Come inside the haunted house [Privado]

Como de costumbre, tenía sueño, otra noche más en la que no pudo dormir gracias a los excesos que conllevaban ese estilo de vida tan ridículo que llevaba, ¿Su trabajo?, claro no estaba, era un fotógrafo, alguien que trabajaba en una revista prestigiada de esa gran ciudad, ah, pero no en cualquier revista, era una interesante, no de chismes de famosos y de las estrellas de Hollywood, claro que no, aquello era un poco más ‘cultural’ por decirlo de ese modo, pero últimamente su sección carecía de aquellos elementos para mantenerla viva. Siempre se pregunto ‘¿Por qué diablos me mude a esta ciudad, lejos de mis tierras natales?’, sin embargo ahí estaba una vez más en ese Jeep Mercedes Benz color verde escarabajo o él le decía así, gustaba de poner apodos a veces.

Preguntándose un día de que podría tratar la sección, un compañero de redacción le hablo de una casa, de aquellos mitos y leyendas alrededor de ‘Amityville’, como muchas de las personas él había escuchado cosas en uno de esos típicos e idiotas programas de ‘caza fantasmas’, pero jamás le habían llamado la atención, sin embargo a la gente si, la curiosidad era la mejor trampa para capturar al gato, ¿Serviría para mantenerlo por lo menos en el trabajo?, tendría que averiguarlo, observo con expectación a su compañero quien comenzó a narrarle de aquellas cosas, de aquellos sucesos:

‘El hijo mayor de la familia asesino a cada uno de los miembros, empezando con sus padres, luego con sus hermanas asegurando que unas voces extrañas lo incitaron a hacerlo, los sucesos en la casa surgieron a raíz de que anteriormente personas que usaban la magia negra hicieron un pacto con el diablo, pero la fuerza demoniaca era demasiado así que sucesos extraños acontecían ahí, espantando a las familias que residían desde entonces’

¡Claro que Asagi no creía eso!, sonaba a mito barato, casi viro los ojos cuando le escucho decir aquello, pero sin dudas era alguien que se guiaba por la curiosidad, el chisme, sabía que una familia había comprado dicha residencia pero que por los sucesos demoniacos, como ‘plaga de moscas en las ventanas, extrañas voces y exorcismo inútiles’ hicieron que esas personas huyeran o eso quería pensar, sin dudas eso sería la clave para que turistas y demás como él, visitaran el lugar, apenas había recobrado la consciencia cuando hizo una pequeña investigación entrevistando a los residentes del lugar.

Personas que por cierto o eran demasiado reservados o demasiados chismosos inventando cosas demás, sin más que investigar de momento, se dirigió a la casa, aparcando ahí, frente a esa hermosa residencia, era un lugar amplio, la vegetación estaba bien y no se veía presencia de algún fantasma pegado en la ventana esperando a que él entrara, lo primero que hizo fue tomar la cámara y fotografiar varias veces la fachada, el sonido del flash lo despertó de sus pensamientos y a lo lejos observo una figura, un muchacho que venia en su dirección, pero ¡Por el amor de Dios!, era delgado, atractivo pero demasiado… demasiado… simple como si tratara de demostrar algo, sin querer Asagi le tomo una foto, -lo había hecho apropósito a decir verdad – y le miro de pies a cabeza –¿Dígame lugareño, usted esta dispuesto a darme información de los sucesos extraños que ocurren en esta hermosa casa? –Sonrío quitándose las gafas de sol y clavando su mirada azul cobalto en él. De cerca parecía mucho más atractivo.

El timbre de su voz era hermoso, difícil de dejarlo pasar, incluso en la forma grácil en la que se movía, inmediatamente sintió aquel calor dibujarse en las mejillas del otro, el día no parecía del todo agradable, justo ahora sus expresiones se pusieron serias, porque notaba que ahora la persona que tenía enfrente trataba de hacer bien su trabajo, enarcó una ceja y cuando estuvo más cerca le examino con cuidado, tenía unos detalles bien dibujados en el rostro, como si fueran pequeñas constelaciones, esos lunares que se esparcían dándole mejor belleza. Bajo la mirada un momento disimulando que le estaba examinando, ¿Qué hacía un chico de su apariencia ahí?, ¿Jugar a los exploradores?, enarcó una ceja –Lo siento, fue mala, broma pero…-Se detuvo en seco cuando observó aquellas hojas.

¡Cierto!, exclamo para sus adentros viendo con cuidado el material, estaba trabajando no coqueteando ni poniéndose a investigar lo que esa persona estaba haciendo, tomo aquellos papeles y con cuidado los repaso siguiendo una lectura amena y un poco sobrenatural, no estaba familiarizado con esas cosas, pero había algo que le gustaba, era el misterio que cosas como esas hacían que la gente se interesará, quería sentir el pánico en las venas, el miedo en la piel para poder escribir con certeza lo que sentía solo así invitaría a demasiadas personas al lugar y por fin su trabajo valdría la pena. Enarcó una ceja cuando empezó a leer, ¿Fantasmas?, ¿Maldiciones?, presencias extrañas y demás cosas describían los apuntes.

Echo una pequeña carcajada y sin darse cuenta la persona ya había avanzado, al lugar, coloco bien su gafete y tomo la cámara de video entre sus mano izquierda, no sin antes colgar la de fotografías en su cuello, se inspecciono para poder escribir un articulo digno, a diferencia de muchos periodistas, él solo contaba con su memoria y lo que sentía para grabar cada momento, no había escuchado nada de lo que la persona le había dicho, estaba tan concentrado en las historias que las personas comenzaron a levantar como mitos que se había olvidado de quien le brindaba dicha información.

Cuando comenzó a avanzar sintió una especie de energía pesada, apenas estaba en el jardín fotografiando de lejos la casa y algo en el interior parecía atraerlo, como una clara invitación, camino un poco más deprisa, no por miedo, no por temor, solo por esa voz suave y esas facciones bellas. –He grabado eso –Confesó cuando vio la puerta azotarse de esa manera, en realidad lo estaba grabando a él como prueba de que la cámara servía pero presencio dicho fenómeno y quedo algo extrañado –Asagi Dunkelheit –Musitó ahorrándose el estirón de manos…-Disculpa, has dicho de una investigación, yo he venido por motivos similares, podríamos trabajar juntos si deseas…-Se puso frente la puerta pasando de él y le observó – ¿Cómo has dicho que te llamas?-Giro la perilla y el rechinar de la puerta fue de suspenso al ir viendo el interior, apenas puso un pie ahí sintió aquella presión en el pecho, como si le costara respirar y frunció el ceño, volvió la vista al chico y le extendió una mano -¿Vienes?