Alaric von Wittelsbach

por **Alaric von Wittelsbach** Vie Jul 20, 2012 2:24 pm

- Nombre del Personaje: Alaric von Wittelsbach
- Edad: 25 años
- Especie: Humano
-Tipo, Clase Social o Cargo: Nobleza del Sacro Imperio // Conde Palatino del Rin, Príncipe de Prusia y Príncipe-elector por el Palatinado y Brandemburgo.
- Orientación sexual: Bisexual
- Lugar de Origen: Mannheim, Condado Palatino del Rin, Sacro Imperio Romano Germánico.

- Descripción Física: Alto, rozando el metro noventa. De pelo y ojos castaños. Sus cejas se desdibujan, no muy delineadas y poco frondosas en los laterales, contrastando con un tono pálido de piel. Sus labios son ligeramente carnosos, pero sin ser especialmente exuberantes. Sin embargo, el que sus rasgos sean tan normales, sólo hace que su porte y presencia resulte algo extraño. Una belleza humilde, como alguien le definió. Su cuerpo no está muy musculado, aunque lejos está de desarrollar barriga o ser considerado flaco, y presenta unas poderosas piernas, fruto de su trabajo como jinete.

Generalmente viste de manera formal y elegante, siendo en la privacidad cuando se permite algún ropaje más cómodo. Es frecuente verle portando un traje de corte militar.

- Descripción Psicológica: Alaric es una persona que es consciente de la posición social en la que ha nacido. Si bien le gusta guardar las formas, no hasta el extremo, aun esconde más la mayoría de sus sentimientos y de sus opiniones, prefiriendo cavilar las situaciones tranquilamente y no verse obligado a dar una respuesta rápida. Es consciente de que la política es un tema delicado y que, si bien debe arriesgar, también es su obligación no apostar a la ligera si quiere cumplir con sus pretensiones.

Nos ocupamos mucho de ser gentes de bien según la ley de Dios; no sabríamos serlo según nosotros mismos.
Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592).

Defiende el catolicismo, aunque no tenga intención de entrar en debates teológicos, pues no lo hace por convicción o fe, está muy lejos de aceptar o compartir los fundamentos de esta institución, muchos de cuyos miembros, predicadores, no cumplen. Sin embargo, entiende que es la tradición de su tierra y, más que eso, una forma de guardar una cierta estabilidad y un orden social que lleva marcado siglos, por la gracia de Dios y la alianza entre nobleza y clero, que estaba formado en gran medida por hijos menores de las grandes familias del continente. No tiene intención de volver a oficializar el catolicismo en el Palatinado, pero sí está en sus planes promoverlo.

Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad.
Miguel Delibes (1920-2010)

Su política no es totalmente desapegada al pueblo, es consciente de que, como gobernante, debe buscar de otorgarles una estabilidad y una cierta buena vida. Sin embargo, es más bien partidario del Antiguo Régimen, pues no está a favor de garantizar un régimen democrático, más que para entender la visión y las necesidades del pueblo. Es, en cierta medida, ilustrado, pero déspota.

Si hubiera una nación de dioses, éstos se gobernarían democráticamente; pero un gobierno tan perfecto no es adecuado para los hombres.
Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.

Ciertamente disfruta de la soledad, una lástima, pues tiene la obligación a asistir a eventos sociales de forma continua, pero no es raro que se escape a alguna habitación vacía a leer o a practicar el piano.

- Historia: La vida fue ciertamente amable para el menor hijo varón de Maximilian Joseph von Wittelsbach. Su existencia estaba definida por la amplia importancia de su apellido y por la escasa probabilidad de gobernar que recaía en él, teniendo dos hermanos por delante en la línea sucesoria, sin contar a Elisabeth, dos años mayor que él. Así pues, con las necesidades cubiertas y las comodidades garantizadas, recibió una educación mucho más laxa, pues no se esperaban grandes cosas de él.

Su infancia fue feliz, sin quedar marcada por un gran número de sucesos, al menos que él recuerde. Sin embargo, sí hubo alguno que otro. Por ejemplo, cuando su hermano mayor, Ludwig Tobias, fue secuestrado por una bruja, hecho que no recuerda, por ser aún un infante en aquel momento, sino que se lo contaron a posteriori. Su padre, que era un fiel católico, condenaba la brujería, mientras que el vástago le reveló que la mujer sólo lo había tratado cordialmente, dándole cobijo. De ahí se sembró en él la idea de que, lo que teóricamente es malévolo, no tiene por qué serlo en la realidad.

En su pronta juventud, su padre le reveló las intenciones de inscribirle en un seminario para empezar a labrar una carrera en el seno de la Iglesia, pues tenía la clara intención de que el muchacho pudiera abrazar y predicar la doctrina y, sobretodo, escalar en puestos de importancia hasta recuperar el arzobispado de Colonia, uno de los más importantes del Imperio y que varios miembros de la familia habían dirigido. Pero las intenciones de Alaric estaban lejos de amoldarse a esos deseos. Viendo la situación de la Iglesia y las imposiciones que, en teoría, ésta tenía, prefería labrarse un futuro por otro camino: el militar.

A los quince años de edad dejó Mannheim y viajó a Múnich, la capital bávara, desde donde gobernaba Carlos Teodoro de Baviera y del Palatinado y donde empezó a instruirse. Desde pronto, tuvo inclinación para la caballería ligera, ya que siempre le había gustado montar en estos animales, y no tardó en ser formado como “dragón” del ejército, en el que terminaría convirtiéndose en capitán de una compañía.

La muerte de su hermano mayor, Albercht, no supuso una gran pérdida para él, pues colocaba a su hermano Ludwig a la cabeza del imperio. El espíritu afable, casi ingenuo de éste, le convertía en un flanco fácil para que accediese a los consejos de sus allegados y familiares; o eso pensaba él. La realidad es que, desde que el Palatinado cayó en sus manos, vivió una rápida revolución que muchos tildarían de utópica, pero que, sobretodo, haría labrarse muchos enemigos al conde. La caída de los Di Alessandro, o Habsburgo, llevaría a Ludwig a coronarse emperador y a perpetuar la idea de un Imperio centralizado, pero desde una perspectiva mucho más liberal. La Iglesia fue una de las más perjudicadas de este corto reinado y uno de los enemigos tradicionales del Sacro Imperio, el Imperio otomano, aprovechó la situación para mandar al primo del emperador, el cual no sentía el menor aprecio por el resto de su familia, el cual debía intentar dar un golpe de estado y coronarse él como gobernante y acabar formando una alianza entre Colonia y Estambul.

Fue Alaric el que se enteró de esta conspiración, atrapando a uno de los implicados en Múnich, y, aprovechándose de eso, forzó la situación para que Wilhelm asesinara a su hermano mayor. Sus intenciones eran convertirse en el siguiente emperador, pero una serie de complicaciones se precipitaron a continuación. Friedrich, duque de Baviera, el cual era su primo segundo, también tenía las mismas pretensiones y un noble ruso, Vaslav Viacheslav, comenzó a comprar votos dentro del Imperio. Viendo que las posibilidades iban en su contra, decidió cambiar su estrategia y vender su voto como Príncipe-elector Palatino al emperador. A cambio de él, recibió uno de los territorios más importantes en la historia de Centroeuropa y que en ese momento despuntaba entre todos los demás. El Condado Palatino, en realidad, había caído en su hermana Elisabeth, pero, al haber recibido una educación propia para una mujer de la época, no parecía estar demasiado interesada en gobernar y abdicó en favor de Alaric.

por **Tarik Pattakie** Vie Jul 20, 2012 7:24 pm

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