Yo y mi alma [Axel]

por **Dionisio Felice Benso** Lun Jun 11, 2012 10:24 am

Había dejado todo arreglado con el director de la sala de teatro donde trabaja para que me la prestara ese lunes por la mañana para poder ensayar mi unipersonal "Yo y mi Alma". En realidad necesitaba la orquesta para poder ensayar, ya que era una combinación lo que hacía entre teatro y danza. Comenzaba con un monólogo de Hamblet y luego representaba los sentimientos, emociones y pensamientos de Hamblet con una danza. Aunque no iba a tener la múscia la tenía en mi cabeza y podía ensayar de todas formas.

Llegué bien temorano. Las calles parisinas estaban muy frías, y había algo de niebla, aún era de noche cuando entre al teatro. Acomodé todo lo que necesitaba para la puesta en escena. Luego puse las velas que necesitaba para tener la luz suficiente para poder ensayar. Ahora necesitaba concentrarme en el personaje. Era una especie de ritual que debía hacer siempre antes de salir a escena, por lo general en los camarínes mirándome al espejo.

Finalmente estaba todo listo para que yo pudiera comenzar a ensayar. Pero antes que nada me desnudé por completo. No sabía aún si cuando la estrenará lo iba a hacer desnudo, la gente podría pensar muchas cosas, claramente para la sociedad sería una atrocidad que un actor se desnudé a la hora de actuar. Pero sin embargo, aunque sea en los ensayos hacelos desnudo me iba ayudar a liberarme para dejar que toda el arte fluya y poder mejorar el unipersonal.

Me paré desnudo en el medio del escenario, donde se encontraba la luz que provenía de una vela que colgaba del techo. Tenía una calavera en la mano, como en la escena de Hamblet. Hablé con voz profunda y poderosa. - ¡Ser, o no ser, es la cuestión!—¿Qué debe
más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía
el porfiador rigor, o rebelarse
contra un mar de desdichas, y afrontándolo
desaparecer con ellas?
Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño
sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos
que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así! Morir... quedar dormidos...
Dormir... tal vez soñar!—¡Ay! allí hay algo
que detiene al mejor. Cuando del mundo
no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
vendrán en ese sueño de la muerte!
Eso es, eso es lo que hace el infortunio
planta de larga vida. ¿Quién querría
sufrir del tiempo el implacable azote,
del fuerte la injusticia, del soberbio
el áspero desdén, las amarguras
del amor despreciado, las demoras
de la ley, del empleado la insolencia,
la hostilidad que los mezquinos juran
al mérito pacífico, pudiendo
de tanto mal librarse él mismo, alzando
una punta de acero? ¿quién querría
seguir cargando en la cansada vida
su fardo abrumador?... Pero hay espanto
¡allá del otro lado de la tumba!
La muerte, aquel país que todavía
está por descubrirse,
país de cuya lóbrega frontera
ningún viajero regresó, perturba
la voluntad, y a todos nos decide
a soportar los males que sabemos
más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
haces unos cobardes, y la ardiente
resolución original decae
al pálido mirar del pensamiento.
Así también enérgicas empresas,
de trascendencia inmensa, a esa mirada
torcieron rumbo, y sin acción murieron.

Termine de resitar y a mi cabeza vino la música que inundaba la escena y yo sin más comence a bailar la danza que tantas veces la había ensayado y que tanto trasmitía con ella. No había como estar desnudo danzando sabiéndo que nadie te ve y sentir más libre de lo que nadie se puede sentir...Sentir que el mundo es tuyo.

por **Axel V d'Este** Jue Jun 21, 2012 8:09 pm

Había momentos en los que tenia que hacer algo de “trabajo” como noble que era el trabajo era algo extraño para el, sin embargo era embajador y mantener una buena imagen en Francia era fundamental. Que el rey le pidiese encargarse del conservatorio de música había caído como enviado por el mismo infierno. Su imagen era sinónimo de buenas relaciones, educación, nobleza…

El conservatorio estaba preparándose para una presentación en publico, la idea era presentar a los jóvenes talentos a los hombres y mujeres mas influyentes y poderosos de Francia, muchos tendrían la suerte de encantar a algún noble que se volvería su benefactor , paseo por el teatro, revisando que todo estuviese en su lugar, no era de los hombres que dejaban asuntos como aquel a la suerte, era cierto; aquel trabajo no le traía ningún beneficio económico… pero le daba algo mejor que eso: IMAGEN. La imagen que debía mantener ante todo el mundo, nadie esperaba las atrocidades que cometía de semejante ejemplo de los buenos valores. Hablo con el dueño del teatro y al parecer todo estaba en regla… solo…se daría un paseo por los balcones privados, eran los que mas le importaban. Entro en uno de estos y la voz gruesa, nítida y masculina lleno sus oídos, extrañado se acerco hasta el borde del patíbulo, en el escenario iluminado por una luz suave, baja… estaba….si, no se equivocaba era un hombre y estaba recitando algo de Hamlet… no solo eso, al parecer el incognito artista no tenia problemas en andar por el escenario como dios lo había traído al mundo. Levanto una de sus oscuras cejas y se dio media vuelta, escuchándolo seguir bajo tranquilamente hasta el escenario, la voz siguió en un tono diferente pero con la intensidad contante. Para cuando comenzó a caminar entre los asientos, cada vez mas cerca del escenario, el artista desconocido estaba ya bailando. Espero en silencio hasta que el muchacho terminara su acto, guardando ante todo la compostura, el era un libertino, era cierto. Pero tenia mucho cuidado de donde tenia sus desliz.

Cuando el acto termino dejo que el sonido de sus palmas resonaran en el teatro vacío- muy bien jovencito, aunque dudo que el publico habitual del teatro aprecie… su…- levanto una ceja acercándose al escenario- su peculiar presentación- que es lo que haces aquí niño, se supone que no había actores hoy en el teatro- aborrecía las equivocaciones, esta era una menor pero eso no impedía que le irritara un poco.

por **Dionisio Felice Benso** Jue Jun 21, 2012 9:35 pm

Terminé la escena, estaba en el suelo, como terminaba la danza. Abrí los ojos, en general me gustaba bailar con los ojos cerrados, y mi sorpresa fue muy grande. No sabía quien era ese hombre, ni porque estaba aplaudiendo, bueno eso era lógico si había visto la actuación, pero no podía creer que alguien estuviera allí viéndome desnudo y que no supiera si quiera quien era.

Me levanté sobresaltado y pose mis manos sobre mi miembro que me daba verguenza estuviera tan visible. Intenté parecer maduro, odiaba que me dijieran niño, pero más que lo hiciera alguien a quien no conocía y que además no tenía ningún lugar en el teatro. - Mire señor no se quien le dijo eso ni porque sinceramente, yo había hablado con el director del teatro para que me permitiera ensayar, la verdad no se quien es usted y si le digo esto es porque le tengo respeto...Disculpé el hecho de que este desnudo, es solo que cuando estoy solo me libera un poco y me hace bien... - Al terminar fui a recoger una sábana que estaba detrás de escena y me la até a la cintura para aunque sea tamparme mis intimidades. Luego volví para escuchar la respuesta del hombre.

por **Axel V d'Este** Jue Jul 05, 2012 10:47 pm

Levanto una ceja ante la respuesta del joven- respira muchacho, tendré que hablar con el sujeto, detesto los malentendidos- especialmente cuando implicaban su trabajo, era un maldito amante de las artes pero no era eso por lo que hacia de buen samaritano como director del conservatorio. La imagen en esta sociedad lo era todo y el debía conservar la suya, los buenos modales, la tranquilidad y serenidad eran cosas que debía cosechar para permanecer en el lugar donde estaba.

“el príncipe debe volverse zorro y león a la vez, por que el león no entiende de las trampas y el zorro no puede protegerse de los lobos”
El muchacho le había hablado con aparente respeto pero había sentido cierta hostilidad en el, posiblemente por que siempre sentía mas de lo que debía en los que le rodeaban uno no llegaba a ningún lado confiando en la gente, eso solo te hundía. Sin embargo el joven era un artista eso le ayudaba a ser tolerante. Dejo caer su cuerpo en una de las butacas observado con descaro al muchacho, quien diría que le avergonzaba su desnudez después de tan desinhibida presentación, al parecer producto de la ausencia de público.

-Axel V d’Este, es mi nombre, te saludaría pero dudo que quieras quitar las manos de donde las tienes- sonrió sin poder evitar que algo de su burlesca personalidad saliera a flote, no era difícil cuando no había ropas caras y títulos protegiendo a su interlocutor.

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