Comprando la despenza (Sara)

por Invitado Miér Jul 07, 2010 7:05 pm

-Lo siento, señorita, pero mi gato no está en venta.- dijo la mujer con la que intentaba negociar.
-Ok... no quiere tres monedas de plata por su gato... bien, le doy una de oro.- dije yo desesperada por tener ese maldito animal en mis manos. No era común encontrar un gato negro con los ojos violetas. Ese gato, lo necesitaba, era un magnífico animal y lo único que me faltaba para estar completa. Los gatos ¿curiosas criaturas no? Muchos pueden decir que son animales normales, comunes y corrientes, pero siendo bruja y sabiendo lo que esos animalitos peludos podían ayudar, era básico tener uno.
Ya había comprado lo que me faltaba en mi alacena, y de repente ese gato se me había aparecido entre las piernas.
-¡¿Una moneda de oro por ese gato?! ¡Pero si lo únco que tiene de lindo son los ojos!-
-Exactamente señora, y es por eso que su gato es tan... atractivo para mi.-
la mujer me miró por dos segundos, luego a su gato. Lo tomó y me lo dió.
-De todas maneras tengo como otros tres que alimentar.- dijo y me quitó la moneda de oro que tenía en la mano.
Sonreí mirando al gato. No era un gato común y corriente, no. Este, podía sentirlo, era una persona transformada en animal por medio de un maleficio. Tal vez una bruja o una gitana. Ahora estaría a mi servicio. Que adorable.

por **Sara Ascarlani** Miér Jul 07, 2010 7:36 pm

Decidí acompañar a alguno de mis sirvientes para ir a comprar algunas cosas faltantes en la mansión. De paso buscaría algunas especias que necesito para hacer una de mis pomadas famosas, pero no confiaba en una bruja que pudiera darme algo de verdad bueno.
Iba en mi coche cuando ruidos extraños empezaron a sonar y el coche se movia y bajando su velocidad. Al parecer se quedó sin gasolina, estaba en la mitad del mercado ambulante.
Me acerqué al chofer a ver por qué el coche se detuvo y si había posibilidad de que avanzaramos, no había cosa que mas me enoje que la incompetencia.

-¿Está todo bien Signore Bonnet? Le pregunté un poco malhumorada.
-Si señora Ascarlani, solo se quedó sin gasolina el coche, espere unos minutos que estoy solucionando esto.
-Perfecto.. Susurré algo rabiosa, al parecer la incompetencia es apta para todas las edades.
-Señorita Ascarlani, disculpeme pero creo que se tiene que bajar del coche, van a venir a recogerlo, pero no será por mucho tiempo ya le consigo otro coche para emprender el camino y disculpe las molestias. Se colocó su sombrero en el pecho y me hizo una pequeña reverencia.
-Además de que se quedan sin gasolina, tengo que bajarme del coche y quedarme de pie esperando.. Balbuceando, mientras me arreglo el vestido y me abren la puerta.

Y Ahi estaba el mercado ambulante, lleno de gitanos, brujos, y algunos vampiros humildes trabajando, el sol estaba insoportable asi que abri mi paraguas y quise caminar.
-Señorita Ascarlani.... Lo interrumpi
-No se preocupe, solo daré una vuelta para refrescar mi mente.

Camino por varios puestos de comida, frutas carnes y algunas tiendas de hierbas pero nada interesante, a lo lejos veo una mujer alta y delgada, al parecer con un gato interesante, mi visión amplia lo pudo observar bien y tenia los ojos violeta, algo que nunca había visto. -Me encantan los gatos-
Caminaba acercandome hacia el gato y el voltea, se sale de los brazos de aquella mujer y camina hacia donde estoy, yo me detengo y veo que el gato se coloca en mis pies a ronronear y pasar su larga cola entre mis piernas.

por Invitado Miér Jul 07, 2010 7:49 pm

-Usted ha hecho el mejor trato de toda su vida, señora. Si me disculpa, me tengo que ir.- dije a la mujer e inmediatamente me di media vuelta para irme del mercado, ya no tenía absolutamente nada que hacer en ese lugar, así que no me quedaba mas que retirarme. Cuando menos lo esperé, mi felino sirviente saltó de mis manos y corrió hacia no una mujer de cabello negro que estaba a unos cuantos metros de mi.
"Estúpido sirviente..." pensé, pero inmediatamente me percaté por qué había corrido hacia aquella dama. "Después de todo no eres tan tonto."
Me acerqué con una sonrisa amplia. La mujer, he de ser honesta, poseía una belleza indescriptible: era mas o menos alta, de cabello negrísimo que caía en ondas por sus hombros vestidos de ricas telas; poseía unos ojos misteriosos que, a su vez, tenían un encanto místico; delgada pero con curvas y una piel blanca como la leche.
Parecía algo enojada y comprendí su sentimiento al ver que alguien se llevaba su coche, que al parecer, estaba averiado. Cuando estuve frente a la mujer, tomé el gato en mis brazos.

-Perdone la imprudencia de este animal. Al parecer, es algo impulsivo y no sabe distinguir entre una mujer común y corriente a la que estaría autorizado para acercarse, y una mujer de la aristocracia como lo es usted. Le ruego, me disculpe.-

Dije bajando la cabeza en señal de respeto.

por **Sara Ascarlani** Miér Jul 07, 2010 8:21 pm

Cierro mi paraguas, me lo coloco en mi antebrazo dejando que cuelgue, veo al felino de ojos violeta jugando con mis piernas, me causó un poco de ternura así que lo levanté, lo miré a los ojos fijamente, -este gato no es común- lo sobaba y el solo ronroneaba, pero no se apartaba de mi. A lo lejos escucho gritar al Signore Bonnet, el coche se estaba estremeciendo y haciendo ruidos extraños. No entiendo mucho de coches pero creo que le faltaba un poco de aceite.

Seguía con el ceño fruncido de solo recordar tal tonteria que hizo que me atrasara, soy una mujer ocupada pero lo hecho hecho está. De repente la mujer que estaba con el gato se acerca a mi sonriente y algo deslumbrada. Se acercó a mi y tomó el gato en sus brazos.
-Perdone la imprudencia de este animal. Al parecer, es algo impulsivo y no sabe distinguir entre una mujer común y corriente a la que estaría autorizado para acercarse, y una mujer de la aristocracia como lo es usted. Le ruego, me disculpe.-

Aquella mujer bajó su mentón, yo lo levanté y miré a su gato.
-Es un gato muy hermoso. Le comenté De los pocos que he visto y se nota que este es un felino.... muy especial. Pestañee y la mire fijamente sabiando que sabía a que me referia.
Debe cuidarlo mucho. Le sonrio.

Por su vestimenta y su olor a especies pude suponer que era una hechicera, justo lo que necesitaba para comprar mis hierbas y hacer mi pomada...
-Disculpe usted... Perdoneme lo directa pero si mis instintos no me fallan usted es hechicera ¿no?
Necesito un poco de tutoria en este.. mercado.

por Invitado Miér Jul 07, 2010 8:36 pm

Los vampiros, a como los conocía, tanto hombres como mujeres, tenían un encanto especial. Podían ser los seres mas hermosos sobre la tierra, aspecto que les servia a la hora de atraer a sus presas. Era simplemente inevitable no sentirse encantado por su proximidad, por su voz o por sus movimientos gráciles. Simplemente hipnotizaban.
La vampiresa subió mi mentón y entonces pude observar su cara a la perfección. Era hermosa, tanto de lejos, como de cerca y el olor de su piel era exquisito. Nada comparable con cualquier humano común.
Me sorpendí al escuchar que sabía lo que el gato "era en realidad", por lo que me sentí mas confiada en platicar -aunque en indirectas- con la vampiresa.

-Si, es un gato bastante raro, no hay muchos en estos tiempos. Su raza ya no se permite. Claro que lo cuidaré, madame, fue casi un lujo adquirirlo.-

Y era verdad. Las brujas ya no estabamos facultadas para transformar humanos, vampiros o lo que fuese, en un animal. Eso nos mantenía mas ocultas, si se puede decir.

-Claro, soy una hechicera... soy mas alquimista que otra cosa.- comenté ladeando la cabeza -claro que puedo asistirla, para mi sería un honor, con eso de que ahora la alta sociedad no confía en nosotras por... bueno, varias razones, trabajar para una mujer de su altura será toda una experiencia. ¿En que puedo asistirle?-
pregunté y, tiempo después, susurré unas palabras al gato, que se quedó sentado a mi lado.

por **Sara Ascarlani** Jue Jul 08, 2010 3:06 pm

No estaba segura si sus intenciones con ese "gato" eran buenas, como siempre yo de desconfiada, miraba fijamente como tocaba y acariciaba a su gato, susurrandole palabras que incluso con mi oído superdesarrollado no pude escuchar. La mujer no llegaba mas alto que mis hombros pero tenía una belleza extraña, algo exótico lo llamaría yo. Me miraba fijamente como quisiese leer mis mas profundos pensamientos, intimidantes ojos para muchos, de seguro se escondia en ellos.

Sin embargo, no dejaba de pensar que el sol apenas estaba saliendo a lo lejos de la montaña y no sé cuanto tiempo podré resistir, los humanos y gitanos que pasaban por mi lado, no disimulaban al ver a un ente como yo, ni me imagino como se portarán si saben que soy una vampyr

Pero no tenía nada que perder, mis sirvientes estaban distraidos en el coche y sus problemas que realmente no me interesan. -es hora de comprar uno nuevo- Analicé un poco a aquella mujer de mirada tímida e indefensa, sus ojos reflejaban una tristeza perturbadora, el sufrimiento que debe padecer esta mujer debe ser de tamaños colosales y de gran trascendencia para expresar tal abrumación solo en sus ojos.

Sin embargo, parecia confiable, de las pocas vale aclarar, las brujas de hoy día solo buscan extraer energia de otros para crear pócimas malignas para timar a algunos humanos ignorantes. El sol caía mas penetrante en el mercado, provocando un calor intenso, los olores se expanden, y yo.... yo no lo puedo soportar, mi pálida piel no resiste tal temperatura. -Madame, usted podria ayudarme- No titubeo en comentarle. -Necesito comprar unas hierbas, para hacer una pomada para mis manos, usted verá, soy músico y me salen moretones constantemente- Sacandome un guante le muestro mis manos con algunos morados en los dedos.

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