Un noble caballero

por **Alexander Toreto** Jue Mayo 17, 2012 11:25 pm

La carta solo mencionaba donde le verían, no daba referencia alguna de la casa o el lugar donde se encontraba, pero si Marius lo había dispuesto no era lago de lo que debían preocuparse, el camino en el coche se hizo corto, la ciudad nocturna de Paris era tan activa como las noches de Viena, aquel ambiente les seria útil y agradable, pensaba, cerca del lugar donde se hospedaban había un orfanato y un hospital, pasaron al lado de restaurantes, teatros e incluso de parques de diversiones como los que habían visto ya en Londres, pronto se vieron lejos de la zona comercial, y comenzaron a surgir a la vista del coche flores y fuentes, que rodeaban un kiosco, dentro del jardín podían verse pasear parejas y algunos sirvientes con mascotas, se apoyo un momento en el cristal del coche cerrando los ojos, la imagen de la primera vez que vio el palacio donde vivirán una vez inmortales lo invadió. Una vez mas esta nostalgia. La fuente de la academia y los jardines donde sus hermanos corrían mientras el pintaba, viejas historias. Un hombre castaño de complexión media se acercaba al kiosco. El coche se detuvo en la entrada del jardín que mas bien parecía un parque, antes de reaccionar ante la puerta abierta Ashly había posado su mano sobre su brazo – Vamos princesa mía- no perdamos mas tiempo le dijo mientras bajaba del coche y la ayudaba como lo marcaba la etiqueta.

El aire parisino de por si ya era distinto a lo que acostumbraban, aquí n o había especias en el aire, los aromas eran mas bien comunes, en el jardín las cosas cambiaban un poco entre la brisa perfumada de humedad cabalgaban aroma a gladiolas, a lilas y algunas rosas, caminaban por los andadores del jardín y apreciaron los colores vividos y perfumados; Ashly había sido amante de aquel tipo de cosas hasta antes de su transformación y aun ahora solía mantener los jardines de las casas donde vivían, miraba atenta las variedades de plantas y aquel rostro entusiasmado lo hacían sentir aun mas nostálgico. Una presencia extraña cruzo el jardín hasta el punto donde el se encontraba. Alzo la mirada y aquella presencia provenía del kiosco al que se dirigían, su piel se erizo ante tal advertencia, abrazo con fuerza la mano de su hermana alertándola de aquella presencia, la joven sin sobresalto alguno levanto la mirada y la fijo en la distancia. Hizo una reverencia. Alastor miraba atento aquella reacción y la silueta que les aguardaba respondió cortes, avanzaron hacia aquel lugar, sabedores de que quien fuese aquel ser les aguardaba.

Estando a unos pasos del kiosco le pudieron ver claramente; percibieron su aroma y presintieron su fuerza. Subieron los escalones que eran su única distancia y ambos jóvenes hicieron una reverencia. Era un hombre maduro aunque su rostro no lo aparentaba, apuesto y gallardo, no muy alto, su personalidad denotaba orgullo, tenia aspectos de noble y siendo amigo de su padre con seguridad lo era y de muchos años.

-Alastor Toreto My lord- dijo haciendo una breve reverencia – es un placer conocerle, mi hermana Ashly Toreto,- la joven hizo una reverencia, - A sus ordenes ¿ Mr. Darcy Trudeau?

por **Henry Birdwhistle** Vie Mayo 18, 2012 2:23 am

Era muy arriesgado dejar la seguridad del escondite para llegar a París a galope. Pero era algo que tenía que hacerse. Así que Darcy había comprado un caballo de tiro a unos campesinos que encontró cerca del camino, no muy lejos del refugio, y había emprendido la marcha rumbo a los jardines botánicos en el sur de París. Había tenido comunicación por medio de cartas, a través de un intermediario, con un viejo amigo suyo, Marius. Aunque él estaba al tanto de la situación, la política no era lo suyo y la comdidad de la que disfrutaba no le daba razones suficientes para apoyar a uno u otro lado. Aprovechando esto Darcy le había solicitado ayuda en la búsqueda de un inquilino para la Hacienda de la Colina, ahora suya. Aunque legalmente pertenecía a un ficticio "Wiliam Turner". Mientras la Hermandad del Dragón Azul permaneció oculta en París, Darcy se aseguró de que la hacienda permaneciera en buen estado, mandando dinero de vez en vez a los criados que aún vivían allí. Ahora sin embargo después de estar prisionero en la Bastilla todos esos meses y hayándose lejos la nueva ubicación de la guarida de los Dragones, se veía obligado a buscar a alguien más para que se hiciese cargo de los asuntos del lugar.

Prácticamente el contrato estaba asegurado, Marius le había comentado sobre dos hermanos, amigos suyos, que estaban buscando alquilar en París. Recién se mudaban de algún país, no recordaba cual. La cita se hizo en los jardines botánicos, un lugar que casi nadie frecuentaba, menos entre semana.

Fue por las calles mas solitarias que el lobo llegó hasta alli. Odiaba sentirse como un criminal en su propia ciudad natal... pero eran tiempos de guerra, y ya se arriesgaba con ir hasta allí. Llegó diez minutos antes de lo acordado, para asegurarse de que no hubiera alguna trampa o alguien espíandole. Recorrió el lugar y sólo hasta que se sintió seguro fue a aguardar al kisosco, protegido por la sombra. Apenas unas cuantas personas se paseaban por el jardín. Los susodichos no tardaron mucho en llegar, pudo divisarlso en cuanto bajaron del coche. El hombre actuaba con cautela, la mujer con seguridad, no tardó en dedicarle un saludo cordial. Darcy hizo una pequeña reverencia con la cabeza. Ambos parecían jóvenes, con clase. Fácilmente se les reconocía como hermanos, el tono de su cabello era parecido y los ojos denotaban cierta fuerza contenida, lista a usarse si se necesitaba. Y ambos eran vampiros.

-El palcer es mío.- replicó cuando estuvieron suficientemente cerca, haciendo otra reverencia. Primero fijándose en él y luego en ella. -Señorita.- Frunció el ceño ¿Marius les había dicho su nombre? Esperaba que fueran de tanta confianza como su amgio había presumido. -El mismo.- sonrió a medias. -Espero que hayan tenido un buen viaje, a pesar de todos los disturbios que ha habido ultimamente... Me contaron que estan interesados en conseguir alojamiento en París. Yo tengo uno que ofrecer, ¿Conocen la Hacienda de la Colina? Esta muy cerca de aquí.-

por **Ashly Toreto** Sáb Mayo 19, 2012 1:30 am

El jardín era hermoso el aire muy viciado de aromas, aquel caballero era sin duda apuesto, pero su personalidad dejaba ver un poco mas, - Ha sido un viaje bastante tranquilo My Lord hemos traído con nosotros un barco, y no hemos encontrado problemas al registrarnos anoche, sin embargo nos es menester tener un sitio propio donde podamos disponer de espacio y tiempos- le miraba atenta era la primera vez que veía un ser como el,- No conocemos nada en Paris salvo el puerto y el Hotel – dijo con un poco de pesar, su hermano mantenía su brazo mas firme de lo que acostumbraba, sin duda le sentía peligroso, indago un poco en la mente de su nuevo conocido, sonrío complacida – pero he de decirle My Lord que si Marius confía en usted, usted mismo puede hacerlo, somos sus hijos, si entiende a lo que me refiero – alzo la vista y le sonrió con algo de temor, temía la reacción del caballero y la de su hermano.

Sin verla podría decirle que estamos dispuesta a tomarla, no será por mucho tiempo- miro a su hermano quien asintió al caballero, sabía que pronto dispondrían de dinero suficiente para tener una propia. Aquel rostro sereno y dominante le intrigaban, sin embargo sabia que no podía andarse con preguntas, menos aun si se trataba de un conocido de Marius, se aferra al brazo de su hermano, como escudándose – Me alegra mucho que sea alguien como usted quien nos ayude con el alojamiento, no debe preocuparse de nada, siempre disponemos de lo mejor cuando se trata de amigos de nuestra familia aun mas si debemos favores – hace una reverencia.

Se oyó a lo lejos el relinchar de un caballo, y noto que no había mas coches en el lugar- ¿ha venido montando? Déjenos llevarle le hemos causado molestias e incomodidades, podemos ir a ver la ubicación de la casa y usted puede disponer del coche si gusta- miro a su hermano que le sonreía complaciente pero noto que su brazo le rodeaba aun mas *precavida, se precavida* oyó decir a su hermano mentalmente aquella advertencia le hizo sonreír, memorias de nuevo surgieron en su mente – lo seré- apenas susurro, miro al hombre a los ojos, le atraía su personalidad, su seriedad, su raza – de que disturbios hablaba My Lord?¿ Es algo que deba preocuparnos?- se dirigió de nuevo a aquel caballero que atrapaba invariablemente su atención.

por **Alexander Toreto** Lun Mayo 21, 2012 11:40 pm

La joven miraba escudriñando al hombre, pero él solo podía sentir la fuerza que emanaba de aquel caballero, y el hecho de ser un licántropo que podía herirles le causaba un nerviosismo extremo, su hermana seguía hablando y el seguía atento a las reacciones, el aire soplaba, arrastraba los aromas del jardín y el del propio Darcy. El relinchar de los caballos lo puso aun mas tenso, sabia que podía confiar, pero no conseguía sosiego.

Coloco el brazo rígido para halar a su hermana si era necesario, la joven ofrecía con cortesía como siempre pero sabia que no había debilidad o necesidad de ello para con el caballero, temió que terminasen verse vulnerables *precavida, se precavida* le dijo a su hermana para que prestase mas atención. -My Lord lamento mucho si le hemos causado muchas molestias, debe tener prisa, díganos como podemos causarle el mínimo de molestias, como comenta Ashly por la casa y los cuidados no debe preocuparse- le hizo una breve reverencia esperando verle alguna reacción – y en efecto puede disponer del coche en cuanto desee- el jardín relajaba mucho la tensión que sentía, y el tacto de su hermana a su lado ayudaba en mucho también.

Escucho a la joven preguntar al hombre sobre los disturbios, - Sepa que le estamos en deuda y le ayudaremos en lo que sea que nos pida – siempre ofrecía sus servicios a quien le brindaba ayuda, miraba a su hermana atenta al caballero, y comenzó a bajar de a poco la guardia, y a prestar mas interés en el caballero, se podía ver en su porte la nobleza de su origen, y deleite le eran los asuntos de la nobleza. Atendió al caballero como su hermana hacia, dejándose relajar por el ambiente parisino.

por **Henry Birdwhistle** Mar Mayo 22, 2012 8:31 pm

Darcy escuchó esbozar la situación general a Ashy, era una mujer atractiva, bastante segura de si misma. Su hermano parecía ser sobre protector o tal vez no lo era teniendo en cuenta que ellos eran vampiros y él un lycan. Esa reunión sin embargo no era de seres sobre naturales hablando sobres las cuestiones propias de lo nocturnos. No, esto se traba de una sunto bastante humano como lo es un lugar para vivir, incluso podría decirse que la política se mezclaba en aquella conversación aunque los hermanos no estuvieran consientes de que tan cerca se encontraban de las causas de los recientes disturbios en Francia. Por lo visto no habían escuchado de nada y tampoco habían llegado a tiempo de ver la ejecución pública en la plaza de Notre Dame. Acababan de llegar de algun lugar surcando el océano y Darcy no preguntó cual. Entre menos supieran uno de otro mejor sería para los tres, por ahora. En el futuro quizá las cosas cambiarían.

-Por lo visto han tenido un largo viaje. Por suerte para ustedes yo puedo alquilarles el lugar desde este momento, si gustan. París es un buen lugar para vivir, sobre todo a las afueras de la ciudad. Se goza de la tranquilidad propia del campo, teniendo la diversidad de la ciudad al alcanse de un paseo.- observaba a Ashly revelarle la conección que tenían con su amigo, Marius. Era interesante que le tuviera tanta conrianza como para mandar a sus propios hijos a vivir bajo el techo desu propiedad. Más ahora que él seguramente conocía mejor la peligrosa situación en la que se encontraba. Era agradable contar todabía con algunas personas de su antigüa vida, aunque no le dejaba de sorprender. -Es todo un place conocer a los hijos de Marius.- replicó con sinseridad, sus sentidos no dejaban de prestarle atención a la tensión que reflejaba su hermano. Al parecer no opinaba lo mismo que su hermana. Nego con la cabeza. -Todo ira bien mientras mantengan a los criados que actualmente viven en la Hacienda y las cosas en buen estado. Me comunicaré una vez cada dos semanas, por carta, por medio de un intermediario. Yo tengo asuntos que atender fuera... asi que es poco probable que nos volvamos a ver en un tiempo. No tienen que pagarme nada por el alquiler, lo que más me interesa es que se le de mantenimiento a la Hacienda y de paso ayudar a un viejo amigo.- sonrió mirándolos alternativamente. Luego ella ofreció el coche, y aunque todabía tenía que ver a Katerina más tarde, decidió que era mejor despistarlos sobre sus planes para el resto del día. -Me encantaría acompañarlos a la casa, aunque me temo que sera breve mi visita, sólo para asegurarme de que quedan complacidos y firmar el contrato.- aseguró. Frunció el ceño mientras ellos intercambiaban palabras demasiado bajo para que él pudiera escucharles, aun siendo lobo. -Hay algunos que piensan que la monarquía no debería existir. Han causado algunos disturbios para mostrar su inconormidad... tengan cuidado.- adivrtió. Alastor salió de su silencio cuidadoso. -No es molestia, mutuamente nos ayudamos, eso es lo importante. Aunque he de pedirles que si preguntan, ustedes no me conocen y el que les alquila la casa es William Turner. Mi hermano se moestaría si supiera que mi madre me ha dejado la Hacienda aún estando con vida. Espero lo comprendan.- sonrió de forma lobuna. -Estoy seguro que podré contar con ustedes en el futuro... - miró los jardines, hacia el coche en el que habían llegado. La tranquilidad imperaba en el lugar, cubierto de una delgada capa de nieve a causa de la nevada unas horas antes. Era muy temprano todabía, suficiente como para que el riesgo de visitar la Hacienda fuera mínimo... -¿Vamos?-

por **Ashly Toreto** Miér Mayo 23, 2012 1:17 am

Confié en nuestra discreción- le dice la joven mientras hace una reverencia- mantendremos al personal y será bien pagado, de eso no debe preocuparse, y yo personalmente me encargare del mantenimiento de la hacienda,- le sonríe, mira a su hermano que parece menos tenso que en un principio, - como ha dicho mi hermano, ténganos en cuenta si algo llegase a necesitar- aquel hombre cada vez le resulta mas y mas interesante, y aquella sonrisa esbozada la deja aun mas intrigada.

Asiente a la sugerencia, - vayamos, podemos atar su caballo al coche para que no vaya solo – le sugiere, comienzan a caminar por el jardín, consigue deshacerse del brazo de su hermano, para poder caminar libre, - hay caballos en al hacienda My Lord?- pregunta mientras recorre con las manos las rosas del pasillo por el que pasaban – Me gusta salir a pasear, por supuesto que compraremos los nuestros, pero quisiera, si se puede me adelantar un poco,saber algo de lo que debo tomar en cuenta- le dice un intento de seguirle escuchando - Estaremos atentos a sus cartas- piensa en ello de pronto. En Viena había estado rodeada de caballeros nobles que llegaban a las grandes operas o de vacaciones, sin embargo aquella nobleza de naturaleza hipócrita le había hastiado a los pocos años de estar ahí, sin embargo este hombre aunque a sabiendas noble, era muy distinto, tal vez debido a su raza, o simplemente era de nuevo uno de sus gustos caprichosos.

En aquel momento cuando se disponían a subir al coche, un aire recio se desato, y arrobo el ambiente, los aromas pintados de pétalos brillaron ante aquella luna, los aromas invadieron los sentidos de la joven, aquel delicioso aroma fresco y familiar que le endulzaba la boca, y el nuevo aroma madoroso y ligero agudizaron sus sentidos, un repentino nerviosismo la invadió, debido al aroma del caballero, que hasta ese momento noto nocivo a su naturaleza. – Paris es sin duda un buen lugar para vivir, parece salido de un cuento- comenta mientras toma la mano de su hermano para subir.

Hacia unas horas que habían llegado a Paris, y ya se mezclaban en su ambiente, con su gente, sabia que aquello siempre ocurría cualquiera que fuere el lugar a donde llegasen, pero después de años de no pasar, ahora se sentía como en casa. Aquel caballero tenía mucho que ver, pues al igual que la primera vez que salió en la noche sentía que todo lo que veía era nuevo y un motivo para explorar – ¿viene Lord Darcy? –Pregunto ya que estaba dentro del coche, - no queremos que pase frio si va a galope- sonrió ante la ironía de su comentario, pero su protocolo lo había aprendido muy bien y lo había practicado durante muchos años.

por **Alexander Toreto** Jue Mayo 24, 2012 10:25 pm

Siempre un lugar alejado de la ciudad es un excelente lugar para vivir- comento riendo debido a la ironía que le causaba que se entendieran, -como ha dicho mi hermana nos encargaremos de conservar a todo y mejorar lo que se pueda vera que sabremos mantener la confianza que nos deposita- dijo a Darcy haciendo una reverencia, escuchándole hablar sobre las condiciones que les pedía acerca del nombre del dueño. Rio nuevamente. – Entiendo perfectamente las condiciones My Lord no tendremos ningún inconveniente, si gusta vayamos ya para que pueda volver a sus ocupaciones lo antes posible- le indico el camino a su hermana para que se dirigiese al coche, la joven se notaba entusiasmada, curiosa y ansiosa por manejar la hacienda, aquellos momentos, aquel lugar, el hecho de verse rodeado de nobleza y disturbios, todo era como en un principio. París en más de un motivo le inspiraba a recordar incesantemente a su natal Grecia. Miro a Ashly caminar frente a ellos pro el pasillo lleno de aquellas flores rojas que su hermana adoraba, preguntaba al hombre sobre el lugar que conocerían, y divagaba en su mente sobre aquel caballero. Costumbres de ella que sin duda eran parte de su encanto una vez que la conocían.

Miraba a Dracy hablar con la joven y poco a poco la tensión que sentido de un principio de desvanecía, llegaron al coche y la joven insistía en que el Lord los acompañara, dentro. – Vamos, Lord Darcy, ansiamos conocer la hacienda y dejar de causarle molestias,- le comenta sonriendo ante la aparente insistencia, de la joven- Se que una vez firmado el contrato, se sentirá mas tranquilo- le tiende la mano a su hermana para ayudarla a subir al coche. Aquella noche parecía tranquila, no había gente a los alrededores salvo un apareja o dos, un sitio ideal para un encuentro de seres nocturnos, el viento areció, y deshojo el cerezo que estaba al centro del jardín, a un costado del kiosco del que habían partido, - ciertamente las noches parecen hermosas, y variadas-sonrió mirando a Darcy. Hace años que no se topaba con un Lycan y nunca había convivido con alguno, sus círculos habían estado cerrados para los demás seres nocturnos, sin embargo al paso de los años y al recorrer el mundo se topo con varios, ahora convivía con uno y hacia tratos con él, un viejo amigo de su padre. – Espero que podamos llevar una relación mas cercana con el paso de los años Lord Darcy, por lo pronto acepte nuestra ayuda y discreción- le hizo una breve reverencia y le sostuvo la puerta del coche para que subiera.

Indíquele a donde nos dirigimos- le dijo señalando al cochero. Cerro tras él la puerta y una vez sentado dentro pregunto contento a su hermana- ¿crees que haya un piano?, de pronto me han dado deseos de tocar- sonreía ante su nueva perspectiva de este nuevo París al que veía como una sociedad que conquistar, en compañía de su adorada hermana.

La joven seguía intrigada por el lycan que los acompañaba, y el admiraba aquella escena para recordarla como el inicio de su estadía en París.

por **Henry Birdwhistle** Lun Mayo 28, 2012 3:43 am

-Me complace tener esa certeza, señorita Ashly y que comprendan con tanta amabilidad los requisitos.- Darcy se situó junto a la vampireza de cabellos castaños y largos, pues no quería incomodar a su hermano, además siempre es mejor que la dama sea la escoltada. Los aromas se entre mezclaban, flotando sobre la nieve y la hierba. -No es mío, alguien vendrá a recogerlo más tarde- mintió a medias. No quería que vieran al caballo pasearse por las calles de Paris, más tarde tal vez podría necesitarlo y no sería nada bueno que lo asociaran con él. Alguien podría reconocerle. Aunque tuvo cuidado de esconder su rostro de los transeúntes, fingiendo interés en alguna cosa que estuviera en el lado contrario. Por suerte las rosas eran suficientemente llamativas para simular con facilidad.

Luego Ashly preguntó sobre los caballos en la hacienda. Varias veces le había platicado Milo sobre cada uno de ellos, así que aunque Darcy no hubiera visto a todos con sus propios ojos, les conocía de nombre y seña. -Si, hay caballos y algunos otros animales propios de Hacienda. No se preocupen, pueden hacer uso de ellos con libertad, les hará bien salir y pasearse un rato. Más si se trata de tan nobles personas que sé que les tratarán como si fueran propios.- frunció el ceño mientras andaban, entrelazando las manos por la espalda. -Una vez firmado todos estaremos en paz joven Alastor. Les pediré que las respondan con afán de saber si siguen cómodos, de como marcha todo.- Fue claro el nerviosismo repentino de Ashly, que vino después de que el viento soplara con renovado impetu justo antes de subir al coche. Se río por el comentario sobre que París parecía salido de un cuento -Depende que parte de la ciudad visite, señorita.- El lobo le observó subir y Alastor le invitó a subir después. Con un sentimiento de reconocimiento abordó también. -Los años hablarán por si mismos joven Alastor. Puedo decir que por ahora aquí adentro se esta más cómodo que en el frio invernal, aun para los lobos- les guiñó un ojo. Dio orden al cochero para seguir las calles que les llevarían al susodicho lugar. -Si, hay un piano y también pueden usarlo.- les informó escuchando su comentario. Si no mal recordaba Anne Marie, la hermana de Milo, tocaba y cantaba... así que aún debía seguir allí. El coche se puso en marcha, no tardarían en llegar. Por un momento su atención viajo lejos, por la ventana, imaginando otros jardines diferntes...

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