Estaba así cuando llegué...(Johann D.)

Oslo-Noruega. Año 2012…

"Oh mi Querido Jerarld…Hay tres cosas que suelen quitarle el sueño a un hombre:
-El mal de amores.
-Los problemas de dinero.
-Y los asuntos pendientes que se deben saldar…."

Eso me había dicho Edward, -un buen amigo- hacia como un siglo aproximado. Y yo aquella noche, no es que tuviese mal de amores, pues mi esposa dormía plácidamente a mi lado.
Problemas de dinero…Sonara presuntuoso por mi parte. Pero podía hacerme un castillo de diez plantas de dinero y decorarlo con árboles, vegetación, muebles de interior y de exterior hechos de fardos de dinero y aun me seguiría sobrando…
Y los asuntos pendientes…Si, se trataba de algo así. Puesto que desde que había visto la noticia sobre la exposición y subasta de “ El Grito” Que no pegaba ojo, y es que si algo me quitaba el sueño, eso era la idea de ampliar mis colecciones; ya fuesen la de textos, la de instrumentos musicales, la de relojes de bolsillo o la de arte en general.

Igualmente me había intentado hacer a la idea de que podía pasarlo por alto…Después de todo solo era un lienzo…¿para qué quería otro lienzo más?....Habían pasado los días y yo había intentado despejar la idea de mi mente…Pero no lograba concentrarme, ni cuando me ponía a escribir, ni cuando intentaba componer, ni cuando intentaba leer…Me paseaba por mi despacho largas horas sin poderme concentrar en nada. Y por las noches no podía dormir -llevando ya mas de cinco días así-, pues la imágenes de aquella pintura daban vueltas en mi mente y parecía que Edward me pedía desde la misma tumba que me hiciera con él! ¿Seria porque le había conocido cuando estaba vivo? ¿O porque Había sido yo quien le había alentado a expresarse y a pintar…y a que dejase la carrera de ingeniera y que se dedicase al arte???? Fuese como fuese…me estaba comenzando a desquiciar!!! Aquel lienzo podría acabar en manos de cualquiera, sin que nadie valorase el tormento de aquel hombre, ni las pinceladas de locura ni nada de eso!
...Locura…quizás por eso nos habíamos hecho tan buenos amigos desde que nos conociésemos…

Me senté en la misma cama con convicción mientras pensaba. Podría haber comprado el lienzo, pero no se trataba de eso, tenía que obtenerlo no comprarlo. Al fin y al cabo que era el dinero? No era más que papel. Por otra parte podría haber mandado a mis agentes de la mafia a por ello…Pero tampoco se trataba de eso; tenía que ir personalmente. Me gire hacia mi esposa que descansaba tranquilamente.

-Eyra tesoro…voy a robar El Grito. Volveré pronto. Comente con una sonrisa entre susurros antes de acercarme para darle un suave beso de despedida.

…

Serian sobre las once de la noche. Y mis pasos me conducían todo vestido de negro mientras acercándome por los jardines, daba un ágil salto para escalar por la fachada del museo. Según sabia,al día siguiente trasladarían el lienzo a una galería donde se llevaría a cabo la subasta. Me metí con rapidez en los conductos de ventilación y comencé a deslizarme por ellos. Hasta entrar en el edificio en si.
Quitando la tapa que cerraba aquel conducto, comencé a deslizarme muy suavemente. Apoyando mis pies en el mismo techo, para quedar de cuclillas contemplando todo cabeza abajo.
Todo parecía estar oscuro y en calma, así que observe hacia todos lados, intentando visualizar las cámaras de vigilancia para evadirlas. Mis cabellos rojizos se desparramaban por mi rostro así que los tome, haciéndome una cola para poder proceder sin distracciones, pero algo me distrajo. Pues había un sutil aroma allí…

-Sera que ha pasado mucha gente por aquí…¿mmm? De pronto una sombra comenzó a atravesar la sala y yo parpadee algo confuso mientras aquello cruzaba sigiloso y en extremo silencio. Arquee una ceja…Era posible que se hubiesen colado dos “intrusos” en la misma noche??…

El recipiente de Pandora almacenaba, según el mito, todos los males que aquejaban a la humanidad. La presencia de esa leyenda se debía a la explicación teológica de la existencia de fuerzas oscuras en el mundo humano pero, lo cierto, es que la magia existe, así como los seres sobrenaturales como por ejemplo, yo mismo. Los antiguos griegos ya conocían a los vampiros, a los metamorfos como lo fue el llamado Minotauro, ya realizaban ofrendas a seres nocturnos etiquetándoles desde épocas inmemorables, de dioses. Si mucho de lo que sus poesías narraban era cierto, ¿por qué no podía serlo la existencia de la caja de Pandora?

La curiosidad era siempre la dueña de mis pasos, quién me guiaba de aquí para allá, envolviéndome en problemas, en situaciones a veces absurdas, otras peligrosas y otras tantas divertidas. En aquella ocasión, todo parecía indicar que sería una de aquellas noches tranquilas y sin sobresaltos. ¿Qué podría encontrarme en un museo de noche? ¿Una momia haciendo ganchillo con su propio vendaje? ¿Un Indiana Jones azotándome con su látigo? ¿Un dinosaurio bailando reggaetón? Bueno, aquello hubiera sido muy gracioso, a decir verdad… pero no, no esperaba encontrar semejante espectáculo.

Como si de un turista más me tratara, saqué mi cámara fotográfica de alta definición y empecé a fotografiar las esculturas y lienzos que iba encontrando por los pasadizos camino a la sección de Arte Clásico. Oh, incluso me hice una foto con una Afrodita que madre mía… ¡menudas curvas! Posé sacando la lengua y con una de mis manos sobre su pecho derecho mientras con la otra sujetaba la cámara, quedando unos segundos iluminado por el flash. Tras besar la mejilla de la muchacha esculpida, salté del pedestal en el que se encontraba y seguí perdiéndome por el laberinto de las vitrinas hasta encontrar justo aquello que había buscado. La caja de Pandora. Un recipiente de bronce de forma cuadrada y adornada, en cada lado, por figuras extrañas capaces de estremecerme. En la cubierta, había lo que parecía ser, la representación de un dragón.

- Oh la lá…- exclamé entusiasmado, relamiéndome los labios antes de empezar a proceder para deshacerme de su vitrina y contemplar así, la pieza en su completa belleza natural.

Por suerte, había desactivado las alarmas de aquella sala en cuanto había entrado y las cámaras de vigilancia pensaba robarlas tras alimentarme del único vigilante del museo y que, por cierto, seguía durmiendo como una marmota tras suministrarle somnífero en su rutinario café.

Cuando pude extraer la caja, maravillado, me senté en el suelo para ojearla por todas las perspectivas posibles. Y cuando mi mano ya se deslizaba por los contornos del cofre con la clara intención de destaparlo… un aroma familiar llegó a mis pulmones.

- ¿Papá?- me pregunté en un susurro alzando la ceja.

Me puse en pie de un brinco, tomé la caja para ponerla bajo mi costado sosteniéndola con el brazo y corrí a velocidad del rayo hacia dónde más fuerte era aquél olor. Antes de entrar en la sala, paré un momento a ojear el título de la sección. Arte Expresionista. ¿Qué llevaría a papá a visitar aquella exposición? La duda y las ganas de verle vencieron el pulso y me adentré en la sala, moviéndome con rapidez hasta que le encontré, cabeza abajo y colgando del techo como si de un murciélago con una coleta se tratara. Me daba la espalda, así que se me ocurrió presentarme de forma original. Tomé espacio y tras retroceder unos pasos, salté hacia el techo para quedar frente a él, agarrándome a una de las luces fosforescentes para quedar colgando de ésta.

- ¡Bú!- grité sonriente antes de sentir cómo la luz cedía y el yeso del techo se resquebrajaba.- ¡Ups!

Y luego, una risa nerviosa, la saliva que profirió un escandaloso sonido al ser tragada por mí, un último aviso del techo y… ¡buuuuuum! Cristales y más cristales, rotos a mi alrededor, mi cuerpo bajo escombros de lienzos ahora hechos trizas, esculturas de hierro forjado sin ya forma que identifique qué era… Alcé la vista hacia dónde se encontraba mi padre y un tic en la comisura de mi labio apareció.

- ¡Ya estaba así cuando llegué!- me excusé.

Todo parecía estar en calma…silencio…No me preocupaba mucho ni siquiera por los sistemas de seguridad. Después de todo habría salido de allí antes que nadie hubiese sospechado de mi presencia.
Pero entonces aquel aroma llego de sopetón…¿Como no reconocerlo? era prácticamente igual que el mío.

¿Johann?
Fue entonces cuando le vi delante mío, le contemple cabeza abajo como me hallaba y parpadee sorprendido de verle allí. Qué diantres llevaba bajo el brazo…¿Aquello era una caja?
Pero entonces aquel crujido me hizo mirar donde él se sostenía…Cerré los ojos y me mordí los labios mientras escuchaba el sonoro estruendo que se sumaba a la polvareda cuando Johan caía….Intente pensar en un hermoso prado verde, donde reinaba la paz y la tranquilidad…Pero abrí los ojos y deje de pensar en un lugar feliz para mirar hacia abajo…aunque como me hallaba era mirar hacia arriba.
Las esculturas y los lienzos destrozados me hicieron sentir un escalofrío…¿Porque siempre o mis seres queridos o yo...terminábamos destruyendo obras de arte?...Aun seguía teniendo pesadillas por destrozar los textos de Da Vinci hacia un par de siglos junto a Eyra…Pero no era tiempo de pensar en eso.

¿¿¿Hijo???…Que ya estaba asi….¿que ya estaba así!!!?....... Comente antes de dar un agil salto para ubicarme delante de él, avanzando cual depredador sobre su presa mientras me acercaba lo suficiente como para quedar delante suyo. Me puse de acuclillas frente a él y situe mi rostro delante del suyo con gesto serio. Acercando mis manos, quite poco a poco los escombros que habían en sus cabellos y sacudí la polvareda de sus hombros mirándole con gesto serio. Sujete su mentón elevandolo un poco y le miré con cierto aire siniestro.
…Dices….Que ya estaba así…Ladee la cabeza entrecerrando los ojos mientras le miraba analizando su rostro, sus labios tensos, y sus ojos un tanto desorbitados al contemplarme. El silencio se hizo entre nosotros y entonces escuche con extrema nitidez como él tragaba saliva…

-Oh mi pequeño mentiroso!! Comente con una sonrisa antes de apretujarle en un abrazo que no se esperaba. Como te he echado de menos! Pensábamos que estabas en el Machu Pichu! Cuando has llegado? Me separe un poco de el y sonreí extendiendo un poco sus cabellos hacia atrás y acomodándole un poco la ropa cual niño pequeño destartalado. Me levante extendiéndole una mano para ayudarle a ponerse en pie y le contemple realmente alegre mientras frotaba una de sus mejillas con el pulgar quitandole una pequeña manchaTu madre se alegrara tanto cuando sepa que estas aquí…Que por cierto que haces aquí? Comente mientras le dejaba de estironear al fin para evaluar los daños que aun descansaban bajo nuestros pies.
mmmmm….Me temo que no se podrá hacer gran cosa con estas obras expresionistas. Tendremos que largarnos de aquí, este alboroto no nos dejara mucho margen de tiempo…Suspire, pues seguramente ahora solo tendríamos unos cuantos minutos.

Me gire entonces para caminar hacia la obra que había venido buscando. Y comencé a mirar rápidamente los soportes donde se sujetaba, sabía que tendría algún sistema de seguridad, pero confiaba con poder destruirlo antes de que hiciese demasiado escándalo.
Fue entonces cuando note que unos ojos me miraban más que curiosos. Gire el rostro.
-Oh vamos no me mires asi, el arte expresionista no es mi favorito…Me agrada mas el barroco supongo, pero es que esta obra tiene valor “sentimental” comente con una sonrisa antes de volver a palpar parte del borde del lienzo mientras continuaba hablándole. Veras…Dudo mucho que Edward quisiera que cualquiera se quedara esta obra…El…Continúe palpando los bordes inferiores hasta dar con una pequeña caja…El no deseaba que sus trabajos se convirtieran en algo comercial…Por eso me lo voy a llevar para impedir que nadie se lo quede…Apreté la pequeña cajita que se aderia al marco del lienzo, tirando de ella y triturándola entre mis dedos…Sino lo habría comprado en la subasta de mañana y ya. Pero cuando solté los escombros de aquella pequeña alarma y sujete el lienzo sacándolo de la pared la alarma silenciosa se activo. Los humanos normales no habrían escuchado nada, pero nosotros podíamos percibir la pequeña vibración en el aire, que era algo así como enviar un mensaje invisible alertando de movimiento.

…Dichosa tecnología. Le pase el lienzo a Johann y saque mi móvil apretando una de las teclas de llamada directa.
Gute Nacht Firenz…Necesito distracción…Nada grande…podría ser una pequeña explosión en el centro. Mmmm. Nonono nada de victimas, solo un “accidente”. Lo necesito en unos diez o quince minutos. Tschüss.
Sabia que apartir de ahora tendriamos los segundos contados. Guarde el trasto y mire a Johan que aun sostenía el grito entre sus manos.
¿Nos vamos?