AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Le muse pauvre{Privet} [+18]
2 participantes
Página 1 de 1.
Le muse pauvre{Privet} [+18]
Engarzado en la noche el lago de tu alma,
diríase una tela de cristal y de calma
tramada por las grandes arañas del desvelo.
diríase una tela de cristal y de calma
tramada por las grandes arañas del desvelo.
El encomio subía por mis fosas nasales sin freno alguno.
En el lugar de los afrodisiacos me traía un sinfín de recuerdos de mi infancia.
El burdel, lugar de donde mis raíces me forjaban volver, hijo de una cortesana bien prestada por un abusador y un cínico. Que degradación de casta, que vergüenza al seudónimo D’ Argouges, mas alargo a creer en el dejillo. Salté al pie de mi catre, me puse un pantalón, subí al puente y miré al frente y a mí alrededor. Esperaba que el maravilloso paisaje que se desarrollaba ante mi vista apartase mi espíritu de esa preocupación, más obstinada precisamente porque tenía una causa menos real. La preocupación de vagos preludios, en que la noche espléndida su voz de perlas una fuente calla, cuelgan las brisas sus celestes pífanos en el follaje. Las cabezas pardas de los búhos acechan.
Las flores se abren más, como asombradas. Los cisnes de marfil tienden los cuellos en las lagunas pálidas yo acercándome entonces a aquellas abiertas flores que con su jugo me engullían el hambre, con horizontes violados con húmedos y tristes gemidos por mi parsimonia en volver a violar aquellos tallos por dentro. Son quizás murmuros de musas tristes los que con sus bocas de carmín llegan hacia el olvido de los problemas y como reinas destronadas vas con ellas hacia lo alto del trono.
Teniendo a mas de una a mis pies en aquella esplendorosa cama a rayas de varios vestidos de gasa y seda de mala calidad de las que vestían las rosas de aquel jardín salvaje de flores silvestres, parecido a un paraíso en el que podría estar Eva, por algún lugar quizás esperando para darme su belleza la cual pudo cautivar a un único hombre, a Adán, el primero en disfrutar de todas las diosas, yo mismo, lo era, un dios que disfrutaba con todas las que deseaba a placer o la noche me regalaba sus minutos y horas para salir de las sombras.
-¡OH! Mon Dieu...-Sonrió disfrutando a la vez del cáliz de una chiquilla desconocida, pero algo me hizo sentir cuando toque secretamente mis colmillos aquella piel de leche, aquella piel descuidada de protección, algunas partes mordidas por otros colmillos antes que yo. Chicas de pocas primaveras a mis ojos, otros dirían lo mismo, pero yo...vi mas muerte que primaveras en darme cuenta.
Nata de agua lustral en vaso de alabastros;
espejo de pureza que abrillantas los astros
y reflejas la cima de la Vida en un cielo...
Yo soy el cisne errante de los sangrientos rastros,
voy manchando los lagos y remontando el vuelo.
Benvolio D'Argouges- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 11/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
El regreso había sido peor que si nunca me hubiera ido, no era que hubiera perdido la práctica pero el hecho de haber rozado con la punta de los dedos la posibilidad de salir de este mundo, hacía que en mi mente todo lo relacionado con mi "vieja vida" sonara a fracaso rotundo. Sería risible decir que la "primera vez" me había dejado físicamente marcada, en realidad las marcas no se notaban a simple vista. Había un poquito de odio a mi misma pero tenía que esconderlo porque no era así como se conseguían clientes, si no había clientes, no había dinero y si no había dinero, no había comido. Por mi bien, tendría que ser tan buena como cuando me fui. O mejor. Desde que había pisado París me retumbaba la mente con las palabras que había mencionado mi abuelo y esas palabras se arremolinaban con el montón de opciones que había pensado llevar a cabo para no volver a pisar un burdel, pero al final siempre volvía a lo mismo: Yo no sabía hacer nada más, y si lo hiciera, habría muchos que me reconocerían en la calle. Tal vez si me fuera a otro lugar. Tal vez.
Y una y otra vez repasaba el círculo vicioso en el que me había metido por una idea loca, y una y otra vez sentía que no iba a ser nada más que una prostituta en un burdel. Mi profesión la tenía marcada con fuego en toda mi piel y no se iba a marchar solamente con agua y lejía. Y ahora me encontraba tirada boca abajo en una cama. Desnuda y fatigada, con el orgasmo todavía palpitándome en el cuerpo, con el ardor de las caricias en la piel, con el dinero aprisionado en mi mano derecha que caía justo frente a mis ojos. Y pensaba y no pensaba. Y no quería moverme de ahí pero a la vez quería salir corriendo y no detenerme hasta que el oxígeno se negara a entrar en mis pulmones. Pero por el momento tendría que quedarme ahí, darme un baño, vestirme bonita, perfumarme, pavonearme y volver a acostarme con otro hombre que no tenía rostro sólo para poder sobrevivir. El círculo vicioso.
La urgencia de un baño me picó en la piel y aunque por dentro tenía las ansias quemándome, las piernas palpitándome por apresurarme, las ganas de correr, por fuera mis movimientos eran lentos, pacíficos. Tomé mis ropa entre mis brazos y atravesé la habitación que carecía de un baño con ducha. Un poco de agua en el rostro tal vez se llevara la confusión. La puerta se acercaba lentamente a mi, a cada paso que daba. Ignoraba que mi peinado se había deshecho aunque era normal que sucediera después de una sesión. No me importaba ir cubierta sólo por mi ropa hecha un bulto al frente de mi cuerpo. Abrí la puerta que comunicaba al cuarto contiguo y me topé con algo que no me sorprendía, en absoluto. ¿Cuerpos desnudos y un hombre con muchas chicas? Cosa de todos los días. -No me hagan caso, sólo quiero utilizar la ducha- No iba a tardar mucho. Cinco minutos y desaparecería de su vista, además estaban muy ocupados como para que les importara.
Y una y otra vez repasaba el círculo vicioso en el que me había metido por una idea loca, y una y otra vez sentía que no iba a ser nada más que una prostituta en un burdel. Mi profesión la tenía marcada con fuego en toda mi piel y no se iba a marchar solamente con agua y lejía. Y ahora me encontraba tirada boca abajo en una cama. Desnuda y fatigada, con el orgasmo todavía palpitándome en el cuerpo, con el ardor de las caricias en la piel, con el dinero aprisionado en mi mano derecha que caía justo frente a mis ojos. Y pensaba y no pensaba. Y no quería moverme de ahí pero a la vez quería salir corriendo y no detenerme hasta que el oxígeno se negara a entrar en mis pulmones. Pero por el momento tendría que quedarme ahí, darme un baño, vestirme bonita, perfumarme, pavonearme y volver a acostarme con otro hombre que no tenía rostro sólo para poder sobrevivir. El círculo vicioso.
La urgencia de un baño me picó en la piel y aunque por dentro tenía las ansias quemándome, las piernas palpitándome por apresurarme, las ganas de correr, por fuera mis movimientos eran lentos, pacíficos. Tomé mis ropa entre mis brazos y atravesé la habitación que carecía de un baño con ducha. Un poco de agua en el rostro tal vez se llevara la confusión. La puerta se acercaba lentamente a mi, a cada paso que daba. Ignoraba que mi peinado se había deshecho aunque era normal que sucediera después de una sesión. No me importaba ir cubierta sólo por mi ropa hecha un bulto al frente de mi cuerpo. Abrí la puerta que comunicaba al cuarto contiguo y me topé con algo que no me sorprendía, en absoluto. ¿Cuerpos desnudos y un hombre con muchas chicas? Cosa de todos los días. -No me hagan caso, sólo quiero utilizar la ducha- No iba a tardar mucho. Cinco minutos y desaparecería de su vista, además estaban muy ocupados como para que les importara.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
Estas mujeres son algo diferentes de lo que suelen ser las mujeres de clase alta, o aquellas mujeres que tienen responsabilidades maternas. Las doncellas con un cuerpo bello de admirar, la timidez que se desvela entre sabanas para mostrar una actitud severamente atrevida para el gozo y ego de un hombre o de una mujer. El toque de una caricia, llevaba mis sentidos retrógrados a un sinfín de nuevas experiencias. Me pillaron sí, por sorpresa me pillaron en cuanto vi a una que solo buscaba el baño para una ducha. Apartando a las demás me moví hacia el baño, interponiendo el paso tímido de la doncella tímida de cabellos dorados.
- ¿Adonde vais rapunzel que os cortaron los cabellos por los que sube mi mirada a vuestra belleza?-Me quede mirándola mientras ella parecía quedarse algo cohibida, alce la ceja curioso por aquella actitud, la tome de la mano para alejarla de ahí y llevarla tras cogerla en brazos junto con todas las demás hacia donde estaba la fiesta, mande a todas a paseo para que me dejaran a solas con la compañía de este mujer a la que tumbe en breves sobre la cama con las sabanas de seda revueltas entre mis pies.
Pude haber escuchado algún que otro quejido o llanto por parte de las demás, pero obvie los sonidos que no quería oír, más bien quería oír la de otra persona-.... ¿No tenéis vos ducha dentro de vuestra alcoba, madmoiselle?-Soberanamente la mire con altivez, sin dejarme detalle de aquel cuerpo, le quite la toalla que llevaba en mano, cogí de sus muñecas para así ponerlas sobre su cabeza y contemplarla detenidamente-...El apogeo de lo desconocido parece inflamar tus mejillas con un rubor que me resulta meramente encantador..-lentamente lleve mis labios al cuello de la cortesana, para después lamerlo en una sola pasada, en la que pronto note una calidez distinta a las de las cortesanas.
El jolgorio del exterior podía oírlo sin necesidad de hacer nada, con mi mente cerré la puerta acallando aquellas voces mientras miraba a la mujer que tenia bajo mi cuerpo-¿Por qué no me das tu mejor gemido? Así podre saber cuánto más he de torturarte para que gimas más...-La miraba con una sonrisa maliciosa junto con una mirada malvada que parecía haber añorado colocarse en mi rostro durante mucho, mucho tiempo.
- ¿Adonde vais rapunzel que os cortaron los cabellos por los que sube mi mirada a vuestra belleza?-Me quede mirándola mientras ella parecía quedarse algo cohibida, alce la ceja curioso por aquella actitud, la tome de la mano para alejarla de ahí y llevarla tras cogerla en brazos junto con todas las demás hacia donde estaba la fiesta, mande a todas a paseo para que me dejaran a solas con la compañía de este mujer a la que tumbe en breves sobre la cama con las sabanas de seda revueltas entre mis pies.
Pude haber escuchado algún que otro quejido o llanto por parte de las demás, pero obvie los sonidos que no quería oír, más bien quería oír la de otra persona-.... ¿No tenéis vos ducha dentro de vuestra alcoba, madmoiselle?-Soberanamente la mire con altivez, sin dejarme detalle de aquel cuerpo, le quite la toalla que llevaba en mano, cogí de sus muñecas para así ponerlas sobre su cabeza y contemplarla detenidamente-...El apogeo de lo desconocido parece inflamar tus mejillas con un rubor que me resulta meramente encantador..-lentamente lleve mis labios al cuello de la cortesana, para después lamerlo en una sola pasada, en la que pronto note una calidez distinta a las de las cortesanas.
El jolgorio del exterior podía oírlo sin necesidad de hacer nada, con mi mente cerré la puerta acallando aquellas voces mientras miraba a la mujer que tenia bajo mi cuerpo-¿Por qué no me das tu mejor gemido? Así podre saber cuánto más he de torturarte para que gimas más...-La miraba con una sonrisa maliciosa junto con una mirada malvada que parecía haber añorado colocarse en mi rostro durante mucho, mucho tiempo.
Benvolio D'Argouges- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 11/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
El problema principal era que yo había apagado a Magnolia por la noche, el problema era que sólo quería ducharme y salir de ahí, el problema se acentuó cuando un cuerpo extraño se interpuso entre el mío y la puerta del baño y comenzó a hablarme. Levanté la mirada para encontrarme con unos ojos verdes, una sonrisa maliciosa y unos cabellos rubios. Una voz que removió algo en mi estómago y que me hizo dudar por unos segundos. Segundos que bastaron para que me llevara hasta la cama en donde unos instantes previos se encontraban todas las demás, chicas que me miraron mal mientras se iban y que probablemente volvería a encontrar en el burdel en las noches posteriores, y me querrían hacer la vida imposible. Un atisbo de la prostituta que habitaba en mi se asomó diciendo que no nos importaba, que amigos en el burdel había pocos y que había sobrevivido hasta ahora.
Negué con la cabeza sin poder articular palabra cuando preguntó por el baño y mis mejillas se tiñeron de rojo sin poder evitarlo cuando quedé a merced de sus ojos que parecían querer devorarme por completo. Había un cosquilleo que me recorría la piel al compás de su mirada y mis muñecas se removieron un poco para probar si podría liberarme cuando yo quisiera. Parecía que no. Sus labios sobre mi cuello hicieron que me estallara algo por dentro, una especie de sentimiento que yo conocía muy bien, hice una vez más el intento de soltarme de su agarre sin poder conseguir nada y desvié mi mirada hacia la puerta que acababa de cerrarse. El nudo en mi estómago se apretó otro poco. Era miedo. Eso que sentía dentro de mi cuerpo, era puro y absoluto miedo de lo que podía pasar.
Ya había estado en estas situaciones antes, ya había tenido como clientes a hombres que no eran hombres y que usaban sus "poderes" conmigo, leían la mente, mordían y succionaban en mi cuello, y otras cosas. Generalmente no pasaba nada más pro yo estaba fuera de práctica. Un poco. Y no saber qué pretendía hacerme, me hacía vulnerable ante él. Tan sólo necesitaba recuperar el valor que me caracterizaba, ese valor propio de Magnolia que retaba a los hombres, que estiraba el límite de lo permitido hasta justo antes de que se rompiera, un poco de valor que hiciera que el miedo se pulverizara y se convirtiera en un aliciente para hacer bien mi trabajo. Fruncí el ceño un poco sintiendo la garganta seca, esa sensación de cuando llevas mucho tiempo con la boca cerrada y tu saliva empieza a escasear.
Tenía que sopesar mi situación: Estaba atrapada bajo el cuerpo de ese hombre que tal vez podría atacarme si no cedía a sus peticiones, la puerta quedaba lejos y yo estaba desnuda como para escaparme de ahí, además de todo, bien podría usar el dinero porque uno siempre necesita el dinero. Elevé los ojos al techo, respiré un par de veces, escondí a Olivia en un lugar seguro y Magnolia tuvo que regresar a trabajar. ¿Estaba hablando de mis gemidos? -Creo que vamos a tener un par de problemas con eso...- Esperé a ver su reacción, intenté captar al menos un ápice de cambio en su rostro, en su sonrisa. El miedo seguía ahí, pero no iba a dejar que lo notara, no hoy. -Mis gemidos cuestan mucho dinero... y generalmente los hombres que los escuchan, tienen que trabajar duro para ganárselos.- Alcé las cejas. Mi voz estaba ronca pero era mejor que quedarme callada y dejar que hiciera todo lo que quisiera conmigo. -¿Estás dispuesto a aceptar el reto, o prefieres que siga mi camino hacia el baño?-
Negué con la cabeza sin poder articular palabra cuando preguntó por el baño y mis mejillas se tiñeron de rojo sin poder evitarlo cuando quedé a merced de sus ojos que parecían querer devorarme por completo. Había un cosquilleo que me recorría la piel al compás de su mirada y mis muñecas se removieron un poco para probar si podría liberarme cuando yo quisiera. Parecía que no. Sus labios sobre mi cuello hicieron que me estallara algo por dentro, una especie de sentimiento que yo conocía muy bien, hice una vez más el intento de soltarme de su agarre sin poder conseguir nada y desvié mi mirada hacia la puerta que acababa de cerrarse. El nudo en mi estómago se apretó otro poco. Era miedo. Eso que sentía dentro de mi cuerpo, era puro y absoluto miedo de lo que podía pasar.
Ya había estado en estas situaciones antes, ya había tenido como clientes a hombres que no eran hombres y que usaban sus "poderes" conmigo, leían la mente, mordían y succionaban en mi cuello, y otras cosas. Generalmente no pasaba nada más pro yo estaba fuera de práctica. Un poco. Y no saber qué pretendía hacerme, me hacía vulnerable ante él. Tan sólo necesitaba recuperar el valor que me caracterizaba, ese valor propio de Magnolia que retaba a los hombres, que estiraba el límite de lo permitido hasta justo antes de que se rompiera, un poco de valor que hiciera que el miedo se pulverizara y se convirtiera en un aliciente para hacer bien mi trabajo. Fruncí el ceño un poco sintiendo la garganta seca, esa sensación de cuando llevas mucho tiempo con la boca cerrada y tu saliva empieza a escasear.
Tenía que sopesar mi situación: Estaba atrapada bajo el cuerpo de ese hombre que tal vez podría atacarme si no cedía a sus peticiones, la puerta quedaba lejos y yo estaba desnuda como para escaparme de ahí, además de todo, bien podría usar el dinero porque uno siempre necesita el dinero. Elevé los ojos al techo, respiré un par de veces, escondí a Olivia en un lugar seguro y Magnolia tuvo que regresar a trabajar. ¿Estaba hablando de mis gemidos? -Creo que vamos a tener un par de problemas con eso...- Esperé a ver su reacción, intenté captar al menos un ápice de cambio en su rostro, en su sonrisa. El miedo seguía ahí, pero no iba a dejar que lo notara, no hoy. -Mis gemidos cuestan mucho dinero... y generalmente los hombres que los escuchan, tienen que trabajar duro para ganárselos.- Alcé las cejas. Mi voz estaba ronca pero era mejor que quedarme callada y dejar que hiciera todo lo que quisiera conmigo. -¿Estás dispuesto a aceptar el reto, o prefieres que siga mi camino hacia el baño?-
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
¿Cuál era el azar de una prostituta?
Este es el estado de ánimo que viene nos hemos sobrecargado de ocupaciones. Entonces se impone salir en búsqueda de nuevos pastos. La señal de que la retirada se convierte en algo necesario. Si no ceden, se descomponen y vuelven caprichosos e hipocondríacos, así como hipercríticos.
Primero fue la vaga sospecha de que otra cosa, y no el viento, moldeaba formas extrañas en las cortinas. Un demente hubiese jurado que aquel trazo de seda se apoyaba sobre una figura invisible, acariciando sus contornos femeninos, haciendo de las cortinas una media forma de mujer, espectral y arrebatadora. Ahora, cuando pienso en esta noche, me río de mi ignorancia. No fue el viento quien esculpió su fisionomía, ni la luna quien dibujó el mármol de su piel. Apareció precedida por una inquietud sorda. Débiles atisbos de un terror arcaico fueron barridos a medida que sus ojos cobraron consistencia. Surgió entre los pliegues de la seda; mirándome fijamente, altiva, torciendo la realidad con el movimiento de sus caderas. Avanzó en silencio hasta mi baño, silencioso, fugitivo.
La belleza puede ser motivo de desaliento, de profunda desolación, y así me sentí en su presencia. Todas las líneas de su cuerpo habían sido cinceladas, urdidas en la noche del tiempo, cuando por el mundo se arrastraban seres sin nombre. Contemplé su cabello: ráfagas de sol derramándose sobre un cuello blanco e interminable. Sus labios parecían los pétalos suaves de alguna flor ignota; apenas entreabierta, prometiendo un dulce paraíso de tortuosa delectación que me esperaba. Detrás, el resplandor apagado de unos dientes luctuosos, que bajo la luz incierta de la luna brillaron como pequeñas dagas hechas de hielo. Y los ojos...pozos oscuros mientras me acomodaba sobre sus caderas sobre su cuerpo. Reposó mi piel helada sobre ella, reteniendo la danza de libertad que parecía no desistir en sus movimientos, sujetaba y no soltaba de sus caderas, volví a tocar la piel de seda que iba en curva sobre sus clavículas, comenzando a mover suavemente las caderas para que supiera lo que tenia encima.
Mis manos recorrían desgarrándole el pecho mientras que con una mano sujetaba ambas muñecas, acompañé los movimientos con un nivel medio de maestría a medida que el ritual crecía. Movimientos circulares sobre su seno a la vez que mis labios llegaron a besar los labios tintados con aquel tono carmesí labial-....Te reunirás con el baño en cuanto hagamos esto...-Mis dedos gélidos y pálidos se deslizaban enteramente hasta tocar su pezón erecto, jugando instantáneamente con él mientras la miraba sin reacción alguna al acto de valentía de la cortesana-....Las memorias del esqueleto son lo que vais a sentir, los escalofríos mas aterradores que lo confundiréis con placer...en cuanto gritéis para mí...-Susurros en sus labios, sujetándola con cuidado aun con una mano. Tenía planes para ella.
Oh sí. Los tenía.
Este es el estado de ánimo que viene nos hemos sobrecargado de ocupaciones. Entonces se impone salir en búsqueda de nuevos pastos. La señal de que la retirada se convierte en algo necesario. Si no ceden, se descomponen y vuelven caprichosos e hipocondríacos, así como hipercríticos.
Primero fue la vaga sospecha de que otra cosa, y no el viento, moldeaba formas extrañas en las cortinas. Un demente hubiese jurado que aquel trazo de seda se apoyaba sobre una figura invisible, acariciando sus contornos femeninos, haciendo de las cortinas una media forma de mujer, espectral y arrebatadora. Ahora, cuando pienso en esta noche, me río de mi ignorancia. No fue el viento quien esculpió su fisionomía, ni la luna quien dibujó el mármol de su piel. Apareció precedida por una inquietud sorda. Débiles atisbos de un terror arcaico fueron barridos a medida que sus ojos cobraron consistencia. Surgió entre los pliegues de la seda; mirándome fijamente, altiva, torciendo la realidad con el movimiento de sus caderas. Avanzó en silencio hasta mi baño, silencioso, fugitivo.
La belleza puede ser motivo de desaliento, de profunda desolación, y así me sentí en su presencia. Todas las líneas de su cuerpo habían sido cinceladas, urdidas en la noche del tiempo, cuando por el mundo se arrastraban seres sin nombre. Contemplé su cabello: ráfagas de sol derramándose sobre un cuello blanco e interminable. Sus labios parecían los pétalos suaves de alguna flor ignota; apenas entreabierta, prometiendo un dulce paraíso de tortuosa delectación que me esperaba. Detrás, el resplandor apagado de unos dientes luctuosos, que bajo la luz incierta de la luna brillaron como pequeñas dagas hechas de hielo. Y los ojos...pozos oscuros mientras me acomodaba sobre sus caderas sobre su cuerpo. Reposó mi piel helada sobre ella, reteniendo la danza de libertad que parecía no desistir en sus movimientos, sujetaba y no soltaba de sus caderas, volví a tocar la piel de seda que iba en curva sobre sus clavículas, comenzando a mover suavemente las caderas para que supiera lo que tenia encima.
Mis manos recorrían desgarrándole el pecho mientras que con una mano sujetaba ambas muñecas, acompañé los movimientos con un nivel medio de maestría a medida que el ritual crecía. Movimientos circulares sobre su seno a la vez que mis labios llegaron a besar los labios tintados con aquel tono carmesí labial-....Te reunirás con el baño en cuanto hagamos esto...-Mis dedos gélidos y pálidos se deslizaban enteramente hasta tocar su pezón erecto, jugando instantáneamente con él mientras la miraba sin reacción alguna al acto de valentía de la cortesana-....Las memorias del esqueleto son lo que vais a sentir, los escalofríos mas aterradores que lo confundiréis con placer...en cuanto gritéis para mí...-Susurros en sus labios, sujetándola con cuidado aun con una mano. Tenía planes para ella.
Oh sí. Los tenía.
Benvolio D'Argouges- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 11/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
Por un segundo, Olivia quiso salir de nuevo a la superficie porque el miedo me atenazó las entrañas, un nudo en la garganta quiso formarse en el momento en que sus palabras llegaron a mis oídos, como un líquido helado que se iba vertiendo por mi espina dorsal provocándome escalofríos. Por un segundo, tuve mucho miedo y luego tragué el nudo, apreté los dientes y refundí a Olivia en lo más profundo de mi ser. ¿Porqué? Porque la única manera en que podía sobrevivir y mantenerme medianamente cuerda, sería con Magnolia al frente. Magnolia que había vivido un montón de cosas y que conocía a esos seres de piel tan fría, colmillos afilados y una eternidad por futuro.
Mi boca parecía querer hablar, pero en la confusión durante la cual se subió sobre mi cuerpo y comenzó a jugar con él, las ganas de salir bien parada me estaban reprimiendo. Un poco. Bajé la mirada hacia su mano que paseaba libremente por mi pecho, y fui interrumpida por sus labios que impidieron que hablara, sus movimientos combinados con la pizca de miedo que todavía rondaba por mi torrente sanguíneo hacían que me sintiera vulnerable, y cuando se separó y mis ojos se clavaron en los suyos, supe que no iba a tener escapatoria. Intenté racionalizar: Las chicas que estaban con él antes de que yo llegara parecían contentas, divertidas, se desilusionaron cuando me metió a mi en la cama y se deshizo de ellas. No podía ser tan malo. Pero claro, también estaba el hecho de que yo le había dicho quién sabe qué cosas y a lo mejor lo había ofendido. Y ahora quería matarme. Pasé saliva otra vez y me moví mínimamente para comprobar cuánta fuerza estaba imprimiendo sobre mi. Era mucha.
Para el punto en el que me encontraba, yo sólo esperaba que al final hubiera una Magnolia/Olivia a quien pudiera dejar ir al baño, pero no estaba muy segura, sabía que contra su fuerza tenía la batalla perdida, que si tenía algún tipo de poder raro, estaba a su merced, que si quería morderme y dejarme seca, no podría hacer mucho y que si al final quería dejar mi cadáver abandonado en el lugar, no habría mucha gente a la que le importara. Al fin y al cabo, yo era sólo una prostituta más. Suspiré con sus dedos que mitad me daban miedo y mitad me daban frío y que rondaban partes sensibles de mi anatomía que se encontraban medio embotadas por la incertidumbre de qué pasaría conmigo después de este encuentro.
Iba a gritar para él. Sinceramente yo esperaba que fuera por placer pero había mencionado que sería aterrador. Para mi, lo aterrador no era precisamente placentero, es aterrador y punto. Pero mi boca era testaruda y por mucho que yo la callara, y que las dos partes de mi tuviéramos miedo, en esa noche en que yo me había metido sin ayuda en una situación sin salida, mi boca tenía vida propia. No lo pensé demasiado, me había hecho una promesa silenciosa de no gemir ni gritar hasta saber que no iba a hacerme daño, tal vez sólo hablaba por hablar pero no iba a obtener mucho de mi si no hacía las cosas bien. Si hubiera sido un hombre normal, no me habría impresionado pero no era un hombre normal. Moví mis manos para llamar su atención, como si quisiera soltarme aunque sabía que eso sería imposible, esperé a que me mirara y entonces una sonrisa misteriosa, un atisbo de cinismo, un poco de testarudez se asomó en mi mirada. Entonces fue cuando mi boca tuvo su oportunidad. -Encanto, tal vez debas saber que por encuentros aterradores cobro mucho más de lo normal- Ya estaba, mi boca nos había encaminado hacia el cementerio.
Mi boca parecía querer hablar, pero en la confusión durante la cual se subió sobre mi cuerpo y comenzó a jugar con él, las ganas de salir bien parada me estaban reprimiendo. Un poco. Bajé la mirada hacia su mano que paseaba libremente por mi pecho, y fui interrumpida por sus labios que impidieron que hablara, sus movimientos combinados con la pizca de miedo que todavía rondaba por mi torrente sanguíneo hacían que me sintiera vulnerable, y cuando se separó y mis ojos se clavaron en los suyos, supe que no iba a tener escapatoria. Intenté racionalizar: Las chicas que estaban con él antes de que yo llegara parecían contentas, divertidas, se desilusionaron cuando me metió a mi en la cama y se deshizo de ellas. No podía ser tan malo. Pero claro, también estaba el hecho de que yo le había dicho quién sabe qué cosas y a lo mejor lo había ofendido. Y ahora quería matarme. Pasé saliva otra vez y me moví mínimamente para comprobar cuánta fuerza estaba imprimiendo sobre mi. Era mucha.
Para el punto en el que me encontraba, yo sólo esperaba que al final hubiera una Magnolia/Olivia a quien pudiera dejar ir al baño, pero no estaba muy segura, sabía que contra su fuerza tenía la batalla perdida, que si tenía algún tipo de poder raro, estaba a su merced, que si quería morderme y dejarme seca, no podría hacer mucho y que si al final quería dejar mi cadáver abandonado en el lugar, no habría mucha gente a la que le importara. Al fin y al cabo, yo era sólo una prostituta más. Suspiré con sus dedos que mitad me daban miedo y mitad me daban frío y que rondaban partes sensibles de mi anatomía que se encontraban medio embotadas por la incertidumbre de qué pasaría conmigo después de este encuentro.
Iba a gritar para él. Sinceramente yo esperaba que fuera por placer pero había mencionado que sería aterrador. Para mi, lo aterrador no era precisamente placentero, es aterrador y punto. Pero mi boca era testaruda y por mucho que yo la callara, y que las dos partes de mi tuviéramos miedo, en esa noche en que yo me había metido sin ayuda en una situación sin salida, mi boca tenía vida propia. No lo pensé demasiado, me había hecho una promesa silenciosa de no gemir ni gritar hasta saber que no iba a hacerme daño, tal vez sólo hablaba por hablar pero no iba a obtener mucho de mi si no hacía las cosas bien. Si hubiera sido un hombre normal, no me habría impresionado pero no era un hombre normal. Moví mis manos para llamar su atención, como si quisiera soltarme aunque sabía que eso sería imposible, esperé a que me mirara y entonces una sonrisa misteriosa, un atisbo de cinismo, un poco de testarudez se asomó en mi mirada. Entonces fue cuando mi boca tuvo su oportunidad. -Encanto, tal vez debas saber que por encuentros aterradores cobro mucho más de lo normal- Ya estaba, mi boca nos había encaminado hacia el cementerio.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
Increíblemente desconcertante. Como un vals de primavera ella parecía tener miedo en el cuerpo y valentía en la voz, como una bipolaridad inminente que no tendría nada de demora en cambiarse de emoción. Solo que su belleza no era como las otras que he visto, la fui soltando lentamente- Dans l'infini de l'horizon je vois un air effaré dans ses yeux.... Avez-vous peur de moi?...-Un francés fino y elegante complementada con el sonido de una voz grave. No debería de temerme una mujer, pero más...había algo más que un poco de desconfianza en esos movimientos reticentes a los que yo les brindaba. ¿Qué hice? Si, la solté, no estaba en mi derecho el retenerla pues si tenía alguna urgencia en ir al lavabo.
-...Disculpe...Sois...-tome su mano con delicadeza, besando el dorso de la piel pálida y suave cual terciopelo-...Solo que...-Comenzaba a subir lentamente por la forma de aquel brazo suave y recto, grácil con besos vanidosos-....Sois como la Magnolia salvaje que crece en los bosques, esas flores a las que nadie toman para dominarlas...lo que me recuerda a « La Follia de Vivaldi », una composicion alterada de alegros y adagios bastantes salvajes como su valentia….al no haber huido o el de haber gritado…-La miré con una mirada confusa que no sabia después como cambiarla. Esta mujer, bien habria pasado por muchos cuerpos, bien no era de mi incumbencia el saber de esos nombres, pero en lo que me concernia a mi, ella sabia lo que era. Ocioso de mi y de no haberme dado cuenta de que habia sido un ilusionado del placer carnal.
Acerque a besarla la frente con delicadeza.
Note su corriente vital a traves de mis palidos labios.
Pero como la tormenta de las notas en las cuerdas de un violin, tocando la sintonía de Vivaldi la cual se denominaba tormenta, me hacia pensar que ella, aquella que habia soltado antes de lanzarme a lascivar mas por su escultural belleza, en ese caracter se podria parecer algo a Marie, si una mujer hecha por el diablo y reencarnada en un cuerpo fragil e inocente. Francia, cuna del amor y la vida con petalos de rosa, llena de historias inflamantes de pasion, amores prohibidos, habia de todo y yo había viajado por todo el mundo…pero auna si, tienes que seguir explorando, porque siempre habria algo nuevo para ver y explorar.
Co cierto afan, tome la mano que habia besado de la dama de cabellos claros, mirandola me di cuenta que podria estar ante otra de su calaña-Vos……recuerdo a una mujer como vos…En cierto modo, esos ojos los cuales eran oscuros, ella los tenia dulcificados…ella sus labios y piel era un mero recuerdo al cabo de la noche….-Mirandola acabe volviendo a tenerla bajo mi cuerpo, con los brazos a ambos lados de las curvas femeninas de la mujer, mirandola me recordaba a cada una del topico de chica parisina-No será mi intencion hacerla creer algo que no soy...antaño la vi por las calles hasta que un día, sin saberlo, a usted la defendi de un beodo soez que plantearía mancillarla...-su comisura derecha bese con parsimonia-...No tema...no es mi estilo...-Mirándola con firmeza pretendía que confiara en mí.
-...Disculpe...Sois...-tome su mano con delicadeza, besando el dorso de la piel pálida y suave cual terciopelo-...Solo que...-Comenzaba a subir lentamente por la forma de aquel brazo suave y recto, grácil con besos vanidosos-....Sois como la Magnolia salvaje que crece en los bosques, esas flores a las que nadie toman para dominarlas...lo que me recuerda a « La Follia de Vivaldi », una composicion alterada de alegros y adagios bastantes salvajes como su valentia….al no haber huido o el de haber gritado…-La miré con una mirada confusa que no sabia después como cambiarla. Esta mujer, bien habria pasado por muchos cuerpos, bien no era de mi incumbencia el saber de esos nombres, pero en lo que me concernia a mi, ella sabia lo que era. Ocioso de mi y de no haberme dado cuenta de que habia sido un ilusionado del placer carnal.
Acerque a besarla la frente con delicadeza.
Note su corriente vital a traves de mis palidos labios.
Pero como la tormenta de las notas en las cuerdas de un violin, tocando la sintonía de Vivaldi la cual se denominaba tormenta, me hacia pensar que ella, aquella que habia soltado antes de lanzarme a lascivar mas por su escultural belleza, en ese caracter se podria parecer algo a Marie, si una mujer hecha por el diablo y reencarnada en un cuerpo fragil e inocente. Francia, cuna del amor y la vida con petalos de rosa, llena de historias inflamantes de pasion, amores prohibidos, habia de todo y yo había viajado por todo el mundo…pero auna si, tienes que seguir explorando, porque siempre habria algo nuevo para ver y explorar.
Co cierto afan, tome la mano que habia besado de la dama de cabellos claros, mirandola me di cuenta que podria estar ante otra de su calaña-Vos……recuerdo a una mujer como vos…En cierto modo, esos ojos los cuales eran oscuros, ella los tenia dulcificados…ella sus labios y piel era un mero recuerdo al cabo de la noche….-Mirandola acabe volviendo a tenerla bajo mi cuerpo, con los brazos a ambos lados de las curvas femeninas de la mujer, mirandola me recordaba a cada una del topico de chica parisina-No será mi intencion hacerla creer algo que no soy...antaño la vi por las calles hasta que un día, sin saberlo, a usted la defendi de un beodo soez que plantearía mancillarla...-su comisura derecha bese con parsimonia-...No tema...no es mi estilo...-Mirándola con firmeza pretendía que confiara en mí.
Benvolio D'Argouges- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 11/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
¿Que si tenía miedo? No. Si. Un poco. Las olas de valentía que me recorrían el cuerpo de pronto se veían escasas por mucho que de dientes hacia afuera pareciera lo contrario. En realidad no contesté, me dejé llevar un poco por sus palabras que me mareaban, que iban de un lado al otro, se quedaban suspendidas en el aire y no tenían demasiado significado. Me turbaba que supiera mi nombre, porque... ¿Lo sabía, cierto? Había dicho que yo era como una Magnolia pero en realidad no era COMO una Magnolia, yo ERA una Magnolia, yo me llamaba Magnolia. Me quedé inmóvil cuando me soltó las manos, no iba a huir, las piernas parecían no responderme y la idea de darme una ducha yacía despedazada en el suelo de la haitación desde que me había cortado el paso en un principio.
Seguía sus movimientos con los ojos y escuchaba lo que decía sin articular una sola palabra, había pasado de inmovilizarme y hablar de terror a besarme la frente, hablar de otra mujer y decirme que no tuviera miedo. Y hacía casi nada, tenía a un grupo de mujeres aquí, bastante contentas. ¿Porqué yo no estaba contenta? -No tengo miedo- Tal vez sólo un poco, por no entender exactamente qué era lo que estaba sucediendo. La voz me había salido rara pero mis ojos no se habían separado ni un sólo momento de los suyos, tal vez para ver si podía adivinar lo que haría después, tal vez para estar al pendiente de una chispa de violencia que se encendiera ahí, de un atisbo de locura que nos llevara a una situación que al menos yo no quería, un aviso de que debía salir corriendo, obligar a mis piernas a funcionar, saltar de la cama, escabullirme y ser más lista y más ágil que él para salir corriendo desnuda del burdel. Eso iba a ser digno de verse.
Encogí un hombro y moví una mano. El miedo se disipaba de pronto abriendo una ventana de posibilidades, podía moverme, podía hablar, podía decirle porqué tenía un poco de miedo, porqué era yo diferente a esa mujer de la que hablaba y averiguar cómo era que sabía mi nombre. Levanté la mano que formó una trayectoria hacia su rostro, un movimiento delicado y dudoso, la mano que avanzaba lentamente hacia él, hacia su cabello que toqué deteniéndome por completo, ´dándome cuenta de que había invadido su espacio vital, de pronto recordando que ese hombre tenía el tacto frío como Daniil y que yo no lo conocía como a mi vampiro preferido. -Es que no entiendo qué quiere usted de mi-
Me atreví a poner una sonrisa en mis labios, tal vez logré que la sonrisa iluminara también los ojos, intenté que fuera sincera, que mis palabras llegaran a sus oidos, ya tendría tiempo para arrepentirme si todo se salía de control de pronto. Al fin y al cabo, no era la primera vez que me ocurría.
Seguía sus movimientos con los ojos y escuchaba lo que decía sin articular una sola palabra, había pasado de inmovilizarme y hablar de terror a besarme la frente, hablar de otra mujer y decirme que no tuviera miedo. Y hacía casi nada, tenía a un grupo de mujeres aquí, bastante contentas. ¿Porqué yo no estaba contenta? -No tengo miedo- Tal vez sólo un poco, por no entender exactamente qué era lo que estaba sucediendo. La voz me había salido rara pero mis ojos no se habían separado ni un sólo momento de los suyos, tal vez para ver si podía adivinar lo que haría después, tal vez para estar al pendiente de una chispa de violencia que se encendiera ahí, de un atisbo de locura que nos llevara a una situación que al menos yo no quería, un aviso de que debía salir corriendo, obligar a mis piernas a funcionar, saltar de la cama, escabullirme y ser más lista y más ágil que él para salir corriendo desnuda del burdel. Eso iba a ser digno de verse.
Encogí un hombro y moví una mano. El miedo se disipaba de pronto abriendo una ventana de posibilidades, podía moverme, podía hablar, podía decirle porqué tenía un poco de miedo, porqué era yo diferente a esa mujer de la que hablaba y averiguar cómo era que sabía mi nombre. Levanté la mano que formó una trayectoria hacia su rostro, un movimiento delicado y dudoso, la mano que avanzaba lentamente hacia él, hacia su cabello que toqué deteniéndome por completo, ´dándome cuenta de que había invadido su espacio vital, de pronto recordando que ese hombre tenía el tacto frío como Daniil y que yo no lo conocía como a mi vampiro preferido. -Es que no entiendo qué quiere usted de mi-
Me atreví a poner una sonrisa en mis labios, tal vez logré que la sonrisa iluminara también los ojos, intenté que fuera sincera, que mis palabras llegaran a sus oidos, ya tendría tiempo para arrepentirme si todo se salía de control de pronto. Al fin y al cabo, no era la primera vez que me ocurría.
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
Solo acerque mis labios a los de la bella cortesana para que cerrara la ventana de su lengua-Silencio...-susurro con dulzura a los oídos de la cortesana- ¿Qué se supone que quieren las personas de una persona como usted? –No esperaba a que lo entendiera a la primera pero de cualquier modo tendría que probar a intentar sobrellevar la carga de lo que pasara en el futuro.
Ahora que me quedaba mirándola, no pude evitar hacer las cosas bien.
Me quede mirándola, la tome entre mis brazos y con mis poderes insignificantes de la inmortalidad que se me fue concedida hace tiempo, comencé a llenar la tina con agua templada, a mi no me afectaría, llevaba a la mujer hacia el baño, no la tenía mal sujeta, más bien la tenía tan arriba que podría coquetear con ella directamente sin pasar por palabras. Y volviendo a suspirar mire a la bañera que parecía haberse dado prisa por llenarse y lentamente depositaba a la cortesana dentro del agua- ¿está bien el agua? –La miraba a los ojos, me quede mirándola para que...no...-¿me permite una pregunta? –La mire abiertamente a los ojos, sonriéndola algo curioso.
- ¿Usted ha estado desde siempre aquí en Paris? –Me quede mirándola, sentándome mientras en el inodoro que había cerca de la tina-Oh...Disculpe...-me di cuenta de que estaba invadiendo su intimidad, eso no era de mi, así que con paso ligero me fui del baño para después cerrarle la puerta lentamente.
¿Podría ser ella otra vez? Negué pensando en que no podía ser, ya sabía que ella estaba muerta y que nunca volvería a la vida a mi lado. De todas maneras ahora tenía a Shinue a mi lado, eso me hacia feliz, de veras que si me lo hacía, pero había veces que tenía que ser mas...no lo sé. Temía porque se burlasen de él, pero él ni caso, que todo va a ir bien. De todas maneras me senté en el borde de la cama, suspirando y rascándome la cabeza lentamente de lo desesperado que estaba, necesitaba hacer algo o desquitarme con algo de inmediato.
Ahora que me quedaba mirándola, no pude evitar hacer las cosas bien.
Me quede mirándola, la tome entre mis brazos y con mis poderes insignificantes de la inmortalidad que se me fue concedida hace tiempo, comencé a llenar la tina con agua templada, a mi no me afectaría, llevaba a la mujer hacia el baño, no la tenía mal sujeta, más bien la tenía tan arriba que podría coquetear con ella directamente sin pasar por palabras. Y volviendo a suspirar mire a la bañera que parecía haberse dado prisa por llenarse y lentamente depositaba a la cortesana dentro del agua- ¿está bien el agua? –La miraba a los ojos, me quede mirándola para que...no...-¿me permite una pregunta? –La mire abiertamente a los ojos, sonriéndola algo curioso.
- ¿Usted ha estado desde siempre aquí en Paris? –Me quede mirándola, sentándome mientras en el inodoro que había cerca de la tina-Oh...Disculpe...-me di cuenta de que estaba invadiendo su intimidad, eso no era de mi, así que con paso ligero me fui del baño para después cerrarle la puerta lentamente.
¿Podría ser ella otra vez? Negué pensando en que no podía ser, ya sabía que ella estaba muerta y que nunca volvería a la vida a mi lado. De todas maneras ahora tenía a Shinue a mi lado, eso me hacia feliz, de veras que si me lo hacía, pero había veces que tenía que ser mas...no lo sé. Temía porque se burlasen de él, pero él ni caso, que todo va a ir bien. De todas maneras me senté en el borde de la cama, suspirando y rascándome la cabeza lentamente de lo desesperado que estaba, necesitaba hacer algo o desquitarme con algo de inmediato.
Benvolio D'Argouges- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 11/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
El tacto de sus labios sobre los míos hizo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral, como una gota de agua fría que se paseaba sobre la piel caliente. Y guardé silencio porque eso fue lo que pidió pero no precisamente porque él lo pidiera sino porque yo vacilaba entre el miedo y la insensatez de decir lo que se me venía a la cabeza y su pregunta sólo provocó que Olivia volviera a guardarse y Magnolia saliera a flote para contestar. ¿Qué se suponía que querían las personas de una persna como yo? Me querían a mi, a mi como un trozo de carne con el que pudieran restregarse, poniéndole la cara de quien mejor les excitara y gritar el nombre de esa mujer. Porque al fin y al cabo yo era todas las mujeres reunidas en una sola, una sola que no opone resistencia, que hace lo que el cliente quiere y que al final recibe su dinero por los servicios prestados. Una mujer que era todas y ninguna a la vez.
Y a punto estaba de contestarle cuando su mirada me turbó, y no tanto su mirada como lo que hizo a continuación, porque esos detalles, el alzarme en brazos, el llevarme al cuarto de baño, el depositarme en el agua y cerrar toda la faena preocupándose por lo que yo pensara, todo eso me hacía destantearme, hacía que me desconcentrara de mi labor como prostituta, como "una persona como yo". Me encogí de hombros como única respuesta a ambas preguntas, el agua estaba bien, la pregunta la podía ver llegar en sus ojos, pedirme permiso fue un mero requisito pero volvía a ser la prostituta que concede todo, la que se porta bien, la que no tenía idea de qué tenía que hacer porque él no estaba jugando por las reglas que estaban implícitas en el encuentro dentro del burdel. Y a mi las reglas me servían de parámetro y las preguntas siempre podía contestarlas con una mentira.
SIn embargo en este caso no vi la ventaja a la mentira que planeaba inventar, ¿De qué le iba a servir a él saber cualquier cosa de mi? Y abrí la boca pero interrumpió de nuevo mi impuslo de hablar, estiré una mano para detenerlo porque con la boca cerrada comenzaba a parecer idiota y a una idiota no le pagan tan bien como a una cortesana que sabe moverse. Yo sabía moverme y me enojaba que él pensara cualquier cosa de mi. Sobretodo si esa "cualquier cosa" se traducía a que yo era idiota. No le di demasiado tiempo, me levanté de la bañera y me enredé una toalla en el cuerpo, salí a paso firme con el agua goteando de mi cuerpo hacia el suelo y sintiendo que las corrientes de aire me enfriaban la piel, abrí la puerta del baño y dejé salir todo lo que mi boca quería decir, todo sin ningún tipo de interrupción por parte de mi cerebro.
-Las personas quieren sexo de mi, el agua está bien, ,muchas gracias; no le veo caso responderle la otra pregunta porque ya me ha cuestionado antes de salir del baño, no, no he estado siempre aquí, soy originaria de Viena pero llevo aquí aproximadamente 10 años... Una pausa en la que tomé aire, oxígeno para mis pensamientos que revivió por un segundo a la insensatez. -Y le agradecería mucho, Monsieur, que no me dejara con la palabra en la boca otra vez- No había sido grosera, lo había dicho todo con mucha calma y permanecía en el marco de la puerta del cuarto de baño, con una toalla alrededor del cuerpo.
Y ahora que estaba ffrente a él, notaba su desespero y una chispa de locura me hizo volver a abrir la boca. -Ahora bien, si usted desea también lo que las personas quieren de mi, todavía podemos rescatar este encuentro que al parecer ha comenzado con el pie incorrecto-
Y a punto estaba de contestarle cuando su mirada me turbó, y no tanto su mirada como lo que hizo a continuación, porque esos detalles, el alzarme en brazos, el llevarme al cuarto de baño, el depositarme en el agua y cerrar toda la faena preocupándose por lo que yo pensara, todo eso me hacía destantearme, hacía que me desconcentrara de mi labor como prostituta, como "una persona como yo". Me encogí de hombros como única respuesta a ambas preguntas, el agua estaba bien, la pregunta la podía ver llegar en sus ojos, pedirme permiso fue un mero requisito pero volvía a ser la prostituta que concede todo, la que se porta bien, la que no tenía idea de qué tenía que hacer porque él no estaba jugando por las reglas que estaban implícitas en el encuentro dentro del burdel. Y a mi las reglas me servían de parámetro y las preguntas siempre podía contestarlas con una mentira.
SIn embargo en este caso no vi la ventaja a la mentira que planeaba inventar, ¿De qué le iba a servir a él saber cualquier cosa de mi? Y abrí la boca pero interrumpió de nuevo mi impuslo de hablar, estiré una mano para detenerlo porque con la boca cerrada comenzaba a parecer idiota y a una idiota no le pagan tan bien como a una cortesana que sabe moverse. Yo sabía moverme y me enojaba que él pensara cualquier cosa de mi. Sobretodo si esa "cualquier cosa" se traducía a que yo era idiota. No le di demasiado tiempo, me levanté de la bañera y me enredé una toalla en el cuerpo, salí a paso firme con el agua goteando de mi cuerpo hacia el suelo y sintiendo que las corrientes de aire me enfriaban la piel, abrí la puerta del baño y dejé salir todo lo que mi boca quería decir, todo sin ningún tipo de interrupción por parte de mi cerebro.
-Las personas quieren sexo de mi, el agua está bien, ,muchas gracias; no le veo caso responderle la otra pregunta porque ya me ha cuestionado antes de salir del baño, no, no he estado siempre aquí, soy originaria de Viena pero llevo aquí aproximadamente 10 años... Una pausa en la que tomé aire, oxígeno para mis pensamientos que revivió por un segundo a la insensatez. -Y le agradecería mucho, Monsieur, que no me dejara con la palabra en la boca otra vez- No había sido grosera, lo había dicho todo con mucha calma y permanecía en el marco de la puerta del cuarto de baño, con una toalla alrededor del cuerpo.
Y ahora que estaba ffrente a él, notaba su desespero y una chispa de locura me hizo volver a abrir la boca. -Ahora bien, si usted desea también lo que las personas quieren de mi, todavía podemos rescatar este encuentro que al parecer ha comenzado con el pie incorrecto-
Magnolia Velvet- Mensajes : 575
Fecha de inscripción : 17/01/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Le muse pauvre{Privet} [+18]
Con lentos pasos me movía hacia la dama enguantada con topas de tela mullida para el baño, me acerque hasta que por fin la tenía a mi lado, mirando a aquellos ojos que me hicieron sacar una sonrisa-...Yo no soy como toda aquella persona que... quiera de usted como un trozo de carne con el que pueda acariciar hasta el alba pues mi limite es escaso y no puedo disfrutar que solamente el maleficio me dura por la noche, como un muñeco el cual se expone en las vitrinas de los anticuarios....además sí, no dudo que cualquier hombre gozaría en demasía con sus positivas aptitudes, pero querida dama, no vine a buscar un encontronazo por el lado del odio entre ambos...-.
Su mano tome con delicadeza, aquella que estaba libre y no sujetaba la toalla, la tome entre mis dedos y lentamente besaba nuevamente el dorso-...Si lo deseáis, empezamos de cero...-Una reverencia por muy corta que sea, hice ante la mujer-...Mi nombre...-me incorpore con lentitud-...es el de un pobre amante de lo bello y de muchas otras cosas..-sonreí con lentitud hacia la mujer-...Benvolio...D’Argouges...-Suavemente soltaba su mano para así poder tenerla a mi vista entera, contemplarla bien.
Al haber pensado en que, diablos, pensaba en mi mismo que en la mujer que tenía delante, no me di cuenta de su ofensa, asentí, diciéndola que nunca volvería a pasar excepto si llegábamos a paños mayores, la cosa se volvería frenética, demasiado descontrolado. Recordé que a toda mujer le gustaban las piedras, las joyas y accesorios para verse aun más bellas de lo que eran sin ellas, que ridículas eran algunas veces, con sus emperifollamientos que de algún modo tendría tiempo a coser y cantar varios bailes tradicionales.
-No tengo nada para disculparme de mi torpeza, de haber sido tan despistado con mis modales...espero que no vuelva a pasarme...-hice una muestra de disculpa mínima, educada y elegante para enseguida recordar que llevaba en el bolsillo de la chaqueta que había traído esta noche-...No creo que sea nada ostentoso...pero..-dirigí hacia la chaqueta y cogí un collar de esmeraldas no muy llamativo que había encontrado por las calles de Paris, muy a mi suerte.
-Más espero que sea de vuestro agrado...-Alce mi mano con el pequeño collar de esmeraldas quedándome en el sitio, sin moverme y viendo a la mujer enfrente. No era bueno en hacer este tipo de acciones.
Su mano tome con delicadeza, aquella que estaba libre y no sujetaba la toalla, la tome entre mis dedos y lentamente besaba nuevamente el dorso-...Si lo deseáis, empezamos de cero...-Una reverencia por muy corta que sea, hice ante la mujer-...Mi nombre...-me incorpore con lentitud-...es el de un pobre amante de lo bello y de muchas otras cosas..-sonreí con lentitud hacia la mujer-...Benvolio...D’Argouges...-Suavemente soltaba su mano para así poder tenerla a mi vista entera, contemplarla bien.
Al haber pensado en que, diablos, pensaba en mi mismo que en la mujer que tenía delante, no me di cuenta de su ofensa, asentí, diciéndola que nunca volvería a pasar excepto si llegábamos a paños mayores, la cosa se volvería frenética, demasiado descontrolado. Recordé que a toda mujer le gustaban las piedras, las joyas y accesorios para verse aun más bellas de lo que eran sin ellas, que ridículas eran algunas veces, con sus emperifollamientos que de algún modo tendría tiempo a coser y cantar varios bailes tradicionales.
-No tengo nada para disculparme de mi torpeza, de haber sido tan despistado con mis modales...espero que no vuelva a pasarme...-hice una muestra de disculpa mínima, educada y elegante para enseguida recordar que llevaba en el bolsillo de la chaqueta que había traído esta noche-...No creo que sea nada ostentoso...pero..-dirigí hacia la chaqueta y cogí un collar de esmeraldas no muy llamativo que había encontrado por las calles de Paris, muy a mi suerte.
-Más espero que sea de vuestro agrado...-Alce mi mano con el pequeño collar de esmeraldas quedándome en el sitio, sin moverme y viendo a la mujer enfrente. No era bueno en hacer este tipo de acciones.
- Spoiler:
Benvolio D'Argouges- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 11/11/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Privet! :)
» Hola/Privet/Moika ^^
» Privet·stvuyu damy i gospoda!
» Nuit céleste...{Privet avec Azrael}
» Hola/Privet/Moika ^^
» Privet·stvuyu damy i gospoda!
» Nuit céleste...{Privet avec Azrael}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour