Laurence D. Cooper

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Es un hombre pasivo y tranquilo, no le gusta meterse en líos, es leal y confiable y espera lo mismo de los demás, respetuoso si lo tratan con respeto, pero si no lo respetan a él o alguno de sus afectos, desearan no haberlo hecho nunca. Normalmente se muestra serio, ya que no le es fácil demostrar sus sentimientos, pero cuando se encuentra seguro y con una persona de su confianza es fácil que se le suelte una sonrisa y comience a hacer algunas bromas.
Con las mujeres se suele mostrar cariñoso y como todo un caballero, a menos que se trate de una que no sea de su agrado, y en sus relaciones suele ser muy romántico.
Es una persona con la que es fácil encariñarse, pero desde que recibió la maldición, y luego de que ocurriera lo que sucedió luego, se volvió solitario y comenzó a aislarse. Por esta razón no suele tener demasiados amigos, pero tiene un vinculo muy fuerte con los que se mantienen a su lado.

Laurence nació un 17 de diciembre del año 1758, en una oscura y fría noche de Londres, en la cama de una de las habitaciones principales de la mansión de sus padres.
Su padre ocupaba un importante cargo como primer ministro y se fue haciendo con una gran fortuna, ademas del gran monto que ya había heredado de su padre. Se caso con la mujer que años mas tarde sería la madre de Laurence, una dulce muchacha no mucho mas joven que él a la que amó con locura.
Laurence siempre fue mucho mas apegado a su madre ya que su padre estaba casi todo el tiempo ocupado y no tenía mucho tiempo para él, por esto, la muerte repentina de ella, cuando el tenia solo 5 años, significo un duro golpe que dejo una gran marca en él y estuvo días sin pronunciar una palabra, ya no sonreía muy seguido y su personalidad había cambiado totalmente, había perdido a su mejor amiga, ya no tendría quien le leyera cuentos antes de dormir, ya no tendría una compañera de juegos ni alguien que lo abrazara y le dijera que todo estaría bien, había perdido a su madre.
A causa de este suceso que marco gran parte de su niñez, paso mucho tiempo en casa de sus tíos, ya que con su trabajo, su padre se mantenía casi todo el tiempo fuera y no podía hacerse cargo demasiado tiempo de él, no tenía gran afecto hacia ellos, solo lo cuidaban. Solía encerrase en su habitación todo el día para estar solo y salía de ella solo para comer. Se podría decir que no tubo una infancia muy feliz, algo difícil para un niño tan pequeño.

Años más tarde de la muerte de su primer esposa el padre de Laurence se volvió a casar con otra mujer, era mucho mas joven que él, tenía un cuerpo perfecto, se la veía siempre arreglada y luciendo hermosos vestidos, para muchos la mujer perfecta. Aun así a Laurence nunca le agrado ya que sentía que ninguno de los dos estaba realmente enamorado. Creía que ella estaba con su padre por su dinero, y que su padre estaba con ella para olvidarse de su primer esposa a la que amo tanto y no desaparecía de sus pensamientos . Por estas razones entre Laurence y su nueva madrastra nunca hubo ningún vinculo, y el poco vinculo que tenia con su padre se fue cortando hasta casi desaparecer, llego hasta el punto en que solo se saludaban al verse. Pocos años mas tarde Laurence abandonó la mansión y se fue a vivir a París con un poco de dinero que le había prestado su padre para que comenzara una nueva vida, ya que noto que ya no encajaba allí. Con esa plata Laurence compró una casa no demasiado grande la cual comenzó a llenar de a poco. Semanas después de que logro instalarse en su nuevo hogar le llego una carta que explicaba que su padre había fallecido en su cama mientras dormía por una extraña enfermedad que aun desconocían, y que debía viajar de vuelta a Londres para recibir parte de la herencia.
Al llegar a Londres fue directamente a que le lean la parte de la herencia que le había dejado su padre, y no le sorprendió ver que también estaba esperando allí su madrastra. Se sobresalto al escuchar que su padre le había dejado todas sus pertenencias a él, y nada a su segunda esposa, esto hizo que esta se enfureciera y se fuera frustrada del lugar, entonces pudo afirmar que no estaba enamorado de esa mujer, y que aun quería a su hijo, solo que no lo demostraba demasiado. Como ya se había instalado en su casa en París, decidió ser generoso y dejarle la mansión a su madrastra, que la acepto de mala gana.
A pesar de la fortuna que había adquirido, Laurence no deseaba vivir con demasiados lujos, solo compro lo necesario para vivir lo mas normal posible. Los primeros años en París fueron muy tranquilos, Laurence pasaba casi todo el día en su casa tratando de entretenerse con cualquier cosa: pintura, juegos de mesa, entre otras cosas mas, pero los años pasaron y llego hasta el punto en que ya no encontraba con que pasar el rato y comenzó a sentirse solo, fue entonces cuando decidió salir a socializar y conocer gente nueva. Salio en busca de algún lugar para sentarse, tomar un café, y poder hablar con alguien. Mientras caminaba mirando para todos lados, fascinado con algunas edificaciones choco con una mujer que al parecer caminaba apurada y algo distraída por lo que no logro verlo, al dirigir la mirada hacia la mujer con la que acababa de chocar para pedirle disculpas y luego continuar con su camino, Laurence quedo mudo. Frente a el se encontraba una mujer esbelta y no muy alta, de rasgos suaves, ojos color café al igual que los de él, y cabello castaño no muy oscuro que se encontraba recogido bajo una lindo sombrero, la mujer le dibujo una sonrisa, ambos se miraban fijamente, no era necesario pronunciar ninguna palabra, ambos sabían que acababan de enamorarse. Su amor creció rápidamente, se la pasaban juntos de un lado a otro, no había casi un momento en el día en el que se separaran. Ella se mudo a la casa de Laurence y pronto se casaron. Su amor y su alegría jamas se acababan, al contrario, crecían cada día más.

Una noche en la que Laurence volvía a casa, mientras cabalgaba en su caballo por un camino oculto entre varios arboles que pocas veces había tomado, oyó movimiento entre los arboles que se encontraban a su derecha, fijo sus ojos en la profunda oscuridad del bosque pero no logro ver ninguna sombra en movimiento, ni nada fuera de lo normal y concluyo en que se trataba solo del viento que movía las ramas. Siguió su camino pensando en llegar a su casa y abrazar fuertemente a su esposa, se detuvo a pensar con que podría sorprenderla ese día. Observo la gran luna llena que iluminaba su camino y volvió a escuchar movimiento en lo profundo del bosque, empezó a inquietarse. Notó un poco de movimiento en las copas de los arboles de su derecha y luego del otro lado. Bajo de su caballo y preparo su escopeta que llevaba consigo por el aumento del peligro de los bandidos, aunque era obvio que lo que lo perseguía esa noche no era un bandido. Escucho movimiento tras de si y se dio la vuelta, luego lo oyó del otro lado, luego del otro, esto lo confundía. De pronto no se escucho nada, Laurence espero. De un momento a otro salto sobre él lo que parecía ser un lobo enorme con algunos rasgos humanos que lo derribo e hizo que cayera al suelo, su escopeta cayo lejos de él. Se incorporó lentamente, mirando a la extraña criatura y echando vistazos rápidos hacia la escopeta, dio pasos pequeños y lentos hasta quedar justo al lado, se agacho lentamente para recogerla, pero antes de que pudiera tomarla, la bestia volvió a saltar sobre él, esta vez mordió fuertemente su hombro. Laurence grito fuertemente al recibir la mordida, sentía un dolor agonizante y la sangre tibia que le comenzó a resbalar por el pecho, tenía que sacarse de encima rápidamente a la bestia, no soportaría mucho mas. Estiró el brazo intentando alcanzar la escopeta, sus dedos apenas llegaban a rozarla, intento estirarse aun más y fue acercándosela lentamente con los dedos hasta que pudo tomarla con sus manos, disparó en el rostro de la bestia y esta se alejo de él ocultándose rápidamente en la espesura bosque. Se incorporo dolorido, monto como pudo a su caballo y se alejo lo mas velozmente que pudo de ese lugar.
Por fin llego a su casa, su esposa lo estaba esperando algo preocupada por la tardanza y él le explico todo lo ocurrido. Al terminar su explicación, su esposa lo miraba confundida, aun no terminaba de creerle, entonces Laurence le mostró donde supuestamente había recibido la mordida pero esta había desaparecido. Su esposa comenzó a preocuparse por él, creía que su esposo se estaba volviendo loco, él también la miraba algo confundido ya que estaba seguro de haber recibido la mordida en su hombro. Entonces ella le sugirió que sería mejor que fueran a dormir, tal vez el cansancio lo había hecho imaginar cosas y en la mañana con la memoria fresca se le aclararían los recuerdos, él acepto y se fueron juntos a dormir. Esa noche tubo horribles pesadillas en las que se aparecía de nuevo esa bestia en un bosque en medio de la noche, con la luna llena detrás, pero en vez de perseguirlo a él, perseguía a su esposa, luego le saltaba encima y se la devoraba, de repente despertó gritando en su cama y a su lado su esposa lo miraba algo asustada, él le explico que solo había sido una horrible pesadilla, pero que ya había pasado. Convencido de que lo que había ocurrido no había sido mas que su cabeza jugandole trampas prosiguió con su vida normalmente.

Días más tardes de lo ocurrido, la luna llena iluminaba la noche, Laurence estaba abrazado a su esposa, besándola, acariciándola, cuando noto una incomodidad en el pecho, se alejo un momento de ella y al ver que no sucedía nada volvió a abrazarla, pero pocos segundos mas tarde volvió a sentirlo, esta vez más fuerte, era como si un caballo caminara sobre él, y le estuviera aplastando con todo su peso el pecho, luego fueron las piernas, sentía el movimiento de sus huesos, perdió el equilibrio y callo de rodillas, su esposa asustada, se arrodillo frente a él y lo sostuvo fuertemente, levanto el rostro de su esposo que miraba hacia el suelo y soltó un grito al ver que sus ojos estaban completamente oscuros y su mandíbula deformada, le comenzaron a brotar pelos de todas partes y sus colmillos crecieron hasta casi sobresalir de su boca, enormes garras ocuparon el lugar de sus uñas y su nariz adquirió la forma de un hocico. Muerta de miedo se acurruco contra una esquina mirando a la bestia que minutos antes había sido su esposo, y con vos temblorosa pronuncio el nombre de su amado-La...Laurence?-. La bestia le dirigió la mirada un instante y luego se abalanzo hacia ella, el grito agonizante de la mujer no llego a oídos de nadie, ya que la casa estaba demasiado alejada del resto del pueblo.
Laurence despertó algo agitado y semidesnudo bajo un puente, no lograba recordar como había llegado hasta allí, solo recordaba una horrible pesadilla, supuso que tal vez se habría embriagado demasiado y que el pantalón y la camisa desgarrada eran a causa alguna pelea de bar. Tenía las energías desgastadas y llego como pudo hasta su casa. Al llegar, le extraño ver la ventana de su habitación destrozada, abrió la puerta de entrada lo mas rápido que pudo creyendo que quizás habían sido victimas de un robo y rezando porque no le haya ocurrido nada a su esposa. Al entrar a su habitación quedo inmóvil...su esposa se encontraba recostada en el piso, totalmente desangrada, no se había tratado solo de una pesadilla.