AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¡Comprando! [Privado Anna]
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¡Comprando! [Privado Anna]
Menos mal que hacía un lindo día, sino hubiera escapado de casa sin coger el papel que me dio con los encargos que me tenía. ¡Ese Maik! Me despertó con un grito que de milagro no me hizo clavar mi cabeza en el techo y luego me dejó encima de la cama un montón de garabatitos y monedas que supuestamente alcanzaban para todo. Mis padres siempre me daban más por si los precios subían, pero el avaro de ese pelmazo ya se había ido a su habitación a seguir con una pintura que según él llevaba varios días sin poder terminar. Sin tener otra alternativa más que espabilarme me duché y salí con el cabello húmedo, porque con el sol que había se secaría en el camino. Hacía buen tiempo, así que sólo tenía puestos una polera blanca y un pantalón, además de unas sandalias que me había traído de Berlín.
Maik me había dicho que tenía que seguir derecho y encontraría unas cuantas tiendas para llegar al mercado ambulante, y no se equivocó. (Y yo que le quería regañar…) Me avoqué a ello y de a poco fui tachando las cosas de la lista, revisando lo que me faltaba tras un rato cargando las bolsas con mis manos y muñecas, jugando con el lápiz en mi boca. Lo que no revisé fue mi alrededor, porque sentí un golpe que me mandó bruscamente al piso, cayendo el papel lentamente justo delante de mi cabeza. Las naranjas y manzanas estaban revueltas en el piso y las lechugas aplastadas. ¡Para colmo me dolía la nariz y estaba mareado! ¿Qué había sido eso?
- …Auch…
Maik me había dicho que tenía que seguir derecho y encontraría unas cuantas tiendas para llegar al mercado ambulante, y no se equivocó. (Y yo que le quería regañar…) Me avoqué a ello y de a poco fui tachando las cosas de la lista, revisando lo que me faltaba tras un rato cargando las bolsas con mis manos y muñecas, jugando con el lápiz en mi boca. Lo que no revisé fue mi alrededor, porque sentí un golpe que me mandó bruscamente al piso, cayendo el papel lentamente justo delante de mi cabeza. Las naranjas y manzanas estaban revueltas en el piso y las lechugas aplastadas. ¡Para colmo me dolía la nariz y estaba mareado! ¿Qué había sido eso?
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Arokh Von Feuer- Cazador Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
Todos estaban durmiendo menos ella, esperaba la salida del sol para poder escaparse de la mansión en la que estaba encerrada ya de por sí, no se sentía conforme, así que muy temprana en la mañana se bajo de la cama en la que dormía y con lentitud con las sabanas anudo una larga cuerda de sabanas que llegaban perfectamente al balcón del primer piso, ella no le iba esta clase de riesgos, estaba débil, pero no soportaría estar más aquí, así que muy a su pesar, con cuidado y lentamente, tiro una manta para cubrirse del frio y por la cuerda, se le ocurrió bajar poco a poco, lentamente bajar hasta poder tocar suelo. El único problema, es que de sus pies al suelo había un cacho. Suspiro y cogió valor para poder dé un salto caer de culo al menos sobre el balcón de mármol y poder trepar por la hiedra que llegaba hasta unas ventanas más arriba.
Ella consiguió escapar a pie, entre los arbustos se había escapado, se había echo algún corte insignificante por las ramas de las hojas, se cubrió con la manta que llevaba, así hasta desaparecer de la habitación y de aquella nueva “jaula” Estaba muerta de hambre pues no había pasado para comer o para tomar algo de leche, no, solamente escapo y echo a correr hasta que había llegado al mercado ambulante, no era ladrona y no iba a robar. De un espejo de mano que llevaba, se vio las cejas que estaban bien, su labio inferior algo rojo por el mordisco de la anterior noche.
Comenzó a andar, mirando hacia atrás y mirando hacia delante por si la seguían, comenzando a caminar entre los pasillos, se moría de hambre, le rugía el estomago hasta que finalmente pudo respirar en paz y ¡Oh! Qué suerte. Había una persona que vendía muestras de bizcochos de chocolate, se apresuro hacia aquel puesto, tenía hambre, corrió, se choco contra algo que parecía un muro, y en cuanto miro hacia atrás vio a un joven tirado en el suelo. Ay que torpe que era. Corrió hasta encontrarse con el joven, le recogió las naranjas que se les cayó al suelo-Ay...perdóname....-Miraba al chico con su inocencia y unos labios heridos-...¿estas bien?
Ella consiguió escapar a pie, entre los arbustos se había escapado, se había echo algún corte insignificante por las ramas de las hojas, se cubrió con la manta que llevaba, así hasta desaparecer de la habitación y de aquella nueva “jaula” Estaba muerta de hambre pues no había pasado para comer o para tomar algo de leche, no, solamente escapo y echo a correr hasta que había llegado al mercado ambulante, no era ladrona y no iba a robar. De un espejo de mano que llevaba, se vio las cejas que estaban bien, su labio inferior algo rojo por el mordisco de la anterior noche.
Comenzó a andar, mirando hacia atrás y mirando hacia delante por si la seguían, comenzando a caminar entre los pasillos, se moría de hambre, le rugía el estomago hasta que finalmente pudo respirar en paz y ¡Oh! Qué suerte. Había una persona que vendía muestras de bizcochos de chocolate, se apresuro hacia aquel puesto, tenía hambre, corrió, se choco contra algo que parecía un muro, y en cuanto miro hacia atrás vio a un joven tirado en el suelo. Ay que torpe que era. Corrió hasta encontrarse con el joven, le recogió las naranjas que se les cayó al suelo-Ay...perdóname....-Miraba al chico con su inocencia y unos labios heridos-...¿estas bien?
Anna Boulent- Humano Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
Una voz femenina me hizo entrecerrar los ojos y buscar su fuente, sentándome con esfuerzo y notando una puntada de dolor al apoyar una de mis manos en el piso, soplando la palma enrojecida por la presión sobre el lápiz al caer. Rápidamente miré al frente y asentí escondiendo la mano, entregándole mi mejor sonrisa de pillo – Sí, estoy bien…p-perfectamente – Me puse de pie de un salto y di un paso hacia atrás para no caerme de nuevo, conservando mi sonrisita que podía interpretarse como torpe, pero mientras yo la interpretare bien, me daba igual. – Yo fui el distraído, discúlpeme…-me reverencié levemente y la cabeza me dio vueltas. ¡El mareo aún no se me pasaba! Me reincorporé con cuidado y me rasqué la nuca con la mano mala, riéndome para tratar de convencerla de que estaba bien, aunque en realidad no lo estuviera todavía. – No miré por donde iba – amplié la sonrisa y, en un veloz contacto visual, ambos vimos que mi papelito seguía en el suelo, pero yo me agaché primero a recogerlo con la rapidez de un resorte. ¡Ay de mi cabeza por no pensar lo que hacía! Me tambaleé de nuevo y me guardé el papel en el bolsillo del pantalón para no perderlo, mientras trataba de que mi pronunciado mareo se pasara… – L-Listo…jeje...- …pero no hubo caso. Entrecerré los ojos y tuve que acariciarme la zona en que me golpeé. Gracias al cielo que mis piernas eran resistentes y no había vuelto a caerme…
Escuchaba ruidos, voces lejanas a mí. Me sentía más ligero, como una pluma que descansaba en algo esponjosito. En eso abrí los ojos, sobresaltado por pensar en esas cosas cuando tenía que estar llevándole las cosas a Maik. Me iba a levantar pero una mano sobre mi pecho me dijo que no lo hiciera. ¿Qué pasaba? Pronto me di cuenta de eso. Estaba recostado en una de las veredas que daban al mercado y un hombre me cuidaba aparte de la chica a la que había chocado. ¡Qué vergüenza!
Escuchaba ruidos, voces lejanas a mí. Me sentía más ligero, como una pluma que descansaba en algo esponjosito. En eso abrí los ojos, sobresaltado por pensar en esas cosas cuando tenía que estar llevándole las cosas a Maik. Me iba a levantar pero una mano sobre mi pecho me dijo que no lo hiciera. ¿Qué pasaba? Pronto me di cuenta de eso. Estaba recostado en una de las veredas que daban al mercado y un hombre me cuidaba aparte de la chica a la que había chocado. ¡Qué vergüenza!
Arokh Von Feuer- Cazador Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
Ella estaría al lado del joven que le vio desmayarse de nuevo, le toco la frente despacio para después retirarla con algo de prisa, sacudiendo la mano como si se tratase de algo demasiado caliente-...Esta ardiendo...-No había traído nada consigo, pues se había escapado, quizás jamás tendría que volver allí nunca más a esa casa en donde solo había oscuridad y raras personas. Decidió pensar y atender al joven, miro por si había cerca un cubo de agua, no lo habría, pero desde luego no vio nada, aunque se acerco al puesto de fruta para con un cuchillo-¡Oye!-Grito el vendedor de ojos claros y barba rizada en tonos cobres, mostrando una sonrisa fruncidamente engañosa y malograda, parecía un ogro de un cuento.
-Es para el joven, necesita algo frío...-Explico con urgencia al vendedor, la miro interrogante, no sabía que pasaba, el vendedor la miraba con curiosidad y justo detrás miro al chico que en efecto parecía no encontrarse bien, pero lo de la fruta no lo entendía- Si no hay agua a lo mejor con algo frio puede ayudarle a que la fiebre descienda a menos...-La urgencia que le vino de repente, no supo de donde salió, pero tomo un cuchillo inofensivo y una manzana que la partió por la mitad y entonces fue corriendo a ponerlo sobre la frente del joven que yacía mejor puesto sobre un colchón de telas arrugadas-A ver...-Dijo con algo de duda en la voz, no sabría si funcionaria con el joven, tan solo que con ella, cuando ella se enfermaba, su madre siempre usaba ese truco.
Puso los trozos de manzana sobre la frente del joven tras secarle la frente perlada de sudor, lo miraba como algo de dulzura ¿Qué hacia un joven así? Ella misma podría hacerse la misma pregunta, ¿Qué hacía allí? Pero para su beneficio le era mejor quedarse en la calle, ya se iría a su casa que estaría cerca de la tienda de violines que tanto le gustaba mirar por el escaparate al salir cada mañana de su hogar. Sí iría allí para ocultarse y procurar que no le volvieran a ver.
-¿estás mejor?-pregunto lentamente mientras acercaba su cuerpo al del joven, para ver si estaba alto de temperatura, pero cuando parecía que abría los ojos, un empujón tiró a Anna sobre el chico, acabando su cabeza sobre el cuello del joven, su pecho sobre el torso del joven, coincidiendo así casi con el cuerpo del joven al que desconocía el nombre. Levanto la mirada sonrojada, mirando al joven fijamente y al que segundos después se movió hacia atrás, en busca de una mopa para mojar en un bol de agua que dejaban a su lado.
-Es para el joven, necesita algo frío...-Explico con urgencia al vendedor, la miro interrogante, no sabía que pasaba, el vendedor la miraba con curiosidad y justo detrás miro al chico que en efecto parecía no encontrarse bien, pero lo de la fruta no lo entendía- Si no hay agua a lo mejor con algo frio puede ayudarle a que la fiebre descienda a menos...-La urgencia que le vino de repente, no supo de donde salió, pero tomo un cuchillo inofensivo y una manzana que la partió por la mitad y entonces fue corriendo a ponerlo sobre la frente del joven que yacía mejor puesto sobre un colchón de telas arrugadas-A ver...-Dijo con algo de duda en la voz, no sabría si funcionaria con el joven, tan solo que con ella, cuando ella se enfermaba, su madre siempre usaba ese truco.
Puso los trozos de manzana sobre la frente del joven tras secarle la frente perlada de sudor, lo miraba como algo de dulzura ¿Qué hacia un joven así? Ella misma podría hacerse la misma pregunta, ¿Qué hacía allí? Pero para su beneficio le era mejor quedarse en la calle, ya se iría a su casa que estaría cerca de la tienda de violines que tanto le gustaba mirar por el escaparate al salir cada mañana de su hogar. Sí iría allí para ocultarse y procurar que no le volvieran a ver.
-¿estás mejor?-pregunto lentamente mientras acercaba su cuerpo al del joven, para ver si estaba alto de temperatura, pero cuando parecía que abría los ojos, un empujón tiró a Anna sobre el chico, acabando su cabeza sobre el cuello del joven, su pecho sobre el torso del joven, coincidiendo así casi con el cuerpo del joven al que desconocía el nombre. Levanto la mirada sonrojada, mirando al joven fijamente y al que segundos después se movió hacia atrás, en busca de una mopa para mojar en un bol de agua que dejaban a su lado.
Anna Boulent- Humano Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
¿Qué estaba haciendo en el piso? Ah sí, me había desmayado tras haber chocado con una chica y me había levantado muy rápido para volver a agacharme a recoger el bendito papel con los encargos del día. Lo primero que hice cuando pude mover las manos fue, efectivamente, revisar si estaba conmigo; y sí estaba conmigo, por lo que suspiré aliviado a pesar del calor que extrañamente tenía.
Veía a la chica sobresaltada, como si me estuviera muriendo o algo así…pero yo me sentía bien. Sí, tenía algo de calor…pero no sé si era tan grave. – Ahm…- esbocé decir algo pero fui ignorado totalmente –algo que detesto por lo demás--, y no me quedó otra que escuchar lo que parloteaban como si fuera una reunión supersecreta a la que no estaba invitado – Oigan…me siento bien…-dije bajito con una ceja alzada, pero me pusieron manzanas en la frente. ¡Ese era un remedio casero para la fiebre! ¿Pero qué les pasaba? ¡Yo estaba bien!
La chica me miraba enternecida como si yo fuera un cachorro o alguna cosa así, y por eso alcé una ceja tratando de ocultar bien mi “molestia” con una sonrisa forzada, observándole entre varios pestañeos. Ya no soy un niño, y nunca me ha gustado que me traten como tal. Repentinamente a la mujer la empujaron y ésta me aplastó (como si no tuviera algo más malo para que me sucediera) quedando encima de mí en una posición…un tanto dudosa –tose--. Me sonrojé (¡Ahí si que podía tener un poco de fiebre, no con algo como un desmayo!) y apoyé ambas manos en sus hombros, ayudándole a echarse hacia atrás. Le contemplé y me incorporé quedando sentado sin mayores problemas, habiéndome sacado las manzanas de la frente – No se preocupen, estoy bien…mírenme – Les sonreí de la forma más confianzuda posible y miré a mis costados, notando que a mi izquierda estaban las bolsas de las compras – Estoy algo apurado…-susurré y me levanté lentamente para no preocuparles más (porque lo hubiera hecho de un salto), contrayendo un poco mi espalda sonando un par de huesitos – Gracias por su ayuda – Les dije a la mujer y a la otra persona que me había ayudado, cogiendo lentamente las bolsas y asegurándome nuevamente que el papel no se haya caído. Pero cuando iba a partir…
Veía a la chica sobresaltada, como si me estuviera muriendo o algo así…pero yo me sentía bien. Sí, tenía algo de calor…pero no sé si era tan grave. – Ahm…- esbocé decir algo pero fui ignorado totalmente –algo que detesto por lo demás--, y no me quedó otra que escuchar lo que parloteaban como si fuera una reunión supersecreta a la que no estaba invitado – Oigan…me siento bien…-dije bajito con una ceja alzada, pero me pusieron manzanas en la frente. ¡Ese era un remedio casero para la fiebre! ¿Pero qué les pasaba? ¡Yo estaba bien!
La chica me miraba enternecida como si yo fuera un cachorro o alguna cosa así, y por eso alcé una ceja tratando de ocultar bien mi “molestia” con una sonrisa forzada, observándole entre varios pestañeos. Ya no soy un niño, y nunca me ha gustado que me traten como tal. Repentinamente a la mujer la empujaron y ésta me aplastó (como si no tuviera algo más malo para que me sucediera) quedando encima de mí en una posición…un tanto dudosa –tose--. Me sonrojé (¡Ahí si que podía tener un poco de fiebre, no con algo como un desmayo!) y apoyé ambas manos en sus hombros, ayudándole a echarse hacia atrás. Le contemplé y me incorporé quedando sentado sin mayores problemas, habiéndome sacado las manzanas de la frente – No se preocupen, estoy bien…mírenme – Les sonreí de la forma más confianzuda posible y miré a mis costados, notando que a mi izquierda estaban las bolsas de las compras – Estoy algo apurado…-susurré y me levanté lentamente para no preocuparles más (porque lo hubiera hecho de un salto), contrayendo un poco mi espalda sonando un par de huesitos – Gracias por su ayuda – Les dije a la mujer y a la otra persona que me había ayudado, cogiendo lentamente las bolsas y asegurándome nuevamente que el papel no se haya caído. Pero cuando iba a partir…
Arokh Von Feuer- Cazador Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
Se quedo mirando al joven con una sonrisa...casi en risa. Tuvo que taparse la boca mientras se levantaba del suelo, pero al ver que la gente la miraba fijamente, ahora ella era la que estaba nerviosa. Consiguió ver a lo lejos uno de los sirvientes que trabajaban de día en la mansión de la que se había escapado. Eran unos pesados. Ya no iría nunca allá para que la tuviera bajo control y sin hacerla caso. No, no volvería a aquella prisión. No tenía nada con que taparse, pero el hombre que le discutió las manzanas, la miraba algo ceñudo, alzando una ceja para enseguida ver que Anna se escondía tras el joven, ocultándose de alguna mirada conocida.
Fue cuando entonces el hombre dejo caer una manta negra para que Anna se ocultara. Anna entonces miro de reojo hacia el hombre que la había ayudado, si, el hombre ahora era amable con ella ¿Pero porque? No sabía el porqué, tan solo, se fue corriendo del lugar, ocultándose bajo la capa, corriendo hacia una esquina en la que sin darse cuenta, volvió a chocarse contra otro muro, una persona quizás y cuando cayó al suelo de golpe, vio lentamente que delante suya estaba ese sirviente de la casa de donde se había escapado.
Este la levanto sujetándola de un brazo, la levanto con brusquedad haciendo que la capa se cayera de su cuerpo. Anna intentaba soltarse de ese agarre, quería que la soltara dado que la estaba haciendo daño, pero todo esfuerzo estaba siendo nulo, el sirviente comenzó a tirar de ella de nuevo en dirección a la mansión-¡No! ¡No! Por favor!- Gemía de dolor por la muñeca que estaba siendo sujetada y sus deseos de no volver a esa casa, no quería ser atrapada por una ilusión descontenta, en que la tuviera sin comer siquiera solo porque ella no cedía a sus deseos.
-“Por favor....”...... “Ayuda...” – Suplicaba en silencio para sí misma.
Fue cuando entonces el hombre dejo caer una manta negra para que Anna se ocultara. Anna entonces miro de reojo hacia el hombre que la había ayudado, si, el hombre ahora era amable con ella ¿Pero porque? No sabía el porqué, tan solo, se fue corriendo del lugar, ocultándose bajo la capa, corriendo hacia una esquina en la que sin darse cuenta, volvió a chocarse contra otro muro, una persona quizás y cuando cayó al suelo de golpe, vio lentamente que delante suya estaba ese sirviente de la casa de donde se había escapado.
Este la levanto sujetándola de un brazo, la levanto con brusquedad haciendo que la capa se cayera de su cuerpo. Anna intentaba soltarse de ese agarre, quería que la soltara dado que la estaba haciendo daño, pero todo esfuerzo estaba siendo nulo, el sirviente comenzó a tirar de ella de nuevo en dirección a la mansión-¡No! ¡No! Por favor!- Gemía de dolor por la muñeca que estaba siendo sujetada y sus deseos de no volver a esa casa, no quería ser atrapada por una ilusión descontenta, en que la tuviera sin comer siquiera solo porque ella no cedía a sus deseos.
-“Por favor....”...... “Ayuda...” – Suplicaba en silencio para sí misma.
Anna Boulent- Humano Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
No sabía qué hora era porque para variar había olvidado ponerme el reloj en casa, pero lo que sí sabía era que si me seguía tardando quizás Maik se iba a enojar conmigo, ¡Y eso era lo que menos quería! ¿Cómo sería él enojado? ¿Me daría palmadas? ¿Me castigaría sin comer? ¿O sin dormir en la casa? ¡NO! No podía siquiera arriesgarme a aquello, y por eso ya estaba empezando a caminar para retomar el camino dentro del mercado, pero la chica se escondió usándome a mí de muralla, lo que no parecía ser muy efectivo, ya que yo soy un chico bastante delgado. – Oiga, ¿Qué sucede? – Pregunté volteándome pero cuando lo hice, ¡La chica no estaba! – ¿Qué diablos?...- Me volteé casi instantáneamente para el otro lado y la vi correr, al parecer huyendo; pero no le fue bien ya que chocó contra un corpulento que era un poco más alto que Maik, metro noventa tal vez…pero no era alguien indiferente. Tragué saliva.
Vi cómo le levantó del brazo, y también vi cómo la joven estaba sufriendo a causa de aquello. Claramente parecía que se había escapado de alguna parte…¡Por eso iba tan apurada cuando chocó conmigo! Todo comenzaba a tener sentido, aunque fuera leve. De todas formas no dudé y les seguí corriendo, hasta llegar a unos cinco metros de ellos que no se detenían. Tenía que actuar rápido…aunque no tuviera idea de lo que estaba sucediendo exactamente - ¡Oye, tú! ¡Suéltala! ¡Le estás haciendo daño! – Grité y un escalofrío que casi me congeló me recorrió todo el cuerpo. Tenía la atención del tipo. Solté las bolsas, y metí una mano a mi bolsillo inconscientemente. Sólo el papel y el lápiz.
¡Me había dejado el arma en casa!
Vi cómo le levantó del brazo, y también vi cómo la joven estaba sufriendo a causa de aquello. Claramente parecía que se había escapado de alguna parte…¡Por eso iba tan apurada cuando chocó conmigo! Todo comenzaba a tener sentido, aunque fuera leve. De todas formas no dudé y les seguí corriendo, hasta llegar a unos cinco metros de ellos que no se detenían. Tenía que actuar rápido…aunque no tuviera idea de lo que estaba sucediendo exactamente - ¡Oye, tú! ¡Suéltala! ¡Le estás haciendo daño! – Grité y un escalofrío que casi me congeló me recorrió todo el cuerpo. Tenía la atención del tipo. Solté las bolsas, y metí una mano a mi bolsillo inconscientemente. Sólo el papel y el lápiz.
¡Me había dejado el arma en casa!
Arokh Von Feuer- Cazador Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
Aquel chico le había seguido ¿Estaba loco?
Enseguida en cuanto Anna le reconoció de nuevo, negaba con fervor, aquella persona la soltó tirándola contra el suelo de adoquines de la empedrada calle, miraba a los parisinos que la miraban con la mirada sucia, una mueca en los rostros de la gente ella veía continuamente, pero ahora su mirada se fijo nuevamente en aquellos ojos que la habían visto en el mercado, de aquel joven al que había atendido por un momento y que ahora estaría en peligro por su culpa.
-¡Escapa antes de que sea demasiado tarde!-Dijo mirándolo casi con lagrimas en los ojos, pero para cuando encontró un modo de salvarlo, ya era demasiado tarde. Aquella persona la cual había estado llevándola de vuelta a la mansión era ni más ni menos que el mejor en lucha libre en sus ratos libres, no sabía de lo que era capaz el joven, pero nadie salía vivo de las garras de aquel que la estaba vigilando. Se quedo mirando un momento el lugar y vio que la gente estaba curioseando.
¿Qué pasaba? Cada vez entendía menos, pero si iba a pelear, más le vale que ella no estuviera presente. De todos modos, se encontraba subiéndose, levantándose del suelo para así poder estar más cómoda, mirando seguía hacia el par de personas, al joven de cabellos rubios y a un tipo que estaba completamente loco y que sabia pelear en la lucha libre. Ya lo pensaba continuamente y temía por lo que le pasara a continuación.
-Es mejor que te vayas....-Sugirió Anna antes de que todo se ennegreciera, miro al joven y en cuanto intento párale, el fortachón la tomo del brazo de nuevo y consiguió tirarla de nuevo al suelo, y entonces en un movimiento rápido, el fortachón aprovecho para acercarse al joven y golpearlo lo que era el estomago para tirarlo contra el suelo-¡NO!-Anna grito enseguida al ver el golpe qué impacto en sus ojos al ver tal trato al joven.
Enseguida en cuanto Anna le reconoció de nuevo, negaba con fervor, aquella persona la soltó tirándola contra el suelo de adoquines de la empedrada calle, miraba a los parisinos que la miraban con la mirada sucia, una mueca en los rostros de la gente ella veía continuamente, pero ahora su mirada se fijo nuevamente en aquellos ojos que la habían visto en el mercado, de aquel joven al que había atendido por un momento y que ahora estaría en peligro por su culpa.
-¡Escapa antes de que sea demasiado tarde!-Dijo mirándolo casi con lagrimas en los ojos, pero para cuando encontró un modo de salvarlo, ya era demasiado tarde. Aquella persona la cual había estado llevándola de vuelta a la mansión era ni más ni menos que el mejor en lucha libre en sus ratos libres, no sabía de lo que era capaz el joven, pero nadie salía vivo de las garras de aquel que la estaba vigilando. Se quedo mirando un momento el lugar y vio que la gente estaba curioseando.
¿Qué pasaba? Cada vez entendía menos, pero si iba a pelear, más le vale que ella no estuviera presente. De todos modos, se encontraba subiéndose, levantándose del suelo para así poder estar más cómoda, mirando seguía hacia el par de personas, al joven de cabellos rubios y a un tipo que estaba completamente loco y que sabia pelear en la lucha libre. Ya lo pensaba continuamente y temía por lo que le pasara a continuación.
-Es mejor que te vayas....-Sugirió Anna antes de que todo se ennegreciera, miro al joven y en cuanto intento párale, el fortachón la tomo del brazo de nuevo y consiguió tirarla de nuevo al suelo, y entonces en un movimiento rápido, el fortachón aprovecho para acercarse al joven y golpearlo lo que era el estomago para tirarlo contra el suelo-¡NO!-Anna grito enseguida al ver el golpe qué impacto en sus ojos al ver tal trato al joven.
Anna Boulent- Humano Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
Justo cuando creía que nada extraño iba a suceder en una aparentemente apacible –y sin mastodontes que persiguen chicas—visita al mercado, me dejo mi arma en casa. ¿Cómo puedo llamarme un aspirante a ser el mejor cazador del mundo si no ando equipado? Aish, Maik iba a regañarme...aunque ya tenía el reto asegurado por retrasarme tanto en las compras. ¿Por qué no podía tener un día tranquilo aunque fuera una sola vez? ¿Es mucho pedir?
- ¡Oye! ¡Estás peleando conmigo! ¡Déjala en paz! – Le dije sin una pizca de miedo en mi voz aunque sentía un temblorcito leve en mis piernas, mirando cómo la tiraba contra el suelo otra vez - ¡No voy a dejarle con este tipo, huya en cuanto tenga la oportunidad! – Sí, yo dándomelas de valiente, acercándome unos pasos para frenar su intento de a la vez detenerme, pero lo único que conseguí fue un golpe que me robó el aire y unas cuantas gotas de sangre, y que me regaló un encuentro anticipado contra el suelo, ensuciando mis ropas por los revolcones que me daba. ¡Ese golpe no era normal! ¡Era de un monstruo! Acaso él…
¡Aargh! ¡Odiaba cada vez más no tener mi arma conmigo! ¡Las cosas habrían sido tan distintas!
Podía escuchar los gritos de la chica que decían que parara, acompañados de un murmullo que parecía el de un grupo de moscas alrededor mío. Y podía sentir mi cuerpo cada vez más adolorido, por los golpes que el sucio ese me estaba dando en el suelo. Sus botas eran duras…y sumándole a eso la fuerza de sus patadas seguro tendría una colección de moretones que enseñarle a Maik. Me levantaron del cuello de la camisa y me presenté a una de las paredes con un trago de sangre en el rostro, volviendo a reencontrarme no tan gustosamente con la chica, ya que me habían tirado a su lado. Mi cabello ya no estaba rubio, y mi tez ya no era blanca…pero todavía estaba sonriendo. ¿Se me había paralizado la cara? Ni idea, pero no me iba a frenar por eso. Estaba decidido a protegerla de ese mastodonte. – S-señorita… - Dije con esfuerzo, apoyando primero una pierna y luego la otra, poniéndome de pie tan tembloroso que bastaba aparentemente un soplido para derribarme. – Lo mantendré ocupado…aproveche para correr y ponerse a salvo. –Dije decidido a cumplir con mis palabras, empuñando las manos en una posición de pelea improvisada de lucha cuerpo a cuerpo. La sangre corría por mi rostro y me dolía todo el cuerpo, pero no iba a rendirme. Iba a salvar a esa chica cualquiera fuera el costo.
- ¡Oye! ¡Estás peleando conmigo! ¡Déjala en paz! – Le dije sin una pizca de miedo en mi voz aunque sentía un temblorcito leve en mis piernas, mirando cómo la tiraba contra el suelo otra vez - ¡No voy a dejarle con este tipo, huya en cuanto tenga la oportunidad! – Sí, yo dándomelas de valiente, acercándome unos pasos para frenar su intento de a la vez detenerme, pero lo único que conseguí fue un golpe que me robó el aire y unas cuantas gotas de sangre, y que me regaló un encuentro anticipado contra el suelo, ensuciando mis ropas por los revolcones que me daba. ¡Ese golpe no era normal! ¡Era de un monstruo! Acaso él…
¡Aargh! ¡Odiaba cada vez más no tener mi arma conmigo! ¡Las cosas habrían sido tan distintas!
Podía escuchar los gritos de la chica que decían que parara, acompañados de un murmullo que parecía el de un grupo de moscas alrededor mío. Y podía sentir mi cuerpo cada vez más adolorido, por los golpes que el sucio ese me estaba dando en el suelo. Sus botas eran duras…y sumándole a eso la fuerza de sus patadas seguro tendría una colección de moretones que enseñarle a Maik. Me levantaron del cuello de la camisa y me presenté a una de las paredes con un trago de sangre en el rostro, volviendo a reencontrarme no tan gustosamente con la chica, ya que me habían tirado a su lado. Mi cabello ya no estaba rubio, y mi tez ya no era blanca…pero todavía estaba sonriendo. ¿Se me había paralizado la cara? Ni idea, pero no me iba a frenar por eso. Estaba decidido a protegerla de ese mastodonte. – S-señorita… - Dije con esfuerzo, apoyando primero una pierna y luego la otra, poniéndome de pie tan tembloroso que bastaba aparentemente un soplido para derribarme. – Lo mantendré ocupado…aproveche para correr y ponerse a salvo. –Dije decidido a cumplir con mis palabras, empuñando las manos en una posición de pelea improvisada de lucha cuerpo a cuerpo. La sangre corría por mi rostro y me dolía todo el cuerpo, pero no iba a rendirme. Iba a salvar a esa chica cualquiera fuera el costo.
Arokh Von Feuer- Cazador Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
No sabía cómo hacer para que la pelea parase de una vez. No sabía qué hacer, era una tonta al estar ahí quieta, se disponía a levantarse pero el muchacho le dijo que la protegería ¿estaba loco? –No...-susurro con miedo lentamente, intento levantarse del suelo poco a poco, agarrándose de sus harapos de ropa que llevaba puestos tras varias caídas en el suelo. Suspiro lentamente una vez estaba de pie, con esfuerzo y algo encorvada por el golpe de antes.
-¡Tu! ¡Eres un bruto!-Grito con fuerza para después con sus pies arrastrar un poco de tierra hacia arriba y que diera cerca del rostro del acosador, enseguida se puso delante del muchacho apartándolo del mastodonte y pudo ver como varias guardias se abalanzaban ante el hombre para poder coger la mano del muchacho de cabellos rubios y así poder tirar de él hacia una esquina, un callejón que estaba deshabitado y en donde ella finalmente se apoyo contra la pared.
-Aahhuu...-se tomo parte de la costilla en donde había colisionado con el suelo, miro entonces al muchacho que ella misma le miraba con dulzura- ¿estás bien? No...no tuviste que enfrentart.e...Ni me conoces...-intento de nuevo levantarse, rasgo una pieza de su vestido y poco a poco se acercaba al rostro del joven para así poder limpiarle la sangre de su labio roto, se quedo quieta y tosió hacia un lado procurando que no le diera en el rostro al joven- Perdón...-Termino y le miro por si tenía sangre, pero enseguida comenzó a tocarle por si tenia algún hueso roto.
-Aunque debo darte las gracias por haberme ayu...dado contra ese bruto...-Susurro estando cerca de él, sonrojándose sin querer y terminando de limpiarle...ah sí ya había acabado de limpiarle y se había quedado atontada de algún modo. Le toco levemente el estomago, con suavidad por si le hacia daño-..¿te...duele?
-¡Tu! ¡Eres un bruto!-Grito con fuerza para después con sus pies arrastrar un poco de tierra hacia arriba y que diera cerca del rostro del acosador, enseguida se puso delante del muchacho apartándolo del mastodonte y pudo ver como varias guardias se abalanzaban ante el hombre para poder coger la mano del muchacho de cabellos rubios y así poder tirar de él hacia una esquina, un callejón que estaba deshabitado y en donde ella finalmente se apoyo contra la pared.
-Aahhuu...-se tomo parte de la costilla en donde había colisionado con el suelo, miro entonces al muchacho que ella misma le miraba con dulzura- ¿estás bien? No...no tuviste que enfrentart.e...Ni me conoces...-intento de nuevo levantarse, rasgo una pieza de su vestido y poco a poco se acercaba al rostro del joven para así poder limpiarle la sangre de su labio roto, se quedo quieta y tosió hacia un lado procurando que no le diera en el rostro al joven- Perdón...-Termino y le miro por si tenía sangre, pero enseguida comenzó a tocarle por si tenia algún hueso roto.
-Aunque debo darte las gracias por haberme ayu...dado contra ese bruto...-Susurro estando cerca de él, sonrojándose sin querer y terminando de limpiarle...ah sí ya había acabado de limpiarle y se había quedado atontada de algún modo. Le toco levemente el estomago, con suavidad por si le hacia daño-..¿te...duele?
Anna Boulent- Humano Clase Media
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Re: ¡Comprando! [Privado Anna]
El corpulento tipo que era mi oponente del momento no dudó en reírse a carcajadas por mi persistencia, mirándome en menos tanto por su altura como por la evidente diferencia de aguante que teníamos los dos. Él no tenía ningún daño, prácticamente, y yo tenía las piernas temblando por el esfuerzo de estar de pie. Incluso me dolía una rodilla, sólo esperaba no tener algo demasiado feo, aunque sentía la sangre correr derecho por mi pantalón. Me mordí el labio inferior para aguantar los dolores que se acoplaban generalizadamente por mi cuerpo y me preparé para ir contra él, pero un puñado de tierra frenó todo lo que tenía planeado (que no era mucho…a decir verdad iba a improvisar…), complementándolo con un grupo de guardias que --¡por fin!—aparecieron para controlar el asunto. De repente tiraron mi mano y terminé en un callejón con la chica, sentándome agotado por tanta molestia. De no ser por aquel acto tan loco no habría podido mantenerme más de pie en un buen rato, y eso si que habría sido fatal.
Le miré cómo se tomaba la costilla y traté de hacer algo –incorporarme, dah—para ayudarla, pero su mirada y pregunta me detuvieron – Sí…n-nada grave…- Le respondí con esfuerzo y no pude hacer nada para evitar que me limpiara el rostro, negando suavemente ante su disculpa. Me quejé un poco en una mueca por sus toques para saber si tenía algo roto, pero al conocer mi cuerpo creo que no tenía nada. Más bien no sentía nada. Tocó mi estómago y me sonrojé igual que ella, pero volví a negar para dejarla tranquila – No… en serio estoy bien…tengo que…volver a casa…con mis compras…- ¡Cierto! ¡Mis compras se habían quedado al otro lado del callejón! ¡Si me robaban eso Maik sí que me iba a matar! A pesar de esos sentimientos en mi mente sonreí y le respondí – De nada…sólo hice…lo que me nació. Usted estaba en peligro, y tenía que ayudarle…Aparte… ¿ve? Ese tipo ya…no le molestará por un rato.
¡Lo había logrado! Aunque…ahora ¿cómo iba a devolverme a casa?
Le miré cómo se tomaba la costilla y traté de hacer algo –incorporarme, dah—para ayudarla, pero su mirada y pregunta me detuvieron – Sí…n-nada grave…- Le respondí con esfuerzo y no pude hacer nada para evitar que me limpiara el rostro, negando suavemente ante su disculpa. Me quejé un poco en una mueca por sus toques para saber si tenía algo roto, pero al conocer mi cuerpo creo que no tenía nada. Más bien no sentía nada. Tocó mi estómago y me sonrojé igual que ella, pero volví a negar para dejarla tranquila – No… en serio estoy bien…tengo que…volver a casa…con mis compras…- ¡Cierto! ¡Mis compras se habían quedado al otro lado del callejón! ¡Si me robaban eso Maik sí que me iba a matar! A pesar de esos sentimientos en mi mente sonreí y le respondí – De nada…sólo hice…lo que me nació. Usted estaba en peligro, y tenía que ayudarle…Aparte… ¿ve? Ese tipo ya…no le molestará por un rato.
¡Lo había logrado! Aunque…ahora ¿cómo iba a devolverme a casa?
Arokh Von Feuer- Cazador Clase Media
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