Minerva Onassis

por **Minerva Onassis** Miér Mayo 09, 2012 9:06 pm

† 27 años † Humano Inquisidor † Facción III Tecnólogo † Mano Derecha de Líder de Facción † Clase Alta † Extranjero † Heterosexual/ Origen: Athenas, Grecia

† Minerva en lo fisico †

Contando los rasgos pulcros y perfectos de Minerva se podría dibujar a una mujer hecha exquisitez, con una estura no menos de un metro setenta y cinco centímetros, piernas alargadas así como una dorada y larga cabellera ondulada, la cual acostumbra dejar caer sobre sus hombros.

Distinguida por la rectitud de su nariz, perfilándose con un rostro griego poco común, rasgos que la han hecho sobresalir notablemente entre un cumulo de mujeres, volviéndola una belleza extraña, única y particular.

Identificar sus pensamientos a través de sus ojos podría ser una aventura en dónde no cualquiera se adentraría a descifrar, ya que sus orbes representarían la profundidad de los mares incorruptibles, enigmáticos y silenciosos. Su cuerpo incita al diablo a visitar sus confines ya que sus curvas que no distan de la perfección, su piel aterciopelada invoca a ser deseada por el tacto, el olfato, el gusto, ya que con un desliz despierta los sentimientos y deseos más recónditos del ser.

Como un diamante en bruto dispuesto a ser pulido por manos maestras, aguarda distante y virginal la pureza de Minerva

† Minerva en lo Emocional †

El cielo y el infierno mismo residen en la mente de Minerva, quien lleva el estandarte de la Iglesia con fervor y lealtad: “El alma para amar ha sido creada, más se complace en cosas pasajeras, cuando por los placeres es llamada”, sus pensamientos silenciosos e ilustres impulsan su criterio, inteligente, organizada, eficiente, sagaz, temible, pensadora asidua y amante de la literatura, actividad que le ha proporcionado las armas suficientes para colarse discreta y paciente para lograr sus objetivos. Enfocada y sensata, lo suficientemente para mantener los pies sobre la tierra, idealista en ocasiones, protectora en muy pocas ya que solamente se interesa por el bienestar de la Iglesia, que los objetivos de la misma sean realizados sin importar las consecuencias que pudiera traer consigo, así le lleve a la muerte misma. Destinar mi corazón al Papa, portavoz de dios en la tierra, gobernante de las mentes incorruptas, fieles incuestionables.

Sin embargo no siempre fue así, ya que en su natal Athenas, eran otros lo dioses “paganos” que alimentaban los espíritus de los hombres, mujeres y niños, sublevándose entre pecados y deshonras que en vez de alimentar el alma, la destruían, observando las desgracias, viviéndolas en carne propia, entendió el milagro originado por Dios; el verdadero señor de los cielos, ahí encontró el consuelo en su pronta juventud, estrechada en brazos santos, el Papa dio un motivo de vida, luz sin ambigüedad convirtiéndola en la mujer madura que es ahora: sofisticada, entregada, severa, directa y elocuente.

Su carácter serio, le han hecho lograr el reconocimiento de sus superiores, principalmente el Papa a quien le admira y ama como una sierva leal a la voluntad de dios. Sin chistar es capaz de cumplir cualquier encomienda, ejecutándola en un limpio e impecable accionar.

Temer para ella ya no es una cuestión que embarga sus pensamientos, ya que durante su entrenamiento a sido despojada de sus miedos, los cuales la habían gobernado durante años inconscientes, deliberando guerras internas de la que ha sido liberada mediante la meditación y el arte del combate. Controladora y compulsiva con tendencias a la perfección, haciéndole insobornable e incuestionable.

† Su Historia †

Proveniente de una familia acaudalada de Athenas, que durante un tiempo se encargó del comercio exterior de barcos y telas previendo a países como Inglaterra, España y Francia, brindándoles una status digno de envidiar, reconocidos y emblemáticos por la calidad de sus artículos. Sin embargo aquello no contenía la atención de la chiquilla, que buscaba aventurarse en los rincones menos explorados de la tierra y en Grecia pese a ubicarse históricamente como un país culturalmente rico no lo encontraría.

Siendo la única mujer de sus tres hermanos mayores, decidió aventurarse en la búsqueda de respuestas a sus dudas ¿dioses o dios?, situación a la que se opuso su padre, desterrándola y desheredándola de la fortuna familiar. Renunciando gustosa a sus privilegios, partió hacia Italia, guiada por la astucia y ese deseo inadvertido por encontrar lo que buscaba, allá se topó con la santa sede siendo esa la primera vez en ver en carne propia a un hombre mortal, seguido y venerado tanto como un dios de los tantos que conocía, hombres, mujeres y niños fieles aclamaban con furor, encandilados y aferrados a su fe lo señalaban eufóricos. Arropado en lujos, Alejandro Borgia se asomaba galante y servicial desde el balcón de aquella macro estructura hacia la plaza de San Pedro.

En aquella ocasión comprendió, indiscutiblemente la situación religiosa que envolvía a Europa y que comenzaba a extenderse por todo el continente, la iglesia católica era regida por leyes y mandamientos, los cuales debían ser respetados al pie de la letra por los príncipes de la iglesia; sacerdotes, cardenales, Papa y reyes. Durante la populación de la fe cristiana se instaron cambios radicales en las monarquías así como los habitantes de los diferentes pueblos del territorio Occidental, quienes debían reconocer y aceptar a su santidad sin cuestionar su origen, pues eran las leyes del mismo dios que proclamaba la llegada de un hombre santo.

Obedeciendo a sus instintos Minerva se introdujo en la fe cristiana, quien le regresó la paz en su interior, dándole la fuerza a su espíritu para superar las adversidades, encontró una manera más versátil de servir a dios y al Papa, fundada bajo la discreción de la Iglesia se unió a la Inquisición, organismo encargado de solventar dudas y mantener el orden de situaciones sobrenaturales en el mundo. Seleccionada por sus importantes contribuciones e investigaciones para la iglesia Minerva fue enviada a una importante misión asignada por el Papa en persona.

Despacho Papal, Roma, Italia.

-Santo Padre, he acudido a usted como es costumbre, pero ahora me llena de sentimientos inciertos no encontrar respuestas a mis dudas…-

- Hija mía…Minerva- Aclaró su garganta para continuar - Si tus dudas confunden a tu corazón deberás aclararlas lejos de aquí –

-Cómo podría hacerlo Alejandro? No podría estar lejos de usted…– consulté con cierto tono familiar, como si el cantico que salía de mis labios afirmaba una relación especial entre los dos, no era visto por mí como un padre, tampoco un hermano, mucho menos un amigo, sosteníamos una relación más allá, incomprendida por ajenos, situación que preferíamos por nuestro bien mantener en secreto, un secreto muy bien guardado.

- Entiendo tu pesar Minerva, pero deberás despejar tu mente fuera de la santa sede, existe un favor personal que quisiera cumplieras, sabes bien que pocos son acreedores a mi confianza tanto como lo eres tú – el aliento sabor menta me transportaba a caminos insospechados, no podría amarlo en secreto, venerarlo tampoco, era un pecado sostenerle la mirada siquiera, era un hombre santo y yo lo deseaba, era un pecado capital.

-Comprendo su santidad…- acoté tranquila aguardando a sus señalamientos.

- He recibido noticias de tierras lejanas, en Arabia se están formando posibles cultos de brujería, llevado a cabo como sabes tú, por humanos con poderes sobrenaturales, ajenos a la naturalidad del ser humano, castigadas por dios, ve y encuéntralos, confirma si nuestras sospechas son reales, el circulo busca un libro que revelan los secretos de la Atlántida, que como cuentan las leyendas eran humanos superdotados con grandes habilidades por lo que es inconcebible y antinatural - confirmó mis sospechas, sucumbiría ante la pena de no verlo más por tantos años, ya que una investigación de esa magnitud equivaldría a años de servicio fuera del Vaticano, asentí con dificultad, por un lado el amor de mujer me lo impedía y por otro el amor a dios me impulsaba.

Titubee para responder “tranquila” pensé dejando que mis instintos se abalanzaran contra mí, desde mis entrañas saque valor respondiéndole beneplácita – Comprendo su santidad, partiré de inmediato, pido su bendición para aventurarme a cumplir su enmienda-

Sobre mi cabeza dibujó una cruz para darme buena fortuna y entonces el mundo se abrió a mis ojos, serenos e indomables como el mar, regocijándose con la libertad que ahora gozaba también el dolor y el extrañarle embriagaban mi corazón aunque su imagen la llevara en la cabeza.

Odisea Y Consagración; el fin a la búsqueda.

“Y entonces Jenófanes con sus ojos puestos en todo el cielo, dijo que lo uno es dios” continuaba mi lectura de aquel filosofo y poeta griego, un pensador presocrático que había instruido mi vida con interesantes fragmentos ilustres, invocando preguntas alternas y paralelas a mi lectura, si acaso sería posible haber respondido en su existencia lo que concedían sus pensamientos en el mío, habría apostado que nuestras conversaciones habrían sido fructíferas y provechosas, entonces durante esa época más desearía ser hombre que mujer, puesto que si no éramos esclavas sucumbíamos a pecar materialmente; las joyas, los lujos y alimentar a las mentes perezosas.

Acostumbrada bajo la sombra de un árbol de manzana, mi cerebro maquinaba una y mil respuestas a mis cuestionamientos, a lo que después de darles aparentemente un ¿Por qué?, ¿cómo? y ¿para qué?, despeje mi vista al horizonte, ahí se extendió un campo enorme, rodeado por altos pastizales verdes, árboles jóvenes que crecían buscando alcanzar en algún momento el cielo, amaba las creaciones naturales y las respetaba. El edén había sido creado por dios, según las sagradas escrituras; en lo que yo creia, ¿Era posible cambiar la mentalidad de una mujer que había coexistido con nombres de dioses ajenos al que hoy sin dudar seguía: Zeus, Athena, Apolo, Poseidón, Hera, Hades? – sí – lo era, era tan posible como poder abrir el mar que rugía ante las vistas incrédulas del pueblo de Egipto, liberado por Moises, tan posible como convertir el agua o vino en sangre, tan posible como crear el milagro de devolverle la vida a los muertos, la luz a ojos ciegos o calmar la sed y el hambre de multitudes.

Entonces sonreí, sabia a la perfección que tan sólo se trataban de milagros hecho por Jesús, el hijo de dios. Sabia a santo y seña cada renglón de la biblia, que de pies a cabeza me había hecho estudiar su santidad el Papa, pese a sostener una relación personal muy cercana con él, procuraba no darle motivo de quejas, mucho menos de fallas o duda alguna, si quería que él estuviera realmente orgulloso de mi, tenía que procurar resplandecer entre la oscuridad que envolvía a la Inquisición y así fue.

De pronto a mi mente llegaron recuerdos que dejaba atrás, finalmente había cumplido la misión encomendada y en mi bolsillo llevaba conmigo un pergamino importante, que, refería a la ubicación exacta de la Atlántida así como un viejo manuscrito que por siglos había estado cautivo de ojos curiosos, sabía entonces que existían en ese lugar rodeado por arena y austeridad la posibilidad de cultos y seres sobrenaturales, brujos, cambiaformas e incluso vampiros.

Más otro era el motivo que me alegraba, finalmente volvería hasta la ciudad pontificia, ahí aguardaría milagrosamente Alejandro, a quien mis ojos extrañaban, su imagen se volvía difusa ¿habría cambiado?, ¿habría notado mi ausencia? , pero sobre todo ¿habría notado mi lealtad incondicional?, sentada sobre la sombra me sumí en dudas, preguntas y falsas esperanzas, clame al cielo el perdón y la comprensión del dios misericordioso, entonces me levanté con el único propósito de dirigirme y llegar hasta él, con quien discretamente mostraba amor, con quien discretamente mendigaba admiración, no de un padre, no de un amigo, mucho menos un hermano.

Desafiando al destino mi rumbo cambió apuntando nuevamente a la Santa sede dónde nuevos objetivos me deparaban, entre ellos aceptar y continuar ocultando mi amor por Alejandro.

† Datos Curiosos †

● Considera intolerables a aquellos que cuestionan la palabra del santo padre.
● Su única lealtad es dirigida hacia dios y el Papa.
● Mantiene en secreto su amor por el santo padre, aunque su relación sea cercana, espera en algún momento poder llegar a revelarlo, para liberarse de su castigo.
● Llevó un entrenamiento exhaustivo en armas y combate cuerpo a cuerpo, es ágil y letal.
● Tiene memoria fotográfica por lo que esto facilita la realización de sus encomiendas y misiones.
● Trae consigo un relicario que lleva en su interior la foto de una pluma de ave la cual simboliza su encarcelamiento y amor hacia el santo padre, sólo se deshará de él hasta revelar su secreto.
● Odia a los sobrenaturales por lo que es considerada creyente leal y ferviente, no cree en la redención de los condenados por lo que no respeta ni tolera a sus compañeros inmortales.
● Toca a la perfección el piano y es admiradora de la pintura así como la escultura.
● Usualmente prefiere trabajar sola que en equipo por lo que se mantiene al margen para establecer relaciones, aunque existen excepciones, los cuales ella considera especiales y auténticos.

por Invitado Vie Mayo 11, 2012 6:05 pm

Ficha aceptada, bienvenid@ al foro

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Re: Minerva Onassis