Silmeria Von Greys

por **Silmeria Von Greys** Vie Abr 20, 2012 9:59 am

Silmeria Von Greys
Heterosexual | 25 años | Viena /Argentina | Inquisidora | Facción 2

{ La pasión es el motivo por el cual muevo mi corazón}

Su apariencia física suele denotar majestuosidad, su forma de andar nos recuerda a veces a la del león. Si recibe malos aspectos tiene rasgos que asemejan al gallo. Silmeria, nació bajo el signo del león, los nativos de Leo tienen un cuerpo vigoroso y bien formado, talla mediana, tórax ancho, cara grande, con mandíbulas algo cuadradas y muy grandes. El cabello suele ser castaño a veces claro, rizado o más bien encrespado y aunque lo llevan corto suele parecer la melena de un león. Los ojos suelen ser marrón claro, con un toque verde claro y una nariz aquilina. En cambio, Silmeria, siempre da una impresión, a nivel material, de esplendor y buena suerte en lo que se refiere a la cuestión material. Intenta vestir bien, aunque ciertamente no suele tener mucho gusto en la elección de su vestimenta, eligiendo generalmente los colores neutros. Les gusta mucho adornarse sobre todo con objetos de plata o ocre, o en su defecto tonos dorados. Le gusta mucho aparentar, no sólo en su persona, sino también en su hogar. Suele decorar éste de forma natural, para tratar de dar la impresión de simplicidad a pesar de su gran apellido económico Aunque le gusta también llegar a los sitios y que su presencia llame la atención, que todo el mundo la conozca.

De Viena, le gustan las matemáticas, algoritmos, la papiroflexia será inquisidora porque así lo fue toda su familia desde tiempo inmemorables. Católica, dulce, divertida, creativa, algunas veces será un diablillo pero la suelen llamar el imán debido a su bipolaridad cuando menos te lo esperas. Le gusta bailar el tango, gracias a que tiene un profesor privado, esa “pasión” del tango la anima a desenfundar las pistolas para disparar contra el enemigo. Bien se dice que por una carita bonita, no se encuentra el diablo por ninguna parte, pero Silmeria aun está aprendiendo de los errores que comete, pero a pesar de ello, su esfuerzo siempre es recompensado.

Suele estar en su mundo a veces, sobre todo por las noches. Por la mañana suele ir a investigar, a leer a la biblioteca, hace ejercicios de matemáticas, siempre manteniendo activo su intelecto, procurando no caer en el despiste. Trata bien a sus pistolas, Ivy y Magnolia, las cuida y lleva consigo dentro y debajo de su falda. Cuidadito con tocar lo que hay debajo de sus faldas, pues no es todo seda y enaguas haciendo un vestido pomposo y grácil. Tiene un carácter muy determinativo, grande organizadora y muy orgullosa. Cuando quiere conseguir algo es muy voluntariosa y demuestra una gran tenacidad. Es muy decidida en la vida y trata de superar todos los obstáculos que se le presenta. Cuando adquiere una costumbre la conservan durante años. Les confiere un carácter impulsivo, apasionado, idealista, activo y enérgico. Cuando afligido, es tremenda despóticos, orgullosos en exceso, tiránicos y fatuos. Les gusta mucho presumir aún recibiendo aspectos positivos.

Es bastante frecuente que se sienta superior a los demás, aún no siéndolo. Es ambiciosa por naturaleza y desean la aprobación y reconocimiento de los demás. Son bastante fieles y cuando dan su amistad o afecto, y aunque tienen complejo de superioridad, son bastante fieles. Tiene un carácter leal y franco, es generosa. Tiene mucha confianza en sí misma por lo que hay veces que se fija en metas que están más allá de sus posibilidades. A pesar de ello saben vencer muchos obstáculos y frecuentemente triunfan gracias a su gran firmeza, energía y seguridad. Tiene talento organizador y dominio propio. Sus emociones son profundas y duraderas, necesitan sentir y poseer, tener dominio afectivo sobre las otras personas, lo que demuestran en sus relaciones con los hijos donde lo combinan con un gran cariño y protección.

Esta suele ser animosa, compañera leal y activa, capaz de sostener la lucha más ardua para acompañar al marido. Ahora bien, no soporta la humillación ni el dominio de los demás sobre ella: quiere ser respetada en todo momento, debido a la alta estimación que tiene de sí misma (como todos los leoninos) y al exceso de amor propio, que con frecuencia raya en un orgullo desmesurado.

25 de Abril Viena, 1775...
Capilla Imperial (Wiener Hofburgkapelle)

No hay nadie en la Capilla Imperial. Tan solo una persona llega allí frente al diluvio que acontece a las últimas horas del crepúsculo.
Entra en el confesionario.
- Pater Noster, qui es in caelis,
sanctificétur nomen Tuum,
adveniat Regnum Tuum,
fiat volúntas tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum cotidiánum........amen...
El sacerdote que caminaba por aquellos lares, acompaño en pena su alma para poder escuchar las confesiones de Silmeria Von Greys:
-He...vuelto a matar, padre. Otro más.
El sacerdote asentía tras la ventanilla de reja, esperando a que continuara, pero el rostro de la joven, le hizo tomar la iniciativa:
-Filia mía, cuéntame más...Dios, sabes que te perdona si obraste en defensa...
Silmeria trago saliva, cerró los ojos un instante para después abrirlos medianamente, en dirección a un punto en la nada:
-Pero...muchos de los guardias antes que yo, nunca han tenido que usar las armas, pero no yo, padre, parece que siempre tengo que estar en el momento y lugar equivocados....-Paro un instante para controlar el volumen de su voz que parecía querer incrementar con el paso de los segundos. Intento respirar con tranquilidad para poder continuar-.....No..
-¿Le viste la cara?-Dijo el sacerdote.
Silmeria Negó.
-No le vi la cara. Solo tiré uso de Magnolia y se había evaporado en el aire, se había ido al instante. . .Como los otros...-Silmeria se limpiaba las lagrimas que salían a continuación de sus palabras, hizo una pausa para continuar-...yo...
-Esos sentimientos son naturales en la estirpe de tu linaje, me asustaría si no los tuvieras...- ¿Algo suave para el tormento de Silmeria? No, era una burla suave-Pero tienes que ser fuerte Silmeria, no puedes permitir que tu fe sea entristecida por el sentimiento de culpa que sientas en este instante.
-Padre, yo...lo intento-Trago saliva, cerró los ojos, le pesaban a causa del cansancio de haber dormido mal y de tanto llorar-...De verdad que lo intento.
-Solo sigue el camino que Dios tiene preparado para ti...solo te queda descubrir tus pasos e ir con cuidado Ángela...-El sacerdote era mayor, pero se le escapo algo importante.
-Disculpad padre, ¿Cómo habéis dicho?...-El sustantivo le resulto confuso, ¿sería un error?
-Quiero decir....Silmeria, que el Ángel guardián de tu familia, te proteja.....-Con ello, Silmeria parpadeo un par de veces, lineo la cruz del santo evangelio sobre su pecho y con ello salió del confesionario tras unos minutos de platica con el sacerdote.

¿Quién era Ángela? ¿Por qué la había llamado así? Seguramente, habría sido una torpeza del sacerdote. Lo conocía desde que era pequeña y por la Capilla pasaba mucha gente. Así que posiblemente, la mente del sacerdote se habría confundido. Ah, su prima, Álengedra parecía un ángel. ¿Ir con cuidado? ¿Acaso no iba siempre con cuidado? Ahora tendría clase de baile con su profesor de salón, tango más bien seria la asignatura a practicar en estos instantes. Solo que había un problema. Su profesor era amigo de toda la familia, digamos llevaba siglos en ella y había servido en muchas guerras, con lo que no entendía que ahora se dedicase a bailar con ella aquel baile de salón que al igual que sus armas, eran un arma en movimiento de corto alcance.

Llegaba en carruaje a su gran mansión de Viena. Todo el servicio la esperaba en los jardines frontales para darle la bienvenida de nuevo.
-Bienvenida Madame, vuestro profesor os espera en la sala de siempre...
-Gracias....-Directa y con prisa, se dirigía hacia la pequeña sala de baile en la que siempre usaban para practicar la danza. El tango se podía escuchar a varios metros de distancia, no había girado la esquina del pasillo que conducía a la sala de baile y escuchaba el zapateo de su profesor, estaría calentando seguramente. Una sonrisa traviesa se asomo en su rostro, sintiendo por dentro el ritmo lento y pegadizo del tango. Ya estaba impaciente, pero para cuando abrió la puerta de la sala de baile, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver una silla tambaleándose atrás y adelante, para caer al suelo con un sonido estrepitoso en mitad del tango que aun no había sido bailado y a su profesor colgado de una soga al cuello sujeto de una de las vigas del techo.

Este tango no lo había bailado en su vida. Había sido una lección inesperada. ¿Cómo alguien tan experimentado en la vida, podía caer tan fácilmente? ¿Quién estaba detrás de esto? No dudo en sacar a Magnolia y a Ivy, sus compañeras de cacería, se adentro en la habitación, para ver más cerca el cadáver de su profesor.

Más lágrimas-¿Por qué Sr.Vangallhem? Dígame algo que yo no sepa...-Suplicaba, no quería matar a más gente. Fue observando su rostro con atención, se detuvo en sus facciones rasgadas, como las de las estatuas. Fue recorriéndole con la mirada hasta detenerse en algo que colgaba del puño cerrado de su profesor. ¿Un colgante? Enfundo sus pistolas de pólvora, y cogió con la mano derecha el colgante que colgaba para después observarlo con atención. Ella tenía uno igual, le pareció extraño. ¿Cómo podría ser? No, no entendía nada. Era extraño todo, habría empezado con mal pie el día
-¿hum? –Había una nota. La cogió para poder leer el escueto mensaje que tenia escrito:
“Ve a París. Allí sabrás la verdad”