, que se sintió aun más pequeño. Notar sus manos de nuevo… Y saberse a medias desnudo… el sonrojo aumentaba. No le gustaba estar tan… expuesto. Cerró los ojos, y de nuevo, ahogo un par de gritos y llanto. Aquel olor no le gustaba. Y menos, saber que era suya. Procuro no moverse. Al menos, servia tener las manos atadas, así no podía manotearle y entorpecer su labor. Su respiración estaba por completo entrecortada. El dolor lo marearía si no pensaba en otra cosa. Vamos, ya pasara, se repetía. Sintió algo viscoso, diferente, sobre la herida, y acto seguido, algo que se apretaba contra ella. Esta vez, si se giro y abrió los ojos. Una venda. Dejo ir un suspiro. Eso estaba mejor. Sollozaba sin poder evitarlo, mirando aquella tela sobre su pierna. Si antes se sentía expuesto, quedar solo con la camisa blanca cubriendo su pecho y parte de su prenda intima, lo hizo ponerse de nuevo colorado. Bajo la mirada, mientras era…. ¿arropado?

Bajo la mirada sumiso. No soportaba la dura mirada del cazador, que le dejaba, solo con aquel animal. -No deberías perseguir gatos, sabes? Se que eso es lo que hacen los perros… pero no te gustaría que te persiguieran a ti, verdad, Loki? - Susurro, mirando al perro, permitiéndose una sonrisa de medio lado, como para infundirse a si mismo, animo. Suspiro, apoyando su espalda por completo. La mirada se encontró con el techo y nada más. Era normal que a veces no llegara a casa, cierto, pero, nunca faltaba, luego de salir a comprar algo para Halima. ¿Estaría la pequeña esperándolo, sentada en el suelo de la sala de te? Paso saliva nuevamente. No podría caminar muy bien, eso era una limitante y no claro, no podría transformarse con ese loco rondando por allí. Tan solo el perro lo miraba cual celador a la puerta de una celda. ¿Cuánto tiempo entonces, lo tendría allí? - ¿Dónde habrá ido tu amo? - pregunto, sin verlo, no es que lo extrañara, por los dioses, solo que no podía estarse quieto. Quedarse dormido y sentir el filo de una cuchilla contra su cuello, en un cambio de parecer… No eran el mejor cuento para dormir.

por **Siegfried Winter** Lun Abr 09, 2012 8:21 pm

Cuando estuvo afuera de la habitación se acerco hacia donde estaba la dueña del hostal, le dijo que si no era mucho pedir les llevara la cena a los tres puesto que a Loki le daba las sobras del lugar y para el eso estaba perfecto después de todo no le hacia el feo a nada que fuera de comer. En fin, la mujer accedió amable y Sieg busco en sus bolsillos algo de dinero, ella se negó pero el cazador se lo dio de todos modos le acababan de pagar por una casería así que estaba perfecto darle algo de dinero a la mujer que sin ningún interés lo habia acogido en su casa como si de familia se tratara.

La cena ya estaba lista pues en el hostal la comida iba ya cargada en la cuenta por lo que tras unos minutos él y la mujer entraron con unas charolas a la habitación, dejándolas en la mesa y el plato del perro en el suelo pero Loki no se movió un centímetro, seguía mirando y estando pendiente del cambiante. La mujer le sonrió al herido y salió de la habitación dejándolos solos.

-Loki, a comer-

Le dijo tranquilo y el perro dio un brinco y comenzó a mover la cola totalmente feliz de ir a comer la cena. Mientras el perro disfrutaba de su comida el cazador tomo una de las charolas y la dejo sobre la mesa de noche, tomando nuevamente su pañuelo para secar el rostro del menor de las lagrimas que habia derramado tras la curación. Suspiro levemente mientras pasaba la suave tela por la aun más suave piel de aquel hombre de ojos hermosos, como habia llorado por todo.

-eres un llorón-

Le dijo suavemente, casi jugando antes de guardar su pañuelo y tomar la daga que estaba en la mesa de noche alzando con una mano la espalda del menor para con a otra cortar la cuerda que lo ataba y dejarle las manos libres. El cazador dejo la daga en el cinto de su pantalón y le acomodo las almohadas al castaño de tal forma que pudiera estar sentado en la cama y le coloco la charola en las piernas con un enorme plato de estofado de verduras y carne con una hogaza de pan y una taza bien grande de té humeante para el frio.

-come-

Ordeno mientras el mismo se levantaba e iba hasta la pequeña mesa de madera en el centro de la habitación, sentándose y comenzando a comer sin decir nada mas, digamos que habia una razón para todo lo que estaba haciendo pero no iba a decirla, al menos no aun y dado que entre sus planes no estaba que el menor se fuera pronto tampoco hacía mucha diferencia, aunque eso sí, le avisaría.

-no volverás a tu casa, al menos no en mucho tiempo...-

Murmuro como si del clima se tratara, mirando un segundo al menor por sobre el hombro para después seguir comiendo, Loki habia acabado ya y echado sobre un tapete en el suelo miraba a ambos hombres.

por **Louis J. Bouquet** Mar Abr 10, 2012 1:28 pm

-Deja de mirarme así, no me comerás…- susurro al perro, no se sentía tonto al hacerlo, y a decir verdad, no podía odiarlo, solo tenerle miedo, pero no un rencor absoluto. Era un animal inteligente, y fiel a su amo, eso era todo. ¿Lo habría tenido desde cachorro? Trato de imaginarlo, sonriendo. El también había sido un gatito pequeño, aunque, no es que hubiera crecido demasiado. La puerta se abrió de nuevo y el cambiaformas pego un pequeño salto. El cazador entro, acompañado por la mujer que los recibiera al principio. Le dio un alivio verla, pero sabia que esperar que se quedara, era mucho. Así que se limito a responder la sonrisa que esta le dedico. Un olor agradable llego hasta su nariz, y medio logro observar a su vigía ir contento a su plato. Ya lo decía, era un perro noble detrás de toda esa apariencia feroz.

El hombre se acerco de nuevo hasta el, y el cambiaformas se mantuvo quieto, apenas respirando. Hasta ahora, se estaba portando mejor con el, eso, lo calmaba, pero lo hacia sentir algo extraño en el estomago. Limpio su cara otra vez, y Jérémie se sintió como un niño pequeño. Lo miro con ligero reproche luego de escucharlo. -No soy un llorón. El hombre lo movió de nuevo, y esta vez, para cortar la soga. Eso era un alivio, al momento comenzó a sobar las muñecas, le dolía, el no estaba acostumbrado a tratos tan rudos. - Es solo que eso ha dolido. No es de todos los días que un flecha te atraviese, sabes? - Un ligero chasquido de los huesos al ser acomodados. Se sentía ¿ofendido? No… pero no le agradaba que le dijeran eso, aunque lo fuera. Era casi como si su orgullo fuera picado.

La mirada del cambiaformas, estaba posada en la brillante hoja de aquella daga, mientras lo dejaba hacer. Después, el olor de la comida, le hizo distraerse. Miro la fuente que estaba delante de el, y paso saliva. Tenía buen aspecto, y solo hasta ese momento, reparo en que tenía hambre. Claro, de haber seguido su camino tranquilamente, estaría haciendo lo mismo en casa. ¿En serio lo estaba alimentando? Eso era tan… surrealista, primero, quiere matarlo y lo persigue. Lo hiere… y después… bueno, estaba agradecido a pesar de todo, que le curase y ahora, que no lo dejara sin cenar esa noche. Comenzó a comer, en silencio, pero con algo de premura. Tanto movimiento, le había abierto el apetito. No estaba mal... -Yo… eh… gra-gracias…- susurro, con algo de timidez, mirando el vapor de la comida.

Tomo la taza con cuidado, entre sus dos manos, apunto de dar un sorbo, cuando el cazador le informaba algo. La bajo en el acto, con cuidado de no derramarse el contenido encima, y se giro para mirarle. -¿Mu... mucho tiempo? N-no creo… sanare pronto…- -le dijo con una sonrisa casi de disculpa, dando un sorbo rápido. El liquido bajo lentamente por su garganta. Se acomodo un poco y prosiguió - Así que no te preocupes, no seré una cargar… además … tengo que volver, no puedo… dejarla sola…-Susurro lo ultimo casi para el, dando otra probada al te.

por **Siegfried Winter** Miér Abr 11, 2012 12:43 am

Al parecer de algún a forma el cambiante se estaba acostumbrado a su presencia, bueno, dudaba que fuera algo que durara mucho tiempo sobre todo por lo que estaba a punto de decirle así que simplemente guardo silencio después de haber pronunciado sus palabras y se propuso a si mismo seguir comiendo como si no hubiera alcanzado a escuchar nada de lo que dijo el menor. El único problema es que su voz, su dulce expresión confundida y llena de inseguridad...no podía contra eso. Tendría que decírselo para que no estuviera a la espera.

-No regresaras a tu casa en mucho tiempo, porque simplemente yo no quiero que lo hagas-

Fue como si diera una orden, una voz fría y autoritaria lleno el lugar. Dejo pasar el tiempo en silencio y dado que el comía mas rápidamente al terminar su plato se acerco hacia el cambiante y lo miro a los ojos, simplemente suspiro y alzo la mano hasta el mentón del castaño, haciendo que levantara la vista hacia él, su piel suave le llamo a acariciarle la mejilla y así lo hizo, con sus manos duras y ásperas.

-vivirás conmigo y te daré la oportunidad de demostrarme que es cierto lo que dices....que eres humano, que mereces vivir...si no, simplemente te voy a matar...así que de ti depende, vivir o morir-

Y dicho esto se puso de pie, tomando el plato del perro y echándolo en la charola donde estaban los que el habia usado salió de la habitación llevándolos hacia la cocina del lugar. El era un ser muy caprichoso, pero al mismo tiempo muy curioso y si el cambiante le demostraba que era humano que merecía vivir, lo dejaría vivir, pero si se daba cuenta de que todo era como el siempre supo, que las bestias eso son, bestias, lo asesinaría sin piedad.

Le agradeció a la mujer cuando le dio dos bizcochos calientes con mermelada y volvió a entrar a la habitación mirando fijo al cambiante antes de dejarle con suavidad uno al lado del plato y el sentarse en el borde de la cama a comer su bizcocho mientras Loki se volvía a echar en el tapete ya dispuesto a dormir. El cazador miro a su alrededor, no habia donde dormir esa noche, frunció un poco el ceño.

-anda, hazme lugar-

Le ordeno tras limpiarse la boca y las manos, dormirían en la misma cama, que remedio, al menos sabía que si el cambiante intentaba algo el fácilmente podría eliminarlo, era más fuerte y más veloz que él, sin mencionar que mas hábil según habia notado el otro procedía de una familia demasiado noble o rica como para que el castaño supiera defenderse solo.

El cazador se quito las botas dejándolas bajo la cama y también se quito la camisa, quedando solamente con el pantalón gastado pero al estar lleno de la sangre del menor suspiro, no podía dormir así, avanzo a un pequeño armario y saco un par limpios, viejos y rotos pero limpios, y sin pudor alguno se cambio de pantalones ahí, rebelando sus piernas fuertes y largas pero que como el resto de su cuerpo, estaba cubierto de cicatrices en todos lados.

por **Louis J. Bouquet** Miér Abr 11, 2012 1:26 am

La expresión del chico, cambio por completo, incluso, palideció de golpe. Su mirada se desenfoco, moviéndose de un objeto a otro en la habitación. Lo miro como si esperase que aquello fuera un tipo de broma cruel o algo así. Aunque dudaba mucho tuviera sentido del humor aquel hombre, pero, bueno, uno nunca sabe, a lo mejor, en el fondo era… No, imposible… Pero, ¿acaso, no le había perdonado la vida, al menos, de momento? - Pero tu… ¿no querías…?- –Murmuro, asustado, callándose, ante aquella voz. Se dejo caer en la almohada, con pesadez, sosteniendo aun el recipiente con te. Estaba… devastado, si. ¿Cuánto seria “mucho tiempo” para el cazador? Para Jérémie, sonaban fácilmente, a semanas. El no quería que lo hiciera… ¿Por qué? Le había quedado claro, que el era menos que un animal, a sus ojos. Pensar en quedarse allí… encerrado… Tan lejos de su pequeña…
No iba a llorar, aunque su corazón doliera por aquellas palabras de quedarse allí. Confiaba, al menos, que el vampiro cumpliera con el cuidado de la niña, estaba, por el momento, solo.

Se acerco de nuevo el hombre aquel, y como antes, en el callejón, tomo su mentón. Las pupilas del otro, tenían un algo magnético, que lo hacían mirarlo sin rechistar. Ya fuera por el duro golpe de saber cautivo sin saber por cuanto tiempo, o por que lo ponía nervioso que lo tocara, se quedaba mas quieto que un niño en el colegio ante un regaño. Para aumentar esto ultimo, esta vez, no solo lo tomo de allí, si no que pudo notar sus manos en su rostro, en sus mejillas que tenían como defecto sonrojarse cuando comenzaba a sentirse nervioso o apenado. -Lo… lo entiendo…--murmuro, de nuevo con ese tono apesumbrado del que se sabe tan acorralado como un ratón. ¿Cómo iba a lograr tal cosa? Bueno, no sonaba tan complicado, pero… al mismo tiempo, estaba en blanco. Tenia que dar los pasos con tiento. Lo había dicho, de eso dependía, que muriera allí, sin que nadie lo supiera, o poder salir vivo, para ir con su pequeña y no salir de casa en un buen par de días.

Lo observo irse, y entonces, apuro su cena. Se enfriaba. Intento no ponerse a llorar como un niño, no quería que lo llamara de nuevo “llorón”, solo deseaba que el tiempo corriera, hasta estar recuperado, y… no, mejor hacer lo que el cazador le dijera. Si lo obedecía, como si fuera su amo, entonces, estaría complacido, y tal vez, lo dejara ir muy pronto. Eso era algo mas seguro, confiaba a medias en la palabra del hombre aquel. Cuando termino, intento dejar la charola en la mesita, pero al ver a Loki, se contuvo. No quería que pensara que estaba planeado escapar. Mejor esperar a que regresara el cazador.
Si, allí estaba. Traía algo mas, y dejo uno para el. Bueno, al menos, no lo iba a dejar morir de hambre. Lo tomo y lo mordisqueo; estaba tan bueno como la cena. ¿Qué le… que? -Eh….-dejo ir, antes de sostener el bizcocho entre sus dientes, y moverse con ambos brazos, si, era exagerado, pero aun sentía rara su pierna, con aquel vendaje, alguien como el, no estaba acostumbrado a esos malestares.

No le molestaba compartir la cama con otro chico, no, eso seria ponerse delicado y negar lo… pero no con uno diferente al que tenia en casa. Termino el bocadillo, mientras lo observaba alistarse para pasar la noche. Seguro que estaba cansado, aunque no se le veía mucho, quizás, por que para Louis, ese hombre alto y tan fuerte, parecía de verdad un roble. Mordió su labio inferior, al notarlo quitarse la camisa. Si, ahora sentiría su piel cerca de la suya, aunque el todavía llevara puesta la camisa, con alguna manchas de sangre y barro, pero no iba a quitársela. No, eso si que estaba lejos de pasar. No comprendió por que se levantaba, hasta que lo vio acercarse al armario. Y… y… Esta bien que trabajara en el teatro, y estuviera acostumbrado a ciertas situaciones… pero… Miro aquellas marcas en el cuerpo del cazador. Una vida dura y difícil, sin duda, seguro que todas se las había hecho en plena labor. -Me presentaste a Loki, pero… no recuerdo haber escuchado tu nombre -comento, si iban a pasar una temporada juntos, y debía demostrar ser humano, entonces, bien valdría la pena empezar. No todos los sobrenaturales, eran tan apacibles como el. Lo miro fijamente, apenas notando como su cara volvía a ponerse cual poema.

por **Siegfried Winter** Miér Abr 11, 2012 1:25 pm

Aquel cambiante era sin duda alguna bastante infantil, no estaba acostumbrado a la dura que realmente podía ser la vida y quizá tuviera que acostumbrarse rápidamente en el tiempo que pasara con el puesto que a pesar de ser amable en esos momentos el dejaría de serlo cuando salieran de cacería y en esos momentos el castaño tenía que ser fuerte o no sobreviviría. En fin, ahí sentado a un lado de la cama mientras se preparaban para dormir, la bestia tuvo el primer signo de humanidad.

-Mi nombre?... Siegfried Winter-

Respondió sin demasiado interés sin embargo algo que si le interesaba era saber el nombre del cambiante que tenía a su lado, no sabía si se lo diría, quizá tenia a otros como el que proteger y el dar su nombre seria una pista bastante fuerte si es que el cazador decidía que quería encontrarlos, aun así no le obligaría a decirlo aunque le dejaría saber su interés por conocerlo de todas formas.

-puedes decirme tu nombre si quieres-

Le murmuro mientras alzaba las mantas y se metía debajo de estas, no habia chimenea en las habitaciones, solamente en la sala de aquel hostal, entonces con la noche ya enfriando la habitación se volvía bastante helada. El mayor se acomodo bajo las mantas y cerrando los ojos dejo salir un enorme suspiro en donde parecía dejar ir toda la tensión acumulada durante el día y relajaba sus músculos ya algo agarrotados. Loki no pasaría frio, el era un perro de invierno y en esos momentos se encontraba echado de costado feliz en su tapete.

-mañana no tengo nada que hacer así que nos levantaremos tarde, procura dejarme dormir-

Soltó un pequeño gruñido mientras se acurrucaba en las mantas de costado, con la cara hacia el menor pero con los ojos cerrados ya, casi dormido, habia sido un día largo después de muchas noches sin sueño y es que la noche siempre sería la mejor hora para ir de cacería, aunque acababa de llegar a Paris ya se habia deshecho de dos criaturas, se preguntaba por qué la bella bestia que tenía delante habia sido diferente. En fin, de momento solamente deseaba dormir.

por **Louis J. Bouquet** Miér Abr 11, 2012 2:04 pm

Aguardo, paciente, hasta escuchar el nombre del hombre, bueno, al menos, ahora, ya no era tan desconocido para el, al menos, ya sabia como nombrarle, de cierta forma. No podia agregar, “es un gusto conocerle”, pues no estaban tomando el te, charlando tras un encuentro casual tranquilo. No, para nada. Era bastante frío en su forma de responder, de moverse. Como si el solo fuera objeto decorativo bonito y nada más. Rasco detrás de su oreja, pensativo. No le estaba obligando a el a decirle su nombre, pero… bueno, no sabia si el cazador lo llamaría por este, o simplemente le seguiría diciendo “bestia”. Mientras notaba el peso ceder por que el cuerpo del otro, se colocaba junto al suyo, no con menos timidez, susurro -Me llamo Louis- Suponía que la familia de su padre aun vivía por allí, y estaba la misma Halima, -el vampiro no le preocupaba, era veloz, y podía defenderse- ya tenia suficiente con que el perro reconociera su olor. Estaba atado en ese sentido.

Acomodado sobre el costado sano, dejaba la pierna herida arriba, no era tan tonto. Esperaba que el otro le diera la espalda, no le molestaba, incluso, lo rogaba a los dioses, pero no. Parecía que estos le daban la espalda esa noche. Se veía menos fiero, eso si, ya de mas cerca sin Loki delante. - Como ordene, monsieur Winter- - Sumiso, si, siempre. ¿Levantarse tarde? No protesto, aunque el era dado a levantarse sumamente temprano, cuando uno tiene niños, y tiene que ser prácticamente madre y padre para un pequeño ente de cabellos rubios con energía siempre al tope, sumado a sus poderes, es un hecho, estar despierto mucho antes de la salida del sol. Su cuerpo estaba acostumbrado, aunque, bueno, esperaba que con las emociones y todo lo ocurrido, el cansancio lo venciera y lo dejara allí tumbado hasta tarde, como esperaba el cazador. Eso, suponiendo, claro, que fuera capaz de dormir.

Notaba la respiración del otro, y podía verlo aun en medio de la oscuridad, de aquellos mechones propios que caían sobre su cabello y mejilla. Tenía los brazos pegados al cuerpo, evitando cualquier roce, lo más que pudiera. El otro parecía comenzar a dormirse. Al menos, así, no podía hacerle nada. El también necesita descansar, tener energía para lo que fuera que el otro lo quería retener allí. Hacia frío, y extrañaba su cama, y que lo abrazara el vampiro, arrullándolo, como cada noche, pues este, lógicamente, dormía de día.… No era ni buena idea mandar algún tipo de nota, podía seguirla. Se permitió cerrar los ojos, para conciliar el sueño.

No supo en que momento se quedo profundamente dormido. Pero los sueños asaltaron su mente, no dulces y tranquilos, no. Loki aumentado a varios metros era una constante. Frío y más frío. Y todas las pesadillas que creía olvidadas. No podía soportarlo, se removió en sueños. Sus piernas se estaban congelando como si se hubiera atrevido a cruzar algún tipo de lago congelado. Había algo calido cerca. Aun en sueños, podía notarlo, pero ya no estaba en uso racional de sus pensamientos, tenía una necesidad de protegerse del frío. Y como cualquier persona, busco como solucionarla; fácil, pegarse a ese cuerpo que tenia cerca.

por **Siegfried Winter** Jue Abr 12, 2012 12:46 am

Alcanzo a escuchar el nombre del cambiante, un simple nombre de pila, bueno, de cierta forma lo entendía después de todo si quería el mismo podía ser su asesino y el de cualquiera que tuviera parentesco con él, no le parecía del todo descabellado que estuviera solamente dándole su primer sobre. Uno bello, por cierto. Se notaba que era de Paris y siempre lo habia sido o al menos eso pensaba, el nombre si no mal recordaba era Francés, bueno, daba igual. La forma en la que lo llamo señor Winter no le gusto, el otro tampoco era su esclavo y ya hablarían de eso por la mañana, de momento lo dejo pasar.

Hacia un buen rato que no dormía bien, que no se tomaba el tiempo de dejar descansar a su cuerpo como merecía y como ya le estaba haciendo mucha falta así que se quedo dormido rápidamente. Su único problema es que, como buen cazador, tenía el sueño muy ligero. Cualquier ruido lograba despertarlo y mucho más lo haría entonces la forma en la que el castaño se movía en la cama. Abrió los ojos levemente, sin moverse, solamente mirando a los ojos cerrados del menor, mirando sus expresiones al soñar. Era más que obvio el hecho de que estaba teniendo una pesadilla por lo que simplemente dejo que se acercara a él, una vez cerca noto que además de la pesadilla estaba bastante frio.

Le causo cierta gracia ver como el menor se esforzaba tanto en estar acurrucado a su lado, solamente habia visto esos reflejos en los niños pequeños pero no es que le molestara. Con suavidad envolvió aquel cuerpo entre sus brazos cálidos, como se notaba que era un hombre que no estaba acostumbrado a pasar frio o a el esfuerzo físico, eso era algo que dejaba ver como agua clara. Se preguntaría si resistiría su estilo de vida. Mirándolo mientras este seguía dormido y la noche seguía afuera de su ventana supo que no sería demasiado duro con él. No porque no pudiera, si no porque no quería, la razón del no querer era algo que en realidad no quería saber tampoco.

Cerro nuevamente los ojos y se dispuso a dormir lo que quedaba de la noche y bastante más tiempo de la mañana, el podría dormir todo el día si quisiera, era una persona que disfrutaba de dormir más que de cualquier cosa pero por la tarde habia cosas que hacer así que no podría permitirse tal lujo, sin mencionar que cuando menciono levantarse tarde pudo ver en el rostro del hombre contra su pecho y entre sus brazos algo de inseguridad, quizá acostumbraba levantarse temprano.

Para cuando el cazador volvió a abrir los ojos el sol ya tenía mucho de haber salido, no estaba seguro de que hora era pero seguramente no era tan tarde ya que el astro aun no alcanzaba lo más alto del cielo. Seguía con sus brazos alrededor del menudo cuerpo del cambiante y soltando un bostezo profundo volvió a cerrar los ojos. Aquella era una mañana fría y le apetecía quedarse un rato más en la cama, bajo la calidez de la cama y aquel cuerpo, si, era bastante pacifico.

por **Louis J. Bouquet** Jue Abr 12, 2012 1:40 am

Nieve. Un extenso paisaje de color centellante, pulcro, que congelaba sus mejillas, las hacia arder. Por alguna extraña razón, encontraba ese fenómeno, atrayente, era su estación favorita del año, aun a pesar de la gran cantidad de malos recuerdos que esta le traía. Sentir sus dedos adormecidos por el frío, era como abrir ese cajón y asomar, solo, para saber que seguían allí, dándole fuerza. El campo era hermoso, y era de ensueño avanzar, abriendo un camino. Lo era, hasta que se mancillo con el rojo escarlata de su propia sangre. Miro sus manos. ¿Qué había sucedido? Estaba solo, no valía gritar hasta quedarse con un fantasma de voz. Los sueños, suelen ser una mezcla de la realidad de sucesos pasados, con deseos o miedos ocultos en nuestros corazones. Por eso, algunos pueden recordarlo, tan vivido, u olvidarlo apenas asoma el sol. Una melodía sobrecogedora, y una respiración que le hacia imaginarse lo peor. ¿Se pegaban ya a su frente los cabellos por el sudor frío de la incertidumbre, el temor a lo que no conoces o puedes explicar? Corre, pequeño minino, corre. El aire se hace denso, y el dolor agudo. Corre. Aléjate del hielo.

Poco a poco, este empezó a remitir, se mantuvo allí, sin saberlo, cerca del cuerpo del otro, aunque en un principio, cuando aun estaba despierto, apenas y quería rozarlo. Si, lo sabia, tenia arranques peculiares, afeminados, dijo alguien una vez. Jérémie, para cualquier persona que no le apuntara con un arma a la primera y si le tratara como la persona que era desde un principio, solía resultar, basado en muchas experiencias, tan tierno como un chiquillo. Un niño atrapado en el cuerpo de un hombre, dijo el pintor que una vez lo encontró. Su cuerpo comenzó a absorber, entonces, el calor corporal del otro, normalizándose, y haciéndolo dejar de temblar. Las nubes grises de los sueños, comenzaron a disiparse un poco.

Algo mas alegre, le acompaño hasta el final del sueño de aquella noche. Contrario a lo que estaba acostumbrado, durmió un poco mas, el cazador le había curado bien, y apenas recordaba aquello. Claro que sentía aun como un leve pinchazo… Antes de abrir los ojos, se quedo helado. ¿Qué… que era aquello rodeando su cuerpo? Solo había una posibilidad. Un nudo se hizo al momento en su garganta. ¿Cómo había sucedido aquello? No se despego, incluso, hizo como si siguiera dormido. Estaba calido, y eso a los gatitos les gusta… pero… ¿¡Por que estaba tan cerca a ese torso bien formado por el trabajo duro!? Se sintió apenadísimo. Lo mejor seria moverse rápido… Si, alejarse a toda velocidad, y poner al menos un par de centímetros –esperaba metros, pero no corría con tanta suerte- de distancia entre ambos, fue su primer pensamiento.

Aunque, el cazador había dicho que deseaba dormir hasta tarde. Mejor seria quedarse allí tumbado, abrazado por el, hasta que Siegfried diera el primer movimiento. ¿Lo había abrazado, consciente de lo que hacia? ¿Y si lo había confundido con Loki por un momento? No imaginaba una razón para que el otro de un momento a otro, se portara… así con el. Era casi como un gesto… tierno. Estaba haciéndose un lío con los posibles y lo demás. Necesitaba…. El calor corporal del otro lo ponía nervioso.
Abrió los ojos lentamente, con una expresión de precaución y timidez. Un nudo se formo en su garganta. Lo primero que vio, fue, como no, la piel del cazador. Intento pasar aquel nudo, pero no lo consiguió. Así que resignado a quedarse allí un rato mas, se permitió un ligero suspiro. ¿Loki estaría ya despierto?

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