Odell A. Osborne

Cuando se conoce a una persona, lo que uno quiere saber o las razones de querer conocerla, es seguro que lleva hasta la personalidad de uno mismo. Pues bien, Odell no es la chica que uno se pueda imaginar ante simple vista. No o si. Si, es simpática; sabe cómo tratar a las personas. Siempre se ha dicho a si misma que el mundo trata a las personas como las personas trata al mundo o algo así. Así que se rige por la creencia de tratar a las personas como la tratan a ella. Y no es que sea egoísta, no lo es. Es tan simple como no dejar que se aprovechen de ella. Porque no es tonta, no, solo ilusa. Que se cree cada cuento que circula por los alrededores. Y al ser una chica de costumbres de clase media, siempre es humilde. No presume cosas que no tiene, ni tampoco se deja vencer por los demás. Se puede decir que es fuerte, como persona. Que nadie puede con ella y sus sentimientos, pero eso sería una gran mentira. Es de las personas más sensibles que puedas llegar a conocer, aunque eso sí, se cuida de no caer en los encantos de cualquiera. No es de las personas que va ayudando a cualquiera que se encuentre en la calle, no. Hace su trabajo, llegando a caracterizarse por una persona realmente responsable, algo atolondrada, pero siempre da lo mejor de sí. Si, es torpe y algo cabezota, puede tropezarse con sus propios píes, cuando está distraída, pero de ahí en fuera, es una perfecta ayudante. Siempre eficiente y ágil con lo que sea que tenga que hacer.

Lucha por los suyos, puede dar el alma por las personas que de verdad quiere. Siempre quiere conseguir lo que quiere, pero no pisando a los demás, no. Hará las cosas desde el principio y así tenga que entregar la vida, siempre se guiara por las buenas costumbres y leyes que se hayan implantado en donde sea que este. Es respetuosa con las personas que lo tiene que ser.

Odell, es la chica más sincera que puedas encontrar en estos tiempos. Puede que al principio baje la mirada y se abstenga de comentar, pero enseguida de que todos han hablado, se escucha su voz, por sobre las demás. Entregando sus pensamientos. Puede que salga corriendo de la vergüenza, puede que no, pero siempre sostendrá sus ideales con sangre. Sigilosa, cautelosa, se cuida de las personas, del mundo, de los hechos de la naturaleza, por lo que escoge muy bien a los acompañantes de su vida, a las personas que tienen la prudencia de poder pasas por las puertas de su corazón, alejándose de los malos pasos y eligiendo el camino blanco y puro. Su primera cara o impresión, es de la chica frágil, inocente que depende los pensamientos de los demás, pero la realidad, es que siempre pasa de lo que pueden llegar a pensar de hecho, la verdad, es que de vez en cuando pasa de los comentarios que no le interesa, por lo que se debe tener una buena temática para hablar con ella. Suele ser amable y dichosa de una buena compañía, delicada con el trato hacía los demás, siempre basándose del mejor postor, pero a la vez, mirando la ética y moralidad, puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga, tú eliges. Nada materialista, se guía por los sentimientos, por la calidad de persona, por los momentos impregnados en la piel de los susodichos, por las fotografías guardadas en el álbum de recuerdos. Ama con locura y pasión, aunque lo oculta con la máscara de frialdad que se puede poner por un principio, es solo una barrera, un elevador que toda persona debe de tomar antes de subir por completo al barco que lleva a su corazón. Cuidadosa de lo que pasa a su alrededor, muy observadora e intenta que no se le pase nada, pero como siempre, hay mejores oficialistas en el secreto de la mentira, ella lo sabe, y hará lo que sea por sacarlos a la luz. Ama la justicia y la independencia, dos características que debes de tener en cuenta, sin ella, estás perdido a su lado, mejor alejarse que intentar algo que no se va a lograr.

Además de las cosas buenas que la pueden rodear, como su agradable sonrisa, la energía que proyecta a simple vista y la dulzura que traspasa.

Está el problema que ha tenido desde pequeña. Odell es una chica paciente, siempre lo ha sido, es muy difícil que la hagan enfadar, y eso tiene una razón. Se puede definir como una doble personalidad, pero nunca se ha preocupado por ello. Será porque nunca recuerda lo que hace cuando sale de control. Y es que, es una persona totalmente diferente. Se vuelve egoísta, posesiva del mundo. Porque eso cree que es cuando se altera de tal forma. Todo suyo y no puede tocar más allá de lo que ella marca con su nombre. Sale de sus casillas por completo. Se vuelve una serpiente en caza de su presa. Su lengua es filosa y te mata con las palabras que pueda llegar a decir. No le importa lo que piensen de ella en esos momentos. Se vuelve seductora y complaciente, nunca sin llegar a puntos de perder la dignidad. Aterradora y ambiciosa, como si viviera otra vida. Es la niebla, las nubes que tocan las montañas en épocas de bajas temperaturas, el frio que proporciona el agua de la brisa y le nieve que cubre los caminos, es helada como un glaciar y mentirosa como un iceberg, esconde la mayoría de las cosas bajo la capa de inocencia y humildad, si es que la tiene. Porque su ego es una pesadilla, no debería de existir. no en momentos de guerra y destrucción, ya que es lo que puede salvar a un bando y aplastar a otro.

Utiliza todo lo que hay a su alrededor, cada una de las cosas que la rodean se vuelven parte de su juego, si no sirve algo, lo desecha, porque no cargara con cosas que no le valen la pena o le ayudan a la supervivencia. Inesperada, tal como una tormenta en un vaso de agua, puesto que nunca te das cuenta si será posible, pero de que lo es, lo es, porque ella hace posible cualquiera cosa que desee, es caprichosa y no descansa hasta saciar cada uno de sus deseos. Se vuelve agresiva, avienta cosas por los pasillos, hace a un lado a las personas que la molestan. Y si llega a tal punto del deseo de matar, regresa a la normalidad. Inconsciente, son saber lo que ha pasado, haciendo preguntas. Y mirando el cuchillo que se posa en su mano.

Y es verdad. Puede que ya la hayan querido mandar a un manicomio, pero siempre se ha cuidado. Porque cuando sabe que se van a dar cuenta de lo que pasa con su personalidad, huye, desaparecer por un tiempo. Y se esconde, siempre intentando estar bajo el control de su normalidad, de la chica que es buena y está en el lado puro. No del lado negro que oscurece su vida y pensamientos.

Gustos:
El agua en todos sus estados, es una sustancia pura, y ella lo toma como un recurso que está en todos lados, en las lágrimas, en las gotas de lluvia, en el aire…
El chocolate, es su perdición, más si es helado, o amargo. La transporta al mundo de placeres.
Los baños largos y vaporosos, su forma de salir del mundo y de lo que conellva estos días.
Gustos II:
Gusta de las cosas sencillas, pero sobre todo, puede gustar de las extravagancias que puede ofrecer la vida, materiales o no materiales. El invierno y el verano es la libertad que anhela cada día. El chocolate y cualquiera dulce existente sobre el planeta. El dolor ajeno y el sufrimiento exterior. El poder y la victoria son sus mayores placeres de la vida. La fortaleza de cualquier persona que intente ponerse sobre ella, porque la sorprenden. Gusta del agua, fresca y reconfortante. De la luz de las velas y los días oscuros.
Sus gustos, son tan variantes como el clima de esos tiempos.

Disgustos:
Las mentiras, su vida a estado regida por la realidad, así que si descubre algo como esto, se perderá lo que se había creado.
Las zarzamoras, las odia con toda su vida, el sabor y el color morado.
El encubrimiento y traición es una extralimitación de la vida.
Hipocresía prefiere que le digan las cosas a la cara sin miedo.
Disgustos II:
Que la hagan esperar, gastar el tiempo que puede invertir en cualquiera otra actividad. Odia las flores, simplemente sabe que se marchitaran en un algún momento. La primavera, demasiada luz para ella, el sol, mejor que desapareciera. No le gusta planear las cosas, es como tratar de ver a futuro. –no significa que no lo haga- la presión y sobre todo que intenten meterse demasiado en su vida –prefiere mantener el anonimato-. No le gusta que la miren demasiado, pues se siente acosada, así que al final, no gusta de mucha compañía. No gusta de los cotilleos y mucho menos si tratan sobre ella.

Miedos/Fobias:
La oscuridad, la odia, por lo que siempre debe de dormir con las cortinas abiertas o algo de luz fuera del cuarto.
Y en lo general, suele ser valiente para todo lo que le rodea.
-Claustrofobia, no puede estar en un lugar tan cerrado porque se pone ansiosa, se le corta la respiración y piensa incoherencias, se altera y se exalta.

Manias:
Muerde su labio inferior cuando se quiere callar algo.
Juega con sus manos cuando se pone nerviosa.

Enfermedades:
Hemofilia: Trastorno de la sangre, heredado de la familia materna. Consiste en que las heridas no coagulan al tiempo necesario, si no que tarda más de lo normal en cerrase, por lo que causa más pérdida de sangre. Y si es una herida grave, tiene más riesgos de morir desangrada, que una persona sana.

Su historia se remosta desde los años de 1778. El nacimiento, en los años en que la nación de Francia hacía un tratado con los Estados Unidos de América, para así obtener la independencia contra los británicos. Y es que, además de todos los acontecimientos históricos de esos años, no debería haber nada más importante. Podemos hablar de las guerras que siguieron o de la muerte de François Marie Arouet, de cada una de las ideas de la Ilustración que nos otorgo, pero no de la vida de una simple campesina como Odelle Osborne. Que nace de una familia proveniente de las orillas del Océano Atlántico. Pero eso es lo que se va a hacer, porque es su historia y nada más.

Así es, la familia Osborne, que se compone de un padre de familia, una madre y tres hijos fallecidos y una sobreviviente. Es una familia sencilla, que vive de la pesca. Y no hay nada más que eso. Tan solo la historia de cómo se hicieron fuertes. Porque Sr.Thomas, no era más que un plebeyo que se había casado con la hija de una bruja, o eso es lo que dicen. Pero los hijos no eligen a los padres. Pues bien.

1774- La chica tan solo cumplía sus 16 años. La sociedad se componía de tratos, de costumbres. De leyes que había que seguir por los pensamientos de todo el mundo. Apenas entraban a una independencia. Un país nuevo, casi. Y habitantes que no podían huir de lo que sea que se avecinara. Habían casado a Constance, a los 16 años. Por pura desesperación, por el poco dinero que les daba a cambio un campesino de los mares. Thomas Osborne y la nueva señora Constance, se habían casado a una temprana edad. Además de comenzar una vida juntos. Lo primero que se quería hacer, era salir del hoyo en el que estaban, porque no tenían nada. Más que un techo y poca comida. Se puede decir que sufrían por ello, pero no lo hacían. ¿Y para que quería el tal Osborne una esposa? Si ni siquiera se podía mantener vivo a sí mismo. Se cuenta esa sencilla historia, algo que ya no se creía de verdad. Ella era hija de una gitana, él era huérfano. Se habían enamorado. O eso se dice. Porque son pocos los enamoramientos que se vuelven un matrimonio. La mayoría no eran más que arreglos. Esto, no lo había sido. Solo la parte en que Thomas tuvo que pagar a la madre de Constance para que la dejara ir con él. ¿Y qué iban a hacer después?. La noche de su boda, huyeron. Lejos de las miradas, lejos de los que conocían. Por toda la orilla del mar. El camino fue largo y malo, pero no tan malo como el asentamiento en la parte más pobre de Paris. Iban a hacer fortuna, o es lo que decían.

1776- Dos años trabajando como sirvientes, ambos. Dos años en que tuvieron que partirse la espalda para poder tener una economía más o menos normal, economía que los ayudaba a tener un techo propio, pequeño, pero propio. Comida fresca en la mesa y una buena salud. Eran normales, nunca nadie los había buscado. Y es que no hubiesen hecho cosas malas, no, nunca en la vida, pero si habían sido medio fugitivos en cuanto a las autoridades de los pueblos en lo que habían parado cuando iban camino a Paris. Y tuvo un hijo, tan pequeño. Con gloriosos ojos azules, pero no sobrevivió, murió dos días después. La tristeza se quedaba en Constance, y ella tan joven, quería ser madre. Era el sueño de cada niña de estos tiempos.

1778-Ya habían pasado dos años desde la muerte de su primer hijo, luego otro año de la muerte de sus gemelos. Y no dejaba de intentarlo. Puede que estuviera maldecida por su familia que abandono en Bordeaux, puede que tuviera la maldición de alguien más. Pero eran solo meros pensamientos. Y Constance ya tiene el trauma de no poder quedarse con ningún hijo vivo. A tal punto, de abandonar a la bebe que nace en 1778 en la calle. A un lado de una casa de clase media. Y aquí, es donde termina la historia de sus verdaderos padres, que luego regresarían a Bordeaux y abandonarían a la pequeña.

Tal vez había tenido suerte, quizás era más encantadora de lo que alguien pudiera imaginar. Pero había sido rescatada del frío por unas manos que ya habían tenido una larga vida. Desde pequeña vive con sus abuelos, o así les llama. Porque pronto le dirían que la habían adoptado, o algo así. Eran dos personas que ya le pegaban a los años sesentas, ya eran personas que habían tenido una vida. Los Obberwright. Pero es que, nunca le quisieron quitar el apellido que iba escrito en un pedazo de tela sucio. No quisieron quitarle las raíces del nacimiento, tal vez aún tenían la esperanza de que alguien la iba a reclamar. Pero no. Nunca fue así. Pero solo era un apellido el que iba escrito, solo eso. Ellos le asignaron el primer nombre a la bebe que había aparecido con pulmonía por la mañana, a lado de la puerta. Era una familia pequeña. Un joven, casi de 22 años, el señor padre y la señora madre. De clase media, nada de ricachones. Pero algo, era algo.

Nunca fue al colegio, pues no se lo podían permitir, quizás unas cuantas clases de modales. Pero eso ya era la costumbre. Las niñas debían estar bien educadas, respetar a los hombres y las palabras. Quizás tenía unos 10 años cuando tuvo su primer ataque de doble personalidad. Pero ella no lo recuerda, nadie lo sabe. Más que la vecina que fue bajo los insultos contra la madre de Odell. ¿Qué había hecho? Había matado al gato, pero eso, nadie más lo sabe. El vestido con sangre había desaparecido por arte de magia. Y solo estaba la pequeña niña de cabello pelirrojo, ojos grandes y cafés. Pero no era posible que ella haya hecho algo malo. Era adorable.

Y cuando cumplía los 16 años, fue que lo perdió todo. Solo había sido una mirada furtiva, perdida. No puedo evitar sentir algo cuando miraba los vestidos caros de las jóvenes de clase alta, quizás fue la envidia que la saco de sí. Y el único que sabe de esa vez, es su hermano mayor. Sabe que casi pierde la virginidad a consecuencia de querer conseguir aquel vestido de grandes bordados y elegantes cascadas. La había encontrado en un callejón, con el mejor amigo. Nunca se lo volvió a perdonar, y mucho menos a Odell. Que pretendía ensuciarse. Así se veía. Samuel, el hermanastro, hablo con ella, y le explico lo que había olvidado. Un suceso de entrega y nada de recato. De ahí, que ambos intentaban solucionar las cosas. Pero los sucesos se hicieron un poco más constantes de lo normal, a tal punto en que Odell comenzaba a darse cuenta de sus pérdidas de memoria.

Comenzó a trabajar como camarera en el Hotel Des Arenes, puesto que si se lo ponía a pensar, estaba sola en el mundo. Solo tenía a esas personas que habían cuidado de ella, puede que sean su familia, pero no se sangre. Puede que les deba cosas materiales y emocionales. Pero más lo hacía para permanecer lejos de casa e intentar vivir sola. Sin tener que preocuparse por querer matarlos en un ataque de su otra personalidad. En tiempos de oscuridad, puede hablar consigo misma, con sus dos personalidades, bajo control. Pero solo por unos minutos, así que lo oculta de las demás personas.

Ella es Odell Ava Osborne, tiene 22 años, casi pierde lo más preciado de los años de 1800, trabaja como camarera en el Hotel Des Arenes, tiene dos personalidades. Intenta encontrase una cura.