Las máscaras duran lo que uno quiere

Edad: 20 años
Especie: Humano / Brujo
Tipo, Clase Social o Cargo: Clase Alta
Orientación Sexual: Heterosexual, aunque siempre experimenta.
Lugar de Origen: Bourges, Francia.
Habilidad/Poder:
• Hechicería
• Premonición
• Reminiscencia

Spoiler:

Bastante amable en apariencias, goza de muy buena dicción al momento de expresarse y cree que para comunicarse no hay necesidad de llegar a ningún tipo de violencia. Es capaz de ganarse a la gente con la que interactúa, los terceros ven a Douphine como una persona cándida, de buenos modales, noble y bastante inocente. Una víctima más de la sociedad malversada y en épocas de oscuridad. En resumen, una fina señorita que vive, se mantiene sola y que necesita ser protegida.

Y eso, sólo en apariencias.

Es un misterio su verdadera personalidad, nunca nadie llegó a conocerla verdaderamente; y es que para los demás es tal como la hemos descrito anteriormente. Dentro de su corazón se encuentra un hoyo negro que llena cada que puede con sus constantes manipulaciones. Utiliza sus poderes para dominar a los seres sobrenaturales que la rodean (y a todo aquel humano o no humano que se le antoje) y, de hecho, ha llegado a tener por esclavo a un licántropo.

Para ella sólo existe un Dios, aquel que le otorga sus poderes. Se ve a sí misma como una sacerdotisa protectora del bien, aunque llegados a este punto su transtorno ya no le permite diferencia entre la luz y la oscuridad. Es observadora, analítica, misteriosa y autocrítica. Los favores y actos de buena fe que hace para con los demás, siempre llevará un precio consigo aunque ellos no lo sepan.

Por lo general, no es violenta, pero cuando se enoja, altera o pone nerviosa, sería mejor que nadie estuviera a su alrededor, nunca se sabe lo que podría pasar. Lleva en su sangre el poder de varias generaciones y ancestros antiquísimos, que es capaz de provocar una guerra o mucho peor, si así lo quisiera.


Nacida en 1780, en un país con una economía que no avanzaba. Su familia era ostentosa y acomodada. Se cree que eran descendientes directos del monarca antecesor y debido a un conflicto de intereses fueron expulsados de la familia Real. Hija única, creció con lujos y caprichos hasta la adolescencia, que fue el momento en que sus poderes se manifestaron.

Nunca se supo de dónde los había adquirido, siempre se creyó que podría tratarse de un linaje perdido por generaciones. De hecho, sus padres siempre se habían jactado de haber tenido antepasados egipcios y guardaban una fotografía de una bella mujer de cabellos dorados, muy parecida a Douphine, cuyo pie de foto recitaba: Kadriya, una importante sacerdotisa, y bruja, del antiguo Imperio Egipcio.

Era muy amada por su padre, él hacía todo lo que ella quería aún cuando su voluntad no fuese esa. Su madre siempre desconfiaba delo que hacía cuando sus ojos no la vigilaban; sin embargo, eso no fue suficiente para evitar la tragedia que llevó a una familia vecina a ser quemada viva por un impulso maníaco de la joven principiante. Los Belikov, una antigua familia inmigrante de clase baja llegada a Francia desde Rusia, habían visto crecer a la muchacha bajo mucha protección. Ellos poseían cinco hijos, el menor de ellos se había enamorado perdidamente de Douphine, llegando incluso a sugerirle que se escaparan juntos, ya que los señores Marchant no permitirían jamás que una elegante joven contrajera matrimonio con un pobre hombre.

Douphine, que no tenía interés alguno en huír con el muchacho, le cerró la puerta en la cara y, ante las insistencias del chico, amenazó con cortarle la garganta si continuaba con las proposiciones. Él no se inmutó ante los avisos, y una noche de tormenta, Douphine aprovechó los relámpagos para provocar una explosión en la casa del terreno vecino; haciendo así que los Belikov conocieron la muerte de una manera bastante trágica. Aunque nunca llegaron a encontrar los cuerpos, supusieron que todos se hicieron ceniza debido al fuego.

Días después, y no soportando más la culpa, el padre de Douphine se suicidó ahorcado; de este último hecho no se tiene seguridad si fue por decisión propia u obligado por su hija, ya que ésta tampoco recuerda haberle mandado hacer nada, pero sí la tenía bastante harta. Su madre, temerosa, la echó. Douphine tomó sus pertenencias y el dinero que su madre le dio aquel día y salió al mundo a vivir por su cuenta.

Se instaló en París en un lujoso departamento, conoció allí a una curiosa criatura, un licántropo y se enamoró de él. Sin embargo, sufrió la misma crueldad que ella aplicó con el joven Belikov, el licántropo no quería saber nada con ella. Douphine, que había ambientado su lugar de vivienda para sus prácticas ocultas, hizo un brebaje que hizo que la criatura le obedeciese y le rindiese honor. Para sus vecinos y conocidos, el chico era un pretendiente de la joven.

Pronto se dio cuenta de que no era verdadero amor el que vivía y, transtornada, liberó a su falso amante y volvió a la vida de aparente virginidad. Las familias de renombre siempre están cuidando de ella, y su madre aún le envía dinero para que pueda seguir manteniéndose.



• Kadriya sería la tatara-tatara-tatara-tatara-tatara-tatara, etc, abuela de Douphine.
• Este antepasado habría trabajado en su tiempo de vida con un vampiro.
• Douphine tiene un amuleto que fue creado con un poderoso hechizo, y que la protege contra otros seres sobre naturales. El amuleto no es efectivo contra daños físicos, pero al menos sí lo es con los mentales.
• Le gusta cantar. Su voz se siente como el repiqueteo de las gotas en la ventana, causando nostalgia a quien la escuche. Sin embargo, para los vampiros es bastante dañina, hace que sus tímpanos quieran explotar.