Juan de La Cruz

por **Juan de la Cruz** Lun Jun 04, 2012 9:00 am

Juan de La Cruz

Nueva Orleans▪ Brujo ▪ Vudú ▪ Clase media ▪ Asexual ▪ 24 Años

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Como dicen por ahí, “Los ojos son el espejo del alma” y su mirada se muestra increíblemente pesada para aquella persona con la que se topa, el color avellana de sus pupilas se vuelve profundo y misterioso conforme se le observa. Su cabello se enrolla en sí mismo hasta formar un exótico estilo, las rastas que lleva siempre logran que la gente voltee a verlo incluso en medio de una muchedumbre, siendo algo poco común en la alta sociedad parisina.
Es alto en la medida de lo normal, siendo descendiente de una madre Hispano-arábica y un padre mulato su complexión llega a ser algo extraña para la mayoría, delgado pero atlético y de buen ver, no encaja demasiado con ninguna de las nacionalidades antes mencionadas teniendo a la vez rasgos de los tres, con pómulos altos, ojos levemente rasgados, además de facciones perfectamente simétricas mantiene el encanto solamente posible en aquella extraña mescolanza de razas.
Sus expresiones se muestran siempre cubiertas por la sombra del misterio, con una sonrisa que asegura alto y claro “Te lo cobrare más tarde”. Tiene un par de tatuajes en la piel que muestran citas bíblicas escritas con magia pura, las cuales significan su contrato con aquel sirviente fiel y silencioso que se muestra cada que lo necesita.
Su rostro no demuestra sus 24 años de vida y su juventud es parte de un contrato con el demonio, sin embargo a momentos, cuando su poder mágico disminuye su rostro comienza demostrar su edad real e incluso durante una ocasión llego a verse como la de un anciano rondando los 60 años.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

“Hay, pues, que ser zorro para conocer las trampas y león para espantar a los lobos”

Nacido en la injusticia no confía en el sistema ni en que clame por ella, la inquisición se le muestra como una gama de grises que tienden más al negro, sin embargo a veces, durante las mañanas soleadas y los días cálidos le dan ganas ser inocente y creer que lo bueno te puede llegar sin pedirte nada a cambio. Suerte que siempre ha sido muy friolento.
Con una esencia tan peculiar como su apariencia, anda por el mundo preocupándose solamente por su propia supervivencia, exprimiendo la vida como un pequeño limón persa nacido de un planta que esta a punto de secarse. Conocedor de todo lo que le rodea de una forma empíricamente refrescante, gusta de jugar con las personas que le agradan mintiendo y confundiéndoles hasta la medida de lo posible. Para los que no conoce, se muestra como un simpático pueblerino con el afán de hacer amigos, para los que si… no hay diferencia.

Los clientes son una cosa distinta, mueve sus hilos cual titiritero en una función tétrica, sonríe todo el tiempo, hablando con acertijos y metáforas que oscilan entre la verdad y la mentira. Su lengua es tan filosa como un cuchillo y puede llegar a desparramar tal veneno que intoxica con unas cuantas palabras, sin embargo nunca habla más de lo necesario, comprende el valor y poder que una simple letra posee, además del peligro que corre su vida si se le suelta la lengua enfrente del Barón Sameri.
Destaca en cualquier cosa que haga, sin embargo brillar como un foco puede ser peligroso cuando vives en un mundo de sombras, por lo cual a aprendido a mantenerse a raya viviendo con un peculiar estilo +/- frente al ojo público, manteniéndose como un fantasma para cualquiera que pregunte por el con intenciones no gratas. No le gusta mantenerse estancado en nada y por ello, al igual que el flujo de las almas que viajan al más allá, él se mantiene en constante movimiento sin permitirse pasa demasiado tiempo con nadie.

Es astuto y no se tienta el corazón en deshacerse de aquello que estorbe, con la capacidad de comerse al mundo pero con cadenas que lo atan a un loa tan impredecible que en cualquier momento podría decidir matarlo y terminar su contrato antes de lo planeado, siempre cauto con respecto a los demás, no es de los que dan su brazo a torcer cuando sabe que tiene la razón.
Piensa que la libertad esta sobrevaluada, pues el viviendo en una especie de esclavitud vuela más alto que aquellos que no tienen más atadura que su propia existencia.

GUSTOS

▪ El dinero
▪ Los juego de azar
▪ El trabajo
▪ La magia
▪ El misterio
▪ La actuación
▪ La caza
▪ Las bebidas destiladas
▪ La música
▪ La voz de las mujeres
▪ Una buena pelea

DISGUSTOS

▪ La injustica
▪ El dolor
▪ Las mentiras [Cuando van dirigidas a él]
▪ La palabra “muerte”
▪ El Barón Samedi
▪ Las bebidas fermentadas
▪ Los obstáculos
▪ Las flores de color rojo
▪ La ignorancia acerca de la brujería
▪ La mala enseñanza
▪ La imprudencia

HISTORIA

“El día en que nací, mi abuela se murió de un infarto, mandaron a mi mama a la hoguera, colgaron a mi prima, descuartizaron a mi tío y mi papá se volvió un prófugo de la justicias, y aun con todo eso, me parece que fue un gran día para nacer”
Aquella dolorosa mañana, Ave dio a luz a su primer y único hijo, asistida solamente por sus propias fuerzas y algunas cuantas del mas allá, el niño nació rápidamente dejándola al borde de la muerte, a su alrededor, sus llorosos ojos solamente alcanzaban a ver los barrotes que la aprisionaban, la piedra se sentía fría bajo sus pies mientras la desolación de tener en sus brazos a su pequeño niño ensangrentado entre sus brazos, llorando a todo lo que sus pequeños pulmoncitos le permitían lograba aterrarla ante la posibilidad de que los guardia la encontraran.
Ellos llegaron a parís como esclavos de un gran señor, un mercader importante que vio en ellos una gran inversión, meses después de su llegada Ave fue acusada de brujería, y esa mañana esperaba su ejecución. La magia que poseía podía salvarla, pero solamente a ella, su pequeño debería sufrir un terrible destino si decidía escapar. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras una calmada y dulce voz masculina aparecía a sus espaldas, era Abdul, su marido, quien con una sonrisa en el rostro recogió entre sus brazos al bebe y desapareció en las sombras de una esquina de la celda. Ave sonrió sabiendo que su marido usaría toda la magia que corriese por sus venas para proteger a su pequeño. La única cosa que le dejo dicha antes de que desapareciese fue “Juan, Juan de la Cruz”
Amarrada a la cruz, levantando la vista al cielo pensó por un momento en renunciar, entonces su vista se topó con el odio desmesurado de la gente y ella misma se contagió con el odio de la gente y en un último grito desesperado exclamo

“Penitenziagite!!!!”
“Arrepiéntete!!!!”

Entonces el cielo se volvió rojo dejando caer toda su furia sobre la muchedumbre, quemando todo a su alrededor piedras encendidas cayeron hasta aplastar el pecado de aquellos que creyeron hacer justicia, Ave sonrió y gritando un conjuro al cielo, entonces de su espalda brotaron un par de alas negras que lograron sostenerla hasta el mar, en donde murió sola esperando que le fuera cobrado el favor desde el mas allá.
Abdul por su parte, escapo en un barco pesquero hasta regresar a la tierra donde nacieron sus padre, y donde fue tan feliz al lado de su hermosa Ave, allá en aquella tierra plagada de magia y misticismo en el cual todos sabia pero nadie hablaba, a Nueva Orleans, el lugar que lo vio nacer, y convertiré en hombre, el lugar que vería nacer y crecer a su hijo.

Juan creció rodeado de las historias que le contaba su padre acerca de su madre, la famosa Ave Cruz quien era amada por todos en su pueblo, además de las enseñanzas mágica de vudú y santería de las cuales Juan se inclinó más por la primera, haciendo a temprana edad diversas invocaciones y rituales con los cuales descubrió que todo tenía un precio, el único problema residía en si estabas dispuesto a pagarlo o no.
Conforme fue creciente Juan notaba la reticencia de la demás gente hacia su padre, nadie se acercaba cuando él estaba cerca y con el todos eran ambles por ser el hijo de Ave, escuchando las habladurías se enteró de la imagen que aquel amable hombre mulato mostraba ante los demás, una aberración que vendió su alma al diablo por un poco de magia y dinero, un hombre malvado que viajo a Francia con su esposa y regreso sin ella y con un pequeño bebe, un hombre terrible que dejo morir a la niña que todos amaban.

89 años tenía su padre cuando murió, mientras que el apenas y poseía 12, que gran sorpresa fue aquella para él y todos en el pueblo quienes creyeron que había conseguido la inmortalidad gracias al demonio, no, no era así, ciertamente Abdul hizo un pacto con alguien, una deidad vudú que le permitió ser joven durante muchos años más de los que debería haber sido, que le permitió casarse con una mujer de la mitad de su edad y engendrar un niño, pero que aun poseyendo una eterna juventud no se le fue concedida la vida eterna, teniendo un ciclo como el de cualquier persona normal de aquellos tiempos.
Juan descubrió también que su padre introdujo a su esposa al mundo de la magia negra y hechicería, del mismo modo que lo hizo con él, mostrándole como ganarse la vida cuando el no estuviese. Así creció juan de la cruz, dedicándose a la única cosa que aprendió en su niñez y adolescencia, magia, hechicería y vudú, ganando la misma aversión que tenían los vecinos por su padre y al mismo tiempo la misma simpatía de su madre, obteniendo los favores de gente importante tanto de este lado como del otro.
Sus poderes de invocación aumentaron rápidamente conforme explotaba todas las posibilidades de la magia, logrando incluso a obtener la gracia de los Loas del vudú, llegando a crear un contrato con uno de ellos escribiendo citas en si cuerpo con tinta hecha de magia pura, sin embargo cometió el erros de invocar al Barón Samedi, el loa de la muerte quien representa generalmente a una figura maligna en lugar de a Mamá Brigitte, el loa esposa del Barón quien al igual tiene influencia en los asuntos de la vida y la muerte pero a diferencia de este, se presenta como una figura dulce y bondadosa.

Su apariencia se quedó paralizada en los veinte gracias a su contrato mágico, sin embargo cuando su magia se agota o aumenta el Barón se aprovecha para jugar con su rostro mostrándolo joven o viejo según sus caprichos, por lo cual a pesar de que están atados hasta que Juan muera, este no recurre a préstamos con él a menos que sea completante necesario comunicándose con los otros loas para que le ayuden.
Aparte de la magia vudú, la cual se muestra como su especialidad y le abre las puertas del mundo también aprendió de su padre la magia de la tinta, la cual consiste en mediante una tinta y papel especialmente fabricados con ingredientes especiales trayendo a la vida cualquier cosa que se plasme en ellos, desgraciadamente uno de los elementos primordiales para la creación del papel se extinguió tiempo atrás y Juan solo cuenta actualmente con 10 paginas para usar sabiamente.
La magia negra tiene muchas e increíbles variantes entre los cuales se encuentran un sin número de hechizos dedicados a la creación o la destrucción, Juan busca deshacerse del Barón Samedi para hacer un nuevo contrato con mama Brigitte, sin embargo esto no puede decírselo ni a sus pensamientos, pues el Barón puede ponerse de al humor y cobrarle con creces los favores hechos en el pasado, Juan sin embargo, no está dispuesto a rendirse ante nada.

EXTRAS

- Su padre realizo una invocación con el Damballa, uno de los loas más antiguos el cual a diferencia del barón rara vez intervenía en sus asuntos y solamente se presentaba para brindarle conocimientos acerca de su magia y los peligros que corría al utilizarla
- Su madre recibió ayuda de mama Brigitte durante el parto sin embargo fue el Barón Sameri quien consumo su odio para después cobrársela caras
- Juan de la Cruz lleva la fiesta en paz con todos los loas a pesar de que es raro que un humano lleve buenas relaciones con estos, por lo cual cuida de no abusar ya que su alma se enferma cada vez que les pide un favor
- Trabaja de lo que es, un hechicero vudú, y se mantiene de los típicos pedidos consistentes en maldiciones y amarres, a veces lee la fortuna aun cuando no posee el don basándose solamente en las sombras que le susurran al oído
- Su meta actual es un libro de hechizos del que escucho hablar en el pasado
- El ritual para invocar al barón fue hecho en el bayo de Luisiana, un desemboque de cuatro brazos, visto desde arroba como un cruce de cuatro que es el tipo de lugares donde suele aparecer dicho loa
- Una vez se hizo pasar por el dueño de una tienda de limones persas
- En algun momento de su vida utilizo el nombre de otra de las encartaciones del Barón Samedi sin darse cuenta, Barón de La Croix
- A veces cambia su apariencia para pasar desapercibido jugando a ser camaleón

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por **Nigel Quartermane** Miér Jun 06, 2012 1:03 am

FICHA APROBADA
Bienvenido a Victorian Vampires

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