Perder el tiempo es para flojos [Libre]

por **Isaac Southey** Mar Ago 14, 2012 11:52 am

Puedes perder el dinero,
puedes perder la belleza,
puedes perder el amor,
pero si has perdido el tiempo,
lo has perdido todo.

Comencé a caminar con una pequeña caja de madera tallada a mano en mis manos, el interior forrado en tul azul poseía una de las piezas más bellísimas que había hecho hasta ahora, un encargo para la familia real de Italia como regalo de un compromiso una jovencita quien se había presentado con un nombre bastante simple me había hecho el encargo de un reloj de bolsillo, había pagado más de lo que yo hubiera cobrado pero ella quería perfección, belleza y armonía en aquel reloj, pude cobrar mas pero no me hizo falta ella tenía decidido lo que quería un reloj de oro blanco con incrustaciones de ónix y un tallado algo singular una mitad felino y la otra humano, curioso como las manijas de un reloj corriendo a destiempo. Ahí en su interior llevaba la pieza más cara de la historia pero tan solo tenia veinte años así que tenía fe que mas caprichos como ese llegarían a mi relojería.

Las calles parisinas en primavera siempre eran coloridas y eso era lo que más me gustaba de aquella ciudad. Mi sombrero de copa negro y mi traje negro representaban la elegancia con la cual mi padre me había inculcado, siempre me dijo que para ser un relojero no es necesario hacerse el pobre entre más elegante la clientela es mejor, tenía razón la mayoría de las personas que llegaban al “Reloj de Arena” eran de clase acomodada como también lo habían muchos de otras clases no discriminada, si alguien poseía un reloj yo era el apto para repararlos y volver a poner el tiempo en marcha. Mientras miraba las calles, sonreí a varias damas que pasaban por ahí en realidad me gustaba ser sociable y conocido, era una forma de ganar cierta fama que a la competencia de seguro no le gustaría para nada.

Doble en una esquina y llegue hasta uno de los café del lugar, aun tenía tiempo antes de que aquella misteriosa dama acudiera hacia mí, así que como el tiempo es hora y no era de esas personas que acostumbraba a perderlo un buen café me mantendría despierto las horas necesarias para esperar si fuera hasta la amanecida necesario. Entre al lugar parcialmente lleno los diferentes aromas me envolvieron enseguida y una señorita me escolto hasta la cual sería mi mesa, aquella daba hacia una ventana donde podía ver las calles y la gente pasar por afuera. - Un café con crema y un pastelillo para acompañar, por favor – pedí a la mesera que con gracia anoto en una especie de talonario. Deje la caja de madera donde no se me perdiera de vista, no quería pensar lo que significaría eso, aunque el dinero ganado cubriría cuatro de esos relojes nunca tendría el tiempo necesario para volver a recrear tan obra maestra.

por **Park Cloud** Mar Ago 14, 2012 9:41 pm

Las cosas siempre eran diferentes a la que las personas pensaban. Mi rostro siempre detonaba belleza inteligencia y elegancia, bueno, tal vez tenia aquellas cualidades, pero siempre mi torpeza era un factor que desboronaba totalmente la imagen que una persona se podría poner de mi, cuando veía lo dependiente y miedosa que era las palabras que salían de sus labios solamente eran para hacerme más daño. Era de llorar fácil… “esta chica no sirve” “es una bruta” ¿acaso no sabían que aquellos comentarios eran los más crueles del mundo? Parecía que no porque siempre los escuchaba sin importar lo que me esforzara. No podía estar ni un minuto sola, creo que era como una fobia no desarrolladla, así como cuando a Vibeke le daba miedo los truenos que azotaban nuestra casa en Japón, pero no le digan que se los dije, me mataría. En fin, había salido un rato, bueno, mi hermana me había olvidado, decía que estaba metida mucho en el cuarto de hotel y que debía salir un poco… a despejar la mente…

-vendrás conmigo ¿cierto?- pregunte mientras me levantaba de la cama en donde había unos cuantos libros. Ella me miro y con una cálida sonrisa me negó lo que yo deseaba. ¿Cómo se atrevía? Frunció mi ceño con notable disgusto. Al parecer debía hacer algunas cosas en las cuales yo no podría participar… claro.. Cosas de licántropo, pensé mientras me sentaba en el borde de la cama.

No me atreví a salir sola ¿estaba loca? Me perdería si lo hacía, así que me trajo hasta un café lindo y con un ambiente totalmente tranquilo para que me distrajera un poco, claro, era ridículo, en mis manos traía el mismo libro que había estado leyendo en la habitación, lo único que cambiaria seria de lugar para leer. Cuando entre pude ver a muchas personas, me sentí un poco temerosa, pero una de las jóvenes me dio buena espina así que entre a donde ella me dijo. Como niña miedosa y tímida que soy mantenía mi rostro oculto en aquel libro de tapa morada. Mi vestido parecía moverse solo, tenia vida propia, su elegancia dejaba a muchos hombres embobados… ahh… era culpa de aquellas geishas que me habían convertido en la mirada de todo hombre, según ellas tenía una mirada hipnotizarte, cualquier hombre seria captado por mí con solo mirarme… bueno… excelente, pero correría a ver mi estupidez y torpeza.

Sentí como mi cadera golpeo con la punta de la mesa. Aquel dolor me hizo hincar mientras dejaba caer mi libro y ponía mis manos en la parte golpeada-Ite…[Duele]- susurre mientras algunas lagrimitas salían de mis ojos, busque levantarme, pero solo conseguí que la cabeza se me golpeara con la mesa del demonio… -me odia… Lo sé…- dije casi llorando mientras caía de bruces hacia atrás al buscar poder la otra mano en mi cabeza. La mesa comenzó a tambalearse, mi vestido se había levantado dejando ver mis largas piernas. Una caja había volado por los aires, las personas la veían como en cámara lenta… debía ser importante si alguien había gritado. Mire como tonta hacia donde veía y pude deducir que era hacia mí.

Alce mis manos atrapándola para luego protegerla con mi cuerpo, cubriéndola entre mi pecho, sonreí victoriosa, aunque estaba tirara en el piso del café, me sentía feliz, aunque la falda del vestido llegaba peligrosamente más arriba de las rodillas, me sentía feliz de haber podido rescatar aquella caja de madera, que por cierto me había lastimado un poco en mis pechos por su peso -¿de quién es esto?- pregunte alzándola mientras aun estaba en el suelo con mi cabello regado por todas partes y yo claro un poco adolorida por los golpes que había recibido.

por **Isaac Southey** Miér Ago 15, 2012 11:59 am

Saque del interior de mi saco una pequeña libreta ahí tenia escrito lo que me faltaba hacer, me destacaba por lo organizado y responsable de mis actos y trabajo, normalmente siempre era el mismo, menos… si menos cuando todo se salía de mi control y me transformaba en aquello que aun no descubría que era en realidad, un buen amigo me había comentado que era una doble personalidad más lo que me dijo mi hermana fue que me había visto como el otro y solo era un alter ego. De igual forma hoy era yo mismo ¿O no? Espere a que la mesera me trajera el pedido, pensar en aquello alteraba mi ritmo cardíaco y lo menos que deseaba en este momento era perder el tiempo como lo solían hacer muchos de mis pares. Poco tardo la mesera y me trajo un café bastante cremoso con un aroma envidiable el pastel de fresas perfectamente decorado y cortado era la guinda de la torta, agradecí con una amplia sonrisa mientras me disponía a beber de mi café.

Habitualmente antes de ir al Reloj de Arena, me daba una vuelta por la zona comercian en busca de algún artilugio que pudiera servirme, algo de otra época o quien sabe tanto el mercado ambulante como la zona comercial eran lugares donde uno podía encontrar más de lo imaginable. El café paso por mi garganta el sabor era sin lugar a dudas bastante dulce, sabroso, podría decir un verdadero estimulante. Quizás podría disfrutar más de la cuenta de aquel exquisito liquido, siempre comía de manera apresuraba por tener que llegar a tiempo, revise mi reloj de bolsillo aun tenia hora y media para llegar, la dama me había dicho que llegaría a una hora exacta y yo tenía que estar ahí.

De espalda a la puerta principal me encontraba concentrado en l libreta haciendo apuntes de engranajes y unos cuantos pequeños bocetos, tenia habilidad para el dibujo de muy temprana edad había manifestado aquel Don como lo llamaban en casa mas solo para mí era una gran habilidad y me permitía tener un trabajo para hacer grandes maravillas como la que oculta en la caja estaba.

La mesa me tambaleo un poco, solo pude ver las telas moverse en el lugar preste atención a lo que ocurría y cuando menos lo espere otro golpe y una dama se encontraba en el suelo mostrando más de lo que debía mostrar. No me percate de la caja hasta cuando ella pregunto de quien era, mi corazón se detuvo en ese mismo instante, no sabía qué hacer primero si ayudar a la joven o decir que la caja era mía. Me levante golpeando esta vez yo la mesa la cual con el movimiento había hecho volcar la taza y el café se desparramaba por el lugar hasta llegar al suelo y por ende al vestido de la señorita. – Permítame ayudarla – dije sin prestar atención en nada más y le tendí uno de mis brazos para que se levantara y su vestido no se ensuciara más de lo que ya estaba. – La caja es mía – sonreí de medio lado.

Lo único que podía pedir es que con el golpe no se hubiera soltado ningún ónix, porque eso solo implicaría volver a la relojería ahora mismo desarmar el reloj y con sumo cuidado volver a colocar en su lugar aquella pieza. Tenía mis dudas que mi trabajo fuera desechable pero uno nunca sabia, así que mejor pensé que si pasaba esa prueba, el reloj tendría una vida útil larguísima, había puesto mi vida en eso. No todos los días pedían un regalo para la realeza y por ende tena que ser perfecto en todos sus aspectos.

por **Park Cloud** Jue Sep 06, 2012 6:36 pm

¡Mi vestido! Deje salir un grito asustada apenas note el liquido caliente en mi regazo… mala suerte tenía yo, escuche una voz que parecía desear ayudarme, levante la mirada, sonreí de medio lado mientras le entregaba la caja y aceptaba su ayuda, me levante un poco confundida y desorientada , mire hacia abajo acomodando mi vestido que estaba pegajoso y lleno de café. Cuando alce mi mirada note a aquel hombre muy preocupado por la caja ¿Qué tendría adentro?. Los nekos siempre son curiosos, en ocasiones me comparaban con un minino asustadizo… tal vez lo era, pero además de asustadiza propia decirse que también curiosa, así que no pude evitar acercarme a la caja mientras ladeaba la cabeza. -¿Qué contiene?- pregunte mientras miraba al hombre con una sonrisilla. por unos momentos me sentí culpable de que el hombre estuviera así por haber tropezado con su mesa, sin pensarlo me incline apresuradamente para pedir disculpas –espero que nada se haya roto… ni que le perjudique mi torpeza- me asuste por un momento. Me incline como siempre lo hacíamos, mantuve mi cabeza por unos minutos abajo para luego de la misma manera enérgica erguirme nuevamente.

-Si le sirve de Consuelo no escuche nada que hiciera “crack”- me lleve una de mis manos a los labios para comenzar a morder mi pulgar con nerviosismo. Por suerte si algo malo le había sucedido y tenía que pagarlo no era algo que me molestara, mi familia era rica, pero algunas personas eran malas, me sorprendía ver a aquel hombre tan tranquilo y amable cuando algo de suma importancia podría hacer sido perjudicada, era algo que de cierta forma comenzaba a admirar y también a temer. ¿Por qué temer? Porque todo lo diferente y desconocido a una persona normal le daba miedo y yo era el doble de miedosa que una persona normal así que al no reaccionar como una persona “Normal” haría, es decir, con regaños e insulto, me daba aun más miedo, tal vez estaba esperando que me descuidara para golpearme por ser tan torpe o en su mente maquinaba un insulto que me hiciera sentir como lo peor del mundo…

Antes de poder darme cuenta ya estaba gimoteando, con mis ojos brillosos y amenazando por llorar, con solamente pensar las posibilidades, comenzaba a aterrarme hasta el punto de salir llorando sin haberme tocado. Era al normal en mi llorar sin motivo, desde pequeña había sido así, no era necesario que algo sucediera, con solamente ver una mala mirando hacia mí era suficiente como para lograr que yo gimoteara… busque cubrir mis ojos con el dorso de mis manos mientras las lagrimas comenzaban a salir- lo… lo siento… no fue mi intención… si algo se daño… *Shif*… prometo pagarlo -

por **Isaac Southey** Lun Oct 15, 2012 6:04 pm

Me descuide un momento de la caja para aserciorarme que la joven estuviera bien, en ese momento no sabía quien estaba más nervioso si yo o ella, pero al parecer el ambiente entre ambos se torno demasiado incomodo, no era una persona materialista para nada pero cuando se trataba de trabajos era sumamente cuidadoso, ahora el descuido había sido mío por haber dejado la caja ahí encima y no en un lugar más seguro mi atención quedo completamente en el rostro de la joven extranjera, se notaba sus facciones, el color de su piel su mirada y su forma de hablar la delataban – Un reloj – no era cualquier tipo de reloj pero eso no era del interés de nadie más que mío y del dueño de aquel. – Se encuentra… - no alcance a terminar mi frase cuando ella ya se encontraba hablando de que no había escuchado nada sonar del interior, pero tenía cierto miedo en abrir la caja, trague un poco de saliva y mirando a la chica hacer una venia sonreí de lado y moví mi brazo – No es necesario que se disculpe, todo tiene arreglo – ofrecí una sonrisa amplia pero esto parecía empeorar las cosas.

Realmente era una tontera que se estuviera disculpando tanto por algo tan banal como lo era una simple caja – estoy seguro que no le ocurrió nada. – iba a tomar asiento cuando la joven comienza a lloriquear, eso definitivamente me sorprendió y las miradas de toda la cafetería se poso en mi, lleve mi mano hacia mi cabeza – No, no… llores que así no se pueden ver tus ojos – una bella palabra para que sonriera, pero no era muy bien con halagos ni mucho menos era algo divertido. Del bolsillo de mi saco saque un pañuelo con mis iniciales bordadas y se lo tendí – Madeimoselle, le aseguro que no ha pasado nada, no tiene que llorar por nada – porque en realidad estaba llorando por nada - ha sido un accidente y eso siempre ocurre – ahí me daba cuenta que no era bueno consolando a las personas y que trabajar en la relojería me había hecho una persona bastante más calmada de lo normal, me acerque a ella e hice la silla hacia atrás, tomándole de la mano – Tome asiento, por favor – le ofrecí y pedí que trajeran algún jugo dulce para que se pudiera calmar.

Tome asiento frente a ella abrí la caja y ahí estaba el reloj con todo intacto salvo un rubí que se había salido de su lugar – Esta sano y salvo la pieza que contiene la caja – gire para que le diera una vista rápida, no quería que ojos curiosos de otros que estuvieran en la cafetería se posaran en la pieza que había sido fabricada para un rey. – Vez que has llorado por nada – dije levantando los hombros y solté una pequeña sonrisa – A ver Damita, ¿cual es tu nombre? – yo no era un viejo recién tenia veinte años pero me habían enseñado a siempre tratar a todas las mujeres por igual independiente de la edad que estas tuvieran así que era algo natural en mi ser de esa forma – Yo me llamo Isaac Southey – Conversar que no era lo mío era lo único que se me ocurría para amenizar el ambiente entre ambos.

Tome mi reloj de bolsillo y revise la hora, no había pasado ni diez minutos así que aun tenía tiempo de sobra para quedar bien con la señorita y poder llegar a tiempo a la relojería para la entrega especial. Mande a pedir otro café y me quede mirando – Deseas algo para comer u otra cosa para beber, deja que te invite – sonreí con suavidad mientras llamaba a la mesera para que acudiera hacia nosotros.

por **Park Cloud** Mar Oct 30, 2012 8:12 pm

Siempre era lo mismo, la joven chica que no podía valerse de sí misma, siempre teniendo a alguien que la ayudar, ya que ella no podía hacer nada ¿debía ser siempre así? No lo sabía, me habían criado de esa forma, tal vez era culpa de mis padres por siempre sobreproteger a una de sus hijas o venia de nacimiento… por suerte pude ver que aquel hombre era lo que muchas mujeres llamaban caballero, sonreí levemente, pero aun con temor cuando este me invito a sentar, lo cual sin poder evitar lo hice, se desplome en aquella silla mientras este me entregaba a un pañuelo, en el cual limpie mi mocos y mis lagrimas, deje salir un suspiro de alivio cuando este me dijo que lo que estaba en la caja estaba bien.

-Mi nombre es Park… Park Cloud- dije sonriendo mientras ponía el pañuelo con mucho cuidado entre mis dedos mientras mis manos estaban posando en mi regazo –debo disculparme de nuevo- bajo la mirada obviamente apenada con todo el escándalo que había hecho-Ah Señor Isaac no se preocupe por mí, estoy bien- dije sonriendo mientras ladeaba un poco mi cabeza. Se veía un hombre muy tranquilo, trabajador y serio, eso siempre me había agradado de las personas, aunque según mi crítica de mi misma, yo era una mantenida.

-¿lo que contiene eso es lo que en usted trabaja, cierto?- pregunte mirando con una cierta sonrisa picara. Se veía en sus ojos aquel brillo de estar satisfecho con su trabajo, eso era interesante, a mi me gustaría comenzar a sentir lo mismo, pero lamentándolo bueno no era buena en nada, ni en mis poderes prácticos era buena, tal vez porque todos mis maestros me consentían tanto que a la hora del té no me enseñaban nada o simplemente no seria para la magia y se rendían conmigo fácilmente y preferían a otros brujos de otras familias que parecían personas con mayor talento.

-¿Esta feliz con su profesión?- pregunte curiosa mientras inclinaba mi cuerpo un poco hacia adelante-¿Quién se la enseño?- comenzaba a ser interesante, muchas preguntas querían salir de mis labios rosados que comenzaban a combinar con mis mejillas coloradas que le daban un poco de color a aquel rostro pálido que me identificaba siempre-ah por cierto ¿Qué es lo que hace?- ladee mi rostro mostrando aquella extraña inocencia que nunca salía de mi ser aun teniendo la edad que tenia. Yo en ocasiones no creía que podría tener 28 años y aun así comportarme de esa manera cuando ya las personas de mi edad eran más… independientes.

por **Isaac Southey** Dom Nov 11, 2012 11:49 am

Me costaba sociabilizar con las personas, aun cuando de día podía ser uno algunas noches era una persona diferente, mire a la joven sin quitarle la vista de encima, realmente estaba un poco preocupado por ella, no había sido mi intención… esperen, ¿Cómo había ocurrido los hechos? En realidad ya ni siquiera deseaba pensar en aquello, ni mucho menos que tendría que llegar en un rato mas a la relojería para colocar la piedra en su lugar, no quería tener problemas con la corona así que para no comenzar atormentarme yo mismo. Cuando pronuncio su nombre quede absorto, en realidad nunca había escuchado uno tan extraño como el de ella – Park Cloud – repetí un poco bajo para no olvidar el nombre ni el rostro de la mujer a la que le pertenecía. – No deberías lamentar tanto lo ocurrido, no ocurrió nada malo, solo que – pensé unos segundos - ¿Estas lastimada? – ladee mi cabeza dirigiéndome a ella, esperaba que no tuviera nada mal.

Llego la mesera trayendo nuevamente mi pedido y trajo además un jugo de naranjas para la señorita y varios pastelillos agradecí con una leve venia y revolví mi café mirando la caja de re ojo mientras Park continuaba hablando. Asentí con la cabeza mientras ella hacia sus preguntas, me sorprendió que en pocos segundos y me había invadido con interrogantes, solo sonreí ordenando cada una en mi cabeza – Si el reloj que hay en la caja es a lo que me dedico- tome un poco de mi café e invite a la dama a que hiciera lo mismo con su jugo. - ¿Feliz? – nunca había pensado si realmente me hacia feliz aquel trabajo – En realidad me deja satisfecho, me hace feliz que mis clientes se vayan contentos y a gusto con las piezas que mandan hacer. – podía oír mis propias palabras y me hacían ver mayo, suspire girando mi cabeza, mirando el lugar, distrayendo mi cabeza, despejando las ideas que venían en ese momento.

Soy relojero, hago relojería basada en la joyería en sí, se dé metalurgia, piedras y en si como funciona cada reloj. – al parecer si me hacia feliz, no había cosa que manejara más que aquello, el mundo de la relojería – Mi padre él fue el responsable de enseñarme el arte de las manecillas del reloj, también el mismo fue quien guio mis pasos para que cada reloj tuviera un cello único – termine con una sonrisa amplia, no era propio preguntarle a una dama a que se dedicaba, la mayoría eran dueña de casa que solo tenían que preocuparse de verse bellas, pocas tenían algún oficio en la ciudad – Y usted, ¿se dedica a algo? – no había sabido plantear mi pregunta pero ya la había lanzado y no solía arrepentirme de lo que decía, era el perfecto esclavo de cada una de las frases que salían de mi boca.

Algún día podría ir a mi relojería, se llama El Reloj de Arena, quizás pueda comprar algún regalo para su novio u esposo o bien para algún familiar o para usted misma, tengo de todos los relojes que pueda imaginar – no era que estuviera mintiendo, ni mucho menos, no sabía mentir y siempre que podía alagar mi trabajo lo hacía, porque al final yo era mi propia critica si no me gustaba a mí el reloj nunca lo vendería, era tan perfeccionista que hasta el mínimo rayón de alguna placa hacia que mi trabajo se ver bruto sin delicadeza. Podían llamarme Maniático pero en la perfección existe el diablo y todo teníamos uno dentro de nosotros mismos.

por **Park Cloud** Sáb Nov 24, 2012 10:52 am

Parecía un buen hombre eso me daba a entender la energía que salía de sí mismo, asentí amigablemente tomando un sorbo del zumo que me habían traído, estaba frio, delicioso para el paladar de mi cuerpo. Mis oídos escuchaban con cuidado las palabras del otro mientras este parecía responder a mis preguntas de forma tranquila y amable, eso me pareció muy lindo de su parte, considerando que yo era una desconocida que casi daño su trabajo. Deje salir un leve suspiro, aun me sentía culpable de mi error, pero parecía que a este no le afectaba, así que, busque sacudir mi cabeza, para que no me afectara a mi tampoco.

Negué levemente con la cabeza sonriendo ante su pregunta –No me dedico a algo en especifico- dije con una sonrisa en mi rostro –Oh estaría encantada, me gustaría un reloj de bolsillo con una leve canción cuando se abra la tapa y un dibujo gravado en este; en la tapa claro está. Un dragón, o tal vez una flor de loto- comencé a decir imaginándomelo en la mente. Deje a un lado aquello sonriendo simplemente para luego tomar otro sorbo del zumo –Bueno vera, estudio mucho… tengo mentores de donde vengo, creo que me entrenan para ser un mentor como ellos- dije con un aire pensativo mientras dejaba el vaso medio vacío en la mesa.

Fue un momento tranquilo, adoraba ver atreves de las personas, tal vez era gracias a mis poderes, pero a la vez pensaba que era algo de sexto sentido, saber tratarlo, ya que de alguna manera, podía relacionarme bien con las personas, era como una forma de mantenerme segura, no era muy buena siendo independiente, estar con otra persona significaba bienestar para mí, me sentía más segura, en ocasiones me sentía como alguien pegajoso que no podría estar ni un segundo sola. Por eso siempre estaba con mi hermana, una persona que siempre estaría junto a mí, en ocasiones sentía que la culpa de todo mi temor de estar sola era de mi familia, que no dejaron que volara libremente, ahora era solamente una niña que le podría tener hasta su misma sombra.

-¿Es usted de parís?- pregunte suavemente mientras sonreía ampliamente. Note rápidamente que aquello debía ser arreglado, no quería retrasarlo así que puse mis manos en su regazo sonriendo mientras ladeaba levemente mi cabeza, como buena niña mantenía mi espalda erguida mientras mi rostro mostraba aquella inocencia y ternura que muchas personas decían que tenia. –No quiero retrasarlo Monsieur, me encuentro en perfecto estado- dije asintiendo enérgicamente. Extrañamente siempre conocía a las personas así, aquella coincidencia me hizo reír levemente. Con toda la educación baje mi cabeza mientras con el dorso de mi mano ocultaba mis labios de donde salía una leve risilla, suave y angelical como lo era mi rostro. –lo siento, es que casi siempre conozco a las personas de esta forma…- advertí al momento que me incorporaba

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