El romanticismo de un don juan [-Privado-]

por **Léonard Deveraux** Mar Mar 29, 2011 11:16 am

Alli estaré, pero espero que no se le olvide nuestro trato

-Noté la voz nerviosa de aquel hombre, estaba a punto de venderme un piano para colocarlo en medio de la plaza pues en cuanto el romanticismo llamaba a mi mente aunque la mujer no fuera para mi más importante que una noche entre sábanas hacia lo probable para que ella se encontrase comoda, la crueldad me hacia llamar sabio, la realidad me hacia llamar cruel, mis amantes sabían que yo no era un hombre que se atase fácilmente a sus caderas sin una buena razón y la mayor parte de ellas aceptaban.

Claro que algunas caian fácilmente mientras que otras, como la mujer a la que estaba intentando seducir, no caia en mis tramas eso sin duda la hacia interesante pues lejos de frustrarme como lo harían los demás me obligaba a seguir intentándolo hasta que yo mismo me cansara de ser rechazado, algo poco probable teniendo el cuenta el rumbo que empezaba a tomar aquesto…si, en mi cabeza me preparé no un discurso de amor sino la canción que le iba a tocar. Mandé a un mensajero a la puerta de la casa de la mujer, gastándome en el intento más dinero del que tenia acostumbrado, pero daba igual también había que dar utilidad a las futuras ganancias que podría poseer.

Inicié el paso hacia la plaza en la que había llevado el piano, el hombre nervioso de las miradas especialmente de los que podrian ser policías me miró esperanzado al verme llegar, le daría el dinero y luego recogería el piano para volver a vendérselo a otra persona, más que venderlo el termino empleado era alquilarlo, le pagué el dinero como acordemos mitad ahora y la otra mitad cuando la dama hiciera aparición y hubiera terminado el ritual de seducción caballeresca, me apoyé en el piano acariciándolo con las manos solo para comprobar el material, no me gustaba que me tomasen el pelo, al menos esta vez parecía haber dicho la verdad pues variando algunos arañazos que casi no se notaban al ojo humano estaba perfecto…me senté en el piano, esperando que aquella mujer apareciese ante mis ojos aun cuando mi presencia no seria del todo esquiva pues estaba junto en mitad de la plaza-