Logan Wesley

-Nombre del Personaje: Ángel González, aunque actualmente usurpa otra identidad y se hace llamar Logan Wesley.

-Edad: 40 años

-Especie: Humano común sin poder alguno

-Facción a la que pertenece: No posee facción

-Tipo, Clase Social o Cargo: Media, extranjero con un negocio de funerarias recién abierto.

-Orientación Sexual: Heterosexual, realiza hace algunas excepciones

-Lugar de Origen: España

-Habilidad/Poder: Ninguna

-Descripción Física:

Imponente, se podría definir de esa forma a su aspecto que parece tallado en una roca maciza. Posee una estatura similar a la de un coloso, ya que alcanza el asombroso tamaño de los 2 metros de altura, algo escasamente común en la época en la que vivió, y poseé unas manos enormes perfectas para empuñar una espada.

Sus poderosos ojos verdes parecen perforarte y sacarte el aire, según todo aquel que ha llegado a estar frente a frente en una conversación que podría calificarse de distinguida. Sus labios son algo finos, encajados en una boca masculina y con un mentón proporcional. Tiene una frente amplia, sin ser excesivamente ancha dándole a su rostro una forma angulosa.

Tiene una melena larga, negra y algo salvaje que le da un aspecto de guerrero a pesar de enfundarse en camisas y trajes oscuros necesarios para su profesión. No posee olor corporal, salvo el de la muerte que le rodea, y su pulcritud es casi una obsesión.


-Descripción Psicológica:

Su sarcasmo puede hacer llorar mientras él se jacta. Sus ojos verdes son expresivos, pero no así su rostro de apariencia seria. Tiene un poder magnético hacia todos aquellos que caen a su alrededor, como si fueran moscas, y terminan amándolo por su forma de ser silenciosa y meticulosa. Se podría calificar como un demonio con elegancia y clase tanto dentro como fuera de los negocios.

Si tienes que hacer las cosas, hazlas bien. Destruye todo a su paso sin dejar títere con cabeza. Tiene una forma impecable de actuar, no deja a nadie vivo y no suele mancharse de sangre. Sabe matar de tantas formas retorcidas que cada día las mejora, medita antes de ponerlas en práctica.

Detesta que le toquen si él no ha dado su permiso, ya sea con gestos o palabras.

No se fía de nada ni de nadie, jamás ha confiado sus más crueles secretos. Él mismo se ha encargado de silenciar a todo aquel que ha osado levantar injurias contra él, injurias que no son más que testimonios verídicos de sus macabros planes y pasos por este mundo. Su lema personal es: “Si tienes que hacer algo hazlo tú mismo y no mandes a inútiles que no puedan apreciar el sabor de la muerte”.

-Historia:

El 25 de Octubre de 1760 Jorge III subía al trono de Inglaterra mientras él nacía a kilómetros de aquella tierra que consideraría parte de su territorio de caza. Nació en España en un pueblo pesquero que era punto de encuentro de barcos provenientes del Nuevo Mundo. Cádiz sería el lugar de nacimiento de este ser nauseabundo que deambuló por sus calles buscando el consuelo de una oportunidad que no llegaba.

Su madre tuvo un parto duro y a escondidas, pues era fruto de un juego de cama a espaldas de esposo, y el amante no era otro más que el cura que le ofrecía el cuerpo y sangre de cristo cada domingo. Sus ojos verdes eran el símbolo de este amor deshonesto, el cual lo condenó desde el momento de la concepción hasta el segundo antes de ser recogido por una monja en uno de los múltiples monasterios de la ciudad. Lo habían dejado en un pueblo ganadero cercano, Jerez de la Frontera, donde aún el pasado musulmán era presente en el trazado y aroma a especies de sus calles.

Fue acogido por un noble ganadero cuya esposa no podía concebir hijos, sin embargo pasados unos años tuvo el infortunio de verse relegado del amor de aquellos que veía como padres. Finalmente María Angustias, como así se llamaba la mujer que a sus tiernos cinco años llamaba madre, pudo concebir una criatura. Detestaba a su nuevo hermano, el cual le robaba cualquier instante de cariño. Por ello, una noche decidió acaba asfixiando al recién nacido con sus propias manos. Durante más de media hora apretó el frágil cuello del pequeño, el cual tenía los labios azules cuando su madre despertó encontrándose aquella dantesca escena.

El resultado fue el repudio de sus padres, el suicidio de María Angustias y una severa lección de correa por parte de Alfonso, aquel que siempre consideró el hombre que le dio la vida. Los días siguientes al infanticio estuvo encerrado en un pequeño calabozo de la casa señorial que poseían, pero una vez enterrados madre e hijo fue liberado y arrastrado hasta los terrenos de vid que poseía la familia. Allí recibió puñetazos, patadas, golpes con la correa y cuchilladas hasta que pensó Alfonso que aquella criatura infernal carecía ya de vida.

Sin embargo, aquel niño había nacido para generar el terror y no para morir en aquel mísero viñedo. Una pareja de campesinos lo encontraron y por obra de un milagro lograron curar sus heridas, sin embargo no lo tuvieron demasiado tiempo en su compañía y terminaron vendiéndoselo en el Puerto de Santa María a un joven noble. Este deseaba un muchacho para que le sirviera en un futuro. Quería un chico que pudiera aprender a leer y escribir, siéndole de esa forma útil en sus deberes como magistrado.

Viajó con con el joven extranjero hasta el mismísimo Londres. Allí aprendió un oficio como escriba, así como buenas maneras y apreció el cariño sensato de su jefe como atento subordinado. Sin embargo, su retorcida mente seguía tramando grotescas venganzas contra la humanidad. Se creía un elegido, un dotado por Dios y el Diablo. Su pequeña navaja, en un primer momento, comenzó a danzar por las calles más miserables de Londres, hasta finalmente alcanzar los barrios más elegantes y sofisticados. Pronto tramó distintas personalidades, así como historias a las que añadir a cada personaje con el cual se camuflaba entre sus próximas víctimas. Pecadores todos ellos como él que buscaban en la vida un sustento de felicidad, pero terminaban muertos yaciendo junto a él en cualquier callejón poco iluminado.

Poco antes de ser descubierto por su mentor, y gran amigo, trazo un plan para deshacerse de él y quedarse con su herencia. Pensó que nadie mejor que él para quedarse con todo lo que en vida ganó a su costa. Los restos de Logan Wesley jamás fueron hallados y él tomó su nombre, así como pasaporte, para marchar a Francia usurpando su personalidad e incluso ciertos rasgos físicos destacables, como su leve cojera o su sonrisa contagiosa.

Su destino fue Francia, concretamente París, allí pasaría desapercibido siendo el Logan Wesley que él deseara. Terminó adquiriendo una funeraria, la cual sólo es una tapadera de sus horribles crímenes. Muchas de sus víctimas terminan en sus cómodos ataúdes, todo un negocio redondo.

-Datos Extras:

Podría vender fuego en medio del infierno, es una persona muy carismática que siempre consigue encandilar a sus acompañantes.

Su frialdad puede llegar a ser chocante a la par que elegante, es una bestia sedienta de sangre pero sin lugar a dudas también es un hombre curtido en buenos modales.

Tiene cierta superstición sobre el color verde, pues le parece un color que va más allá de la simple fortuna.