15 minutes pass quickly? [Privado]

por **Frausto A. Figueroa** Sáb Jul 21, 2012 10:39 am

El destino es tan raro cuando te
depara algo que tu nunca esperas….

Golpe mi escritorio al escuchar las palabras de Sebasthian, a veces odiaba la forma con que me hablaba, sabia perfectamente como era el, tantos años juntos, tantos años platicando de muchas cosas pero ahora, ahora no se porque me enojo por unas simples preguntas ¿Cuáles eran? Pues la primera “Alexandrei, ¿Qué pasa con tu vida?” era la primera, me había quedado un poco confundido por la forma que hablo, por el tono que lo dijo “¿Qué pasa con mi vida?...buena pregunta, no se lo que pasa, creo que se a estacado, que se repite lo mismo, lo mismo, lo mimos, que no se que rumbo tomar, tener miedo de elegir un camino que me puede mandar hasta la misma muerte” Se la había respondido, estaba un poco inseguro por la respuesta que di pero eso es lo que pensaba, después siguió “Seguimos, ¿Qué va a pasar con tu vida?” Otra, otra pregunta que no sabia que tuviera respuesta pero de igual manera se la respondo “No se, no se lo que pasaba Sebasthian, solo pretendo seguir vivo, tengo una responsabilidad que afrontar, es mi hija lo sabes perfectamente, pero también se que debo cambiar mi vida porque será repetitiva siempre hasta el punto de aburrirme…” Y muchas mas preguntas a veces indecorosas pero el no es un caballero, nunca se ha considerado un de ellos, es un animal salvaje que no respeta a nada ni a nadie ¿Y porque es mi único amigo? Sabrá dios porque…si somos tan diferentes, el es tan hipócrita y yo muy recto, pero solo el destino sabrá porque nos juntaron y somos los mejores amigos.

Observe como Sebasthian se levantaba de su silla yo de igual manera lo hacia-Amigo, me debo de retirar-Asentí con la cabeza Antoline Sebasthian Beethoven es era su nombre completo, mi único amigo, mi único cómplice no sabría que hacer si no tuviera, de seguro estaría todo apestado si no fuera por su ayuda, el me apoyo con mi hija, con todo-Que te vaya bien, por favor no mates a nadie…-Reí sabia que lo que decía siempre lo escuchaba, el solo hablo con sus manos dándome entender que no le importaba lo que yo dijera, en segundo el había desaprecio de mi vista quedando solo nuevamente. Me volví a sentar en mi silla jugando con el cuchillo, mirando la puerta que esta un poco abierta, era de noche y yo seguía acá sin hacer nada. No tenia ánimos de salir esta noche, mejor me quedaría en mi casa, tranquilo sin hacer nada.

¿Qué será lo divertido?....

No se, solo esperar a que pase algo interesante esta noche.

por **Cora A. Samaras** Vie Jul 27, 2012 10:57 am

Me había quedado él en museo las primeras horas de la noche, me quede contemplando las hermosas pinturas que tenían en su poder aquel lugar. Nunca había podido crear algo así, era un poder, una habilidad de cual carecía completamente. Carecía de habilidad alguna. ¿Qué era lo que hacía? Absolutamente nada. Había llegado a parís con la curiosidad de vivir la vida, pero… me había dado cuenta que yo no tenía vida, no conocía a nadie, no tenia en realidad una vida social. Siempre al lado de una mujer que hacia todo por mí, siempre a las espaldas de una mujer hermosa… ¡oh si! Bella! Pero también obsesiva y sobreprotectora, tal vez si me hubiera dado la oportunidad de hacer hablado con aquel vampiro que se veía joven pero sus ojos denotaban años de sabiduría, tal vez no me sentiría tan frustrada y curiosa de conocerlo en esos momentos. La locura comenzaba a apoderarse de mí, comencé a llorar en medio de aquella soledad, estaba sola, esa era la única verdad que debía afrontar.

-Ahh…- suspire luego de haberme tranquilizado. Salí con la rapidez que podía de ese lugar, me dirigí por unos momentos a un lugar sin especificar, pero pronto note la necesidad, la gran necesidad de volver a intentar buscarlo… tal vez… solo tal vez, el tenia algunas respuestas para mis dudas. ¿Por qué ella se había ido? ¿Por qué nunca me dejo hablarle? ¿Por qué… porque… me interesaba?

Salí disparada hacia donde tal vez podría estar, sabía que estaba en parís, las imágenes me lo decían, mi corazón muerto me lo decía y con tanta fuerza que en ocasiones no me dejaba respirar. ¿Aquellas sensaciones debían haber muerto? Me pregunte mientras danzaba por los tejados de algunas casas. Mis saltos eran cada vez más altos, el viento chocaba con mi rostro, mi cabello lo volvía un nido de pájaros, pero no importaba, aquello me hacía sentir viva, mi humor comenzaba a cambiar mientras poco a poco me acercaba a él…

-aquí estas…- susurre de forma animada, comencé a descender mientras una imagen me segaba por unos momentos. Era el… estaba segura, había pasado algún tiempo de otra persona dejar la estancia, pero ahora el estaba solo en un sillón, estaba la puerta abierta, entraría por ahí, aunque no sabía cómo reaccionaría, eso era lo me mas me interesaba… ver su reacción… notar cual sería su sentimiento al verme, tal vez ninguno, temía, tal vez curiosidad, deseaba.

Fue rápido entrar, pronto me encontraba en la estancia, las sombras me abrazaban, parecía que las llamaba con mi pura presencia, me acerco a la puerta abriéndola con lentitud, pronto vi su rostro opaco, fruncí un poco el ceño, no podía verlo bien, la sala estaba mal iluminada… -Hola…- susurre con una sonrisilla –espero que mi visita no os moleste- sonreí mientras me acercaba –solo deseaba…- ¿Qué era lo que deseaba…? Parecía que mi corazón me preguntaba, yo no sabía que responderle… no lo sabía… tal vez.. ¿Alejar la soledad un poco? Solamente lo necesario para no sentirme tan miserable y estúpida.

por **Frausto A. Figueroa** Vie Ago 03, 2012 4:01 pm

No sabía lo que iba hacer esta noche, las ganas de salir se me había quitado desde que discutir nuevamente con mi hija, desde que llego no he parado de pelear con ella por tonterías, que esto, que el otro, que aquello me arto de lo mismo, me desespera y para no hacer una estupidez me alejo de ella, no quiero lastimarla porque sé que si llego a enojarme enserio terminara ella herida y odiándome de por vida y eso, eso no quiero. Me recargo en mi silla cruzando mis piernas, mirando hacia la puerta que estaba abierta… ¿No pudo cerrarla antes de irse? Dios que hare con ese amigo mío…nada, el no cambiara por nada del mundo ni por mí, ni por ella, ni por el mismo el es único, el ha sido asi siempre-Cuando logres cambiar Sebasthian, será el día que yo muera-Una carcajada me sale de mis labios al decir eso, era la verdad, el es una hombre que no cambiara por nada del mundo ni aunque le pegaran, por eso me agrada mucho el, porque dice lo que piensa, no se calla por nada ni por nadie-Alexandrei ¿Qué harás hoy? ¿Saldrás?...-Enfoque mi mirada hacia la puerta, la nana de mi hija me estaba hablando y preguntando, negué con la cabeza y mire que se retiro con una sonrisa en sus labios, para ella que yo no saliera era un alivio porque así no me pasara nada pero…hasta en mi propia casa me puede pasar cosas pero no hablare lo que paso hace mucho tiempo, mejor que se quede en los recuerdos que ahí está muy bien.

Me levante de la silla y camine hacia la ventana, observando los arboles moverse por el viento, parecía una danza, un baile que ellos disfrutaban. Hace tiempo que no bailo, tengo muchas ganas de bailar solo una pieza…pero nadie me ha invitado a una fiesta, mi único amigo que tengo es Sebasthian y el no le gusta ir a fiesta porque tiene malos recuerdos desde la última vez que fue a una solo va por su cargo a veces lo envido y a veces lo odio el parase tenerlo todo pero no se a veces me quedaría mil veces con la vida que llevo, tengo una casa grande, no tengo pareja…que a veces me desespera al sentirme tan solo, tan vacio por dentro, una hija a la que quiero mucho y daría mi vida por ella pero como se está comportando no me gusta nada, una nana que ama a mi familia y la queremos mucho…sí mejor no piensa que envido a las demás personas porque aunque seamos pocos de mi familia es linda, unida…supongo yo y sobre todo que da mucho cariño.

También hay una razón del porque no salgo, a veces me siento vigilado hasta acosado por algo o por alguien. Es tonto pensar eso pero es la pura verdad así me siento, no sé qué pasa porque huelo, miro, escucho y no hay nadie ¿Me estoy volviendo loco? No, no estoy loco se que alguien me esta vigilando y temo y temo que ese Vampiro haya descubierto que Ailish volvió a parís y no sé que voy hacer si me lo encuentro es mucho más astuto que yo, mucho más fuerte, más viejo…si me lo encontrara en un segundo me mataría y no quiero morir pero tampoco voy a huir como un vil cobarde-Ya Frausto, ya, clámate, no es el, él se fue…si se fue hace mucho tiempo…tu creador no va a venir hasta este lugar por algo que paso hace mucho tiempo-Pase un poco de saliva al recordar cómo me había convertido como me hizo un asesino en cuestión de minutos odio, lo odio con todas mis fuerzas y si se acerca a mi familia no sé lo que hare…lo matare aunque sea lo último que haga.

Pegue mi frente al vidrio de la ventana y pase mis manos sobre él, deslizándolas hasta caer nuevamente a mi costado y despegándome-Vamos, no te desanimes, vamos Frausto tu puedes, tu lo puedes todo…bueno casi todo-Me reí un poco y camine hasta mi escritorio sentándome sobre él y cerrando los ojos, necesitaba relajarme, necesitaba….abrí uno de mis ojos al sentir alguien cercas de mi casa…era un Vampiro, mi nariz se movió un poco, ese aroma…ese aroma de mujer que hace tiempo lo había olido pero no en parís si no en otro lado pero…pero en donde, no lo recuerdo tantas cosas que han pasado en mi vida-De quien…de quien será ese aroma que se acerca mas y mas a mi casa…-Susurre ladeando mi cabeza y separándome del escritorio empezando caminar paso por paso.

Detuve mi andar en la puerta de mi despacho y la cerré, alguien debería de hablar con esa persona, regrese a mi escritorio sentándome en el. Cerré los ojos necesitaba relajarme quien me molestara lo iba a pagar muy caro pero el sonido de la puerta abrirse me hizo abrir los ojos-Nana…te dije que…-Pero no era ella, era otra persona una mujer que me decía “Hola”…arque una ceja preguntándome a mi mismo ¿Quién se cree ella para entrar así a mi casa y sobre todo a mi despacho?...suspire un poco ladeando mi cabeza-Señorita…Lo que me molesta esque entre así a mi casa y sobre todo que abra la puerta de mi despacho como si ya lo conociera….-Cruce mis piernas mirándola, examinándola…escuchando que cortaba aquella frase “solo deseaba…” –Señorita…que deseaba…¿Verme?...porque no se anuncio y asi tal vez no pasaría la molestia de que le llamara la atención…porque déjeme decirle lo que usted hizo fue una falta de respeto a los habitantes de este humilde morada…y…-Me calle por un momento al reconocer aquel rostro…si…era…era...ella…-¿Co…Cora?...-Fue lo último que salió de mis labios levantándome rápidamente y dando pasos hacia atrás, no ella estaba en Grecia….

¿Qué ha pasado? Hace tanto tiempo que no la miraba que…me había olvidado de ella por completo…y ahora…ella está aquí en parís.

por **Cora A. Samaras** Jue Ago 09, 2012 9:47 am

Es horrible sentir aquel sentimiento de que has hecho algo malo, mi rostro se volvió una máscara de sentimientos, mis labios se fruncieron levemente mientras retrocedían algunos pasos, aquel noto en que me hablaba no era bueno. Todas sus palabras eran recias, pero tenían tanta razón que apenas me daba tiempo para reaccionar…

¿Qué deseaba? ¿Verlo? Ya lo había hecho, así que podría irme. Estaba a punto de decir un “lo siento” y largarme con el rabo entre las piernas pero de sus labios salieron mi nombre y mi corazón muerto exploto de alegría. No puedo describir lo que sentí en ese momento, pero lo que si tengo en cuenta es que aquello fue, lo que me dio una respuesta de lo que sentía en ese momento. Nunca pensé que aquellas mariposas serian tan fuertes que me provocarían nauseas.

Comenzó a retroceder al reconocerme… yo comencé a avanzar hacia la luz, había donde mi rostro fuera iluminado para que notara mis rasgos naturales -Frausto… lo siento… te he causado malestar- dijo totalmente deprimida-Mi madre ha muerto… y yo- estuve a punto de romper en llanto en ese momento… no conocía a nadie, el era enemigo de mi madre ¿Por qué estar ahí? Mi corazón me había guiado hasta ese lugar… ¡quería morir! Todo era confuso en mi mente, todo era tan problemático que sentía que podría derrumbarme en cualquier momento…

-lo siento- dije suavemente mientras mi mirada bajaba -Te estoy molestando…- apenas era una pequeña necesitada de amor, alguien que no tenía nada y buscaba una escusa para tener algo. Las pequeñas cosas de la vida nunca estaban resueltas. Mi corazón muerto aun podía sentir aquella sensación de soledad de necesitad de estar acompañados -¿Somos una especie que necesita compañía?- pregunte sin pensarlo. Aquella pregunta era más interna, pero había salido de mis labios en un suave y angelical susurro al que el acudió.

por **Frausto A. Figueroa** Vie Ene 25, 2013 9:21 pm

¿Cora Figueroa? Dios, me había olvidado de ella por completo esa jovencita que alguna vez sentí algo por ella, sí, no negaré que sentía cosas por ella más allá, ella, una mujer hermosa, una mujer distinta a las demás que alguna vez me había robado mi corazón muerto antes de lo ocurrido con mi antigua prometida, Cora Figueroa, la que le di mi apellido sin importar nada, solo quería tenerla cercas, para mí y de nadie más pero su madre se encargo de eso, ¿Era pariente de su madre? No sé, solo ella me odiaba, solo ella quería que me alejara de su hija y tuve que hacerlo. Mi último viaje fue a Grecia desde ese momento no salido de parís, me “escondí” aquí para que nadie me viera, no quería que Cora tuviera problemas con su madre, la amaba, si, no me mentiré, no negaré que sentía algo por ella, pero nunca le dije, por dos sencillas razones, la primera: Su madre no me quiera a su lado y la segunda: Porque no era para ella, no me sentía hombre para ella, quería que fuera feliz Cora con alguien más que ella se sintiera completa y conmigo creo que nunca lograría sentirse asi, aunque no podía decir nada “Si no lo intentas, no lo logras” pero ya paso, hace tiempo, ahora ambos tomamos nuestros caminos separados, ella por su lado y yo por el mío.

Nunca pensé que ella vendría hasta mi casa ¿Qué paso?; todavía sentado en mi silla, la mire-No te preocupes, no lo sientas Cora-Al pronunciar nuevamente su nombre sentí un cosquilleo en mi lengua y mi garganta cerrarse es como si al decir su nombre me pusiera nervioso era raro lo sé, iba seguir pensando del porque me estoy comportando de esta manera, pero escucho que su madre murió, no sé qué decir la verdad, no sé si decir “Lo siento mucho “ o “Ah” no se es complicado la llegada de Cora me hace recordar muchas cosas, demasiadas a decir verdad. Me levante de mi asiento fue hasta ella poniendo mi mano sobre su hombro y con la otra mano acaricie su rostro, le sonríe, siempre le iba hacer a Cora-Oye, no me molestas, por algo has venido no?-Pregunté, acercándome un poco a ella-Cora, si te digo, lo siento por lo de tu madre no sé si será con todo mi sentimiento porque ambos sabemos que no le agradaba a tu madre y a mi pus tampoco, pero siento tu perdida nada más…-Sonrío, al no poder aguantar más la estreche en mi cuerpo, acariciando su espalda-Tranquila, le di un beso en la frente como si de mi hija se tratara-Oye, tienes que estar feliz Cora…-Susurre, mirándola-Te casas con alguien. De seguro es un buen hombre para ti…-Levante su rostro, mis ojos se clavaron con los de ella, no pude decir más, no salía de mis labios pero una palabra si-Cora…-

por **Cora A. Samaras** Miér Feb 06, 2013 5:09 pm

Las cosas parecían ir mejor de lo que yo esperaba, al menos me había reconocido, eso era algo bueno, pude sonreír aliviada pero también con cierta tristeza de volver a ver a mi antiguo amor, aquel caballeroso y amable hombre que siempre hizo que hubiera algo mas dentro de mí. Su voz me reconforta, en realidad me hace más feliz de lo que él puede ver, simplemente le detallo y mis labios mantienen una sutil sonrisa al mismo tiempo que él se acerca hacia mí. Cuanto había extrañado su compañía su cercanía, el era uno de aquellos hombre que parecían tan difíciles de conseguir. Me aferre a su cuerpo, mi corazón rebosaba de alergia con solamente sentir su aroma llenar mis fosas nasales, el en ese momento era lo único que tenia. Le quise reprochar por no haberse comunicado conmigo en medio de cartas, pero sabía que yo era la culpable de eso también, aso que preferí quedarme callada.

Lentamente me separe de él mientras mi mirada era baja y no podía evitar estar un poco sonrojada y mucho más si este nombraba mi nuevo compromiso, el me levanto su rostro y yo busque sonreírle, en realidad sí, no podía negarlo, estaba muy contenta de estar con alguien y que pronto pudiera casarme con él-Si tienes razón- Dije un poco sorprendida de que el supiera que estaba a punto de casarme aunque deba ser porque llevaba aun su apellido por que se había enterado más rápido -pensé que ibas a buscarme cuando te enteraras- dije en realidad un poco molesta de que no haya sido aso. Me aparte de él mirando por el lugar de forma detallada, como siempre sus gustos eran exquisitos y buenos. Di unos pasos hacia adelante mirando todo lo que mis ojos podían apreciar, pude escuchar algunos murmullos de la gente caminando por aquella zona y otras cosas más, como el caminar de aquel roedor que tal vez le estaría comiendo los libros más viejos a Frausto. Voltee a verlo y sonreí levemente -tienes un lindo lugar- dije al fin mientras ocultaba mis manos en las espaldas y me acercaba al escritorio de forma tranquila y sin prisa.

-¿cómo está tu hija? ¿Aun sigue en el internado o convento en donde la metiste?- pregunte curiosa sin desear ocultar mi malestar en solamente pensar esa cambiante. Mi madre podría haber sido un dolor de cabeza, pero esa muchacha era ya una migraña crónica que parecía no tener cura -Muchas personas me confunden con ella y yo... Oh dios no por dios- dije riendo suavemente, pues en realidad lo que provocaba era risa todo aquello. A la final pertenencia a la familia Figueroa, aunque no fuera esposa de Frausto, tenía su apellido y sentía que era con el único que podría confiar en este cruel mundo nocturno.

por **Frausto A. Figueroa** Jue Mar 21, 2013 8:42 pm

Cora, Cora, ese nombre, esa mujer simplemente ella, una de las personas muy importante para mi, Cora, la mujer que me enamoré, para que seguir engañándome, siendo un tonto si no lo reconozco, me enamoré de ella como un tonto, otra vez, pero la diferencia de que yo la deje con su madre, esa mujer que nunca y tampoco comprendí porque le caía tan mal, era como si le hubiera echo algo que no sabía que le hice, pero la madre de Cora murió, ella tiene una vida por delante, una vida con alguien más, aunque al enterarme que se iba a casar fue un impacto tan grande que casi se me cae la mandíbula, sabía que ella ingreso a parís hace unos años pero nunca pensé que en poco tiempo iba a encontrar alguien más y se iba a casar, fue tan impactante para mi que no me creí por unos días pero tuve que asimilarlo, ella era feliz eso me confortaba mucho a decir verdad.

No esperaba verla, aunque no sé, ya no se lo que siento por ella, pensé que solo era una familiar más, una pariente, aunque no estaba preparado para verla todavía, pero ella llego aquí en mi casa, no se como me encontró aunque tampoco me importaba, me sentí feliz, me siento mejor dicho feliz por volverla a ver y estrecharla en mis brazos, quería que el tiempo se detuviera, al estar así, sentí como ella me regañaba cuando menciono esas palabras, cruce mis brazos y me recargue en el borde del escritorio.-¿Buscarte? ¿Para que Cora? Si tu ya tienes una vida echa, si te vas a casar con un hombre bueno-Cerré por un momento mi boca, mirando hacia otro lado, para después continuar hablando-Cora, no conozco a tu prometido, pero quiero que seas feliz, Cora….-Cada. vez que decía su nombre sentía que me ardía el esófago, que quemaba que quería salir palabras que la retenía en la campana de mi boca-Yo, espero de verdad con sinceridad que seas muy feliz, te lo mereces, te mereces toda la felicidad del mundo, tú-Miré como ella examinaba mi despacho, curiosa como siempre. Pase mi dedo índice por mi mentón, como si estuviera pensando, la mire, mis ojos examinaba el cuerpo de Cora, aunque no parezca, se ve más mujer, cuando la deje, hace años para mi era como una niña pero ahora, creo que tener prometido le asentado de maravilla, quería decírselo pero no me atrevía del todo, sentía que fuera una falta de respeto, iba hacer una mujer casa en poco tiempo, supongo eso.

Mis parpados se cerraron, escuchando lo que me decía.-Ailish esta muy bien, también se va a casar-Río un poco, ¿Por qué todo mundo se va a casar y yo no? A lo mejor es la época de casarse todo el mundo-Mi hija se esta haciendo toda una mujer, una mujer hermosa, una mujer digna, una mujer, como tú-Se lo había dicho, me separe del escritorio, acercándome a ella. No pensé en mis movimientos, al estar con ella, al recordarla tal como es hora; pase uno de mis brazos por la cintura de ella, acercándola a mi cuerpo-No, tu no te pareces a tu madre, tu eres digna de ser un Vampiresa, ella, ella no…-Susurre, acercándome a su cuerpo.-Sabes Cora, no hubiera venido…-Confesé, clavando mi mirada en el rostro de ella.-Porque me has hecho recordar viejos tiempo, y anhelando sólo una cosa….-Camine con ella hasta recargarla en una pared.-Grave error en venir a la guarida del lobo Figueroa….-Y sin decir más atrape su labio inferior para comenzar a besarla, lenta y pausadamente.

por **Cora A. Samaras** Dom Abr 21, 2013 3:38 pm

Tal vez no tenía nada que hacer en ese lugar, comenzaba a pensar que estaba haciendo el ridículo al frente de el, en mi mente me preguntaba qué rayos había pensado cuando comencé a buscarlo intensamente por tres noches seguidas, cuando las pude estar tranquilamente con Federico, era una pregunta que buscaba responderme y no encontraba las palabras que me satisficieran completamente. Comenzaba a sentirme como una niña estúpida que desea un cuento de hadas perfecto. ¿No estás por lograrlo? Me pregunte yo misma cuando pensé en Federico, aquel hombre tan perfecto que podría rápidamente llegar a amarlo, sin ninguna dificultad. Si llegue a amar a Figueroa, aquel hombre sería más fácil de enamorarme. No me consideraba enamoradiza, pero las acciones contaban más que mil palabras y comenzaba a darme cuenta que Frausto no había hecho ni un esfuerzo por volver a buscarme o al menos ver cómo me encontraba, no lo había hecho y eso me dolía en el alma.

Por suerte no gimotee y salieron las lagrimas que en mi alma se depositaban, simplemente fruncí mi ceño, mostrando cierto odio hacia lo que él decía. Me había perdido entre los tesoros que tenía en ese lugar, no lo quería ver, pues sentía que iba a comenzar un espectáculo sin tener teatro. Dirigí mi mirada como felino a algún juguete que llama su atención, se había levantado de donde había estado todo ese tiempo, así que su hija se iba a casar, bueno, me alegraba por ella, esperaba que hubiera madurado al menos un poco, solamente eso esperaba.

¿Qué sucedió? ¿En qué momentos comenzamos a hablar de aquel tema? Sentí sus brazos cerca de mí, como me rodeaban su cintura y prácticamente me paralice, le mire sin poder decir ni una palaba, mis manos se posaron buscando alejarlo de mi espacio vital, pero este parecía que lo deseaba invadir. Sus palabras me embriagaban peor que el licor fuerte y de mala calidad de una taberna de mala muerte. Deje salir un suspiro mientras un leve gruñido salía de mi garganta. Me sentía débil, mis fuerzas no daban para nada, odiaba encontrarme con alguien más fuerte que yo y que me demostrara que aun era muy inferior. –Yo también estoy pensando que hubiera sido mejor no atreverme a venir- indique mientras sentía como los pasos me hacían retroceder hasta sentir una pared en mi espalda –Fraus…- no pude decir más nada, sentí mis labios suavemente sujetados, atrapados por los suyos y así comenzar un vals entre ellos. Lento y pausadamente, sentía que me derretía poco a poco entre aquel beso.

Mi mente se nublo, mis gritos no se escuchaban, sabía que estaba mal y por dentro lo gritaba fuertemente, pero nada se escuchaba. Al final sentí su cuerpo más apegado al mío y eso me hizo reaccionar de golpe, empuñe mis manos arrugándole la camisa para empujarlo con todas mis fuerzas hacia atrás –Detente… No vuelvas a hacer eso- indique yo con una voz medio tranquila, pero a la vez nerviosa y quebrantada. No le miraba, mi vista se clavo por unos segundos al suelo, pero luego el furor me lleno y le alce la mirada para acercarme y sujetarle del cuello de la camisa, le di un casto beso en los labios para luego alejarme y llevar mi mano a su mejilla para una bofetada. –Lo sabes perfectamente!- indique mientras daba unos dos pasos para alejarme de él –Antes no te importaba, porque estaba sola y no te era interesante, pero ahora que alguien se interesa en mi…- mire hacia los lados, comenzaba a sentirme fuera de lugar, sin saberlo comencé a alzar la voz y esta se quebraba cada vez mas –Tu como niño caprichoso… ahora si ¿verdad?- le dije para luego sentir que ya no valía la pena, era mejor irse, salir de aquel lugar, pues nada estaba ganando estando aun parada en ese sitio, con aquel hombre.

por **Frausto A. Figueroa** Lun Jun 24, 2013 12:56 pm

Sentí la bofetada en mi mejilla, pero ni me dolió, ni me ardió ni mucho menos sentí dolor; es una ventaja de los vampiros, aunque si logro sepárame de ella, Cora nunca me ha interesado como una mujer que quiera compartir mi resto de vida con ella, tampoco ninguna mujer, no soy hombre que necesite una mujer para sentirse cómodo, tampoco es necesario estar entre las piernas de una mujer; me he aguantado por mucho tiempo y lo seguiré haciendo, no quiero entregar mi corazón alguien para después me ciegue con su belleza, con sus intenciones de amarme y después darme el golpe final y vuelva a salir herido, aprendí muy bien la lección aquella vez que encontré a la única mujer que he amado en verdad encamada con mi mejor amigo, eso fue cuando abrí los ojos, ella nunca sería una buena esposa para mí ni una madre para mi hija; Cora tampoco, no se soportan y creo que ninguna mujer será digna para mi hija, digna para soportar sus desplantes de niña mimada. Por esa razón estoy solo y no para satisfacer los berrinches de mi hija si no porque no pretendo enamorarme de nadie, así de serio, nunca.

-Cora, no pediré “Lo siento” porque se escucharía tan hipócrita cada letra de esas palabras, tampoco me arrepiento de besarte porque era algo que tenía ganas desde que te mire hace unas horas ¿Llevarte a mi cama? Tal vez, sería fácil, sería fácil besar tus puntos débiles, seria fácil abrasarte y no dejarte salir por esa noche, hacerme el amor….¿Hacerte el amor? No, porque nunca he podido hacerle el amor a ninguna mujer y a ti, no creo que lo haga, mejor…-Medite un poco, puse mi dedo índice en mi mentón en modo de pensar, cerré por unos segundos mis ojos, para después, sin pensarlo abrirlos, enfocándolos al rostro de Cora-Sexo…-Solté, fuerte y claro para que escuchara. Me recargue en mi escritorio con una sonrisa-Sé que tienes alguien, Federico Meaux, un vampiro como nosotros ¿Por qué él? ¿Por qué un vampiro? Temes que si te enamoraras de un humano no durara mucho tiempo, claro, los humanos son frágiles y con solo tocarlos nosotros podían romperse…..-Reí un poco-Cora, te deseo que sea feliz con él o con quien quieras, que te enamores de verdad, porque me correspondiste, aunque sea unos segundos, todavía estoy en tus recuerdos, no puedes olvidarme ¿Cierto? Lo único que no quiero es que salga mi nombre de tus labios cuando haces el amor con Federico, que supongo que sí han tenido algo más que agarres de mano como unos colegiados.- Mi risa se hizo más fuerte. Me incorpore y camine hacia ella pasando a su lado, ubicándome en la parte de atrás, mis brazos rodearon su cintura, apegándola, ladee un poco mi rostro y puse mis labios a la altura de su oído.

-Cora…-Atrape el lóbulo de su oreja y lo mordique un poco-Sé que me desea, tal vez yo también te desee, pero no como para tenerte siempre en mi cama. Alguna vez te vi como la mujer que quiera pasar por el resto de la eternidad, la sustituta madre de mi hija, pero después cambio todo eso…ahora, sé que va hacer una noche porque yo, yo no me meto con una mujer comprometida y solo una vez me encamo con una…-Pegue mi cadera a su trasero y sonreí-Le vas hacer infiel a Federico…-Reí más yo no tenía ningún compromiso con nadie, era libre y así será siempre, pero ahora voy a jugar con sus emociones y jugar con una tención sexual que no se si saldré ganador o seré el que pierda por provocarla.

por **Cora A. Samaras** Dom Jun 30, 2013 7:09 pm

No termines algo que no comenzaras, quería irme, me sentía en peligro, no se trataba de algo físico, era más intimo, mi cuerpo me gritaba con todas las fuerzas que tenía que me largara de ese lugar y yo como buena oyente, quería hacer caso, pero no, estaba atrapada, atrapado como una mosca en una telaraña, que se movía buscando salir de su tortura, pero lo único que lograba era que la muerte llegara más rápido.

¿Qué era lo que llegaba con todo esto? El odio hacia una persona que alguna vez ame, que tal vez estaba amando en ese momento, pero que poco a poco se perdía con sus acciones. Me mordí los labios mientras me hablaba, le miraba con odio, demasiado que sentía que no cavia en mi alma, mis parpados se sentían pesados, tenia ciertas ganas de llorar mientras lo seguía escuchando, ciertamente buscaba retroceder, pero no sabía si lo lograba, si lograba irme de aquel lugar.

Y allí estaba él, abrazándome por detrás, yo atrapada por mi estupidez, baje la mirada, no decía nada, mis labios estaban cerrados mientras este jugueteaba con mi lóbulo. Lo escuche atentamente, mi sangre hirvió, busque forcejear con él, pero estaba utilizando su firmeza para mantenerme atrapada –No…!- grite con desesperación, mientras buscaba locamente separarme de su cuerpo –Eres tan egoísta Figueroa, cada vez que hablas mas te estoy odiando mucho mas, el amor que tal vez hubiera quedado en mi, se está apagando con tus palabrerías- sentencie con una voz ronca, mi cuerpo no se mantenía quieto, me movía, no importaba que hiciera pataleaba, pero ya comenzaba a verme cerca del escritorio.

-Dime Frausto… ¿Por qué lo haces? ¿Qué ganas matando el poco cariño que me queda?- pregunte. Las lágrimas salían de mis ojos, humedeciendo mis pálidas mejillas -¿Esta es tu forma de decir que me aleje de ti?- pregunte con cierta desesperación. Mi cuerpo había dejado de lugar, hasta me había relajado, comenzaba a partirme el dolor, el dolor de sentir que al final no había sido importante para él. Quería como la estúpida que había estado detrás de un hombre que nunca había querido nada serio con nadie. Me daba lástima, tal vez lloraba por eso también, aunque no fuera conmigo, me gustaría en algún futuro verlo con alguien, pues su felicidad, es la mía, de cierta forma, aunque veo que no es lo mismo para el.

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