Divertido(Eline)

por **Frederick Truffaut** Sáb Jul 17, 2010 6:07 am

Años y años que pasaba sin ni siquiera darme cuenta
Ya no recordaba la ultima vez que me habia sentido ... algo humanao, aquello debia cambiar
Habia anochecido y oi pensaba divertirme como un niño
Llegue a un hermoso campo lleno de flores y fresca hierba
Me tumbe en la hierba y omenze a dar vueltas sobre mi mismo dejandome llevar por la locura
Realmente aquello podoa parecer locura pero era simplemente una diverson que p0oca gente comprenderia

por **Éline Rimbaud** Dom Jul 18, 2010 8:25 am

"Una pisada. Otra pisada. Otra pisada..." Éline iba caminando por el campo de sembrado.
-Si nos caemos en uno de esos agujeros negros del suelo, señor Maspero, no podríamos hervir el Sol.-Dijo la demente, totalmente convencida de lo que acababa de decir. Como si de una verdad universal se tratase. Como si la frase tuviese completo sentido. Y en realidad lo tenía, aunque sólo para ella.

La loca hoy estaba tranquila pues la presencia del imaginario ruiseñor Maspero le producía una sensación de extraña protección, ya que según ella, las aves eran un escudo contra las criaturas de la noche...Pobre criaturita inocente.

-Señor Maspero, es usted el único que sabe que los mosquitos se enredan en los dientes y paren hijos de los demonios, ¿verdad?. No podría compartir mi opinión sobre ello con nadie más que no fuera usted.-Decía Éline a la nada. Pues el señor Maspero, señores, no existía.

Éline no se dio cuenta de la presencia de un ser sobrenatural hasta que no estuvo a unos metros de ella. Entonces su respiración se aceleró un poco más. Éline conocía bien a las criaturas de la noches desde que ocurrió aquello el día 11 de junio.
-Señor Maspero, ¡un mosquito! ¡Allí hay un mosquito!.-Empezó a gritar la perturbada, sin ser consciente de que quizá la criatura peligrosa que se encontraba junto a ella podía oírla.

por **Frederick Truffaut** Dom Jul 18, 2010 8:39 am

Mientras daba vueltas como un niño o como un autentico loco oi las pisadas de alguien
Segui rodando hasta chocar con la joven que me habia llamado sino habia escuchado mal ... Mosquito ... hablaba con alguien pero yo no vi a nadie. Una de 2 o yo estaba ciego, cosa poco probable o ella hablaba sola.
-Hola-, la salude desde el suelo
-quieres dar vueltas conmigo?-, la pregunte mirandola con un sonrisa divertida
Era una bella joven aunque por su forma de vestir de posicion baja, aunque las posiciones nunca me habian importado.
Realmente sabia que lo que estaba haciendo no era coherente, pero en aquel momento me daba igual por un momento me iba a olvidar de todo y divertime como cuando era un pequeño humano sin procupaciones

por **Éline Rimbaud** Dom Jul 18, 2010 9:35 am

Éline cerró fuertemente los ojos mientras temblaba y murmuraba al mismo tiempo:
-Los picos de las aves no pueden caminar, los picos de las aves no pueden caminar...-Susurraba en un inútil intento de espantar con esa frase incoherente y sin sentido al vampiro que tenía frente suyo.

Extrañamente, el vampiro no la atacó y Éline comenzó a respirar de forma acompasada de nuevo. Abrió los ojos, insegura. ¿El mosquito quería jugar con ella?
-¿Jugar?-Preguntó, con toda la inocencia de su voz.-Los vampiros no juegan, sólo se esconden con los abejorros.-De pronto su voz cambió de tono y se volvió más grave.-Maspero, ¿por qué no me has dicho que el mosquito estaba aquí? ¿Por qué? ¿Por qué?-Comenzó a decir de forma airada mientras agitaba la cabeza de un lado a otro.

De pronto la chica se calló, con la mirada perdida, pero en realidad Éline estaba escuchando algo con mucha atención. Una voz que sólo ella podía oir.
-¿Qué dice señor Maspero? ¿Él no querrá picarme? ¡Como lo sabe!-Gritó de nuevo-Sí, ya veo...¡Ojalá y Dios te ahogue en el fondo de las nubes!

Luego volvió a mirar al vampiro con una expresión en el rostro que era difícil de describir. ¿Temor? ¿Miedo? ¿Amor? ¿Fascinación? ¿Recelo? Nadie lo sabía muy bien.
-Jugaré con usted, señor Mosquito pero no quiero que me pique ni que le haga daño al señor Maspero, ¿entendido?.-Dijo, como cuando alguien está dando órdenes a un niño.

por **Frederick Truffaut** Dom Jul 18, 2010 9:40 am

La escuche entendiendo poco mas de la mitad de lo que decia, sin saber realmente si todo me lo decia a mi
-Esta bien, prometo no picaros a ninguno de los 2-, la coteste
Realmente aquella joven estaba loca y leer sus pensamientos era mayor locura que escucharla
Supongo que seria divertiod estar con ella, era una joven humana que no haria daño a nada, es mas pense que lo que mas necesitaba en ese momento era un amigo con el que hablar, por lo menos alguien que fuera real.
La tendi mi mano para que la cogiese y rodara a mi lado, no sabia como describir su mirada, pero era de una forma que me llamaba muchisimo la atencion
-Venga jugemos pues-, la dije con una ligera sonrisa.

por **Éline Rimbaud** Lun Jul 19, 2010 1:11 pm

Al principio la jóven Éline miró el brazo que le tendía el vampiro con una cierta desconfianza. Pero finalmente le tendió su pálida mano, pues le había prometido no picarla ni a ella ni al señor Maspero.
-Dígame, señor Mosquito, ¿Por qué los pianos muerden? Una vez quise tocar uno, pero me mordió.-Empezó a decir la perturbada. Pues era una duda que la asaltaba muy frecuentemente y nadie aún se la había conseguido resolver. Ni tan siquiera el señor Maspero.

Hablando del ruiseñor ilusorio, pronto Éline escuchó de nuevo su voz, que sólo resonaba en su cabeza, pero que para ella resultaba tan real. ¿Qué le estaba diciendo el señor Maspero? Nadie lo sabía, tan sólo la loca, la loca Éline.
-¡Claro que el señor Mosquito sabe a lo que me refiero!-Exclamó, como si fuera lo más obvio del mundo.-Seguro que los pianos le han mordido a él también más de una vez.-Éline dejó escapar una risita cristalina e infantil de sus labios, parece ser que la respuesta del ave le causó gracia.

Siguieron los dos caminando y dando vueltas por el campo. Éline se fijó en que el vampiro llevaba zapatos, lo cual le causó cierta sorpresa.
-¿Por qué lleva zapatos?- Por el contrario, Éline llevaba los pies descalzos como siempre, pues según ella éstos debían de estar expuestos a Dios. Nadie sabía qué diablos quería decir con eso pero ella siempre procuraba mostrar sus lindos y pálidos pies.-¿Acaso no sabe que a Dios eso no le gusta?-Dijo entre susurros, como si quisiera evitar que el propio Dios los escuchara.

por **Frederick Truffaut** Lun Ago 09, 2010 4:13 am

Cada vez que la escuchaba pensaba que esta chica no esta cuerda, aquello era divertido de ver, pero verla tan convencida de lo que hacia y decia lo convertia en algo finalmente triste
No perdia nada por seguirla el juego, asique se lo segui.
-Los pianos muerden porque no les gusta que les golpeen , si se les toca suavemente son muy pacificos-, la explique pareciendo yo mas loco que ella.
Escuche su segunda pregunta en la cual si me quede algo pillado,
-Mis pies estan muy frios y si no llevase zapatos el suelo se congelaria por donde yo pisara-, la dijecon una ligera sonrisa mientras seguiamos caminanado y jugando
La verdad es que hablar de aquella forma era un locura pero aquella joven tenia algo interesante.

-y usted señorita por que juega con un mosquito no deberia de fiarse tan pronto-, la dije ...-y si la picase?-.

por **Éline Rimbaud** Mar Ago 17, 2010 7:51 am

Éline abrió mucho los ojos, sorprendida por las explicaciones del joven.
-Hay que tocarlos suavemente...-Dijo, sopesando las palabras del joven.-Y así cantarán los coros de los ángeles.-Dijo, aplaudiendo, visiblemente emocionada y feliz. Éline siempre había deseado escuchar cantar a los ángeles.

Acto seguido, Éline comenzó a dar vueltas al rededor del joven, mientras tarareaba una canción que ella misma había inventado. La chica reía de forma infantil, a veces demencial. La canción relataba la historia de una joven pura y casta que fue manchada por los hijos del Diablo. La historia de Éline Rimbaud.
-¿Le ha gustado? Esa es la canción que lloran los ángeles.-Dijo, cuando ya hubo parado de corretear al rededor del vampiro. A continuación esbozó otra sonrisa demente y volvió a reír.

Éline bajó la vista hacia los pies calzados del hombre y luego volvió a mirarlo, incrédula. A pesar de que le había explicado el motivo por el cual llevaba zapatos, ella no lograba comprenderlo. Para ella era algo incomprensible. Como si el hecho de llevar zapatos desafiase a las leyes divinas.
-Dios le puede castigar por ello. Dios a veces es malo y no perdona a sus hijos ni se apiada de ellos.-Dijo, con un tinte de temor en su cristalina voz.
Y aquel temor se acentuó ante las últimas palabras del hombre. Lo miró horrorizada.
-Usted...Usted no me picaría porque entonces el fuego se enfadaría y le haría daño.-Decía, mientras se iba retirando hacia atrás para alejarse de él.

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